Haiga 9

Los principios energéticos yin y yang que en Japón corresponde a onmyō 陰陽 (in – yō) son dos conceptos del taoísmo que se refieren a la dualidad existente en el universo. La pintura sumi-e proveniente de China trajo consigo estos principio fundantes.

Ellos nos hablan del permanente fluir, de que nada es estático. La existencia de estas dos fuerzas opuestas pero complementarias son esenciales en el universo. El yin (陰 in) representa lo femenino, la pasividad, la luna, la tierra entre otras cosas y el yang (陽 yō) se relaciona con lo masculino, lo activo, el cielo, etc. Siempre complementándose uno con otro. Nada es total ni definitivamente IN ni nada lo es Yō. Como ejemplo para representar lo dicho se pueden observar los elementos del pintor. El suzuri, el tintero construido con una dura piedra abrasiva, es Yō cuando la barra de sumi IN es frotada sobre él para obtener la tinta. Cuando agregamos agua al tintero, la barra que era IN pasa a ser Yō en relación al agua que es IN. Por lo tanto la barra de sumi es IN y también Yō . Hay un fluir permanente de estos dos principios energéticos.

La transmisión de la energía interna al papel se logra a través de la naturalidad de la modulación de la pincelada del trazo, que es una de las características más destacable de la Pintura Oriental, debiendo ser expresivo y vital.

El estilo de Pintura Contemplativa trata de captar la síntesis de la naturaleza y a través de la contemplación encontrar el medio de sentirse uno mismo, descubriendo lo externo y expresando la vida interior en un lenguaje plástico. Su objetivo es la integración del hombre como un elemento más del universo, como medio de expresión de los valores naturales y espirituales.

El haiku do también busca la integración del hombre, persigue como fin entrar en el mundo, sentirse parte de él, estar y ser en él. Es una expresión básicamente relacional, da cuenta de esas vinculaciones existentes entre los seres.

En este camino, el del haiku y el de la práctica del sumie, no se trata de representar o simbolizar a la realidad. Ella misma es la naturaleza, es el ki (energía vital que la anima).

En la pintura japonesa la inmediatez, la espiritualidad, plenitud, creatividad es la vida misma que está aquí y ahora, lo que llamaríamos “el sentido místico del pintor”.

En una obra haiga el haiku se complementa con la pintura haciendo referencia a la alternancia de los Principios del IN (Yin) y del Yō (Yang) siendo necesario el reconocimiento de las características distintivas de la simplicidad, naturalidad y el vacío como parte integrante y armonioso del universo que nos rodea.