RAPACES
Un nuevo orden
Distorsionada, quebrada está la escena en el ojo del
águila
pescadora
Como un ala de plumas blancas rasando la superficie
crespa,
corre el río en la pura transparencia del agua
Desde la arena tibia contemplo el vuelo soberano
y nada me atrevo a afirmar
Inés Aráoz
Quién no se ha dejado atrapar por el vuelo de un águila oteando su presa, o los bellos círculos de los buitres y tantas otras rapaces que, en lo alto de cañones o barrancos, en peñascos o en los riscos, aprovechan las corrientes ascendentes de aire desplegando al máximo sus alas. No olvido, todavía fascinada, la magia del Cañón del Río Lobos en la provincia de Soria con la imagen de los buitres sobrevolando la ermita templaria de San Bartolomé.
Cañón del río Lobos
la sombra de los buitres
sobre las rocas
Ana María López
de los riscos a los tejados
en círculos,
la sombra de un buitre
Miguel Ángel Alonso
Vuelo de rapaces –
El sonido del río
en el desfiladero
José Luis Arcas (jlcarcas)
Migrando a zonas más cálidas, muchas rapaces llegan a España con el frío. Existen unas 150 especies con actividad nocturna y aproximadamente 300 con actividad diurna. Águilas, búhos, halcones, pigargos, milanos, azores, mochuelos, alcotanes, cernícalos, autillos, cárabos, esmerejones, buitres (buitre negro, buitre leonado, quebrantahuesos, alimoche, cóndor)…
En el aire frío
chilla un cernícalo-
Cientos de estrellas
Gorka Arellano
hinojo en flor
planea un ratonero
sobre el trigal
Juan Antón Mencos (mencs6)
Se alza el milano;
de sus garras caen
yerbas y hojas
Mercedes Pérez
Todas ellas tienen en común un estilo de vida depredador y unas características físicas marcadas. Poseen un pico fuerte y curvado y unas garras prensiles con las que cazan y sujetan a sus presas. Su presencia indica el buen estado de los hábitats en los que se encuentran, controlando plagas y saneando los campos. Aves de gran tamaño, son escasas y su reproducción es baja. Necesitan grandes extensiones de terreno.
Vuela un halcón-
la luz de la mañana
en los sembrados
M.ª Ángeles Millán (Hikari)
Por un instante
las alas del cóndor
taparon el sol
Daniel Mosquera
tama-arare yotaka wa tsuki ni kaerumeri
granizo-
a la luz de la luna
los halcones nocturnos llegan a casa
Ueshima Onitsura
El águila de San Juan, el dios Horus de los egipcios, los tótems de las tribus indígenas americanas… Desde siempre, las aves rapaces han atraído el interés de los seres humanos, convirtiéndolas en deidades unas veces, otras en aves de mal agüero. Son alegoría de fuerza, poder y altanería, atributos que las han situado en escudos y estandartes por todo el mundo. El águila ha sido el ave más representada en heráldica, solamente merecida en aquellos caballeros que se distinguen en valor, generosidad y bravura.
Tarde de reyes-
Se aleja hacia el monte
el chillido del águila
Gorka Arellano
ori no washi sabi shiku nareba ha-utsu ka mo
El águila en la jaula
cuando está solitaria
bate las alas
Jakiô
olas pequeñas
en los campos de arroz-
planea un águila
Marga Alcalá
Las nocturnas, habitantes de las tinieblas, con su canto lúgubre y solitario se relacionaron a menudo con la magia o los espíritus malignos, aunque también, como en el caso del búho al conocimiento y la buena suerte. Las diurnas con la clarividencia y la adivinación.
Nubes oscuras-
la lechuza del olivo
alza el vuelo
Encarna Ortiz (Encarna)
fukurou ya hanabi no ato no usugumori
Ligeramente nublado
tras los fuegos artificiales-
¡ulula un búho!
Masaoka Shiki
Trillo enlodado.
Chillidos de lechuza
en la arboleda
Aida Elizabeth Montonarro
Cañaverales.
Estirando las patas
desciende un búho
Leticia Sicilia (Hadaverde)
Espartal verde.
El quiebro de un mochuelo
hacia el resol*
* resol: Reverberación del sol
M.ª Victoria Porras (Mavi)
Por la vereda
clara la luz de luna
«¡uh, uh!» lejano…
Carmen García Carnicer
Casi toca la luna
zigzagueando
esa lechuza blanca
Pablo Albornoz
En declive en todo el mundo por la pérdida de hábitats y los tóxicos, las rapaces, portadoras del misterio, nos fascinan. Con ellas nos adentramos en un mundo en el que la naturaleza despliega su fuerza y equilibrio con admirable precisión. Que podamos seguir disfrutando siempre de sus vuelos con asombro y gratitud.
Alba estrellada
¡Uh…,uh…! una lechuza
sigue despierta
Roxana Dávila Peña
iwa-hana no washi fuki hanatsu nowaki kana
Arranca al águila
del filo del peñasco
el vendaval
Oshima Ryota
shin-shin to yuki furu sora ni tobi no fue
Desde unos cielos
donde nieva suave
el silbo de un milano
Matsuo Bashô
Misa de Ramos.
Silencio en el nido
del gavilán
Rodolfo Langer
Traza el milano
un círculo, en su centro
recojo boniatos
Nishiguchi Sachiko
claro entre nubes…
escuchando al mochuelo
se hizo la noche
Mercedes Pérez
planea el águila…
va pasando la niebla
de un valle a otro
Elías Rovira
El año acaba.
Un halcón otea
el campo labrado
M.ª Ángeles Millán (Hikari)
A MODO DE EPÍLOGO
Mientras siguen llegando en aleteo constante, sin descanso, esos maravillosos seres del aire, termina el año, y con él esta serie. Agradezco lo aprendido en el camino y el gozo que brota tras ir al encuentro de aquellos que en la brevedad de tres escuetas líneas (a veces menos), ofrecen testimonio de la grandeza de estos bellos seres que conectan cielo y tierra.
Y entre estas líneas y su relación con las aves, no he querido dejar de lado tantos y tantos haikus que nos hablan de ese personaje curioso, solitario, inerte pero tan vivo cuando el viento sopla desgastando su ropaje, dando buena cuenta del paso del tiempo. Defensor de los campos, freno de las aves, el espantapájaros, siempre en la mirada del haijín atento. Este «Alas del Haiku» termina con una muestra de ellos.
Queman rastrojos.
El espantapájaros
último en arder
Elías Dávila Silva
siembra de arroz,
se agitan las mangas
del espantapájaros
Marga Alcalá
dochira kare mite mo ushiro no kokashi kana
Mires desde donde mires
siempre ves su espalda:
¡el espantapájaros!
Masaoka Shiki
Algo se mueve,
sobre el espantapájaros
dos mariposas
Marcos Andrés Miguell (Maramín)
Qué pesada es la lluvia
sobre el kase robado
al espantapájaros
Kyoshi
Llueve en silencio
sobre el espantapájaros.
Tarde de otoño
Javier Sancho (Javinchi)
Luna creciente,
se ilumina el rostro
del espantapájaros
Leticia Sicilia (Hadaverde)
kakashi ni mo mehara ari keru ukiyo kana
El espantapájaros
¡también tiene su propia casa
en este mundo transitorio!
Masaoka Shiki
