Entrega nº 110. 30 de agosto

… (Continúa del 109)

Caqui kueba

Kane ga naru nari

Hôryûji

 

Como un caqui

Y he ahí que la campana suena.

Templo Hôryû-ji

Al comentar sobre este poema, Hekigotô se pregunta que por qué no escribí:

Caqui kûte

kane naru oreba

Hôryûji

 

Mientras como un caqui

suena la campana.

Templo Hôryû-ji

Esta es una opinión con sentido común. Sin embargo, creo que el efecto del haiku, perdería fuerza.

 

Kiku no hana

Tenchôsetsu wa

Suginikeri

 

Flores de crisantemo

El aniversario del emperador

Ha pasado

A menudo he discutido problemas estacionales, pero aquí nuevamente hay una mala interpretación. Hago una referencia al “invierno”, entendido como el período que viene después de “el comienzo del invierno”, y también al cumpleaños del Emperador que es parte del otoño. El 5 o 6 de noviembre, estamos en pleno otoño. Yo no puse aquí en el haiku nada sobre un tema de octubre.

 

Kogarashi ya

Kane hikisuteshi

Michi no hata

 

Viento glacial –

Una campana abandonada

Al borde del camino

Mi idea es que el día cae sobre un camino donde se ha dejado una gran campana, que es para llevar al templo, y así esa campana, esa tarde-noche, permanecerá abandonada al lado del camino. Mi intención es contar ese paisaje, ese momento, y por lo tanto, sea una tarde anocheciendo, o sea ya bien entrada la noche, los fieles han regresado a su casa, y por supuesto, ya no hay nadie. Además, añado, mi idea es la de tomar ese paisaje lúgubre y desolado, al tiempo que el de una campana solitaria al borde de un camino. Y es por ello así, que yo lo asocio con ese viento helado.

 

Geta haite

Yuku ya yakeno no

Usuzuku yo

 

Calzando unos zuecos

¡Adelante! Sobre las ascuas

Luna velada del anochecer

Sobre la frase “calzando unos zuecos / ¡adelante!”, Hekigotô se hace algunas preguntas, pero mi idea es que, especialmente con zuecos de madera, uno puede caminar perfectamente sobre rescoldos de unas zarzas quemadas. Sin embargo, también es cierto que podría no tratarse necesariamente de eso. De todos modos, no es algo muy interesante.

 

Deru toki no

Kasa ni ochitaru

Shôbu kana

 

Al salir

Caídos en el paraguas

¡Unos ácoros!

Al comentar este poema, Hekigotô lo encuentra un poco atrevido, y no tengo nada que objetar. Sin embargo, si imaginamos que el paraguas, al tocar los ácoros, los hizo caer, no resulta tan arriesgado.

 

Nakiyamete

Tobu toki semi no

Miyuru nari

 

Al dejar de cantar,

Una cigarra vuela

Y se deja ver

Según el comentario, este poema tiene poco encanto. Es innegable. Sin embargo, reconozco que me cuesta un poco rechazarlo.

 

Tsunbo nari

Aki no yûbe no

Watashimori

 

Es sordo:

En la tarde de otoño,

El barquero del transbordador

El comentario hecho, afirma que este poema da la impresión de ser como una mala novela. Pregunté al crítico, quien me respondió que él imagina a alguien que le hace una pregunta al barquero y es entonces cuando comprende que es sordo. Yo, por mi parte, lo que quería decir es que alguien situado en una orilla, llama en vano al barquero situado al otro lado del río, ya que este es sordo. (Fin)

 

Notas del traductor y las fuentes

– No sabría decir si el primer haiku, el del caqui, la campana y el templo, se trata del haiku más conocido de Shiki traducido al castellano, pero sí lo es en inglés y en francés. Apareció por primera vez en el diario Kainan shinbun el 8 de noviembre de 1895, precedido por la indicación “En una parada, en una local de refrescos en Hôryû-ji”. Después de haber enfermado durante su viaje a China, tratado en Kôbe, Shiki pasó el verano recuperándose en Matsuyama. Es durante su viaje de regreso a Tokio, a fines de octubre, que hace un enlace en Nara, donde pasa unos días y compila este poema. Al principio no llama la atención, no se recoge luego en ninguna antología y además es criticado aquí por Hekigotô. Se hará famoso solo más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial.

– Según Lozerand “La diferencia entre el haiku de Shiki y lo que Hekigotô propone, es gramatical. En la versión de Shiki, se entiende que se produce la impresión de una secuencia automática, y aunque no haya una relación causal, sí transmite una relación de implicación entre los dos actos. Por ello se traduce al francés por “…et voilà…” (… y he ahí…). La propuesta de Hekigotô … ¡es una simple coincidencia temporal, prosaica y sin gran interés!”.

– Podría decirse también que Shiki escribe el haiku centrándolo en el sonido de la campana, que se produce, eso sí, mientras come un caqui. Por la otra parte, Hekigotô hubiera preferido poner el centro en el comer el caqui, y que mientras eso se produce y de forma más secundaria, suena una campana.

– Sobre este mismo haiku, Rodríguez-Izquierdo (El haiku japonés. Historia y traducción. Evolución y triunfo del haikai, breve poema sensitivo. Publicaciones de la Fundación Juan March, Madrid, 1972, pag. 387) explica literalmente su traducción del siguiente modo:

“Caqui / kueba                                 Caqui / si como

kane / ga / naru / nari                   campana / (tópico) / ·tocar /

es

Hooryuuji                                           templo de Hooryuu

 

Cuando como caqui

suena la campana

en el templo de Hooryuu

                                           Shiki

 

«Kueba» es una forma de condicional o de circunstancia temporal no especificada. Entre «caqui», que es el objeto directo de «kueba», y este verbo se ha eludido el morfema indicador de objeto directo «WO». El gusto astringente de los caqui está expresado onomatopéyicamente por la abundancia de «k». Para Shiki era tal vez fruta prohibida, por su enfermedad. Cuando a pesar de todo la tomaba, el sonido de la campana del templo le traía pensamientos del más allá.

Sobre la campana de los templos, cf. (hk. 41 ).

«-nari» es una forma culta y literaria de terminación verbal. Equivale a la predicación de «es», y en nuestro haiku convierte en presente la forma desnuda de infinitivo «naru»”

  • Por su parte, otro niponólogo, Carlos Rubio (La flor de Masaoka Shiki, HELA nº 10, sept. de 2018; pag. 29), hace el siguiente y más que interesante comentario en torno al poema, donde cuestiona la autenticidad del haiku que tanto propugnara Shiki con su sashei (para sashei ver “Shiki: aproximación al cómo vino, qué vio y por qué [con] venció”; en las notas de la entrega 45):

…“El año siguiente, 1895, y a pesar de su delicada salud, se alistó como corresponsal de guerra en la contienda contra China de ese año. Fue una estancia de poco más de un mes en la cual llegó a conocer a Mori Ôgai, el patriarca, junto con Sôseki, de la moderna literatura japonesa. Pero en la travesía de regreso, al parecer por la impresión de ver un tiburón, sufrió un violento esputo de sangre. Nada más desembarcar, fue traslado en estado crítico a un hospital de Kobe. Su familia llegó de Tokio resignada a darle el último adiós, pero para sorpresa de todos, se recuperó y el otoño de ese mismo año volvió a su ciudad natal, Matsuyama, y luego a Nara donde compuso uno de sus más celebrados poemas:

       Caqui kueba                Muerdo un caqui

kane ga naru nari              y la campana oigo

Hôryû-ji                  de Hôryû-ji

 Al parecer el lugar de composición no fue el templo mencionado en el tercer verso, sino el del Tôdai-ji. Convencido de que la atmósfera de Hôryû-ji era más tranquila que la más ruidosa del popular Tôdai-ji, el poeta cambió el nombre. ¿Una traición a su compromiso con el realismo del concepto de shasei?”.

– Este mismo haiku también es ampliamente comentado por Beichman J., la biógrafa de Shiki (Masaoka Shiki: His Life and Works. 2002, p. 54), y retomado más tarde por Trumbull, Ch.

Beichman también habla del cambio de templo que hizo Shiki, aunque por otros motivos; pero sobre todo, alude a la importancia de los sonidos en la pronunciación del haiku. La referencia completa es la siguiente:

… “El siguiente poema, también de 1895, es hoy el más conocido de todos los haiku de Shiki y puede ser citado por prácticamente cualquier graduado de secundaria japonés:

                             kaki kueba                 Muerdo un caqui

                  kane ga narunai                 y una campana suena

                                i Hôryûji                   templo Hôryûji (II, 325)

 

El poema se basa en la experiencia de Shiki de escuchar la campana del templo mientras mordía un caqui (su fruta favorita) en una tienda de té en Nara, sitio de muchos templos budistas antiguos. La campana que escuchó, sin embargo, era en realidad la del Templo Tôdaiji, no el Templo Hôryûji. El día después de su experiencia original, Shiki visitó el Hôryûji y decidió que sería un lugar más apropiado para su poema que el Tôdaiji, debido a sus famosos huertos de caqui. Esto, por supuesto, es un ejemplo muy literal del uso de la selección de Shiki en combinación con el realismo; pero el poema tiene elementos más sutiles. Entre estos, el uso hábil del sonido es más notable.

Al igual que en la última línea del otro poema del pavo real, el uso de los repetidos sonidos «k» en la primera línea de este poema, da un ritmo rígido y recortado, que aquí refuerza la idea de morder algo. Los sonidos rígidos y recortados comienzan a alargarse y extenderse con «narunar i» en la segunda línea y este proceso, sugiriendo el sonido resonante de una campana del templo, continúa con el largo, prolongado t doble «o» y doble «u «de Hoo-ryu u -ji.

La clave del poema es, sin lugar a duda, la yuxtaposición de la mordida y la campana. Sin embargo, esta yuxtaposición funciona en muchos niveles: estar entre la agudeza del acto de morder y el repique largo y suave de la campana, así como, en un nivel más metafísico, el momento mortal de un ser humano mordiendo un pedazo de fruta y la amplia y eterna extensión del tiempo simbolizada por la campana del antiguo templo.

Se puede decir que este haiku es el primero en el que Shiki logró, a través de una descripción realista, evocar una complejidad de significado que va más allá del realismo literal.”…

Hôryû-ji (Templo de la Ley Floreciente) es un templo budista localizado en Ikaruga, prefectura de Nara. Su nombre completo es Hôryû Gakumonji (lit. Templo de la Enseñanza de la Ley Floreciente), ya que sirve de monasterio.

– Por su parte, Tôdai-ji (gran templo oriental), también es un templo budista que se encuentra en Nara. Alberga una estatua gigante del Buda Vairocana (llamado dainichi, que en japonés; significa “Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol”).

– Sobre el siguiente haiku en el que se cita el aniversario del Emperador, cabe decir que el 3 de noviembre, el día del nacimiento del emperador Meiji, fue designado como fiesta nacional por un decreto del 14 de octubre de 1873. Hoy, se celebra el Bunka no hi (Día de la Cultura),un día en el que se trata de promover actividades culturales, reemplazando así la festividad nacional anterior que conmemoraba el mencionado nacimiento del Emperador Meiji.

– Lo que Shiki está refiriendo al comentar su haiku cuando habla de “el comienzo del invierno”, es la “decimonovena división del ciclo de las estaciones”, lo que se corresponde a un período de aproximadamente dos semanas que comienza alrededor del 7 de noviembre del calendario gregoriano. La concepción occidental (y del norte en este caso) que hace que el invierno comience en el solsticio del 21 de diciembre, no es necesariamente la más relevante.

– Previamente, recordemos que cuando Shiki utiliza la palabra “crisantemo (kiku)” está usando una palabra estacional (kigo) que indica otoño. Shiki explica a Hekigotô, que parece haber criticado un posible “doble kigo”, siendo además ambos contradictorios entre sí, el por qué lo ha hecho. Parece establecer una secuencia “otoño—comienzo del invierno—invierno”.

– En el siguiente haiku, se ha traducido finalmente “kogarashi ya” por el llamado viento glacial, que es un viento fuerte y frío del norte u oeste que sopla a finales de otoño y principios de invierno. Es uno de los primeros vientos realmente fríos, cuando las últimas hojas son definitivamente barridas de los árboles. Literalmente significa “árbol con el que se va”. En el período Edo, el kogarashi se usaba para kigo del otoño o del invierno, pero ahora es un kigo para principios del invierno. Hay traductores que traducen kogarashi por viento que arranca las hojas, viento devastador, tormenta de invierno, ráfaga de invierno, etc.

Shiki tiene algún haiku más con ese primer verso:

kogarashi ya

hoshi fuki-kobosu

umi no ue

 

viento glacial:

¡qué dispersas las estrellas

sobre el mar!

Además de Shiki, también los otros tres grandes maestros han escrito haikus que tienen como primer verso kogarashi ya, como por ejemplo:

Bashô:

kogarashi ya

hoho bare itamu

hito no kao

 

viento glacial:

mejillas hinchadas y doloridas

en todas las caras

-.-

kogarashi ya

Take ni kakurete

Shizumarinu

 

viento glacial:

al adentrarse entre los bambúes

empieza a calmarse

 

Yosa Buson

Kogarashi ya

Hita to tsumazuku

Modori uma

 

viento glacial,

el tropiezo de una mula

ya de regreso

 

Issa

kogarashi ya

iwashi o kurumu

kashiwa no ha

 

viento glacial,

con una gran hoja de roble

envuelve una sardina

-.-

  kogarashi ya

ni jû shi mon

no yûjogoya

 

viento glacial,

una choza de prostitutas

que cobran veinticuatro monedas

Pero también han comenzado sus haikus con “kogarashi ya” otros muchos haijines. Como pequeña muestra:

 

Soseki

kogarashi ya

umi ni yuhi wo

fuki-otosu

 

viento glacial…

la puesta de sol

sobre el mar

 

Hasegawa Reyoko

kogarashi ya

ishi fuki-tobasu

Ohi-gawa

 

viento glacial

soplando sobre las rocas

del río Ohi-gawa

– En otro haiku, se traduce por zuecos los llamados “geta” japoneses: un calzado de gruesa suela de madera que podríamos calificar de “mitad zueco mitad sandalia”.

– Al hablar de ácoros, Shiki se refiere a la Acorus calamus, llamada shôbu en japonés. Es una planta que se asemeja a los juncos y posee hojas largas de bordes afilados, muy apuntadas. Las flores son pequeñas, de color verde amarillento, y se presentan en forma de espiral. Se ha utilizado por su fragancia y como droga psicotrópica. Su raíz se empleaba como anestésico y estimulante contra la fatiga por la asarona que contiene; en dosis mayores, produce efectos alucinógenos. Walt Whitman empleó ésta, o la raíz del estrechamente emparentado Acorus americanus. Figuraba igualmente en las pociones psicotrópicas preparadas por las llamadas brujas europeas durante la Edad Media.

Entrega nº 109. 29 de agosto

…(Continúa del 108)

Akikaze ya

Samurai-machi wa

Hei Bakari

 

Viento de otoño –

El barrio de los samuráis

Con todas sus empalizadas

 

El ataque de Hekigotô a estos versos proviene del hecho de que pensó que este poema describía un panorama de antes de la Restauración Imperial y de que interpretó “Con todas sus empalizadas” como la expresión de una gran cantidad. Pero mi idea es muy diferente. Se trata de evocar una impresión durante el regreso a mi país natal, mientras cruzaba el Distrito de los samuráis, al norte del castillo, un distrito que, como tal, dejó de existir después de la Restauración. “Con todas sus empalizadas” significa que la mayoría todavía siguen allí, como antes, algo ruinosas ya, pero, aun así, cuando miramos dentro de los jardines, en vez de encontrar residencias como en otros lugares, hallamos arboledas de bambú increíblemente tupidas, o campos de berenjenas o maíz, junto a los cuales hay cinco o seis caquis cargados de fruta aún verde: este era el panorama que vi y que pretendía celebrar, pero como no tuve el cuidado de especificarlo de antemano, al parecer me equivoqué.

.

Sanmon o

Dete kudarikeri

Aki no yama

 

Por la Gran Puerta

Salí y bajé

Montaña de otoño

No me parece viable, ¿verdad? Leer el carácter chino 出 («salir») … mi intención era leerlo como “Dete”. Sin embargo, desde el punto de vista de la técnica de composición del haiku, parece que poner el kire, la cesura, en el medio y después de dos moras (de-te), lo hace muy complejo.

Butsudan no

Kôji o otosu

Nezumi kana

 

Desde el altar del Buda

Hace caer una mandarina

¡el ratón!

No se trata de que caiga una fruta desde su rama. Quise decir que el ratón había derramado una mandarina puesta como ofrenda, desde un tazón ritual; pero cuando lo pienso, es un verso defectuoso. Lo compuse habiendo escuchado caer una mandarina e imaginando la escena, pero no funciona. Anteriormente, Buson tuvo esa misma idea al componer “… Mordisqueándolo y haciendo caer el anís estrellado / ¡un ratón!» (… Shikimi hamikobosu / Nezumi kana).

(Continuará)…

 

 

Notas del traductor y las fuentes

– Segunda entrega de la serie de tres, en las que Shiki habla de las críticas que Hekigotô hace de su antología recientemente publicada.

– Cuando Shiki habla en el primer haiku sobre “el distrito de los samuráis al norte del castillo, y que, como tal, dejó de existir después de la Restauración”, hace referencia a que los feudos (y por lo tanto los Señores) se abolieron en 1871, y se establecieron los departamentos. Tokio se convierte en un fuerte polo que atrae las riquezas y fuerzas de Japón, en detrimento de las provincias, que se van marchitando. Shiki habla de barrios y “distritos”. El distrito fue una unidad administrativa de Japón, presente entre 1878 y 1921, y era equivalente al condado de los Estados Unidos o la comarca española.

– Principalmente Japón está subdividido en 47 prefecturas, agrupadas en 8 regiones. En japonés se utilizan las siguientes palabras para designar las prefecturas: to (metrópoli), dô (territorio), fu (prefectura urbana), y ken (otras prefecturas o departamentos). Así, Japón está formado por 47 to-dô-fu-ken. Cada una de ellas es dirigida por un gobernador, un poder legislativo, y una burocracia administrativa que ha sido elegida. Cada prefectura se divide en ciudades, pueblos y aldeas. ​En la primera década del siglo XXI, la nación tuvo una reorganización administrativa, uniendo ciudades, pueblos y aldeas.

– Cuando Shiki comenta el segundo haiku y la lectura de un carácter chino, debemos tener en cuenta que a menudo hay varias posibilidades en japonés para “leer”, es decir, pronunciar, un carácter chino, pero no todas son en todo momento necesariamente concebibles, convenientes o permitidas.

– Contrariamente a lo que se lee a menudo, la mayoría de los haikus (ni mucho menos todos) no están hechos de tres versos de aproximadamente 5, 7 y 5 sílabas, sino, si acaso, de 5, 7 y 5 moras. Mora, una noción más breve que la de la sílaba, designa una unidad fonética simple, de modo que una única sílaba japonesa larga, por ejemplo shi, tiene dos moras: shi-i. Lo que Shiki refiere técnicamente, es que la doble mora de la lectura del carácter chino interpretado como de-te, genera una división del segundo segmento (“segundo verso”) en dos partes de manera poco natural (2+5).

– La mandarina para ofrendas, de la que se habla en el haiku, es con seguridad una citrus leiocarpa, mandarina amarga (o shiva mikan), … kôji en japonés.

– El referido texto de Buson es un haiku sin su primera parte, y al completo es:

Tera samuku

Shikimi hami kobosu

Nezumi kana

 

El templo está frío.

Mordisqueándolo y haciendo caer el anís estrellado

¡un ratón!

Entrega nº 108. 28 de agosto

-En las reseñas de “Conversaciones sobre Haiku en el refugio de la nutria (Dassai shooku haiku-chô shô)”, publicadas por Hekigotô en el número diez de la quinta serie de Hototogisu, se critica el siguiente poema:

Sunahama ni

Ashiato nagaki

Haruhi kana

 

Sobre la arenosa playa

Unos largos trazados de huellas

¡Día de primavera!

 

Hekigotô se pregunta si se trata de los pasos del poeta o de alguien más. En mi opinión, no son necesariamente los pasos del poeta, sino simplemente lo que este último sintió al observar esos rastros en ese lugar.

 

Hi ichinichi

Onaji tokoro ni

Hatake utsu

 

Todo el día

En el mismo sitio

Arando el campo

 

Al comentar estos versos, Hekigotô se pregunta si el poeta trabaja en el campo. En mi opinión, el poema fue más bien compuesto con la intención de cantar el trabajo de otra persona, pero también podría considerarse como su propio trabajo.

 

Issen no

Tsurigane tsuku ya

Hirugasumi

 

Por un centavo

¡Se hace sonar la campana!

Niebla del mediodía

 

Al comentar estos versos, Hekigotô dice que es cuestión de echar un centavo en una ofrenda y luego tocar la campana, pero mi idea no es esa. Hay lugares donde, por un centavo, directamente compras el derecho de tocar la campana. Es en ese tipo de toque de campana en el que pienso aquí.

Hitooke no

Ai nagashi keri

Haru no kawa

 

De un balde

Se ha vertido el añil.

El río en primavera

 

Al comentar estos versos, Hekigotô explica extensamente que, en realidad, uno no pone el tinte añil en un balde para verterlo, sino que se colorea el agua utilizada para el tinte y es esta la que se vierte. Pero esa no fue mi idea. Se trata de verter directamente un balde de tinta añil: no sé si se hará así o no en Tokio, pero en provincias sí que es así como lo hacen los tintoreros.

 

Kannon de

Ame ni aikeri

Hanazakari

 

En Kannon

Volví a encontrar lluvia

¡Qué eclosión de flores!

 

En estos versos, yo estaba muy orgulloso de usar la sencilla frase “Kannon de” (En Kannon). Me sorprendió encontrar en los comentarios de Hekigotô apreciaciones como “está en el tono de Otsuni”, o “este poema es del estilo de Ryôta”; por no hablar, que por otra parte enumera en su trabajo al menos veinte poemas sin que conste mayor comentario. Estas son críticas muy atrevidas: ¿no sería ese el punto débil de Hekigotô? Hay personas realmente negligentes… “y los héroes, esperan ahí para engañar al común de los mortales”.

 

Nagaki yo ya

Hito hi o totte

Niwa o yuku

 

Larga noche

Un hombre con su linterna

Camina por el jardín

 

Al comentar este poema, Hekigotô se pregunta si es que hubo algún inconveniente en elegir como primer verso de cinco sílabas «Frescor nocturno» (yo samusa ya). Pero, en mi opinión, no se trata de una noche fría. Se trata de resaltar un pequeño incidente que perturba la monotonía de una larga noche o, para decirlo más específicamente, una noche donde no sucede nada, simplemente interminable, y en la que, de repente, alguien camina por el jardín con una linterna, antes de que se reanude esa larga e interminable noche, como si nada hubiera pasado. (Continuará…)

 

Notas del traductor y las fuentes

– Shiki parece querer dejar bien aleccionados a sus dos principales discípulos antes de morir. Hechas las aclaraciones a Kyoshi, ahora es el turno de Hekigotô, a quien dedica también muy duras críticas. Con esta, inicia una serie de tres entregas consecutivas sobre su trabajo.

Conversaciones sobre Haiku en el refugio de la nutria (Dassai shooku haiku-chô shô) es una de las antologías de haikus de Shiki, realizada por él mismo, la primera de las cuales fue publicada unos meses antes, en abril de 1902.

– El primer haiku se ha traducido de Lozerand. También Fernando Rodríguez-Izquierdo lo reproduce, traduce y comenta directamente del japonés en Ruego a la mariposa (ed. Satori, 2013, Gijón) del siguiente modo: 

“suna-hama ni

ashiato nagaki

haruhi kana

 

Sobre la playa, un largo

reguero de pisadas,

en día primaveral.

 ¿A dónde irá esa larga sarta de huellas humanas sobre la arena? Seguramente, su rastro se pierde ya a simple vista. El caso es que, mientras lo seguimos, contemplamos el mar, y nos refresca su orilla en plena primavera.

*suna-bama: con cierta redundancia, «playa arenosa».

*ashiato: compuesto apositivo «pies – huella»: «huellas de pies humanos» o «vestigios de pisadas».

* nagaki: adjetivo predicativo -nagai «largo»- con sufijo arcaico -ki. Se refiere a que esa secuencia de pisada es larga para el observador.”

– Más adelante, ya en otro haiku, Shiki usa una expresión coloquial, “En Kannon” (Kannon de) para designar un templo, más que probablemente el Sensô-ji de Asakusa, dedicado a la deidad Kannon (Guan Yin).

Iwama Otsuni (1756-1823), es un haijin que ha cantado mucho las costumbres de Tôhoku.

Ôshima Ryôta (1718-1787), fue un haijin, influyente maestro de haiku y coetáneo de Buson (1716-1784).

– … “y los héroes, esperan ahí para engañar al común de los mortales” es una expresión del chino clásico, que puede interpretarse literalmente, o también como que los líderes, gracias a la superioridad de su inteligencia, actúan frecuentemente de tal manera que la gente común no puede entenderlos.

Entrega nº 107. 27 de agosto

-En el número diez de la quinta serie de Hototogisu, sumados a los versos recopilados en el llamamiento público, encontramos entre los versos seleccionados por Kyoshi algunas de sus propias composiciones.

 

Honjin no

Yari ni karasu ya

Akeyasuki

 

El cuervo y la lanza

De la tienda del general –

Está a punto de amanecer

 

¿Es la escena de un cuervo descansando sobre una lanza? ¿O es que el cuervo está volando cerca de la lanza? Como no lo tenía del todo claro, quise preguntarle al autor, pero me respondió que, incluso si uno no podía imaginar la escena, la imagen era buena, y que el cuervo podía estar volando, posado o cantando; que todo eso carecía de importancia, que el interés era que estuviesen unidas las figuras de una lanza de un cuartel general y la de un cuervo. Pero incluso después de escuchar este tipo de explicación, no puedo sentirme interesado por una escena que es confusa. Cuando leo «El cuervo y la lanza / de la tienda del general», siento el deseo de representar objetivamente la escena, como si la tuviera ante mis ojos… Es por eso que yo sigo insatisfecho, ya que la posición del cuervo no está claramente establecida.

 

Matsu o kiru

Nata ya ayamatte

Tsuchi o ran o

 

Cortar un pino.

En el hacha, por error,

la tierra y las orquídeas.

 

Estos versos presentan aspectos incomprensibles. Nuevamente intenté preguntarle al autor, y se me dijo que cortar un pino, era realmente cortar un árbol. Pero si se trata de cortar un árbol en pie, generalmente usas una sierra y casi nunca un hacha. Si es un árbol que se puede cortar con un hacha, se debe considerar que es un pino muy pequeño. Pero admitamos que eso no importa, y lleguemos al segmento final, “la tierra y las orquídeas”: es una manera muy atrevida y demasiado extraña de explicarse, lo que me transmite una impresión de mal gusto. Cuando tienes una idea arriesgada como esta, la mayoría de las veces, es el mal gusto el que gana y se da la impresión de ser un aprendiz.

Ishi ni koshi

Yuri no naka naru

Kojiri kana

 

Sentado en una piedra

En el interior de unos lirios

¡El fondo de la vaina de un sable!

 

Tampoco entendí el significado y le pregunté al autor: parece que el fondo de la vaina de un sable dentro de los lirios, no significa que el fondo de la vaina esté en el interior de un lirio propiamente dicho, sino que se encuentra en medio de muchas flores. Pero no sé si está perfectamente claro al leer este poema … No solo es una idea extraña que este trozo de la funda de un sable esté en medio de las flores, sino que, por añadidura, ya que lo refiere usando una expresión que a la vez da a entender también que todo ocurre “dentro de un instante” (naka naru kojiri) es aún más extraño, y no entendemos en absoluto de qué se trata. Como el autor escribió intencionalmente admirado ¡El fondo de la vaina de un sable! (Kojiri kana), debió considerar que escribía un verso muy dinámico. Por otro lado, podemos preguntarnos si este verso muestra al autor mismo, o si está a un lado y compone sobre una tercera persona que observa. Cuando hice la pregunta, Kyoshi dijo que estaba a un lado.

Sin embargo, tanto “sentado en una piedra” como “En el interior de unos lirios / ¡El fondo de la vaina de un sable!”, ambos dan la impresión de ser contados desde el punto de vista del autor, y no lo observado por otro guerrero sentado. De lo contrario, parecería que el autor expresó sus sentimientos porque estaba extremadamente contento con el espectáculo de ese trozo de la vaina de un sable en medio de los lirios, pero… en fin, objetivamente, creo que no funciona.

Sairen o

Mite iru bushi ya

Tabigatana

 

Atrapa-lotos

¿Qué está mirando el guerrero?

Sable de viaje

 

Aquí, como el autor no entiende el significado de un juego de China llamado “Atrapa-lotos”, ha metido en escena a un guerrero japonés, y eso, realmente, no tiene coherencia.

Bien, si tomamos en cuenta todos estos versos, ¿dónde están los puntos de conflicto entre Kyoshi y yo? Al final, Kyoshi, para dar dinamismo a sus versos, adopta un método de composición que podría describirse como «dinámico». Este método de composición dinámica conduce, en mi opinión, al mal gusto, a lo absurdo y, en cualquier caso, a resultados insuficientes en términos de haiku. No es que esté en principio en contra del dinamismo, del movimiento, mas es extremadamente difícil escapar de los inconvenientes que lo acompañan, como este mal gusto o estos absurdos. Pero como Kyoshi sobresale en estos dos registros, no es sorprendente que estos versos me disgusten tan violentamente.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Shiki vuelve a cargar muy duramente contra los haikus de su íntimo amigo, cuidador, colaborador y discípulo Kyoshi. Cabe recordar que él fue quien se hizo cargo de Hototogisu tras el fallecimiento del maestro.

– Sobre el primer haiku, afirma el traductor al francés Lozerand que en el original en japonés que <<el vínculo entre la lanza (yari) y el cuervo (karasu) (se supone, sin que haya certeza, que solo hay una lanza y solo hay un cuervo) es impreciso, ya que está establecido por la partícula “ni” por lo que no aporta ninguna precisión particular. Así, él ha traducido vagamente como “y”, pero no es imposible que fuera por ejemplo “en”, o “al lado” o “debajo”…>>.

– Sobre el segundo haiku (cortar un pino…) Lozerand comenta que <<se trata de un haiku bastante particular en el plano sintáctico, ya que comienza dando un complemento directo (matsu = el pino), indicado por la partícula “o”, seguido de un verbo transitivo (kiru = cortar), como es costumbre; para luego, finalmente, dar otros dos complementos colocados paralelamente (tsuchi o run o = la tierra y las orquídeas), lo que en realidad es extraño y sí, bastante atrevido>>.

– Lozerand traduce inicialmente en el haiku “koriji kana” por “complemento” para luego explicar que concretamente, estas breves sílabas japonesas deben ser entendidas como “el fondo de la vaina de un sable”. Aquí, con el fin de facilitar la comprensión de lo expresado, desde el primer momento se ha traducido de esa manera y no brevemente como «complemento», a pesar de las muchas sílabas.

– El juego “atrapa-lotos” era un juego proveniente de China y que venía a representar una carrera de barcos, una regata.

XARO ORTOLÁ “Destellos”

Unas palabras de la autora

(Nota explicativa: Además de su reseña personal –publicada más abajo- Xaro nos envía esta entrevista recopilada por ella misma a partir de preguntas y respuestas que considera de interés y que extrae directamente de su actividad en foros y revistas.)

 

– ¿Cómo llegó el haiku a tu vida?

Escuché por primera vez la palabra «Haiku» en el Facebook, había gente que los escribía y yo no tenía ni idea de qué era… me resultaba extraño leer pequeñas poesías de tres versos; alguien dijo que se trataba de poesía japonesa de 17 sílabas…Intenté escribirlos era como un juego y todo un reto el poder expresar algo con sentido con tan sólo 17 sílabas.

Busqué por Internet información y cuanto más leía más respeto y conexión sentía: sencillamente me atrapó, me enamoró su sencillez, su belleza, su humildad…

Estudié a los clásicos, me fascinaban Bashô, Buson, Santôka, Onitsura, Chiyo-ni… y recuerdo que me quedaba sin respiración al leerlos, hoy día aún me pasa.

 

¿Cómo vives el haiku?

Vivo el haiku de forma intensa, quizás por mi carácter, no sé…Mi atención ha ido “in crescendo”, esas pequeñas cosas que antes eran invisibles a mis ojos, ahora las veo, las siento, me asombran y conmocionan en un sinfín de percepciones y emociones…pero también hablan: la luna, el viento, la lluvia… y pienso: – ¿Cómo es que nunca antes las había percibido, mirado, escuchado, sentido de esta forma tan profunda?

Supongo que como a todos los que escriben haikus se nos otorga el don de la “mirada de haijin” jeje

 

– ¿Quién o quiénes han sido o son tus maestros?

Conocer y estudiar bajo el paraguas del maestro Vicente Haya, para mí fue como un antes y un después en el camino del haiku, doy gracias por haberle conocido y aprender directamente de él. También aprender de otras personas relevantes como son el profesor Fernando Rodríguez, JL Vicent, Kotori, Mavi, Momiji, Elías… no puedo olvidar a mi buen amigo Gorka, el cual empezamos juntos, conectamos a nivel espiritual y después comenzamos a caminar por esta senda donde he ido haciendo amigos y son más que eso, son como familia, por nombrar a algunos: Unsui, JC Durilén, Leti, Grego, Enrique, Frutos, Mª Jesús, Toñi, Sandra,…

Un amigo me dijo en una ocasión:

«El Haiku es un pequeño poema que intenta atrapar el tiempo, son como fotografías hechas con palabras. El Haiku es un arte para expresar y tocar nuestro Budha interno».

 

– ¿Eres bloguera de haikus?

Jeje sííí, creé un blog y los empecé a escribir y cuando leo los de los primeros tiempos, me entra la risa, por supuesto que no eran haikus ni de lejos jajaja… no los borro porque veo la evolución. Ahora empiezo a eliminar algún que otro porque formo parte del profesorado de la «Escuela de Haiku Makoto» y los alumnos consultan el blog y la verdad es que da un poco de cosa leer los NO Haikus de mis principios de aprendizaje…

El segundo blog, dedicado a esta noble senda en pro del haiku, y que está en constante cambio y renovación, dedicado a los haijines clásicos y a los contemporáneos donde intento acercar al haiku y al haijin de todo el mundo y de todos los tiempos.

 

– ¿Por qué Xaro Ortolá, Xaro La, Destellos?

Xaro es el nombre en mi lengua natal, Ortolá el apellido de mi padre entonces tomé la «La» de la última sílaba Xaro La. Destellos, no lo sé…me llegó como una inspiración en una meditación, cuando me dijeron que tenía que ponerme un seudónimo de “haijina” porque así es como lo hacían los japoneses.

 

– ¿En qué momento del proceso de aprendizaje te encuentras y cómo lo vives?

Lo vivo de forma profundamente intensa, enamorada perdidamente del haiku dô jeje.

Sobre el aprendizaje, pues ¿qué decir?… tal como voy aprendiendo, más principiante me veo, más aprendiz soy.

 

¿Para qué sirven los foros?

¡Oh! para mucho, mucho, mucho…Son de una grandísima ayuda, cada comentario hecho a mí o a los compañer@s son verdaderas joyas. Los foros el Rincón del Haiku y Paseos.net son tesoros para aprender a escribir verdaderos haikus cosa de la que me siento verdaderamente afortunada por tener tan buenos maestros.

Me da mucha pena ver a ciertas personas, libros, entrevistas, Facebook, etc. en donde se hacen la propaganda de que escriben haikus, para mí, siento decirlo, pero son tan solo charlatanes que engañosamente se autodenominan escritores de haiku. Una pena denigrarse tanto, hasta el punto de autodefinirse haijines, y es que encima se lo creen jajaja. Pero bien, en esta existencia todo camino que uno toma son lecciones de vida.

 

– ¿Podrías definir tu estilo de escribir haiku?

Pues no lo sé, escribo lo que me gusta o disgusta, lo que me emociona, conmociona, asombra o me llega al corazón, la verdad es que cuanto más escribo más me maravilla la sacralidad de la naturaleza. En una ocasión me comentaron que mi estilo está entre Bashô y Buson, con chispas de Onitsura.

 

– ¿Sientes que has alcanzado el rango de maestra?

Jajajajajaa, me llaman maestra porque corrijo y enseño en la Escuela de Haiku Makoto, pero te puedo asegurar que no hay maestro que se precie en este mundo del haiku, aprender, evolucionar y entonces ves lo grande que es este camino y que, en realidad, cuanto más aprendes, más te das cuenta de lo que te falta por aprender… El haiku son 3 versos, 17 sílabas, o más si escoges la métrica libre, pero te puedo asegurar que su profundidad es infinita, sin metáforas, sin florituras… escogiendo las palabras justas, no solo se trata de escribir más o menos bien, el haiku es una forma de vida…

 

– ¿Cuál considerarías que es tu mejor haiku?

No lo sé, he escrito muchos malos y alguno bueno, pero elegiría el primer haiku titulado «pozo» en el que me felicitaron los compañeros, cada uno de ellos me dio las 3 estrellas, era en los principios de mi aprendizaje en el foro paseos.net bajo la atenta mirada de JL.Vicent cuando me dijo: «Destellos, un haiku precioso, para exponer en un calendario». Este haiku también fue el ganador en la sección de «Haikus destacados».

 

***

 

Biografía

Xaro Ortolá nace en Pego, un pequeño pueblo en el interior de Alicante rodeado por una parte de montañas y por otro de arrozales. Estudia filosofía oriental con los Lamas tibetanos. Escribe bajo el seudónimo de «Destellos “en los foros de “El Rincón del Haiku” y «paseos.net». Bloguera desde el año 2012.

Forma parte del profesorado de «La Escuela de Haiku Makoto».

Colaboradora en la gaceta «Hojas en la Acera, Hela» en el espacio “Celebrar la Vida”.

Colaboradora en la revista digital de ERDH. Ha publicado haikus inéditos en las revistas literarias, «Barcarola» y «Crátera».

Galardonada: con el primer premio de la «Asociación Ronnin» (2012);

Primer premio del II Concurso Internacional de «El Vuelo del Samandar»(2015);

Finalista del «Certamen de Haiku de Haikunversaciones» en homenaje a Santiago Larreta (2016);

Premio Literario Grau Miró haikus en catalán (2017);

Primer premio a la mejor colección de haikus en el VIII Concurso Internacional de Haiku de la UCLM (2017);

«Maestra de Afinación» en cada uno de los cuatro elementos, título otorgado por el maestro Vicente Haya por los haikus para el Concierto de Haiku Ciudad de Medellín: “Ser Agua” (2016), «Ser Aire» (2017), «Ser Tierra» (2018), «Ser Fuego-Luz»(2019).

 

Bibliografía:

– “Los cuatro elementos: Concierto de haiku” Fundación Montaña de Silencio, con         Juan Felipe Jaramillo y Vicente Haya. (Editor: Independently published, 2019).

-«Pisar la Hierba». Facultad de Derecho de Albacete, UCLM (2019).

– “Antología de haiku «la mujer y la luna» (Colección Haibooks – UNO editorial, 2017).

– “Luna en el río” (UNO Editorial, 2017).

– “Los silencios del músico” (Ed. Shinden, 2016).

– “Haikus” (Ed. Diversidad literaria, 2016).

– “Clarea el día. Antología de haiku en castellano” (Mandala Ediciones, 2014).

 

 

helecho de agua;

el zigzag de una anguila

rozando el fondo.

 

*

el campo baldío

cubierto de escarcha…

piar de lavanderas

*

luna creciente…

el agua llovediza

entre el borrajo

 

*

nubes rosadas…

los quiebros de un murciélago

por el arroyo

 

*

la luz de luna;

el rumor de las hojas

de la chopera

*

un viejo estanque;

bajo el estramonio en flor

saltan las carpas

 

*

hojas mordidas;

el brillo de la lluvia

en el rosal

 

*

juegan los niños,

en la barca partida

del arrozal

 

*

almendro silvestre,

una mitad con hojas

la otra con flores

 

*

tierra arada;

las huellas de los jabatos

llenas de lluvia

 

*

han florecido

las grietas de la costra

del almendral

 

*

humo de incienso,

a la luz del eclipse

silban los mirlos

 

*

el gato persigue

a una mantis azulada…

flores de níspero

*

caña inclinada…

los amagos de vuelo

de dos gurriatos

 

*

sol de la tarde.

rodeado de plantas

un pozo seco

¡SALUD HAJIN@S DEL MUNDO!

_()_

 

Noviembre 2019

Noche de verano-

el mar mueve las piedras

hacia mis pies.

 

Mencía Peña (13 años)

Colegio Mayol, Toledo, España

-.-

La autovía-

un poste en la noche

aún parpadea.

 

Candela Gauna (12 años)

Colegio Mayol, Toledo, España

-.-

Atardecer

Todas las vacas comen

una me mira

 

Nombre del niño/a: Elier Bazán Infante

Edad: 9 años

Colegio: Mártires del Moncada

Ciudad: Santa Clara

País: Cuba

-.-

Día de calor

Una mariposa

volando hacia mí

 

Nombre del niño/a: Liz Daniela Morales López

Edad: 10 años

Colegio: Ramón Pando Ferrer

Ciudad: Santa Clara

País: Cuba

Del treinta y cuatro al treinta y ocho

treinta y cuatro

Están limpiando el gallinero. Nos hemos divertido muchísimo persiguiendo a las gallinas moñudas y a las pescuezopelado, que son tan raras, hasta que nos regañaron. Con la caca de gallina fertilizaron luego los tomates. ¡Qué asco! Debo recordar lavarlos bien antes de comérmelos de la mata.

 

Uno… dos… tres.

Lanzar desde la colina

los huevos cluecos.

treinta y cinco

Abuela no lava en el río porque dice que ya está muy vieja. Mi tío le hizo hace años un lavadero con la goma cortada de un tractor y unos postes de madera. Ella no usa detergente, machaca las hojas de una planta llamada Maguey que hace mucha espuma.

«¿Extrañas al abuelo?, le pregunto.

Ella escupe el tabaco en el suelo y dice que no porque el abuelo la está esperando sentado, al lado del pozo.

 

Sosteniendo

el cordel de la ropa,

el espantapájaros.

 

treinta y seis

Nos han castigado a los dos. Todos vienen a hablarnos de lo feo que es hacer lo que hemos hecho. Han dicho tantas cosas que ya nos convencieron. Juramos no hacerlo más. Helem juró por Dios, yo por mi papá. Mi madre se fue a llorar al patio cuando mencioné a mi padre.

 

Bajo el anón,

hemos asado a escondidas

la carne robada.

 

treinta y siete

¡Ya me sé subir a los árboles! Helem me ha enseñado. Mi favorito es el tamarindo porque entre el follaje parece que estamos en una cueva. El de Helem es el úpito. Dice que ya veré en enero cómo se llena de flores rosas. Al pie del árbol hay unas hormigas que pican durísimo. Les hemos rociado limón para que sepan lo que es bueno.

¡Si Nadia nos ve!

 

Mamoncillos.

Hemos abierto ya cinco,

¡todos jimaguas!

 

treinta y ocho

Ya casi llega el tiempo de escuela. Empiezo a extrañar a mis amigos y a mi papá. Mi madre se ha sentado de nuevo a conversar y me ha dicho que, si quiero, puedo elegir entre irme con mi padre a La Habana o quedarme con todos en el rancho. No sé qué hacer y me quedo en silencio. Ella me pasa la mano por la cabeza.

Creo que me comprende.

 

Sobre el sillón de la abuela

ya no da el sol.

Fin del verano.