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Rodolfo Langer

 

 

 

 

 

 

 

Unas palabras del autor

    Vivo en Buenos Aires, la Reina del Plata, Argentina, pero nací en Punta Alta, en el sur de la Provincia de Buenos Aires, tierra de mar, viento y arena.

   Profesionalmente soy Contador público recibido en la Universidad de Buenos Aires, Auditor internacional recibido en el Instituto Internacional de Auditores (U.S.A) y por placer personal me recibí de Técnico Ludotecario.

   Escribo novelas cuentos y poemas, con diversas publicaciones y premios.

    Llegué al haiku a través de la revista El Rincón del Haiku, en el año 2006, bajo la dirección de Luis Corrales Vasco, donde aprendí la mayoría de lo que conozco del tema.

    Participé en varias antologías, las más recientes: Perro sin dueño (2009), Un viejo estanque (2013) y El Reflejo de Uzume que coordina Uzume Kotori (2022).

     Dejé más de 10 años la actividad y retorné en 2021. Me estoy poniendo al día leyendo y participando del taller de ERDH, donde aprendo diariamente, en compañía de haijines de gran nivel.

 

Rayo de sol.

Sobre la vieja lápida,

heces de pájaro

*

Anochecer.

Va buscando el camino

un perro ciego

*

Bosque nevado.

La bandada de estorninos

levanta vuelo

*

Viento seco.

Un cactus florecido

en el páramo

*

Atardecer.

Gorriones a saltitos

entre las tumbas

*

Se pone el sol.

Los pintos forrajean

llenos de abrojos

Pinto: caballo de pelaje manchado.
Abrojo: fruto con pinches que se adhiere al pelaje de los animales, en el campo.

*

Corre un ratón

entre los girasoles.

Gotas de lluvia

*

Bajo la higuera

La abuela prepara

su mermelada

*

Zumba una mosca.

Margaritas mustias

sobre el altar

*

Sol de otoño.

La pluma del caburé

brilla aún

*

Siesta.

El grito del halcón

sobre el erial

*

El viejo pino

cruje con el viento

Amanecer

*

Madura el trigo.

Una brisa sacude

al espantapájaros

*

Aire de lluvia.

Picoteando un huevo

la bataraza

Bataraza: Gallina de plumaje gris con manchas y pintas blancas.

*

Arde el follaje.

Lentamente a la deriva

los camalotes

Marga Alcalá

 

 

 

 

 

Unas palabras de la autora

Nací en Valencia en 1961. Licenciada en psicología. Profesora de danza clásica. Literatura, fotografía, ornitología, música y por supuesto danza, forman parte también de las horas vividas.

Entré al haiku por la vía del zen y ciertos libros de poesía oriental. En lecturas afines fui descubriendo ese mundo reducido a tres líneas (a veces menos, a veces más), hermoso y sencillo, en el que los silencios que hay entre ellas resonaban fuerte en mi interior. Y así, quise aprender y entré en Paseos.net y en El Rincón del Haiku, hice el curso del Makoto, leí los libros de Vicente Haya y otros más, e hice un curso que él impartió en Valencia. Y ahí estoy, afinando la atención, transitando por esta senda que transforma, y con tanto por aprender.

En el camino, la idea de fusionar la defensa de un entorno muy querido, como es el Parque Natural de la Albufera de Valencia, con el haiku, me llevó a publicar el libro «Espejo del sol».  Horas disfrutadas, inmersa en este espacio ecológico tan delicado, llevaron a la escritura de un puñado de haikus con la intención de mostrar el intrincado equilibrio de este hermoso paraje.

Otras publicaciones:

– Poemas, haikus y relatos en la revista digital Valencia Escribe, así como en varios libros publicados por el colectivo del mismo nombre.

-Haikus publicados en el libro «El mar la mar», para la asociación en defensa de la fauna marina Promar.

– Participación en el libro «Los cuatro elementos» Concierto de Haiku.

– También en las revistas Hela y Crátera

Tercer premio Grau Miró 2015 en la modalidad de haikus.

Segundo premio/ mención en el I Concurso Internacional de Haiku en castellano, «Albacete, Ciudad de la Cuchillería».

Agradezco enormemente a todos aquellos que con su paciencia y delicadeza se convierten en inestimable ayuda en esta senda del despertar de los sentidos, de vaciamiento, de autenticidad, de…

 

_/\_

 

calor intenso,
las manos de un anciano
tejiendo el mimbre

*

campos anegados,
se alarga la sombra
de una garza real

*

revolotea
la mariposa blanca
entre los mirlos

*

el cielo gris,
por el camino el canto
de una abubilla

*

olor a azahar,
al paso del anciano
su perro viejo

*

luna menguante,
gorjean en voz baja
los estorninos

*

al cruzar el río
el silencio de los buitres
sobre el barranco

*

lirios de mar,
a saltitos el niño
por no pisarlos

*

tras el temporal
dos niños lanzan al agua
los peces muertos

*

sol de noviembre,
una mantis cojea
hacia las cañas

*

rumor del mar,
brilla un hilo de araña
entre dos pinos

*

jardín de otoño,
en la charca hacen ondas
los renacuajos

*

nadie en los campos,
abren al sol sus alas
los cormoranes

*

olas pequeñas
en los campos de arroz,
planea un águila

*

cálida noche,
ese chorrito de agua
en las macetas

_/\_

XARO ORTOLÁ “Destellos”

Unas palabras de la autora

(Nota explicativa: Además de su reseña personal –publicada más abajo- Xaro nos envía esta entrevista recopilada por ella misma a partir de preguntas y respuestas que considera de interés y que extrae directamente de su actividad en foros y revistas.)

 

– ¿Cómo llegó el haiku a tu vida?

Escuché por primera vez la palabra «Haiku» en el Facebook, había gente que los escribía y yo no tenía ni idea de qué era… me resultaba extraño leer pequeñas poesías de tres versos; alguien dijo que se trataba de poesía japonesa de 17 sílabas…Intenté escribirlos era como un juego y todo un reto el poder expresar algo con sentido con tan sólo 17 sílabas.

Busqué por Internet información y cuanto más leía más respeto y conexión sentía: sencillamente me atrapó, me enamoró su sencillez, su belleza, su humildad…

Estudié a los clásicos, me fascinaban Bashô, Buson, Santôka, Onitsura, Chiyo-ni… y recuerdo que me quedaba sin respiración al leerlos, hoy día aún me pasa.

 

¿Cómo vives el haiku?

Vivo el haiku de forma intensa, quizás por mi carácter, no sé…Mi atención ha ido “in crescendo”, esas pequeñas cosas que antes eran invisibles a mis ojos, ahora las veo, las siento, me asombran y conmocionan en un sinfín de percepciones y emociones…pero también hablan: la luna, el viento, la lluvia… y pienso: – ¿Cómo es que nunca antes las había percibido, mirado, escuchado, sentido de esta forma tan profunda?

Supongo que como a todos los que escriben haikus se nos otorga el don de la “mirada de haijin” jeje

 

– ¿Quién o quiénes han sido o son tus maestros?

Conocer y estudiar bajo el paraguas del maestro Vicente Haya, para mí fue como un antes y un después en el camino del haiku, doy gracias por haberle conocido y aprender directamente de él. También aprender de otras personas relevantes como son el profesor Fernando Rodríguez, JL Vicent, Kotori, Mavi, Momiji, Elías… no puedo olvidar a mi buen amigo Gorka, el cual empezamos juntos, conectamos a nivel espiritual y después comenzamos a caminar por esta senda donde he ido haciendo amigos y son más que eso, son como familia, por nombrar a algunos: Unsui, JC Durilén, Leti, Grego, Enrique, Frutos, Mª Jesús, Toñi, Sandra,…

Un amigo me dijo en una ocasión:

«El Haiku es un pequeño poema que intenta atrapar el tiempo, son como fotografías hechas con palabras. El Haiku es un arte para expresar y tocar nuestro Budha interno».

 

– ¿Eres bloguera de haikus?

Jeje sííí, creé un blog y los empecé a escribir y cuando leo los de los primeros tiempos, me entra la risa, por supuesto que no eran haikus ni de lejos jajaja… no los borro porque veo la evolución. Ahora empiezo a eliminar algún que otro porque formo parte del profesorado de la «Escuela de Haiku Makoto» y los alumnos consultan el blog y la verdad es que da un poco de cosa leer los NO Haikus de mis principios de aprendizaje…

El segundo blog, dedicado a esta noble senda en pro del haiku, y que está en constante cambio y renovación, dedicado a los haijines clásicos y a los contemporáneos donde intento acercar al haiku y al haijin de todo el mundo y de todos los tiempos.

 

– ¿Por qué Xaro Ortolá, Xaro La, Destellos?

Xaro es el nombre en mi lengua natal, Ortolá el apellido de mi padre entonces tomé la «La» de la última sílaba Xaro La. Destellos, no lo sé…me llegó como una inspiración en una meditación, cuando me dijeron que tenía que ponerme un seudónimo de “haijina” porque así es como lo hacían los japoneses.

 

– ¿En qué momento del proceso de aprendizaje te encuentras y cómo lo vives?

Lo vivo de forma profundamente intensa, enamorada perdidamente del haiku dô jeje.

Sobre el aprendizaje, pues ¿qué decir?… tal como voy aprendiendo, más principiante me veo, más aprendiz soy.

 

¿Para qué sirven los foros?

¡Oh! para mucho, mucho, mucho…Son de una grandísima ayuda, cada comentario hecho a mí o a los compañer@s son verdaderas joyas. Los foros el Rincón del Haiku y Paseos.net son tesoros para aprender a escribir verdaderos haikus cosa de la que me siento verdaderamente afortunada por tener tan buenos maestros.

Me da mucha pena ver a ciertas personas, libros, entrevistas, Facebook, etc. en donde se hacen la propaganda de que escriben haikus, para mí, siento decirlo, pero son tan solo charlatanes que engañosamente se autodenominan escritores de haiku. Una pena denigrarse tanto, hasta el punto de autodefinirse haijines, y es que encima se lo creen jajaja. Pero bien, en esta existencia todo camino que uno toma son lecciones de vida.

 

– ¿Podrías definir tu estilo de escribir haiku?

Pues no lo sé, escribo lo que me gusta o disgusta, lo que me emociona, conmociona, asombra o me llega al corazón, la verdad es que cuanto más escribo más me maravilla la sacralidad de la naturaleza. En una ocasión me comentaron que mi estilo está entre Bashô y Buson, con chispas de Onitsura.

 

– ¿Sientes que has alcanzado el rango de maestra?

Jajajajajaa, me llaman maestra porque corrijo y enseño en la Escuela de Haiku Makoto, pero te puedo asegurar que no hay maestro que se precie en este mundo del haiku, aprender, evolucionar y entonces ves lo grande que es este camino y que, en realidad, cuanto más aprendes, más te das cuenta de lo que te falta por aprender… El haiku son 3 versos, 17 sílabas, o más si escoges la métrica libre, pero te puedo asegurar que su profundidad es infinita, sin metáforas, sin florituras… escogiendo las palabras justas, no solo se trata de escribir más o menos bien, el haiku es una forma de vida…

 

– ¿Cuál considerarías que es tu mejor haiku?

No lo sé, he escrito muchos malos y alguno bueno, pero elegiría el primer haiku titulado «pozo» en el que me felicitaron los compañeros, cada uno de ellos me dio las 3 estrellas, era en los principios de mi aprendizaje en el foro paseos.net bajo la atenta mirada de JL.Vicent cuando me dijo: «Destellos, un haiku precioso, para exponer en un calendario». Este haiku también fue el ganador en la sección de «Haikus destacados».

 

***

 

Biografía

Xaro Ortolá nace en Pego, un pequeño pueblo en el interior de Alicante rodeado por una parte de montañas y por otro de arrozales. Estudia filosofía oriental con los Lamas tibetanos. Escribe bajo el seudónimo de «Destellos “en los foros de “El Rincón del Haiku” y «paseos.net». Bloguera desde el año 2012.

Forma parte del profesorado de «La Escuela de Haiku Makoto».

Colaboradora en la gaceta «Hojas en la Acera, Hela» en el espacio “Celebrar la Vida”.

Colaboradora en la revista digital de ERDH. Ha publicado haikus inéditos en las revistas literarias, «Barcarola» y «Crátera».

Galardonada: con el primer premio de la «Asociación Ronnin» (2012);

Primer premio del II Concurso Internacional de «El Vuelo del Samandar»(2015);

Finalista del «Certamen de Haiku de Haikunversaciones» en homenaje a Santiago Larreta (2016);

Premio Literario Grau Miró haikus en catalán (2017);

Primer premio a la mejor colección de haikus en el VIII Concurso Internacional de Haiku de la UCLM (2017);

«Maestra de Afinación» en cada uno de los cuatro elementos, título otorgado por el maestro Vicente Haya por los haikus para el Concierto de Haiku Ciudad de Medellín: “Ser Agua” (2016), «Ser Aire» (2017), «Ser Tierra» (2018), «Ser Fuego-Luz»(2019).

 

Bibliografía:

– “Los cuatro elementos: Concierto de haiku” Fundación Montaña de Silencio, con         Juan Felipe Jaramillo y Vicente Haya. (Editor: Independently published, 2019).

-«Pisar la Hierba». Facultad de Derecho de Albacete, UCLM (2019).

– “Antología de haiku «la mujer y la luna» (Colección Haibooks – UNO editorial, 2017).

– “Luna en el río” (UNO Editorial, 2017).

– “Los silencios del músico” (Ed. Shinden, 2016).

– “Haikus” (Ed. Diversidad literaria, 2016).

– “Clarea el día. Antología de haiku en castellano” (Mandala Ediciones, 2014).

 

 

helecho de agua;

el zigzag de una anguila

rozando el fondo.

 

*

el campo baldío

cubierto de escarcha…

piar de lavanderas

*

luna creciente…

el agua llovediza

entre el borrajo

 

*

nubes rosadas…

los quiebros de un murciélago

por el arroyo

 

*

la luz de luna;

el rumor de las hojas

de la chopera

*

un viejo estanque;

bajo el estramonio en flor

saltan las carpas

 

*

hojas mordidas;

el brillo de la lluvia

en el rosal

 

*

juegan los niños,

en la barca partida

del arrozal

 

*

almendro silvestre,

una mitad con hojas

la otra con flores

 

*

tierra arada;

las huellas de los jabatos

llenas de lluvia

 

*

han florecido

las grietas de la costra

del almendral

 

*

humo de incienso,

a la luz del eclipse

silban los mirlos

 

*

el gato persigue

a una mantis azulada…

flores de níspero

*

caña inclinada…

los amagos de vuelo

de dos gurriatos

 

*

sol de la tarde.

rodeado de plantas

un pozo seco

¡SALUD HAJIN@S DEL MUNDO!

_()_

 

Entrega nº 34. 15 de junio

La alcoba está decorada. Hay dos amapolas en un jarrón, debajo del cual se coloca una pequeña placa de yeso que supone una representación mía en posición supina, y un gato de madera tallada. Este gato está representado en cuclillas, de tamaño natural, y está cubierto con pintura amarilla.

En la oscuridad, esta pintura emite una luz blanca. No se trata de una pintura normal. La trajeron de Inglaterra para la Sociedad de Rescate del Mar, y la usaron para cubrir altos postes de madera, que se colocaron a lo largo de la costa para indicar los puestos de salvamento, de modo que las embarcaciones en dificultades pudieran verlos desde el mar, tan oscuro como la noche. Así los marineros entienden que allí hay una estación de salvamento.

Un día, pintamos el gato de madera con esa pintura, lo pusimos en un rincón de la cocina, y los ratones no hicieron el mismo ruido que de costumbre. Pero de noche, en la oscuridad, solo difundió una luz pálida, en la que, por supuesto, no se distinguía la silueta del gato, por lo que al día siguiente los dañinos roedores, tan contentos, lo devastaron todo. Sin embargo, no hace falta decir que esta pintura sí que tiene gran utilidad para indicar las estaciones de rescate a las naves en dificultad.

El propósito de esta Sociedad es ayudar a los buques en riesgo y ya ha instalado unas 20 o 30 estaciones de botes de salvamento a lo largo de la costa japonesa, todas bien equipadas.

En la actualidad, todo está lejos de ser perfecto y todavía necesitaremos muchos otros equipos, pero parece que, sin embargo, según la información reciente, el año pasado esta Sociedad salvó a un promedio de tres hombres por día. Por lo tanto, es extremadamente útil y, para un país como Japón, rodeado de mares, probablemente nada sea más importante. Es una pena que la gente sea indiferente a semejante empresa. Por supuesto, se necesitan instituciones tan emergentes como la famosa Cruz Roja, pero eventualmente se podría prescindir de ella.

¿O es porque los caballeros de las zonas rurales quieren insignias de esas que parecen decoraciones honoríficas? ¿O tal vez los funcionarios locales se esmeraron en promocionarla? La Cruz Roja crece mucho y se porta maravillosamente bien, aunque uno se pregunta si las condecoraciones no les son más importantes que las acciones concretas. La Sociedad de Rescate se diferencia de la Cruz Roja en que tiene un propósito muy práctico y no opera exclusivamente en tiempos de guerra, pero, a pesar de esto, los funcionarios locales no parecen estar tan interesados ​​en promoverla. ¿Tal vez en ella no dan medallas? De todos modos, ¡es muy lamentable! En cualquier caso, ojalá que los habitantes de todos los departamentos costeros se conviertan en miembros de esta sociedad.

 

Notas del traductor y las fuentes

 

– La Sociedad del Imperio del Gran Japón para el Rescate del Mar (Dai Nihon Teikoku suinan kyûsai-kai) se fundó en 1889. La primera sociedad de salvamento en la mar en España, fue la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos, y data de 1880. La británica Royal National Lifeboat Institution actuaba en las costas de Gran Bretaña, Irlanda, las Islas del Canal, y la isla de Man, como también en vías navegables interiores y fue la primera fundada en Europa, el 4 de marzo de 1824. De gran tradición también es la Sociedad Humana y los naufragios (SHN) de Boulogne-sur-Mer, fundada en 1825.

– La escena de los ratones devastando todo, le recuerda al traductor de Shiki al francés, Lozerand, a un famoso pasaje de Soy un gato (1905) de Natsume Sôseki (tr. Al castellano por Yoko Ogihara y Fernando Cordobés González, Ed. Impedimenta 2010).

– Las estaciones de salvamento costeras a las que Shiki hace referencia, se pusieron en base a que en 1899 se aprobó en Japón una ley de asistencia para buques en peligro (Suinan kyûgo-hô).

– Cabe recordar que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) fue creado en 1863 por un grupo de ciudadanos de la ciudad de Ginebra. El comité japonés se fundó en mayo de 1877. Ishiguro Tadanori (padre de Tadaatsu Ishiguro) era el representante oficial de Japón, en la 4ª Asamblea General de la Cruz Roja en Karlsruhe en septiembre de 1887, a la que acudió acompañado de Mori Ôgai (médico militar, traductor, crítico literario y novelista japonés del periodo Meiji).

Takeshita Shizunojo

Takeshita Shizunojo

Takeshita Shizunojo es una de las haijines japonesas de pre-guerra. Aunque no es muy conocida en Occidente ha sido una figura importante en Japón y sus haikus perduran en el tiempo.

 

tebukuro toru ya yubiwa no tama no usugumori

guantes de mis manos-

en la perla del anillo

una nube delgada

 

Nacida en Fukuoka el 19 de marzo de 1887 como la primera hija de Takeshita Hōkichi y su esposa Fuji, recibió una buena educación, especialmente en literatura, prosa, waka japonés y poesía china y desde muy joven se sintió atraída por el haiku.

En 1912, cuando tenía 25 años, se casó con Mizuguchi Hanzō, más tarde director de la escuela agrícola de Fukuoka, que fue aceptado de buen grado en la familia Takeshita ya que el padre de Shizunojo no tenía hijos varones que le sucedieran.

 

kotoshi nao sono fuyubōshi sodaizuma

el Año Nuevo,

pero con el mismo sombrero de invierno,

mi gran marido.

 

El matrimonio tuvo cinco hijos, dos varones y tres mujeres.

 

Uno de sus haikus más famosos es éste:

 

Mijikayo ya chichi zeri naku ko wo sutechimao ka

noche corta de verano –

¿debo ignorar a mi bebé

que pide leche?

 

Acerca de este haiku la autora comentó en determinada ocasión:

“Expresa el grito sincero de una mujer en un momento dado, cuando se encontraba perdida espiritual, física y materialmente, atrapada mitad por ella misma y mitad por las viejas costumbres en este período de transición.”

 

En 1919 comienza a tomar clases con Yoshioka Zenjido, editora de la revista Amanogawa, pero todavía no encuentra su camino en el haiku. Ella deseaba escribir haiku sin las restricciones que determinadas escuelas propugnaban. Más tarde, en 1928, se convirtió en estudiante de Takahama Kyoshi, durante un viaje que éste realizó a Fukuoka, logrando ser aceptada al año siguiente como nueva integrante de la revista haiku Hototogisu gracias a la calidad de sus poemas.

A lo largo de los años compaginó su labor como madre y esposa con el haiku, arte que le apasionaba. Su vida transcurría con normalidad hasta que el 25 de enero de 1933, cuando tenía 46 años, Hanzō, su esposo, murió repentinamente de una hemorragia cerebral. Ella, lejos de amilanarse, cuidó a sus hijos sola, trabajando como bibliotecaria en la biblioteca de la prefectura. Tras la pérdida de su marido, se volcó aún más que antes en el haiku.

 

Tsuma yuku to seiten haru no yuki wo furu

mi marido se fue –

copos de nieve de primavera

caen del cielo azul

 

 

mame fuete masumasu hikaru yubiwa kana

Cuantos más callos,

más radiante

brilla mi anillo.

 

sokubaku no zeni wo ete eshi asebo wa mo

una miseria es lo que gano,

junto con frecuentes

sarpullidos por calor

 

 

En 1937 ayudó a formar la Liga de Estudiantes de Haiku, reuniendo estudiantes amantes del haiku de Tokio, Kyushu y otras universidades. Su revista Seisōken es dirigida por su hijo mayor Yoshinobu. Más tarde, Nakamura Kusatao también participó en la dirección de la revista que lanzaría a Kaneko Tōta y otros grandes talentos.

 

ame  kaze ni mokumoku to shite mozu no fuyu

en la lluvia y el viento,

no chilla en absoluto

el alcaudón en invierno

 En 1940 se publica su libro Hayate (Viento racheado) que incluía 335 poemas.

Pero el 14 de agosto de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial terminaba con una derrota del Imperio Japonés, sufre un nuevo golpe en su vida: Yoshinobu, su hijo, muere de tuberculosis a la temprana edad de 31 años. Shizunojo tenía 58 años en ese momento.

 

yo nagaki me kaiko no gotoku ine ireri

toda la noche-

una mujer dormida

como un gusano de seda

 

En esta época también pierde gran parte de los campos que había heredado de su abuelo a través de las reformas agrarias. A pesar de tener una afección renal crónica, y con el fin de preservar la tierra restante, unas cinco hectáreas, construyó una pequeña cabaña en esos terrenos y se dedicó al cultivo de arroz, que enviaba a sus hijos en Fukuoka, al tiempo que cuidaba de su débil madre.

 

taku no kai shinkai  no fu wo  hiso  to him

conchas sobre la mesa

ocultan las melodías

de las profundidades del mar

 

kakizome ya osana oboe no manyooka

primera caligrafía escrita –

un poema del Manyo-Shu

recuerdo de mi infancia

 

El día dos de enero en Japón las personas toman el pincel por primera vez en el Año Nuevo.

 

shūu kinu omoki seii wo  omokarashime

“Un día de octubre, despedí a un amigo que había sido reclutado a causa de la guerra con China”

la lluvia otoñal

hace que su uniforme pesado

sea aún más pesado

shoko kurashi yūbe oboro no shoma asobu

la biblioteca al atardecer –

jugando en el crepúsculo primaveral

los duendes de los libros

 

En 1949, comenzó a dirigir la comunidad haiku en la Universidad de Kyūshū, actividad que continuó hasta el final. Murió el 3 de agosto de 1951, a los 64 años, en el Hospital Universitario de Kyūshū como consecuencia del empeoramiento de la enfermedad renal que padecía desde hacía muchos años.

Encontró su último descanso con su marido y su hijo mayor. En la lápida se pueden leer las palabras Ryokuin ya «Oh, la sombra del verde»

 

kosaku sōgi ni kakawari mo naku ine to Naru

sin preocuparse

por la disputa de los inquilinos,

las plantas de arroz han crecido.

 

 

Sanka moyu kenkon no yami ni yurugi  naku

fuego en las montañas –

entre el cielo y la tierra

oscuridad como siempre

 

ka no koe no naka ni shisaku no ito wo eshi

en el zumbido del mosquito,

un hilo de pensamiento

comienza en mi mente

katakuna ni nikki wo kawanu onna nari

obstinadamente

rehúsa comprar un diario

esta mujer.

hifun ari hakishi suika no shushi kuroku

dolor y rabia-

escupo negro y negro

semillas de sandía

ten ni kengyū chi ni onna ite kate wo ou

El Pastor resplandeciente en el cielo,

una mujer se inclinó

bajo un paquete de comida

 

Escrito el 7 de julio de 1949.Según la leyenda, el 7 de julio es la única noche del año en la que los amantes celestiales, Altair, el pastor, y Vega, la tejedora, tienen permitido reunirse. Cuatro años después del final de la guerra, todavía había una grave escasez de alimentos y así lo refleja la autora en este haiku.

 

Takeshita Shizunojo kubun shū (La colección de haiku y prosa de Takeshita Shizunojo) se publicó en 1964.

 

 

Nieve feroz-

¿Cuántas cosas

dejo sin escribir?

 

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Para realizar este artículo se han consultado las siguientes fuentes:

Los haikus han sido traducidos desde el inglés, por lo que pueden existir variaciones respecto al japonés original.