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La Vela

Hay lugares en los que uno busca la soledad y otros en los que la encuentra sin buscarla. Siempre me han gustado las pequeñas ermitas en las que no hay casi nadie. Y nunca me han gustado las grandes ermitas en las que hay mucha gente…

Entro en una ermita. Es un lugar de Castilla. En la ermita no hay nadie. Es una ermita fría…más que fría: gélida. Casi no se percibe la luz de la tarde. Entra muy poca luz a través de unas sencillas vidrieras, nada que ver con la de las grandes catedrales.

Pero lo que me sorprende al entrar no es el suelo gastado, como a un conocido amigo haijin1, sino una vela que hay al lado del altar. Esa vela es la única luz, la pequeña luz que hay en la ermita. Alguien la dejó encendida, quizá como ofrenda hace un poco tiempo. Poco tiempo, porque no está muy consumida.

Tiene algo especial esta vela, porque es la única que hay encendida en la ermita…y porque le da un color especial a la ermita…Una pequeña vela en una ermita pequeña…

solo una vela

ilumina la ermita –

atardecer

-.-

1. Frutos Soriano.

más que el sermón

me conmueve el gastado

suelo del templo.

No siempre la brevedad es haiku

No siempre escribir tres versos pautados por su brevedad, nos asegurará que estemos escribiendo un haiku: “La esencia del haiku es el haimi, dice Vicente Haya en su libro Aware, no puede ser el 5,7,5 pues hay otras formas poéticas con esa regla que no son haiku como el senryû y el zappai”.

Distinguir cuando lo que se ha escrito no es un poema haiku es uno de los aprendizajes que debemos encarar y no es tarea fácil; aún después de tiempo en el camino del haiku, algunos haijines, tenemos ese riesgo, esa tentación de hacer algo elaborado o de querer expresar ideas, por ello la importancia de un maestro que esté ahí a la hora de desviarnos, antes de que un desliz se multiplique y nos lleve a alejarnos del camino.

 

Poesía y poesía haiku

Para distinguir un poema de un haiku, podemos y debemos estudiar lo que es un haiku, pero también hay ejercicios como el siguiente que pueden ayudar a los que se inician a ver lo que es un poema no haiku, aunque cumpla con las 17 silabas y con la clásica distribución de los tres versos.

Hemos seleccionado tres versos de un poema de Daniel Favero (poeta argentino víctima del terrorismo de estado, desaparecido durante la dictadura militar) que reducimos a 17 sílabas distribuidas igualmente en tres versos ¿podríamos tener un haiku?

 

Tu risa va descalza por un campo minado,

va burlando tragedias; se parece a la vida

que tiene diez mil años de sitio y sigue y sigue

(…)

Daniel O. Favero

 

Tu risa

va burlando tragedias:

se parece a la vida

 

Aunque el poema es hermoso no sería un haiku porque es una idea, algo que el poeta piensa y lo que pensamos por sí solo no compone un haiku.

    Pueden pasar años antes de aprender a diferenciar un poema haiku de uno que no lo es, y esto no siempre ocurre por desconocer la teoría sino por la ceguera particular que produce el conocimiento intelectual cuando es simplemente una adquisición de información que no integramos en nosotros mismos. El resultado es algo así: “conocemos mucho de haiku” mientras que la realidad es que tenemos mucha información sobre el haiku en una parcela estanca de nuestro intelecto incapaz de interactuar con nuestras creaciones. Para que nuestros poemas tengan haimi, sabor de haiku, necesitamos algo más que conocer las reglas y ejercitarnos en su escritura. Dice Vicente Haya, en su libro Aware: “El haiku es un proceso que debe darse en ti. No es un aprendizaje intelectual; es un entrenamiento en la percepción.”

 

Personalmente me llevó años reconocer que muchos de mis intentos no lo eran. Algunos sobrevivieron y forman parte del primer libro que publiqué: “En los bolsillos huesos de melocotón”. Identificar poemas que no eran haiku me ayudó -aunque suene paradójico- a captar un poco mejor lo que era un haiku.

Algunos ejemplos de esos poemas de mi autoría que son solo una idea, una creencia, un pensamiento, o puro estado emocional, y que llamé anti-haikus son:

 

El olor del espliego

borra el peso

de este mundo.

 

Sin rumbo fijo;

y es de noche

y es invierno.

 

El perfume

de las flores que piso

queda en el aire.

 

No vive quien

no ve florecer las rosas

sin desear nada.

 

Cuando reconocemos que el poema que hemos escrito no es un haiku, no llamarlo así es lo primero, y lo segundo reconocer que puede ser (como poema) muy bueno, pero -si lo que prima es que intentamos escribir haikus- debemos volver sobre las reglas, a la lectura de los clásicos, sobre las lecciones de los maestros y sobre todo a escribir y tirar, escribir y tirar, y de vez en cuando salvar alguno para que nuestro maestro corrija, nos diga que somos unos cursis o que tenemos un “yo” como una catedral. Y para que, a pesar de ello, o especialmente por ello, sigamos en el camino, ganando poco a poco algo de humildad y de intimidad con el mundo.

 

Senryu y Zappai

 

Al inicio del artículo hemos mencionado otras formas poéticas de Japón con la misma alternancia del haiku, de ellas solo decir :

Senryu

 Tiene intención, hay suceso. El senryu es heredero del haiku arcaico . Puede hacer reír, cabrear, ser una broma o un reclamo social.

 

Otra primavera,

tras ese hombre que se pierde

entre hojas jóvenes

                                       IP51

  

Zappai

 Un zappai es una idea, no hay suceso.

 

No hay mantas

para el invierno que se avecina

a esta tierra

                         IP51

El haiku es la poesía de la sensación y de la brevedad, pero también de “algo más”. Vislumbrar ese “algo más” es lo que atrapa al que se inicia en el camino del haiku. Por esto último renunciamos a los juegos de palabras, a vivir solo la aventura del lenguaje que es todo tipo de poesía y que tanto atrapa. Porque, en esa otra búsqueda que es el haiku, el “poeta” va tomándole el gusto a ir desarmando esa complejidad que él es, queda atrapado en esa otra aventura que es aprender a ser más sencillo, más transparente, menos intelectual, a estar más atento a la vida, actuando con la mayor impecabilidad que pueda lograr, porque tal vez eso que va mermando en él (esas capas que con anterioridad ha ido sumando sobre sí mismo) y esa nueva forma de estar en el mundo que le pide el haiku, lo lleven a sentirse más cerca o en camino hacia eso que es nombrado como “esencia”, “ser”, “energía”, “lo inefable”.

 

Isabel Pose

Haiga 4

Son muchos los poetas de haiku que acompañaban algunos de sus poemas con una imagen. Éstas podían complementar o simplemente ilustrarlos. A estos dibujos, como ya hemos visto, se les conoce como Haiga (俳画), “pinturas de Haiku” y surgieron durante el período Edo (1600-1868).

 

 

 

 

 

Haiga de Yosa Buson

Un lugar destacado lo tiene Yosa Buson por ser uno de los grandes maestros del haiku quien previamente se había destacado como pintor. No hay mucha información detallada de su vida, sin embargo contamos con los datos suficientes como para contextualizarlo. Vivió entre 1716 y 1783.

         Comenzó llamándose Taniguchi. En realidad ese era su apellido y Buson era el nombre de pila (en Japón se antepone el apellido al nombre). Como pintor firmaba sus obras como Chootoo, Shain y Shunsei. Como haijin llegó a firmar sus poemas bajo los nombres: Saichoo, Keisoo, Shikoan y Yahantei. Recién a sus 28 años adoptó el nombre que lo trascendió: Yosa Buson.

 

Como destacado pintor, sus pinceladas con gran destreza y dinamismo sumados a su percepción y manera de estar en el mundo, le permitió generar obras que se distinguen de entre otros. La mirada de Buson, previamente pintor a poeta, se manifiesta en haiku como estos:

遠山に夕日一すじ時雨哉

Tôyama ni yûhi hitosuji shigure kana

 

En una montaña lejana

un trazo de luz de atardecer

Lluvia repentina de invierno

                                                                       Buson

Traducción: Keiko Kawabe

 

En su calidad de haijin y pintor, Buson expresa maravillosamente en el haiku esa luz de la tarde; se perciben cada uno de los colores aunque lo pinte con sumi o escriba con kanjis. Desde lejos, esa pincelada de luz de atardecer nos conmueve porque aún la nieve deja de ser blanca con la puesta del sol. Ese “trazo de luz” tiene la fuerza de cambiarle el color a la nieve, a la montaña incluso le otorga tonalidad al frío.

 

Línea de gansos en vuelo

al pie de la colina

la luna puesta por sello

 

Esa comparación interna entre la luna y el sello da cuenta de su faceta de pintor. Las obras orientales incluyen la firma y el sello de su autor. Ese sello tiene un lugar especial, no se coloca en forma arbitraria.

Estos sellos son parte compositiva de la obra, por esa razón el lugar que ocupa no debe descompensar el equilibrio dinámico de la imagen. Cuando Buson coloca la luna por sello, sabe muy bien lo que dice. Esa mirada de pintor está en él.

El sello rojo característico, representa el nombre del autor de la obra. Generalmente es tallado en piedra o madera con kanjis antiguos. Cuando un discípulo adquiere la técnica y su maestro lo considera oportuno, le otorga un nombre artístico con el que firmará y sellará sus obras. Hay otros sellos que también pueden acompañar, como el sello familiar, por ejemplo. Las obras antiguas de gran calidad tienen varios, adquiriendo con ello prestigio. Cada galerista puede aportar el suyo.

         Si bien las obras pictóricas cuentan con algunos de ellos, un haiga no suele tener más que uno. Esto es acorde al valor espontáneo y despojado que constituye un haiga.

Según las encuestas sobre los grandes poetas y pintores de la historia de Japón, Buson fue considerado el segundo maestro de haiku, luego de Basho. sin embargo al momento de comparar sus haiga, Busón sin dudas ocupa el primer lugar.

“Con un ojo en el haiku, otro en la pintura y el corazón en ambos”.

El haiku en Argentina 1

El presente artículo es un recorrido por el haiku en Argentina, país donde el haiku es practicado desde hace años y donde cuenta con gran número de seguidores. Gracias a todos aquellos que generosamente han contribuido a la realización de este artículo permitiendo la publicación de una muestra de su trabajo.

Debido a la extensión de este artículo se publicará en dos entregas consecutivas.

 

UN POCO DE HISTORIA.

A finales del siglo XIX, las clases más pudientes de Argentina comenzaron a realizar viajes por placer a Europa y Asia. El interés por lo exótico comienza a extenderse por el país al igual que sucedía en París. Muchos japoneses eran contratados y llevados a tierras argentinas como empleados de las familias ricas.

Los inmigrantes japoneses no eran muchos, pero lograron instalar sus comercios en las principales calles de Buenos Aires, mostraban su arte en las galerías de referencia, se instalaron en los hogares, crearon un jardín japonés en el barrio de Palermo, e incluso fundaron con el Gobierno de la República un Museo Nacional de Arte Oriental, logrando poco a poco transmitir la cultura japonesa a los argentinos.

Ikebana, origami, sumi-e, haiku, eran términos hasta entonces desconocidos que lentamente empezaron a formar parte del vocabulario de todos aquellos argentinos interesados en la cultura japonesa.

 

PRIMEROS PASOS DEL HAIKU EN ARGENTINA

En literatura, las primeras referencias al japonismo y a Japón la encontramos en un poema de Leopoldo Lugones, Yoshivara, en 1924. En 1935, Jorge Luis Borges, en Historia Universal de la Infamia incluye el cuento japonés Kotsuke no Suke, de 1703, como primer acercamiento a esta cultura. Borges escribió multitud de obras de temática japonesa y se acercó al haiku en alguno de sus libros:

 

Oscuramente
libros, láminas, llaves
siguen mi suerte.

*

Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero.

*

En el desierto
acontece la aurora.
Alguien lo sabe.

*

La ociosa espada
sueña con sus batallas.
Otro es mi sueño

*

Algo me han dicho

la tarde y la montaña.

Ya lo he perdido.

*

La vasta noche

no es ahora otra cosa

que una fragancia.

 

Otro de los autores que incursionaron pronto en el haiku en Argentina fue Álvaro Yunque, seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero (1889 – 1982) Una de sus obras más representativas de este género es 100 Haikais y un soneto. Ediciones Peña Lillo, Buenos Aires, 1966.

HAÏCAI

Viento poeta:

Construyes con imágenes

Nubes que vuelan.

*

BARCA

¡De pie en su proa!:

El libro es una barca

Que no zozobra.

*

HABLA EL ARTISTA

Arte, sol de almas,

Soy tu luna; yo alumbro

La noche humana.

*

PRIVILEGIO DEL IMAGINISTA

¿Alta la estrella?

¡Si yo en un vaso de agua

Puedo cogerla!

*

SABER

La ciencia humana:

¡Qué océano infinito

La gota de agua!

*

 

Eduardo González Lanuza (1900-1984) De origen español, fundó con Jorge Luis Borges la revista Prisma (1925), impulsora de la vanguardia argentina, y colaboró en Proa y en Martín Fierro. En sus inicios poéticos se aprecia la influencia del ultraísmo (Prismas, 1924). Con posterioridad, se orientó hacia una poesía de formas clásicas (La degollación de los inocentes, 1938; Oda a la alegría y otros poemas, 1949; Aires para canciones, 1977). Es autor también de ensayos (Variaciones sobre la poesía, 1943; Los martinfierristas, 1961).

Oh lámpara apagada

Necesito tu luz

para buscarte

*

¿Y para que dormir?

la luna está

soñándonos a todos

*

No sonrías,

frente al misterio

hasta la sonrisa es una impertinencia

*

No hay silencio mayor:

dormido en el azogue

un gato blanco.

*

La ráfaga mojada

golpea nuestra puerta

para añadir fragancia a las tazas de té.

*

 

Este acercamiento al haiku tuvo una época de silencio después de la Segunda Guerra Mundial. Hacia el final de la contienda, Argentina se vio forzada a declarar la guerra a Japón, debido a la presión de los países aliados. Por esa razón, todas las instituciones de la colectividad japonesa en Argentina debieron suspender sus actividades.

 

Años más tarde la cultura japonesa volvió a la vida argentina, y el haiku empezó a interesar a muchos autores.

A principios de la década de los setenta cabe destacar la figura de TOMIJI KUBOTA. Artista plástico y poeta japonés, fue el fundador y profesor del Centro Argentino de Estudios Japoneses. Recibió por sus haikus premios nacionales e internacionales, y distinciones por mérito a su tarea cultural, otorgadas por el emperador Hirohito.

Afirmó durante toda su vida, que el haiku era sólo para los japoneses, postura que mantuvo hasta sus 80 años, momento en el que reconoció su error y creó, junto a otros haijines el grupo Génesis.

De su único libro, Búsqueda de la belleza, Buenos Aires, 1994:

En la cesta de compras

de una prostituta

un puñado de violetas

*

Tomándola con las manos,

mía solamente,

la luna

*

Hojas caídas

sobre el empedrado:

un aire de tango.

*

Esperanza perdida

pequeño amanecer.

Despiadado

*

Al puente del Riachuelo

el perro trajo en su boca

un pedazo de luna

*

Callejeando

con las nubes blancas

al borde del sombrero

*

Entré a la casa

con la luna llena

en el bolsillo

*

El cielo del invierno

es una tabla de plomo

apoyada en un árbol seco

*

 

APRENDIENDO HAIKU EN ARGENTINA

Diversos grupos de autores se reúnen para estudiar haiku, para compartir instantes e impresiones. También se llevan a cabo talleres, encuentros, y diversas actividades relacionadas con esta forma poética.

 

Algunos de los centros más importantes donde aprender haiku son:

 

FUNDACIÓN CULTURAL ARGENTINO-JAPONESA

Para muchos, el Jardín Japonés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es un lugar de ensueño, un lugar mágico donde la paz y la armonía abundan, ofreciendo a sus visitantes una experiencia para atesorar en sus corazones. Su tranquilidad hipnotizante y riqueza natural, contrasta con el caos de la ciudad, haciendo que los visitantes se olviden de lo cotidiano y se detengan a realizar un camino interior.

El Jardín Japonés fue inaugurado el 17 de mayo de 1967, proyectado y construido por la colectividad japonesa, para luego ser donado por intermedio de la Embajada del Japón, a la Municipalidad de Buenos Aires, en agradecimiento al pueblo argentino por ser el país que le abrió sus brazos en tiempos de inmigración.

La idea surgió con el propósito de crear un hermoso lugar perdurable de encuentro entre la colectividad japonesa y los príncipes herederos al trono imperial, Michiko y Akihito, quienes pronto vendrían a la Argentina. Aquella visita, pactada para mayo de 1967, era un acontecimiento único sin precedente alguno, ya que por primera vez, un miembro de la familia imperial visitaba el país. La colectividad japonesa y sus descendientes abrazaron la noticia con orgullo y alegría: «los príncipes nos visitarán». Fue así que con esfuerzo y dedicación lograron, en tan sólo 50 días, juntar fondos suficientes y crear una belleza única e inigualable en la Ciudad de Buenos Aires.

Los años pasaron y el jardín creció en admiración y prestigio, a tal punto de ser considerado un «pequeño Japón en Argentina» y un «pulmón de armonía y tranquilidad en medio de la gran ciudad», siendo uno de los lugares más elegidos por los viajeros de todo el mundo en busca de cultura japonesa y paz interior.

Es así que en el año 2004, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires declaró al Jardín Japonés «sitio de interés turístico» y, en el año 2008, el Poder Ejecutivo Nacional lo declaró «bien de interés histórico y artístico de la Nación».

En el Jardín Japonés, tiene su sede la Fundación Cultural Argentino Japonesa, donde AYAKO KISHIMOTO es miembro del consejo administrativo y promotora de las distintas actividades que la organización lleva a cabo durante el año. Ayako que es filósofa y docente, organiza cada tanto, encuentros y talleres de haiku en el Jardín, el espacio privilegiado para inspirarlos.

En el año 2018 tuvo lugar en el Jardín Japonés de Buenos Aires la reunión entre los integrantes de la Fundación Cultural Argentino Japonesa (FCAJ) y los organizadores del Primer Concurso Internacional de poesía japonesa “Tierra de Haikus” desarrollado en honor y homenaje a los 120 años de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, celebrado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898. Unos 2000 autores de todo el mundo han participado en este concurso cuyo fallo será publicado a finales de abril de 2019.

Fundación Cultural Argentino Japonesa – Av. Independencia 732 Tel: 4300-1182/1149

https://jardinjapones.org.ar/

 

ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU

Durante la década de 1930 a 1940, las familias japonesas se fueron radicando en el Oeste de Buenos Aires, en la zona de Ciudadela, Ramos Mejía, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingó, Merlo y Moreno, desarrollando como actividades principales la de quinteros, floricultores y tintoreros. Con la llegada de más familias y a medida que aumentaba el número y las edades de los descendientes nisei, surgió la necesidad de inculcar la enseñanza del idioma japonés entre los niños y el deseo de promover la cultura y las costumbres japonesas.

Alrededor de 1938, se creó la primera Escuela de Idioma Japonés, en una casa alquilada en la calle Berutti 345, en Morón Norte. Tras el paréntesis forzado por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, en 1952 se crea oficialmente el Seibu Club, y en 1967, gracias a Yoshio Miyakawa, se trasladan a su actual ubicación, cambiando su denominación por Asociación Japonesa Seibu en el año 2000. Además de multitud de actividades culturales, sociales y deportivas, se imparten cursos para niños y adultos: idioma japonés, haiku, sumi-e, manga, etc…

La encargada de enseñar haiku y sumi-e en los talleres de la asociación es la profesora LIRIA MIYAKAWA. Ex profesora de Sumi-e del Instituto “Ernesto de la Cárcova” de la Universidad Nacional de las Artes y ex profesora de haiku de Nichia Gakuin en Buenos Aires, en 2017 fue condecorada con la Orden del Sol Naciente por su contribución a la promoción del intercambio cultural y del entendimiento mutuo entre Japón y Argentina.

Editó con sus alumnos seis antologías, la tercera y cuarta con faja de honor de la Asociación de Escritores de la Provincia de Buenos Aires. Sus haikus han sido publicados en Japón, Brasil, Italia y Argentina.

Anda sin rumbo

por la orilla del río

junto a los pájaros.

 

De su obra Haiku, tanka, senryu, Cuarta antología De los Cuatro Vientos Editora, Buenos Aires, 2007:

 

 

La luz araña

los huequitos de sombra

del entablado.

 

ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU: Mendoza 270. Morón Provincia de Buenos Aires Tel: 4489-1610. Mail: info@seibu.com.ar

 

INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE”

En 1992 un grupo de profesores argentinos se unen para trabajar en torno al idioma japonés, creando el Instituo Tôzai. En principio sólo se impartía el idioma, pero poco a poco fueron añadiendo más actividades: cursos de origami, ikebana, sumi-e, etc… y también haiku.

En 2001 organizan el Primer Encuentro Internacional de Haiku, que desde entonces se celebra cada dos años. En estos encuentros, que tienen una duración de tres días, se desarrollan todo tipo de actividades en torno al haiku. Además los haikus escritos por los participantes se reúnen en un libro que además incluye lo más destacado de cada edición.

Desde 2005 se ha convertido en la Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”, organización sin fines de lucro, cuyos fines son la dedicación a actividades relacionadas con la cultura en todas sus vertientes: enseñanza, investigación, capacitación, etc… Para esta fundación «Lo esencial es: La riqueza de las diferencias y la consideración al otro», que es lo que nos identifica a todos los seres humanos. Por otra parte, son los fundamentos que nos mantendrán unidos por el camino de la paz.”

STELLA MARIS ACUÑA ZOCCHI es su presidenta. Profesora examinadora en los exámenes de japonés (Linguística y Gramática) en la Facultad de Derecho, en la Carrera de Traductorado de la UBA, profesora de Literatura Oriental en el Instituto Superior del Profesorado de Lengua y Literatura, dependiente del Ministerio de Educación, Provincia de Buenos Aires, es gran conocedora del idioma y la cultura japonesa. Investigadora de haiku, es la encargada de impartir los seminarios sobre haiku del Instituto y organiza cada dos años el Encuentro Internacional de Haiku.

Presencia habitual en estos encuentros es la Profesora KAYOKO IJIRI, que participa como jurado y como ponente. Kayoko forma parte del Departamento de Estudios Internacionales, Facultad de Estudios Culturales, en la Universidad de Kyoto Sangyo, Kyoto, Japón. Además es miembro de Tenjitsu, una revista de haiku y miembro de Koto-Renku-Kai, grupo de Renku en Kyoto.

Buena conocedora del haiku argentino, la señora Kayoko ha participado en multitud de conferencias, talleres, encuentros, y editado, entre otras muchas obras, el libro El haiku argentino y sus tópicos.

Su ponencia sobre el kigo argentino fue presentada también en el marco del V Encuentro Internacional de Haiku organizado por el Instituto Tozai en Buenos Aires, Argentina. Dicha ponencia se encuentra publicada en el libro Haiku V – Ediciones Tozai, 2010. En dicha ponencia la profesora expone:

Muchos de los haiku argentinos plasman en un instante de contacto entre la naturaleza y el sentimiento de los humanos en las diecisiete sílabas. Los tópicos empleados allí, sean con sentimiento estacional o no, contienen ricos matices de la naturaleza y de la cultura de Argentina. De modo que con poner una lista de tópicos del haiku argentino significa preparar una enciclopedia de sentimientos y memorias hacia las cosas argentinas. Y si ponemos haiku de ejemplo a cada tópico, ya tendremos un saiji-ki en versión argentina. Así vamos a tener una especie de plaza donde todos puedan pasear libremente entre una gran variedad de haiku y sus tópicos poéticos. Esta plaza estará siempre abierta para renovarse reflejando cambios de cultura y naturaleza según el correr del tiempo. Creo que el haiku argentino y sus poetas han venido acumulando un corpus suficientemente grande para tener un saiji-ki y que su presencia va a servir para que sea compartido ampliamente el valor del haiku argentino entre todo el pueblo.

 

Otra de las figuras importantes del Instituto Tôzai ha sido, hasta su reciente desaparición, la poetisa y profesora NERI L. MENDIARA.

Profesora en Letras, Licenciada en Música, dedicada exclusivamente al haiku y al tanka, fue ganadora del Primer Concurso de Haiku, realizado en Argentina, por la Asociación Japonesa, en 1976 y fue directora de la Comisión organizadora del I, II y III Encuentro Internacional de Haiku, en Buenos Aires. Sus conocimientos sobre haiku, su buen hacer y su gran energía han cautivado a generaciones de haijines que han tenido el privilegio de aprender haiku con ella. Entre sus obras destacan:

Haiku. Editorial Dunken, 1998, Buenos Aires, Argentina.

Haiku II. Editorial Dunken, 2000, Buenos Aires. Argentina.

Tanka. Editorial Dunken, 2001, Buenos Aires, Argentina.

 

Se alejó un día.

La acompañaron pájaros

por el camino.

*

“Alegre el mar.

Juegan los ballenatos

tirando agua.”

*

“¡Volvió otra vez!

¿De quién trae el mensaje

el picaflor?”

*

“¡No sé qué día

camino a los chañares

me haré su sombra!”

*

“De humo y ruidos

Buenos Aires se enturbia,

pero hay magnolias.

*

 

INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE” Lavalle 774 6°Piso Dto D. Tel: 4328-6484/4165/5286

 

 

SELECCIÓN DE AUTORES ARGENTINOS CONTEMPORÁNEOS

(PRIMERA PARTE)

A continuación podrán disfrutar de una selección de haikus de varios autores argentinos.

Una de las características principales del haiku argentino es el respeto a la métrica clásica, la gran mayoría de autores son fieles al patrón japonés.

 

CARLOS SPINEDI (1928-2015) Especializado en el estudio de autores como F. García Lorca, J.L.Borges, Antonio Machado o Constantin Cavafy. Sus poemas aparecen en varios antologías en Argentina y el mundo. Después de descubrir el haiku y la tanka, produce varias colecciones y artículos sobre el tema. Entre sus obras se encuentran Cuadernos de Tankas, Buenos Aires, El Archibrazo Editor, 1988 y Tal vez tankas tal vez Haikus, Buenos Aires, Editorial Metáfora, 2002

noche lunar

un ajedrez de sombras

en la terraza

*

el vaho del té

empaña los cristales

la casa se estremece

*

Seca una rama

quiébrase entre mis manos

Llega el inverno

*

El mar anega

el hueco que tu pie

dejó en la playa

*

 

MARÍA SANTAMARINA (Buenos Aires, 1954) comenzó a estudiar haiku en 1992 de la mano de Félix Della Paolera. Sus haikus han sido traducidos al francés. Entre sus obras podemos destacar: Pausa en la hierba, A cada instante y Haiku.

En su ensayo “Brevedad y encanto sutil en el haiku” habla del haiku como “una estructura formal precisa que facilita la liberación de lo esencial, de lo interno”.

 

Hojas de ginkgo:

por instantes la oruga

es mariposa.

*

Agua de pozo:

el niño baja el balde,

sube una estrella.

*

El viejo roble:

surcos en la corteza

camino al cielo.

*

Arbol de otoño:

¿Las hojas escondidas

en las raíces?

*

Jacarandá:

caen flores azules,

descendió el cielo.

*

Baldosa suelta

barro infame en mis pies

sol de las doce.

*

 

CARLOS OSCAR ANTOGNAZZI (Santa Fe14 de mayo de 1963) es un escritor y fotógrafo argentino. Cuentos suyos fueron traducidos al italiano y al inglés y han sido publicados en antologías en España, Estados Unidos, Italia, México y Argentina. Es coordinador de talleres literarios en Santo Tomé y sus artículos se editan en el portal de «Mundo Cultural Hispano». Entre sus obras destacan “Leve aire”, un trabajo que recoge 537 haikus, publicado en 2011, y Namastê: cruces digresivos sobre arte, creación, filosofía y haiku (1ª edición). Tauro. 2019, con más de 800 páginas dedicadas al haiku.

 

 

ANTONIO LIBONATI

Haijin conocido en el mundo del haiku como César Bianchi:

Nací en San Martín, Provincia de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1937. Conocí el haiku en Internet. Participé en la Sección La Pizarra de El Rincón del Haiku, donde algunos de sus haiku fueron comentados entre otros por Pedro Aullón de Haro, Osvaldo Svanascini, Fernando Rodríguez Izquierdo, Luis Corrales Vasco.

Participé del Renku Rosal silvestre junto a Susana Benet (Valencia, España), Jorge Braulio (Cuba), y Rafael García Bidó (República Dominicana). Fue publicado en El Rincón del Haiku. Publiqué “Los haiku del Viejo Libo” Edit.El Aleph, Bs As, 2005

Estudié con la maestra argentina Neri Mendiara y recientemente asistí a dos seminarios de Vicente Haya en Madrid y Haedo, Buenos Aires.

Dos de mis haiku fueron grabados por mí y musicalizados por Enrique Linares y figuran en la Revista Hela. Otros fueron elegidos para la publicación de Conciertos de Medellín.

Obtuve menciones y premios en los Encuentro del Instituto Tozai de Buenos Aires.

Participo desde hace un año en el grupo de haiku “Puente y camino de Buenos Aires” y del Cuaderno de Haiku, Antología 2018, publicado por el mismo, con tapa ilustrada por Sandra Pérez

 

 

mi buen amigo

apenas un humito

del crematorio

*

nieve en la calle

el humo de la olla

empaña el vidrio

.*

zaguán abierto

asoman dos mujeres

y una glicina

*

Llega

la vendedora de jazmines

aún no la veo

*

Viento del Sur

Cabalgando un jinete

lo sigue el poncho

*

Inudación

El Río Reconquista

en los colchones

 

(El Río Reconquista atraviesa las zonas más pobre del conurbano bonaerense, las llamadas Villas Miseria o por un eufemismo Villas de Emergencia. Asentada en terrenos bajos

*

Cartonerita

Encuentra en la basura

una muñeca

(Cartoneros se llaman en Buenos Aires a las personas que viven de la recolección de cartones y otros residuos para lo que se trasladan desde el conurbano a los barrios de la capital con carros de mano)

*

la corriente del arroyo

y la mariposa

en el mismo sentido

*

atardecer

un cuervo sobre el poste

detrás el sol

                                                               *

empieza el año

el abuelo sonríe

una vez más

                                                               *

 

ALICIA CÉSPEDES

Médica Especialista en Psiquiatría (jubilada), docente universitaria, coordinadora de Talleres de Creatividad como Prevención y Promoción de la Salud Mental. Egresada de la Carrera de Escritura Creativa de Casa de Letras.

Ex integrante de la Peña de Escritores Pinamarenses. Activa defensora del Medio Ambiente publiqué artículos en diarios y revistas de Pinamar y Cariló.

En el 2010, “descubrí el haiku” leyendo La preparación de la novela, de Barthes. Con el tiempo empecé a escribir “mi haiku”, es decir lo que era para mí, sujeto argentino, mujer, que leía traducciones de autores desconocidos. Un difícil camino en soledad que, sin embargo, dio sus primeros frutos. En el 2017, presenté mi primer trabajo Semillas de Haiku, en la Mesa sobre Poesía y Mujeres de la Biblioteca de Pinamar. César Bianchi me invitó a las reuniones de Puente y Camino Grupo Haiku Buenos Aires y a partir de ese momento, comparto el camino con excelentes haijines. Gracias a ellos estoy dejando de pensar al mundo como una experiencia intelectual. Sentir “el sacudón sensorial” frente a una señal de la Naturaleza me cambió no solo la mirada sino la vida.

El Curso de Haiku dictado en el 2018 por el Prof. Vicente Haya significó para mí el encuentro con quien considero mi Maestro y el comienzo de una transformación espiritual que continuó con el Curso On-line de la Escuela Makoto, del que tengo el honor de ser egresada 2018.

 

Otra noche agobiante.

En el patio,

un pichón muerto.

*

Ceibal en flor.

Monte adentro

canto de tacuaritas.

*

Laguna encrespada.

En contra del viento

las cotorras.

*

Arado de trigo.

Sobrevuelan el polvo

gaviotas blancas.

*

Sola en el baldío,

una niña clava la mirada

en la pasionaria azul.

*

Noche de tormenta.

En la olla humeante

caen tres arañas.

*

Entre cardos,

un rebaño blanco

rumbo al horizonte.

*

Montaña adentro,

de espaldas al sol,

sigue a su sombra.

*

¡Kikú! ¡Kikú!

Sin una pata,

cruza veloz el camino

la gallareta.

*

 

KARIN ROSENKRANZ

Nací en Buenos Aires, en 1971. Cursé mis estudios de Ciencias de la Comunicación en la UBA, Universidad de Buenos Aires. Resido con mi familia en Palma de Mallorca desde 1993. Trabajé como reportera en revistas y periódicos.

Durante un viaje familiar a mi ciudad natal, en el año 2011, escribí mi primer haiku, por casualidad.

 

Viaje de regreso

las vacas, compañeras de ruta.

La mirada de ella a través de la reja.

 

Desde entonces, tengo mi blog PENSANDO EN HAIKU.

«Escribir haikus me ha llenado de hermosas experiencias y me ha abierto una puerta a un mundo maravilloso»

 

Campo de golf

a paso veloz

camina el hornero

*

Sol de Agosto

los jardineros cuidan

El Rosedal sin rosas.

*

Noche de tormenta,

abraza sus bolsas

El vagabundo

*

Lluvia torrencial

la basura de las calles

¿dónde irá a parar?

*

Trinar de gorriones

mientras tejo al crochet

ha amanecido.

*

Viento invernal

las esquinas huelen

a garrapiñadas.

*

Bar de la esquina

en la ventana recuerdo,

los días de facultad

*

Tormenta al alba

me sorprenden los truenos

y mi catarro

*

Amanecer porteño

en las rejas del balcón

el gorrión se acicala

*

CRISTINA NOEMI GHIRINGHELLI

 

Nacida en Ramos Mejía. (1954)   Provincia de Buenos Aires,

Argentina. Profesora en Ciencias Naturales y Psicopedagoga.

Escritora, curiosa por naturaleza e inquieta en el arte de enseñar – aprender. Miembro de entidades literarias.

Participé y participo en talleres literarios desde el 2009 a la fecha. Cursé el Seminario de Haiku – Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”- CABA- 2016. Participé en Antologías de Poesía, Cuento y Microficción

Autora de los libros:

Palabras hojas sobre papel, un árbol – Editorial Argenta Sarlep S. A. – 2002. Poesía, Ojo de Buey. Un camino al interior – Ediciones Letras Urbanas – 2011. Narrativa, Letras Tejidas. Trama invisible – Ediciones La Guillotina – Colección La mano de Cristal (16)- 2014. Micropoesía.    

Expuse sobre: Julio Verne: el precursor. Literato-Científico. En el marco de difusión de la AALIJ – Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil – SADE- 28 de julio 2016.

ACTIVIDADES RELACIONDAS CON EL HAIKU:

Participé del IX ENCUENTRO INTERNACIONAL DE HAIKU- Octubre 2016.

Expuse sobre: “El aspecto social en los haiku de los Encuentros”.

Cursé el CURSO DE MAKOTO 2017.

Participo del grupo Puente y camino desde 2017.

Cuaderno de peces Ana Sotos Julio 2018.

Seleccionada en el “Cuarto movimiento del Concierto de haiku: Los Cuatro Elementos; SER FUEGO-LUZ”   – 30 de julio de 2018- Medellín Colombia.

Participé en “Cuaderno de haiku” Septiembre 2018 – Argentina.

Participé en la plaqueta de fin de año 2018 – 2019 Puente y Camino.

 

eMail: noghiem@yahoo.com.ar //cristina.ghiringhelli@gmail.com

En las manos
de la anciana un rosario.
Tarde otoñal.
*

Luz de farol,
la mano extendida
de un mendigo.

*

En la boca del perro
la cola de un ratón.
Rosal con flores.

*

En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.

*

Sol de Humahuaca*…
La carne de cabrito
se deshace en la boca

*Ciudad ubicada en la Provincia de Jujuy- Argentina

*

En el viejo
sombrero de paja.
Tres pichones.
*

En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.

*

Una libélula
en la pileta del baño.
Noche de tormenta.

*

Tres palomas
se pierden entre las nubes.
Atardecer.

*

Bajamar.
La luz cambia en las huellas
de los cangrejos

*

 

JULIA GUZMÁN

Vivo en Córdoba capital, Argentina. Empecé a escribir haiku en el 2007 y desde entonces lo leo, lo estudio, lo traduzco y lo investigo ya que me interesa saber cómo se escribe en otras partes del mundo. Para mí el haiku es un modo de vida.

He publicado en coautoría con Jorge A. Giallorenzi el libro “ Aniko y Akiro. HAIKUS”2008 y plaquetas de haiku Serie “Estaciones”, “Lleva a cuestas un niño” 2014, “Haikus de Navidad y Año Nuevo”.2017/2018.

Colaboro con la revista Hojas en la Acera, en Paseos.Net.y El Rincón del Haiku. Formo parte desde el 2018 del equipo de maestros de la Escuela Virtual de Haiku “Makoto”

He sido seleccionada para formar parte del Concierto” Los Cuatro Elementos” organizado por Montaña de Silencio, Medellín, Colombia.

Gané el primer premio a la mejor colección de haiku en el Segundo Concurso Internacional de Haiku, Medellín. Colombia.2014.

Me han publicado en el diario japonés The Asahi Shimbun, en The Mamba Journal ( Africa ), The Haiku Foundation ( U.S.A).

He traducido al español el libro de haiku “ Afriku” del prof. Adjei Agyei-Baah de Ghana.

Co-fundadora del Grupo Córdoba Haiku

 

Marea baja

Una colonia de gaviotas

en el verdín

*

Otoño en el maple

El graznido de un cuervo

que no veo

*

Respirar el aire de Kumano

ser uno con los budas…

*

Lejos el río

Un rayo de sol

cruzado por los cuervos

*

Tac…tac…

Una semilla cae

de la vaina de una pezuña de vaca

*

Tarde de rio

El perro cojo

persigue una mariposa

*

Plaza de Chivilcoy

En el bebedero seco

un gorrión

*

Se posa una luciérnaga

en un tamarisco…

y vuela

*

Mar con tormenta

Las olas borran

lo escrito en la arena

*

Año del chancho

El refugiado besa la tierra

que acaba de pisar

 

JORGE ALBERTO GIALLORENZI

Reside en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, Argentina desde fines de 2016.

Fotógrafo, arquitecto, poeta y haijin. Coleccionista de sobres de té, también estudia el idioma y la cultura del Japón. Investigador del Haijin Taneda Santöka. Es autor –junto a Julia Guzmán- de plaquetas de haiku en idiomas español e inglés (2009, 2010, 2011 y 2012)

Libro publicados: “Aniko y Akiro Haiku” (junto a Julia Guzmán) (2008) y “Helechos en la Cornisa Haikus Chivilcoyanos” (2016).

Haikus publicados en la versión digital de los diarios “The Asahi Simbun” (Japón, 2017, 2018 y 2019) y “The Mainichi” (Japón, 2018).

Haikus publicados en Africa haiku Network (2018) y The Haiku Foundation (2018)

Traducción puntual –sin publicación- del libro “Cento Haiku” (2013)

Autor antológico en libros y revistas de España y EE UU.

Colaborador de foros y revistas españolas de Haiku.

Co-fundador Grupo Córdoba Haiku

Coordinador de talleres y seminarios de haiku en ciudades de provincias argentinas y expositor de haiga.

Contacto: jorgeakiro@gmail.com

 

Leves crujidos…

Con el aroma a té

una nueva grulla

*

Festival de verano.

Desde el puente

resaltan los cerezos

*

Seminublado …

El canto de los horneros

en la ventana

*

Almacén de campo.

En el piso de ladrillos

canta una pigmea

*

Calor intenso.

El brillo de la gota

antes de caer

*

Alambrado de púas.

Pintada en un poste

la cara de un niño

*

Atardece…

Las sombras de las loras

también aletean

*

Llovizna fuerte.

En la plantación de arroz

sigue la garza

*

Caen hojitas.

Un cuervo en el cartel

de un restaurant

*

Meditación.

Camino al templo

se le cae el kaza

*

 

SANDRA PÉREZ

Comencé a practicar pintura japonesa y haiku casi simultáneamente. Ambas actividades son más que mis pasatiempos, son una forma de transitar mis días. Lo practico todo el tiempo que puedo entre el trabajo de la casa y la familia.

Comencé a dar los primeros pasos en el camino del haiku hace ya algunos años. Durante todo este tiempo leí y escribí. Escribí y me equivoqué, mucho ciertamente. Y volví sobre los errores y me volví a equivocar. Con cada acierto avanzaba un pasito en el camino, pero con los errores, mucho más. He comprobado que en este camino no hay meta. El sendero se extiende e invita a ser transitado. El andar es la meta, no la llegada.

He trabajado como maestra desde que salí de la escuela hasta hace unos meses en que me he jubilado.

Esta forma de andar me incentivó en mi tarea como docente de escuela primaria a proponerles a los niños transitar el camino del haiku. Desde hace ya varios años disfruto plenamente de esa actividad. Los niños pueden escribir haiku como estos:

 

La mariquita,

pasa el viento y ella

sigue en la hoja.

*

Tarde en el mar

picotean la espuma

unas gaviotas.

                                                                 *

Formo parte de Puente y camino – grupo de haiku de Buenos Aires, grupo con el cual estudiamos, producimos y difundimos el haiku dando talleres y charlas. Participo en los foros de Paseos y de El Rincón del haiku. Comparto la tarea con el equipo de HELA, Hojas en la acera, gaceta trimestral de haiku y con la Escuela virtual de Haiku Makoto.

 

Comparto algunos de los instantes que tuve el privilegio de vivenciar y se volvieron haiku:

 

Camalote en flor.

El golpeteo del oleaje

contra los botes.

*

Croan las ranas,

ni por un instante

se posan las libélulas

*

Se nubla la tarde,

un perro de nadie

camina a mi lado.

*

Moscas que van y vienen

el lecho del río

se desdibuja

*

Cruje la tranquera.

Toda la empalizada

cubierta de musgo.

*

 

JUAN CARLOS DURILÉN

Nace en el sur de la provincia de Córdoba, en Camilo Aldao (Argentina). Su inquietud literaria y sus poemas ven la luz en Chañar Ladeado (Santa Fe) donde completa sus estudios de secundaria.

En 1963 se radica definitivamente en Córdoba, ingresando a la Escuela de Letras de la U.N.C. y en 1966 es seleccionado con dos poemas en la Antología de Poetas de Córdoba publicada por Ediciones Grossi. En 1967 aparece su primer volumen de poemas De mis Vigilias, bajo el sello del Fondo Editorial de Córdoba, de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.). Colabora en plaquetas y poemas sueltos en diferentes publicaciones y participa en algunos certámenes literarios, obteniendo el 3º Premio Nacional de Poesía en San Rafael (Mendoza) con su poema Bramó su Entraña, con motivo del terremoto de Caucete (San Juan) de 1077.

Se dedica al haiku desde 2001. En el año 2002 publica su obra Fugacidades. Es autor del blog Hojas de haiku, que se publica desde el año 2009 y fundador del Grupo Córdoba Haiku, nacido el 1º de agosto de ese mismo año con el propósito de profundizar y difundir el Haiku, por su belleza, brevedad, sencillez y espíritu universal. En 2012 algunos de sus trabajos se incluyen en la primera edición del libro Abrazos del Sur en Puerto Rico, y en 2014 varios de sus haikus aparecen en la antología Un viejo estanque editada en España.

En 2015 publica “Gotas de Luna”, donde reúne sus mejores haikus.

En estos años, varios de sus haikus, artículos y ensayos breves, han aparecido en la gaceta trimestral de haiku Hojas en la Acera, en su versión digital e impresa, donde también participa del Kukai. Precisamente, invitado por el director de esta gaceta, ofició de Sabaki (Coordinador) en el Renku Internacional Viento de Otoño, publicado en el número especial 32 de diciembre 2016. La experiencia, que duró unos dos meses, tuvo como protagonistas a seis haijines de cinco países y tres continentes: Kayoko Ijiri (Japón), Enrique Linares Martí (España), Isabel Asúnsolo (Francia), Klaus-Dieter Wirth (Alemania), Toñi Sánchez Verdejo (España) y Juan Carlos Durilén (Argentina).

En el Nº 58 (Enero-Marzo 2018) de la revista francesa GONG (editada por l’Association Francophone de Haïku) se publica una entrevista que mantuviera con una de sus redactoras: la amiga Isabel Asúnsolo; allí mismo aparecen en versión española-francesa una veintena de sus haikus.

Más recientemente, ha sido seleccionado y galardonado por la revista digital Autumn Moon Haiku Journal, de EE UU, dirigida por Bruce Ross, donde han sido publicados sus haikus en versión inglesa-española.

Tiene en preparación su primer de libro de cuentos cortos que aparecerá este año 2019. Algunos de esos cuentos hacen referencia al haiku.

La versión completa de Gotas de luna se puede leer en la plataforma Calamēo: https://es.calameo.com/read/005023540cd103f7a50ee

mientras que el blog Hojas de Haiku se puede visitar en este enlace: https://hojas-de-haiku.blogspot.com/

Ya nadie habita

la casa abandonada.

Solo el otoño…

*

Hora de siesta.

Un canto de torcaza

en soledad.

*

Olor a lluvia…

El sonido del cántaro

mientras se llena.

*

Sol de la tarde.

Sin su follaje el tilo

lleno de pájaros.

*

Cae una hoja:

tiembla el cielo del lago

por un momento.

*

El sol y el viento

—en las sábanas limpias—

duermen conmigo.

*

Espantapájaros.

También él envejece

bajo este cielo.

*

Brisa de otoño.

Las hojas al caer

tocan sus sombras.

*

Luna empañada.

La silueta borrosa

de los pinares.

*

Aires de marzo.

Los verdes del verano

empalidecen.

*

MARÍA ROSALIA GILA

Argentina. Profesora de Letras y Licenciada en lengua y Comunicación, ejerció la docencia Media y Universitaria. Coordina talleres de lectura y escritura creativa.

En 1983 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía Alicia Moreau de Justo. Publicó las Antologías Hecho en taller, A tientas, el amor y Antología Universal de la poesía Amorosa y Cuaderno de haiku, publicación del grupo Puente y Camino

De su obra poética individual, fueron publicadas A La intemperie, Penúltima Esperanza y Sunyata, las huellas del vacío.

A partir de 1992, se inició en el camino del haiku a través de su experiencia de Zazen, participó de los Encuentros Internacionales de Haiku del Instituto Tozai e inició investigaciones sobre el tema.

Pertenece al Grupo de Haiku Puente y Camino y su mirada sobre el haiku cambió radicalmente a partir de la asistencia a los Seminarios del Prof. Vicente Haya y del curso en la Escuela Makoto, desde ese momento, adhiere a la línea de Haiku Do.

 

En la niebla del río

sólo

el canto de las alondras

*

Vuelan vencejos

sobre los manantiales,

todavía no hay tábanos

*

Recién caídos,

pétalos del ciruelo

sobre el estiércol

*

Invierno.

Ya ni los zorzales

visitan la casa

*

Florecen las orquídeas

en la tumba de padre.

Día de muertos

*

Primer sol del año,

sobre el jazmín en flor

la mesa y las ausencias

*

Salpicaduras:

en el cuenco del perro

se baña el zorzal

*

Entre los témpanos

la danza de cortejo

de las ballenas

*

El gato ha muerto.

Golpea las ventanas

un colibrí

*

Relampaguea:

de pronto se iluminan

los limoneros

 

   Esta selección continuará en la próxima entrega de este artículo.

Leticia Sicilia, 2019 ©

 

Botas

Muchas veces, hay cosas que nos llaman la atención sin saber por qué. Esas cosas, muchas veces no tienen importancia, son viejas, son usadas o en otra situación cualquiera no te habrías fijado en ellas.

Eso me pasó una vez y, posiblemente, a todos nos ha pasado.

Estaba atardeciendo y salí con la bicicleta por un sendero de tierra. Iba solo. No había ningún ciclista más ni ningún caminante. El campo estaba segado porque era verano y el sol le daba el color especial que tienen los atardeceres en los pueblos.

De repente, sin saber por qué me fijé en unas botas. Unas botas viejas. Paré la bicicleta y me quedé observándolas como si fueran una gran escultura, un gran cuadro o la misma luna llena.

Eran solo unas botas. Viejas, además. ¿De quién serían? ¿Las habría usado mucho? ¿Por qué las dejó ahí? ¿Por qué no esperó a tirarlas en su casa? Son tantas preguntas…Ninguna de ellas las he respondido, pero vuelven a surgir cada vez que releo este haiku:

 atardecer –

unas botas viejas

al borde del camino

La brevedad. 17 sílabas

Diecisiete “sonidos” es la medida clásica del haiku que en Japón se escribe en una sola línea vertical. Diecisiete sílabas, para los occidentales, que generalmente dividimos en tres versos.

 

yado kasanu

hokage ya yuki

no tsuzuki

 

No me alojaron.

Vi luces y en la nieve

casas en fila.

Buson (trad. Antonio Cabezas)

 

Si bien esta cantidad de sílabas no nos garantiza que estemos escribiendo un haiku, es ésta una de las reglas que nos acercará al mismo. Quizás la primera que cualquier persona que se interese por este peculiar tipo de poesía conoce, aunque pronto tome conciencia de que el haiku es mucho más que un breve poema de apenas diecisiete sílabas.

Sin duda, las 17 sílabas son un angosto sendero por el que debemos transitar. A veces podremos salirnos de sus márgenes sin perder el rumbo, pero si nos alejamos demasiado corremos el riesgo de entrar en un camino desconocido que nos separe del haiku. Por ello, las diecisiete sílabas son un principio básico que debemos conocer y ejercitar.

Con el tiempo nos surgirán preguntas como: ¿el ritmo 5-7-5 es realmente imprescindible?, ¿al escribir haiku en castellano, debemos mantener ese mismo ritmo?, o ¿qué tanto podemos alejarnos de ese clásico 5-7-5? Una posible respuesta podría ser que esta regla es al haiku como la luz del faro al navegante que cruza una costa rocosa. Una luz que siempre debería acompañarnos, aunque sin sacrificar nuestro idioma.

 

Sobre los hombres

y sobre las montañas

cae la lluvia.        

Rafael García Bidó

 

Si recurrimos a lo que dicen al respecto los teóricos del haiku en castellano, encontramos opiniones que confluyen: “La medida silábica de 5-7-5, dice el profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo en “El haiku japonés”, tomada con ciertas licencias que la hacen aproximativa, es básica y necesaria para que exista cierta unidad en el mundo del haiku. De lo contrario sólo se producirán pequeños trozos de prosa.” “Y si la forma 5-7-5 no es condición suficiente del haiku, tampoco es condición eliminatoria per se el no tenerla” comenta Vicente Haya en su libro “El corazón del haiku”.

 

Algunos ejemplos de haikus japoneses que no responden al patrón clásico del 5-7-5

Seki wo shite mo hitori

 

Hasta tosiendo me siento solo…

Hosai (trad. José María Bermejo)

 

 

Hitori no hi o tsucuru

Hacer un fuego

 para uno solo.

Santoka, (trad. Vicente Haya)

 

konogoro tsuma naki yao-va na wo tsumu negi wo tsumu araji musume

Muerta recientemente su esposa,

el verdulero y su hija cargan las verduras

cargan las cebollas

Hekigodo (trad. Rodríguez-Izquierdo)

 

Por su lado Alberto Silva en “El libro del haiku” acota: “Aunque brevísimo, el haiku recorre un camino sinuoso y exhibe una arquitectura compleja, llena de posibilidades estéticas y expresivas. ¿Qué hacemos con la métrica? El haiku es un poema breve de 5-7-5 sílabas (…) Esta estructura para nada resulta intocable. Bashô, patrón espiritual del género, se apartó en numerosas ocasiones del consagrado patrón métrico (…) La métrica traza útilmente un horizonte, relacionado con el afán de brevedad y concisión al que aspiran los haijin (…) Una total falta de respeto por las reglas métricas del haiku sería en todo punto desaconsejable. Llevaría a transformarlo muchas veces en un proverbio, en un slogan o, cuando el astro nos abandona, en banal telegrama. En cambio, al verter haikus al castellano, un respeto exagerado a la regla métrica puede conducir a otros extremos imprevistos, bordeando a veces el ridículo.”

Nagamu to te

hana ni mo itashi

kubi no hone

 

De tanto verlas,

por las flores me duele

el colodrillo.

 Soin

 (trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)

 

En Japón el haiku de métrica más o menos libre es aceptado mientras tenga kigo, conserve un adecuado ritmo interior y/ o tenga “sabor a haiku” (haimi). Shiki descubrió en el haiku clásico ejemplos de oscilación silábica, comenta el profesor Rodríguez-Izquierdo, desde 16 hasta 25 sílabas, y el mismo Bashô había asegurado que la consecución del ritmo no dependía sólo del número de sílabas: “Examina, por favor, un verso (léase poema) con tres, cuatro, cinco, o aun siete sílabas de más, para ver si suena bien o no. Examina también un verso con una sola sílaba de más; esa sílaba puede romper el ritmo.”

 

La Declaración de Matsuyama, del 12 de septiembre de 1999, dice al respecto de las diecisiete sílabas: “En primer lugar, el ritmo 5-7-5 es exclusivo de la lengua japonesa, incluso si otros idiomas fueran a utilizar este ritmo, es evidente que no garantizaría el mismo efecto. No se trata de contar o acentuar sílabas, sino de la forma en que la expresión poética pueda ser realzada a través de la tensión cuando lo quiera el escritor. En el caso de la poesía japonesa, el mejor método para aumentar la tensión poética ha sido la forma silábica de 5-7-5.

Akikaze ya

ishi tsunda uma no

ugokazaru

 

Viento otoñal.

No se mueve el caballo

que carga piedras.

Midori-Yo

(trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)

 

¿Cómo entender la importancia que tiene para un pueblo un ritmo poético que se mantiene inalterado a través de los siglos? ¿Cuánto los unifica ese sentir con la misma “musicalidad”? Imposible saberlo. Para los que escribimos haiku en español, aunque escribamos con esa alternancia del 5-7-5 nunca será lo mismo. Creemos, sin embargo, que para todo el que se inicia en este tipo de poesía el hecho de escribir respetando la regla de las 17 sílabas es un ejercicio necesario; luego, una vez que se domina este ritmo, nos podremos liberar de tal esquema. Liberarnos tanto como dice Vicente Haya en «Tres Monjes Budistas»: «Se ha definido al haiku como una poesía de brevedad límite; sólo diecisiete sílabas japonesas (ji-on). Aunque no tiene por qué dividirse en tres versos de 5-7-5 (admitiéndose igual 7-5-5, 6-6-5, o cualquier otra fórmula… el tópico y la tradición nos van a fijar el metro en ese 5-7-5 (…) Actualmente, hay poetas de haiku que prescinden completamente del metro de diecisiete sílabas y escriben poemas sin metro alguno que pueden sin embargo ser considerados haiku.»

 

 

 

 

EL HAIKU EN LA INDIA

INTRODUCCIÓN

En esta ocasión detenemos el paso en un país lleno de contrastes y colorido: India. La rica tradición cultural de este país también le ha dejado espacio al haiku, que va avanzando con paso lento pero firme.

Desde comienzos del siglo XX poetas como Rabindranath Tagore o Subramania Bharathi se acercaron al haiku atraídos por su sencillez y la profundidad de su belleza. El primero visitó Japón en cinco ocasiones, se sintió fuertemente atraído por la cultura japonesa desde el primer momento y eso se reflejó en su obra, especialmente en Stray Birds (Pájaros callejeros) y en Fireflies (Luciérnagas)

   Si derramas lágrimas cuando extrañas el sol, también extrañas las estrellas.

 

Pájaros callejeros

La mariposa no cuenta años sino momentos,

y por lo tanto tiene tiempo.

 

A Subramania Bharathy se le atribuye el haber traducido los primeros haikus en tamil y popularizado la existencia del arte.

 

escuchar los sonidos

del comienzo de la lluvia monzónica

aquí viejas orejas

                                          Traducción original en tamil por Bharathy©

                                      Traducción al inglés por Ramesh Anand©

 

 

fuego ardiente

¿Qué es el silencio

de la flor que cae?

                                                        Original Translation in Tamil by Bharathy©

                                                         Translation in English by Ramesh Anand©

 

El haiku ha logrado colarse en el corazón de los hindúes, que ven la cultura japonesa muy cercana a la suya.

Bharathy afirma «una persona que se mezcla con la soledad, el silencio, la voz de las flores y vive alineada con la naturaleza se llama poeta» y repite las palabras de Yonae Noeguchi: «La particularidad de la poesía japonesa es que permite realizar más diciendo menos».

 

La India tiene una fuerte inclinación hacia la espiritualidad, la meditación, y en sus pueblos se sigue estando muy ligado a la naturaleza. Casi todos los estados de la India tienen practicantes de haiku y éste se escribe en los distintos idiomas del país: Punjabi, Hindi, Marathi, Gujarathi, Malayalam, Tamil, y así hasta 22 lenguas diferentes, aunque en los últimos años, y en especial a la hora de participar en encuentros, revistas o concursos internacionales el idioma utilizado es el inglés y todo lo que se aprende del haiku está en ese idioma.

Pero si hay un idioma hindú especialmente prolífico es el tamil.

 

EL HAIKU EN TAMIL

En tamil haiku se llama” thulippa”. “Thuli” significa “pequeño” y “Pa” significa poesía.

Subramanya Bharathy tomó la iniciativa de introducir el haiku al pueblo tamil. El tamil es una de las lenguas más antiguas de la India, conocida por poemas como el aathizhudi de una sola línea, thirukkural de dos líneas y sindhar de tres líneas.

1974, Kavikko Abdul Rahman publicó seis de sus haikus en la antología Paalveedhi, considerados como los primeros haikus en lengua tamil.

En agosto de 1984, Amudhabharathy publicó el primer libro de haiku totalmente en tamil, Pullipookkal.

Desde la publicación de Pullipookal se han publicado 500 libros de haiku en ese idioma. En 1990, el Dr. Leelavadhi publicó el primer libro de ensayo sobre haiku, Idhudhaan Haiku que se basa en el libro de haiku de R.H.Blyth publicado en 1949, pero el Dr. Leelavadhi dejó claro que «esta no es una traducción del libro de R.H.Blyth».

 

los peces saltan

en las aguas

las nubes ondulan

                                                                           Original en tamil por Sujatha©

 

En 1988, la revista Karanthadi editada por Cheenu Tamizhmani, fue la primera en publicar sólo haiku y sus géneros relacionados. Posteriormente, muchas revistas empezaron a publicar haiku de varios distritos de Tamil Nadu.

Los poetas tamiles han tomado como base para sus haikus los libros: Haiku oru pudhiya arimugam de Sujatha publicado en 1991, el libro de investigación de haiku de Nellai Muthu, Tamizhil haiku publicado en 1994 y el libro de investigación del poeta Nirmala Suresh, Haiku kavidhaigal publicado en 1997.

La especialista Nellai Su Muthu dijo una vez: «Aunque el arte es originalmente importado de Japón, un haiku tamil se completa sólo si la cultura o la vida tamil se simboliza en el haiku porque el haiku brota en tamil».

Desde 1994, el haiku ha creado su lugar en varias materias en algunas universidades como Chennai o Bharathydasan. Se estudia no sólo haiku, sino senryu, haibun y haiga, y han creado nuevas formas propias combinando haiku con poemas típicos como Limericku (Limericku + haiku), Limersenryu (Haibun + Senryu), Limerbun (Haibun + Limericku)

 

El Haiku, visto como parte de la filosofía Zen del Buda, atrae la atención de todos porque contiene la belleza, el fervor y la picardía de un niño. (Kannikkovil Raja)

 

 

flor caída …..

nunca regresa a un tallo,

su mariposa

                                                                                 Original en tamil por Sujatha©

 

 

en el estanque

la luna – he vuelto

sin mi baño

                                                                                 Original en tamil P. Mithra®

 

 

edad para jugar

ella vende

juguetes

                                                                            Original en tamil de Pon. Kumar©

 

Varios poetas están trabajando para llevar el haiku tamil a la escena mundial publicando haiku en tarjetas postales, sobres, diarios, tazas de té, bolígrafos, abanicos plegables de mano, pegatinas, tarjetas de visita, etc. Una forma de dar a conocer su especial visión del haiku.

 

 

AUTORES DE HAIKU CONTEMPORÁNEOS

 

Angelee Deodhar falleció el 28 de junio de 2018, dejando a sus innumerables admiradores en todo el mundo conmocionados y devastados. Oftalmóloga de profesión, esta poetisa de Chandigarh ha mostrado el camino a muchos por su dedicación y pasión por el haiku, senryu, haibun, y otras formas de poesía. Su contribución ha sido inmensa y consiguió que la India haya ocupado su lugar en el mundo del haiku.

 

una ligera brisa

la luna en el baño para pájaros

escalofríos

 

atardecer temprano en invierno

el único sonido

el viento a través de los pinos

 

Sapo

hermano de la rana de Bashô

¿cómo puedo diseccionarte?

 

después de que se apaguen las luces

el cuartel silencioso

sólo las cigarras

 

entre nosotros

vapores de las tazas de té

frío otoñal

 

taller haiga

en la línea de bajada del pincel

el sonido de la lluvia

 

soltar al perro

en el frío del amanecer

las estrellas a la deriva

 

mañana de Pascua

en la hierba fresca y tranquila

un conejo salvaje

 

luces de coche

coloreando el pavimento resbaladizo de lluvia

– otro monzón

 

 

Algunos de sus libros son:

  • If Someone Asks…Masaoka Shiki’s Life and Haiku, 2005 
  • Classic Haiku: A Master’s Selection, edited by Miura Yuzuru, 2006 
  • Ogura Hyakunin Isshu: 100 Poems by 100 Poets, 2007 
  • Children’s Haiku from around the world-A Haiku Primer 2007
    Indian Haiku, 2008 
  • The Distant Mountain, 2009

 

 

 

Kala Ramesh es un claro ejemplo de cómo el haiku, la tanka, el haibun, han calado hondo en los corazones de los habitantes de este particular lugar.

Poetisa, editora y antóloga, Kala Ramesh escribe y enseña haiku, tanka, haibun y renku a niños en edad escolar y a estudiantes universitarios especialmente. Es toda una institución en el arte del haiku en la India.

“Los hindúes están despertando lentamente y de forma segura a su belleza y las razones no son muy lejanas. Haiku trata de la fuerza creativa de la Naturaleza y si leemos el Rig Veda, todo lo que vemos son versos de alabanza a la Naturaleza. Imagínese una de las civilizaciones más antiguas conocidas por el hombre, antes de que existiera el lenguaje tal como lo conocemos ahora, cuando el sol no era llamado sol, ni la Luna ni la Tierra eran conocidas por sus nombres. Probablemente, lo único que hicieron los hombres y las mujeres fue maravillarse con los colores y las maravillas que los rodeaban. No es sorprendente que la naturaleza fuera adorada en el período védico”

 

Doblo

los pétalos de rosa ….

el sari de mamá

 

“Hay muchas maneras de aprender haiku pero la mejor es mantener los cinco sentidos abiertos – estar receptivos. Que nuestros ojos se conviertan en la cámara, la mente, un cuaderno de bocetos. ¡Escuchar, oler, tocar, ver y saborear mientras caminas por el camino del haiku!”

 

 

paseo por el bosque

la sombra de una araña

sube al árbol

 

campanas de templo

las gotas de lluvia aisladas

en mi paraguas

 

puente de montaña

Paso a través de

las nubes

 

Templo Devi…

junto con las hormigas

entro descalza

 

“Siento que la India se ha despertado al haiku de una manera positiva. Sí, nunca puede ser tan popular como la poesía o la escritura convencional. Pero el haiku pronto encontrará su lugar en la India, al igual que las películas de arte y el cine paralelo siempre tendrán un hueco en el mundo de Bollywood”

 

hora de dormir…

pregunta si su muñeca de trapo

puede quedarse despierta hasta tarde

 

plenilunio

un Taj Mahal resplandeciente

sobre el río Yamuna

 

 

Para disfrutar de los haikus de Kala Ramesh:

  • On the cards: Wishbone Moon, A Women’s Haiku Anthology, by Jacar Press, USA. Editors: Roberta Beary, Ellen Compton and Kala Ramesh.
  • Beyond the horizon beyond –by Vishwakarma Publications, August 2017 .
  • Haiku and My Haiku Moments: an Activity Book by Kala Ramesh – published by Katha, New Delhi, 2010 December. Reprint, December 2017.
  • The unseen arc, Kala’s tanka collection, winner of the Snapshot Press eChapbook Award, UK, June 2017.
  • Naad Anunaad: an Anthology of Contemporary World Haiku, Editor-in-Chief. Published in 2016 by Vishwakarma Publications. 2017
  • One-line twos, in collaboration with Marlene Mountain, by Bones, Denmark 2016.
  • FIRST Katha Ebook of Haiku, Haibun, Senryu and Tanka published by Katha, Editor, Kala Ramesh et al. 2013.
  • Take Five: Best Contemporary Tanka 2008, 2009 and 2010 Anthology.

Paresh Tiwari es oficial de la Marina de profesión, escritor creativo e ilustrador por elección. Paresh creció en las calles de Lucknow y descubrió el haiku hace algunos años.

“Descubrí el haiku casi por casualidad durante un período de lucha y dolor en mi vida. Había angustia creativa, pero también la necesidad de lidiar con el bagaje personal y emocional. Fue entonces cuando encontré algunos haikus en una antología de poesía. Estaba enamorado”

 

campos de mostaza

un dedal de sol

en cada flor

 

bufanda de cachemir –

el olor de las bolas de naftalina

en nuestro beso

 

oscuridad temprana –

el vuelo dentado de

una luciérnaga

 

“El haiku me dio paz. Me pareció catártico y meditativo. Me ayudó a reflexionar sobre mi vida y a encontrar respuestas que parecían fuera de mi alcance hasta entonces. Durante un año más o menos, escribí al menos un haiku al día. Y me di cuenta de que por primera vez en mi vida, estaba verdaderamente consciente de lo que me rodeaba; el cielo cerúleo, los rayos de sol pálido a través de las nubes gris pizarra, la promesa colgante de la llovizna en la suave brisa, los susurros silenciosos de las hojas, el aroma amaderado de la corteza húmeda por todas partes y el profundo color negro de una carretera empapada por la lluvia debajo de mis pies. Fue liberador”

 

luciérnagas…

por un tiempo mi jardín

imita la noche

 

Charco de callejón –

un barco de papel se desliza

sobre las estrellas

 

Además de colaborar en numerosas antologías y revistas de haiku, Paresh ha publicado dos libros: An Inch of Sky – Collection of Haiku and Haibun (2014) y Raindrops Chasing Raindrops: Haibun and Hybrid (2017)

 

Geethanjali Rajan enseña japonés e inglés en la ciudad de Chennai, India. Escribe prosa, artículos de opinión, haiku, tanka, haibun y otras formas de poesía. Sus escritos se pueden encontrar en varias revistas internacionales en línea y algunas impresas. Actualmente es editora de haiku en Cattails (UHTS).

 

un árbol solitario

comparte un campo estéril.

casa natal

 

Pongal

sus tobilleras siguen

el tintineo de un cencerro

*Pongal – el festival de la cosecha en Tamilnadu, India, se celebra el 15 de enero.

 

hoja solitaria de otoño

aguardas

para descender

 

lago de montaña

cada salpicadura del remo

sacude la luna

 

noche de invierno

mis ojos siguen

los pájaros a casa

 

la estancia en el hospital.

fuera de mi ventana

otra hoja cae

 

el olor de las rosas

en el jardín de mi vecino.

Día de San Valentín

 

la lluvia de anoche.

que lleva a mi sofá

marcas de patas

 

clase de música

un coro de estornudos

después de las lluvias

 

monzón~

sólo una pizca de cielo

en los charcos

 

OTROS HAIKUS    

 

restaurante de lujo –

un ciego se quita las gafas

para inspeccionar la factura

                                                     Rajiv Lather ©

***

viento fuerte

las luchas de los pescadores

para encender su cigarrillo

                                                                  Quamrul Hassan, Bangladesh©

 

la primera lluvia –

alguien más también

extendiendo su mano

                                                        Rohini Gupta, Mumbai©

***

crepúsculo de otoño

mis padres en silencio

en el columpio

                                                                         Ramesh Anand (Tamil Nadu, India) ©

***

tarde calurosa

un carretero se limpia la mano

en la espalda del burro

                                                   Thiagarajan ©

***

paseo nocturno

voy más despacio

cerca del arbusto de jazmín

                                                               Johannes Manjrekar ©

***

brisa nocturna –

los perros rompen la suavidad

de la canción del grillo

                                               Madhuri Pillai ©

***

sauce llorón

Apenas hay

brisa de invierno

                                       Pravat Kumar Padhy ©

***

frío invernal…

el edredón de retazos huele

a recuerdos

                                                         Shloka Shankar ©

***

de ayer

charco seco…

barcos de papel

                                             Anitha Varma ©

***

 

Nota

Todos los derechos de los haikus aquí publicados corresponden a sus autores.

HAIGA 3. CON EL MISMO PINCEL

El haiku se caracteriza por su brevedad, por la simpleza de sus palabras, por transmitir un sentimiento auténtico y profundo. La pintura que lo acompañe en la construcción del haiga deberá también contar con esas características.

En la pintura oriental, el Vacío está presente de una forma notoriamente clara, expresado por medio del espacio no pintado. Éste es un elemento constitutivo de la obra, no es la mera falta de pintura. Este Vacío se complementa equilibradamente con lo pintado, relacionando de esta manera lo visible con lo invisible.

De la misma manera ocurre con el haiku, el Vacío se expresa en el silencio, está presente en lo no dicho, pero esa presencia silenciosa es una presencia dinámica. El haiku surge del silencio y las palabras de un haiku dicen mucho menos que el silencio que las rodea.

A diferencia de otro tipo de poemas en el que el lector es “espectador” de la construcción del poeta, en el haiku hay una invitación al lector a participar. El haiku con su silencio evoca, moviliza, sugiere, coloca al lector en presencia de lo invisible y éste, por su parte, siente y complementa haciendo visible lo invisible.

La pintura que acompañe al haiku o viceversa, también deberá contar con esa invitación para que el observador y lector, ambos en este caso, sean también protagonistas del momento, del aware que transmite el haiga.

Nihonga es una palabra que puede traducirse como pintura japonesa. En la actualidad también se utiliza para denominar a una técnica de pintura que utiliza para su implementación, pigmentos que se obtienen puliendo minerales y piedras preciosas. Debido al alto costo esta técnica es bastante exclusiva.

Cada uno de los creadores de haiga tenía su propio estilo respondiendo los distintos tipos de Nihonga. En su mayoría respondían a escuelas, cada una con sus características. Escuela Nanga o Bunjinga, Escuela Kano y Escuela Tosa como las principalales.

Durante el período Edo la escuela Nanga tuvo gran aceptación, en parte porque a muchos artistas se les consideraba letrados o intelectuales. Tenían puesta la mirada en China y representaban generalmente paisajes. El nombre de nanga es la abreviación de nanshūga, referido a las escuelas de pinturas chinas del Sur. Utilizaban la tinta negra y ocasionalmente un toque de color. Este tipo de pintura era más utilizado para un estilo poético que aún tenía identidad china.

         La escuela Kanō ya fue una escuela con identidad más japonesa que se practicó desde el siglo XV hasta el XIX abarcando los períodos Muromachi y Edo. Esta escuela también usaba el negro y sus matices. Los famosos biombos y grandes paneles que separaban los ambientes de los castillos son de ese período. Este tipo de pintura está más ligada a los poemas waka o tanka.

Para acompañar los haiku, lo más común era el tipo de pintura zenga. Compatían con el haiku más de una característica: era real, simple, despojada y espontánea.

La Escuela Tosa  abarcó los períodos Muromachi (13331573),  Momoyama (15731615) y Edo (16151868). Se caracterizaba por la luz, los colores vivos y brillantes, las líneas simples y  geométricas.  Fue fundada oficialmente por Tosa Mitsunobu. Primero se dedicó a temáticas épicas pero, finalmente en los últimos tiempos incluyó  aves y flores.

También los grabados Ukiyo-e (grabados en madera) fueron soporte para los haiga.

Pese a la gran difusión y popularidad que alcanzó el haiku en esos períodos, solo algunos haijines se lanzaron a producir haiga.

Romero

La primavera viene cuando comenzamos a escuchar el trino continuo de los pájaros y empezamos a ver el campo florido y hermoso, como dice una canción.

Pero, para mí, el inicio de la primavera tiene mucho que ver con los olores. La primavera es la estación que más huele. Ese olor de las flores recién salidas, de hierbas desconocidas, de hierbas aromáticas…

Estas hierbas, las aromáticas, llenan de olor el monte, pero también los jardines de las ciudades. Y mis dedos. Desde pequeño, tengo el impulso de coger una rama de romero y pasarle los dedos…y olerlos…En mis dedos, durante algún tiempo está impregnado el olor del romero…

bancos vacíos –
el olor del romero
sigue en mis manos

La mirada flexible del haijin

VI UN ÁRBOL

Vi un árbol más grande que todos los demás

y repleto de piñas inalcanzables;

vi una iglesia grande y con las puertas abiertas

de la que todos salían fuertes y pálidos

y listos para morir;

vi a una mujer que sonriente y maquillada

jugaba su suerte a los dados

y vi que perdía.

 

En torno a aquello se dibujaba un círculo

que nadie traspasa.

                                                   Edith Södergran

 

De niños nuestra curiosidad nos lleva a mirarlo todo, nada se escapa a nuestro interés; en cambio, cuando somos adultos, las “preocupaciones” y “ocupaciones” nos conducen a estar mucho más tiempo en nuestro mundo mental que en el mundo exterior. Por ello, cuando nos iniciamos en el camino del haiku es necesario reeducar la mirada, en primer lugar: sacarla nuevamente fuera de nosotros mismos -como cuando éramos niños- siendo conscientes de que nunca podremos percibirlo “todo”, y que por ello importará lo qué decidamos mirar. En segundo lugar: ejercitarla y recuperar su flexibilidad, para poder relacionar los sucesos que vertebran nuestra experiencia de vida. Vida en la que siempre hay un fondo y cosas nimias.

 

Tan lejanos de la luna,

el color y el aroma

de la glicina.

                                       Buson

 

Decidimos qué mirar

 Decidimos qué mirar y, por lo mismo, siempre perdemos algo que, aunque esté dentro de lo que nuestros sentidos pueden percibir, no captamos -al menos con la suficiente presencia en nuestra conciencia-. Ello se debe a que al mirar centramos la atención y lo que no esté dentro de ese foco se nos escapa, pasa desapercibido. Por ejemplo, en el siguiente haiku, el detalle de los pétalos de cerezo que va separando el pato al nadar, por unos segundos al menos, lo fue todo; el poema no nos habla de nada más.

El pato al nadar

va separando con su pecho

los pétalos del cerezo

                                      Rôka

 

De la misma manera, si miramos al cielo no veremos -o aparecerá difuso- ningún otro elemento que se encuentre al lado o enfrente nuestro:

 

Tobedo tobedo  kari  gekkō wo nogare ezu

 

aunque vuela y vuela

el ganso salvaje no puede escapar

de los rayos de la luna

                                                                    Niwa Nobuko

 

Y aunque lo que percibimos nunca pueda ser la totalidad de nada, aunque siempre sea una parcela de la vida, está en nosotros ejercitarnos para tener una mirada atenta y flexible. Una mirada que pueda enfocar lo que nos está llegando con estímulos más fuertes, pero que pueda ir, si así lo pide el momento, hacia un amplio horizonte visual o desplazarse hacia algo ínfimo, aparentemente insignificante; vagar, perderse, aguzarse, para captar la relación entre las cosas, los seres, los fenómenos naturales, los sucesos, la vida, que coinciden en un espacio y tiempo determinado, nuestro aquí y ahora. El aquí y ahora que deberán reflejar nuestros haikus.

Así es como, dentro de un mismo haiku, podremos ir de algo tan pequeño como puede ser una hoja caída a algo inmedible e inasible como el viento:

 

Frágiles hojas de otoño                 (detalle)

que desmenuza

el viento del norte…                       (panorámica)

Takao

“Poemas Japoneses a la muerte” de Yoel Hoffmann

 

o de un grillo que canta a las montañas de otoño:

 

Un grillo, que canta,                            (cosa nimia)

me acompaña por

las montañas de otoño                       (central: montañas) (fondo: otoño)

               Shiko

“Poemas Japoneses a la muerte” de Yoel Hoffmann

 

En cambio otros, pueden centrarse en algo pequeño, y hacer de un detalle el poema más profundo:

 

yameru te ni

nosete fuji-busa

amarikeri

 

Un ramo de glicinas

pesa en la mano enferma

demasiado

                                      Takako

“Jaikus inmortales” Traducción de Antonio Cabezas

 

                                     «Uno se convierte en lo que mira, dice Laura Esquivel, 

en lo que recuerda, en lo que anhela, en lo que transmite.

Ahora sé que el futuro comienza hoy y depende

de lo que elijo ver, de lo que me permito decir,

de lo que quiero recordar y de lo que decido amar».

 

© Isabel Pose