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Febrero 2022

Macá Tobiano

El Macá Tobiano es una especie de ave zambullidora endémica de lagos y lagunas de la provincia de Santa Cruz. En los últimos censos realizados se estimó que la población rondaría los 800 ejemplares, lo que representa una alerta para proteger esta especie en estado de peligro crítico.

Habita únicamente en esta provincia, en primavera verano migra a los lagos del N.O. los lugares son de difícil acceso.

Utilizan una planta, el vinagrillo, para construir sus nidos, lo arman en las aguas de esos lagos, sólo si las condiciones son toralmente adecuadas…

Durante los meses invernales, al congelarse gran parte de los cuerpos de agua en que habita, atraviesa la estepa patagónica y se desplaza hacia la costa Atlántica de la misma provincia, en los estuarios de los ríos Santa Cruz, Coyle y Gallegos.

Se zambullen

los macá tobiano.

Gaviota cocinera

22 de enero… en las noticias informe de nacimiento de cría de macá tobiano después de cuatro años. Emitido por Programa Patagonia

Gaviotín  sudamericano  (ave migratoria)

El gaviotín sudamericano, en esta parte de la costa se desplaza todos los años a unos pocos kilómetros de distancia. Varía su ubicación. Es colonia integrada por  gran cantidad de  individuos.

Por la  tarde me dirijo al lugar, cerca del paraje La Lobería,  alejado de población humana. Una playa de cantos rodados con acumulación abundante de valvas de almejas, mejillones, restos de bellotas de mar.

Han armado concavidades, el sol directo sobre los polluelos recién nacidos.

En otros nidos solo huevos expuestos al sol.

Algunas crías en nidos armados bajo matas secas que bordean la playa.

Tarde en la playa.
En el nido una cría
junto a un huevo

Viento de mar… 
se filtra por el plumaje 
de un polluelo

Los padres caminan cerca de los nidos

Otros se sumergen en las aguas y cada tanto aparece alguno con un pescado que brilla en su pico.

Se acercan con mucha confianza.

Caminando unos km bordeando el mar dos ostreros con sus cantos…

La marea está baja y allá, lejos, observo un pingüino…

Restinga soleada…
Envuelto por la espuma
un pingüino

Enero 2020

 

Enero, inicia con fuertes vientos típicos en primavera-verano.

Las temperaturas son muy elevadas, no habituales en esta parte de la Patagonia…

Hoy amanece en el pueblito azul, con un aire marino que lo recorre, con su frescura.  A las 5 am claridad total y la embriagante melodía de los pájaros del amanecer: zorzal, golondrinas, jilgueritos  y como  no puede faltar el bullicio de las aves marinas que llegan y se expanden: gaviotas, gaviotines, petreles…

y raya el alba

cuando el bostezo

ilumina su mirada

quietud inmensa

se mete por los resquicios

lentamente el fulgor

de su canto la atrapa

sus ojos recorren

el espacio

como cada mañana

él acude a la cita

esa que no acordó

pero ahí está

y de a poco

por sus venas

se suma el placer!

Así transcurre el día

y cuando cae la tarde

Llega y se despide

Con el frío en su plumaje

el último canto

hasta mañana

zorzal patagónico

 

Transcurre la  mañana, el nublado, el sol, el olor del mar, el olor de tierra seca.

Ha cambiado…

 Con una brisa suave  sigo el sendero sinuoso de la estepa marcado por el paso de caminantes.

El aroma característico de la vegetación del lugar se une con el de algas provenientes del mar que rodea el paisaje.

Un chingolo con su canto me acompaña saltando entre algarrobillos, duraznillo, malaspinas, molles, zampas y otras plantas que  crecen junto a la senda.

Llegando al pie de este cerro otros olores, otros colores, mutisias que resplandecen amarillos; y… otros ruidos

Desde el matorral…

la voz de un pájaro

también, de crías

Mutisia

Voy por un nuevo ascenso entre matas achaparradas y pedregal.

Un tomillo rosa me regala la belleza de sus flores dispuestas entre espinas y tallos agrisados.

Llego a la meseta y  descubro unas plantas a ras del suelo que ocupan la mayor parte de esa extensión, con pequeñas flores blancas y otras cuyas hojas, diminutas,  se tornan rojizas

Por la meseta,

la brisa del ocaso

entre tomillos

Siento  entusiasmo  por el hallazgo que me deleita  con ese olor que se expande por todo el espacio.

De repente  un bullicio muy fuerte, al levantar la vista,  el ave que amenaza con vuelo en picado.  Levanto los brazos y tapo mi cara. Parece venirse encima…

Siento alivio al ver que desvía su vuelo hacia otra loma.

Olor a tomillo –

Desciende chillando

un halcón

¿Quizás tiene su nido?

Desde la cima un tanto lejos  se ve el mar, es momento de comenzar a descender pero en esta ocasión lo hago por otra parte del cerro. No hay marcas de sendas.

Un nuevo día. Al escuchar las noticias: fuertes nevadas se registran al sur y hacia la cordillera en esta provincia, Santa Cruz. Es verano!!!

Enero 2022

Haibun 28

De Paso

        El mirlo del barrio acude a su cita puntual esta mañana y canta, a pesar del gris, que no acierta a adentrarse en el cuarto.

      Tras cumplir con las inevitables tareas domésticas, y en busca de aire renovado y algo de tranquilidad, nos dirigimos pronto a los campos de arroz; unos días antes, cubiertos de agua, ahora, ya removidos tras el fangueo* y el revuelo de las aves que siguen a los tractores. Atrás queda todo un mundo de espejismos, ilusiones invernales que el agua ofrece al que invita a acercarse.

         Esta mañana, barro seco, pocas aves, y ese gris que enturbia el aire. El marjal habla de nuevo, y si alguien se detiene en silencio en cualquiera de los caminos que vertebran los campos, al alzar la vista podrá ver cruzando el cielo, en cualquier momento, algún ave solitaria, quizás dos o una bandada, quedando anclado a la tierra con un alma que, por un instante, se fuga con ella.

        La niebla, a lo lejos, marca la distancia y no consigue ocultar las pequeñas alquerías que, aquí y allá, salpican un lugar que tiene su propio aire.

Nubes, distancia, barro seco, aire y silencio. ¿Qué sabemos?

      Por muy a menudo que vayamos a su encuentro, el marjal siempre nos depara alguna sorpresa. Y cuando el terreno deja paso a algunos lodos, encharcado tras las lluvias, sonrío. Unos flamencos avanzan lentamente cabeza abajo, otros, inmóviles, enrollados dormitando. Reposo necesario del viajero que se esfuerza por llegar a alguna parte. De paso, siempre de paso.

       Nada hay, más que esos cuellos grises o sonrosados, cabizbajos y hermosos seres en busca de alimento. Cuesta desprenderse de esa imagen. Aquí, una pierde la noción del tiempo, pero siempre…

      …vuelve a casa.

de nuevo el viento,

en las grietas del barro

flores silvestres

 * Fangueo:

El fangueo del arrozal es una labor agrícola que consiste en batir con un tractor de ruedas de hierro la superficie de las parcelas para airearlas e incorporar al suelo la paja y rastrojos que quedan como restos de la cosecha después de la siega con las cosechadoras.

 Marga Alcalá
Valencia (España)

Diciembre 2021

En la más honda
espesura de la montaña,
llegar a la desnudez.

– Taneda Santoka
(Trad. Vicente Haya)

 

«EL CAMINO HACIA ADELANTE

Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal renovación es la promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para cumplir esta promesa, debemos comprometernos a adoptar y promover los valores y objetivos en ella expuestos.

La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir (…)

Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida».

(de la Carta de la Tierra)

Me despido de esta serie con este haiku de Santoka sobre la desnudez en la espesura de la montaña, como un deseo para este fin de año y bienvenida para el que viene.

Ha sido una agradable tarea preparar cada mes este vínculo entre la fotografía, el haiku y el texto de la Carta de la Tierra.

Me ha servido para ser más consciente de las relaciones entre la belleza y el cuidado de la naturaleza.

Muchas gracias por vuestra invitación.

Noviembre 2021

Haikutopías

         Para la presente entrega de Ladera norte he recogido titulares de noticias aparecidas en el diario El País durante el mes de octubre. Todas ellas están marcadas por el signo de la catástrofe, la corrupción, la violencia, la indignidad, la degradación… los signos más habituales de los desafortunados tiempos que corren.

         El haiku -en su diminuta humildad que lo eleva a la categoría de piedra angular- pretende servir de contrapeso a semejante tropelía que socava los fundamentos de la humanidad y su ecosfera.

         La utopía es el último recurso y quizás el único –sin esperanza con convencimiento, que diría el poeta- que puede repararlo y redimirlo.

<<El Papa deplora la “larga incapacidad” de la Iglesia ante los casos de pederastia>>

Chispea.

La niña toca los cuernos

del caracol.

 

<<Una ciclista que ha logrado salir de Afganistán cuenta
los miedos y la lucha para practicar su deporte
La huida en bicicleta del terror talibán>>

Bosque de hayas.

Huellas de bicicleta

por el sendero.

 

<<La Fiscalía pide intervenir millones de euros en bitcoins
de una supuesta estafa>>

Roce de ramas.

Entre las hojas del suelo

una moneda.

<<Las vidas ahogadas en el mar menor
Tras el último episodio estival de peces muertos, en el que se recogieron más de cuatro toneladas y media de cadáveres, la paciencia general se ha agotado.>>

Mar rizada.

Por todo el arenal

conchas de almejas.

 


<<El impacto medioambiental del gran derrame petrolero
en la costa sur de California “es irreversible»>>

En las rocas

manchadas de galipote

se mecen las anémonas.

 

<<Disparos con mira telescópica y silenciador en pleno parque nacional
La Guardia Civil asegura que cada vez resulta más frecuente en España que cazadores furtivos utilicen técnicas y material propios de unidades militares>>

Entre dos luces.

Monte a través, una piara

de jabalíes.


<<Un terremoto de magnitud 4,8, el mayor desde el inicio
de la erupción del volcán, sacude la isla de La Palma>>

Aire caliente.

El temblor en la rama

que deja el saltamontes.

 

 

Noviembre 2021

La libélula,
incapaz de posarse en la punta
de la hoja de hierba.

– Matsuo Bashô
(Trad. Vicente Haya)

«15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.
a. Prevenir la crueldad contra los animales que se mantengan en las sociedades humanas y protegerlos del sufrimiento.

16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
a. Alentar y apoyar la comprensión mutua, la solidaridad y la cooperación entre todos los pueblos tanto dentro como entre las naciones.
f. Reconocer que la paz es la integridad creada por relaciones correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del cual somos parte».

(de la Carta de la Tierra)

Octubre 2021

Ya está la abuelita
hablándole a los peces de colores
en el idioma de su pueblo.

– Niño japonés de 11 años
(Trad. Vicente Haya)
(Gracias a Elías Rovira)

«12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
a. Eliminar la discriminación en todas sus formas, tales como aquellas basadas en la raza, el color, el género, la orientación sexual, la religión, el idioma y el origen nacional, étnico o social.
b. Afirmar el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras y recursos y a sus prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible.
c. Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles.
d. Proteger y restaurar lugares de importancia que tengan un significado cultural y espiritual».

(de la Carta de la Tierra)

Octubre 2021

El fin de los mundos
(primeras páginas de un libro futuro)

(Mediodía en la cala de Punta Bela. Cala juega en la orilla, se adentra con su cubo para coger agua y la vierte en el castillo de arena que le construye su padre. Su tito Fran se levanta para darse un baño).
-¿Adónde vas, tito?
-Voy a nadar…-sonríe- ¡hasta el fin del mundo! (Señala el
horizonte donde se divisa, como un gigante marino, Cabo
Cope).
(La niña sigue con la rutina de su juego. El tito Fran es ahora un punto que se desplaza nadando mar adentro).
-Cala, ¿adónde se ha ido el tito Fran? -le pregunta su abuela Mariló.
-Se ha ido al fin de los mundos.

A mi nieta Cala, que me dio el título

Cada año, cada mes, cada día, cada minuto, cada hombre es un mundo que brilla y se extingue con la misma ligereza, con la misma levedad, con la misma sorpresa con la que aparece. En el momento mismo en que se vive y se presencia no se presagia su endeble consistencia, su latido efimeral. Luego llega el recuerdo, en el que permanece hasta que, sin saber cómo ni por qué, deja de acudir a la memoria y se hunde en el magma indistinto del olvido.

         La poesía, el verso, la prosa, el verbo, acuden entonces en nuestro auxilio para recuperar fragmentos perdidos, vivencias que se fabulan y confabulan para erigir un mundo a la medida de lo que creímos haber vivido. Un mundo nuevo que fija la escritura, que se alimenta del pasado para dar continuidad y argumento a nuestra historia.

El aroma del mar
enciende la memoria
de la esponja
inocente y ávida
de la infancia.

Nubes de lluvia.
Amarillean las hojas
del avellano.

 

Otros mares, otras playas,
otra luz, otros cantos,
otros arrullos, otras olas,
otros cuerpos, otras voces
emergen del fondo marino
-el mismo mar que ya no es el mismo-,
flotan en la espuma,
se esparcen en la arena
y se diluyen en efluvios
que se infiltran y sedimentan
en el alma. El limo que dejan
lo arrastrará de nuevo
el torrente indómito del tiempo.

Se ha marchitado
la flor de la maceta.
Sol de septiembre.

 

Se escucha la lluvia
que llega del mar
en las hojas del arce.
Gota a gota cae
desde la copa,
de rama en rama
hasta llegar al suelo
mullido de hierba.
Una babosa naranja
se desliza por las berzas.
Enmudecen los pájaros.
Sólo el discurrir del agua
por los canalones,
 por las hojas, por las riegas,
por los cristales, por las fuentes,
por los caminos… también
por las tejas rotas del hórreo
que auguran su derrumbe.

Llueve a cántaros.
Sólo flores secas
en la hortensia.

         Casas deshabitadas, o ya en ruinas; puertas desvencijadas, paredes desconchadas; la herrumbre en los clavos, en las cerraduras, en los arados, en las azadas, en las ruedas de los carros; caminos perdidos, cerrados, engullidos por la foresta; árboles roídos por la edad que se pudren lentamente hasta perder la última de sus verdecidas ramas; las arrugas en la cara y las manos de los viejos paisanos que aún quedan como rara avis en lo que antaño fueran florecientes aldeas regidas por el ciclo vital de las cosechas… Sic transit gloria mundi.

Olor a humedad.
En la cuadra abandonada
los arreos de las mulas.

 

         Amanece. Una fina gasa de niebla sube por la ladera del monte, se difumina, se extingue… Despierta el canto de los pájaros. Desde el bosque, los prados, los huertos, los jardines, las cercas, las tenadas, los aleros, los hilos de la luz… llegan sus trinos, sus gorjeos, sus silbos. Un tímido sol aparece y desaparece entre restos de nubes que se disgregan. A lo lejos, el humo blanco de una hoguera se confunde con la neblina. Por la ventana abierta de una casa salen las notas de un viejo piano que se une también, como un ser vivo más, a la sinfonía de la mañana.

Salta un sapo
por el camino cubierto
de hojas de higuera.

 

Septiembre 2021

Rompen las olas
contra el acantilado.
Sol de poniente.


Se pone el sol.
Varadas en la arena
las posidonias.
 

Arribazones
de posidonias. De improviso
salta un pez.


Banco de peces.
Ribeteada de espuma
la orilla.

Corre en la orilla
un cangrejo a esconderse
entre las rocas.

 En el pedrero
una estrella de mar.
Sube la marea.

Pleamar.
Escarban en la arena
las gaviotas.

Llega de la isla
el graznar de las gaviotas.
Olor a jazmín.

Huele a jazmín
en la calle que da al mar.
Luna casi llena.

Reflejos de luna
en las olas. Entrechocar
de guijarros.

Playa de chinarro.
Surca un velero
la mar en calma.

Mar sin olas.
El vaivén de las algas
bajo los destellos.

 

Septiembre 2021

La luna llena
No importa a donde vaya,
el cielo me es ajeno

– Chiyo-ni
(Tradc. Vicente Haya)

 

«11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.

  1. Asegurar los derechos humanos de las mujeres y las niñas y terminar con toda la violencia contra ellas.
  2. Promover la participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica, política, cívica, social y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de decisiones, como líderes y como beneficiarias.
  3. Fortalecer las familias y garantizar la seguridad y la crianza amorosa de todos sus miembros.»

(de la Carta de la Tierra)