… (Continúa del 109)
Caqui kueba
Kane ga naru nari
Hôryûji
Como un caqui
Y he ahí que la campana suena.
Templo Hôryû-ji
Al comentar sobre este poema, Hekigotô se pregunta que por qué no escribí:
Caqui kûte
kane naru oreba
Hôryûji
Mientras como un caqui
suena la campana.
Templo Hôryû-ji
Esta es una opinión con sentido común. Sin embargo, creo que el efecto del haiku, perdería fuerza.
Kiku no hana
Tenchôsetsu wa
Suginikeri
Flores de crisantemo
El aniversario del emperador
Ha pasado
A menudo he discutido problemas estacionales, pero aquí nuevamente hay una mala interpretación. Hago una referencia al “invierno”, entendido como el período que viene después de “el comienzo del invierno”, y también al cumpleaños del Emperador que es parte del otoño. El 5 o 6 de noviembre, estamos en pleno otoño. Yo no puse aquí en el haiku nada sobre un tema de octubre.
Kogarashi ya
Kane hikisuteshi
Michi no hata
Viento glacial –
Una campana abandonada
Al borde del camino
Mi idea es que el día cae sobre un camino donde se ha dejado una gran campana, que es para llevar al templo, y así esa campana, esa tarde-noche, permanecerá abandonada al lado del camino. Mi intención es contar ese paisaje, ese momento, y por lo tanto, sea una tarde anocheciendo, o sea ya bien entrada la noche, los fieles han regresado a su casa, y por supuesto, ya no hay nadie. Además, añado, mi idea es la de tomar ese paisaje lúgubre y desolado, al tiempo que el de una campana solitaria al borde de un camino. Y es por ello así, que yo lo asocio con ese viento helado.
Geta haite
Yuku ya yakeno no
Usuzuku yo
Calzando unos zuecos
¡Adelante! Sobre las ascuas
Luna velada del anochecer
Sobre la frase “calzando unos zuecos / ¡adelante!”, Hekigotô se hace algunas preguntas, pero mi idea es que, especialmente con zuecos de madera, uno puede caminar perfectamente sobre rescoldos de unas zarzas quemadas. Sin embargo, también es cierto que podría no tratarse necesariamente de eso. De todos modos, no es algo muy interesante.
Deru toki no
Kasa ni ochitaru
Shôbu kana
Al salir
Caídos en el paraguas
¡Unos ácoros!
Al comentar este poema, Hekigotô lo encuentra un poco atrevido, y no tengo nada que objetar. Sin embargo, si imaginamos que el paraguas, al tocar los ácoros, los hizo caer, no resulta tan arriesgado.
Nakiyamete
Tobu toki semi no
Miyuru nari
Al dejar de cantar,
Una cigarra vuela
Y se deja ver
Según el comentario, este poema tiene poco encanto. Es innegable. Sin embargo, reconozco que me cuesta un poco rechazarlo.
Tsunbo nari
Aki no yûbe no
Watashimori
Es sordo:
En la tarde de otoño,
El barquero del transbordador
El comentario hecho, afirma que este poema da la impresión de ser como una mala novela. Pregunté al crítico, quien me respondió que él imagina a alguien que le hace una pregunta al barquero y es entonces cuando comprende que es sordo. Yo, por mi parte, lo que quería decir es que alguien situado en una orilla, llama en vano al barquero situado al otro lado del río, ya que este es sordo. (Fin)
Notas del traductor y las fuentes
– No sabría decir si el primer haiku, el del caqui, la campana y el templo, se trata del haiku más conocido de Shiki traducido al castellano, pero sí lo es en inglés y en francés. Apareció por primera vez en el diario Kainan shinbun el 8 de noviembre de 1895, precedido por la indicación “En una parada, en una local de refrescos en Hôryû-ji”. Después de haber enfermado durante su viaje a China, tratado en Kôbe, Shiki pasó el verano recuperándose en Matsuyama. Es durante su viaje de regreso a Tokio, a fines de octubre, que hace un enlace en Nara, donde pasa unos días y compila este poema. Al principio no llama la atención, no se recoge luego en ninguna antología y además es criticado aquí por Hekigotô. Se hará famoso solo más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial.
– Según Lozerand “La diferencia entre el haiku de Shiki y lo que Hekigotô propone, es gramatical. En la versión de Shiki, se entiende que se produce la impresión de una secuencia automática, y aunque no haya una relación causal, sí transmite una relación de implicación entre los dos actos. Por ello se traduce al francés por “…et voilà…” (… y he ahí…). La propuesta de Hekigotô … ¡es una simple coincidencia temporal, prosaica y sin gran interés!”.
– Podría decirse también que Shiki escribe el haiku centrándolo en el sonido de la campana, que se produce, eso sí, mientras come un caqui. Por la otra parte, Hekigotô hubiera preferido poner el centro en el comer el caqui, y que mientras eso se produce y de forma más secundaria, suena una campana.
– Sobre este mismo haiku, Rodríguez-Izquierdo (El haiku japonés. Historia y traducción. Evolución y triunfo del haikai, breve poema sensitivo. Publicaciones de la Fundación Juan March, Madrid, 1972, pag. 387) explica literalmente su traducción del siguiente modo:
“Caqui / kueba Caqui / si como
kane / ga / naru / nari campana / (tópico) / ·tocar /
es
Hooryuuji templo de Hooryuu
Cuando como caqui
suena la campana
en el templo de Hooryuu
Shiki
«Kueba» es una forma de condicional o de circunstancia temporal no especificada. Entre «caqui», que es el objeto directo de «kueba», y este verbo se ha eludido el morfema indicador de objeto directo «WO». El gusto astringente de los caqui está expresado onomatopéyicamente por la abundancia de «k». Para Shiki era tal vez fruta prohibida, por su enfermedad. Cuando a pesar de todo la tomaba, el sonido de la campana del templo le traía pensamientos del más allá.
Sobre la campana de los templos, cf. (hk. 41 ).
«-nari» es una forma culta y literaria de terminación verbal. Equivale a la predicación de «es», y en nuestro haiku convierte en presente la forma desnuda de infinitivo «naru»”
- Por su parte, otro niponólogo, Carlos Rubio (La flor de Masaoka Shiki, HELA nº 10, sept. de 2018; pag. 29), hace el siguiente y más que interesante comentario en torno al poema, donde cuestiona la autenticidad del haiku que tanto propugnara Shiki con su sashei (para sashei ver “Shiki: aproximación al cómo vino, qué vio y por qué [con] venció”; en las notas de la entrega 45):
…“El año siguiente, 1895, y a pesar de su delicada salud, se alistó como corresponsal de guerra en la contienda contra China de ese año. Fue una estancia de poco más de un mes en la cual llegó a conocer a Mori Ôgai, el patriarca, junto con Sôseki, de la moderna literatura japonesa. Pero en la travesía de regreso, al parecer por la impresión de ver un tiburón, sufrió un violento esputo de sangre. Nada más desembarcar, fue traslado en estado crítico a un hospital de Kobe. Su familia llegó de Tokio resignada a darle el último adiós, pero para sorpresa de todos, se recuperó y el otoño de ese mismo año volvió a su ciudad natal, Matsuyama, y luego a Nara donde compuso uno de sus más celebrados poemas:
Caqui kueba Muerdo un caqui
kane ga naru nari y la campana oigo
Hôryû-ji de Hôryû-ji
Al parecer el lugar de composición no fue el templo mencionado en el tercer verso, sino el del Tôdai-ji. Convencido de que la atmósfera de Hôryû-ji era más tranquila que la más ruidosa del popular Tôdai-ji, el poeta cambió el nombre. ¿Una traición a su compromiso con el realismo del concepto de shasei?”.
– Este mismo haiku también es ampliamente comentado por Beichman J., la biógrafa de Shiki (Masaoka Shiki: His Life and Works. 2002, p. 54), y retomado más tarde por Trumbull, Ch.
Beichman también habla del cambio de templo que hizo Shiki, aunque por otros motivos; pero sobre todo, alude a la importancia de los sonidos en la pronunciación del haiku. La referencia completa es la siguiente:
… “El siguiente poema, también de 1895, es hoy el más conocido de todos los haiku de Shiki y puede ser citado por prácticamente cualquier graduado de secundaria japonés:
kaki kueba Muerdo un caqui
kane ga narunai y una campana suena
i Hôryûji templo Hôryûji (II, 325)
El poema se basa en la experiencia de Shiki de escuchar la campana del templo mientras mordía un caqui (su fruta favorita) en una tienda de té en Nara, sitio de muchos templos budistas antiguos. La campana que escuchó, sin embargo, era en realidad la del Templo Tôdaiji, no el Templo Hôryûji. El día después de su experiencia original, Shiki visitó el Hôryûji y decidió que sería un lugar más apropiado para su poema que el Tôdaiji, debido a sus famosos huertos de caqui. Esto, por supuesto, es un ejemplo muy literal del uso de la selección de Shiki en combinación con el realismo; pero el poema tiene elementos más sutiles. Entre estos, el uso hábil del sonido es más notable.
Al igual que en la última línea del otro poema del pavo real, el uso de los repetidos sonidos «k» en la primera línea de este poema, da un ritmo rígido y recortado, que aquí refuerza la idea de morder algo. Los sonidos rígidos y recortados comienzan a alargarse y extenderse con «narunar i» en la segunda línea y este proceso, sugiriendo el sonido resonante de una campana del templo, continúa con el largo, prolongado t doble «o» y doble «u «de Hoo-ryu u -ji.
La clave del poema es, sin lugar a duda, la yuxtaposición de la mordida y la campana. Sin embargo, esta yuxtaposición funciona en muchos niveles: estar entre la agudeza del acto de morder y el repique largo y suave de la campana, así como, en un nivel más metafísico, el momento mortal de un ser humano mordiendo un pedazo de fruta y la amplia y eterna extensión del tiempo simbolizada por la campana del antiguo templo.
Se puede decir que este haiku es el primero en el que Shiki logró, a través de una descripción realista, evocar una complejidad de significado que va más allá del realismo literal.”…
– Hôryû-ji (Templo de la Ley Floreciente) es un templo budista localizado en Ikaruga, prefectura de Nara. Su nombre completo es Hôryû Gakumonji (lit. Templo de la Enseñanza de la Ley Floreciente), ya que sirve de monasterio.
– Por su parte, Tôdai-ji (gran templo oriental), también es un templo budista que se encuentra en Nara. Alberga una estatua gigante del Buda Vairocana (llamado dainichi, que en japonés; significa “Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol”).
– Sobre el siguiente haiku en el que se cita el aniversario del Emperador, cabe decir que el 3 de noviembre, el día del nacimiento del emperador Meiji, fue designado como fiesta nacional por un decreto del 14 de octubre de 1873. Hoy, se celebra el Bunka no hi (Día de la Cultura),un día en el que se trata de promover actividades culturales, reemplazando así la festividad nacional anterior que conmemoraba el mencionado nacimiento del Emperador Meiji.
– Lo que Shiki está refiriendo al comentar su haiku cuando habla de “el comienzo del invierno”, es la “decimonovena división del ciclo de las estaciones”, lo que se corresponde a un período de aproximadamente dos semanas que comienza alrededor del 7 de noviembre del calendario gregoriano. La concepción occidental (y del norte en este caso) que hace que el invierno comience en el solsticio del 21 de diciembre, no es necesariamente la más relevante.
– Previamente, recordemos que cuando Shiki utiliza la palabra “crisantemo (kiku)” está usando una palabra estacional (kigo) que indica otoño. Shiki explica a Hekigotô, que parece haber criticado un posible “doble kigo”, siendo además ambos contradictorios entre sí, el por qué lo ha hecho. Parece establecer una secuencia “otoño—comienzo del invierno—invierno”.
– En el siguiente haiku, se ha traducido finalmente “kogarashi ya” por el llamado viento glacial, que es un viento fuerte y frío del norte u oeste que sopla a finales de otoño y principios de invierno. Es uno de los primeros vientos realmente fríos, cuando las últimas hojas son definitivamente barridas de los árboles. Literalmente significa “árbol con el que se va”. En el período Edo, el kogarashi se usaba para kigo del otoño o del invierno, pero ahora es un kigo para principios del invierno. Hay traductores que traducen kogarashi por viento que arranca las hojas, viento devastador, tormenta de invierno, ráfaga de invierno, etc.
Shiki tiene algún haiku más con ese primer verso:
kogarashi ya
hoshi fuki-kobosu
umi no ue
viento glacial:
¡qué dispersas las estrellas
sobre el mar!
Además de Shiki, también los otros tres grandes maestros han escrito haikus que tienen como primer verso kogarashi ya, como por ejemplo:
Bashô:
kogarashi ya
hoho bare itamu
hito no kao
viento glacial:
mejillas hinchadas y doloridas
en todas las caras
-.-
kogarashi ya
Take ni kakurete
Shizumarinu
viento glacial:
al adentrarse entre los bambúes
empieza a calmarse
Yosa Buson
viento glacial,
el tropiezo de una mula
ya de regreso
Issa
kogarashi ya
iwashi o kurumu
kashiwa no ha
viento glacial,
con una gran hoja de roble
envuelve una sardina
-.-
viento glacial,
una choza de prostitutas
que cobran veinticuatro monedas
Pero también han comenzado sus haikus con “kogarashi ya” otros muchos haijines. Como pequeña muestra:
Soseki
kogarashi ya
umi ni yuhi wo
fuki-otosu
viento glacial…
la puesta de sol
sobre el mar
Hasegawa Reyoko
kogarashi ya
ishi fuki-tobasu
Ohi-gawa
viento glacial
soplando sobre las rocas
del río Ohi-gawa
– En otro haiku, se traduce por zuecos los llamados “geta” japoneses: un calzado de gruesa suela de madera que podríamos calificar de “mitad zueco mitad sandalia”.
– Al hablar de ácoros, Shiki se refiere a la Acorus calamus, llamada shôbu en japonés. Es una planta que se asemeja a los juncos y posee hojas largas de bordes afilados, muy apuntadas. Las flores son pequeñas, de color verde amarillento, y se presentan en forma de espiral. Se ha utilizado por su fragancia y como droga psicotrópica. Su raíz se empleaba como anestésico y estimulante contra la fatiga por la asarona que contiene; en dosis mayores, produce efectos alucinógenos. Walt Whitman empleó ésta, o la raíz del estrechamente emparentado Acorus americanus. Figuraba igualmente en las pociones psicotrópicas preparadas por las llamadas brujas europeas durante la Edad Media.