Entrega nº 27. 8 de junio

Al lado de mi cama, tengo dos álbumes en color: “El estilo de Kôrin” (Kôrin gashiki) y “Álbum de pinturas” de Ôson. Cuando los abro, cada mañana, cada noche, su contemplación me provoca una felicidad incomparable.

Aunque son álbumes finos, no solo son preciosos cada uno por su lado, sino que me permiten comparar los puntos fuertes de los dos pintores, y esto es extremadamente interesante. En particular, como muchas imágenes tienen el mismo tema en los dos álbumes (ciruelos, cerezos, lirios, camelias, lespedezas o grullas, por ejemplo), la comparación resulta fácil.

Aunque Kôrin encaja en la tradición de Kôetsu y Sôtatsu, ha logrado grandes logros y ha pintado obras únicas que dieron origen a la escuela de Kôrin: en otras palabras, está lleno de creatividad artística. Su punto de vista en cada una de sus pinturas, es incomparable, no hace falta decirlo. No podemos ponerlo en el mismo nivel que alguien como Hôitsu (nombre más frecuente para llamar a Ôson).

Así, si bien este último no tiene originalidad de diseño, en cada una de sus pinturas, Kôrin explota la riqueza de los motivos. Pero por ahora, dejemos de lado los patrones y centrémonos en el dibujo y el color. Kôrin tiene un pincel poderoso, mientras que el de Hôitsu es suave. Y lo mismo ocurre con los colores: uno se pregunta si en el estilo de Kôrin, no se abusa de los más potentes, especialmente del negro.

Fruto de ello, es apreciable cómo resaltan las plantas de su obra, mientras que en Hôitsu son sencillamente gráciles. En este punto, no es difícil saber quién gana. Kôrin es el mejor para todo lo que es poderoso, mientras que Hôitsu lo es para todo lo delicado. En cuanto a las formas, hay que reconocer que Hôitsu reproduce las plantas con mayor precisión.

En otras palabras, en general, el valor de Hôitsu como pintor no alcanza el de Kôrin, es obvio, pero las imágenes de las plantas de Hôitsu son mejores que las de Kôrin en muchos aspectos. Las plantas de Hôitsu no solo están dibujadas más finamente que las de Kôrin, sino que sus contornos son más flexibles y sus colores más matizados y vívidos. Sin duda, algunos críticos dirán que son obras absolutamente sin corazón, pero las plantas son por naturaleza gráciles, delicadas, hermosas, de modo que si se dice que las de Hôitsu no tienen alma… ¿no se está reconociendo de manera paradójica que reproducen fielmente la verdad?

Cuando comparamos estos dos álbumes, descubrimos que las pinturas de lirios al estilo de Kôrin, tienen líneas firmes y las de Hôitsu, son líneas suaves. Las lespedezas del Kôrin parecen tener flores más bastas, mientras que las de Hôitsu, parecen tener flores más frágiles. Es por ello que es Hôsitsu, quien sería el más hábil para expresar la verdadera delicadeza de las flores de las lespedezas. En el “Álbum de pinturas” de Ôson, encontramos imágenes de cerezos llorones. Solo se dibujan dos o tres ramas, pero estas ramas están completamente cubiertas con pequeñas yemas de color rojo pálido. Esta dulzura, esta ternura, tienen un encanto indescriptible, y uno se pregunta cómo se podría dibujar con semejante agilidad y flexibilidad de trazo.

En comparación, los cerezos representados en “El estilo de Kôrin” se han realizado con algo más de dejadez. Sin embargo, hay una imagen ingeniosa en este álbum: bajo siete u ocho ipomeas azules, cinco perritos blancos y negros juguetean entre sí. Este dibujo no tiene nada particularmente original, pero, la forma de aprovechar la escena, posee un sabor indescriptible que Hôitsu, ni siquiera pudo soñar.

 

Notas del traductor y las fuentes

  • De forma excepcional, pero facilitar la comprensión del texto de Shiki, se han incluido en él algunas imágenes de las que describe.
  • Ogata Kôrin (1658-1716) es uno de los más grandes pintores japoneses. Entre otras muchas exquisitas obras, es famoso especialmente por su “Biombo de los Iris”. “Kôrin gashiki”, el álbum citado aquí, fue publicado en 1818, un siglo después de su muerte. Se trata de un estudio sobre su estilo, realizado Aikawa Minwa (1806–1821), pero no todo lo que reproduce son las propias obras originales de Kôrin. Para ver (e incluso descargarte) este libro que tenía, comenta y tanto hacía disfrutar a Shiki, puedes clicar aquí (para verlo en otro formato puedes clicar aquí). Si quieres ver y/o descargarte otra obra de Aikiwa Minwa sobre Kôrin (Ehon Kôrin, en castellano “Libro Ilustrado de Kôrin”), puedes clicar aquí.
  • La Escuela de Kôrin, es conocida como Escuela Rinpa (castellanizada como Rimpa) y el nombre se forma con la última sílaba del nombre de Korin (rin) y la escuela de palabra (ha)
  • Sakai Ôson (1761-1828): más conocido como Hôitsu, destacó en la Escuela Rinpa. Famoso por haber revivido el estilo y la popularidad del gran Ogata Kōrin , y por haber creado varias reproducciones muy interesantes del trabajo de Kōrin. Este pintor y su obra, ya fue citado por Shiki en la quinta entrega de 10 de mayo. Puede verse el álbum que tenía y comenta Shiki (Pinturas de Ôson: los fenómenos del Universo como Maestro) clicando aquí.
  • Tawaraya Sôtatsu (1600) fue un pintor de Kioto a principios del siglo XVII y considerado como el fundador de la escuela Rinpa; y trabajó con el diseñador y calígrafo Honami Kôetsu (1558-1637), pintando fondos en oro y plata para sus escritos.
  • Cerezo llorón, es como se conoce al prunnus pendula, una forma de cerezo muy especial por su gran belleza, y que es muy cultivado en Japón.