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Dejar de ser los protagonistas

Introducción

En el prólogo del libro “Nieve, luna, flores” de José María Bermejo, leemos: “La engañosa facilidad del poema ha inundado las antologías con millones de frivolidades”, el mismo Bashô había dicho que una vida entera apenas da para unas cuantas iluminaciones: “El que crea de tres a cinco “haikus” durante su vida es un poeta de “haiku”. El que llega a diez es un maestro.”

Evidentemente un conocimiento poco profundo del tema nos lleva a escribir mal, y puede ser poco profundo aunque se hayan leído varios libros sobre el tema y se tengan conocimientos “intelectuales”. No en vano un viejo texto chino da esta pauta, tan válida para el pintor como para el poeta: “Dibuja bambúes durante diez años, hazte un bambú; después olvida todo lo que sepas de bambúes mientras estás dibujando.”

O sea que, si bien estamos ante una forma de poesía sencilla, porque al haiku la sencillez le es tan fundamental como sus pocas sílabas, no es menos cierto que la sencillez del haiku no es fácil, que su facilidad solo es aparente. Un signo de la riqueza del haiku lo encontramos en las paradojas que constituyen su esencia: utiliza la palabra para transmitir lo que no se puede decir con palabras, transmite un instante y en ese instante la misma eternidad, se sirve de lo concreto para llegar al símbolo, de la sensación para atraer lo espiritual.

En estas entregas trataré de compartir esa parte de aprendizaje, intuiciones y reflexiones que estoy transitando, pues para llegar a expresar nuestras percepciones en forma de poema haiku debemos embarcarnos en un camino de despojamiento, de trabajo interior que nos lleve a disolver nuestro ego y nuestra vanidad para no volcar en nuestros intentos de haikus todo lo que debe callarse.

 

Dejar de ser los protagonistas

 “Una de las funciones del haiku es transformarnos, abandonar

nuestros laberintos mentales y oxigenar nuestro mundo interior”

Vicente Haya

  

Dejar de ser los protagonistas de nuestros haikus no es algo que resulte fácil, principalmente porque estamos acostumbrados a que todo gire en torno nuestro. Incluso, puede llevarnos trabajo reconocer que nos hemos priorizado sobre el resto de cosas que están sucediendo en ese mismo momento y en ese mismo lugar.

Por dar un ejemplo, en este haiku:

 

El perro arrastra

hasta mis pies helados

la rama con nieve.

 

puede parecer que el frío es el protagonista, y por ende la rama, el perro y la nieve. Y, sin embargo, el “yo” no solo está presente sino que toma relevancia y salta a un primer plano en esos “pies helados”.

Quitarnos de en medio, dejar de ser el tema de nuestros haikus, es una de las primeras tareas que debemos afrontar si deseamos si deseamos escribir con haimi, con sabor de haiku. Para conseguirlo debemos dejar de creernos el centro del mundo; es entonces cuando, tal vez, de esa misma vivencia podremos escribir algo así:

 

La rama con nieve

que el perro arrastra

va perdiendo la nieve

 

Porque cuando uno se sabe solo un elemento más de una escena, se pueden ver otras cosas que suceden. Cosas que si somos los protagonistas, perdemos de vivir conscientemente. Para que nuestros “pies helados” no sean lo más importante de un momento vivido, debemos considerarnos una parte más del todo, y así “la rama con nieve que va perdiendo la nieve” captará nuestra atención, nos permitirá vislumbrar un pellizco de lo inefable, sentir un aware más profundo.

 

Mientras llevemos el “yo” a cuestas nos empeñaremos en decir lo que pensamos, lo que queremos, lo que sentimos. Por ello, cuando nos iniciamos en el “camino del haiku”, una de las primeras cosas sobre la que debemos trabajar es sobre nuestro “yo”; un buen maestro nos ayudará a entrar en ese proceso de desprendimiento de capas de importancia y de soberbia desde las que es imposible escribir uno de estos breves poemas y pretender que sea un haiku.

 

Solo cuando no nos consideremos el centro de nada, aquello que escribimos y que parece representar solo una escena objetiva, y que de hecho lo hace, tendrá profundidad y significado; pero para lograrlo el poeta debe estar embarcado en un camino de despojamiento que le permita percibir el mundo. Sentir el mundo para ser capaz de asombrarse con sencillez por la vida que se manifiesta. Esa “vida” que hace posible el asombro, la conmoción, el aware, que intentará transmitir en su poema. Esto es lo maravilloso del camino del haiku, nos va mostrando el mundo, nos va puliendo, nos amplía la mirada, y nos vamos relegando, mixturando con la vida.

 

Doce

El ábrego ya se cansó de jugar con las hojas… La lluvia anuncia lo que está por venir. A lo lejos pueden verse en las montañas las primeras nieves… Hace frío… un frío que no se si ha llegado de lejos o siempre ha estado dentro de mí…

Atrás quedó la calidez del “viento de las castañas”, ahora sopla un viento nuevo, del noroeste… siempre enérgico, siempre lleno de incertidumbre. Trae nubes densas, voraces, que se tragan, presurosas, cualquier indicio de luz… Llega el invierno y con él miles de pequeños pájaros que dejaron atrás cientos de kilómetros. Petirrojos, mosquiteros, lavanderas enlutadas… no sé si los empuja el frío… no sé si el frío llega prendido en sus diminutas alas… no sé…

Camino junto al río. Una bandada de azulones nada entre los jirones de la bruma que flota sobre la superficie del agua. Todo late a un ritmo lento… el paisaje se atisba semidormido en un sueño teñido en blanco y negro… La vida, agazapada en el silencio, aguarda la llegada de otros vientos… Respiro, profundo… se disipa en el aire el vaho que sale de mi boca… por un instante la bandada de azulones parece nadar entre los jirones que deja mi aliento.

La niebla tiene mucho de misterio, todo lo que está al alcance de la mano es diáfano, sin embargo, al mirar más allá nada es fácil de discernir; bastan unos pocos pasos para que aquello que asomaba distorsionado se vuelva nítido y aquello que teníamos como certeza se torne incertidumbre…

Camino, paso a paso… El invierno será largo, quizás muy largo… mas siempre volverán a soplar nuevos vientos de primavera…

 

Nada parece lo mismo…

En la casa derruida

ha crecido un árbol

 

Dedicado a “Tíni”

Asturias, donde la tierra siempre es verde.

Entrega nº 32. 13 de junio

– No me importa no tener utensilios de lujo, pero sí es cierto que aún quería tener una piedra de tinta de buena calidad. Sin embargo, como había escuchado que si no llego a la irónica suma de dos o tres yenes no encontraría nada bueno, había abandonado la ilusión. Pero no sé por qué, recientemente la idea me había vuelto a la cabeza, más insistente, de nuevo, aunque sé que es completamente ridículo para alguien en mi situación, gastar tanto dinero, y por tanto debo quedar satisfecho con una tinta de piedra común, de diez o quince centavos.

Fue entonces cuando Hekigotô llegó con la piedra de Kitô, su hermano mayor fallecido, que en su momento reclamó. En un lado se socava un rectángulo, en el otro hay hojas de platanero talladas. No creo que el material sea de una calidad demasiado excepcional, pero esta piedra que seguramente ni siquiera llegue a los quince centavos, tal vez sea mejor, pues es de las que se venden en las Ferias-Exposiciones, y además es un recuerdo de Kitô. Por todo ello despierta en mí nostalgia, y yo, la miro atentamente, mañana y noche, a mi lado, junto a mi cabecera.

La tinta líquida,

secándose sobre las hojas enrolladas

del platanero

Bokuju no / Kawaku bashô no / Makiba kana

-.-

 

Peonias herbáceas.

Se dispersa el polvo*

en el tintero

                                                            *ralladura de la piedra de tinta

Shakuyaku wa / Chirite suzuri / Hokori kana

-.-

 

Lluvias del quinto mes.

Tal vez pida prestada

una buena piedra de tinta

Samidare ya / Yoki suzuriishi / Kari etari

 -.-

Notas del traductor y las fuentes

 

– E. Lozerand, el traductor de Shiki, llama al hermano de Hekigotô, Takemura Kitô. Por el contrario, su biógrafa J. Beichman, le llama Takemura Kôtô. Respeto el nombre usado según la fuente.

– Takemura Kitô (1866-1901), era el hermano mayor de Kawahigashi Hekigotô, y un amigo cercano de Shiki. Se dedicó a un importante trabajo lexicográfico que interrumpió su muerte prematura.

Shiki le dedica una entrada (la del 7 de febrero de 1901) en su anterior diario titulado Una gota de tinta. Reproduzco a continuación, en castellano, dicha entrada.

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–7 de febrero (en Una Gota de Tinta)

Los diccionarios del idioma japonés han progresado lentamente desde el Genkai, pero aún deben perfeccionarse, no hace falta decirlo. Mi amigo Takemura Kôtô (Tan) siempre fue muy consciente de esto, y su mayor deseo era dedicar su vida a la creación de un diccionario completo e íntegro. Debía incluir todas las palabras especializadas y técnicas, además de las del lenguaje coloquial. Y la historia de cada palabra (su origen y cambios en el significado) también debía ser explicada. Sin embargo, él no tenía los recursos financieros necesarios para un proyecto tan grande, así que cuando la editorial Fuzambô le prometió la oportunidad de compilar uno bajo sus auspicios, se fue a trabajar allí provisionalmente. Sin embargo, lo saturaron con trabajos para libros de texto, y no pudo cumplir con su ambición. Finalmente se fue, y en primavera del año pasado se convirtió en profesor de la Escuela Normal Superior de Mujeres. En septiembre, contrajo tuberculosis e ingresó en el Hospital de la Cruz Roja. Hicieron todo lo que pudieron, pero nada ayudó. El primero de febrero de este año ingresó en el reino de los muertos.

¿Me duele por él, que no pudo compilar un buen diccionario para la sociedad, o lo siento por mi vínculo con él, roto en una mañana? Ni él, ni yo ni nadie, podía pensar que moriría antes que yo. Mi viejo maestro Kawahigashi Seikei tuvo cinco hijos. Kôtô fue el tercero. La familia Takemura lo adoptó. El cuarto es Kazen, el quinto Hekigotô. Kôtô tuvo tres hijos, todos aún jóvenes.

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  • Las Ferias-Exposiciones a las que Shiki hacer referencia, eran unos eventos comerciales típicos de ya entrada la Era Meiji (1868-1912) y Taishô (1912-1926), destinados a fomentar el comercio y la industria. La primera tuvo lugar en 1877.

Entrega nº 31. 12 de junio

En un libro de texto para escuelas superiores femeninas, se ha incluido un texto de Ishikawa. En él, se hace una referencia a un lugar de muy dudosa reputación de Ryogoku, llamado Yotsume-ya. De repente, se ha provocado un escándalo y se ha culpado, o al autor del libro de texto, o a los funcionarios de la Junta de Aprobación. Pero, en mi opinión, incluso habiendo grados de culpabilidad, el enfoque de la crítica elegido por los censores, señalando, bien la negligencia del autor, bien la de los funcionarios, es incorrecto. Hubiera sido mejor hacerla desde otro punto de vista. De hecho, es su ignorancia la que debe ser cuestionada. Apuesto a que probablemente, ni uno ni otros sabían qué era Yotsume-ya: por eso el primero lo mencionó en su libro de texto y por eso mismo también, los otros le dieron permiso.

Así, si es su ignorancia lo que provocó este desafortunado resultado, ¿no es más bien eso lo que se debería criticar? Hasta ahora, los especialistas en literatura nacional, o aquellos pertenecientes a los Kokugaku (estudios nacionales), solo han dedicado sus esfuerzos al estudio del Cuento de Genji o a Notas de almohada; y aun estando en tiempos modernos, solo les interesa lo de entonces. Al comienzo del Clan Tokugawa, se contentaban con despreciar a todos lo demás, rechazarlos y no prestarles atención, de modo que ocho o nueve de cada diez, ignoran por completo trescientos años de literatura. En este incidente de Yotsume-ya, su ignorancia no es muy grave en sí misma, y ​​no hay que echar más leña al fuego, pero en realidad, si vamos un poco más lejos, este episodio atestigua claramente los efectos producidos por la ausencia de cualquier investigación en la literatura en la etapa de los Tokugawa: es por eso que deseo denigrar lo más posible la incompetencia de estos especialistas de la literatura pseudo-clásica. Nos debe sorprender, en particular, la grosería de un autor de libros de texto que cita algo en su trabajo, sin siquiera comprender su significado. Los especialistas en literatura, deberían aprovechar la oportunidad de generar un riguroso examen de conciencia.

 

Notas del traductor y las fuentes

 

Ishikawa Masamochi (1753-1830), fue un erudito, estudioso de Kokugaku (escuela de filología y filosofía japonesas que se originó durante el período del shogunato Tokugawa que estudiaba principalmente a los clásicos japoneses, de la que se habla más adelante) y escritor de libros yomihon y kyôka.

– El clan Tokugawa fue uno de los clanes más poderosos de Japón. Alcanzaron el dominio de Japón durante el período Edo, en donde establecerían el shogunato Tokugawa entre 1603 y 1868.

Kyōka («salvaje» o «poesía loca») es un subgénero paródico popular la poesía japonesa tanka, con un metro pues de 5-7-5-7-7, una waka cómica. La forma floreció durante el período Edo (siglos XVII-XVIII) y alcanzó su cenit durante la era Tenmei (1781–1789). De la misma manera que los poetas en el estilo kanshi (poesía china de los poetas japoneses) escribieron poemas humorísticos kyōshi (ver más abajo), los poetas en el estilo japonés waka, compusieron poemas humorísticos en el estilo de 31 sílabas. El estudioso de la literatura japonesa Tanaka Rokuo, sugiere que el estilo se puede haber inspirado en los gishôka (笑 歌 = «verso juguetón y burlón»), una poesía escrita para leerse a los invitados de un banquete, donde se leían en una atmósfera similar a la de una barbacoa.

Kyôshi es una forma de poesía japonesa que usa caracteres chinos y fue popular entre 1770 y 1800. Los Kyôshi evitan las formas poéticas típicas, y con frecuencia incluyen expresiones humorísticas y juegos de palabras o de doble sentido. La forma está principalmente relacionada con la ya referida kyôka y con el kyôbun, una forma de escritura en prosa que también usa solo caracteres chinos, principalmente escrita por samurái y gente del pueblo (chônin).

– Las Escuelas Superiores femeninas a las que Shiki se refiere, se establecieron en Japón en 1899, y recibían niñas y jóvenes de entre 10 y 16 años.

– El lugar llamado Yotsume-ya, era un famoso negocio especializado en la venta de afrodisíacos y utensilios eróticos, y estaba ubicado en el corazón de Tokio, cerca del puente de las Dos Provincias (Ryogoku).

– Antes, desde 1886, los libros de texto requerían la aprobación oficial de la llamada Junta de Aprobación. Desde 1903, y hasta 1947, fueron redactados directamente por el ministerio.

– Los Kokugaku o «estudios nacionales», como se ha dicho anteriormente forman una corriente intelectual, floreciente en el siglo XVIII, basada en el deseo de reenfocar todos los estudios hacia los textos originarios que hablaban de la supuesta «alma japonesa», como la Crónica de las cosas antiguas (Kojiki) del siglo VIII, comentado por Motoori Norinaga, pero también el Cuento de Genji. Los estudios de literatura nacional, desarrollados a mediados de la era Meiji, a fines de la década de 1880, han mantenido una particular reverencia por esta literatura del período Heian, tratándola como una verdadera Edad de Oro. Mantenían un desprecio por las obras de cualquier otra época.

Kojiki (o Furukotofumi) es el libro histórico más antiguo que se conserva sobre la historia de Japón. Literalmente, significa «registro de cosas antiguas». Este menciona a otra compilación más vieja que se dice fue destruida por el fuego. Según el prólogo, el libro fue presentado por O no Yasumaro basándose en una historia memorizada por Hieda no Are en 712, bajo la orden de la Corte Imperial de Emperatriz Genmei. Al Kojiki le sigue el Nihonshoki.

Motoori Norinaga (1730-1801) fue un erudito japonés del Kokugaku durante la era Edo. Es probablemente el más conocido y prominente de los eruditos en esta tradición. Su estudio sobre Kojiki es muy reconocido.

– El Cuento de Genji (Genji Monogatari), generalmente traducido como Novela de Genji, Romance de Genji o Historia de Genji, es una novela clásica de la literatura japonesa, considerada por muchos como la novela más antigua de la historia, escrita alrededor del año 1000 por Murasaki Shikibu.

– El libro de la almohada (Makura no Sôshi), que puedes descargar clicando aquí, es un diario escrito por la autora japonesa Sei Shônagon, dama de la corte de la emperatriz Sadako (no confundir con la emperatriz Timei – Sadako Kujô-), hacia el año 1000, durante la era Heian. Posiblemente sea el nikki (o diario íntimo) más famoso de la literatura japonesa.

Suigen

人の世は此山陰も湯哉
hito no yo wa kono yama kage mo waka yu kana

mundo terrenal…

incluso en la sombra de la montaña

el agua tibia de Año Nuevo

                                                                              Issa Kobayashi

Termina el segundo día del año. Tomamos el último café del día hecho con el agua que recogimos del manantial de Shirakawa Suigen.

La pureza de esa agua que mana sin cesar a unos catorce grados centígrados es famosa en todo Japón. Los torii, los santuarios shintoistas, diseminados por el lugar así lo atestiguan. La pureza tan fundamental en el shintoismo, aquí se bebe, se respira, se vive.

La nieve cubre casi todo el paisaje, con su silencio, con su blancura entre el cielo y la tierra, aliento irreal, inmaculado. Las montañas lejanas apenas se perciben entre las nubes.

Sobre un banco junto al manantial cascabeles de varios tamaños muestran signos evidentes de haber estado bajo el agua. ¿Quién los sacaría de allí? ¿Quién los echaría? ¿Por qué? Quizá alguna ofrenda… Quizá solo un acto tan natural y sencillo como la nieve que cae. Sin más. Sin quién, sin por qué. Cubriendo poco a poco, mansamente, los campos y las sendas, el mundo entero. Salvo el agua.

Las piedrecillas y las algas del fondo son perfectamente identificables, una a una, a pesar de la profundidad. Es un agua que parece no estar. Y sin embargo…

Aquí, ya de vuelta en Kumamoto, en casa, sabe a nada el agua del manantial. La nieve, el aire casi blanco, la quietud de las montañas está en ella. Sin estar.

Pienso en el río Shirakawa atravesando la ciudad a esta hora de la noche, en silencio. Arrastrando en él la pureza del agua que nace del corazón tibio de la tierra.

 

Diciembre 2018

Luna llena…

A la orilla del mar

solo mi padre

 

Laura Mendoza Gómez (15 años)

C. Diocesano de Albacete

-.-

Aguas sucias…

Insectos rojos y azules

en su superficie.

 

Cristina Sola Trujillo (16 años)

C. Diocesano de Albacete

-.-

Mañana de verano…

En el asiento de piedra

¡un murciélago!

 

Alejandro Prior Pérez (15 años)

C. Diocesano de Albacete

-.-

Tarde nublada.

Solo el eco del canto

de los pájaros.

Elena Layón 2º ESO (14 años)

C. DIOCESANO (Albacete)

-.-

Diciembre 2018

Calendario Oriental

Copilación de Haikus contemporáneos de haijines/as actuales

 

A las Lunas, Lunitas, Luneras… a las haijinas de:

“Trece Lunas Antología de la mujer y la luna”

 

Ana Victoria Añón Roig

Ana María López Navajas

Ana Rosa Esteban

Anna Maria Santolaria Barrio “Estela”

Isabel Rodríguez Mas “Isa”

Leticia Sicilia Saavedra “Hadaverde”

Lita Gómez Terrón “Litago”

Llanos Guillén Torres

María Jesús Pérez Núñez

Mercedes Pérez Pérez “Kotori”

Antonia Sánchez Verdejo “Diente de león”

Verónica Aranda Casado

María Rosario Ortolá Reig “Xaro la-Destellos”

Y a nuestro Sol, Grego Dávila

  

hojas en la acera…

con el dedo la niña

señala al gato

-Mª Rosario Ortolá “Xaro la-Destellos”

(Alicante-España)

 

A todos l@s haijin@s citad@s y por citar en este rinconcito dedicado

a los haikus contemporáneos-actuales

Salud

TIGRE/ GATO

Gat@s, gatit@s, gataz@s, minin@s, micifus, gatic@s, marramiaus…Tigres, tigresas, tigritos, tigretones, tigrazo…

“Un tigre, dos tigres, tres tigres”

 

Los nativos en el año de estos animalitos de Dios son por excelencia dinámicos y llenos de una gran energía, su fuerte carácter les hace infundir respeto. Son luchadores natos y cuando se ponen un objetivo entre ceja y ceja se dirigen a él solo como un felino sabe ir a por la presa. Impacientes y en ocasiones demasiado rebeldes entran en acción sin reflexionar por su extremada impaciencia.

Directos y contundentes, al tigre le gusta la gente interesante que les aporte cosas y odian la mezquindad. Pese a su aspecto duro, los nacidos en el año del tigre son muy cariñosos y les gusta sentirse seductores.

Los nacidos en el año del tigre son buenos amigos con los que puedes contar cuando necesites ayuda, aunque a ellos les cuesta pedirla y tienen un gran espíritu protector con las personas a las que aprecia-

Su espíritu emprendedor y su gusto por los retos hacen que sea la persona ideal para despegar nuevos proyectos, sobre todo si son innovadores, son unos todoterreno y se atreven con cualquier cosa.Katsushika Hokusai 葛飾 北斎 (1760 -849)

(relieve sobre madera)

 

Takahashi Shōtei 高橋松亭 (1871–1945) 

 

Nuestros Haikus

  

Tigre/gato de Fuego

 

paseo al sol:

un gato negro y tuerto

ahí, mirándonos

-Frutos Soriano

(Albacete-España)

 

*

la gata acecha

el rodar de un madroño…

puesta de sol

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Amamantando

lame la gata a sus crías

Calima nocturna.

– Sergio Pinteño “Barbarroja”

(Cádiz-España)

 

Tigre/gato de Tierra

 

atardece

entre las hojas de calabaza

el gato que nos seguía

– Felix Arce momiji

(Soria-España)

 

*

crece la sombra

de la tierra en la luna,

calla hasta el gato.

-“Maramín”

(Valencia)

 

*

 

atardece,

la gata mira muy quieta

su propia sombra

– Felix Arce momiji

(Soria-España)

*

Senda entre jaras

la mirada de un gato

de color tierra.

-Toñi Sánchez Verdejo “Diente de León”

(Albacete-España)

 

Tigre/gato de Hierro

 

parece dormido…

sobre el gato de la cuneta

las hojas

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Por la cornisa,

un gato con arcadas

de trecho en trecho

Juan Francisco Pérez “Raijo”

(Murcia-España)

 

*

en el arcén

una piel de gato

pudriéndose al sol

-Rogelio Rodríguez Cáceres “Viento”

(Málaga-España)

 

*

ruido de tren…

cruza la vía muerta

un gato flaco

-Xaro Ortolá “Xaro la-Destellos”

(Alicante-España)

 

Tigre/gato de Aire

 

noche invernal…

la gata entra en casa

oliendo a hojas

-Mercedes Pérez “Kotori”

(Madrid-España)

 

*

Se estira el gato

olisqueando el aire,

la primavera.

Susana Benet “Palmira”

(Valencia-España)

 

*

No se ve al gato

que maúlla en la plaza.

Olor a jazmín.

Mercedes Zayas

(Albacete-España)

 

*

olor a azahar

y a orines de gato

jardín de nadie

-Eva comas

(Sevilla-España)

 

Tigre/gato de Agua

 

Sol en la lluvia.

El gatico lame

las hojas del jazmín

-Mª V. Porras “Mavi”

(Murcia-España)

 

*

lluvia nocturna…

la gata en su cojín

vuelve a roncar

Xaro Ortolá

(Alicante-España)

 

*

Llovizna de octubre

la gata cambia de lugar

los gatitos descubiertos

-Julia Guzmán “Aniko”

(Córdoba-Argentina)

 

*

Navidad.

El gato hace pis

en la bañera…

– Jorge Alberto Giallorenzi “Hitotsu”

(Argentina)

 

 

Tigre/gato de Madera

 

Con qué elegancia,

de un salto, el gato viejo

sube a la mesa.

Susana Benet “Palmira”

(Valencia-España)

 

*

 

Del matorral,

un gato arisco

con flores adheridas

Juan Francisco Pérez “Raijo”

(Murcia-España)

 

*

Un gato negro

echado en un montón

de hojas amarillas

-Sandra Pérez

(Buenos Aires-Argentina)

 

*

Año Nuevo…

en el plato del gato

el mismo pienso

– Xaro Ortolá “Destellos”

(Alicante-España)

 

Pintura de Hiroshigue III Utagawa (1842-1894)

Título: 

お うた あわせ

O uta awase

“Cantando juntos. Recopilación de versos”

  

Querid@s compañer@s pues hasta aquí hemos llegado, gracias a tod@s por dejarme compartir vuestros hermosos haikus uniendo energías para caminar por esta

noble senda del haiku-dô

 

Me despido de vosotros con este haiku de Issa 小林一茶

Sentado aquí,
como uno de nosotros,
el gato: fin de Año

-Kobayashi Issa (1763 -1827)

 

Felices Fiestas y un muy Próspero y Auspicioso Año Nuevo

 

Salud Haijin@s del mundo

 

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Entrega nº 30. 11 de junio

  • Sentirte acorralado y descubrir por primera vez un sentido a la vida; mientras que, a la inversa, sin haber acabado todavía con todos tus recursos, poder caer en sentirte fácilmente en peligro de muerte.
  • Aquí vive alguien que sabe de pesca. Solo con ver la foto de un curso de agua, él podría sentenciar: «En este río seguramente hay ayus».
  • Esta casa ilustre, desde el tiempo del “gobierno de los campamentos”, tiene, lógicamente, una fortuna en proporción a su rango. Pero eso sí, en el desayuno solo comemos sopa de miso y verduras saladas. Cuando le preguntamos por ello a quien cocina, él responde: «Aunque a mí también hay cosas que me agradarían más, no debemos cambiar las viejas costumbres”.
  • Aquí vive alguien que no usa un mosquitero, ni tan siquiera cuando los mosquitos se lo están comiendo vivo. Ella le dice: «Duerme con una lámpara que ilumine solo lo necesario».

 

Notas del traductor y las fuentes

  • Shiki ya comentaba en su primera entrega, la sensación de estar acorralado y sin embargo, querer buscar el sentido de la vida.
  • En las entregas quinta y 29ª, Shiki ya habló de gente que pesca.
  • Con “el gobierno de campamentos”, Shiki hace referencia a un gobierno muy militarizado: se refiere al bakufu o gobierno del shogun Tokugawa. El shogunato Tokugawa, también conocido como shogunato Edo, bakufu Tokugawa o, por su nombre original en japonés, bakufu Edo, fue el tercer y último shogunato​ que ostentó el poder en todo Japón; los dos anteriores fueron el shogunato Kamakura y el shogunato Ashikaga
  • Shiki dedicó toda la entrega del 1 de julio de 1901 de su texto Gyōga Manroku (Notas perdidas y escritas tumbado de espaldas) a las dificultades que representan los mosquitos para un paciente como él. Recordemos que en los últimos años de su vida, Shiki, postrado por su enfermedad, escribió 3 libros-diarios: “Una gota de tinta”, el referido “Notas perdidas y escritas tumbado de espaldas”, y por último, este texto de “Una cama de enfermo de seis pies de largo”.