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Rodolfo Langer

 

 

 

 

 

 

 

Unas palabras del autor

    Vivo en Buenos Aires, la Reina del Plata, Argentina, pero nací en Punta Alta, en el sur de la Provincia de Buenos Aires, tierra de mar, viento y arena.

   Profesionalmente soy Contador público recibido en la Universidad de Buenos Aires, Auditor internacional recibido en el Instituto Internacional de Auditores (U.S.A) y por placer personal me recibí de Técnico Ludotecario.

   Escribo novelas cuentos y poemas, con diversas publicaciones y premios.

    Llegué al haiku a través de la revista El Rincón del Haiku, en el año 2006, bajo la dirección de Luis Corrales Vasco, donde aprendí la mayoría de lo que conozco del tema.

    Participé en varias antologías, las más recientes: Perro sin dueño (2009), Un viejo estanque (2013) y El Reflejo de Uzume que coordina Uzume Kotori (2022).

     Dejé más de 10 años la actividad y retorné en 2021. Me estoy poniendo al día leyendo y participando del taller de ERDH, donde aprendo diariamente, en compañía de haijines de gran nivel.

 

Rayo de sol.

Sobre la vieja lápida,

heces de pájaro

*

Anochecer.

Va buscando el camino

un perro ciego

*

Bosque nevado.

La bandada de estorninos

levanta vuelo

*

Viento seco.

Un cactus florecido

en el páramo

*

Atardecer.

Gorriones a saltitos

entre las tumbas

*

Se pone el sol.

Los pintos forrajean

llenos de abrojos

Pinto: caballo de pelaje manchado.
Abrojo: fruto con pinches que se adhiere al pelaje de los animales, en el campo.

*

Corre un ratón

entre los girasoles.

Gotas de lluvia

*

Bajo la higuera

La abuela prepara

su mermelada

*

Zumba una mosca.

Margaritas mustias

sobre el altar

*

Sol de otoño.

La pluma del caburé

brilla aún

*

Siesta.

El grito del halcón

sobre el erial

*

El viejo pino

cruje con el viento

Amanecer

*

Madura el trigo.

Una brisa sacude

al espantapájaros

*

Aire de lluvia.

Picoteando un huevo

la bataraza

Bataraza: Gallina de plumaje gris con manchas y pintas blancas.

*

Arde el follaje.

Lentamente a la deriva

los camalotes

La fiesta del Buda

En principio, esta sección se organiza en torno a los elementos naturales de la poesía japonesa, pero he decidido tomar como eje para el mes de abril una festividad que nos muestra cómo este tipo de palabras estacionales también señalan un estado preciso del bioma. Elegí el cumpleaños del Buda Śākyamuni, puesto que se celebra actualmente en el octavo día del cuarto mes del calendario gregoriano, es decir, el 8 de abril. Sin embargo, hasta la Era Meiji (1868-1912), se tomaba como referencia el calendario lunisolar para la misma fecha, por lo que se conmemoraba originalmente en mayo. Esta diferencia conlleva diferentes asociaciones, pues, ese día de abril, la floración de los cerezos se encuentra en apogeo en la mayor parte de Honshū, mientras que su correspondiente en mayo ya era considerado el inicio del verano, época de deutzias y creciente verdor.

De acuerdo con Las crónicas de Japón (Nihon shoki 日本書紀; 720), fue la reina Suiko 推古 (554-628), misma que declaró el budismo como doctrina oficial de Yamato, quien instituyó dicha festividad en el país en el año 606 con la develación de la escultura conocida como el Gran Buda de Asuka. La celebración es conocida principalmente como Busshôe 仏生会, que significa «Congregación del Nacimiento del Buda», o Kanbutsue 灌仏会, que quiere decir «Congregación de la Unción del Buda». Este último nombre se debe a que, de acuerdo con textos del Gran Vehículo como el Sutra de la Obra Completa (sánscrito: Lalitavistara Sūtra; japonés: Fuyôkyô 普曜経) o el Sutra del Origen de la Práctica (sánscrito: Cārya Nidāna; japonés: Shugyôhongikyô 修行本起経), inmediatamente después de emerger del costado derecho de su madre, el niño fue bañado por los dioses Brahmā (Bonten 梵天) e Indra (Taishakuten 帝釈天) con las aguas que los dragones Nanda 難陀 y Upananda (Batsunanda 跋難陀) vertían de sus bocas. Ese acto es recreado anualmente con la práctica devocional de rociar agua perfumada sobre esculturas del Buda niño que apuntan con la mano derecha al cielo y con la izquierda al suelo, con lo que se busca la propia purificación y la generación de mérito.

En los templos de Japón, se construyen pabellones florales (hanamidô 花御堂) en los que se coloca la estatuilla con los instrumentos para rociarla. Como agua perfumada, es frecuente el uso de té de hojas fermentadas de hortensia (Hydrangea macrophylla o ajisai 紫陽花), conocido en japonés como amacha 甘茶. Tanto el pabellón, como el té, constituyen palabras estacionales conectadas con la festividad, por lo que se han movido de mayo a abril. Al coincidir actualmente con el apogeo de la primavera y la floración de los cerezos, esta celebración budista también se conoce como el «Festival de las flores» (hanamatsuri 花祭り), lo que conecta el esplendor natural con ese acontecimiento trascendental. Este apelativo, junto con celebraciones en parques, fue promovido a principios del siglo XX por monjes de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗), entre quienes destaca Andô Reigan 安藤嶺丸 (1870-1943) y algunos asociados al Centro Cultural Japonés Ekô de Alemania (Doitsu Ekô Nihon Bunka Sentā ドイツ惠光日本文化センター), como forma de revitalizar y promover el budismo.

En los poemas seleccionados, se pueden ver claramente las dos diferentes estaciones. Por un lado, entre el de Bashô 芭蕉 de finales del siglo XVII y el de Yoshitake Tsukijirô 吉武月二郎 de principios del XX, los poemas hacen referencia a mayo. Por otro lado, a partir del tanka de Yosano Akiko 与謝野晶子 de principios del siglo XX se puede ver el desplazamiento hacia inicios de abril. Para intentar mantener la brevedad y la métrica en la medida de lo posible, se traduce Busshôe 仏生会 por «fiesta del Buda» y, tanto Kanbutsue 灌仏会, como simplemente Kanbutsu 灌仏, por «unción del Buda». Sólo se incluyen poemas donde predomina el tema natural, pero también existen los de actividad humana. Tal vez nos permitan reflexionar sobre cómo incorporar palabras como Pascua, Viernes Santo o Candelaria a nuestros haikus.

1.

Matsuo Bashô 松尾芭蕉 (1644-1694).  Poema en la entrada del 8° día del 4° mes del 3er año de la era Jôkyô 貞亨 (1686) del diario Textillo en el equipaje de un peregrino (Oi no kobumi 笈の小文), donde relata haber visto el parto mientras visitaba los templos de Nara.

灌仏の日に生まれあふ鹿の子哉
Kanbutsu no / hi ni umare au / ka no ko kana

¡Ah, un cervato
que fue parido el día
de unción del buda!

Tras el apareamiento de los ciervos en el otoño, las crías nacen durante el verano siguiente. Por este motivo, ka no ko y shika no ko 鹿の子, que significan «crías de ciervo», son palabras estacionales de esa estación.

2.

Enomoto Shidô 槐本之道 (c. 1659- 1708), herbolario y poeta de haikai discípulo de Bashô.

灌仏や三笠のやまの夏こだち
Kanbutsu ya / Mikasa no yama no /natsu kodachi

¡Unción del Buda!
La arboleda estival
del Monte Mikasa.

El nombre Mikasa 三笠 puede referirse tanto al Monte Wakakusa 若草, como al Kasuga 春日, ambos localizados junto a la zona de templos de Nara, donde el poeta estaría de peregrinaje. Por su parte, natsukodachi 夏こだち, «arboleda estival», es una palabra estacional que señala la verde exuberancia de los árboles entre mayo y septiembre. Debido a que el Monte Wakakusa es mantenido sin árboles, cubierto de hierba, es posible que se refiera al Kasuga, cuyo bosque es sagrado.

3.

Kagami Shikô 各務支考 (1665-1731), uno de los diez discípulos principales de Bashô.

灌仏や世は卯花のほとゝぎす
Kanbutsu ya / yo wa unohana no / hototogisu

¡Unción del Buda!
El cuquillo en las deutzias
es este mundo.

El canto del cuquillo o cuco menor (Cuculus poliocephalus), hototogisu とゝぎす en japonés, es el signo por antonomasia de la belleza del verano, mientras que las deutzias caracterizan al mes de mayo. De hecho, el nombre nipón de la planta, unohana 卯花, significa «flor del signo del conejo» por brotar en el cuarto mes del calendario lunar. Aun más, llegó a llamarse a tal periodo «mes de las flores del signo del conejo» (unohanazuki 卯の花月). En este sentido, el poema yuxtapone la conmemoración de la manifestación terrenal del Buda Śākyamuni con la belleza transitoria de este mundo. ¿Se trata de una oposición o de un paralelismo?

4.

Nakagawa Otsuyū 中川乙由 (1675-1739), poeta de haikai discípulo de Kagami Shikô 各務支考 y de Iwada Ryôto 岩田涼菟, fundador de la facción de haikai de Ise.

蓮の芽はどこを指す仏生会
Hasu no me wa / doko o sasu / busshôe

¿A dónde apunta
el retoño de loto?
Fiesta del Buda.

Mientras que hasu 蓮, que significa loto, es una palabra estacional del final del verano lunar, hasu no me 蓮の芽, «retoños de loto», lo es de mediados de primavera. Es posible que se refiera en realidad a la escultura del Buda niño, ya que estas plantas son símbolos de su doctrina.

5.

Chiyo 千代 (1703-1775), poetisa de haikai discípula de Kagami Shikô 各務支考, artesana montadora de rollos y monja de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗).

潅仏や蔦の若葉もあゆみそめ
Kanbutsu ya / tsuta no wakaba mo / ayumi some

¡Unción del Buda!
Hasta las hojas tiernas de parra
comienzan a avanzar.

Wakaba 若葉, que significa «hojas tiernas» o «brotes de hoja», es una palabra estacional del inicio del verano del calendario lunar.

6.

Ôshima Ryôta 大島蓼太 (1718-1787), sastre, bordador, maestro de haikai y crítico.

灌仏やけふは茶による柳かげ
Kanbutsu ya / kyô wa cha niyoru / yanagi kage

¡Unción del buda!
Hoy el tono del sauce.
es como el té.

7.

Masaoka Shiki 正岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, haikuísta y editor.

げんげんもつつじも時と咲きいでて佛生るる日に逢はんとや
Gengen mo / tsutsuji mo toki to / saki idete / hotoke umaruru / hi ni awan to ya

Tanto el astrágalo,
como las azaleas,
dan flor a su tiempo.
¿Los encontraré el día
en que el Buda nació?

Gengen げんげん es una palabra pivote (kakekotoba 掛け詞) que hace referencia, por un lado, al Astragalus sinicus, una leguminosa que florece a mediados de la primavera, y, por otro, significa «cada palabra». Por su parte, las azaleas florecen entre el final de la primavera lunar y el inicio del verano. Shiki se pregunta si verá coincidir esos fenómenos en ese día.

卯の花に仏は暑き赤子哉
Unohana ni / hotoke wa atsuki / akago kana

Para las deutzias,
¡ay, el Buda ha de ser
un bebé cálido!

 

灌仏や浮世は罌粟の花盛
Kanbutsu ya / ukiyo wa keshi no / hanazakari

¡Unción del buda!
Apogeo de amapolas
del mundo flotante.

Flor de amapola (keshi no hana 罌粟の花) es una palabra estacional de mayo. Por su parte, «mundo flotante» (ukiyo o fusei 浮世) es una traducción del sánscrito saṃsāra, que se refiere a la existencia incierta en este mundo ilusorio de sufrimiento. La combinación de caracteres usada en el haiku enfatiza la transitoriedad y tiene la connotación, desde el siglo XVII, de los placeres breves y las modas. De esta forma, se establece un contraste entre el fenómeno trascendental que se recrea anualmente y la floración fugaz de esa hierba.

花御堂の花しほれたる夕日哉
Hanamidô no / hana shioretaru / yūhi kana

¡Ay, sol de ocaso!
Las del pabellón de flores
se han marchitado.

 

古寺のつつじ見にとて来し我ぞ佛生るる日には逢ひける
Furudera no / tsutsuji mi ni tote / kishi ware zo / hotoke umaruru / hi ni wa aikeru

Yo que venía
para ver las azaleas
del viejo templo,
me las encontré el día
en que el Buda nació.

8.

Yosano Akiko 与謝野晶子 (1878-1942), poetisa de tanka, ensayista, crítica y activista por los derechos de las mujeres.

菜の花の御寺も桃のおん堂も仏うまるる人まうでかな
Nanohana no / o-tera mo momo no / ondô mo / hotoke umaruru / hito môde kana

Gente atiborra
en su peregrinaje
al buda nacido,
en templo de canolas,
en salón del durazno.

Nanohana 菜の花 nombra una variedad de Brassica rapa caracterizada por sus flores amarillas de cuatro pétalos redondeados agrupadas en racimos, las cuales producen una fragancia intensa, aceitosa. Es una de tres especies a las que, en español, puede llamárseles canola o colza, ya que se produce aceite con sus semillas, pero también es consumida como verdura. Florecen entre marzo y abril, al igual que los duraznos (momo 桃). En este sentido, éste es el primer poema que sitúa la llegada del Buda a nuestro mundo en este mes.

Umaru うまる es una palabra pivote (kakekotoba 掛け詞) que significa, por un lado, nacer (umaru 生まる) y, por otro, atestarse (umaru 埋まる).

9.

Yoshitake Tsukijirô 吉武月二郎 (1885-1940).

松蝉の声の嗄れたる花祭
Matsuzemi no / koe no karetaru / hanamatsuri

Fiesta de flores:
las cigarras de los pinos
se vuelven roncas.


Las cigarras de los pinos (Terpnosia vacua) son una especie que emerge entre mayo y junio, antes que la mayoría de estos insectos. Como su nombre indica, habitan arboledas de pinos.

10.

Kawabata Bôsha 川端茅舎 (1897-1941), pintor discípulo de Kishida Kyūsei 岸田劉生 y haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子.

灌佛や鳶の子笛を吹きならふ
Kanbutsu ya / tobi no ko fue o / fuki narau

¡Unción del Buda!
Las crías del milano
imitan flautas.

Los milanos negros (Milvus migrans) construyen sus nidos en lo alto de los árboles durante la primavera, cuando las ramas están secas. Por este motivo, estas construcciones son palabras estacionales de los tres meses de dicha estación y, por extensión, también lo son las crías.

11.

Ushiro Boseki 右城暮石 (1899-1995), obrero, haikuísta y editor.

菜の花や灌仏頃の里のさま
Nanohana ya / kanbutsu goro no / sato no sama

¡Flores de canola!
El aspecto de la aldea
durante la Unción.

 

灌仏や四月の山のはつ桜
Kanbutsu ya / shigatsu no yama no / hatsu sakura

¡Unción del Buda!
Los primeros cerezos
del monte en abril.

12.

Hino Sôjô 日野草城 (1901-1956), abogado, director de la filial de Kobe de la Compañía de Seguros Sumitomo; en sus inicios, haikuísta tradicional discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子, luego, adalid del haiku vanguardista.

夕空のはなやかになりぬ仏生会
Yūzora no / hanayaka ni narinu / busshôe

El cielo de ocaso
se volvió colorido.
Fiesta del Buda.

13.

Hoshino Tatsuko 星野立子 (1903-1984), haikuísta discípula de Takahama Kyôshi 高浜虚子, editora, encargada de la sección de haiku del periódico Asahi 朝日 y delegada cultural del gobierno.

堂前の大山櫻灌佛会
Dô mae no / ô yamazakura / kanbutsue

Unción del Buda.
Gran cerezo de monte
frente al recinto.

14.

Ôno Rinka 大野林火 (1904-1982), profesor, haikuísta discípulo de Usuda Arô 臼田亞浪, editor y presidente de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会).

どしや降りに落花ただよふ仏生会
Doshaburi ni / rakka tadayou / busshôe

Flores caídas
flotan con aguacero.
Fiesta del Buda.

15.

Yuriyama Ukô 百合山羽公 (1904-1991), haikuísta discípulo de Ikenouchi Takeshi 池内たけし.

灌仏につばめのかへす園のみゆ
Kanbutsu ni / tsubame no kaesu / en no miyu

Unción del Buda:
ver el jardín devuelto
a las golondrinas.

Tsubame つばめ, que significa golondrina, es una palabra estacional de mediados de la primavera.

16.
Hosomi Ayako 細見綾子 (1907-1997), haikuísta discípula de Matsuse Seisei 松瀬青々, compiladora, correctora y editora.

灌仏会山に紫つつじかな
Kanbutsue / yama ni murasaki / tsutsuji kana

Unción del buda.
Ah, las azaleas púrpuras
en la montaña.

山裾の三椏の花灌仏会
Yamasuso no / mitsumata no hana / kanbutsue

Unción del Buda.
Matas de papel en flor
al pie del monte.

Mitsumata no hana 三椏の花 es una palabra estacional de mediados de primavera. Mitsumata 三椏 es el nombre dado a la Edgeworthia chrysantha, un arbusto originario de China que fue llevado a Japón a comienzos del siglo XVII para fabricar papel con su corteza. Sus flores amarillas con blanco crecen en racimos. Pese a ser introducida, esta planta se ha vuelto silvestre en algunas zonas del sur de Honshū.

17.
Kishida Chigyô 岸田稚魚 (1918-1988), haikuísta y editor.

仏生会花の梢の見えずなり
Busshôe / hana no kozue no / miezu nari

Fiesta del buda:
sucedió sin que viera
copas floridas.

灌仏やぽつんぽつんと石に雨
Kanbutsu ya / potsun potsun to / ishi ni ame

Unción del Buda.
Llueve sobre las piedras
con un plop, plop.

18.
Mori Sumio 森澄雄 (1919-2010), haikuísta discípulo de Katô Shūson 加藤楸邨, editor y miembro de la Academia Japonesa de las Artes (Nihon Geijutsuin 日本芸術院).

鶏鳴のあとの暁ヶ雲仏生会
Keimei no / ato no akatsuki ga kumo / busshôe

Las nubes del alba
tras canto de los gallos.
Fiesta del Buda.

19.

Nozawa Setsuko 野澤節子 (1920-1995), haikuísta, editora y diarista.

仏生会蝌蚪も新たなものの数
Busshôe / kato mo aratana / mono no kazu

Fiesta del Buda.
Entre las cosas nuevas,
los renacuajos.

Los renacuajos son una palabra estacional de abril, mes en el que comienzan a aparecer en los arrozales y cuerpos naturales de agua.

20.

Īda Ryūta 飯田龍太 (1920-2007)

梢高き鳥は子持か仏生会
Kozue takaki / tori wa komochi ka / busshôe

¿Están criando
las aves de las copas?
Fiesta del Buda.

Komochidori 子持鳥, que significa «aves que crían», es una palabra estacional de mediados de la primavera. En este haiku, no se utiliza exactamente la misma palabra, pero se hace referencia a esta situación.

21.
Washitani Nanako 鷲谷七菜子 (1923-2018), haikuísta discípula de Mizuhara Shūôshi 水原秋桜子 y de Yamaguchi Sôdô 山口草堂 y editora.

みづうみのこまかきひかり仏生会
Mizūmi no / komakaki hikari / busshôe

Escasa luz
reflejada en el lago.
Fiesta del buda.

22.
Okamoto Hitomi 岡本眸 (1928-2018), secretaria, haikuísta discípula de Tomiyasu Fūsei 富安風生 y editora.

一雨後の杉の香立ちの仏生会
Hito ugo no / sugi no ka tachi no / busshôe

Fiesta del Buda
en que hay olor a cedros
tras una lluvia.

雨ふれば甘茶と思ふ仏生会
Ame fureba / amacha to omou / busshôe

En té de hortensias
pensaría si llueve.
Fiesta del Buda.

23.

Miyatsu Akihiko 宮津昭彦 (1929-2011), haikuísta discípulo de Ôno Rinka 大野林火, vicepresidente de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会) y empleado de la Companía de Seguros Sumitomo.

仏生会城山の鳶海に啼き
Busshôe / Shiroyama no tobi / ume ni naki

Fiesta del Buda.
Un milano en el Monte del Castillo
silba desde un ciruelo.

24.

Ômine Akira 大峯顕 (1929-2018), filósofo de la religión, profesor emérito de la Universidad de Osaka, monje de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗) y haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子.

鳶は舞ひ鴉は流れ花まつり
Tobi wa mai / karasu wa nagare / hanamatsuri

El milano se alza
y el cuervo se escabulle.
Fiesta de flores.

25.

Itami Mikihiko 伊丹三樹彦 (1929-2019), haikuísta y fotógrafo.

花散らしは鴬の嘴仏生会
Hana chirashi wa / uguisu no hashi / busshôe

Tira las flores
el ruiseñor con su pico.
Fiesta del Buda.

El uguisu 鴬 (Horornis diphone) es un ave cantora nativa del este de Asia a la que, en español, se le ha equiparado con el ruiseñor o la alondra. Se convirtió en el ave por excelencia de la primavera desde la Antología de la miríada de hojas (Man’yôshū 万葉集; c. 759).

26.

Nagamura Yūsaku 長村雄作 (n. 1931)

大粒の雨降り出せり花祭
Ôtsubu no / amefuri daseri / hanamatsuri

Y se desata
lluvia de grandes gotas.
Fiesta de flores.

27.

Murata Chikako 村田近子 (n. 1934)

一山に鳥声はづむ花まつり
Hitoyama ni / torigoe hazumu / hanamatsuri

Brotan las voces
de las aves del monte.
Fiesta de flores.

28.

Ôgushi Akira 大串章 (n. 1937), haikuísta, editor y divulgador del haiku en programas de televisión.

花祭り滝の飛沫の木の間より
Hanamatsuri / taki no shibuki no / ki no ma yori

Fiesta de flores,
pero entre árboles rociados
por la cascada.

29.

Kôno Shirô 河野史朗

鹿も居る南円堂の花まつり
Shika mo iru / Nan’endô no / hanamatsuri

También hay ciervos
en la fiesta de las flores
del Nan’endô.


El Recinto Circular Sur o Nan’endô 南円堂 es parte del Templo de la Fortuna Emergente (Kôfukuji 興福寺), base central de la Escuela de la Apariencia de los Fenómenos (Hossôshū 法相宗), ubicado al borde del actual parque de Nara, donde deambulan los ciervos mensajeros de los dioses de Kasuga. El espacio está dedicado al bodhisattva Avalokiteśvara (Kannon 観音) y es el noveno del circuito de los 33 Sitios de Peregrinación del Oeste del País (Saikoku sanjūsanshô 西国三十三所).

Magnolias en flor

El género Magnolia existe desde el periodo Cretácico de la era Mesozoica, hace al menos 95 millones de años, cuando los dinosaurios se destacaban entre la fauna y aún no había abejas que realizaran la polinización. En su larga estancia en el planeta, este grupo de árboles de grandes flores se ha diversificado en alrededor de 210 especies distribuidas en torno al Océano Pacífico: en el este y sureste de Asia, por un lado, y en el continente americano, por otro. Los afectos y conexiones poéticas suscitadas por el encuentro con las magnolias, tanto en Japón, como en México, ya fueron exploradas por Yaxkin Melchy en su entrada para esta revista de junio de 2020, mes en que florece la especie Magnolia obovata o hoonoki 朴の.

En esta ocasión, yo me concentro en la más abundante de las especies japonesas, Magnolia kobus o kobushi 辛夷, que florece justamente en marzo y cuyo nombre es una palabra estacional del mismo periodo. Sus flores blancas poseen seis pétalos alargados que les dan un diámetro de alrededor de 10 cm y emanan una intensa fragancia muy agradable. Pueden presentar algunas marcas rosadas. Al igual que otros árboles más conocidos que florecen en la primavera, carecen de hojas durante dicho fenómeno, que tiene lugar cuando ya ha pasado la floración de los ciruelos, pero todavía no llega el apogeo de los cerezos. También se le da el nombre de tauchizakura 田打ち桜, que significa “cerezos del labrado”, ya que su florecimiento marcaba el inicio de los trabajos agrícolas. Pese a todas estas características, están prácticamente ausentes de la poesía clásica.

1.

Masaoka Shiki 政岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, haikuísta y editor.

鴉来て踏落したる辛夷哉
Karasu kite / fumi otoshitaru / kobushi kana

Ay, las magnolias
pisadas y tiradas
al venir un cuervo.

古宮の名代の辛夷咲きにけり
Furumiya no / nadai no kobushi no / sakinikeri

Han florecido
las famosas magnolias
del viejo palacio.

題目の碑がある寺の辛夷かな
Daimoku no / hi ga aru tera no / kobushi kana

Ah, la magnolia
del templo de la estela
que invoca el sutra.

Daimoku 題目 se refiere a la invocación del nombre del Sutra del Loto (Namu Myôhôrengekyô 南無妙法蓮華経), una práctica de la Escuela de Nichiren (Nichirenshū 日蓮宗).

2.

Watanabe Suiha 渡邊水巴 (1882-1946), haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子.

降りしきる雪をとどめず辛夷かな
Furishikiru / yuki o todomezu / kobushi kana

Sin que pararan
las intensas nevadas,
unas magnolias.

3.

Matsumura Sôseki 松村蒼石 (1887-1982), haikuísta discípulo de Īda Dakotsu 飯田蛇笏 y de su hijo Ryūta 龍太.

林中や辛夷花びら反りて散る
Rinchū ya / kobushi hanabira / sorite chiru

Centro del bosque.
Un pétalo de magnolia
se dobla y se cae.

4.

Mitsuhashi Takajo 三橋鷹女 (1899-1972), poeta de tanka, haikuísta de vanguardia discípula de Ono Bushi 小野蕪子 y colaboradora en revistas de haiku.

中年の辛夷を愛づる限りなく
Chūnen no / kobushi o mezuru / kagiri naku

No tiene límites
mi amor por las magnolias
en madurez.

5.

Awano Seiho 阿波野青畝 (1899-1992), haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子, editor y consultor de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会).

雲表に雪の嶺のぞく辛夷かな
Unpyô ni / yuki no ne no zoku / kobushi kana

Esa magnolia
cual la cumbre nevada
sobre las nubes.

馬や牛ども糞落す辛夷かな
Uma ya ushi / domo fun otosu / kobushi kana

Dejan su estiércol
los caballos y vacas.
Ah, las magnolias.

6.

Yuriyama Ukô 百合山羽公 (1904-1991), haikuísta discípulo de Ikenouchi Takeshi 池内たけし.

鶏鳴や風まださむき辛夷の木
Keimei ya / kaze mada samuki / kobushi no ki

¡Cantan los gallos!
El viento es frío aún.
Unos magnolios.

7.

Fukuda Ryôtei 福田蓼汀 (1905-1988), haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子, editor, vicepresidente de Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会) y montañista.

尾根越しの風に匂ふは花辛夷
One goshi no /kaze ni niou wa / hana kobushi

Aroma en el viento
que traspasa la sierra:
magnolias en flor

8.

Katô Shūson 加藤秋邨 (1905-1993), especialista en literatura japonesa y haikuísta discípulo de Mizuhara Shūôshi 水原秋桜子.

雪前雪後今年の辛夷暗かりき
Setsuzen setsugo / kotoshi no kobushi / kurakariki

Las magnolias de este año
antes y después de la nieve.
Estando oscuro.

9.

Hosomi Ayako 細見綾子 (1907-1997), haikuísta discípula de Matsuse Seisei 松瀬青々, compiladora, correctora y editora.

豆まきを待つ間見つけし辛夷の芽
Mamemaki o / matsu ma mitsukeshi / kobushi no me

Botón de magnolia
encontrado al esperar
que lancen frijoles.

Mamemaki 豆まき se refiere a la práctica ritual de lanzar frijoles de soya en la víspera del primer día del calendario lunar para ahuyentar a los espíritus malignos.

わさび田に散りてゐるらむかの辛夷
Wasabiden ni / chirite iruramu / kano kobushi

Se despetala
en plantío de wasabi
esa magnolia

鵯の喧嘩辛夷の花を散らしたり
Hiyodori no / kenka kobushi o / chirashitari

La riña de bulbules:
tiraron flores
de la magnolia.

Hidyodori 鵯 es la especie de ave paseriforme Hypsipetes amaurotis, conocida en español como bulbul orejipardo, que habita el extremo oriental de Asia, de Sajalín a Taiwán. Miden alrededor de 28 cm de longitud, son de color pardo grisáceo y, como su nombre en nuestra lengua indica, tiene mejillas de un tono de café más llamativo.

辛夷散りしあとの林の風を聞く
Kobushi chirishi / ato no hayashi no / kaze o kiku

Escucho el viento
tras caída de magnolias
en la arboleda.

10.

Nomura Toshirô 能村登四郎 (1911-2001), haikuísta discípulo de Mizuhara Shūôshi 水原秋桜子 y editor.

辛夷散り十日の沼の萌黄なす
Kobushi chiri / tôka no numa no / moegi nasu

Caen magnolias.
Tierna berenjena en ciénaga
el décimo día.

大寺の合掌造り辛夷咲く
Ôtera no / gasshôzukuri / kobushi saku

Agudos techos
de paja de un gran templo.
Florecen magnolias.

11.

Hayashi Shô 林翔 (1914-2009), haikuísta y editor.

白き小鳥千羽の舞か辛夷咲く
Shiroki kotori / senba no mai ka / kobushi saku

¿Es una danza
de mil pajaritos blancos?
Florecen magnolias.

12.

Saitô Gen 斎藤玄 (1914-1980), empleado de banco y haikuísta de vanguardia discípulo de Saitô Sanki 西東三鬼.

病室に見えずて匂ふ花辛夷
Byôshitsu ni / miezute niou / hana konushi

Magnolia en flor
que huele sin ser vista
en cuarto de hospital.

13.

Nomiyama Asuka 野見山朱鳥 (1917-1970), haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子 y editor.

辛夷散る烈風ベートーヴエン忌なり
Kobushi chiru / reppū Bētô / venki nari

Caen magnolias.
Vendaval y aniversario fúnebre
de Beethoven.

14.

Kishida Chigyô 岸田稚魚 (1918-1988), haikuísta y editor.

あの家の辛夷が咲いてわれは鬱
Ano ie no / kobushi ga saite / ware wa utsu

En esa casa,
florecen las magnolias.
Yo, deprimido.

風のなき日々の辛夷の照り疲れ
Kaze no naki / hibi no kobushi no / teri tsukare

Ajado brillo
de magnolias en días
en que no hay viento.

15.

Mori Sumio 森澄雄 (1919-2010), haikuísta discípulo de Katô Shūson 加藤楸邨, editor y miembro de la Academia Japonesa de las Artes (Nihon Geijutsuin 日本芸術院).

友の死を仰いでゐたる夜の辛夷
Tomo no shi o / aoide itaru / yo no kobushi

Esas magnolias
de la noche en que se afronta
muerte de amigo.

梅辛夷三月月も太りゆく
Ume kobushi / sangetsu tsuki mo / futori yuku

Ciruelos y magnolias.
También la luna de marzo
sigue rechoncha.

16.

Nozawa Setsuko 野澤節子 (1920-1995), haikuísta, editora y diarista.

辛夷散るうごくものなき水の上
Kobushi chiru / ugoku mono no naki / mizu no ue

Caen magnolias
No hay nada que se mueva
sobre las aguas.

17.

Ishida Katsuhiko 石田勝彦 (1920-2004), haikuísta discípulo de Ishida Hakyô 石田波郷, editor y miembro de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会)

林中の花や辛夷はひとりの木
Rinchū no hana ya / kobushi wa hitori no ki

¡Ah, las flores de la arboleda!
Solo en el magnolio.

18.

Īda Ryūta 飯田龍太 (1920-2007), haikuísta hijo de Īda Dakotsu 飯田蛇笏, periodista y editor.

もの思ひつつ見て遠き花辛夷
Monoomoi / tsutsu mite tôki / hana kobushi

Mientras pensaba,
vi una magnolia en flor
allá a lo lejos.

辛夷咲く黒雲の風青空へ
Kobushi saku / kurokumo no kaze / aozora e

Florecen magnolias.
Viento de nubes negras
hacia el cielo azul.

19.

Kiyosaki Toshio 清崎敏郎 (1922-1999), especialista en literatura japonesa, profesor de la Universidad de Keiô 慶應 y haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子.

残雪の少し汚るゝ辛夷の芽
Zansetsu no / sukoshi yogoruru / kobushi no me

Algo manchados
los capullos de magnolia
por restos de nieve.

20.

Okai Shôji 岡井省二 (1925-2001) , haikuísta discípulo de Katô Shūson 加藤楸邨 y de Mori Sumio 森澄雄.

辛夷咲き畳のうへに死者生者
Kobushi saki / tatami no ue ni / shisha shôya

Florecen magnolias.
El difunto y los vivos
sobre el tatami.

21.

Arima Akito 有馬朗人 (1930-2020), físico nuclear que postuló el modelo interactivo de bosones, profesor emérito de la Universidad de Tokio, Ministro de Educación, director del Museo de Ciencia, haikuísta discípulo de Yamaguchi Seison 山口青邨, colaborador de la revista Hototogisu ホトトギス, presidente de la Asociación Internacional de Haiku, etc.

辛夷咲く空へ嬰児の掌を開く
Kobushi saku / sora e eiji no / te o hiraku

Florecen magnolias.
El bebé abre su palma
hacia el cielo.

22.

Takaha Shugyô 鷹羽狩行 (n. 1930), haikuísta discípulo de Yamaguchi Seishi 山口誓子, miembro de la Academia Japonesa de las Artes (Nihon Geijutsuin 日本芸術院) y de la mesa directiva del Museo Literario de la Poesía Japonesa Moderna (Nihon Gendai Shika Bungakukan 日本現代詩歌文学館).

幻の辛夷かがやく枯木中
Maboroshi no / kobushi kagayaku / kareki naka

Entre árboles secos,
la magnolia de ensueño
resplandeciendo.

Marzo 2022

CONSTRUIR

Medio escondidas,

¿son blancas o violetas?

Viento del sur.

DECONSTRUIR

 En un socavón del suelo, que cuando llovía rebosaba de agua y criaba nenúfares, ayer descubrí violetas. Flores de febrero, callados heraldos de la primavera.  Poblaban los bordes del socavón marcado por grandes piedras. Eran, naturalmente, de color violeta. Flores delicadas, que aman pasar desapercibidas, diminutas, vergonzosas tras las hojas grandes de sus plantas. Pero yo las vi poco antes del anochecer, cuando la luz se vuelve incierta.

   Pero en el fondo del socavón había también violetas blancas. Ligeramente más pequeñas que las moradas y que crecen en más profusión. Deben de ser silvestres: crecieron solas y conviven al lado de las otras, de las moradas. Entremedias pequeños laureles brotados espontáneamente de las semillas caídas de un gran laurel que crece en la grada de arriba, la hiedra omnipresente, otras hierbas. Y las violetas que crecen entre dos grandes piedras. Todas comparten, apretadamente, el espacio del fondo del socavón. Tan apretadamente que, si uno no se acerca, resulta difícil desde lejos, y a la hora en que yo las vi, precisar si son violetas de color blanco, las asalvajadas, o de color morado, las plantadas por mí hace ya bastantes años. Por eso, «¿blancas o violetas?».

Pero la pregunta se la llevó el viento. Procedía del sur. Es el viento del suroeste que, donde yo vivo, llega de Extremadura y nos suele ir acompañado de subidas de la temperatura. El viento que tritura los tiempos, que dispersa y anula, como hace la luz con las oscuridad, las interrogaciones, los discernimientos, las verdades del ser humano. ¿Eran blancas o eran violetas? ¿Quién lo sabe? Obotsu kana, diría Buson.

Buson (1716-1784) es el haijin de quien algo comenté el mes pasado a propósito de su habilidad para insinuar historias. Tiene un tercer verso donde los colores a debatir eran el blanco y el amarillo.  Y no eran violetas, sino las flores del té.

El haiku dice así:

Las flores del té
¿son blancas o amarillas?
¿Quién lo sabe?

 

Cha no hana ya
Shiro ni mo ki ni mo.
Obotsu kana.

 

茶 の 花 や
しろにも きにも
おぼつ かな。

 

Un haiku que muestra la maravillosa cualidad pictórica de los haikus de Buson, que destacó como haijin y como pintor.

Acompaño esta entrega con una foto. La  saqué a la mañana siguiente de observar las violetas, con más luz, da el sol lo cual no favorece mucho la calidad de la imagen. Los rayos solares golpean las violetas, pero al fondo, en penumbra, se distinguen débilmente unos puntos blancos: son las silvestres de tonos blancos. Son tan pequeñas que uno no puede evitar preguntarse … ¿son blancas o violetas? ¿A quién le importa?  Viento del sur.

Marga Alcalá

 

 

 

 

 

Unas palabras de la autora

Nací en Valencia en 1961. Licenciada en psicología. Profesora de danza clásica. Literatura, fotografía, ornitología, música y por supuesto danza, forman parte también de las horas vividas.

Entré al haiku por la vía del zen y ciertos libros de poesía oriental. En lecturas afines fui descubriendo ese mundo reducido a tres líneas (a veces menos, a veces más), hermoso y sencillo, en el que los silencios que hay entre ellas resonaban fuerte en mi interior. Y así, quise aprender y entré en Paseos.net y en El Rincón del Haiku, hice el curso del Makoto, leí los libros de Vicente Haya y otros más, e hice un curso que él impartió en Valencia. Y ahí estoy, afinando la atención, transitando por esta senda que transforma, y con tanto por aprender.

En el camino, la idea de fusionar la defensa de un entorno muy querido, como es el Parque Natural de la Albufera de Valencia, con el haiku, me llevó a publicar el libro «Espejo del sol».  Horas disfrutadas, inmersa en este espacio ecológico tan delicado, llevaron a la escritura de un puñado de haikus con la intención de mostrar el intrincado equilibrio de este hermoso paraje.

Otras publicaciones:

– Poemas, haikus y relatos en la revista digital Valencia Escribe, así como en varios libros publicados por el colectivo del mismo nombre.

-Haikus publicados en el libro «El mar la mar», para la asociación en defensa de la fauna marina Promar.

– Participación en el libro «Los cuatro elementos» Concierto de Haiku.

– También en las revistas Hela y Crátera

Tercer premio Grau Miró 2015 en la modalidad de haikus.

Segundo premio/ mención en el I Concurso Internacional de Haiku en castellano, «Albacete, Ciudad de la Cuchillería».

Agradezco enormemente a todos aquellos que con su paciencia y delicadeza se convierten en inestimable ayuda en esta senda del despertar de los sentidos, de vaciamiento, de autenticidad, de…

 

_/\_

 

calor intenso,
las manos de un anciano
tejiendo el mimbre

*

campos anegados,
se alarga la sombra
de una garza real

*

revolotea
la mariposa blanca
entre los mirlos

*

el cielo gris,
por el camino el canto
de una abubilla

*

olor a azahar,
al paso del anciano
su perro viejo

*

luna menguante,
gorjean en voz baja
los estorninos

*

al cruzar el río
el silencio de los buitres
sobre el barranco

*

lirios de mar,
a saltitos el niño
por no pisarlos

*

tras el temporal
dos niños lanzan al agua
los peces muertos

*

sol de noviembre,
una mantis cojea
hacia las cañas

*

rumor del mar,
brilla un hilo de araña
entre dos pinos

*

jardín de otoño,
en la charca hacen ondas
los renacuajos

*

nadie en los campos,
abren al sol sus alas
los cormoranes

*

olas pequeñas
en los campos de arroz,
planea un águila

*

cálida noche,
ese chorrito de agua
en las macetas

_/\_

Haiku 37

37  

御忌の鐘ひゞくや谷の氷まで

gyoki no kane hibiku ya tani no koori made

 La campana de Hônen
resuena
hasta en el hielo del valle.

 Desglose:

 御忌[Gyoki: ceremonia Gyoki-Daie en honor a Hônen], [no: partícula], [kane: campana], ひゞく [hibiku, es decir, 響く: resonar, vibrar, ser escuchado lejos], [ya: partícula], [tani: valle], [no: partícula], [koori: hielo] まで[made: tan lejos como, hasta].

 

Comentario y notas culturales:

Seguimos en la ceremonia Gyoki-Daie. Chio-in es el templo principal de la secta budista Jodo («Tierra Pura»). La campana del templo, de 74 toneladas, fue construida en 1633 y es la más grande de Japón. Se necesita la fuerza de hasta 17 monjes. La vibración, el sonido de la campana alcanza el valle. Según el profesor Shimizu, aquella vibración derrite el hielo del valle anunciando la llegada de la primavera (el fin del frío aún presente a principios de año Nuevo y el comienzo de un clima más cálido). Hoy solo se tañe la campana dos veces al año: el 1 de enero y en abril, durante la ceremonia en honor a Hônen.

Marzo 2022

Y comenzando el tercer mes, empezamos a decirle adiós al invierno y a prepararnos para la primavera. Para ello no hay nada mejor que un haiku de Bashou que nos hable de esos primeros brotes de cerezos que flotan en el aire montañoso.

El poema que inspira el haiku de este mes, es un tanka que encontramos compilado con el número 74 en el Ogura hyakunin isshu, antología privada del año 1235, compilada por Fujiwara no Sadaie, y también en el segundo rollo de amor de la séptima antología imperial Senzai Wakashuu. El poema pertenece a Minamoto no Toshiyori (1055-1129), quien, entre otros logros, fue el compilador de la quinta antología imperial Kin’you Wakashuu.

うかりける人を初瀬の山おろしよはげしかれとはいのらぬものを

ukarikeru hito wo hatsuse no yama oroshi yo hageshikare to wa inoranu mono wo

que aquella que me aflige sea fría como el viento de montaña en Hatsuse no es por lo que oré

 

Toshiyori compuso este poema en su viaje al templo Hasedera en Nara, lugar donde se venera una imagen del bodhisattva Kannon ―también llamado el Buda de la Compasión― y usualmente representado con forma de mujer. Al rezarle por el amor de una mujer y sentir el frío viento de montaña, u “oroshi”, lo percibe como la frialdad del corazón femenino.

Por su parte, Bashou toma de este poema la localidad, el templo Hasedera, pero jugando con la homofonía le da un giro importante al haiku. En el primer verso del tanka tenemos el adjetivo “ukarikeru” 憂かりける: “afligido”. En cambio, en el primer verso del haiku tenemos el verbo “ukarekeru” 浮かれけるque se puede interpretar como “flotar”, pero también tiene el sentido de “estar alegre” o “ser bullicioso”. Es fácil imaginarse la alegría de la gente que, después del frío invierno, habitualmente nevado en las montañas, se ve rodeada de las tempranas flores del yamazakura.

うかれける人や初瀬の山桜

ukarekeru hito ya hatsuse no yama zakura

deambula alegre la gente, cerezos de montaña en Hatsuse

Y para que nos acompañe en los últimos días de invierno y en el inicio esperanzador de la primavera, es que me tomé la libertad de incluir ambos significados en la traducción del haiku. ¡Que todos podamos también experimentar la alegría de caminar entre las flores!

LA VOZ DEL HAIKU EN LENGUA QUECHUA

clicar aquí para ver el vídeo

Actualmente, el quechua es reconocido por el gobierno peruano como una de las 48 lenguas originarias que dan forma a la identidad del país. Hoy el quechua es una gran familia lingüística que cuenta con millones de hablantes en los territorios de Ecuador, Perú, Bolivia, sur de Colombia, norte de Chile, noroeste de Argentina e incluso en algunas zonas de frontera Perú-Brasil.

En LAS VOCES DEL HAIKU disfrutamos de la sonoridad que posee esta lengua a la hora de leer un haiku.

Agradecemos tanto a Gonzalo Marquina como a Alexander Mucha Laurente su colaboración  para la realización de este vídeo.

SERIE DE ARTÍCULOS DE CRISTINA BANELLA. 2.- EL KUAWASE NO TSUKI DE MASAOKA SHIKI: EL PAPEL DE LA IMAGINACIÓN EN UNA POESÍA REALISTA

Por Cristina Banella

Titulo original: Il kuawase no tsuki di Masaoka Shiki: il ruolo dell’immaginazione in una poesia realística

Trad.: Isabel Ibáñez y Elías Rovira

El poeta japonés Masaoka Shiki[1] (1867-1902) debe su fama no sólo a los numerosos y valiosos haikus y tankas[2] que compuso, sino también a haber sido capaz de insuflar nueva fuerza a estos dos géneros poéticos que atravesaban una fase de crisis. Shiki, quien también es recordado por su actividad como crítico literario, es de hecho conocido sobre todo por la conceptualización y difusión de un nuevo ideal estético: el shasei.

El término, como ilustraremos más adelante, se puede traducir como “Reproducción de la vida”, e implica la observación directa del objeto del poema y su propia reproducción fiel (“ari no mamani utsusu”, o “reproducir como es”). Ambos principios parecen transformar al poeta en un medio sencillo para llevar a los lectores, de la manera más objetiva posible, algo que ellos no ven directamente. Por tanto, parecen estar excluidos sentimientos e imaginación a priori, y hacer poesía parece convertirse en una especie de “periodismo poético”.

En realidad, analizando el pensamiento y la producción poética de Shiki a lo largo de los años, uno se da cuenta de que el poeta consigue conciliar realismo e imaginación, y este último recurso se convertirá en indispensable para él cuando, estando demasiado enfermo (ver nota 1), permanecerá aislado del mundo exterior.

Por tanto, este artículo analizará la función de la imaginación en el contexto de la producción poética de Shiki a través del análisis del ensayo Kuawase no tsuki (“El tema de la luna, en un concurso de haiku), en el que el poeta ilustra el proceso creativo que conduce a la composición del haiku, y la forma en que, con el tiempo, cambiará su forma de entender el realismo.

Para comprender el alcance real de las innovaciones introducidas por Shiki, será útil mencionar, aunque sea brevemente, la situación del haiku.

Esta forma poética, a la que se habían dedicado grandes poetas como Matsuo Bashō (1644-1694) y Kobayashi Issa (1763-1828), estaba atravesando, hacia fines del siglo XIX, una fase de estancamiento: no había un maestro de gran talento, aunque muchos se atribuían nombres de ilustres poetas del pasado. Y así, a medida que surgieron las escuelas que se enorgullecían de tener incluso al “sexto Kikaku” [3] como profesor de haiku, casi se había convertido en una moda el que, para componer haikus en todas las ocasiones, fuese sobre temas que a menudo no fueron observados directamente por el poeta, pero que fueron tratados en base a lo que ha sido elaborado por la tradición, o copiando con unas pocas variantes los poemas del pasado. El nuevo gobierno de Meiji (1868-1912) también usó haiku en ese momento ampliamente difundido entre la población, para consolidar la identidad nacional. Esta elección política fue dictada por el hecho de que Japón atravesaba un momento histórico extremadamente delicado: el país, de hecho, después de doscientos años de aislamiento del mundo exterior, se enfrentaba a la Importación masiva de elementos culturales de Occidente. Por lo tanto, el gobierno de Meiji, en 1879, también incluyó a Matsuo Bashō en el panteón de las deidades del sintoísmo, interpretando sus haikus de tal manera que promovían y difundían el respeto por el Emperador entre la población y los valores del sintoísmo mismo, una religión estatal que defendía el origen y la superioridad divinos del Japón, comparado con las naciones occidentales[4].

En realidad, sin embargo, más allá de cualquier connotación ideológica, el haiku adquirió las características de un verdadero y propio negocio comercial. No se trataba solo de vender las imágenes de la nueva “deidad” Bashō; en ocasiones se perpetraron verdaderos fraudes contra los poetas. En el Año 28 Meiji (1895), apareció un artículo en el periódico Tōkyō Nichinichi Shinbun, donde se lamentaba el hecho de que los sustanciosos premios en efectivo que ofrecían las numerosas asociaciones de haiku, fueran asignados puntualmente a personas vinculadas a la asociación, aunque fuesen concursos poéticos abiertos a todos:

“[…] Cien yenes al primer clasificado […] una decena al segundo […] y son muchos los poetas que participan pagando la cuota de inscripción; pero los premios siempre van a alguien muy famoso (y de la asociación) […]”.

El hábito de reunirse y componer poemas sobre un tema preestablecido tenía bastante tradición desde hacía mucho tiempo en Japón y también continuó durante el período Meiji; pero si la producción poética fue impresionante desde un punto de vista cuantitativo, el valor artístico de las obras fue, sin embargo, muy bajo. Era sobre todo haiku repetitivo, modelado sobre los de los maestros del pasado que, al no haber nacido de las sensaciones reales, tendían a distinguirse a menudo sólo por un ingenio superficial; otros, en cambio, eran el resultado de puro ejercicio intelectual, o, presentando imágenes agradables, eran muy triviales. El siguiente haiku es un ejemplo:

Una mañana nevada …
la pequeña ciudad
desde donde ves a tu alrededor,
tan lejos…

(Dokomademo / mitoosu machi ya / yuki no asa)[5]

Shiki, al inicio de su carrera, apoyó la práctica del shasei sin darle ningún espacio a ningún compromiso con otros ideales estéticos. Pero, al examinar los cambios que han tenido lugar en el transcurso de su vida, nos damos cuenta de que esta inflexibilidad se debió en realidad a su exasperación por esta situación de estancamiento, y era una reacción a los hábitos que habían dado, en los últimos años, tan malos resultados.

El shasei, como indican los dos caracteres que lo componen, (“utsusu”, es decir “copiar”, “reproducir” e “ikiru”, es decir, “vivir”, “existir”) puso el énfasis en la observación directa del objeto artístico y su reproducción objetiva y realista. El término fue tomado de pintura, donde se utilizó para traducir los términos occidentales “dessin” y “sketch”. Así, de hecho, la influencia de la pintura occidental [6] habría contribuido a su elaboración, que fue caracterizada por un realismo muy alejado de las estilizaciones de la pintura japonesa. Sin embargo, no se debe tampoco subestimar las influencias derivadas de los cambios que se están produciendo en la novela de aquel tiempo[7].

El término que fue utilizado por Shiki fue “shajitsu” (“realidad”) y “ari no mama ni utsusu” (“reproducir como es”), junto con otras palabras, todas ellas sinónimos:

“[…] Como ya he dicho, el “ari no mama” también podría llamarse “shajitsu” o “shasei”. Shasei es una palabra tomada de la pintura. O, incluso, se podría llamar con el término “jitsujo” (“realismo”) que es lo opuesto a “kyojo” (“Imaginación”). […] Entrando en detalles, quizás debería definirse kyojo como “descripción abstracta”, mientras que jitsujo podría definirse como “descripción realista “. […] Kyojo es como un mapa, jitsujo es como una pintura. Los mapas ofrecen la ventaja de poder ver más o menos tu posición, y quedan los cuadros para mostrar un paisaje en todos sus detalles y para hacer sentir su agradable atmósfera[8].

El tono de las declaraciones de Shiki, en el pasaje que acabamos de citar, es perentorio: es el shasei sólo el que te permite “mostrar el paisaje en todos sus detalles”. Y Shiki, durante la primera etapa que caracterizó su producción literaria, aplicó el principio de “observación directa y reproducción fiel” al pie de la letra, realizando frecuentes excursiones a Tokio con cuaderno y pincel en mano, para poder componer “in situ”, observando directamente los objetos de su poesía:

“Cada vez que trataba de leer incluso veinte páginas[9], me aburría tanto y yo me sentía tan atontado que tenía que dar un paseo con mi pincel y mi cuaderno […] sentía un placer incomparable al caminar por las calles y entre los campos, buscando algo que pudiera convertirse en haiku […] Después de una hora volvía a mi habitación en el segundo piso. A estas alturas, muerto de cansancio, no quería volver a estudiar filosofía. Abría mi cuaderno e intentaba revisar el haiku que había dejado a medio […]”.[10]

Además, contrariamente a las costumbres poéticas por las que algunos temas eran considerados más adecuados para tanka y otros para haiku, Shiki no puso límites, pero lo consideró adecuado para cualquier poema que:

“[…] el universo es vasto y hay muchos temas de poesía. Hay otras cosas además de la luna, el rocío, los insectos, las mangas (de kimonos), los amigos, los campos y la hierba […]”.

Si las consecuencias de adoptar el shasei fueron muchas, la primera fue, por tanto, precisamente el descubrimiento de la realidad como fuente inagotable de temas. Esto podría proporcionar nuevos estímulos a los poetas, que a menudo se limitaban a la “composición de escritorio” basándose en la reelaboración de poemas del pasado, o que compusieron versos sobre lugares famosos por sus bellezas, a menudo sin haberlos visto realmente. Shiki había aconsejado repetidamente que no se permitiera esta práctica. Con ocasión de un concurso de tanka[11] centrado en el tema del bosque, por ejemplo, reiteró este concepto:

“Cuando escribas un poema, no te rompas la cabeza para tomar prestadas palabras de los clásicos y no uses clichés como “un bosque legendario” o “un bosque sagrado”

[…] Será mejor que, si tienes tiempo, cojas un bastón y salgas por un buen rato a dar un paseo por el bosque, en lugar de sentarte frente a tu escritorio leyendo libros de tanka […]”.[12]

No se trataba de negar el pasado, sino simplemente de descubrir a través del shasei, un nuevo gusto por las cosas:

“[…] Por un lado, el shasei puede parecer demasiado sencillo, pero me pregunto si no nos permite descubrir un nuevo sabor, desconocido para nuestros predecesores”.[13]

Este fue el camino que Shiki indicó a los poetas con el fin de salvar el haiku, que comenzó, según él, a agotarse en poco tiempo:

“Un erudito contemporáneo, que practicaba las matemáticas, dijo: ‘debería quedar claro, si tenemos en cuenta la teoría de las permutaciones, que hay un límite al número de poemas que se pueden componer en el caso de waka y haiku, que no superan las 20 o 30 sílabas. En otras palabras, waka (principalmente la llamada tanka) y haiku alcanzarán tarde o temprano ese límite, y sin duda muy pronto llegaremos a no poder crear más y no habrá nueva poesía’.

Aquellos que no entienden las matemáticas dudan de esta explicación y dicen: “¿Por qué debería ser esto cierto? El haiku y la tanka son muy numerosos y es imposible que desaparezcan para siempre. Desde la antigüedad hasta hoy, millones de ellos han sido inventados, y todos parecen diferentes”. De hecho, no hay duda de que el haiku y la tanka siguen acercándose al final. Para realizar una prueba, observamos: a primera vista, las decenas de miles de tanka y haiku que se han compuesto desde la antigüedad, todos parecen diferentes. Pero si los examinamos en detalle y hacemos unas comparaciones amplias, ¡cuántas hay que se parecen entre sí! Los discípulos abandonaron el pensamiento de los maestros y los jóvenes sólo copiaron de los antiguos.

Todo es artificial. No se ha propuesto una sola idea nueva. A medida que pasa el tiempo, han aparecido numerosos poetas y maestros de tanka mediocres y, aunque se les puede culpar del estado de la poesía, me pregunto si esto de alguna manera no depende de los límites estrechos de la tanka y el haiku. Aunque no puedo predecir cuándo terminarán, creo que el haiku, en principio, ya está agotado y si no lo está, deberíamos esperar que finalice durante la era Meiji[14].

La tanka tiene más sílabas, por lo tanto, matemáticamente hablando, el número de posibles poemas supera con creces al del haiku. Pero en la práctica, en la tanka solo se pueden usar palabras elegantes (gagen), y dado que su número es muy limitado, los límites de este tipo de poesía son incluso más estrechos que los del haiku.

Por eso creo que la tanka ya estaba completamente agotada incluso antes de la misma Era Meiji.”[15]

Volviendo a la adopción del shasei, otra consecuencia fue la elección de un estilo centrado en la sencillez. La reproducción de la realidad tal como era, no necesitaba adornos o dispositivos retóricos:

“Cuando vemos un paisaje o presenciamos un evento que nos parece interesante, y queremos escribir sobre él de una manera que haga que el lector sienta el mismo interés que nosotros hemos sentido, no debemos emplear decoraciones verbales, exageraciones, sino simplemente pintar las cosas como son (ari no mama), como las hemos visto.”[16]

“[…] Debe quedar claro que, si usas juegos de palabras en el shajitsu, pierdes la belleza”.[17]

Podemos encontrar este tipo de belleza, caracterizada por la extrema sencillez (heitan), en algunos de los haikus de Shiki escritos en esos años:

Picos de nubes …

Para hacer de marco

desde detrás del tendedero …[18]

(Mono oshi no / ushiro ni waku ya / kumo no mine)

 

Los restos de un mercado …

Verduras esparcidas

en el frío de la mañana …[19]

(Asasamu ya / aona chirabaru / ichi no ato)

 

Va hacia la montaña

la sombra de una figura

en el atardecer de otoño …[20]

(Yama yuku ya / aki no yūhi no / kage bōshi)

 

Melancolía de otoño …

Arrastrándose sobre el pavimento

una oruga …[21]

(Aki sabishi / kemushi haiyuku / ishidatami)

Como ya hemos señalado, este enfoque parece excluir cualquier interferencia y uso de la imaginación y, sin duda, algunas palabras del propio Shiki, en Byōshō Rokushaku (Una cama de enfermo de seis pies de largo[22], 1902), sugieren que se debe evitar el uso de la imaginación:

“Nueve de cada diez personas […] rechazan el shasei juzgándolo de superficial. En realidad, la imaginación es lo superficial y además no tiene la variedad del shasei. No quiero decir con esto que un trabajo basado en la imaginación siempre sea malo, pero en realidad muchas de estas obras lo son […] Hay fallos en el shasei, por supuesto […] pero no tantos como en las obras construidas con la imaginación. Con la imaginación es como si se tratase de saltar de un techo para volar, y te terminas cayendo en estanque de abajo”.[23]

O de nuevo, hablando de flores de calabaza:

“El sentido (de la belleza) de las flores de calabacín (yūgao) hasta ahora me ha sido transmitido desde Genji Monogatari[24] y obras similares; era solo un sentimiento del pasado, también cuando escribí haiku, solo escribí haiku ficticio. Y ahora, cuando miro de nuevo estas flores que son tan queridas para mí, desaparece por completo la imagen fantástica, y es el gusto por el realismo lo que me guía”.[25]

Sin embargo, a la luz de lo que se ha dicho en otros ensayos críticos, en los que Shiki en cambio recomienda y realza la imaginación misma que aquí parece despreciar, podemos argumentar que las afirmaciones de Byōshō Rokushaku probablemente fueron dictadas tanto por el deseo de apoyar el shasei contra quienes lo criticaban, y para tratar de sacar a los poetas de sus hábitos.

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La primera “traición” hacia el shasei, la hace Shiki cuando enriquece su propia poética del principio de selección, cuando admite que al poeta se le permite un cierto grado de intervención, de reelaboración de la escena observada. Shiki comienza así poco a poco a revisar el principio del shasei hasta darle un matiz diferente de significado. Este cambio se debió en parte a la insatisfacción con su propia producción poética, que le parecía demasiado abundante y, en consecuencia, poco selectiva. Solo en 1893 había compuesto unos cuatrocientos haikus y, sobre esos años, escribió que creía erróneamente que cualquier escena observada podría convertirse en poesía. Los cambios realizados sobre el paisaje se hacen en nombre de la Belleza y se justifican por la búsqueda de ésta:

“Los principiantes, cuando ven un paisaje y piensan: ‘Hagámoslo un poema’, tienen entonces muchas dudas sobre qué tomar e insertar en él. Dado que el paisaje no fue creado (por la naturaleza) para ser material de haiku, sin duda presentará incluso cosas que no son adecuadas para ello, cosas que, una vez escritas, no serán de interés. O puede suceder que haya tanto material que sea imposible que quepa todo en 17 sílabas. Es trabajo del escritor recoger las joyas y seleccionar la belleza de toda la Creación, que es una confusión de piedras sin valor y de diamantes, de lo bueno y lo malo. Y es la tarea del poeta que compone haiku, reorganizar de una manera sistemática la belleza que no está ordenada, para ordenar según una regla, las joyas que habían sido abordadas sin reglas. Entonces, incluso si compones un poema sobre algo que se ha observado directamente, hay que eliminar lo feo y usar lo bello. O puede, según el caso, cambiar la posición de los objetos en el paisaje; es decir, será posible introducir elementos ajenos al paisaje observado de forma subjetiva, con el fin de decorar la escena. El paisaje es como una bella mujer sin maquillaje y por tanto no faltarán defectos. Al corregir las cejas, rediseñándolas, poniéndole polvos y pintalabios y poniéndole un hermoso vestido, se convertirá en una hermosa mujer impecable. Los haikus en el que se haga esta selección, este adorno, serán los mejores”.[26]

Shiki da un ejemplo concreto de cómo poner en práctica este trabajo de selección y combinación de los elementos del paisaje, hablando precisamente de los temas del haiku. La época en que vivió Shiki, de hecho, fue una época de profundos cambios también a nivel paisajístico, debido a la importación de novedades de Occidente[27]. Muchas de estas novedades fueron decididamente temas difíciles para la poesía:

“[…] las máquinas de la civilización moderna en su mayoría no son muy elegantes ni muy poéticas, difíciles de tratar en poesía. Sin embargo, si quieres hacer pruebas, no hay nada más que hacer para ello que reorganizar el material armonizándolo con otros temas más agradables. De hecho, si no operamos de esta manera, decir que “el viento sopla por las vías del tren” puede resultar plano y sin color. Si combinamos este tema con otros, podemos obtener un mejor efecto. Se podría escribir, por ejemplo, que las violetas florecen junto a las vías o que, cuando pasa el tren, las amapolas pierden sus pétalos o que las hierbas se balancean. Otra buena forma de tratar estos temas no poéticos es verlos de lejos. Una forma de anular su carácter prosaico y sin color es escribir, por ejemplo, que el tren se puede vislumbrar a través de los campos de flores de nabo o pasar a lo lejos, más allá de los vastos campos de hierbas de verano”.[28]

Se puede ver aquí una de las características de Shiki, a saber, el esfuerzo por mantener los diferentes elementos en equilibrio y casarse con lo «nuevo», hacia lo que indudablemente se sintió atraído, con los elementos tradicionales, a los que nunca tuvo ganas de renunciar. La manipulación de los temas, primero justificado por el carácter “árido” de los elementos modernos, se extiende gradualmente a los elementos más tradicionales de la cultura japonesa, y Shiki llega, en 1900, a dar consejos para “dar una nueva forma” incluso el hanami[29]:

“[…] Cuando hablan de la confusión que reina durante el hanami y describen que lo mejor son las bromas y los juegos entre amigos, las máscaras, las horquillas para el cabello hechas con las ramas en flor de los cerezos, el kototohidango[30], el sakuramochi[31], el kinukatsugi[32]… nos damos cuenta de que falta algo, se podrían agregar unos versos al final: “En el puesto de la policía / llorando, perdidos / dos niños”. Todo resultará más animado”.[33]

La imagen de los niños llorando, aunque no se observaron directamente en el momento de la composición del poema, resultaba creíble y además le daba un toque de emoción a una escena realista.

El papel de la imaginación dentro de la poesía es también uno de los elementos en los que se basó Shiki en alguna de las críticas que dirigió a Bashō y de los elogios que dirigió a Buson[34]. En Haijin Buson (“Buson, poeta del haiku”, 1897), donde comparó la poesía de estos dos grandes poetas, escribió sobre el haiku de Bashō:

“[…] no hay ni uno que no se base en su experiencia […] En Furu ike ya,[35]después de establecer su propio punto de vista, escribió de principio a fin sin alejarse de lo “verdadero” […] Sólo él mismo es la base de su haiku. Bashō se detiene en la escritura únicamente de los hechos reales relacionados con él, y esta manera banal de juzgar, desde un punto de vista moderno, es algo de lo que uno no puede evitar reírse. […] En la literatura (según Bashō) el idealismo tenía que estar excluido. […]”.[36]

Por el contrario, se elogia a Buson por su capacidad para confiar en la imaginación:

“[…] La fantasía de un literato es tal que, que incluso si está sentado en una vieja mesa en una habitación de cuatro tatamis y medio, puede pasear por el cielo y tierra para buscar la belleza, libre de obstáculos. Ese poeta puede volar en el cielo sin tener alas; puede bajar al mar, sin tener aletas. Puede escuchar sonidos donde no hay sonido y ver colores donde no hay colores. Quien puede hacer esto es necesariamente una persona que asombra […] En el mundo del haiku solo hay un poeta así y es Buson”.[37]

Ante tales afirmaciones, es casi natural preguntarse por qué el que fue el más extenuante defensor del realismo en la poesía, luego se encuentra criticando a Bashō por su realismo: indudablemente no pudieron haber sido observaciones dictadas únicamente por una actitud polémica.

En realidad, la fantasía, la imaginación, había sido parte del trabajo de Shiki desde el principio[38] y fue dejado de lado, como ya hemos dicho, durante la primera fase de la elaboración de su poética, para ser reevaluado más tarde.

Es muy probable que su enfermedad, cada vez más invalidante, también contribuyera a encaminarlo hacia este cambio. Shiki perdió gradualmente la capacidad de moverse: en los últimos años, también dejó de caminar en el pequeño jardín alrededor de su casa para quedarse confinado en la cama en su habitación, que también es muy pequeña.

Por lo tanto, faltaba el elemento básico sobre el que se ejercía el shasei: la panorámica o, más en general, el mundo exterior.

Para Shiki, aislado del mundo, todo lo que queda es reevaluar el papel de la fantasía y cambiar la forma de entender los principios que él mismo profesaba.

El shasei parece en este punto dividirse en dos tipos: por un lado, Shiki comenzará a ejercitar sus observaciones directas y la reproducción fiel de sus propios estados de ánimo, su realidad interior en vez de su realidad externa; por otro, el shasei ya no se entenderá como una observación directa, sino una simple presentación realista y creíble de hechos que no necesariamente se observan directamente. Lo que pretende producir, entonces, parece ser una literatura basada en un equilibrio entre la imaginación y el realismo, en la que, por tanto, hay dos elementos presentes:

“[…] Tienes que combinar realismo e imaginación para producir una literatura genial, que no es completamente realista ni completamente ficticia”.[39]

Es una declaración que Shiki hizo al comienzo de su carrera, en Haikai Taiyō (“Características haiku “, 1895), obra que concibió como guía para los poetas en la composición del haiku, pero el principio también es válido para el haiku de su último período.

Por lo tanto, a la luz de lo examinado, queda claro el nuevo significado que Shiki atribuye a shasei: ya no, o no solo, la observación directa y cercana del sujeto y su fiel reproducción, sino una reproducción realista de un tema que puede no haber sido observado directamente.

Lo importante, en este punto, es que la escena que se construye sobre el papel sea creíble. Es el principio que se encuentra en esos haikus y en esas tankas que él mismo define como “viajes realizados mientras estoy acostado en la cama”, y de aquellos poemas que se componen a partir de recuerdos de viajes realmente realizados o por escenas de las realmente vividas.

Es la base de una tanka como la siguiente:

Un viaje al campo …

Y de regreso

yo veo

flores amarillo-mostaza

florecer en la noche, en mi cama.[40]

(Sato wo mite / kaerishi yowa no / makuragami / na no hana saku no / me ni miyuru kamo)

Según esta nueva forma de entender el shasei, nacen los haikus de Kuawase no tsuki.

El Kuawase no tsuki (“El tema de la luna, en un concurso de haiku”) fue escrito en 1898 y es un meticuloso registro, realizado por el propio Shiki, del proceso de elaboración de un haiku, con la luna como tema. El poema luego se leería y juzgaría junto con el haiku de otros poetas, durante un concurso de poesía cuyo juez sería un alumno de Shiki: Kawahigashi Hekigotō[41].

Precisamente porque sería juzgado por uno de sus alumnos, a quien tanto le había predicado el realismo, Shiki tiene un cuidado meticuloso en el proceso. No solo eso, sino que escribe expresamente que quería evitar la fantasía por esa misma razón, y por lo tanto no haber hablado, por ejemplo, del palacio de la luna, que le había venido a la mente, probablemente, debido a la influencia de las lecturas de los clásicos. En realidad, como ya estaba inmovilizado en la cama desde hace algún tiempo, se trataba precisamente de una “fantasía realista” y de asociaciones de ideas en las que se ve obligado a confiar para componer. Lo que realmente rechazará será la posibilidad de aprovechar un patrimonio cultural del pasado sobreexplotado, de imágenes librescas, no porque tuviera la intención de rechazar la cultura tradicional, sino porque siempre había estado convencido de que, aunque era necesario leer a los clásicos, había que romper con ellos para encontrar la propia dimensión.

En Kuawase no tsuki, su mente parece convertirse en una especie de pantalla en la que proyecta gradualmente imágenes y situaciones. No solo eso: su poder de imaginación e identificación es tan grande que Shiki parece en un momento, que casi ya no distingue la fantasía de la realidad:

“[…] me di cuenta de que hasta ese momento no había podido alejarme de las sombras de los árboles, yendo y viniendo continuamente por el mismo camino, como si me hubiera embrujado un zorro. Así que decidí firmemente alejarme del bosque y moverme junto al borde del agua […]” (ver pág. 19);

“[…] Me imaginé subiendo a un pabellón alto a la orilla del mar. Miré alrededor […] todo estaba confuso […] se veía una luz […]” (cf. p.20).

Las escenas se imaginan minuciosamente, hasta el punto de escuchar la canción y las palabras del marinero conduciendo un barco (ver p. 18). Este es el tono que adopta a lo largo del ensayo: Shiki cita lugares, incluso aquellos que nunca ha visto, como si estuviera allí. Se sumerge todo en sus fantasías, pero los frutos de estas son perfectamente creíbles. Esto se debe a que nunca deja de controlar. La imagen del “barco celestial” (ver p. 17) que le viene a la mente es de inmediato censurada porque no es realista. Nos damos cuenta de que, en el ensayo, Shiki ejerce esta censura sobre sí mismo cada vez que se da cuenta de que se ha alejado demasiado del realismo con sus asociaciones de ideas.

De las asociaciones libres de ideas, se pasa luego a una construcción consciente de la escena: en lugar de personajes chinos, elige como tema a unos estudiantes japoneses en un banquete de despedida, elimina el pabellón sobre el agua que parecía hacer ineficaz la luz de la luna y saca la escena al aire libre. El fondo de la escena principal también se mueve varias veces: Kobe, luego Yokohama. Coloca a otros dos sujetos, un hombre y una mujer que se despiden, pero, al final, tal vez impulsado por su temperamento poco romántico y por el recuerdo del banquete de despedida celebrado en su honor con motivo de su salida de su ciudad natal para venir a Tokio, opta por la imagen del banquete (ver p. 19):

Es hora de decir adiós:
la embriaguez del vino
se marcha con el barco,
bajo la luna.
(Miokuru ya / yoi no sametaru / rope no tsuki)[42]

Es un haiku que Shiki juzga sin grandes defectos, adhiriéndose a los principios del shasei. En la realidad es quizás aún más: de hecho, responde a los principios de la nueva forma de entender el shasei, que está bien equilibrado en términos de presencia de realismo y emoción. La imagen de los amigos, alegres por los vapores del alcohol, que de repente recuperan toda su lucidez en el momento de la partida de uno de ellos y se dan cuenta de que se encuentran ante la posibilidad de no volver a encontrarse jamás, es conmovedor, lleno de patetismo y, al mismo tiempo, perfectamente creíble. Este fue el fruto de una fantasía que todavía pretendía mantener sus raíces en la realidad.[43]

 

BIBLIOGRAFÍA

Abe Akira (ed.), Kuawase no tsuki, en Meshi matsu aida-Masaoka Shiki zuihitsusen, Tōkyō, Iwanami Shoten, 1985, pags. 32-37.

Bin Akio, Shiki no kindai, Tōkyō, Shinyōsha, 1999.

Banella Cristina, «Masaoka Shiki: la pintura en la poesía», Asia Orientale, vol.15, 1999, pags. 55-73.

Beichman, Janine, Masaoka Shiki, Tōkyō, Kōdansha International, 1986.

Kawasaki Nobuhiro, “Bokujū Itteki”, Kokubungaku, vol. 2, 1990, pags. 46-51.

Masaoka Chūsaburō et al. (eds.), Shiki Zenshū, Tōkyō, Kōdansha International, 1975-1978 vol. 1-22.

«Masaoka Shiki-Takahama Kyoshi», Nihon shijin zenshū, vol. 2, Tōkyō, Shinchōsha, 1969.

Masaoka Shiki, Haijin Buson, Tōkyō, Kōdansha Bungei Bunko, 1999.

 

NOTAS A PIE DE PÁGINA

[1] Masaoka Tsunenori, comúnmente conocido como Masaoka Shiki, dedicó su vida a la composición de haiku y tanka (ver nota 2), y a una intensa actividad de crítica literaria. Sus juicios causaron sensación y críticas, especialmente las relativas a Bashō, el mayor poeta japonés (ver nota 4), y al Kokinshū, una de las principales antologías de la poesía japonesa. Toda la vida de Shiki estuvo, de todos modos, marcada por una terrible enfermedad: la tuberculosis espinal, que lo confinó a la cama durante largos años y finalmente acabó en la muerte a la edad de 35 años.

[2] El haiku es una forma de poesía que consta de 17 sílabas, divididas según el esquema 5-7-5; la tanka en cambio, se compone de 31 sílabas, divididas según el esquema 5-7-5-7-7 y se considera una forma de poesía más “noble” que el haiku.

[3] Takarai Kikaku (1661-1707) fue uno de los discípulos más importantes y conocidos de Bashō.

[4] Llegados a este punto, se puede comprender bien el motivo de la violenta reacción de los círculos literarios ortodoxos en las comparaciones de Masaoka Shiki, cuando se atrevió a afirmar que: “… las nueve décimas partes de la producción poética de Bashō consistía en mala poesía “. (Shiki Zenshū, Tōkyō, Kōdansha, vol. Iv, p. 230. De ahora en adelante citado como SZ.)

[5] Ibíd, p.5

[6] Véase Cristina Banella, “Masaoka Shiki: pintura en poesía”, en Asia oriental, vol. 15, 1999, págs. 55-73 (Nota de traducción: de próxima aparición en castellano, en proceso de traducción para El Rincón del haiku)

[7] Debemos recordar el ensayo Shōsetsu Shinzui (“La esencia de la novela”, 1885) de Tsubouchi Shōyō (1859-1935) y la novela Ukigumo (“Nubes flotantes”, 1887-1889) de Futabatei Shimei (1864-1909), con la que Shiki admitió estar en deuda. Tsubouchi Shōyō y Futabatei Shimei intentaron presentar el realismo en la literatura de Japón, y Ukigumo todavía se considera el primer ejemplo de una “novela japonesa moderna”, por la forma, el contenido y el análisis de la psicología de los personajes, que han perdido las características fantásticas para que sean completamente creíbles. Shiki leyó a ambos y afirmó haber aprendido a “copiar la naturaleza” (mosha) de Tsubouchi Shōyō y lo que era el realismo de Ukigumo.

[8] “Jojibun” (“Prosa descriptiva”, 1900), en SZ, cit., Vol. 14, pág. 247

[9] Shiki estaba entonces siguiendo un curso de filosofía en la universidad.

[10] SZ, cit., Vol. 5, págs. 262-263.

[11] Shiki dio este consejo a los poetas de tanka, pero consideró que el principio se aplicaría también al haiku.

[12] SZ, cit., Vol. 7, pág. 245.

[13] Nobuhiro Kawasaki, “Bokujū Itteki”, en Kokubungaku, Tōkyō, Shibundō, 1990, vol. 2, pág. 47.

[14] Énfasis en el original.

[15] SZ, cit., Vol. 4, págs. 165-166.

[16] Ibidem, vol. 14, pág. 241.

[17] Ib., P. 249.

[18] Masaoka Shiki – Takahama Kyoshi, Nihonshijin Zenshū, Tōkyō, Shinchōsha, 1969, vol. 2, pág. 94.

[19] Ibíd, pág. 96.

[20] Ib.

[21] Ib., P. 97.

[22] Aproximadamente 180 cm.

[23] SZ, cit., Vol. 11, págs. 289-290.

[24] Yūgao es una variedad de flor de calabaza blanca, que se marchita y cae en poco tiempo. En este pasaje, Shiki se refiere a un episodio de Genji Monogatari (“Historia de Genji”), la obra maestra de Prosa japonesa escrita en el siglo XI por Murasaki Shikibu. En el episodio en cuestión, Genji, el protagonista, se enamora de una dama en cuyo jardín florecen estas flores y se indica en la novela con el nombre de Yūgao. La dama, sin embargo, hermosa, frágil y llena de gracia como las flores, después de pasar algunas noches con Genji, muere. Por lo tanto, estas flores blancas se elevan a un símbolo de belleza y fragilidad.

[25] Nobuhiro Kawasaki, “Bokujū Itteki”, en Kokubungaku, Tōkyō, Shibundō, 1990, vol. 2, págs. 46-47.

[26] SZ, cit., Vol. 4, págs. 577-578

[27] Shiki, que ya estaba inmovilizado en la cama por tuberculosis, enumera en su diario Bokujū Itteki (“Una gota de tinta “, 1901) todas las novedades que le hubiera gustado ver con sus propios ojos y entre las que se encuentran los teléfonos, buzones rojos y teatros de estilo occidental. Además, hay que recordar, entre los elementos culturales que Japón adoptó de Occidente, incluso el calendario occidental cuyas fechas no coincidían con el calendario lunar utilizado hasta entonces en Japón: el Año Nuevo, por ejemplo, que hasta entonces marcaba el comienzo de la primavera, pasó a caer en pleno invierno. Esto provocó desorientación, especialmente entre los poetas que componían haiku, un poema particularmente vinculado a las estaciones.

[28] SZ, cit., Vol. 4, pág.42

[29] Es la costumbre todavía muy popular de ir a ver los cerezos en flor que ofrecen un espectáculo magnífico y, a menudo, una ocasión para picnics.

[30] Una especie de bola de arroz, que se vendía durante el festival, especialmente a orillas del río Sumida en Tōkyō.

[31] Pastel de forma redonda con relleno de frijoles azuki.

[32] Variedad de papa que se consumía hervida.

[33] SZ, cit., Vol. 14, pág. 248

[34] Yosa Buson (1716-1783) es uno de los más grandes poetas japoneses del haiku, junto con Bashō, Issa y Shiki. Conocido principalmente como pintor, fue descubierto y valorado como poeta por el propio Shiki.

[35] Es el más famoso de los haikus de Bashō y dice: “El viejo estanque … / una rana salta … / ruido de agua … “(Furu ike ya / kawazu tobikomu / mizu no oto).

[36] Masaoka Shiki, Haijin Buson, Tōkyō, Kōdansha bungei bunko, 1999, págs. 26-27.

[37] Ibidem, págs. 25-26.

[38] Una de las primeras obras de Shiki, Sakura kuawase (“Flores de cerezo en un encuentro de poesía”, 1892), fue completamente debido a la imaginación del poeta.

[39] SZ, cit., Vol. 4, pág. 405.

[40] Ibidem, vol. 6, pág. 154

[41] Kawahigashi Hekigotō (1873-1937) junto con Takahama Kyoshi (1874-1959) fue uno de los más famosos discípulos de Shiki y uno de sus mejores amigos.

[42] Akira Abe (ed.), Meshi matsu aida – Masaoka Shiki zuihitsusen, Tōkyō, Iwanami Shoten, 1985, p.37

[43] El ensayo completo “Kuawase no tsuki” fue tomado de Akira Abe (ed.), Meshi matsu aida – Masaoka Shiki zuihitsusen, Tōkyō, Iwanami Shoten, 1985, págs. 32-37.

Febrero 2022

CONSTRUIR

Al sol de enero

Duerme un viejo en su silla.

Tocan las dos.  

DECONSTRUIR

Este haiku es un asomo de historia. No sé qué historia. Pero detrás de la visión de un viejo, encasquetado en su gorra y sentado en una silla de ruedas, que descabezaba un sueño bajo el sol perezoso de enero mientras cinco pasos más allá su cuidadora, evidentemente a sueldo por el servicio de cuidar al anciano, se distraía hablando por el móvil, había una historia. Una historia tal vez triste.

    Su historia, sin conocer los contornos, me conmovió cuando yo regresaba a casa y a eso de las dos de la tarde pasaba al lado de los muros de la basílica de Nuestra Señora del Prado, en Talavera de la Reina. Junto a uno de los bancos del jardín que rodea la iglesia, estaba el viejo en su silla de ruedas, adormecido por la tibieza del sol de invierno.

     Me conmovió la visión. Y en ese momento, el reloj de la iglesia tocó las dos.

     El tiempo, sacudido por las campanadas,  iba a lo suyo: su paso inexorable. Mientras, el viejo dormitaba, felizmente olvidado unos instantes de su vejez desvalida.

      No sé la historia del viejo, ni de su cuidadora, ni de la silla de ruedas. ¿Qué importa? Sé un poco la historia del paso del tiempo del que esas dos campanadas me hicieron tomar conciencia.

        Conozco un famoso haijin cuyos versos eran también asomos de historias no dichas.  Era Buson, el poeta-pintor, que vivió entre 1716 y 1784 y al que muchos consideran inferior solo a Bashō. De Buson son aquellos famosos versos:

Posada inmóvil

Sobre la campana del templo

Una mariposa.

Pero el haiku de Buson, de los muchos que son historias no dichas en forma de versos, que más me gusta es este:

Lluvias de mayo

Y enfrente del gran río

Un par de casas.

Es una historia con suspense, una historia dramática. ¿Se llevarán las aguas desbordadas por las lluvias a las dos humildes casas? ¿Qué será de sus pobres moradores? El suspense, el drama hechos poesía.

Otro haiku de Buson con “una historia”:

Pasos anhelados

En las hojas caídas.

¡Qué lejos se oyen!

 ¿Una historia de amor? ¡Qué importa no conocerla cuando nos conmueve hasta la médula el crujido sordo de unos pasos en la hojarasca!