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ENTREGA Nº 13. 25 DE MAYO

Al final de su carta, Koshû me escribe: “Siento mucho haber permanecido tanto tiempo en silencio, pero, a decir verdad, imagina el inmenso dolor que es para mí recordar el momento de nuestro viaje a Shinagawa, cuando apenas teníamos aquel pequeño farol, y ahora, estás ahí, postrado en tu cama de enfermo”.

Este episodio del pequeño farol, permanece continuamente en mí y me resulta absolutamente imposible de olvidar; pero cuando compruebo que Koshû, que tiene mucha experiencia en ese tipo de situaciones, todavía se acuerda de él, me confirma que, sin duda, el acontecimiento posee un encanto singular.

El hecho de que alguien se recueste y vuelva a contar aquellas buenas historias del pasado, aunque sea un enfermo carente de cualquier atractivo o seducción, que habitualmente cuenta solo sus infamias, no le quita nada de chispa a la historia.

Aquel episodio tuvo lugar en primavera, a finales de marzo del año 27 de la era Meiji, creo recordar. Por supuesto, no podía imaginar ni por un segundo que, cuatro meses más tarde, estallarían los resplandores y truenos de grandes fuegos de guerra sobre Corea.

Convencido por Koshû, un quejica caprichoso que no paraba de protestar, y firmemente convencido de que la paz reinaba en nuestro mundo, pensé en pasar un domingo en el parque Ômiya, y tras salir hacia allá, como los cerezos aún no estaban en flor, nos dimos la vuelta y nos detuvimos en Meguro, en un establecimiento que se llamaba, creo, “El Ryokan de las Peonías”. Mientras esperamos, estirando un poco las piernas, una joven de 16 o 17 años, vino a servirnos los brotes de bambú de arroz que habíamos pedido, sin levantar la vista del suelo.

En su cara, rebosante de gracia femenina, flotaba también algo de ingenuidad, y su gentileza…, no parecía apenas perturbarse por estar en un establecimiento como ese, y ejercía sobre la gente un encanto extremo, por lo que, sin decirle nada a Koshû, me percaté de que mi corazón se aceleraba. Creo que él también sentía lo mismo, y cuando ella nos trajo un farol, él le dijo: «¿No nos acogerías una noche en tu posada? Pero ella respondió con frialdad: «Es absolutamente imposible», y Koshû, que ya lo sospechaba, no intentó entablar negociaciones, sino que guardó silencio.

Luego nos sumergimos en una agradable conversación y, de forma inesperada, él sugirió volver a caminar: “¿Regresamos a Shinagawa? Como no está demasiado lejos, ¿caminamos?”. Inmediatamente acepté la atractiva propuesta y ambos estuvimos de acuerdo en irnos. Como la noche era muy oscura, la joven encendió una pequeña lámpara portátil, un farol, y nos acompañó afuera. «¿Cómo vamos a Shinagawa?», le preguntamos, y ella dijo: «¿A Shinagawa? Encaminaos hacia la izquierda, y más adelante, girad a la derecha … esperad, ¡os pondré sobre el camino!», y ella tomó la iniciativa con un paso rápido, llevando la pequeña lámpara. La seguimos más de cien metros y llegamos a una especie de esquina con un desvío entre los matorrales, en medio de la nada: «Si atravesáis los arrozales, no podéis equivocaros, solo hay un camino», dijo ella, dándonos su pequeño farol. Se lo agradecimos y nos dispusimos a marchar. Al poco oímos: «¡Un momento!» Y se volvió, corriendo unos diez metros, mientras estábamos allí, titubeando, sin entender muy qué pretendía. Llegó hasta nosotros y, mirando dentro del farol, introdujo una pequeña piedra. Luego dijo ¡adiós, buen camino! Y con estas palabras desapareció en la misma oscuridad por la que había venido.

El encanto de ese momento…, ese pequeño camino, bien al final del campo, bien en medio de la espesura…, yo, con mi pequeño farol en el corazón de la oscuridad, y esa hermosa chica… su pequeña piedra… todo, todo eso, sigue vivo en mí hoy todavía, y así, aunque a veces me atormente sobre mi cama de enfermo, nunca podré olvidar la magia de aquel momento.

Luego, Koshû y yo, frente a un viento helado de primavera, en plena noche, caminamos y caminamos a través de los campos de arroz a Shinagawa. La ciudad había sido medio destruida por un incendio, pero las llamadas casas de placer, continuaron su actividad en lo que llamaban barracones temporales, ofreciendo un espectáculo inusual. Como el propio nombre de «barracones temporales» le gustó mucho a Koshû, se puso a observar discretamente a través de las ventanas de bambú a las chicas de ese submundo, que se hacinaban unas contra otras, rodillas contra rodillas, dentro de una pequeña cabaña rodeada de esteras de paja. Mientras, yo estaba quieto detrás de él, algo distraído, y de repente una llama alcanzó mi mano y me sorprendí. Bajé la cabeza y descubrí que la vela del farol que llevaba en mi mano, se había quemado por completo y su fuego había alcanzado el marco mismo, de manera que algunos fragmentos de ese pequeño farol comenzaron a arder y a soltar chispas.

unas cabezaditas…

es breve la noche de primavera

en el Hostal de las Peonías.

(Utatane ni / Haru no yo asashi / Botan-tei)

 

Noche de primavera,

al salir del hostal

un pequeño farol.

(Haru no yo ya / Ryôri-ya o deru / Kochôchin)

 

Noche de primavera.

Sin blasón alguno titila

un pequeño farol.

(Haru no yo ya / Mumon ayashiki / Kochôchin)

 

                   … notas de las fuentes y comentarios propios

 

– Kazuo Kojima (1865-1952), más conocido como Koshû, fue un periodista que colaboró ​​con el mismo periódico que Shiki, el Nihon. Estuvo en la parte continental para cubrir la guerra sino-japonesa de 1894-1895, al mismo tiempo que Masaoka Shiki. Posteriormente, comenzó una carrera política.

– El reconocido escritor Ryûnosuke Akutagawa afirmaba en la revista Byôchû Zakki, (1927): «No me canso de leer y releer la historia del pequeño farol, en una cama de enfermo seis pies de largo”. Era un artículo titulado “Notas dispersas de un enfermo” y fue apenas escasos meses antes de su muerte.  Akutagawa, frecuentaba la casa de Natsume Sōseki, discípulo y cuidador de Shiki, quien ejercería en él una notable influencia.

– El año 27 de la era Meiji, es 1894.

– Japón envió tropas a Corea en junio de 1894, y en julio tuvo lugar la primera batalla naval con la China de la dinastía Qing. El tratado de paz, consagrando la victoria de Japón, sería firmado en abril de 1895. Desplazado en el continente como corresponsal de guerra, justo antes del final de las hostilidades, Shiki cayó gravemente enfermo durante su viaje de regreso, en mayo. A partir de ese momento, su salud irá disminuyendo. Aquí relata uno de sus últimos viajes felices.

– El parque Òmiya está en las afueras nororientales de Tokio (Saitama). En la actualidad tiene un museo de Bonsáis con 6 de los viveros más importantes de todo Japón. También tiene en su interior un santuario sintoísta, el Santuario Hikawa.

– Meguro es un viejo barrio al este de la capital. Reconstruido en 1947, es uno de los 23 barrios especiales que conforman la ciudad de Tokio. Poco podía pensar Shiki que, unas décadas después, el lugar sería también visitado pero por su moderno parque, con sabor al Japón tradicional, llamado Meguro Sky Garden. Está preparado para disponer de flores aromáticas las 4 estaciones del año y desde él, se alcanza a ver el monte Fuji.

Un Ryokan es un tipo de alojamiento tradicional japonés que originalmente se creó como albergue u hostal, para hospedar visitantes a corto plazo. Hoy se utilizan como hospedajes de lujo para visitantes, sobre todo occidentales. El gran haijin Eizô Yamamoto (1758 -1831), tomó el nombre de estas modestas hospederías: Ryokan. Él escribió:

al irse el ladrón,

se llevó todo menos

la luna desde la ventana.

Shinagawa fue una ciudad y hoy es un barrio que se encuentra al sur de Tokio, otro de los llamados 23 barrios especiales de Tokio. En él nacieron la Emperatriz Michiko, y del director de cine Akira Kurosawa.

– El hecho de introducir piedras en los faroles portátiles, era para estabilizarlos cuando no estaban bien compensados.

Entrega nº 12. 24 de mayo

(Continúa de las entregas 10 y 11) En el centro de la undécima imagen de Bunpô se representa una pendiente rectilínea. Que sea tan rectilínea ya tiene algo de audaz. Delante de este terraplén, hay un pequeño molino de agua girando. En la parte superior de la pendiente se dibuja a un viajero, pequeño, con un sombrero de caña. Paisajes así existen, pero muy rara vez se representan en una pintura.

En la duodécima imagen de la derecha, un viajero con un sombrero da limosna a un peregrino, también con sombrero. El peregrino extiende un cacillo, y el viajero no se detiene, deja caer su limosna, girándose hacia atrás, y es lo más expresivo de cuanto está sucediendo en ese momento. Debe notarse que la acción sucede al borde del mar, junto a algunos juncos que crecen allí, y en la distancia hay uno o dos barcos: se trata de un tema de lo más común, pero se aborda de una manera bastante interesante.

La decimotercera imagen a la derecha es un dibujo de paisaje, y revela todos los conocimientos de Bunpô. La escena tiene lugar en un camino de montaña: en el centro y parte superior, podemos ver un pequeño personaje listo para pasar a la otra parte de la ladera; a la derecha del camino se encuentra un gran árbol, frondoso y alto, de varios toises de altura. El dibujo se ejecuta con un pincel rápido. Debido a ese gran árbol, este paisaje puede dar al principio algo de miedo, aunque está claro que luego emerge a salvo desde un profundo barranco y finalmente es una imagen que da sensación de bienestar.

En la decimocuarta imagen a la derecha, un entrenador de monos muestra a su animal dando vueltas a la entrada de una granja; levantando las cintas que cuelgan a modo de cortina ornamental sobre la puerta. Dos niños lo miran. Uno de ellos debe tener cinco o seis años, y el otro dos o tres. Se puede pensar que son hermanos. A ambos lados de la entrada hay tramos de esteras, donde se seca el trigo o algo así. En el lado de la casa, un pequeño seto de crisantemos. Estos crisantemos enanos dan muchas flores. Este dibujo no muestra un simple paisaje campestre exitoso, también es un lugar muy agradable.

En la imagen decimoquinta de la derecha, dos mendigos están tumbados en un lugar donde la hierba crece en abundancia.

En la decimosexta imagen a la derecha, se dibujan en gran escala la basa de un pilar de pórtico y la parte baja de una gran cryptomeria. Entonces entendemos que estamos frente a un santuario. En el lado, un ilusionista arrodillado presenta sus trucos. Se ha levantado y anudado las mangas, colocó un abanico desplegado en el suelo, tiene la mano derecha abierta ante sus ojos y esparce pequeños objetos que parecen trozos de papel. Esta es una de esas ocasiones en las que podemos decir: «Primavera del tercer mes, encanto de las flores caídas». Como el ilusionista está pintado en primer plano, no se representa a ningún espectador. Todos estos detalles, muestran una originalidad sin igual.

La decimoséptima imagen a la derecha es de dos o tres viajeros en una carretera bordeada de árboles, pero no tiene nada de especial; lo único sorprendente es que tal vez los personajes están del otro lado de los pinos.

En la imagen decimoctava a la derecha, podemos ver el Monte Fuji en el otro lado de un brazo del mar. Tampoco hay nada en particular, pero como es la última imagen de la colección, este paisaje tiene una elegancia discreta.

Para finalizar, y, en otras palabras, las imágenes de Bunpô presentan una originalidad de diseño que se reconoce fácilmente. El pincel es rápido, pero el contenido es denso. A primera vista, uno podría pensar que estas pinturas son descuidadas, pero en realidad son extremadamente elaboradas. Pintores como Bunpô son raros. Es realmente lamentable que su valor sea tan poco reconocido por el público.

 

… comentarios propios

 

  • En el dibujo de Bunpô, aparece un personaje con sombrero oriental cónico, de caña. Estos sombreros suelen ser de bambú o frecuentemente de caña de cárex (laîche).
  • El toise es una medida de longitud, equivalente a dos metros de altura. El traductor al francés optó por referir esta medida de la Francia prerrevolucionaria. En la red pueden encontrase convertidores directos del toise a medidas japonesas más comunes como el chô y el ri.
  • Hay una referencia a la cryptomeria japónica, de la que ya se explicó en una entrega anterior que en Occidente se ha incrementado el uso del término «sugi» para referirse a este árbol, denominación más adecuada que el usado antiguamente en inglés, «cedro japonés», porque el sugi no es un auténtico cedro (Cedrus).
  • La basa es la parte inferior de una columna.
  • El Monte Fuji es el más alto del país. Todo un símbolo. Considerado sagrado desde la antigüedad, su ascenso les estuvo prohibido a las mujeres hasta la era Meji.
  • Puesto que Shiki hace referencia a unos setos de crisantemos, aprovechamos la ocasión para referir una recopilación de haikus que citan dicha flor:

CRISANTEMO

El crisantemo es un signo de longevidad en la cultura japonesa, simbolizan una larga vida. La leyenda asegura que el crisantemo guarda el secreto de la vida eterna. Los japoneses adoptaron esta flor como emblema nacional e insignia de la familia imperial La planta se utiliza en momentos de celebración o de otros eventos importantes. Las flores son de diferentes colores Hay un «Festival de la Felicidad» en Japón que homenajea esta flor. Florece en noviembre.

 

BASHÔ (1644-1694)

no hay ni una mota

de suciedad, en la blancura

del crisantemo

 

muy suavemente,

se yergue el crisantemo

tras el chubasco

 

budas antiguos

en Nara… y un perfume

de crisantemos

 

sorbiendo té,

los monjes en silencio

¡los crisantemos!

 

tardas sólo un poco,

y los crisantemos en la boca

¡se han convertido en vinagre!

 

Bashô toma con alguien un sake y les han servido una tapa (sakana) de crisantemos. Con la charla dejan de “picar”, y el sabor del crisantemo se va avinagrando.

 

el crisantemo

es delgado y débil,

pero tiene su destinado capullo

 

después de los crisantemos,

a excepción del largo nabo,

no hay nada

 

KAKIMOTO TAE (1928- )

 

rodeada de crisantemos,

paso la mano por mis mejillas

que son ásperas

 

SEIFU-NI (ENOMOTO SEIFUJO) (1732-1814)

 

la mariposa es vieja,

pero mi alma

juguetea en los crisantemos

 

OTSUCHI (1808-1872)

 

un blanco crisantemo…

igual que él,

nos marchitamos.
BUSON (1716-1784)

 

tú que cultivas crisantemos…

eres esclavo

de los crisantemos

 

el blanco del crisantemo:

¡de tan precioso color

no hay otro!

 

en silencio

antes de la llegada de los anfitriones.    Ver Siguiente

las peonías

 

OSHIMA RYOTA (1718-1787)

 

sin palabras la anfitriona

el invitado

… y el crisantemo blanco

 

KOSUGI ISSHÔ ó ICHIMATSU (1652-1688)

 

vuelven mis ojos

fatigados, al blanco

crisantemo…

 

NATSUME SOSEKI (1865-1915)

 

¿quién vive aquí?

es toda una locura

de blancos crisantemos

 

Crisantemos salvajes…

Entre las hojas de mi agenda

metí una flor

 

como suena:

mi nombre es

criador de crisantemos

 

Da potrillos la yegua,

y la vaca novillos.

Crisantemos silvestres

 

Reencarnado,

¡tan feliz!

Un crisantemo en otoño

 

YASEN ( -1748)

 

algo más alto

el blanco crisantemo

en el crepúsculo

 

MIURA CHORA (1729-1780)

 

alrededor,

del blanco crisantemo,

todo es belleza

 

KOBAYASHI ISSA (1763-1828)

 

flota en el aire…

olor a orina, olor

a crisantemo

 

TAKAHAMA KYOSHI (,1874 – 1959)

 

duerme el perro

con su cabeza entre las patas…

los crisantemos.

 

TANEDA SANTÔKA (1882-1940)

 

a media noche,

me han robado un crisantemo:

el hoyo en la tierra

 

WATANABE SUHIA (1882-1946)

 

tras el cercado,

crisantemos silvestres:

luna lluviosa

 

SUGITA HISAJO (1890-1946)

 

resplandeciente,

se curva el crisantemo

bajo la luna

 

MIZUHURA SHUOSHI (1892-1981)

 

toda mi vida

se serena mirando

al crisantemo

 

TAGAMI KIKUSHA-NI (1753-1826)  Autora del famoso pergamino. Kikusha = Choza de crisantemos

 

engullendo nubes y brumas,

dispuesta a atravesar el camino

de la montaña de los crisantemos

       con otra traducción:

hacia las nubes

crisantemos en el camino –

respirar su aroma

 

Escrito junto al templo Urin (bosque de nubes)

 

RYÛNOSUKE AKUTAGAWA (1892-1927)

 

se marcha el otoño;

y empina el crisantemo

su flor entre las dunas

 

MASAOKA SHIKI (1867-1902)

 

crisantemos marchitos,

calcetines secándose en la cerca…

un día de sol

                                              con otra traducción:

se aja el crisantemo;

sobre la valla, hay tabis oreándose.

Precioso día

 

Soñando cada año

en los crisantemos

… sueño por ellos

 

OCHI ETSUJIN (1655 – 1739)

 

al lado de los crisantemos,

las florecillas rastreras del jardín

forman el cerco

 

TAKARAI (ENOMOTO) KIKAKU (1661-1707)

 

esta copa de sake,

quisiera admirarla cerca

de la flor del crisantemo

 

RYÛNOSUKE AKUTAGAWA (1892-1927)

 

pleno crepúsculo,

y aún blanquea el crisantemo

lejos del pueblo

Entrega nº 11. 23 de mayo

(Continúa de la entrega 10) La séptima imagen a la derecha pertenece más bien al género de dibujos de paisaje. Hay un pequeño camino que corre a lo largo de una colina, luego se divide en dos: un sendero continúa a lo largo de la colina a la izquierda, y el otro, cruza un puente y trascurre junto al agua. Tres pequeños personajes, que no exceden de una pulgada más o menos, animan el paisaje, si bien, no hay en realidad una necesidad particular de su presencia. No obstante, insertar este sencillo paisaje en el álbum, provoca un interesante efecto de variación.

La octava imagen de Bunpô, parece representar un alto junto al camino. Hay un palanquín en el suelo, cargado con un bonzo. Uno de los porteadores aparece con la boca llena de pasteles de arroz, que se antojan pegajosos. El otro, lleva en su boca una ristra de monedas engarzadas, las distribuye en sus manos y hace sus cuentas. A la izquierda, un hombre deja un baúl y fuma. A la derecha, un conductor de caballos coloca el equipaje en la montura: la actitud del conductor y el sentir del caballo que nota esta carga en su cuerpo, parecen apreciarse con gran nitidez.

Además, todavía hay una o dos personas más que parecen algo ocupadas. En las imágenes de Nangaku, cuando hay mucha gente, las personas tienden a aparecer agrupadas, mientras que en las imágenes de Bunpô, cuando hay varias personas, todos los personajes tienen alguna singularidad. Desde este punto de vista, también existe una clara jerarquía entre los dos pintores.

En la novena imagen, cuatro hombres portan un palanquín con viajero. El hombre que está adentro es excesivamente grande y va muy apretado. Nuevamente, no es mucho, pero tal idea llama la atención.

La décima imagen a la derecha muestra a un viajero acostado de lado, siendo masajeado. Junto a él, tiene un pequeño equipaje y un gorro para el viaje. Enfrente, un cenicero y una tabaquera. Se ha dejado una capucha puesta, está apoyado en su mano, sus ojos cerrados… parece que le gusta el tratamiento. El masajista, colocado detrás del viajero, le masajea las piernas. Solo su ojo derecho está abierto de par en par. El otro permanece cerrado, y su boca está desplazada a la izquierda. Detrás de ellos, tres faroles de papel se agrupan. Por supuesto, probablemente no estén encendidos. Tales faroles en la habitación de un viajero, demuestran que este es un albergue muy modesto.

                … notas y comentarios

  • Continuamos con esos dieciocho temas de los 18 dibujos de Bunpô, y aquí en esta entrega, comenta los cuatro siguientes: del 7 al 10.
  • Repetimos que si el lector o lectora quisiera encontrarlos directamente en el cuaderno escaneado, pueden verse en línea o descargar directamente pinchando aquí. Concretamente se hallan en las páginas 17, 19, 21 y 23.
  • Un palanquín, también llamado litera, suponía un medio de transporte que en algunas épocas jugaban el papel de los actuales taxis. En China, el palanquín se llamó Jianluan antes de la Dinastía Song y fue un medio de transporte especial en la China antigua. Jian significa “hombros” y Luan significa “carros”. Así, Jianluan se refiere a los carros cargados sobre los hombros, nombre que indica con claridad las características del palanquín y marca la diferencia esencial de éste en comparación con otros medios de transporte. El palanquín tiene unos 4000 años de historia en China. Según registros históricos, los primeros palanquines aparecieron a principios de la Dinastía Xia (siglo XXI a.C.).
  • En Japón los palanquines eran llamados Kago (駕籠). Estaban hechos de madera. Tenían una base pesada con una especie de almohadón donde se sentaba el pasajero. También solían contar con cuatro cortinas de bambú que se podían abrir y cerrar según las preferencias del mismo. Los trasladaban entre dos (a veces cuatro) personas.
  • La palabra bonzo, que se usa para llamar a los monjes budistas, procede de bonzû: 坊 , bō («habitación») y 主 , su («maestro»). Extensivamente, en nuestros días se ha hecho dolorosamente popular la palabra “quemarse a lo bonzo”.
  • Los Daifuku Mochi, son los pasteles de arroz de Japón, hecho de mochigomeもち米, un pequeño grano japonés de arroz glutinoso (también lamado pegajoso, cerulento o en perlas).
  • En oriente era frecuente entre la gente humilde, usar cuerdas para llevar cómodamente las monedas que tenían agujero, engarzadas unas a otras (en la actualidad, en Japón, tienen perforación las monedas de 5 y 50 yenes).
  • Sombrero, en japonés, es Kasa, o al menos se llama así a un tipo de sombrero tradicional del Japón muy usado en los viajes. Cuando la palabra es precedida por otra que especifica el tipo de sombrero, entonces, la se convierte en Gasa (Jingasa).

 

Décimo día. 22 de mayo

(mayo sigue siendo duro para Shiki. No hay entrega el 19, 20 y 21 de mayo)

Nota del traductor: En las entregas 10, 11 y 12, Shiki describe unos dibujos. A fin de que quien lee pueda observar lo mismo que hace más de 110 años observaba Shiki cuando escribía, se han buscado y localizado esos dibujos, y, excepcionalmente, se han insertado en los textos.

– Volvamos a los cuadernos de pintura de Nangaku y Bunpô que ya mencioné hace unas entregas. Traté allí de comparar sus respectivos méritos, pero fui criticado, con el pretexto de que algunos dibujos de Bunpô, teniendo algo de vulgar, no tienen nada que ver con los de Nangaku. Como no he visto otros trabajos de Nangaku, ni tampoco ninguno de gran formato, es difícil para mí decir claramente cuál de ellos es el mejor, pero es obvio que las obras de Bunpô muestran una imaginación mucho más rica y poseen un encanto mucho más sutil: uno puede juzgar fácilmente hojeando este libro. Sin embargo, es cierto que las obras de Nangaku muestran también una gran habilidad en la composición, la organización general y el manejo del pincel, y no hay necesidad de tratarlos con condescendencia. Es por esto que me permitiré más adelante dar mi decisión final, y yo tal vez debería contenerme al apreciar las obras de Bunpô recogidas en este catálogo, ya que está compuesto en principio por los dibujos que acompañan los poemas del viaje de Yosai, y por tanto su concepción general depende de ello, pero, sin embargo, al no estar aquí esos poemas, carezco de cierta información importante.

Lo que aparece en estos dibujos de viaje, probablemente se encuentre en la Gran Ruta del Mar del Este (Tôkai-do), que conecta a Edo con Kioto. En el cuaderno, como las imágenes que representan un concurso se dividen en dos campos, los dibujos de Nangaku siempre están puestos en el campo de la izquierda, y los de Bunpô a la derecha.

Comencemos con el primer dibujo a la derecha, que es pues de Bunpô: tres barcos pasan en primer plano y, en la distancia, cerca del horizonte, podemos adivinar un velero. Aparte de eso, ni montaña, ni tierra, ni isla … nada. La idea en sí misma ya es interesante. De hecho, no es una composición común haber puesto en primer plano la más grande de las tres embarcaciones, con una estructura de junco; y haber colocado un poco más atrás la que lleva a unos veinte pasajeros, acurrucados uno contra el otro. Un pintor ordinario necesariamente habría representado este barco con pasajeros más cerca, más o menos, al frente y centro de la imagen.

La segunda imagen a la derecha es la de una posada, tal vez el lugar de uno de los relevos, un sitio de parada en la Gran Ruta. En cualquier caso, ahí uno no se espera a ningún personaje trascendente. Tres hombres están representados. Uno de ellos rocía agua en el suelo frente a la puerta. Los otros dos tienden una cortina. Uno de ellos, en la parte inferior, sostiene un extremo de la tela; el otro, montado en una escalera, se cuelga en un lugar alto. Al pie de la escalera, unas sandalias, una escoba, un pequeño taburete y un recogedor de basura con suciedad. Estas son cosas muy pequeñas. ¿Y cuántas pinceladas tomó en total? Muy pocas. Parece que no tomó más de dos minutos para dibujar todo, y eso, no se puede lograr con métodos ordinarios.

La tercera imagen a la derecha representa un cruce: en medio de olas bastante grandes, dos “pasadores de gente” llevan a los pasajeros sobre sus hombros. Además, dibujando solo las olas y los hombres, sin nada de tierra, el pintor encuentra la manera para mostrar el río con fuerza, y desde ese punto de vista esta imagen se parece a la anterior con los tres barcos. Uno de los dos “pasadores de gente” se dibuja en un lado, el otro, detrás. Estas variaciones de formas son interesantes, pero tienes que ver realmente bien la imagen para entenderla.

Como no interpreto bien lo que representa la cuarta imagen de la derecha, me abstengo de comentar sobre ella.

La quinta imagen de la derecha se dibuja con un pincel rápido, bastante a su manera y, aunque es muy pequeña, sin embargo, se basa en un diseño extremadamente complejo. En el frente se dibuja una pequeña casa de dos metros sobre tres, con un letrero donde está escrito: moño y tonsura en media luna, por 16 mon. A través de la ventana lateral, vemos a un hombre rasurando a un guerrero bigotudo. Debajo de esta ventana, una escoba, y en el piso, junto a ella, algo así como un balde y una cubeta. Si suponemos que la ventana de la que acabo de hablar está girada hacia el este, entonces el lado contiguo, orientado hacia el norte, está ocupado casi en su totalidad por una gran pared, en cuya parte superior se abre una pequeña ventana, donde puso una maceta que debe ser una especie de campo de arroz en miniatura. Al lado de esta ventana rampa un gecko. El techo está cubierto de tejas, con algunos guijarros. Esta casa ocupa la mayor parte del frente del dibujo y está construida sobre un pequeño muro de piedra. Como esta pared tiene vista a un pequeño arroyo, en la parte de atrás vemos un pedazo de puente. Por lo tanto, si proporciona una descripción general de los lugares, debe ser un puesto de peluquería ubicado al final de un puente que cruza un río.

No solo es extremadamente atractivo, sino que solo Bunpô representa con un pincel todo un conjunto de detalles, tanto la ubicación de la casa como su estructura, sin olvidar nada. Él realmente tiene un talento increíble.

En la sexta imagen a la derecha, un guerrero tira de un caballo por el medio de una llanura con juncos chinos. De nuevo, no hay nada aparte de estas grandes hierbas, ni árbol ni dique; además, estas hierbas están más dispersas por abajo y más densas por arriba, de modo que la llanura parece vasta, siniestra y ligeramente ascendente. El guerrero y el caballo ocupan el centro de la imagen, un poco hacia arriba. No entiendo exactamente lo que representa este dibujo, pero como el caballo tiene una banda ventral y no está ensillado, uno puede preguntarse si no se trata de un caballo salvaje que un guerrero busca domesticar.

Es interesante el hecho de que él sea un guerrero, y no un palafrenero (se nota en el moño, la ropa y la espada), y también que muestra claramente la actitud brusca del caballo, asustado por el viento entre la hierba alta.

 

        … notas de las fuentes y comentarios propios

  • En la entrada del sexto día, ya hablamos de Watanabe Nangaku (1767-1813), que fue un pintor japonés, nacido en Kyoto; estudiante de Maruyama Masataka (Ōkyo); introdujo el estilo Maruyama-Shijo en Edo, donde enseñó; y de Kawamura Bunpô (1779-1821), que fue un grabador japonés del período Edo , un especialista en ukiyo-e.
  • También decíamos: “El álbum del Concurso Takurabe gafu que miraban Shiki y Kyoshi, bajo el título hoy de “Concurso de poemas locos escritos en los caminos de la costa (Kaidô kyôka awase)”, tiene dos volúmenes, incluye poemas de Yosai e ilustraciones de Watanabe Nangaku y Kawamura Bunpô. Las ilustraciones versan sobre dieciocho temas poéticos, de uno en uno, representados por cada uno de los dos artistas como si de una competición se tratara. Es una delicia, muy recomendable, y puedes verlo pinchando aquí”.
  • Shiki, comenta esos dieciocho temas de los 18 dibujos, y aquí en esta entrega, comenta los 6 (5 realmente) primeros de Bunpô que pueden observarse en el libro 2. En la siguiente entrega comenta otros 6 y en la siguiente los 6 restantes. Hemos podido localizar dichos dibujos, y se han insertado en el texto. Si alguien quisiera encontrarlos directamente en el cuaderno escaneado, pasamos a ubicarlos concretamente sobre dicho libro, que puede verse en línea o descargar directamente pinchando aquí.
  • Así, el primer dibujo que comenta Shiki, con tres barcos, puede verse en página 5 del documento referido.
  • El segundo dibujo que comenta Shiki, sobre una posada con tres hombres, puede verse en la página 7.
  • El tercer dibujo, de los contrabandistas cruzando el río cargando a otras personas, puede verse en la página 9.
  • El cuarto dibujo Shiki rehúsa a comentarlo al no apreciar el tema con claridad (página 11). Es este:
  • El quinto, de una barbería con un «gecko» en la pared, está en la página 13 del documento.
  • Y el sexto, en el que un guerrero sujeta un caballo entre las hierbas, está en la página 15.
  • En las páginas pares del pdf, pueden observarse las obras de Nangaku.
  • El traductor al francés, Lozerand, refiere la complejidad de la traducción de términos pictóricos del japonés que son muy técnicos y que finalmente traduce como: fuchi (composición) que significa la disposición de los diferentes elementos, kekkô (organización del conjunto) para la disposición, la estructura y fudetsuki (manejo del pincel) la forma de escribir o dibujar. De igual modo, ha traducido Shukô (un término fundamental de la estética de la época Edo que designa la idea original) como un truco particular con el que se trata un tema que puede ser reconocido.
  • Lo que se traduce como “pasadores de gente”, eran personas fuertes que ayudaban por unas monedas a otros viajeros más débiles a cruzar los ríos. Su labor era la de un barquero, pero vadeando el río con personas sobre sus espaldas. En ellos se vive, en parte, el mito de Caronte. Los había ocasionales, como meras personas que ante una circunstancia prestaban su ayuda puntual y solidaria, de donde surgió el conocido cuento zen de “dos monjes y una mujer”.
  • Yosai es uno de los pseudónimos del famoso escritor Ueda Akinari o Ueda Shûsei (1734-1809), autor de los reconocidos “Cuentos de luna y lluvia (Ugetsu monogatari)” y “Cuentos de lluvia de primavera (Harusame monogatari)”. Por otro lado, podemos ver los cuatro tomos originales en japonés del libro que Shiki refiere de Yosai –“Concurso de poemas locos sobre la Ruta de los Mares (Kaidô kyôka awase)”- en línea pinchando aquí. Por lo que Shiki comenta en la entrega, parece que no disponía del primer volumen.
  • Edo (estuario), ​ es el nombre que tuvo Tokio hasta 1868, año de la restauración Meiji.
  • El famoso Tôkai-dô, (Camino del Mar del Este), supuso un camino trascendental en la vida de Matsuo Bashô. Fue la más importante de las Cinco Rutas del Período Edo, conectando Edo (hoy en día Tokio) hasta Kioto, en Japón. A diferencia de la interior y menos transitada Nakasen-dō, Tôkai-dô transcurría a lo largo de la costa del mar del este de Honshu, de ahí el nombre de la ruta. Viajar a lo largo del Tokaido, fue un tema muy popular en el arte y la literatura de la época.
  • El reconocido artista Hiroshige -autor de Cien famosas vistas de Edo (Meisho Edo hyakkei, 1856-1858)-, representó cada una de las 53 estaciones de descanso (shukuba) de Tokaido en su obra “Las Cincuenta y Tres Estaciones de Tokai-dô”.
  • En cada una de las cincuenta y tres etapas que marcaron la Gran Ruta, se estableció un relevo para los viajeros y sus caballos. Una de ellas, es la que está representada en los dibujos que Shiki refiere.
  • El Mon fue la moneda de Japón desde el periodo Muromachi en 1336, hasta el periodo Meiji temprano en 1870. Co-circuló con el nuevo yen hasta 1891. El Kanji para mon es 文.
  • Un gecko es una lagarto propio de tierras cálidas. Se caracterizan porque no tienen párpados y se lamen los ojos para mantenerlos húmedos.
  • Los “juncos chinos” que aparecen en el dibujo aludido del guerrero y el caballo, parecen ser el Miscanthus Sinensis, llamado también «hierbas de pampa, susuki, suzuki y hierba de plata japonesa”.
  • La haijin Nishiguchi Sachiko (1925-) escribió:                                            suzuki en flor / la esposa, con veinte años, / y desaparecida.
  • Un palafrenero, según la RAE, es un criado que lleva del freno el caballo o sencillamente un mozo de caballos, muy numerosos por aquellos tiempos en Japón.

Noveno día. 18 de mayo

(Excepcionalmente, Shiki no hizo ninguna entrega los días 15, 16 y 17 de mayo, cosa que se entenderá al leer el texto).

 

– Cuando estaba convaleciente en Suma, copié en una carta este poema cuya autoría desconozco:

Lleno de penas,

pero cada día más vivo

¡me recuperaré!

y pondré a prueba las fuerzas

de este cuerpo limitado

-Kono ue ni / Nao uki koto no / Tsumore kashi / Kagiri aru mi no / Chikara tamesan-

En aquellos días, fui aceptando la situación, pero cuando lo pienso hoy, entiendo que realmente se trataba solo del comienzo de la enfermedad: no podría explicar con palabras los dolores que se apoderaron de mí desde hace un año, y nunca podría haberlos imaginado. Finalmente, en mayo de este año, uno de mis amigos me sorprendió al decirme que este quinto mes me causaría problemas de salud, pero no le presté atención, y le dije que no, que no había necesidad de preocuparse, que el mismo mes de mayo que me había torturado el año pasado, ahora parecía darme un respiro.

Sin embargo, finalmente, el comienzo de este mes… desde que yo recuerdo, siempre fue así. Hay muchas personas que se comunican e interesan diariamente por mí, y, aunque su atención logra disipar mis penas por un tiempo, desde el pasado día 7 de mayo ya me despierto con grandes dolores. No sé si finalmente habría una parte mental, pero lo cierto es que nunca había sentido nada parecido. El día 8, mejoré un poco, al igual que los días que siguieron: la situación se estabilizó al mismo tiempo que el clima; pero el día 13, apareció un dolor terrible, sin precedentes: mi corazón palpitaba violentamente y yo no paraba de llorar o de gritar. Tampoco podía soportar el dolor que mi propia respiración me estaba causando. Finalmente logré terminar ese día y el 14 se desarrolló sin incidentes, pero, en tal estado de agotamiento y debilidad, que aproveché el día entero para dormir. En la mañana del 15, mi temperatura era de 34,7 grados al despertar y sin visos de que fuera a subir, lo que me causó un sufrimiento que no era comparable al del día anterior. Fue entonces cuando renuncié a mi destino y, como en ese momento estaba recostado junto a una estatuilla de yeso que sirve de jarrón para unas peonías, la agarré y escribí por detrás, grabando la fecha.

al grabar el jarrón,

un montoncito de tierra

debajo de la peonía

-Tsuchi ikkai / Botan iketaru / Sono shita ni-

 

Con este gesto, estaba tratando de decir que si seguía así, sería mi poema de despedida, o incluso mi último poema, pero, ¡por suerte! por la tarde, poco a poco me olvidé de mi dolor y, feliz al recordar que hoy era la fiesta en Negishi, cambié completamente de estado de ánimo, festejé con cuajada de soja y bebí una copa de sake para celebrar el evento: sí, es verdad que aunque venía de sufrir el mayor gafe del año, mi mejoría la consideré prometedora; sin embargo, como todavía quedan quince días del mes de mayo, no paro de preguntarme cómo podré ocuparlos.

– El 15 de mayo, fue la fiesta en el santuario Mishima de Kami Negishi y ese día, como todos los años, comenzó a llover. Con una cuajada de soja, algunos brotes en ensalada y todo ello acompañado de una copa de sake, fue un placer sin comparación:

para estas fiestas,

como siempre, calado

y sin parar de llover

– Kono matsuri / Itsumo unohana / Kudashi nite –

 

las currucas también

envejecen;

fiesta en Negishi

-Uguisu mo / Oite Negishi no / Matsuri kana-

 

se deja de trabajar:

ya hay brotes de criptómeras sagradas

y flores de glicinia

– Shûfuku naru /Kamusugi wakaba / Fuji no hana-

 

ahí van las carrozas

adornadas con ofrendas

¡y peonías!

-Hikiidasu / Nusa ni botan no / Kazari dashi-

 

brotes de bambú

y cogollos en ensalada

¡es hora de la fiesta!

-Takenoko ni / Kinome o aete / Iwai kana-

 

extraño mis dientes:

los brotes de bambú están duros

y luego hay sepia

-Ha ga nukete / Takenoko kataku / Ika kowashi-

 

cuesta digerirlo…

¡tener esta cocina

un día de fiesta de verano!

-Fushôka na / Ryôri o natsu no / Matsuri kana-

 

fiestas del barrio:

ya está Negishi

lleno de mosquitos

– Uji matsuri / Kore yori Negishi / Ka no ôki-

                   … notas de las fuentes y comentarios propios

– De regreso de China, extremadamente enfermo, Shiki permaneció dos meses en el Hospital Kôbe (ciudad muy conocida por criar la mejor carne de ternera del mundo) , en junio y julio de 1895; y luego se quedó en Suma (un lugar cercano a Kôbe, famoso por su preciosa playa) un mes más de convalecencia, que luego continuaría finalmente en Matsuyama.

– La carta que refiere Shiki, en la que escribió el poema de autor desconocido, es una carta de su amigo Ioki Ryôzô (o Hyotei, 1870-1937), médico, haijin, también natural de Matsuyama, y que como comenta RJ. Tuck, más tarde se convirtió en un defensor de la esencia nacional japonesa.

– El poema que contiene la carta, se atribuye a menudo a un guerrero del Período Sengoku o «Periodo de los Estados en guerra», Yamanaka Shinnosuke, que murió en 1578. Se encuentra en una referencia en “Bushidô: el alma de Japón (Bushidô: the soul of Japan)” de Inazô Nitobe (1862-1933), publicado en inglés en 1898 (lo que prueba que este poema debería ser parte de la cultura general de los guerreros de esta generación): Come! evermore come / Ye dread sorrows and pains! / And heap on my burden’d back; !That I not one test may lack / Of what strength in me remains!. Nitobe encontró en “Bushidô , el Camino del Guerrero”, las fuentes de las ocho virtudes más admiradas por su pueblo: la rectitud, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la sinceridad, el honor, la lealtad y el autocontrol .

– Nuevamente, Shiki hace una referencia a lo poco que le gusta el mes de mayo (lo hizo en su anterior obra, y lo hizo al comenzar esta).

– Shiki hace una referencia a una estatuilla que sirve de jarrón: más adelante, en unos días, sabremos que es una estatuilla que representa su figura.

– En el primer haiku, el traductor se pregunta: ¿Debería darse al verbo ikeru un doble significado: componer un ramo / enterrar?

– Existía la tradición de «poemas chinos antes de la muerte», referidos por el orientalista Paul Demiéville. También se hacía en Corea durante la Dinastía Joseon. En Japón, era y es costumbre entre los haijines, escribir Jisei (no ku) o poemas de despedida (que no necesariamente tiene que ser el último poema que se escriba).

– La cuajada de soja es lo que hoy y en nuestro entorno, conocemos como tofu.

– Dice la RAE: Sake. Del jap. sake. 1. m. Bebida alcohólica obtenida por fermentación del arroz.

Se trata de una bebida frecuentemente vinculada a la vida y/o la obra de los haijines. Su kanji, como puede observarse, parece una botella de la que se salen algunas gotas (酒). Bien, es pues  una palabra japonesa que significa «bebida alcohólica», pero que en los países occidentales se concreta en un tipo de bebida alcohólica japonesa preparada de una infusión hecha a partir del arroz, y conocida en Japón como nihonshu «alcohol japonés». Aquí, es entendido como un «vino de arroz»; si bien, esto no es apropiado puesto que «vino» es exclusivamente la bebida obtenida por fermentación alcohólica del mosto de la uva. También existen otras bebidas conocidas como ese «vino de arroz» que son significativamente diferentes del nihonshu. El sake puede tener entre 14 a 20 grados de alcohol.

Antonio Martínez (haijin albaceteño y estudioso del haiku), ha realizado un trabajo titulado “El haiku y el sake” que presentó en el 4º Encuentro Internacional de Haiku celebrado por la AGHA, y que esperamos vea una próxima publicación en el Libro de Actas de dichos Encuentros. Al final de estas notas, pueden leerse unos pocos haikus que refieren el sake (y las flores).

– El santuario Mishima de Kami Negishi, es un Santuario cerca de la casa de Shiki.

– Cuando Shiki habla de las lluvias de las fiestas, se refiere a las lluvias del cuarto mes del viejo calendario ya citadas en entregas anteriores.

– La RAE define “curruca” como “pájaro canoro de diez a doce centímetros de largo, con plumaje pardo por encima y blanco por debajo, cabeza negruzca y pico recto y delgado. Es insectívoro y el que con preferencia escoge el cuco para que empolle sus huevos”. ¿Se quiere Shiki representar como una curruca?… una «curruca que envejece» (oi uguisu), pero que igualmente canta desde finales de la primavera hasta el verano.

– La Cryptomeria es un género de conífera. Antiguamente llamada Cedro japonés, está formada por una sola especie, la Criptomeria Japonesa o Sugi. Es endémica de Japón, donde es conocida con el nombre japonés de Sugi (杉). En Occidente se ha incrementado el uso del término «sugi» para referirse a este árbol, denominación más adecuada que el usado antiguamente en inglés, «cedro japonés», porque el sugi no es un auténtico cedro.

 

                               Algunos haikus de saque (y flores)

BASHÔ (1644-1694)

flores de la cascada:

las llevaré de recuerdo

a mi grupo de sake

 

tras apurar el sake,

convirtamos el casco

en un florero

 

tardas sólo un poco,

y los crisantemos en la boca

¡se han convertido en vinagre!

 

(Bashô toma con alguien un sake y les han servido una tapa (sakana) de crisantemos. Con la charla dejan de “picar”, y el sabor del crisantemo se va avinagrando).

 

TAKARAI (ENOMOTO) KIKAKU (1661-1707)

sake bajo las flores…

incluso un monje puede disfrutarlo

con un poco de sal

 

esta copa de sake,

quisiera admirarla cerca

de la flor del crisantemo

 

POPULAR/ANÓNIMO

si falta el sake,

no hay belleza en las flores

de los cerezos

 

 

 

 

 

Octavo día. 14 de mayo

Quien quiera evocar un lugar famoso* en waka o en haiku, tendrá que resaltar sus peculiaridades. Por lo tanto, no se deberían evocar en poesía lugares que no se hayan visto con los propios ojos, aunque, sin embargo, en lo que se refiere a algunos lugares muy comunes (como el Fuji por ejemplo), pareciera que no resulta difícil captar sus características, incluso aunque no los hayamos visto personalmente. Es tanto lo escuchado de todas las personas que hablan de ellos, son tantos y tan precisos los textos que los describen y, además, al tiempo, son innumerables las pinturas y fotografías que podemos observar de los mismos…

Pero finalmente, lo cierto es que, aun así, después de verlos en la vida real, es muy posible que sean muy diferentes de lo que previamente nos habíamos imaginado. Por ejemplo, no conozco personalmente el monte Yoshino. Además, no conozco ninguna pintura ni texto que represente con precisión el lugar para describirlo en detalle. Pero este año, al leer una historia sobre un viaje a Yoshino, pude dar rienda suelta a mi imaginación y me atreví a componer algunos versos. Aun suponiendo que no parezcan muy lejos de la realidad a los ojos de aquellos que realmente han visitado el lugar, la mayoría de ellos, finalmente, son bastante “del montón”. Pero, ¿son este tipo de versos subjetivos, realmente, los únicos con los que se corre el peligro de que esto ocurra?

pasada Seis Campos*

mientras corremos hacia las flores

¡aparece la costa!

.                -Muda koete Hana ni isogu ya Ichi no saka-

 

monte Yoshino,

en él brota

el primer cerezo

.                 -Yoshino-yama Daiip pon no Sakura kana-

 

aquí están las flores:

los pasos son más largos

conforme se escala

.                -Hana miete Ashifuminarasu Noboriguchi-

 

montaña de flores:

el avatar de Zao

no muestra enfado

.                -Hana no yama Zaó gongen Shizumarinu-

 

donde señala mi dedo…

entre las flores de cerezo

el templo de Nyoirin-ji

.                -Sasu yubi ya Hana no ko no ma no Nyoirin-ji

 

nuestra guía

habla de Kusunoki

¡ah, mirar los cerezos!

.                -Anaisha no Kusunoki kataru Hanami kana-

 

como nosotros,

nuestra guía también se empapa

bajo una lluvia de flores

.               -Anaisha mo Warera mo nurete Hana no ame-

 

guardan el rencor

de la Corte del Sur…

¡cerezos en flor!

.              -Nanchó no Urami o nokosu Sakura kana-

 

los Mil Árboles,

¿perderán en una sola noche

todas sus flores?

.              -Senbon ga Ichiji ni rakka Suru yo aran

 

en la ermita de Saigyô,

ni flores ni cerezos,

no hay nada.

.               -Saigyô-an Hana mo sakura mo nakarikeri-

 

  … notas de las fuentes y comentarios propios

 

* El término traducido aquí como «lugar famoso» (Meisho) hace referencia en Japón a algo más concreto de lo que pudiera entenderse. Se trata de un grupo de lugares que además de estar especialmente apreciados por su valor histórico, la calidad de sus paisajes o las actividades que los caracterizan (ya sean comerciales o religiosas), están de alguna manera vinculados a la poesía o la literatura en general. Estaban presentes en la poesía del siglo V, luego en la pintura del periodo Heian y fueron motivo de verdaderas guías de viaje (en el siglo XVII) que más tarde se ilustrarían en la segunda mitad del periodo Edo.

  • Yoshino es una ciudad especialmente conocida por su Monte, que es realmente espectacular en lo natural (y también en lo histórico) ubicado al sur de Nara, famoso por sus cerezos y sus restos del periodo Nanbokuchô o de las Dos Cortes (1336-1392). El monte Yoshino llegó a tener más de cien mil cerezos (en la actualidad algo más de treinta mil) plantados por un monje budista en el siglo VII y es lugar de frecuentes visitas, especialmente para la celebración del hanami. El tercer río más grande de Japón, también se llama Yoshino.
  •  Hasta 1983 Shiki vino refiriéndose al realismo necesario en el haiku con términos como ari no mama ni utsusu (representar como es) o shajitsu (realidad). Pero a partir de este año, emprendió un estudio profundo sobre el haiku y la tanka, y trabajó a fondo los principios estéticos, desarrollando principalmente el concepto de Shasei o bosquejo de vida; que más tarde extendería al realismo selectivo y luego a la autenticidad o veracidad poética (Makoto). A pesar de toda su teorización, muy extensa, sobre la importancia de la autenticidad en el haiku, ya hemos podido observar cómo el obligado confinamiento por cuestiones de salud, lleva al maestro a desarrollar juegos, escribiendo poemas imaginados o sobre asuntos sin asombro aparente. Aquí plantea si las carencias que suelen tener estos versos de origen imaginado, no podrían aparecen también en versos escritos sobre sucesos vividos.

* La estación de Muda era llamada “Seis Campos” y se encuentra en el valle al pie del monte Yoshino. Estos versos pretender acompañar la marcha del viajero por el lugar, hasta llegar a la lejana ermita de Saigyô, ermita en honor de Saigyô Hôshi (1118 –1190), un monje y poeta japonés de finales de la era Heian y comienzos de la era Kamakura, que vivió como ermitaño en largos períodos en Saga, el Monte Koya, el Monte Yoshino, Ise y otros lugares, pero es mayormente conocido su largo viaje al norte de Honshu, en donde realizó varios viajes poéticos, hecho que más tarde inspiraría a Bashô en su obra Sendas de Oku (que puedes descargar desde aquí). Vicente Haya se refiere a Saigyô como “el poeta japonés de waka que actúa de eslabón intermedio entre el Man’yôshû y Bashô”.

  • Como parte del sincretismo Shinto-Budista, los «avatares», “encarnaciones” o «apariencias circunstanciales» (Gongen) son deidades sintoístas consideradas como suijakus de Budas y Bodhisattvas, o kamis manifestados en Japón para convencer y salvar a su población.
  • Zao es una deidad importante de la «vía de la adquisición del poder por el ascetismo» (Shuguendo), movimiento religioso centrado en el culto a las deidades (kami) de montañas, que se representan con una expresión de enojo.
  • El Templo de Nyoirin-ji, quedó establecido en el siglo X, y es un templo tranquilo y de tamaño mediano del budismo japonés Jodo (o budismo de la Tierra Pura). Entre otros sitios de Yoshino, era el lugar donde el emperador Go-Daigo rendía culto después de transferir su capital a Yoshino durante la época en que Japón tenía dos tribunales imperiales, el periodo de las dos Cortes (1336-1392). El templo estaba vinculado a la Corte Sur.
  • Kusunoki Masashige (1294-1336) es un famoso general del período de las Dos Cortes. Curiosamente, kusunoki también es como se llama el árbol de alcanfor.
  • De 1333 a 1392, Japón experimentó una guerra civil entre los partidarios del emperador Go-Daigo, que dirigía la Corte del Sur, con base en Yoshino, y los del emperador Komyo, de la Corte del Norte, ubicada en Heiankyo, y que finalmente prevalecería.
  • Los Mil Árboles (son en realidad en la actualidad más de treinta mil) es el nombre que recibe la parte del monte llena de cerezos de Yoshino. La mayoría de estos cerezos están agrupados en cuatro densas acumulaciones de árboles que reciben el nombre de senbon (mil árboles) localizadas a diferentes altitudes para favorecer su florecimiento en diferentes partes de la primavera lo que hace que desde que los primeros empiecen a florecer en la parte inferior hasta que florezcan los últimos puedan pasar hasta dos semanas. Estos agrupamientos (de mayor a menor altitud) reciben el nombre de oku-, kami-, naka- y shimo-senbon.
  • La ermita recibe este nombre porque el monje y poeta Saigyô (1118-1190) se quedó en ella.
  • Afirma Lozerand que el término Sakura Hana mo mo / Nakarikeri (flores o árboles de Ni (cereza) / no hay nada) es claramente una alusión al famoso poema de Teika, recogido en la nueva colección de poemas de ayer y Hoy (Shin Kokin-shu, Otoño, No. 363):

Miro a lo lejos:

¡Ni flores de cerezo

ni hojas rojas!

Las cabañas de la bahía

en el crepúsculo otoñal

(Miwataseba/ Hana mo momiji mo/ Nakarikeri/ Ura no tomaya no/ Aki no yûgure)

(traducción al francés de Michel Vieillard-Baron)

Este poema es parte de una serie de tres «crepúsculos de otoño», entre los que se encuentra un poema de… ¡Saigyô! (nº 362):

 

Aunque he dejado

el apego terrenal

qué profundamente me impresiona

la belleza del atardecer de otoño

cuando el shigi echa a volar desde el pantano

Kokoro naki / Mi ni mo aware wa / Shirarekeri / Shigi tatsu sawa no / Aki no yûgure

(traducción de Vicente Haya).

Precisamente, este poema es tomado por V. Haya como ejemplo, en su prólogo del libro Haiku Tsumami-Gokoro, para hablar del aware, afirmando que “es otro ejemplo donde no encaja la traducción de aware como tristeza sino como «honda impresión poética» que causa al monje un gran placer, puesto que no puede decirse que haya tristeza alguna en que un pájaro alce el vuelo en un atardecer de otoño”.

  • Para finalizar, cabe decir que numerosos haijines japoneses han dedicado versos (arcaicos, clásicos y modernos) al monte Yoshino. He aquí unos ejemplos:

 BASHÔ (1644-1694)

allá en Yoshino,

te haré ver los cerezos,

sombrero mío

 

YOSA BUSON (1716-1783)

bebe las nubes

mientras vomita las flores:

monte Yoshino

 

YASUHARA TEISHITSU (1609-1673)

¡ah! dije ¡ah!

ante las flores de cerezo

del monte Yoshino

 

REKISEN (1748-1834)

cerezos en Yoshino:

florecen… luego mueren:

da lo mismo.

 

TAGAMI KIKUSHA-NI (1753-1826)

desde las colinas de verano,

¡qué hermosa la nube

que cubre Yoshino!

(En verano, sin cerezos, Yoshino sigue siendo hermoso)

 

KITAMURA KIGIN (1624-1705) -sobre el río, no el monte-

 las aguas turbias

fluyen bajo las flores:

el río Yoshino

 

Sexto día. 12 de mayo

El 11 de mayo Shiki no hizo ninguna entrega

Hoy, mi cabeza está un poco mejor. Elijo con Kyoshi unos álbumes de pintura al azar, los acerca a la cama y los vemos. Hay dos o tres cosas que nos llaman la atención.

Me gusta pintar desde mi infancia, pero en los cuadros, siempre preferí las representaciones simples, de flores y pájaros, por ejemplo, a las imágenes complejas. Y mi gusto no ha cambiado hasta hoy. Por eso, cuando miro estos libros, estoy más interesado en una pintura de una flor de camelia que en un retrato de princesa; un ruiseñor descansando sobre un sauce me alegra más que Zhang Fei con su lanza curva.

Las pinturas con color suelen tener un plus sobre las de blanco y negro. Hay mucho encanto en encontrar una pintura con colores entre las hojas de un álbum lleno de dibujos en tinta china, encontrar por ejemplo una mancha roja que se ha dejado caer en medio de una exuberante vegetación.

Goshun es ingenioso. Ôkyo es serio. Me gusta la seriedad de Ôkyo.

Estoy mirando el Álbum de Concurso de la Dirección Pictórica (Takurabe gafu). Está hecho de imágenes asociadas de Nangaku y Bunpó. Nangaku solo pinta personajes, mientras que Bunpó siempre agrega algunos paisajes a sus retratos. En las imágenes de Nangaku, abundan los personajes, pero a veces falta inspiración. Por otro lado, en los de Bunpô, incluso si solo hay unos pocos personajes, el diseño todavía tiene algo de originalidad, y por ello, admiro la manera en que sus formas se acercan a la realidad. Básicamente, no merece ser mencionado al mismo tiempo que Nangaku.

Una pintura representa a un niño, con un paraguas doblado en su mano izquierda y una rama de ciruelo en su hombro derecho. Tal vez él lleva un paraguas prestado y trae esa rama de ciruelo como agradecimiento. Si esto es así, la concepción general de la imagen es extraordinariamente compleja, dada su extrema simplicidad. ¿Podemos decir que dicha imagen tiene sabor a haiku? ¿Qué se ha sugerido sin llegar a decir en ella? En cualquier caso, rara vez he visto esas imágenes. En una de las pinturas de Hóitsu, se afirma que “uno debe apreciar todas las seducciones”, pero las suyas, sus haikus, son tan torpes que no vale la pena detenerse ni un momento en ellos. Cuando uno ve la mediocridad de los versos que acompañan a sus imágenes tan atractivas, produce el mismo efecto que descubrir en un lujoso palacio, una pared de papel hecha con restos de diferentes papeles viejos mal pegados: el desequilibrio es extremo.

Hay un libro llamado Dibujos rápidos de la era Kôchô. Para dibujar una planta o un árbol, uno recurre a la menor cantidad posible de detalles. No es posible imaginar bocetos más sencillos. Y sin embargo, estos dibujos están llenos de encanto, de imaginación. En los bocetos, el pincel de Rosetsu y los suyos, encuentra la belleza de lo que es totalmente libre, sin detenerse en adornos superfluos. ¿Podría ser mi inclinación a amar la simplicidad y a apreciar lo natural, lo que me lleva a emitir este juicio?

                       … anotaciones al texto

  • Zhang Fei fue un general chino de la época de los tres reinos, muerto en 221 y célebre por su fuerza y dureza con sus propios soldados.
  • Matsumura Gekkei (1752-1811), también llamado Goshun, fue un pintor y poeta de Kioto, desde mediados del período Edo. Estudió con los grandes maestros Yosa Buson y Maruyama Ôkyo.
  • Maruyama Ókyo (1733-1795), se formó en la reputada en Escuela Kanô, si bien acabó rompiendo con su estética. Fue uno de los más grandes pintores de la mitad del período Edo, y desarrolló una nueva forma de pintar, basada en ideas tomadas de la propia pintura oriental, pero también de la occidental. Sobre todo, se basó en la observación de la naturaleza y la vida.
  • El álbum del Concurso Takurabe gafu que miraban Shiki y Kyoshi, bajo el título hoy de “Concurso de poemas locos escritos en los caminos de la costa (Kaidô kyôka awase)”, tiene dos volúmenes, incluye poemas de Yosai e ilustraciones de Watanabe Nangaku y Kawamura Bunpô. Las ilustraciones versan sobre dieciocho temas poéticos, de uno en uno, representados por cada uno de los dos artistas como si de una competición se tratara. Es una delicia, muy recomendable, y puedes verlo pinchando aquí.
  • Watanabe Nangaku (1767-1813) fue un pintor japonés, nacido en Kyoto; estudiante de Maruyama Masataka (Ōkyo); introdujo el estilo Maruyama-Shijo en Edo, donde enseñó.
  • Kawamura Bunpô (1779-1821) fue un grabador japonés del período Edo , un especialista en ukiyo-e.
  • Sakai Hôitsu, ya referido (y comentado) en la anterior entrega de Shiki
  • Kōchō es el nombre de la era japonesa que abarcó desde febrero de 1261 hasta febrero de 1264
  • Nagasawa Rosetsu (1754-1799), fue pintor de Edo, discípulo de Maruyama Ôkyo, ha dejado pinturas famosas en algunos shôjis (puertas y tabiques de papel enmarcados en una madera corrediza). Su demonio de montaña (yamanba) del Santuario Itsuku-shima (Miya-jima) es particularmente famoso. Tuvo dos periodos (o dos tipos de pintura) bien diferenciados, uno con pinturas de cierta elaboración, y otro con pinturas de trazos muy rápidos y sencillos.

Quinto día. 10 de mayo

Escribo el 8 de mayo del año 35 de la era Meiji (1902), día lluvioso.

Esta noche he podido dormir un poco, y el sufrimiento que ayer tuve desde la mañana, ha ido disminuyendo. Me tomo dos vasos de leche.

A las 9,00 a.m., tocan los analgésicos.

El Dr. Amagishi, designado como médico para la zona de Chôshû, vino a despedirse y ha aprovechado para tomarme el pulso.

Hekigotô y su esposa Shigeeko, vienen por la mañana temprano para acompañarme. Sokotsu regresa y el el doctor se va.

Con Hekigotô y los demás, estamos viendo un álbum de pinturas de Asakura que había solicitado. Estoy encantado de haber podido obtener también el de Imágenes libres sobre arbustos de Gesshô (Fukei gasô). También me he hecho con el álbum pintado por Oson (Oson Gafu) que es de pinturas de flores y pájaros Keibun (Keibun Kachô Gafu), así como con unas “ pinturas abreviadas” de Kôchô (Kôchô ryakuga).

Para el almuerzo, tomo avena con pescado crudo, como de costumbre.

Cambio mis vendas sin que el dolor sea intenso.

Sobre la pesca del donko: para pescar un donko, tienes que tener un hilo corto y una caña de bambú muy pequeña, y usar como cebo un gusano de tierra. Visto el pez, se le pone delante el cebo y cuando muerda, se debe levantar rápidamente la caña. Si el donko se escapa, podremos repetir, siempre hay una segunda oportunidad. El donko es un pez pequeño que vive en ríos; y que en Tokio es conocido como haze-machin.

Son numerosas las extensiones de agua que se encuentran en los suburbios al sur de Matsuyama, mi ciudad natal. Ahí podemos encontrar estanques a los que la gente llama con curiosos nombres como el Estanque redondo (Maru-ike), el Estanque con cuernos (Kado-ike), el Estanque del cuchillo de cocina (Hótó-ike), Estanque de los lagos (Tóhaze-ike), Estanque del espejo (Kagami-ike), Estanque del viejo Yahachi (Yahachi baba ike), Estanque del vagabundo (Hoito-ike), Estanque del curandero (Yakushi-ike) o el Estanque de la casa de la bahía (Uraya no ike), por poner solo algunos ejemplos.

Observo unos cortes de franela, parece claro que son buenos, que sus rayas son largas y bien diseñadas. Sin embargo, el tiempo de la franela ha pasado, hemos entrado en el de la sarga.

Shigeeko se había ido a casa por un tiempo, y regresó un poco más tarde, llorando, porque su canario, que se había dormido en perfecto estado el día anterior, esa misma mañana, de repente enfermó, dejó el nido y ya no se movió. Shigeeko está muy alterada y no sabe qué hacer. Algunos dicen que debe estar estreñido, y otros se preguntan si no se tratará de un huevo que se le ha quedado dentro sin poder salir. Por mero juego, le dedico unos cuantos versos:

ya no come,

ni tan solo unas semillas

de colza ni palitaria

(Natane no mi /Hakobera no mi mo /Kuwazu narinu)

 

¡padres pájaros!

rezad también a Kannon

que facilita los partos

(Oyadori mo / Tanome Koyasu no / Kanzeon)

 

brotes de bambú

y pequeños pájaros,

lo hacen fácil, sin esfuerzo

(Take no ko mo / Tori no ko mo tada / Yasuyasu to)

 

si es estreñimiento,

no dejen de darle

las laxativas flores de deutzia

(Funzumari / Naraba unohana / Kudashimase)

 

La cena es como el almuerzo.

Tengo 36.5º de temperatura.

Después de encender las lámparas, Hekigotô canta un pasaje de Nô: La piedra que quita la vida (Sesshô-seki). Tengo un poco de dolor de cabeza.

Sokotsu se va a casa.

Los cinco que quedamos, anfitriones y visitantes, hablamos de nuestros presupuestos, sin distinción: todo son lágrimas, cólera y consolaciones. Afuera, percibo que la lluvia se ha detenido y el viento es más fuerte.

A las 11:30, vuelvo a tomar los analgésicos.

Hekigotô y su esposa regresan. Pasan quince minutos de la media noche.

En los últimos tiempos, ando flojo de ánimos y el dolor no se me quita. Los despertares son particularmente difíciles. Como tengo miedo de despertarme, tengo miedo de quedarme dormido, y temo a lo larga que se hace la noche. Si Hekigotô y los demás se van tarde, hacen que la noche sea aún más corta.

               … comentarios al texto

  • Las entregas en prensa van apareciendo dos días después de ser escritas por Shiki.
  • En esta entrega, Shiki va conectando ideas, sobre temas muy dispares y sin mediar enlace alguno entre ellas. Se trata de una sucesión de anotaciones autobiográficas y de pensamientos.
  • Aparece por ejemplo un médico. En un texto que cuenta la vida de un enfermo, apenas volverá a aparecer ningún otro. De hecho, la aparición en esta entrega es principalmente para anunciar su partida.
  • Chôshû es un feudo ubicado en el extremo oeste de la isla principal (Honshu) del archipiélago de Japón.
  • Aparte de su madre y hermana, desde fines de marzo de 1902, varios amigos cercanos de Shiki se turnan para acompañar al paciente. Ellos son:

Ito Sachio (1864 – 1913): fue el seudónimo de Itō Kōjirō, un poeta y escritor japonés de tanka activo durante el período Meiji de Japón.

Katori Hotsuma (1874-1954): Artista especializado en obras de metal y su historia.

Takahama Kyoshi (1874-1959): Discípulo de Shiki a quien conoció por su compañero de clase: Hekigotô. Nació también en Matsuyama. En 1898, Kyoshi acabó dirigiendo la revista de haiku Hototogisu, obra de Shiki.

Kawahigashi Hekigotô (1873-1937): Comenzó aprendiendo de Shiki cosas sobre béisbol, para acabar siendo un importante discípulo en su haiku renovado. En sus visitas para acompañar a Shiki enfermo, era frecuentemente acompañado por Shigeeko, su esposa.

Samukawa Sokotsu (1875-1954): Alumno de Shiki, dedicaría su vida a mantener la memoria, la casa y el legado de Shiki.

  • Los álbumes de pintura que Shiki refiere, son característicos de la segunda mitad del período Edo, fueron impresos a mano, en xilografía, volumen tras volumen. A pesar de su precio relativamente bajo, fueron bien elaborados y podrían servir de ejemplo y material para el estudio de la pintura. Generalmente despreciados en la era Meiji (1868-1912), aquí están redescubiertos por Shiki. Por otro lado, aunque les chirriaran a los coleccionistas occidentales, fueron uno de los más importantes vectores del japonesismo, además de las clásicas pinturas impresas, mucho más conocidas.
  • Shiki cita a cuatro pintores desde el final del período Edo:

Cho Gessho (1765-1832): Estudió nanga (literalmente «pintura del sur”) con Matsumura Goshun (1752-1811), quien le dio el nombre de Gessho. Goshun a su vez era un estudiante de Yosa Buson (1716-1784), además de maestro haijin, un maestro nanga, que a su vez estudió con Maruyama Okyo (1733-195), y juntos fundaron la escuela de pintura Maruyama.

Sakai Oson (1761-1828): más conocido como el Hôitsu, destacó en la escuela Rinpa. Famoso por haber revivido el estilo y la popularidad del gran Ogata Kōrin , y por haber creado varias reproducciones muy interesantes del trabajo de Kōrin.

Matsumura Keibun (1779-1843): Pintor destacado de la escuela Shijô. Vivió en Kyoto y estudió con su hermano mayor Matsumura Goshun y con Maruyama Ōkyo. Trabajó como asistente del príncipe budista Shinnin, cuyos herederos poseen muchas de sus pinturas.

y Ueda Kôchô (1788-1850): Pintor principal de Osaka durante la primera mitad del siglo XIX. Alumno de Matsumura Goshun y Nakai Ranko. Se convirtió en un pintor oficial del 11º señor de Kishu Tokugawa, Tokugawa Nariyuki. Frecuentemente usaba el shasei (bosquejo de la vida) también llamados bosquejos, o pinturas abreviadas o pinturas con espíritu haikai.

  • El donko es un pez de la familia de los gobio.
  • La moda de los kimonos rayados creció en la era Taisho (1912-1926). Eran de franela de rayas verticales. Luego se puso de moda la sarga, un tejido de líneas oblicuas.
  • En sus orígenes, se consideraba que la poesía japonesa estaba dotada de una «eficacia maravillosa», lo que explica el desarrollo de los conocidos “poemas mágicos» (majinai-uta) utilizados en prácticas talismanes y propiciatorias. Lo eran frecuentemente las wakas, y aquí Shiki compila unos versos votivos improvisados en métrica de haiku (no lo son), con virtudes supuestamente laxantes. Cabe señalar que él mismo sufre con frecuencia problemas intestinales de este tipo.
  • La palitaria (Mourron blanc, Drimaria, Golondrina, Nervillo, Pajarera o Yerba de estrella) es una planta que comen los pájaros, pero también usada por humanos por sus efectos medicinales (diuréticos, laxantes, etc.).
  • Los brotes de bambú son famosos por la facilidad y velocidad de crecimiento.
  • En referencia a los aparentemente simples últimos versos referidos por Shiki (Funzumari / Naraba unohana / Kudashimase) cabe decir que el suero que queda tras la elaboración de Tofu (cuajada de soja), conocida por sus propiedades laxantes, se llama metafóricamente en japonés u-no-hana (la flor de la deutzia). Esta denominación se presta a múltiples juegos de palabras y asociaciones. Shiki lo usa aquí y pone en la expresión «cuando las flores de deutzia se pudren» (unohana kutashi) que refiere a las largas lluvias del «cuarto mes». Esta expresión se usa en la frase prosaica «Dadle (kudashimase) flores de deutzia (unohana)». Por otra parte, este nombre se asocia con el cuco para indicar el comienzo del verano, esta ave (shiki, hototogisu), que tiene fama de tener una garganta roja cuando abre la boca, sirve como metáfora para los pacientes con tuberculosis. Elegir cuco como nombre de artista era, por lo tanto, una forma de que Shiki se autoproclamara «poético y tuberculoso». Además, u-no-hana significa palabra por palabra «flor de liebre»  u (usagi), que es un animal del zodiaco chino y japonés. La liebre (o el conejo, según traductores) es el cuarto animal del zodiaco (después de la rata, el buey y el tigre), y por lo tanto sirve para designar el cuarto mes del uzuki (antiguo calendario), o el cuarto año del ciclo sexagesimal (udoshi).
  • Shiki nació en un año de la liebre (1867), y escupió sangre por primera vez, en mayo de 1889, el quinto mes del calendario actual en Japón desde 1873, pero el cuarto del viejo calendario, que aún recuerda mucha gente, y muy especialmente los haijines. Shiki manifestó repetidamente un particular interés por este animal del zodiaco, pero también por el mes de mayo, un “mes sucio» (como ya lo llamó el 15 de mayo de 1901, un año antes, en su obra Gota de tinta), que nunca le trajo nada bueno. Todo parece llevarnos a que este es sin duda uno de los motivos que lo llevaron a comenzar Una cama de enfermo de 6 pies de largo el 5 de mayo, como queriendo romper el maleficio ligado al signo de la liebre.
  • Kannon (Kanzeon): Nombre japonés de Guan Yin, que es el nombre dado en China a Avalokiteśvara bodhisattva venerado en el budismo. El valor asociado a este bodhisattva es la Compasión. Se le reza también para los nacimientos.
  • 36,5º de temperatura son unas décimas de febrícula, ya que en Japón, se toma como normal hasta 36º.
  • La obra de Nô a la que se hace referencia, cantada por Hekigotô es muy famosa, y escenifica a la hermosa Tamamo no Mae, que es la encarnación de un zorro malvado. Es asesinada por sus perseguidores, a pesar de que siempre llevaba una piedra mágica, que quitaba la vida a todos los que se acercaban a ella.
  • Al referirse a los 5 que quedaron hablando sobre sus ingresos, se entiende que podrían ser Shiki, Hekigotô y su esposa, su madre Yae (1845-1927), que estaba viuda, y su hermana Ritsu (1870-1941), dos veces divorciada.
  • Los haijines japoneses (arcaicos incluidos), han tomado a veces la flor de deutzia, la de U o la colza como motivos de haiku. He aquí algunos ejemplos:

BUSON (1716-1784)

flores de colza / la luna, al este / el sol, al oeste

la flor de la colza: / y, en un punto del día, / resuena el mar

BASHÔ (1644-1694)

los gorriones / en los campos de colza / viendo las flores

otra versión

campos de colza: / y un ruiseñor con gesto / de contemplar sus flores

KAWAI SORA (1648 – 1710)

Caminando con Bashô las sendas de Oku: Blancas como el güiro las deutzias, florecían a la par las blancas flores de las zarzas, pareciéndome estar en plena temporada de nieve. Cuenta Kiyósuke que antiguamente hubo un palaciego que al llegar a este lugar se retocó su birrete de gala y se puso el atuendo de la corte.

Una flor deutzia / es mi toque de gala / en este paso.

BASHÔ (1644-1694)

deutzia en flor… / recuerda las canas / de Kanefusa

entre la nieve, / la flor de U, su pálido / color violeta

         otra versión

en los claros de nieve, /el leve morado de los brotes/de la flor de udo

KOBAYASHI ISSA (1763-1827)

la flor de U / florece para el dios… / y para el mendigo

CHIYO-NI (Kaga No Chiyo. 1703-1775)

flores de deutzia, / solo a ellas les da el sol / en un día nublado