From old China, «The Four Gentlemen» is a term used to refer to four specific subjects (orchid, bamboo, plum blossom, chrysanthemum) which are traditonally some of the first subjects the student learns.
“Pintar fantasmas es fácil” es el nombre de un cuento tradicional chino. Se dice que pertenece a Han Fei Zi. Aquí su relato:
Fei Ling era un artista que pintaba para el príncipe Zhao. El palacio estaba cerca de los montes Taijang y Wangwu en la China.
Cierta vez el príncipe Zhao le preguntó a Fei Ling cuáles eran las cosas más difíciles de pintar. El pintor, sin dudarlo un instante le respondió:
-Lo más complicado es pintar perros, caballos y cosas semejantes.
Luego de escuchar y meditar su respuesta, el príncipe le preguntó cuáles eran entonces las más fáciles.
-Las más fáciles son los monstruos y fantasmas – le aseguró Fei Lin.
Asombrado por su respuesta, Zhao quiso saber a qué se debía tal facilidad y tal dificultad. El artista entonces se explayó:
-Todos conocemos a los perros y a los caballos y los vemos todos los días; pero es difícil pintarlos como son. Por eso son temas complicados. Pero los fantasmas y los monstruos no tienen forma precisa y nadie los ha visto nunca, por eso es fácil hacerlo. “Pintarlos como son”, eso es lo difícil, dice Fei Ling en el cuento y también quienes se le animan a la pintura sumie. Tan difícil como lo es escribir un haiku plasmando la realidad, tal y como aparece ante nosotros.
Sintetizar en un par de pinceladas la esencia de lo se quiere pintar implica realizar un proceso de despojamiento para poder representar con unas líneas y unas manchas aquello que deseamos plasmar.
En palabras de Cristina Ishikawa: “se debe pensar en qué es lo que se ha de pintar, es necesario poder llegar a sentirse eso mismo que se va a pintar. Es decir, hay una transformación del sujeto al objeto a ser pintado; uno es lo que va a pintar, si va a hacer un bambú, tiene que ser y sentirse bambú.”
Este proceso de síntesis no difiere demasiado del que se realiza cuando se seleccionan los elementos que aparecerán en el haiku. De todo lo que constituye el momento en el que se percibe el aware, solo algunos estarán presentes en el texto. La elección de cada una de las palabras y la combinación entre ellas será la clave para lograr que el haiku transmita el aware a quien lo lea o escuche.
Esta brevedad está presente tanto en un sumie como en el haiku. Por esa razón habrá que elegir cada una de las pinceladas/ palabras para que el que se encuentre frente a un sumie/haiku pueda percibir lo que percibió el pintor/haijin.
La economía de las pinceladas del sumie se asemeja a la economía de palabras de un haiku. Nada de más, nada que agregar. Menos es más en estos casos.
Todo haiga, aunque el mismo sea un complemento entre sumie y haiku, deberá contar con las mismas características que ambos poseen por separado: brevedad y síntesis.
El trabajo de eliminar lo superfluo y plasmar la esencia de las cosas, tanto al realizar un sumie como al construir un haiku, conduce al autor a un proceso similar en su interior; por esa razón, al terminar ya no será el mismo que era antes de comenzar.