Entrega nº 92. 12 de agosto

– Cinco pares de eventos grandes y pequeños.

(Madera) En las hileras de árboles plantados en la Exposición de Osaka, al parecer, había unos cuantos de una especie cuyo nombre no recuerdo, ofrecidos por la Agencia de la Casa Imperial, cuyo crecimiento fue muy malo y no se hicieron lo suficientemente gruesos. Me hubiera gustado que se hubieran plantado gingkos, tal y como sugirió el grupo del Sr. Fukuba. Desde que escuché esa idea, me sorprendió su originalidad y sigo soñando con eso, pero, suponiendo que hagamos filas de gingkos, que no sea en la Exposición, sino en algún lugar permanente donde uno pudiera preservarlos para siempre, más de cincuenta o cien años, ¡eso sería muy atractivo! Pureza y frescura de las hojas jóvenes del verano, elegancia de los amarillos, especialmente entre finales de otoño y principios de invierno, muy diferente del follaje rojo de arces y toxicodendron, pero llenos de un atractivo indescriptible. Como las hojas de los gingkos caen en invierno, tienen un encanto desolado, que no se puede comparar con el de los árboles ordinarios. Además, estas hojas, no se contentan con combinar elegancia de forma y belleza de color, también tienen algo puro y natural que las hace resistir a los insectos, por lo que sería un gran refinamiento usarlas como adorno.

El verano pasado, atormentado día tras día por el calor, después de haber pasado el día abatido en mi cama de enfermo, cuando vi que la luz del sol proyectaba oblicuamente la sombra de los árboles en el suelo y un viento ligero hacía oscilar suavemente el cáliz blanco de las flores del yûgao, sentí una alegría indescriptible y sentía como volver a la vida normal de las personas. Como no puedo olvidar los sufrimientos del día o la felicidad de la noche, y es cierto que mi dolor es el doble que el del año pasado, me dije que tenía que ver al menos el blancor de las flores del yûgao, y compré varios brotes que había plantado frente a mi habitación de enfermo, pero ninguno de ellos prendió. No podemos limpiar y mantener el jardín adecuadamente debido al cuidado requerido por la enfermedad y, como el jardinero no viene, las ramas de los pinos y las flores se cruzan en todas direcciones, y los brotes jóvenes a la sombra no se pueden desarrollar. Cuando digo que por estas fechas sus flores blancas deberían ya flotar en el viento, me viene a la cabeza el recuerdo de esos hermosos brotes desaparecidos, y me siento atrapado por un celo inextinguible.

(Fuego) Me han dicho que, recientemente, una mina almacenada durante más de treinta años bajo el suelo en la guarnición del hospital de Fukuoka, explotó repentinamente, quemando y matando gente.

En casa, el carbón y la madera han sido empapados por la lluvia continua de los últimos días y no quieren quemarse, hagas lo que hagas. Debido a esto, la comida de la mañana siempre se retrasa.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Shiki comienza anunciando cinco pares de eventos: continuará en la próxima entrega.

– La referencia a los preparativos de una Exposición, son los de la V Exposición de Fomento para la Industria Nacional, que se organizó en Osaka en 1903.

– El Sr. Fukuba, es sin duda Fukuba Hayato (1856-1921), ingeniero agrónomo, especialista en parques y jardines. Por ejemplo, diseñó el Jardín Imperial Shinjuku (Shinjuku Gyoen), que se inauguró en 1906. También trabajó en el Parque de Hibiya, del que ya se hablara en la entrega nº 46 de 27 junio.

Toxicodendron es un género de árboles leñosos, arbustos y enredaderas. Todos los miembros del género producen un aceite llamado urushiol que es irritante para la piel, y que puede causar severas reacciones alérgicas; de ahí que el nombre científico signifique «árbol venenoso”.

– “Yûgao” es un tipo de calabaza, de flor blanca. Se trata de la planta llamada lagenaria vulgaris o lagenaria siceraria, conocida como calabaza del peregrino.

– El Hospital de Fukukoa está en la isla de Kyûshû, la tercera más grande de Japón.