Unas palabras de la autora
Se escucha un zorzal al alba… En plena ciudad también hay aves y flores y árboles… y mosquitos, babosas y abejas. Crujen hojas y ulula el viento. Llueve y amanece y se hace de noche. Hay otoños y primaveras…
Todas obviedades, pero antes no lo sabía. O sí lo sabía, pero no lo sentía.
Antes del haiku la ciudad era eso, tan solo ciudad.
El haiku me conecta con todo lo que me rodea y ya no sé, en algunos instantes, si estoy en el mundo o el mundo está dentro de mí. ¡Dura tan poquito ese instante!
Comparto con los niños los asombros que se vuelven haiku, y lo disfruto plenamente.
El camino del haiku ha marcado un antes y después. Hoy estoy en el camino… cada día empezando…
Antes del alba
el canto de un zorzal,
olor a lluvia.
*
Más arrugadas
las manos que podan
esta tarde de otoño.
*
Nieve en la cima.
Humea el lomo
de la yegua echada
*
Lo que queda del muelle,
en cada poste
una gaviota.
*
Brisa en las plumas
Se va filtrando el sol
entre los frutos.
*
Huele a eucalipto
chisporrotean las piñas
en el brasero.
*
El brillo de las piedras
a orillas del lago
salta una trucha
*
Musgo en las rocas
la sombra de los vencejos
cruza la cascada
*
Huele a podrido
en la orilla rocosa
el brillo de las escamas.
*
Al llegar el colibrí,
los insectos que cantaban
se callaron
*
Queda algo
del olor a jazmines.
El brillo de luna.
*
Gaviotas en vuelo.
El calor de la arena
entre los dedos.
*
Brisa en el cedro
cuando canta el mirlo
levanta la cola.
*
Canto de zorzales
Amanece sin vilanos
el diente de león
*
Bramidos de un ciervo
Amarillea la nieve
en el Lanín*
*volcán de los Andes, en el sur de Argentina y Chile.