Haibun 64
La mirada del niño
Son Los ojos del niño, junto con su sonrisa, los que anuncian lo maravilloso del descubrimiento de la naturaleza. Esta mañana de verano caminamos hasta el arroyo de la cañada, allí abundan los cangrejos autóctonos de rio de la región de Castilla La Mancha. Al acercamos al pilón que recoge el agua para abastecer al ganado, nos recibe el canto de las ranas; con las manos recogemos el agua del caño para saciar la sed y refrescarnos.
Con los pasos cercanos
salta una rana-
El susto del niño
Nos adentramos en el arroyo; no discurre una vereda constante siguiendo al agua. Vamos apartando los filamentos de las algas como si fuera un juego, las plantas enraizadas en el fondo no son un problema para sus pequeños pies, camina pisando por los declives que forma el curso del arroyo y sin apartar la mirada de todo lo que el agua arrastra. En la charca, formada por un meandro el abuelo introduce los reteles, el niño mete sus pequeñas manos entre los junquillos donde duermen los peces para que las trampas queden sujetas, hay que esperar unos minutos para que los cangrejos entren en el retel, cuando ya hay varios dentro, el niño grita ¡ya hay tres cangrejos! el abuelo saca el retel y el niño con las manos retira los cangrejos y así se va llenando el cubo.
En las manos del niño
los cangrejos
que devuelve al agua
Encarna Ortiz “Encarna”
Recas, Toledo (España)