- Sachio dice que Kakinomoto no Hitomaro era necesariamente un hombre corpulento, que sus poemas amplios, no podían ser obra de un hombre demacrado y nervioso. Pero Takashi afirma que Hitomaro era necesariamente una persona delgada, y que esto se deduce fácilmente del carácter de sus poemas, cargados de mono no aware. Pero Sachio, él mismo, es gordo, y Takashi delgado. Entiendo pues que todos tienen la costumbre de adjudicarse como de su misma forma personal, aquello que consideran bueno o les gusta de los demás, pensando que son idénticos a ellos. Por lo tanto, iniciado en esta controversia, Sachio afirma su punto de vista y explica por qué Hitomaro era necesariamente corpulento, mientras que Takashi responde que él era ciertamente delgado, pero no obstante robusto y de constitución sólida. Al escuchar esto, no puedo evitar reírme. De hecho, Takashi, aunque es delgado, practica culturismo a diario con otros cuantos “sandows” y hace todo lo que buenamente puede; por lo que parece algo más fuerte que la media de la gente. Así se compara a Hitomaro e imagina a este último según su propia figura. ¿No hay límite en la propensión de los humanos a hablar de otros tomándose ellos mismos como referencia?
- Las pinturas de Bunchô tratan de asuntos ordinarios, como por ejemplo las Siete Divinidades de la Fortuna o la Joya que cumple los deseos, pero incluso cuando pinta paisajes o retratos de hombres sabios o santos, sus obras siempre tienen algo trivial. Kazan, por otro lado, incluso cuando pinta a una cortesana o al chico de los recados, nunca tiene un trazo vulgar. Sin duda se debe a la nobleza de su personalidad. Gente como Bunchô no se le puede comparar.
- Cuando miramos el campo de Kantô, a nosotros, la gente del Oeste, nos parece que ellos están muy atrasados en todas las cosas. Sin embargo, hay dos cuestiones en las que Oriente nos gana sin cuestionamientos: la salsa de soja y la pasta de soja fermentada.
- Cosas célebres de Shimôsa: el Fudô de Narita, Sakura Sôgorô, Kikkôman y Noda (para la salsa de soja).
… comentarios al texto
– Itô Sachio (1864-1913): Como ya comentamos en el día cuarto, Itô Sachio (1864 – 1913) fue el seudónimo de Itô Kôjirô, poeta y novelista que cultivó waka y tanka, y uno de los amigos que cuidaron de Shiki hasta el final.
– Kakinomoto no Hitomaro (662 – 710) fue un poeta japonés del período Nara, designado como uno de los Treinta y seis poetas inmortales. Es uno de los poetas más prominentes del Man’yōshū.
– Los treinta y seis inmortales de la poesía son un grupo de poetas medievales japoneses seleccionados por Fujiwara no Kintô a comienzos del siglo XI, como los mejores ejemplos de la poesía japonesa hasta ese momento.
– El Man’yôshû, tras el Kojiki (712 d.C.) y el Nihon-shoki (720 d.C.), en el año 759 d.C., llegó el tercer libro más antiguo de Japón, y el primero escrito en japonés: el Man’yōshū, o “colección de las diez mil hojas (de árbol, no de papel)”. Es una recopilación de poemas japoneses, escrita usando caracteres chinos según su valor fonético y la sintaxis del japonés, en lo que se conoce como man’yôgana o “escritura man’yô”. Su importancia por lo tanto es capital, y fue una gran influencia para el nacimiento del hiragana y el katakana. Por lo que respecta a su contenido, el Man’yôshû incluye poemas de entre los siglos IV y VIII y en él están presentes los estilos propios de la lírica japonesa como la tanka o el chôka. Arthur Waley afirmó: “Hay un marcado paralelismo entre los poemas de la primera compilación de poesía japonesa, el Man’yôshû, y las coplas populares del sur de España”, afirmación que con frecuencia usamos como un argumento más para justificar que el haiku en castellano es posible.
– Nagatsuka Takashi (1879-1915), poeta y novelista de la vida campesina (La Tierra –Tsuchi-, 1910). Se formó con Shiki desde 1900 hasta 1902, cuando murió el maestro, resultando ser un gran discípulo en el campo de la waka.
– Mono no aware, literalmente «el pathos de las cosas», y también traducido como «una empatía hacia las cosas», o «una sensibilidad a lo efímero», es un término japonés para la conciencia de la impermanencia, o la brevedad de las cosas, y tanto una suave tristeza transitoria (o melancolía) sobre su paso, así como una más larga y profunda tristeza sobre la realidad de la vida (pero en realidad, es mucho más que eso). Frecuentemente traducido también como “el patetismo de las cosas”. Su sentido es tan trascendente, que bien merece la pena extendernos un poco más en él, y de ahí que al final de este texto, incluya una «nota a la nota». Muy recomendable para entender el haiku y en general la poesía japonesa.
– El término sandows, hace referencia al nombre del primer fisicoculturista de la historia, el prusiano Eugen Sandow, muy de moda en aquellos momentos en todo el mundo, y cuyo verdadero nombre era Friedrich Wilhelm Müller (1867-1925).
– Tani Bunchô (1763-1840) fue un gran pintor del final de la era Edo, de la escuela Nanga (o Bunjinga) que sirvió al poder, activo en diferentes géneros.
– Las Siete Divinidades de la fortuna (Shichi fukujin), son proveedoras populares de la suerte, que se embarcaron en la Nave del Tesoro (Takara-bune) y son : Ebisu, Daikokuten, Bishamonten, Benzaiten, Fukurokuju, Jurojin y Hotei.
– Símbolo del Buda y su enseñanza (mani cint en sánscrito), se toma con frecuencia por uno Bodhisattvas, especialmente Avalokiteshvara (Kanzeon / Kannon) y Ksitigarbha (Jizo Bosatsu).
– Bunchô pintaba hombres sabios o santos, siguiendo la tradición confuciana.
– Watanabe Kazan (1793-1841), fue un pintor, erudito y estadista japonés miembro de la clase samurái. Nació en una familia samurái pobre. Fue bastante influenciado por los estilos artísticos occidentales, razón por la cual creó un estilo único de pintura mediante la mezcla de elementos del arte europeo y japonés.
– Shimôsa es el anterior nombre del país, en parte correspondiente al actual departamento de Chiba, al este de Tokio.
– El Fudô de Narita es como normalmente se llama al templo de Shinsho-ji de la escuela budista Shingon, donde es venerada la figura de Fudô myôô (Rey de la ciencia inmutable).
– Kikkôman fue un campesino del siglo XVII, que llevó los reclamos de su pueblo a Edo. Ejecutado con su esposa e hijos, se volvió legendario, en el teatro kabuki por ejemplo.
– Luego Kikkôman se convirtió en una famosa marca de salsa de soja. La historia de la firma data del siglo XVII con la producción de salsa de soja en la ciudad de Noda, cuya ubicación favorable en las orillas del río Edo podía facilitar el acceso a las materias primas, así como la entrega rápida de la salsa de soja en la ciudad de Edo, en pleno apogeo. Los comerciantes holandeses descubrieron esta salsa y la enviaron a Europa, donde también aumentó la demanda. La sociedad actual, fue refundada en 1917.
NOTA A LA NOTA (SOBRE MONO NO AWARE)
Por abundar algo más en el importante concepto Mono No aware que Shiki refiere en su conversación sobre los poemas de Hitomaro.
Vicente Haya traduce, en el prólogo de “Haiku Tsumami-Gokoro”, la definición de Motôri Norinaga: «Aware es en esencia una expresión de hondo sentimiento en el corazón. Posteriormente, esta palabra ha sido usada para referirse solamente a un sentimiento triste, pero ésa es sólo una de las acepciones del término… Aware fue originalmente una exclamación para expresar cualquier sentimiento emocionante. Pertenecía a la misma categoría que ana y aya (ambas exclamaciones) (…) Aunque la gente frecuentemente concibe aware con el solo significado de tristeza, esto no es completamente correcto. Más adecuadamente, cualquier emoción profunda, sea feliz, alegre, triste o nostálgica, puede ser referida como aware«.
Haya se sumerge de forma profunda y extensa en el trascendental sentido de estas palabras para la cultura japonesa. En este sentido afirma que:
“La noción de aware, o más exactamente de mono no aware, médula de la poesía japonesa en general, es también fundamental para comprender el papel que juega «lo sagrado» en el haiku. El aware no es emoción exclusivamente estética o sentimental, sino de carácter espiritual, siempre considerando que en Oriente este calificativo es inseparable de los dos primeros (…) El término mono no aware, literalmente «el aware de las cosas», ha sido -equivocadamente a nuestro juicio- identificado por numerosos niponólogos con el latino lacrimae rerum. Según ello, el poeta al ver el sufrimiento de las cosas -de los seres del mundo- se contagia de tristeza y de ahí nace su poesía. Este sentido de mono no aware, muy japonés – ¡quién puede dudarlo! – y profundamente budista, no es aceptable como su más original significado para Motôri Norinaga, inventor del término”.
En la misma línea, Carlos Rubio afirma en “Claves y textos de la literatura japonesa. Una introducción” que «según Motôri Norinaga, aware consta de dos interjecciones, a y hare, usadas cuando el corazón es asaltado por una fuerte emoción. Juntas en la palabra aware, se usan para destacar la intensidad del sentimiento. Este puede ser de alegría, felicidad, admiración, horror, odio, amor, dolor, ira, celos, etc. […] Por otro lado, mono, literalmente <cosa> y que serviría para generalizar aware, haría que la expresión mono no aware significase algo como sentimiento profundo por las cosas o sensibilidad».
Abundando por otra vía en el sentido del término original, leemos en “Los valores estéticos en la cultura clásica japonesa” la traducción que hace Federico Lanzaco del comentario que Motôri Norinaga dedica al Genji Monogatari: “Murasaki Shikibu comprendió profundamente la honda emoción del mono-no-aware. (…) Todas las profundas emociones de nuestro mundo están contenidas en este monogatari. Así, esta obra literaria expresa de diferentes maneras todos los sentimientos que las personas pueden llegar a experimentar y provoca una honda emoción en los lectores”.
Por ello, debemos insistir: “Aware es en esencia una expresión de hondo sentimiento en el corazón. Posteriormente, esta palabra ha sido usada para referirse solamente a un sentimiento triste, pero esta es sólo una de las acepciones del término. Aware fue originalmente una exclamación para expresar cualquier sentimiento emocionante”.