EL TEMA DE LA LUNA EN UN CONCURSO DE HAIKU (KUAWASE NO TSUKI) de Masaoka Shiki

de Masaoka Shiki

Traducción del japonés de Cristina Banella
Traducción del italiano de Isabel Ibáñez y Elías Rovira

Vinieron a entregarme los temas para el encuentro de haiku. El primero fue la luna. De todos, el que se refiere a las cuatro estaciones es el más vago y amplio. No hay comparación con los de las flores de cerezo o la nieve. Esta noche, con un poco de fiebre y estando enfermo, acostado en el futón y bien cubierto, pensé en escribir los poemas para la reunión. Puse el termómetro debajo de mi axila y comencé a pensar en el haiku de la luna.

Sentí una gran responsabilidad porque los demás también participarían en la reunión, así que me cautivó el deseo de hacerlo bien.

Si el juez hubiera sido un extraño, podría haber pensado en algo muy brillante, por ejemplo alguien que sube al palacio de la luna en compañía de la princesa Kaguya[1]; o alguien parado en la cima de una montaña remota donde no hay nadie, ni hombres ni casas, inmóvil, mirando a la luna mientras el viento sopla en sus cabellos.

Pero como el juez será Hekigotō, primero pensé en evitar vuelos de la fantasía y escribir respetando en la medida de lo posible los principios del realismo (shajitsu)[2]. Esto no significa que tenga que esforzarme para escribir en shajitsu; me sale naturalmente.

La primera idea que se me ocurrió fue la de un hombre que andaba sobre un camino con un bosque a un lado y un gran campo al otro, en una noche iluminada bajo la luz de la luna. Pero ¿pude haber compuesto algo tan trivial, después de pensar tanto en el shajitsu? El paisaje era demasiado amplio y me alejó de la reproducción realista, así que pensé en reducirlo y retratar algunos detalles: la luz de la luna que se atisba al atardecer entre las hojas de un árbol; o un poeta que, caminando entre las sombras del bosque, ve a su derecha la luna blanqueando entre las hojas de los árboles. Por donde camina el poeta, la luna permanece escondida entre esas hojas y no se refleja en su cara. Pero el tiempo de la acción era demasiado largo, imposible de llevarlo a un haiku. De repente volví a la realidad.

En el jardín de mi casa hay un roble y la luna se esconde por ahí, pero siempre se puede ver brillar a través de las hojas. Entonces pensé en elegir esta imagen y escribí:

Oculto, entre las hojas de los árboles

se rompe en fragmentos

la luz de la luna …

(Hagakure no / tsuki no hikari ya / funsai su)

Sin embargo, después de intentar leerlo en voz alta un par de veces, parecía absurdo, y así lo descarté para volver al sendero del bosque.

Esta vez dejé la imagen de la luna escondida entre las hojas y pensé en alguien caminando por un terreno donde, con la brisa, se balancean las sombras de los árboles del bosque. Pero al final no pude sacar nada de eso, así que entré al bosque a través del camino. Las ramas de los cedros cubrían el cielo y la luz de la luna no filtraba a través de las hojas. La calle estaba oscura, pero, en un instante, se abrió una brecha y los rayos de la luna iluminaron un espacio de aproximadamente un tatami[3]. Pensando en esta escena escribí:

Un camino entre los cedros …

Se filtra aquí y allá

la luz de la luna …

(Tokorodokoro / tsuki moru sugi no / komichi kana)

Me sorprendió lo trivial que era. Por tercera vez, entonces, volví al camino largo del bosque. Esta vez me vino a la mente la imagen de una persona de vuelta de una fiesta en el campo. Él sostiene en las manos una caja de bambú con sushi envuelto en un pañuelo. La caja está a punto de caer, pero de alguna manera se las arregla para sostenerla.

Se ve bastante borracho y se tambalea en las sombras de los árboles, como ya he dicho. Mira a su alrededor mientras la luna ilumina claramente los interminables campos amarillos de arroz maduro. En el silencio también se puede ver que las espigas se balancean un poco. Se ve bien, pero considerando todas las cosas, es demasiado vasto, no hay punto en el que podamos detenernos: es difícil hacer un haiku con eso.

Luego lo pensé de nuevo y me di cuenta de que hasta ese momento no había podido alejarme de las sombras de los árboles, yendo y viniendo continuamente por el mismo camino, como si me hubiera embrujado un zorro. Así que decidí firmemente alejarme del bosque e irme junto al borde del agua. Quise escribir sobre un lugar cerca de la desembocadura de un río tan grande como el mar. Nunca había visto antes un lugar así, pero supongo que Yōsukō[4] lo es. En este gran río flota un pequeño bote. Por supuesto que es un paisaje nocturno con la luna y las olas que brillan, reflejándola. Está claro como si fuese de día, y por eso sí se puede ver hasta el barco distante. Lentamente, se aleja cada vez más, Tanto es así que al final ya no se puede ver. Quería escribir un haiku, pero no pude.

El bote aún no se había ido, lo vi balancearse. Parecía un barco celestial. Pero una definición como “barco celestial”, tan fantástica, no es adecuada para el realismo; así que busqué algo más, pero aun así no pude evitar la sensación. Entonces escribí:

Cargado de sake

flota el barco,

donde se admira

la luz de la luna …

(Sake nocete / tadayou fune no / tsukimi kana)

En una segunda lectura, este haiku me sonó horrible, pero pensé que por esta vez podría estar bien. No estaba satisfecho, pero estaba a punto de decidirme por este. De hecho, me cansé de pensar. Pero luego, me vino a la mente una reunión de poesía de hace unos días, donde el tema era la luna. En esa ocasión, sin quedarme pensando demasiado en ello, compuse este otro haiku:

Oh … Kamakura …[5]

Y sobre los campos

la luna…

(Kamakura ya / hatake no ue no / tsuki hitotsu)

Es un haiku de principiante, pero me parece mejor que el anterior. En verdad es una pena que el haiku “Sake nosete” sea peor que este, compuesto para una reunión de poesía; así que lo pensé de nuevo. En ese momento me acordé de comprobar la temperatura. Solo tenía 38º.

Entonces me imaginé subiendo a un pabellón alto en la orilla del río. Miré a mi alrededor, miré la superficie del agua, a lo lejos y frente a la orilla: todo estaba confuso, como envuelto en niebla. No estaba claro si había algo o no. Se veía una luz, tal vez una casa en la orilla. La marea acababa de subir y la atmósfera se parecía a la de los poemas chinos. Pero no pude escribir un haiku de ello.

Un pequeño bote (¡de nuevo el botecito!) se me apareció entre los juncos, y me acordé de la escena en la que Sōkō[6] cruzó el río Jinyōkō[7].

El año pasado, mientras estaba enfermo, leí “Al borde del agua” y encontré muy interesante esa parte que dice: “Llegaron[8] a una extensión interminable de juncos y de cañas, en la orilla de un río cuyas aguas fluían impetuosas, con gran estruendo: habían llegado al Jinyōkō. Pero pronto escucharon gritos detrás de ellos, las luces de las antorchas parpadeando por todas partes, mientras que el viento llevaba consigo el estruendo de sus perseguidores …”

Me encontré pensando que, si un haiku nacía de estas escenas, el poema sería interesante. Entonces, de la escena del río tomé la parte que dice: “Su situación era desesperada, pero de repente salió de entre los juncos, un barco que se balanceaba”. Pero, sobre esto, ni siquiera el año pasado pude escribir algo, así que no me detuve por mucho tiempo.

La idea se expandió gradualmente: el bote estaba en medio del río y el hombre que la conducía comenzó a cantar una canción de marinero. Cantaba: “Yo soy el que ha envejecido a orillas del río y no me importan los hombres, solo amo el dinero”.

Después de haber terminado de cantar la estrofa “La otra noche, cuando mi barquero se fue, le robé una de sus piezas de oro …”, soltó el remo. Entonces él dijo algo que no entendí bien, algo así como: “¿Quieres comer bantōmen o undon”[9]? Entonces me vino a la mente el capitán del barco que amenazaba a Sōkō.

Pero todo esto terminó cuando me alejé más y más del realismo y, por lo tanto, cambié completamente de tema.

Así que pensé en alguien cruzando el río con el encargo de entregar un mensaje:

 

Una noche de luna …

Cruza el río rápidamente

el mensajero…

(Isogi no tsukaide / tsuki yo ni y wo / watarikeri)

Seguí repitiendo “un mensajero …”, “un mensajero …”, en un intento de dejar la idea en 17 sílabas, pero no había nada que hacer, así que volví al pabellón sobre el agua. Volví allí sin poder alejarme de “Al borde del agua”.

En el Pabellón Sōkō estaba bebiendo sake. También estaban Taiso y Riki[10]. Quería referirme a algo elegante al respecto, pero no lo logré. Así que dejé espacio para asociaciones de ideas, partiendo de Sōkō intento escribir una poesía sobre una pared. Pero incluso eso no era bueno para un haiku, así que pensé en un banquete de despedida. Pero, llegado el momento de la despedida, en lugar de un personaje chino, elegí algunos estudiantes japoneses que acompañan a un amigo que se va. También pensé en escenas de la danza de las espadas, pero no quedaba bien. Sin embargo, al final escribí:

Pabellón sobre el mar …

Se separan, tristes …

Una noche de luna.

(Kairo ni / wakare wo oshimu / tsukiyo kana)

Había decidido presentar esto, pero todavía no estaba satisfecho: me parecía banal. Pensé que el pabellón sobre el mar no tenía un buen efecto: estábamos dentro de un edificio y, por tanto, la luz de la luna no era tan eficaz; habría sido mejor sacar la escena del pabellón. Así que lo reescribí:

Allí, sobre el muelle,

se separan, tristes.

Una noche de luna.

(Sanbashi ni / wakare wo oshimu / tsukiyo kana)

Esta vez lo ambienté en Kobe; pero no me satisfizo. Traté de transferir la escena a Yokohama, en el muelle desde donde parten los barcos hacia Inglaterra. Alguien se iba a estudiar a occidente. Pero no me gustó en absoluto. Imaginé por un momento una escena con un barco extranjero, en mar abierto, bajo la luz de la luna, pero inmediatamente volví al haiku en el muelle. Ese haiku no me satisfizo porque era demasiado fácil, pensé que mejoraría si le ponía un poco de color. Así que imaginé a un hombre y una mujer que, en el muelle, se separaban dolorosamente. La mujer está de pie, muy cerca del hombre. En silencio. No dice una palabra, pero en su corazón hay un dolor indescriptible. El hombre también parece destrozado. Él toma su mano, sigilosamente, con fuerza, luego inmediatamente se sube a un bote pequeño con destino al barco. La mujer se queda de pie sin moverse. Con esta escena en mente escribí:

Allí, sobre el muelle,

se separan, tristes.

Una pareja de esposos.

(Sanbashi ni / wakare wo oshimu / fūfu kana)

Pero la luna no estaba ahí. Luego pensé en Mitsu, cerca de mi ciudad natal. Pensé en escribir sobre un triste adiós, a la orilla del mar, pero ni siquiera eso tuvo éxito. Así que, al final, me decidí por:[11]

 

Hora de decir adiós:

un poco de vino

la embriaguez se va, en el barco,

bajo la luna.

(Miokuru ya / yoi no sametaru / rope no tsuki)

No es realmente un haiku brillante, pero me parece que no hay fallos importantes, por esto lo elegí. Hasta ahora nunca me había pasado, pensar tanto para componer un poema. Uno no debería pensar demasiado al componer un haiku, pero esta vez tuve la impresión de realizar un ejercicio. Si hubiera tiempo, a partir de ahora, desearía poder continuar reflexionando de esta manera cada vez que componga.

NOTAS A PIE DE PÁGINA

[1] Kaguyahime (Princesa Kaguya) es la protagonista de Taketori Monogatari (“Historia de un cortador de bambú “, 920 ca.). La princesa es encontrada dentro de un bambú por un viejo leñador y por su esposa y criada por ellos. Habiéndose convertido en una espléndida doncella, rechazará a numerosos pretendientes después de haberlos sometido a pruebas imposibles. La princesa es en realidad un ser celestial enviado al exilio en la tierra y, después del tiempo necesario, regresará a su palacio en la luna.

[2] Shajitsu y shasei son intercambiables para Shiki, y él usa ambos para referirse al realismo.

[3] Estera de paja de arroz de unos 180 cm. de largo por 90 cm. ancho.

[4] Este es el río Yangze Jiang.

[5] Una pequeña ciudad no lejos de Tōkyō que entre 1192 y 1333 fue también la capital de Japón.

[6] Esta es la lectura japonesa del nombre de Sung Jiang, uno de los protagonistas del Suikoden (“En el agua”). Esta novela, cuyo título en chino es Shuih zhuan, se remonta a la era Ming y su trama está basada en hechos históricos.

[7] Es el río Xun yang jiang, un tramo del Yangze jiang que desemboca en el actual Jiang xi.

[8] Son Sung Jiang con dos compañeros de viaje.

[9] Estos son dos tipos de pasta; el segundo se llama comúnmente udon.

[10] Otros dos compañeros de Sung Jiang.

[11] El poeta vuelve aquí a la imagen de los alumnos que se separan, tras la cena de despedida en honor a uno de los ellos que parte.