Entrega nº 112. 1 de septiembre

– Como hace más calor últimamente, ni siquiera puedo leer el periódico o conversar, siento que mi cabeza está completamente vacía y no puedo ni abrir los ojos.

El año pasado por esta época, tomé como norma ir leyendo diariamente la Autobiografía de Franklin. Como no estoy acostumbrado a leer los pequeños caracteres occidentales, me tenía que detener cada tres o cinco páginas, pero a pesar de que me costó, lo leí entero, y mi satisfacción ha sido extrema. Cómo Franklin, el constructor de Filadelfia, trabajó para su tierra; cómo Franklin, un mísero tipógrafo, trabajó para sí mismo; cómo, a pesar de los reveses y fracasos, se aferró al éxito en sus negocios: todo eso es absolutamente fascinante.

Como este libro es famoso, muchos debieron ser quienes lo leyeron, incluso en Japón, pero tal vez no hubo nadie que lo apreciara tan profundamente como yo. El año pasado, cuando terminé mi lectura diaria, sentí que la vida volvía a mí en ese espectáculo que es el viento agitado en las hermosas tardes blancas; pero este año, como no hace ni una buena tarde, sufro del calor sin poder hacer nada para evitarlo.

 

Notas del traductor y las fuentes

– El libro que Shiki refiere, es la autobiografía inacabada de Benjamin Franklin (1706-1790), que fue publicado en inglés en 1790, y fue extremadamente popular, incluso en Japón, donde se leyó durante mucho tiempo en el texto original. Ofrece el modelo perfecto del ideal de eso que llaman un hombre hecho a sí mismo. Puede leerse en línea clicando aquí.