Dada la amplitud del tema tratado en el anterior artículo y partiendo de la interculturalidad del haiku abordado desde su universalidad, habría que resaltar la importancia de la globalización, fenómeno que ha propiciado la expansión de culturas y tradiciones literarias, pero evidenciando o poniendo en valor la adaptación de esta estrofa a occidente.
El haiku alcanza dicha globalidad porque independientemente del espacio en el cual sea creado, siempre facilita la expresión de una experiencia conjunta por encima de la individualidad de las partes. Los objetos adquieren un valor cualitativo al no ser descritos desde el pensamiento argumentativo, puramente lógico, sino desde la sensación. Si partimos de los principios de la lógica, desprendemos a la estrofa de su esencia, así como de la fusión del sujeto y el objeto como unidad indivisible, adaptada siempre a la realidad que sucede en un tiempo y en un lugar determinado para posteriormente trascender y desmaterializar el poema del espíritu humano.
Rodríguez Izquierdo (2010), afirma:
…“el haiku no es el retrato de una imagen, sino un esbozo y tanto sentido estético hay en lo expresado como lo silenciado”.
Los enunciados de un haiku superan el valor circunstancial del instante o momento para lograr adquirir un valor alternativo y permanente, dotado de una finalidad. Por lo tanto, podría ser considerado una descripción con carácter propio que muestra temática y sensaciones variadas, equiparable a una pintura impresionista que describe la impronta de emociones primarias desde diversos contenidos.
El eje móvil de la fertilidad del haiku procede de la interculturalidad de la estrofa. Una cultura traslapa la otra y en esta colisión se transmutan ambas desde la hibridez que surge como fruto de dicho encuentro. Teniendo en cuenta el punto de vista de la antropología objetivista, en el cual las tradiciones locales y de grupo (como etnias, pueblos, etc) entran en una posible pugna más o menos desigual en la que ambas afirman su identidad y dejan huella la una en la otra que transformarán en materia prima de la obra literaria.
Partimos por tanto, de la definición de transculturización de Fernando Ortiz, siendo los elementos claves de esta:
- El uso particular de registros lingüísticos
- La representación de las estructuras gramaticales, etc que provienen de la oralidad del entorno.
- Así como la cosmovisión japonesa.
Es decir, sin dejar de sentir como occidentales, vamos asimilando la nueva perspectiva estética influida por el pensamiento japonés. De este modo, se suceden simultáneamente procesos de exoculturización, así como de endoaculturización para llegar finalmente a una aculturización en la que se produce una influencia mutua y desde este proceso el haijin escribe e interpreta el haiku.
Desde este punto de vista el antropólogo Fernando Ortiz entiende la transculturización como desprendimiento y pérdida parcial o total de la cultura original a la vez que se incorpora la nueva. Es decir, el haijin se neoculturiza en el momento de creación del haiku, traspasando su propio sentido, logra suspender el lenguaje creativo y se produce una asimilación estética, así como un enriquecimiento entre culturas. A modo de ejemplo, este haiku de Basho (diferentes traducciones):
¡Cuán admirable es
aquél que no piensa: la vida es efímera
al ver un relámpago!
¡qué admirable
quién no se siente efímero
ante el relámpago!
Desde este punto de vista Adolfo García Ortega, puntualiza:
… “que el haiku es el placer de una escritura que nos libera de la incontinente carga ideológica occidental, permitiendo que el haijin se difumine y desparezca”.
Como ejemplo de universalidad y de conexión global (tanto temática como culturalmente), hemos seleccionado algunos haikus de autores clásicos japoneses y contemporáneos:
Por un momento
parece que el gatito
vence a la hoja.
Kobayashi Issa (1763-1828)
Sol en la lluvia.
El gatico lame
las hojas del jazmín.
Mª V. Porras «Mavi».
(Murcia-España)
Año Nuevo:
el gato en mi regazo,
lo único sucio.
Jakurô
Año Nuevo…
en el plato del gato
el mismo pienso.
Xaro Ortolá “Destellos”.
(Alicante-España)
Constatamos que en estos haikus confluye tanto inter como transculturalmente el proceso de creación en el cual se extrae la riqueza cultural de Japón y de Occidente, superando el binarismo inicial para alcanzar finalmente la heterogeneidad unificadora, asumida desde la conciliación entre ambas culturas.
Bibliografía:
- Arevalos, M. (1998). Fernando Ortiz: La Historia en una perspectiva transcultural. Cuadernos de literatura, Vol. 4, no. 7-8, 9, 146-155.
- Barthes, Roland; Adolfo García Ortega, (traduccíon e introducción). (1991). El imperio de los signos. Madrid. Mondadori.
- Bermejo, J. M. (2009). Instantes. Nueva antología del haiku japonés. Madrid: Hiperión.
- El rincón del haiku v2.0. Haikus contemporáneos (Xaro la). Diciembre 2018. http://nueva.elrincondelhaiku.org/category/series-en-curso/haikuscontemporaneos/
- Ortiz, F. (1983). Del fenómeno social de la «transculturación» y de su importancia en Cuba. Tomado de Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 4, 86-90. Revisado el 17 de Octubre de 2011 http://www.ffo.cult.cu/downloads/ortiz/Del_fenomeno_social_de_la_transculturacion.pdf
- Ortiz, F. (1984). Ensayos etnográficos. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales
- Portuondo, G. (1990). El problema antropológico y la superación del positivismo en Fernando Ortiz. Revista Vivarium, 23, 163-186