III
D. Naturaleza y urbe
A diferencia de asimilación de la métrica del haiku a la musicalidad y la métrica de las lenguas mexicanas originarias, la inclusión de las temáticas estacionales es un rasgo poco asimilado. Una razón es que la naturaleza japonesa de las cuatro o cinco estaciones, salvo algunas excepciones, dista cultural y ecológicamente de las naturalezas de las regiones de México. En términos generales, la regla de la inclusión de palabras estacionales llamadas kigo, se decantó a una mera orientación por incluir a la naturaleza regional. Un gran reto pendiente en el haiku en castellano y lenguas mexicanas originarias es cómo emprender, asimilar o adaptar el llamado a la elaboración de un catálogo de palabras de la naturaleza-cultura propia de la región. Existen algunos intentos desde el castellano como la propuesta del Kiyose mexicano en línea de la página haiku kigo que se basan en el modelo japonés del catálogo kiyose y busca trasladar palabras de la naturaleza-cultura mexicana a un formato de cuatro estaciones.
La asunción del haiku como un género para relacionarse la naturaleza y la cultura tiene cada vez más protagonismo y aparece en todos los proyectos de haiku en lenguas mexicanas originarias, aunque se desdobla de maneras particulares. Para el poeta nahua José Carlos Monroy, esta relación con la naturaleza se aprecia en sus series de haikus que son un tipo de mapa poético de la naturaleza-cultura del Valle de México y que incluye los nombres nahuas y mestizos de los cerros de la Ciudad, las formas de la lluvia y el agua, el paisaje urbano y los rituales. José Carlos ha escrito dos series temáticas de haikus, de próxima publicación, una llamada Quiehuetl haiku (Haiku Lluvia)y la otra Tepetl haiku (Haiku Cerro) que dan a conocer la riqueza de topónimos y del léxico nahua relacionado a los cerros y la lluvia. En ellos también aparecen las ofrendas y rituales que forman parte de las relaciones que sobreviven entre algunas comunidades y estos cerros.
Desde una reflexión ecopoética, quizá es posible decir que los poemas de los cerros de la Ciudad de México de José Carlos tienen dos cualidades distintivas en su visión de la naturaleza: una visión animada de los cerros como sujetos con sentimiento y pensamiento, y la exposición del impacto que ha tenido y tiene el desarrollo urbano de la Ciudad de México sobre estos cerros. La serie Tepetl haiku nos muestra a los cerros cubiertos por barriadas, pintados con tiza, o en donde otros seres viven junto a la basura. En cierto sentido ecológico sus haikus son una alabanza a la naturaleza y a las culturas indígenas del Valle de México y a la vez nos muestran la realidad ecológica de un valle ocupado por la megalópolis moderna.
IX
Kuexomatl
Ikonpakkuilok
«TESOEM» ikatlalistak.
Ton kihtostepetl?
IX
Cerro de la caldera
Sobre la superficie de la olla
se escribió «TESOEM» con tiza.
¿Qué diría el cerro?
Para Antonio Guzmán, la naturaleza-cultura se desdobla en las tres secciones de su libro que son “la naturaleza, la muerte y la sociedad” e incluyen la mirada hacia la identidad de la región y la comunidad. En los haikus en tzotzil de Antonio López Hernández se siente una naturaleza ligada al canto del zenzontle y la voz del arroyo, y en este sentir el ser humano, se presenta a sí mismo como indio que renace de la noche. La relación con la naturaleza se repite también en los haikus mayas escritos por José Natividad IcXec y en el zapoteco de Pergentino José Ruiz, cabe llamar la atención que en este caso la luciérnaga, que es la luciérnaga maya y la zapoteca, tienen su correspondencia temática en los muchos haikus sobre luciérnagas japonesas. La naturaleza también es un asunto central que se desdobla comoanimales, milpa y cultura en los haikus de los niños y niñas tarahumaras. Uno de los desdobles de la naturaleza-cultura que está presente en varios de los haikus de estos poetas es la milpa y el maíz.
Ichísewáachi
se’olímaáamekoi’ni
a’pésia molí.
La milpa florea
las abejas vuelan
esparciendo polen
Natividad
Uno de los asuntos más importantes en las visiones del haiku escrito en lenguas mexicanas originarias es la milpa y el maíz. La milpa y el maíz son cultura-naturaleza tejida durante siglos por las comunidades originarias y sin duda nutren anchos ríos de conocimiento. Estos ríos fluyen generalmente por la oralidad y la vida cotidiana se vierten en las poéticas de estos haikus, y de paso en el castellano mexicano. A diferencia del haiku japonés que se ha dedicado con ahínco a una construcción de la naturaleza-cultura vía la forma visual y escrita, me parece que los haikus en lenguas mexicanas originarias recurren a sus propias construcciones orales y cotidianas de naturaleza-cultura, y desde allí inauguran un tipo de transmisión de ese contenido a la escritura. Algo así también ocurrió con la transmisión de los saberes y sensibilidades de la comunidades campesinas japonesas en la construcción de la naturaleza de las cuatro estaciones. La milpa y el maíz dan muestra de un legado robusto que vive en la visión de la naturaleza dentro de las lenguas mexicanas y que puede convertirse en una fuente muy rica del repertorio del vocabulario, el pensamiento y el imaginario poético del haiku en español. Ello vendrá de la mano con el interés de los mexicanos por conocer la riqueza en las tradiciones indígenas de la visiones de la naturaleza, naturaleza y poesía de la cual ellos también forman parte.
E. Haciendo un haiku popular en lenguas mexicanas originarias
He dicho anteriormente que la definición del maestro Enrique Servín emparenta al haiku con un canto pequeño. Esta definición tiene el buen tino de mostrarlo como un tipo de género poético popular. Efectivamente, el haiku japonés es un género popular y poseeuna musicalidad que lo ayuda a moverse en la oralidad (muchos haikus son conocidos y recitados de memoria). Esta definición abre un camino para los haikus en lenguas mexicanas originarias, pues lo presenta no restringido al cultivo intelectual y literario que se suele percibir como difícil y elitista. El libro de los haikus de niños y niñas tarahumaras nos muestra una estrategia creativa para sembrar el haiku-canto, moverlo en un circuito infantil y juvenil de las comunidades indígenas y vincularlo con las escuelas y la guía de talleristas. Además, parte dela vocación comunitaria y utilitaria del haiku como herramienta que ayuda a cultivar valores de apreciación de la naturaleza-cultura y a la transmisión y preservación de la identidad de los pueblos. Su estrategia recuerda a cómo los japoneses han implementado por varias vías el haiku como una forma de sensibilización y conciencia ecológica para los jóvenes y niños en todo el país, sin dejar a un lado el mérito literario y artístico. También recuerda a la labor del traductor español y especialista en haikus, Vicente Haya quien se ha dedicado a la promoción del haiku escrito por niñas y niños. Hay haikus en este libro que nos recuerdan la mirada fraterna hacia los animales de los haikus del maestro Kobayashi Issa. Por ejemplo, este haiku de Angelina:
Taáchipawíko
repáretéraliahtíi
¡másanako’á!
Pequeño ardillón
sentado en una piedra
¡come manzanas!
Angelina
El árbol del haiku crece y se fortalece en la visión popular y de los niños y adolescentes, y desde allí da alguna de sus más bellas flores. El haiku en lenguas mexicanas originarias también ha sabido nutrir esta cualidad en la semilla del haiku. Así, el tan celebrado espíritu del haiku sobre ranas, como las del estanque de Bashō, o las ranitas luchadoras de Issa, vuelve florecer en la contemplación de un niño tarahumara:
Nasiparawé
rabómuyéna remó
nolí kokayá.
A medio día
cantos de rana en el monte
se alzan las nubes.
Prisciliano
Yaxkin Melchy RamosYupari
26 de septiembre, Tsukuba
SELECCIÓN DE HAIKUS
Niñas y niños tarahumaras
Ra’íchalikó
ináchaniekárale
¡sewákocho’ló!
Palabras que
se oyen en el viento
¡flores marchitas!
Isidora
Ichísewáachi
se’olímaáamekoi’ni
a’pésia molí.
La milpa florea
las abejas vuelan
esparciendo polen
Natividad
Taáchipawíko
repáretéraliahtíi
¡másanako’á!
Pequeño ardillón
sentado en una piedra
¡come manzanas!
Angelina
Nasiparawé
rabómuyéna remó
nolí kokayá.
A medio día
cantos de rana en el monte
se alzan las nubes.
Prisciliano
José Carlos Monroy
De la serie Quiehuetl (Haiku Lluvia)
II
Ontetl
Iccetliztactic
quihuitequitlaltzintla
yuhteponaxtle.
Segundo
El granizo blanco
golpea abajo
como un teponaztle.
IV
Nauhtetl
Tzopelichcaton
ocatzaczoquitihca:
quiyehetlquipacaz.
Cuarto
Las ovejas de algodón
se mancharon con lodo:
la lluvia les lavará.
X
Matlactetl
Apihlenihzi
quimatocatlalticpac,
tlanehuetlahle.
Décimo
La llovizna rápido
acaricia el mundo,
huele a tierra.
XXI
Cempohuacentetl
Cruz huipiltihca,
nauhcampatlaticpactle.
Atzahtziliztle.
Vigésimo primero
La cruz con huipil,
cuatro rumbos del orbe.
Ruego del agua.
XIII
Cempohualextetl
Tocintzin Tata
quitetemohuaatlitic
Tocintzin Nana.
Vigésimo tercero
Nuestro padre maíz
busca dentro del agua
a nuestra madre maíz.
De la serie Tepetl(Haiku Cerro)
III
Xochitepek
Ipilxochikon
Xochimilko, xochtlalpan
namanxopantla.
III
Xochitepec
El florerito
de Xochimilco, sobre la tierra florida
ahora en tiempo de verdor.
V
Chapultepek
Chapohletepek
kitawahkameyaltin
wanchokakuika.
V
Chapultepec
El chapulín en el cerro
mira el manantial seco
y canta plañideramente.
VI
Tepeyakak
Tepetsonteko
nepan wan iyakompa…
Ton kitlachiaz?
VI
Tepeyac
El cerro-cabeza
aquí y más allá, su nariz…
¿Qué miraría?
IX
Kuexomatl
Ikonpakkuilok
«TESOEM» ikatlalistak.
Ton kihtostepetl?
IX
Cerro de la caldera
Sobre la superficie de la olla
se escribió «TESOEM» con tiza.
¿Qué diría el cerro?
XII
Tetlalmantsin
Ayotepetsin
kinechiaMestliapan…
Kaman walasatl?
XII
Cerro de la tortuga
La tortuguita-cerro
espera al lago de Texcoco…
¿Cuándo vendrá el agua?
XVIII
Sakatenko
Ohkarronalko
moxokoyotsinchoka
axtikmatokas.
XVIII
Cerro Zacatenco
Del otro lado de la autopista
tu hijo menor llora
porque ya no le acaricias.
Pergentino José Ruíz
De: DIS BIS (HAIKUS)
Le mbiolud
mbrexxnand
lendree
El niño llamó
a su mamá
en el cántaro
Xnind
re mbko’d
ndiesñimbe’d
Con la luz
de las luciérnagas
se oyen las pisadas del zorro
Antonio López Hernández – Hai-kú tzotzil
De Jo’onkutikno’ox (Nosotros los indios)
Ta jun la sob
Sk’ejimolbalunok’es
La slikesunkutik
Una mañana
Los cantos del Zensontle
Nos despertaron
Ti nichimalk’op
Taj ts’ibajchi’ukch’ich’ele
Sk’eoiktavinajel
Cuerpo del poema
Escribo con mi sangre
Cantos al cielo
P’ijchiayankutik
Ta ilinelak’ubale:
Ja’ jo’onkutik.
Y renacemos luz
De la rabiosa noche:
Sí, somos indios
Antonio Guzmán Gómez
Kuxinelbit’ilk’ajk’. Vivir como fuego
De la sección “Bitikkuxulmachaltalumk’inal / Naturaleza”
te ch’inkeremetike ya xtajinik
te winiketike ya x-a’tejik,
te kuxlejale ya xlaj.
los niños juegan
y los hombres trabajan,
la vida muere.
p’ijiltakinyabenal te’,
pejpenetiktasbajtelk’inal
tasbabalumilal.
sabia hojarasca,
mariposas eternas
sobre la tierra.
te sakilnichimetike,
ja’ slamanelk’inal
yu’un te pask’ope.
las blancas flores,
son imperios de paz
contra la guerra.
De la sección “Jp’ejsbak’ / Gotas de semilla”
ma’yuknichimalk’op
teme ma xbeen ta jch’uleltik
te ya’tajibale.
no habrá poesía
si no fluye en el alma
la preceptiva.
De la sección “Lajel / Muerte”
te bantixich’il te animae,
chanch’ixkantela ya xtil
te june ya x-ok’.
en el funeral,
cuatro cirios ardían
y uno lloraba.
Referencias y bibliografía de consulta.
Alejandro Aldana Sellschopp “Haikús, tankas y la forma breve tseltal” en Ojarasca
https://ojarasca.jornada.com.mx/2017/07/07/haikus-tankas-y-la-forma-breve-tseltal-9213.html
Antonio Guzmán. Kuxinelbit’ilk’ajk’ Vivir como fuego.Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas y Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas. Chiapas, México, 2016.
Antonio López Hernández. “Poesía desde Chiapas. Hai-kú tzotzil” en Ojarasca 56, diciembre de 2001
https://www.jornada.com.mx/2001/12/17/oja56-pagfinal.html?fbclid=IwAR1rC2oFikkaet1moPvxKJhukv0Xlc9_JK1x3sdA7XO3cgVJ13wGXUov8EE
Bernardo Colipán. “Bernardo ColipánFilgueira, poeta mapuche trabajando sueños” en Agencia Paco Urondo. 11 de febrero de 2017.
Canción de Chontal. Canciones antiguas de aborígenes mexicanos. (Trad. MasanosukeOguita). Tokio, Japón: Candelaria Sha, 1990.
Carlos Montemayor. Los poemas de Tsin Pau. México: Conaculta-Fonca, Gobierno del Estado de Chihuahua, Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2007.
Emiliano Robles “La Doñita”. Haikus indomestizos (Nahuatl – Castellano). ANIMAL/ Ediciones Autárticas. 25 de noviembre de 2014. https://issuu.com/poesiapolitica/docs/haikus_indomestizos_nahuatl
Herman Bellinghausen (Ed.) Insurrección de las palabras. Poetas contemporáneos en lenguas mexicanas. México: El Colegio de San Luis / Ítaca, 2018.
Jorge Miguel Cocom Pech. “El retorno literario de las voces antiguas en América” revista ISEES nº 8, diciembre 2010, p. 111-130
José Carlos Monroy. Quiehuetl haiku.
José Carlos Monroy. Tepetl haiku.
Martín Makawi (Ed.). Palabras y destellos. Haikus tarahumaras. Alas y Raíces Chihuahua, Chihuahua, México, 2018.
Martín Tonalmeyotl yAlejandra Piñeirúa “10 haikús de Matsuo Bashõ traducidos al náhuatl.” En NEOTRABA, 2 de abril de 2020.
http://neotraba.com/10-haikus-de-matsuo-basho-traducidos-al-nahuatl/
Martín Tonalmeyotl. “José Carlos Monroy” Entrevista en Ombligo de tierra. Ciudad de México: Código Radio, Secretaría de Cultura. 27 de enero de 2020.
http://www.codigoradio.cultura.cdmx.gob.mx/index.php/podcast/jose-carlos-monroy/
Nicole Genaille “HAIKUS MAYAS” en el blog Lechucita del monte. 21 de marzo de 2014.
http://nicougen.blogspot.com/2014/03/haikus-mayas.html
Pergentino José Ruiz. “Poema y haikús/di bis” en Ojarasca
https://ojarasca.jornada.com.mx/2017/03/10/poema-y-haikus-di-bis-8570.html
Pedro Favaron. Manantial Transparente. México: 20.20 editorial / Cactus del viento. 2016.
Taller Literario SyanKa’an “Aquí y ahora. Selección de haikus 俳句” (Coord. Ramón Iván Suárez Caamal) Bacalar, México: Ediciones Nave de Papel, (Colección Hojas de Bambú). 2014
Yásnaya Elena Aguilar Gil. “¿Literatura? ¿indígena?” en Letras Libres (en línea), 25 de marzo de 2015.
http://www.letraslibres.com/mexico-espana/libros/literatura-indigena
“Escribo textos que no puedes leer” en Este País (en línea) 20 de septiembre de 2020.
https://estepais.com/blogs/escribo-textos-que-no-puedes-leer/