Jorge Moreno Bulbarela

 

 

 

 

UNAS PALABRAS DEL AUTOR

Nací en una población pequeña que está, por decirlo así, dentro de la naturaleza. Al emigrar a la capital tuve nostalgia de la vegetación y el reino animal. Esto, aunado a la vida agitada de la ciudad, que no deja mucho tiempo disponible, hizo que me inclinara hacia un género poético muy especial que reúne el culto a la naturaleza y la brevedad. Donald Keene fue mi guía. Pasaron los años, vino el nuevo siglo, que trajo el uso generalizado de las computadoras, y me uní a los cibernautas que cultivan el haiku.

Jor

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Recién salida

del caparazón:

cigarra de alas húmedas.

*

Llega el otoño.

El color de la aurora

en el volcán.

*

Rama de fresno.

El canto de ese pájaro

que oía la abuela.

*

Noche sin nubes.

El temblor de la sombra

del cardo santo.

 *

Hierba crecida.

Sobresale la tierra

de un hormiguero.

 *

Volando bajo:

el ruido de las alas

de un zopilote.

 *

Un crujido en la cañada.

Las puntas del bambú,

entre la brisa.

*

Ya sólo suena

el gotear del alero.

Cocuyos* en el patio.

(*cocuyos: en mx., luciérnagas)

*

El olor

y de nuevo el mugido.

Día de niebla.

 *

Fresno viejo.

Un perro, lentamente,

se acerca a su sombra.

*

La sombra del haya

empieza a moverse:

fresco murmullo.

*

Par de libélulas:

una sola sombra

junto al charco.

 *

Oscuridad.

El chorro de la orina

de una vaca.

 *

Cañada fresca.

En el cielo las líneas

de una espejitos*

(*espejitos: mariposa de alas transparentes)

 *

Otro balido

de la hondonada.

La pinta le responde.

 *