Junio 2022

Haibun 33

En el último latido del invierno brota la primavera…

Cada paso que doy es un silencio que se hunde en la arena… nadie cerca, sólo la mar y sus mil perfiles antes de morir en la orilla… el viento se hace añicos en mi cara.

Camino, paso a paso… A lo lejos, casi posado sobre el horizonte, arrastrado por el práctico, maniobra un buque granelero para entrar al puerto. Huele a mar… una mar que no sabe de silencios.

En la bahía luce el sol, llueve… un sol frío, una lluvia fría… late, ya débil, el corazón del invierno. Recorro la playa, sorteo las algas y la madera que anoche arrastró la tormenta. En una charca, dejada por la marea, un pequeño pez nada ajeno a la mar.

Charrán patinegro

Entre idas y venidas revolotean, gritones, un grupo de charránes… ancestrales graznidos que ponen verbo al cielo. Sigo con la mirada el vuelo acrobático de uno de ellos… cernido en el aire, sin demora, inicia su vertical y vertiginosa zambullida… la mar se rompe… en su pico da los últimos coletazos un pez.

En la orilla se deshace la espuma de la última ola… se deshace mi mirada atrapada como el pequeño pez que gira y gira en una charca ajeno a la mar.

La bruma va cubriendo la bahía, el mundo se empequeñece… Poco a poco, paso a paso, continúo con el paseo. En la playa vuelve a soplar el viento…

un viento suave…

parece que me mira

la gaviota muerta

 

Asturias, donde la tierra siempre es verde.

                                                                                 Alfredo Benjamín Ramírez Sancho
Asturias (España)