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Octubre 2022

Salgo a recorrer la primavera que se esparce por la estepa con una variedad de colores en verdes: claros, oscuros, intensos, suaves.

En este jardín entre planicies, cañadones, arenas, arcillas, rocas, pedregales sus colores se unen con el de las flores, tejen una paleta de amarillos, rosas, rojos, azules, blancos, violáceos… se mezclan, se difuminan, entre olores característicos de todo el espacio

El detalle del tomillo tan agradable, que tienta a no moverse para que la piel deje que resbale por cada centímetro; otros son acres como el duraznillo, el botón de oro,…

No podían faltar ruidos del viento que sin pedir permiso se mete entre la vegetación y cada tanto juega con la arena a formar pequeños remolinos, shhhh shhhh.

Se despiertan las voces  de  pájaros, que son música para los oídos, un  yal negro; por el suelo la viudita; de mata en mata los chingolos,  otros de lugares que no logro detectar.

También son gritos o silencios los de aves en busca de sus presas: lechuzas, halcones, aguiluchos, caranchos.

Volviendo al espacio inmediato  puedo ver el detalle de flora y fauna.

Paso corto y mirada larga

Pedregal
Rayos de sol
en los zapatitos de reina

Sobre  un molle.
El canto
del yal negro

El sol acompaña la caminata, el frescor se siente.

Regresando lleno mis sentidos con herbáceas de flores muy delicadas y que pronto desaparecen como las estrellitas, el junquillo silvestre (marancel), cerastium, y otras más duraderas como el alfilerillo, patas de perdiz, magallana, calafate,…

En una pequeña planicie las violetas silvestres muestran la belleza de sus flores amariposadas.

Octubre 2022

Haibun 37

Orbayu 3

El siguiente haibun tiene sus precedentes en Orbayu, el haibun número 15, de febrero de 2021; y en Orbayu 2, el número 26, de noviembre de 2021, a los que puedes acceder directamente clicando sobre ellos.

El amanecer se adentra en el bosque que cubre la niebla. El camino asciende la montaña.

El orbayu se hace lluvia, a veces, la lluvia se hace orbayu. Chubasqueros que se ponen y se quitan.

Los peregrinos con grandes ponchos de plástico que cubren

 las mochilas parecen animales fantásticos que salen de la niebla, en el corazón del bosque, y vuelven a ella.

Un peregrino. Todos los peregrinos. Somos siempre el mismo, un único peregrino que sale y entra en la niebla.

Nada más.

 En el amanecer, la llovizna hace visibles todas las telarañas.

Caminamos, hacemos planes para otros viajes. Hablamos, callamos. Los ciclistas, avisando con un tintineo, como criaturas de otro mundo que atravesaran el bosque, nos pasan saludando con la cabeza.

En cada rama de retama una tela y en cada hilo de la tela gotas de lluvia.

Ayer mariposas

Mojadas por la niebla

hoy solo las arañas en las telas

(Chame)

Debemos estar en lo alto de una montaña porque la niebla se espesa por momentos. Sin árboles, sin vallados.

Por un momento esta blancura que nos rodea.

Sin palabras, sin principio ni final.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El viento arrecia. Nos abrigamos todo lo que podemos. El camino por fin comienza a descender.

No sabemos a dónde hemos ascendido, no sabemos a dónde descendemos. Las arañas, qué colores tan vivos, jalonan imperturbables las veredas, suspendidas en el aire, en la nada.

La niebla se aclara un poco, el canto de un pájaro suena en alguna parte.

Apenas un trazo oscuro, un instante, golondrinas que aparecen entre la niebla. Volando a ras de la hierba. Entre las vacas que pacen sin ruido.  

Llegamos a La Espina sobre las once. En el Rincón de Vanesa un pincho y caña y café con leche. Y dejamos que las mochilas también descansen un rato.

De vuelta a la intemperie. A un lado y otro del camino los robles comienzan a perder las hojas. Caminamos. Encontramos. El veterano peregrino inglés que en español solo sabe decir  “así así…” y “fatal”.

Los caminos embarrados y encajados en el terreno, como corredoiras, nos obligan a caminar como funambulistas entre charcos que parecen estanques. Las raíces de los castaños asoman en los taludes esquivando el aire y volviendo a la tierra.

Una rana salta en el pequeño arroyo que discurre junto al sendero. Un gran abedul, con los pequeños retoños que brotan de sí, perfila la claridad más allá, en los prados. 

El albergue municipal de Tineo está descuidado y desangelado. Afuera, con una ramita de fresno limpio de las botas el barro traído de la montaña. El sol, qué hermoso. Un mirlo rebusca entre la hojarasca.

Dos señorucas vestidas de faena caminan despacio, charlando, al otro lado de la pequeña valla. Una lleva una carretilla con patatas. “La vida. Cuando empiezas a disfrutar se termina”. Su acento es campestre, hermoso.

El mirlo sigue rebuscando. El sol, su brillo, en la hojarasca revuelta.

El camino es la vida. Pienso de repente, no sé por qué. Acabará en Pola de Allande, pronto. Demasiado pronto, y sufro. Me desangelo como este lugar.

Me gustaría no desconfiar. No prejuzgar. Sé que yo, ese yo sin mí, cuando yo no estoy, no es así. Como el orbayu. Un poco frío a veces. Un poco sin estar del todo. A veces… 

La ramita de fresno… con el barro de la montaña, me sobrecoge de pronto tirarla al suelo sin más. No sé por qué. Deseo por un momento que hubiese aquí mismo una telaraña que la recogiera. Una tela transparente como el aire, solo visible bajo el rocío de la mañana.

Remoloneamos por el pueblo hasta la hora de cenar. Café Montesol. Tranquilo y pulcro. Sándwich vegetal. La señora me pregunta si me pone un filetito. Al final el sándwich vegetal llega sin huevo y con jamón york. Me esperaba algo así. La simpatía, la empatía, de la señora alimenta algo en mí que sin pasar por la boca nutre directamente el corazón.

Al volver al albergue Tineo ha desaparecido en la niebla de la noche. Solo algunas luces, allí abajo, justo donde perdimos el camino correcto.

Sueño que sueño.

gotas de rocío

la telaraña recoge moras

desprendidas anoche

 

Félix Arce Araiz (Mômiji)
Santander (España)

Septiembre 2022

Haibun 36

 Reencuentro

He regresado al pueblo que tanto amó mi padre y al entrar a la casa donde me está esperando mi mamá el corazón me late con una fuerza desmedida.

 Latidos incesantes…

 desde los árboles

el cotorreo de las loras

Cada rincón, cada cosa, cada marca, me trae recuerdos de aquellos veranos e inviernos vividos en familia en esta casa.

Salamandra apagada.

En un rincón de la galería

los guantes de mi padre

Hay lugares como éste que guardan la calidez y el amor de la familia. Es hora de tomar un mate o un té. Mi madre prepara un mate para cada una; por protocolo y cuidado ya no lo compartimos como es la costumbre. Mientras ella elige los que vamos a usar , mis ojos se fijan en uno que está en un rincón de la repisa.

Tomillo seco…

El mate de la abuela

desvencijado

Esta casa construida con tanto sacrificio por mis padres me habla de familia, de encuentro con amigos, de asados compartidos y también de  ausencias.

Los ojos de mi hermana

fijos desde la foto…

Lirios secos

¡Cuánto bien hace regresar a los afectos! La ternura se despierta acariciándome con mano cálida mientras me susurra es hora de dar la bienvenida a un nuevo día.

 

                                           Julia Guzmán.
                                           Salsacate, Provincia de Córdoba. Argentina.
                                           20 de marzo de 2021.

Septiembre 2022

Después de la lluvia

Mi caminata hoy la hago por el borde de las mesetas. Después de muchos días de lluvia el paisaje ha variado un tanto, los senderos que habitualmente recorría son arcillosos, se han formado zanjones irregulares, por lo que es imposible pasar por algunos de los tramos.

El aire fresco recorre mi rostro dejando deslizar unas lágrimas…

En un faldeo de meseta socavado por la lluvia, quedan a la vista las raíces de las zampas   (arbusto de hojas de un verde suave) abundantes en esta parte de la meseta, cercana al mar.

Las raíces forman un entretejido digno de una pintura. Me detengo y no puedo dejar de observar la belleza entre tintes grises que les dan un atractivo especial.

Continuando la caminata hay partes de suelo seco, agrietado, donde hubo evaporación suficiente. Otros  espacios permanecen encharcadas

Unos pasos más adelante, en charcos con aguas turbias apenas se observan partes de algunas manzanillas silvestres y emergiendo algunas flores secas.

 

Tarde nublada

En el barro agrietado

unas huellas

Agosto 2022

Haibun 35

Hilos de araña

Las chicharras son lo único que se oye al llegar a los sembrados. Hasta que cesa el chirrido no se percibe la intensidad con la que cantan.

En el silencio se aprecian los trinos de dos gorriones que se posan, uno tras otro, entre las matas arrancadas de los calabacines quemados por el calor extremo de estos días. Un verdecillo de vuelo ondulante deja en el aire su reclamo rápido y agudo.

Dos vecinos conversan en la cercanías.

Del cerezo a la higuera hay algo que brilla. El destello va cambiando de posición y desvela los hilos de una telaraña. Primero se ilumina un extremo, luego el centro.  De pronto desaparece para volver a aparecer entre la menta y la albahaca. El pequeño punto de luz se desplaza en uno y otro sentido y un nuevo hilo aparece en el tramo donde le alcanza el sol del atardecer.

La sombra de las ramas de higuera se agita suavemente en la tierra. Es un movimiento casi imperceptible. Se agradece la escasa brisa que corre de vez en cuando haciendo que rocen unas hojas contra otras. El sonido, agradable y fresco, se detiene cuando vuelven a cantar las cigarras.

Hace tiempo que no llueve. El sol de la tarde ilumina la fina capa de polvo que se levanta al regar los frutales.

Cientos de hormigas huyen del agua conforme se va llenando el surco de las tomateras. Solo cuatro o cinco despistadas van en una hilera en sentido contrario.

La lagartija de cada día se detiene al sol.

Recién regadas las macetas, la luz se precipita con cada gota que cae desde las hojas de albahaca.

No muy lejos se oyen los golpes secos de alguien que trabaja la tierra. También los gritos alegres de unos niños bañándose.

Hablamos de los otros hilos de araña que no se ven, del arrendajo que anida en el bosque, de que este año aún no se ha visto al petirrojo.

-Casi seguro que viene cuando no estamos- dice.

Ajena al intenso acontecer e inmersa entre tanta vida, se me antoja que aquí estoy a salvo de todo y a la vez expuesta a todo. En un tiempo sin tiempo…un ser viviente más entre otros que habitan este huerto.

A la piel húmeda de mi pierna se pega un mosquito y se va. No se quien de los dos se ha cruzado en el camino del otro. Sea como fuere, algo hemos intercambiado en el encuentro. Un encuentro que para mí ha sido fugaz, quizás haya sido para él una eternidad… ¿quien sabe?…

Camino umbrío.

Se vuelve a mirarnos

la oveja rezagada

 

 

Mari Ángeles Millán “Hikari”
Girona (España)

Agosto 2022

Avui surto cap a Sant Feliuet, a Savassona. M’agrada aquest recorregut, entre d’altres coses, perquè, tot i caminar sempre entre boscos, la composició d’aquests va variant segons l’orientació dels pendents. Al llarg del matí, els turons es van succeint, intercalats amb zones de conreu. Blat i colza ja són segats, als camps el rostoll es va assecant al sol i de la terra reescalfada es va desprenent la calor. Fa massa dies que no plou gens ni mica.

Al primer tram m’acompanya una certa frescor, amenitzada pel cant d’alguns pinsans i tords, entre roures i alzines. Travesso dos petits torrents que semblen catifes de fullaraca. Quan m’enfilo cap a Les Punxes, amb el sol encara baix, ja dominen els pins i el bosc és més calorós. Al cap d’una estona vorejo un turó endinsant-me al vessant nord, al bosc tornen a dominar roures i alzines i es refresca l’ambient. El dia va avançant, i sembla que els ocells aturen la seva activitat.

Tot d’una, ja a les envistes del castell, recordo que uns amics m’havien comentat de l’existència d’una balma per darrere d’aquest. Al meu davant un corriol que mai no he transitat s’enfila turó amunt. L’agafo fins a la carena.

Vaig carenejant fins a trobar-me darrere l’edificació i, vorejant-la per ponent, agafo un camí ben fressat flanquejat, a llevant, per una paret de roca trencada que arriba als 7 o 8 metres d’alçada, i, a ponent, pel bosc -sembla tardor!- que baixa en un pendent molt pronunciat fins a la carretera que passa una mica més enllà. De seguida…

roques antigues

sota les fulles d’alzina

uns rossinyols secs

 

Em dirigeixo cap a l’ermita, travessant el bosc que hi ha als seus peus. Enrere deixo els grans blocs de pedra escampats entremig dels arbres, que donen al paratge un aire especial. Avança el matí, i la calor i les cigales ja es deixen sentir. Quan arribo al cim, al meu davant s’obre, de nord a sud, el paisatge de les Guilleries i el Collsacabra. L’atmosfera no és gaire clara, però al sud es retalla la silueta del Montseny i, resseguint per l’est tot el bosc, arribem a la capçalera de l’embassament de Sau. El Ter trenca el paisatge, donant pas al Collsacabra, on dominen impressionants cingleres sedimentàries que limiten el curs del riu.

boirina

entre els turons

la llera del riu

 

* https://es.wikipedia.org/wiki/Cantharellus_cibarius

*  https://parcs.diba.cat/es/web/viuelparcescola/espai-natural-guilleries-savassona

* https://www.rutaspirineos.org/rutas/collsacabra

-.-

Hoy salgo hacia Sant Feliuet, en Savassona. Me gusta este recorrido porque, entre otras cosas, pese a caminar siempre entre bosques, la composición de los mismos va variando según la orientación de las pendientes. A lo largo de la mañana, las colinas se van sucediendo, intercaladas con zonas de cultivo. Trigo y colza ya están segados, en los campos el rastrojo se va secando al sol y de la tierra recalentada se desprende el calor. Hace demasiados días que no llueve lo más mínimo.

En el primer tramo me acompaña un cierto frescor, amenizado por el canto de algunos pinzones y zorzales, entre robles y encinas. Atravieso dos pequeños torrentes que parecen alfombras de hojarasca. Cuando subo hacia Les Punxes, con el sol todavía bajo, ya dominan los pinos y el bosque se vuelve más caluroso. Al cabo de un rato bordeo una colina entrando en la vertiente norte, en el bosque vuelven a dominar robles y encinas y el ambiente refresca un poco. El día va avanzando, y los pájaros parecen detener su actividad.

De repente, ya a la vista del castillo, recuerdo que unos amigos me habían comentado de la existencia de una cueva por detrás de este. Delante de mí un sendero que nunca he transitado sube colina arriba. Lo cojo hasta la cresta.

Voy siguiendo la cresta hasta encontrarme detrás de la edificación y, bordeándola por poniente cojo un camino que parece muy transitado, flanqueado, a levante, por una pared de roca rota que llega hasta los 7 u 8 metros de altura, y, a poniente, por el bosque -¡parece otoño!- que baja en una pendiente muy pronunciada que le llevará hasta la carretera que pasa un poco más allá. Enseguida…

rocas antiguas

bajo las hojas de encina

unos rebozuelos secos

 

Me dirijo hacia la ermita, atravesando el bosque que hay a sus pies. Atrás dejo los grandes bloques de piedra esparcidos en medio de los árboles, que dan al paraje un aire especial. Avanza la mañana, y el calor y las cigarras ya se dejan sentir. Cuando llego a la cima, delante de mí se abre, de norte a sur, el paisaje de las Guilleries y el Collsacabra. La atmósfera no está muy clara, pero en el sur se recorta la silueta del Montseny y, siguiendo por el este todo el bosque, llegamos a la cabecera del embalse de Sau. El Ter rompe el paisaje, dando paso al Collsacabra, donde dominan impresionantes riscos sedimentarios que limitan el curso del río.

días sin lluvia

el cauce del río

entre las colinas

 

* https://es.wikipedia.org/wiki/Cantharellus_cibarius

*  https://parcs.diba.cat/es/web/viuelparcescola/espai-natural-guilleries-savassona

* https://www.rutaspirineos.org/rutas/collsacabra

Agosto 2022

Nieve

Las noticias indican sobre intensas nevadas en la cordillera, y en general en toda la Patagonia.

Los copos caen durante la madrugada, han llegado a la meseta, su caída en medio del dulce silencio, se desplaza en lo oscuro y solo ella es claridad que avanza.

Nieve

en la achicoria .

Primeras luces

 

Su suavidad blanca se acumula, dejando al descubierto apenas unas espinas en los cactus, en otros espacios el verdeante de las últimas hojas de rosal.  Más allá del callistemon emerge el rojo de sus flores.

En un momento el bullicio de un bando de gorriones en busca de comida y más tarde un zorzal que picotea entre la lavanda, mira atento, se detiene, sigue comiendo hasta que algún sonido proveniente de la casa del vecino lo asusta  y levanta vuelo.

Un pájaro, en otra parte del patio, de un hermoso plumaje gris ceniciento, borde de alas con una fina línea negra, cola alargada, negra, pico amarillo, una belleza. No logro detectar qué pájaro es. Por un momento pienso: tal vez un zorzal distinto de los que habitualmente aparecen?

El frío sigue con temperaturas bajo cero.

Los abuelos, como cada mañana tomados de la mano, a paso lento y con una charla, vaya a saber de qué, siguen su trayecto hacia la costa.

Marejada.

El ruido se siente

desde lejos

Julio 2022

Haibun 34

Insurgentes

Bajo del autobús, un Sonora-Peñón.

Estoy en Insurgentes y siento que estoy en Insurgentes. Qué bobada, ni que nunca hubiera estado en esta avenida. Y vaya que he estado. Pero hoy veo el letrero de la juguetería, la enorme inicial de su nombre. Su breve nombre que dice lo mismo al derecho y al revés. De niño sólo tenía ojos para el contenido de sus escaparates.  En los aparadores de esta acera se exhiben relojes de pulso* a prueba de agua.

Los anuncios luminosos de radios y televisores se encienden y apagan.

No apresuro el paso como los demás transeúntes. Me muevo y respiro de acuerdo a mis pulmones.

Escucho el din din de un tranvía. Es el Valle, el que tomaba al salir de la secundaria.

Me detengo y volteo. Miro a lo lejos. Pasando Sanborns, antes de llegar a Baja California, se encuentra un cine. Esta vez, me quedo en Insurgentes.

Camino hasta el cruce de avenida Yucatán. En el camellón*, al pie de una palmera, recojo unos dátiles maduros. Busco en los bolsillos un pañuelo desechable.  Ya no tengo. Los limpio con el envés de la corbata.

Sigo hacia avenida Jalisco. En la fachada del edificio que hace esquina con Chihuahua hay una manta con un letrero que no distingo en la oscuridad. De pronto, un grito a coro me indica de qué se trata. El gimnasio de Mocansen.

Emocionado, por estar en Insurgentes, silbo: re la, mi la, re la, mi la; cuando estoy a punto de entonar la canción de Paul Simon, siento la garganta seca y me dirijo a una tienda de refrescos*.

Kare kitta kawa wo
wataru 

(Santoka)

Cruzar
el lecho seco de un río

(Trad. Fdo. Rgz-Izq)

 

*relojes de pulso: de pulsera

*camellón: caballón

*refrescos: gaseosas

Jorge Moreno Bulbarela (Jor)

Junio 2022

Passejant per les pistes i corriols propers, aprofito un dia més per amarar-me de natura. És primavera, quan surto de casa la temperatura és ideal. Fresca a primera hora, m’ajuda a entrar en calor, mentre el cap es va buidant i s’adapta a l’entorn. De mica en mica, començo a percebre els petits detalls que m’envolten, desapareixen els neguits del dia a dia.

brunzit d’abelles

immòbil sobre l’ortiga

l’aranya cranc*

Encara que no el vegi, el xisclet d’un aligot* en fa imaginar el seu vol en cercles, per sobre del bosc i els prats. A la llunyania se senten les esquelles del ramat que pastura entre els roures, darrere els matolls que hi ha uns metres més enllà, unes corredisses precedeixen l’udol de la gossada que s’acosta. Han ensumat el senglar.

Entre brucs florits, l’olor del romaní m’acompanya fins al mirador. M’aturo una estona contemplant els núvols prims que passen sobre els arbres.

Video https://youtu.be/rmtJ3xxyWPI

 

*https://macronatura.es/2019/09/16/arana-cangrejo-de-las-flores/

* https://es.wikipedia.org/wiki/Buteo_buteo

-.-

Paseando por los caminos y senderos cercanos, aprovecho un día más para empaparme de naturaleza. Es primavera, cuando salgo de casa la temperatura es ideal. Fresca a primera hora, me ayuda a entrar en calor mientras la mente se va liberando y se adapta al entorno. Lentamente, empiezo a percibir los pequeños detalles que me rodean, desaparecen las preocupaciones del día a día.

zumbido de abejas

inmóvil sobre la ortiga

la araña cangrejo*

Aunque no lo vea, el chillido de un ratonero* me hace imaginar su vuelo en círculos, sobre el bosque y los prados. En la lejanía se oyen los cencerros del rebaño que pasta entre los robles, detrás de los matorrales que hay unos metros más allá, unas carreras preceden el aullido de la jauría que se acerca. Han husmeado el jabalí.

Entre brezos floridos, el olor del romero me acompaña hasta el mirador. Me detengo un rato contemplando las delgadas nubes que pasan sobre los árboles.

Video https://youtu.be/rmtJ3xxyWPI

*https://macronatura.es/2019/09/16/arana-cangrejo-de-las-flores/

* https://es.wikipedia.org/wiki/Buteo_buteo

Junio 2022

Monarca

Días de bruma, mar turbulento, humedad, lluvias y nieve, lentamente se acerca el invierno. Me llegan sensaciones de otros olores; los colores que atrapan entre ocres, amarillos, verdes; los ruidos de cambios atmosféricos, de la vida;  otros gustos, el frío en la piel…

Días atrás me llama la atención la presencia de una monarca al sol de una mañana otoñal, bastante fresca.

Me detengo para observarla en sus movimientos suaves, el brillo y colorido de sus alas, el detalle de su anatomía, ¡tantas sensaciones! , todo contacto,  hasta que alzo vuelo y se posó en una flor de la canastita de plata.*

 No es habitual encontrar monarcas en este hábitat, una… dos, cada tanto, se ven un poco más las que llamamos lecheras: mariposas blancas.

Siguiendo por el entorno puedo observar una oruga sobre una pared, capturo el instante y este es el resultado.

La vivencia trae a mi memoria un haiku de Bashô.

胡蝶にもならで秋経る菜虫哉

Kochô ni mo narade aki furu namushi kana

El otoño avanza
y la oruga no consigue convertirse
en una mariposa cualquiera

-(Trad. Vicente Haya)
Bashô, Clásico, haiku de lo sagrado

Preparo un té  y mientras lo bebo, abro el foro de ERDH donde dejé un haiku que motivó este acontecimiento, me atraparon respuestas poéticas que llegan al corazón y cada una de las percepciones que potencian el aware

https://foros.elrincondelhaiku.org/viewtopic.php?f=8&t=39337

Tomo el comentario que dejó JLVicent: “qué sueños tendrá esa monarca…; igual anda tras la pista de Zhuang Zi” , investigo y encuentro:

Una vez, soñé que era una mariposa,

revoloteando aquí y allá, a todos los efectos

una mariposa. Sólo era consciente de mi felicidad como

mariposa, sin saber que era yo mismo. Pronto me desperté,

y allí estaba yo, verdaderamente yo mismo otra vez. Ahora ya no

sé si yo era entonces un hombre soñando que era un

mariposa, o si ahora soy una mariposa, soñando que soy un hombre.

*https://es.wikipedia.org/wiki/Lobularia_maritima