Haibun 58

Haibun 58

 Antaño, el río…

El verano parece haberse acabado a principios de septiembre. Los últimos chubascos  han traído dos pequeñas ranas a la alberca.

Uno de los niños entra a buscarlas en el palmo de agua que dejaron las lluvias. La más grande sube a su pie. Emocionado, lo levanta fuera del agua para enseñarla.

De la higuera caen los higos sin que nadie los recoja. Invitados por nuestro hermano mayor, todos silenciamos la dejadez del huerto y de la casa…un silencio que hace crecer las dudas sobre el deterioro de su estado mental.

Tras el arroz de pollo compartimos la calidez de los recuerdos comunes. Decidimos ir al bosque donde hace veinticinco años esparcimos las cenizas de nuestro padre, cerca del   arroyo donde se celebraba la romería de las patronas del pueblo.

Llegamos al camino de entrada. Avanzamos despacio y en silencio entre pinos, encinas, fresnos…

En el remanso de agua, la luz de la tarde. La vegetación es abundante, aunque, todo ha cambiado. Mi hermano, quizás el que más podría guiarnos debido a la cercanía de su casa, camina a nuestro lado intentando disimular su olvido.

“Antaño, el mar llegaba hasta aquí,…

Este haiku de Hôsai no para de sonar en mi cabeza, una y otra vez…

Antaño, mi padre vivo. Antaño, segando el campo de alfalfa con dedales de cuero en la mano izquierda y la hoz en su derecha, pleno de fuerza y juventud.
Antaño, mi padre, empuñando aquella otra hoz pequeña que llamaba tranchete. Además de la uva, con el tranchete también cortaba la remolacha forrajera para los animales.

No hemos logrado encontrar el recodo del río que buscamos.

Una franja de cielo se abre entre el verdor de los chopos centenarios.

Volveremos….

Atardecer…
En la horqueta del cedro
setas rojizas

Ángeles Millán “Hikari”
Palamós (Girona)