Archivo de la categoría: SERIES EN CURSO 1

Series que se van actualizando con periodicidad variable. Por lo general unas el día 1 y otras el 15 de cada mes.

Doce

El ábrego ya se cansó de jugar con las hojas… La lluvia anuncia lo que está por venir. A lo lejos pueden verse en las montañas las primeras nieves… Hace frío… un frío que no se si ha llegado de lejos o siempre ha estado dentro de mí…

Atrás quedó la calidez del “viento de las castañas”, ahora sopla un viento nuevo, del noroeste… siempre enérgico, siempre lleno de incertidumbre. Trae nubes densas, voraces, que se tragan, presurosas, cualquier indicio de luz… Llega el invierno y con él miles de pequeños pájaros que dejaron atrás cientos de kilómetros. Petirrojos, mosquiteros, lavanderas enlutadas… no sé si los empuja el frío… no sé si el frío llega prendido en sus diminutas alas… no sé…

Camino junto al río. Una bandada de azulones nada entre los jirones de la bruma que flota sobre la superficie del agua. Todo late a un ritmo lento… el paisaje se atisba semidormido en un sueño teñido en blanco y negro… La vida, agazapada en el silencio, aguarda la llegada de otros vientos… Respiro, profundo… se disipa en el aire el vaho que sale de mi boca… por un instante la bandada de azulones parece nadar entre los jirones que deja mi aliento.

La niebla tiene mucho de misterio, todo lo que está al alcance de la mano es diáfano, sin embargo, al mirar más allá nada es fácil de discernir; bastan unos pocos pasos para que aquello que asomaba distorsionado se vuelva nítido y aquello que teníamos como certeza se torne incertidumbre…

Camino, paso a paso… El invierno será largo, quizás muy largo… mas siempre volverán a soplar nuevos vientos de primavera…

 

Nada parece lo mismo…

En la casa derruida

ha crecido un árbol

 

Dedicado a “Tíni”

Asturias, donde la tierra siempre es verde.

Suigen

人の世は此山陰も湯哉
hito no yo wa kono yama kage mo waka yu kana

mundo terrenal…

incluso en la sombra de la montaña

el agua tibia de Año Nuevo

                                                                              Issa Kobayashi

Termina el segundo día del año. Tomamos el último café del día hecho con el agua que recogimos del manantial de Shirakawa Suigen.

La pureza de esa agua que mana sin cesar a unos catorce grados centígrados es famosa en todo Japón. Los torii, los santuarios shintoistas, diseminados por el lugar así lo atestiguan. La pureza tan fundamental en el shintoismo, aquí se bebe, se respira, se vive.

La nieve cubre casi todo el paisaje, con su silencio, con su blancura entre el cielo y la tierra, aliento irreal, inmaculado. Las montañas lejanas apenas se perciben entre las nubes.

Sobre un banco junto al manantial cascabeles de varios tamaños muestran signos evidentes de haber estado bajo el agua. ¿Quién los sacaría de allí? ¿Quién los echaría? ¿Por qué? Quizá alguna ofrenda… Quizá solo un acto tan natural y sencillo como la nieve que cae. Sin más. Sin quién, sin por qué. Cubriendo poco a poco, mansamente, los campos y las sendas, el mundo entero. Salvo el agua.

Las piedrecillas y las algas del fondo son perfectamente identificables, una a una, a pesar de la profundidad. Es un agua que parece no estar. Y sin embargo…

Aquí, ya de vuelta en Kumamoto, en casa, sabe a nada el agua del manantial. La nieve, el aire casi blanco, la quietud de las montañas está en ella. Sin estar.

Pienso en el río Shirakawa atravesando la ciudad a esta hora de la noche, en silencio. Arrastrando en él la pureza del agua que nace del corazón tibio de la tierra.

 

Diciembre 2018

Calendario Oriental

Copilación de Haikus contemporáneos de haijines/as actuales

 

A las Lunas, Lunitas, Luneras… a las haijinas de:

“Trece Lunas Antología de la mujer y la luna”

 

Ana Victoria Añón Roig

Ana María López Navajas

Ana Rosa Esteban

Anna Maria Santolaria Barrio “Estela”

Isabel Rodríguez Mas “Isa”

Leticia Sicilia Saavedra “Hadaverde”

Lita Gómez Terrón “Litago”

Llanos Guillén Torres

María Jesús Pérez Núñez

Mercedes Pérez Pérez “Kotori”

Antonia Sánchez Verdejo “Diente de león”

Verónica Aranda Casado

María Rosario Ortolá Reig “Xaro la-Destellos”

Y a nuestro Sol, Grego Dávila

  

hojas en la acera…

con el dedo la niña

señala al gato

-Mª Rosario Ortolá “Xaro la-Destellos”

(Alicante-España)

 

A todos l@s haijin@s citad@s y por citar en este rinconcito dedicado

a los haikus contemporáneos-actuales

Salud

TIGRE/ GATO

Gat@s, gatit@s, gataz@s, minin@s, micifus, gatic@s, marramiaus…Tigres, tigresas, tigritos, tigretones, tigrazo…

“Un tigre, dos tigres, tres tigres”

 

Los nativos en el año de estos animalitos de Dios son por excelencia dinámicos y llenos de una gran energía, su fuerte carácter les hace infundir respeto. Son luchadores natos y cuando se ponen un objetivo entre ceja y ceja se dirigen a él solo como un felino sabe ir a por la presa. Impacientes y en ocasiones demasiado rebeldes entran en acción sin reflexionar por su extremada impaciencia.

Directos y contundentes, al tigre le gusta la gente interesante que les aporte cosas y odian la mezquindad. Pese a su aspecto duro, los nacidos en el año del tigre son muy cariñosos y les gusta sentirse seductores.

Los nacidos en el año del tigre son buenos amigos con los que puedes contar cuando necesites ayuda, aunque a ellos les cuesta pedirla y tienen un gran espíritu protector con las personas a las que aprecia-

Su espíritu emprendedor y su gusto por los retos hacen que sea la persona ideal para despegar nuevos proyectos, sobre todo si son innovadores, son unos todoterreno y se atreven con cualquier cosa.Katsushika Hokusai 葛飾 北斎 (1760 -849)

(relieve sobre madera)

 

Takahashi Shōtei 高橋松亭 (1871–1945) 

 

Nuestros Haikus

  

Tigre/gato de Fuego

 

paseo al sol:

un gato negro y tuerto

ahí, mirándonos

-Frutos Soriano

(Albacete-España)

 

*

la gata acecha

el rodar de un madroño…

puesta de sol

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Amamantando

lame la gata a sus crías

Calima nocturna.

– Sergio Pinteño “Barbarroja”

(Cádiz-España)

 

Tigre/gato de Tierra

 

atardece

entre las hojas de calabaza

el gato que nos seguía

– Felix Arce momiji

(Soria-España)

 

*

crece la sombra

de la tierra en la luna,

calla hasta el gato.

-“Maramín”

(Valencia)

 

*

 

atardece,

la gata mira muy quieta

su propia sombra

– Felix Arce momiji

(Soria-España)

*

Senda entre jaras

la mirada de un gato

de color tierra.

-Toñi Sánchez Verdejo “Diente de León”

(Albacete-España)

 

Tigre/gato de Hierro

 

parece dormido…

sobre el gato de la cuneta

las hojas

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Por la cornisa,

un gato con arcadas

de trecho en trecho

Juan Francisco Pérez “Raijo”

(Murcia-España)

 

*

en el arcén

una piel de gato

pudriéndose al sol

-Rogelio Rodríguez Cáceres “Viento”

(Málaga-España)

 

*

ruido de tren…

cruza la vía muerta

un gato flaco

-Xaro Ortolá “Xaro la-Destellos”

(Alicante-España)

 

Tigre/gato de Aire

 

noche invernal…

la gata entra en casa

oliendo a hojas

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Se estira el gato

olisqueando el aire,

la primavera.

Susana Benet “Palmira”

(Valencia-España)

 

*

No se ve al gato

que maúlla en la plaza.

Olor a jazmín.

Mercedes Zayas

(Albacete-España)

 

*

olor a azahar

y a orines de gato

jardín de nadie

-Eva comas

(Sevilla-España)

 

Tigre/gato de Agua

 

Sol en la lluvia.

El gatico lame

las hojas del jazmín

-Mª V. Porras “Mavi”

(Murcia-España)

 

*

lluvia nocturna…

la gata en su cojín

vuelve a roncar

Xaro Ortolá

(Alicante-España)

 

*

Llovizna de octubre

la gata cambia de lugar

los gatitos descubiertos

-Julia Guzmán “Aniko”

(Córdoba-Argentina)

 

*

Navidad.

El gato hace pis

en la bañera…

– Jorge Alberto Giallorenzi “Hitotsu”

(Argentina)

 

 

Tigre/gato de Madera

 

Con qué elegancia,

de un salto, el gato viejo

sube a la mesa.

Susana Benet “Palmira”

(Valencia-España)

 

*

 

Del matorral,

un gato arisco

con flores adheridas

Juan Francisco Pérez “Raijo”

(Murcia-España)

 

*

Un gato negro

echado en un montón

de hojas amarillas

-Sandra Pérez

(Buenos Aires-Argentina)

 

*

Año Nuevo…

en el plato del gato

el mismo pienso

– Xaro Ortolá “Destellos”

(Alicante-España)

 

Pintura de Hiroshigue III Utagawa (1842-1894)

Título: 

お うた あわせ

O uta awase

“Cantando juntos. Recopilación de versos”

  

Querid@s compañer@s pues hasta aquí hemos llegado, gracias a tod@s por dejarme compartir vuestros hermosos haikus uniendo energías para caminar por esta

noble senda del haiku-dô

 

Me despido de vosotros con este haiku de Issa 小林一茶

Sentado aquí,
como uno de nosotros,
el gato: fin de Año

-Kobayashi Issa (1763 -1827)

 

Felices Fiestas y un muy Próspero y Auspicioso Año Nuevo

 

Salud Haijin@s del mundo

 

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Diciembre

Este mes concluye mi colaboración con la revista digital «El Rincón del Haiku» con la sección «Haikus de motocicleta». Ha sido un reto y también un placer poder colaborar durante todo un año con la revista a través de la composición mes a mes de haikus y el dibujo de «haigas» (nombre japonés para los haikus ilustrados)

Agradezco a la revista ERDH que haya querido contar con mi colaboración durante este año y también agradezco de una forma muy especial a todo el equipo de redacción de la revista su excelente labor en la maquetación y en la divulgación del camino del haiku a nivel internacional.

Para clausurar este periodo de creación y constante he querido celebrarlo diseñando esta exposición virtual llamada «Haikus de motocicleta».

Para acceder a la exposición haz clic en el siguiente enlace:

http://www.peopleartfactory.com/g/9760

 

Un abrazo a todos y bendiciones

Tatewari

 

 

 

 

Noche temprana

En la noche temprana, poco después de ingresar en mi calle, los vi frente a una de las casas. Me causaron asombro y alegría. Junto a unos vehículos había dos caballos, en un suelo empedrado donde posiblemente no había yerba.

Más adelante, en la zona verde de la residencia frente a la mía, había otro grupo de caballos. Estacioné la camioneta en la que viajaba y en vez de entrar a mi casa me paré en la orilla de la calle a observarlos. En la penumbra no distinguía cuántos eran. Tranquilamente pacían.

Hacía esfuerzos por contarlos cuando a mi izquierda, contra el pavimento, sonaron unos cascos y pasaron frente a mí los dos primeros ejemplares que había visto. Sin dudas uno de estos era el líder del grupo, pues los otros en un acto diría reflejo le siguieron.

Ahora si los vi con claridad pues me pasaron muy cerca. Eran cinco alazanes adultos y un potro claro y hacían sonar la noche mientras animados se alejaban hacia los confines de la calle.

 

Hacia la noche

transitan los caballos.

Luna creciente.

EL CAMINO DEL AGRADECIMIENTO

Encuentro de haiku en Aýna (Albacete) 2011

LA CHOZA DEL HAIJIN

俳人の山小

 EL CAMINO DEL AGRADECIMIENTO por Mercedes Pérez

“No me consideraría una persona digna si llegado a este punto obviara la mayor de mis certezas en el mundo del Haiku- dô y es la de que no lo podría haber hecho sin la cercanía y amistad de haijines, caminantes y peregrinos con los que he transitado y sigo haciéndolo, en la búsqueda de algo de luz que desbroce el camino del haiku en castellano. Sin duda, el mejor regalo que me ha traído el haiku entretejido entre sus versos.

Hace unos años, redacté unas palabras que sigo suscribiendo y que, aunque no sean una novedad para muchos de vosotros, me gustaría volver a compartirlas porque siguen representando lo que siento…”. Así es como estaba esbozada, en un principio, esta última entrega de LA CHOZA DEL HAIJIN. Pero algo ocurrió en este año que ha tenido un gran impacto en mi vida y que no puedo obviar: la muerte de mi padre. Por ello, también quiero ofrecerle mi agradecimiento a él que me enseñó a amar a los pájaros. Y la mejor forma que tengo de hacerlo, a pesar de las dudas y el pudor que me produce, es mostrar lo que en estos meses fue surgiendo en forma de haiku y que me ayudó de manera incuestionable a mantener el rumbo dentro de la tormenta. Que el haiku es una vía de sanación, no me cabe la menor duda. El haiku es mi propósito de vida, mi ikigai.

 

Dômo arigatô gozaimishita.

 

HAIKUS A LA MUERTE DE MI PADRE

Diario haiku sobre la enfermedad de mi padre, año 2018

 

FEBRERO… tan sólo un pequeño dolor que te hacía difícil el caminar y sin embargo lo hacías. Pensábamos en una simple hernia, seguro que con la natación en agua calentita te ibas a mejorar. Pero la vida parece tener su propia idea de cómo han de ser las cosas…

 

el cáncer de papá…

una pareja de gansos silvestres

en la ventisca

 

MARZO ha sido un mes en el que ha llovido y ha nevado mucho. Del hospital a casa… Más pruebas e incertidumbre sobre el alcance de su enfermedad. Me voy a vivir a la casa de mis padres para estar cerca de él. Nos enfrentamos a cosas que dan miedo: medicaciones, efectos secundarios, alucinaciones, certezas…

 

afeito a mi padre…

por las flores de almendro

resbala la lluvia

-.-

sala de quimio;

sin mirarnos y sin mirar,

busco su mano

-.-

algo de sol…

el médico se va silbando

Entre candilejas

-.-

la luz del alba

en la cama del enfermo;

malas noticias

-.-

gorriones bajo el jazmín…

mendrugos en un cuenco

lleno de lluvia

-.-

Día del padre…

desde su lecho contemplar

cómo cuaja la nieve

-.-

nieve sobre las flores;

en la primera arcada,

la dentadura

-.-

intensa nevada…

de sus ojos desaparece

el dolor de huesos

-.-

la sonrisa de papá…

el rabilargo voltea

mendrugos con nieve

-.-

noche de vendaval;

también yo veo

hormigas negras

-.-

para mi padre enfermo

el olor de la lluvia

en las violetas

-.-

 

 

ABRIL nos ha traído la certeza del alcance de la enfermedad de mi padre. El tiempo… queda poco, siempre es poco cuando se trata de un ser querido. Imposible seguir cuidándole en casa a pesar de nuestra mejor disposición para hacerlo. Nos trasladamos a la unidad de cuidados paliativos en el Hospital de la Fuenfría, un paraje impresionante en plena montaña.

-¡Qué un buen lugar para partir! –pienso- Aquí se está más cerca del cielo que de la tierra.

Un bosque de pinos silvestres, cerezos y ciruelos nos acompañan aliviando la tristeza del momento. La nieve y las flores. Un regalo para mi padre que así lo vive. Las aves diurnas y nocturnas nos retan a reconocerlas, aliviando el tedio de las horas en la habitación que poco a poco se ha ido llenando de recuerdos traídos de casa: fotografías, el reloj despertador que insiste en tener a la vista, un jarrón para las flores de su jardín… Es consciente de que nunca volverá a pisar su casa y lo lleva bastante bien. Con un agradecimiento que me resulta ejemplar por el optimismo que encierra y que yo no poseo, me dice que siente que está viviendo unas vacaciones primaverales en un lugar precioso y que, curiosamente, frecuentó mucho en su juventud cuando acampaba por la zona.

vuelvo al hospital…

entre la calima

los ciruelos en flor

-.-

 

desde su lecho

papá distingue

la voz de las cornejas

-.-

un paseo al solecito,

de vez en cuando nos caen

pétalos de ciruelo

 

Es MAYO y sigue nevando aunque la nieve no llega a cuajar debido al calor que ya tiene la tierra. Vivimos momentos que van de la risa al llanto, de la desesperación a la aceptación. “Celebramos” que el día 12 hizo dos años que “mamá nació en el cielo”. –Es una forma de verlo- me dice con los ojos turbios por las lágrimas que guarda para sí.

un reflejo

en el retrato de mi madre…

la cama del hospital

 

-.-

vómito oscuro…

mi padre pide que le limpie

las lágrimas

 

-.-

mientras coge cosas

que no veo,

mi padre me llama mama

 

-.-

papá habla

con su hermana difunta…

de azul a blanco, el cielo

 

 

El día 23 de mayo de 2018 a la 1: 48 de la madrugada, papá ha fallecido agarrado a mi mano y en total calma. Cuando salgo, aturdida y agotada, del hospital camino de casa, en el pinar resuena la voz de un cárabo. Lejos de sentir aprensión o miedo, tengo una maravillosa conexión con lo inefable. Me voy en paz.

 

Que la tierra te sea leve y a nosotras también.

 

papá ha suspirado

tres veces… desde el pinar

la voz del cárabo

 

 

 

 

 

 

Noviembre 2018

Calendario oriental

Copilación de Haikus contemporáneos de haijines/as actuales.

 

A los maestros:

VICENTE HAYA SEGOVIA y FERNANDO RODRÍGUEZ IZQUIERDO

 

José Manuel Martín Portales, JL Vicent, Mavi Porras, Juan Francisco Pérez, Elías Rovira, Frutos Soriano, Ángel Javier Aguilar, Luis Carril, Félix Arce, Mercedes Pérez, Manuel Orzas, Gregorio Dávila, Enrique Linares, Alfredo Benjamín Alberasan, Jorge Braulio, Juan Carlos Durilén, Rafael García Bidó, Leticia Sicilia, Gorka Arellano, Luis Elía Luelir, Pedro Yama, Rogelio Cáceres, Ana Añón, Sandra Pérez, Toñi Sánchez, Ana López Navajas, Julia Guzmán…

junto a la hoguera

una vaca ha dado a luz…

niebla en el valle

-Xaro Ortolá

(Alicante)

(Varanasi-India)

Pintura sobre seda de vacas sagradas de la India

  

BUEY/BÚFALO

Vaca, ternero, búfalo, becerra, vaquilla, bovino…

 

Pintura de Kôno Bairei 幸野 楳嶺

(Japón, 1844 – 1895) 

 

Buey de fuego

 

El buey viejo

en sus ojos el reflejo

de este crepúsculo

 

-Radoslav Ivelic

(Santiago-Chile)

*

Árbol sin hojas-

una vaca tumbada

de cara al sol

-María Dech “Annur”

(Canarias)

 

*

 

La ubre llena

de la vaca

Sol del atardecer

-Elsa Pascual

(Menorca-Baleares-España)

 

*

Apenas clarea

en la panza del buey

se posa el buitre

-Rubens Sarò

Florida (USA)

 

*

olor a incienso…

en la cabeza de un buey

quieta una garza

-Xaro Ortolá

(Alicante)

(Afueras de Kathmandú-Nepal)

 

Buey de tierra

 

Utagawa Hiroshige 歌川広重

seudónimo artístico de Andô Tokutarō 安藤徳太郎

(1797- 1858, Edo actua, Tokio)

Senda polvorienta-

con andar cansino

buey y boyero.

-Radoslav Ivelic

(Santiago-Chile)

 

*

Hierba fresca;

una vaca mira al infinito

mientras orina.

-Mercedes Pérez

(Madrid-España)

 

*

Nubes rosáceas

Una vaca preñada

cruza el sendero

-Elsa Pascual

(Menorca-España)

 

*

Cima del cerro,

cada dos o tres pasos

cacas de vaca.

Manuel Orzas

(Madrid)

 

Buey de hierro

 

Ya sin su piel

sólo la carne del buey

descuartizado.

-Radoslav Ivelic

(Santiago-Chile)

 

*

 

ya hay luna.

picotean los pájaros

una placenta de vaca.

-Elías Rovira

(Albacete, España)

 

Buey de aire

 

Llega un mugido

de la esquina sin casas

Año del buey

-Jorge Moreno Bulbarela

(Xalapa-Veracruz-México)

 

*

naranjos en flor-

el mugido del buey

ahuyenta un pájaro

-Alex Manuel

(Lima, Perú)

 

*

 

Oscuridad…

atravesando el campo

solo mugidos.

-Lili Balladares

(Uruguay)

 

*

 

Cielo rojizo.

En el andar de una vaca

brinca un gorrión.

Bibi Varela

(Córdoba-Argentina)

 

*

 

la vaca apunta

con un cuerno hacia el frente

y otro a la luna

-Santiago Larreta Irisarri

(Euskadi)

 

 

Buey de agua

 

templo oculto;

por la orilla del lago

buey y gallinuela

-Xaro Ortolá “Destellos”

(Alicante)

 

*

 

Campo inundado.

La silueta de la vaca

rodeada de patos

 

-Jorge Alberto Giallorenzi “Hitotsu”

(Argentina)

 

Buey de madera

 

sol en la era

en el lomo de un buey

descansa un pájaro.

-María Derec“Annur”

(Canarias)

 

*

 

La lavandera

sobre la espalda del buey

mueve la cola

-Mercedes Pérez

(Madrid)

 

*

Quieto el camión…

la mirada de una vaca

por la rendija

-Mary Vidal

(Patagonia-Argentina)

  

* * *

 

売牛の村をはなるる霞かな

Uri-ushi no mura o hanaruru kasumi kana

Vendida la vaca

se aleja del pueblo

por entre la niebla

-Hyakuchi

(Trad. Vicente Haya)

 

 

 Un día, el célebre músico Gong Mingyi tocó música clásica ante una vaca; ésta continuó pastando como si nada. «No es que ella no la oiga, es mi música que no le interesa» – se dijo el músico. Se puso entonces a imitar en su qin el zumbido de las moscas y el mugido de los terneritos. Al instante la vaca paró la oreja, y balanceando su cola se acercó al músico para escuchar hasta el final la música, que, esta vez tenía un significado para ella.

Mou Zi

 

Saludos Haijines-as del mundo

 

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Sugidama

神前の草にこぼして新酒哉
shinzen no kusa ni koboshite shinshu kana

en la hierba del santuario…

derramando sake

de la última cosecha

                                                               Issa Kobayashi

Es el mismo color verde luminoso, el agua de la pila de piedra y el té que nos ha servido la amable señora del templo.

Siempre me ha sorprendido esto de que algunos templos budistas sean regentados por señores que tienen su mujer, sus hijos y su vida tan corriente. Algunos templos, como en este caso, se hacen cargo incluso de una guardería. Cosas…

Me sorprendí a mí mismo tocando la campana del templo. Casi no podía mover el enorme tronco que hace de percutor. El sonido se expandió por todo el valle… sereno, claro, hasta hacerse nada…

…pensando en mariposas dormitando sobre campanas de bronce…

La señora apareció como de la nada. Risueña nos invitó a acompañarla en el porche del templo tomando un té verde. Hablando de todo, de nada. Junto al agua verde y luminosa.

Nishimikawachi es apenas una aldea de casa tradicionales, materiales locales y tejados estilizados, dispersa en un valle.

Campos de arroz que aguardan en invierno como muertos, secos. Las hojas rojas de los momiji, de los serbales, vidrian el cielo de la mañana. Y las jorôgumo, literalmente “araña cortesana” por la viveza de sus colores, parecen suspendidas del aire.

Algunos aldeanos, qué mayores, trajinan en los huertos o hacen labores manuales junto a sus casas. Hay un silencio antiguo y silvestre aquí.

Sin viento, sin ruido, las hojas de los árboles caen sobre los arrozales secos.Algo más adelante, una chica joven vestida con un kimono tradicional se hace fotos. La casa antigua enmarca perfectamente una estampa de serena belleza que bien podría haber pintado Utamaro. A contraluz.

Es una casa que puede visitarse. Madera sobre madera. Vigas trabadas que aguantan el tiempo, el cielo. Con esos tejados que parecen de paja pero en realidad son como de ramitas, ¿de ciprés? ¿de cedro? prensadas y casi compactadas para construir una cubierta sólida.Afuera, un último caqui aún aguanta en una de las ramas del árbol.

Bordeamos valles y atravesamos ríos de agua cristalina. Descendemos hacia la costa. Hizen-Hama es famosa por sus fábricas de sake. Las hay una detrás de otra a lo largo de su calle principal. Y más las había a juzgar por las antiguas factorías que se deshacen en silencio casi junto al mar.

Amablemente me muestran una de ellas por dentro. Y probar el sake, claro. Depende del agua dicen, de su calidad, para que el buen sake adquiera todo su sabor y presencia.

En algunas de las destilerías veo la tradicional sugidama, esa bola hecha con hojas de cedro (sugi) entrelazadas que se cuelga en la entrada y que indica que el sake nuevo está listo para su comercialización.

Es curioso pensar en que a la par que el sake madura en la oscuridad de la barrica, afuera esa bola de cedro se marchita, cambiando también, adquiriendo poco a poco su color marrón definitivo. La nueva cosecha está lista. El agua, la tierra, el cielo… ya se puede beber.

Al mirar hacia atrás en el sendero que termina en el mar… ¿En qué momento me quedé solo?

En el viaje de vuelta suena en el coche las variaciones Goldberg de J.S. Bach. Una melancolía verde, casi luminosa, de derrama suavemente en mi corazón mientras atravesamos los arrozales y saltamos de valle en valle al borde mismo de la noche. Cuando de nuevo nos acercamos a la costa puedo distinguir los postes de los cultivos de nori que fila tras fila se adentran en el mar.

Una luna llena enorme asoma en el horizonte de pronto. Parece una sugidama gigantesca que anunciara que algo ya está listo. Algo que cambia de color lentamente, y que ya, sin darnos cuenta, es otra cosa.