marzo 2018

Un pájaro marrón

trae una rama

desde lejos.

 

Nombre del niño/a: Cordelia Gabrielli

Edad: 10 años

Colegio:  Villa Devoto School

Ciudad: Buenos Aires

País: Argentina

-*-

Los peces saltan

para atrapar insectos,

atardecer

 

Nombre del niño/a: Connie Simonetti

Edad: 10 años

Colegio: Villa Devoto School

Ciudad: Buenos Aires

País: Argentina

-*-

Por el camino

que hicieron las hormigas,

pasa una araña.

 

Nombre del niño/a: Lara Cáseres

Edad: 10 años

Colegio: Villa Devoto School

Ciudad: Buenos Aires

País: Argentina

-*-

Ráfagas de viento

empujan al pajarito

montaña arriba.

 

Nombre del niño/a: Mora Rocchetti

Edad: 10 años

Colegio: Villa Devoto School

Ciudad: Buenos Aires

País: Argentina

-*-

 

hirado

弔旗へんぽんとしてうらゝか

chôki henpon to shite ura ka

 

luminosa

se agita la bandera

a media asta

 – ¡Fueron tan famosos durante la guerra, el gobierno japonés hizo una canción para mostrar lo valientes que eran! Eran tiempos de guerra…

Hotta-san se recoge el vestido y se acerca a la foto desvaída por el tiempo. Yo también, casi de rodillas sobre el tatami. Parecen niños. Niños vestidos de uniforme junto a lo que parece un gran árbol. Tres hijos de esta tierra.

Sería la guerra sino-japonesa pienso para mis adentros. Por los años en que vivió Santôka… calculo un poco así al albur.

Sobre la mesita de madera, al lado de la fotografía de los niños, de los soldados, hay dos poemas de Santôka. Uno caligrafiado sobre un papel, otro sobre un plato de cerámica bellamente decorado en tonos azules. Un alguien que camina, que se aleja, que descansa. Los kanjis y kanas son estilizados y apenas reconozco nada salvo el nombre de Santôka.

– Recuerdo a mi madre cantar esa canción, ella era una niña de la escuela en ese momento.

Hotta-san guarda silencio y entorna ligeramente los ojos. Parece que descansa, o se aleja hacia algún lugar lejano, pequeño, teñido de azul.

Sakino, Nagayama. Una hermosa casa de antiguos comerciantes de la época Meiji. No acabo de entender por qué esa foto y esos poemas de Santôka están aquí. Hotta-san, antigua maestra de cha-dô, me guía por la casa con pasos cortos y ligeros. La madera antigua apenas cruje al subir escaleras y descorrer y volver a correr los shôji que separan unas estancias de otras. – Por aquí se escapaban los contrabandistas- me dice con una sonrisa de niña traviesa mientras señala una trampilla entre lo que parecen dos armarios. – Y aquí se escondían los ninjas- ríe. Me meto en esa especie de recoveco umbrío al cobijo de una escalera. Ninjas y gaijines debe ser un binomio tan hilarante y natural para un japonés como las ranas gordas y la lluvia.

En la luz del sol tamizada por las celosías de madera el polvo, de siglos iba a decir, no, el polvo sin más, brilla ahora sí, ahora no, en la soledad de esa casa vacía, cerrada la mayor parte del tiempo. Al salir fuera, en el coche junto a Hotta-san para retomar la ruta por Hirado, es en lo único que pienso. Qué cosas.

Hirado es una isla en el extremo noroccidental de Kyushu. Un puente rojo que recuerda también en su forma al famoso Golden Gate de la bahía de San Francisco lo une a Kyushu, otra isla al fin y al cabo.

Ascendemos por una colina con lo que parecen amplios escalones excavados en la ladera cubierta de hierba amarilla. Desde allí se puede ver casi todo Hirado y parte de las prefecturas de Nagasaki y Saga. Bajo un cielo encapotado los penachos de las altas susuki ondean al viento con una luminosidad vacilante.

Hotta-san vive en Tenkeiji, el templo del que su marido se encarga desde hace muchos años. Mientras tomamos un té verde servido primorosamente por ella, claro, admiro el pequeño jardín interior que parece rodearnos y penetrar las estancias cubiertas de tatami. Ella cuenta que es probable que el funeral de uno de esos tres soldados de la foto se celebrara en este mismo templo. Quizá Santôka asistiera a aquel funeral y escribiera el haiku caligrafiado sobre el papel que vimos esta mañana en Nagayama, me dice.

Afuera, en el jardín de entrada, sobre una enorme piedra está tallado un haiku. Esta vez no solo reconozco el nombre de Santôka, también el hiragana “pottori”. Solo puede ser un haiku:

笠へぽつとり椿だつた

kasa e pottori tsubaki data

 

¡pot! me cae una camelia en el sombrero

 

Siempre me ha encantado este haiku. Y esa onomatopeya. Pottori. De hecho la uso bastante a menudo sin darme cuenta. Pottori. Como caen las camelias y los días tristes, o los niños que van a la guerra. Por completo y de una sola vez.

Mientras vuelvo a casa en el autobús, justo tras cruzar el puente rojo de Hirado, puedo ver perfectamente el castillo dominando desde lo alto la ciudad, recortado en el cielo claro de la tarde. El azul se ha abierto paso entre las nubes que se han hecho jirones en el transcurso del día.

Pienso en Santôka con su sombrero entre las manos, serio, mirando una bandera a media asta y pensando vete tú a saber qué.

A veces pienso que pienso pero no.

春寒い島から島へ渡される

haru samui shima kara shima e watasareru

 

pasando de isla en isla

con el frescor

de la primavera

 

Pienso en el otro poema escrito por Santôka que vi esta mañana. El que estaba pintado en azul sobre un plato de cerámica.

Pienso en un alguien sobre una colina, o recogido en un recoveco, en el silencio antiguo de una vacía casa de madera. En pequeñas siluetas junto a un gran árbol, que sin saberlo se convierten ya en azul. En la maestra de cha-dô que mira el mar sin decir nada mientras los penachos de las susuki brillan ahora sí, ahora no, en el viento de la mañana, ajenos a todo.

En islas unidas por puentes rojos…

Quizá mi alma, como Japón, es una isla y por eso aquí camina sin más, un algo que se aleja, que descansa.

Pienso…

 

marzo 2018

ANIMALITOS DE DIOS

Calendario oriental

por Xaro Ortolá “destellos”

A Frutos Soriano: haijin, maestro, actor…

 ¿ Alguien no se ha dado cuenta de que podría ser perfectamente

el hermano gemelo de Javier Cámara?

 

 

Junquillos verdes;

se desliza entre dunas

la lagartija

– Xaro La, “destellos”

 *

 

DRAGÓN

Utagawa Kunisada (1786 – 1865)

 

El dragón es considerado como el poder magnánimo de los cielos, las fuerzas de la naturaleza están a su favor y allá donde va hay lluvia de bendiciones. Sin más preámbulos el dragón ha nacido para brillar.

Matsuo Bashô ,松尾芭蕉 nacido en el 1664 era dragón, fue considerado el poeta más famoso del período Edo de Japón y uno de los cuatro grandes maestros del haiku , junto a Yosa BusonKobayashi Issa y Masaoka Shiki.

Cultivó y consolidó el haiku con un estilo sencillo y con un componente espiritual, gran parte porque era monje budista. Su poesía consiguió renombre internacional y en Japón muchos de sus poemas se reproducen en monumentos y lugares tradicionales. Recordemos su famoso haiku de la rana escrito a principios del 1686 a la edad de 23 años.

Retrato de Matsuo Bashô pintado en 1820 por  Yokoi Kinkoku.

Forma parte de una colección dedicada a los poetas y sus haikús.

En este caso aparece la caligrafía del poema de la rana.

古池や

かわず飛び込む

水の音 (

furu ike ya

Kawazu tobikomu

mizu no oto

 

Un viejo estanque.

Se zambulle una rana:

ruido de agua.

 

-(Trad. Antonio Cabezas García)

Este haiku fue el que dictaminó la senda a seguir en el mundo del haiku

y de ahí hasta la actualidad.

 *

  Dragón de fuego

Del mismo color 

bajo este sol de estío 

lagarto y piedra.

-Leticia Sicilia

 *

Dragón de tierra

Una perseida… 

Mirando hacia el suelo 

la salamanquesa 

 

-Gorka Arellano

 *

Dragón de hierro

 No apresó bien el mirlo 

a la salamanquesa 

y rebotó contra el toldo

 

Aurora Luque

 *

 Dragón de aire

Se aquieta al sol

la cría de lagartija.

Viento en ráfagas

 

-Mari Angels “Hikari”

 

*

Dragón de agua

ya nos ha visto,

entre la hierba verde

corre el lagarto

 

-Santiago Larreta

 *

 Dragón de madera

Brisa de enero. 

Una y otra vez estira 

la lengua un lagarto

 

-Mary Vidal

 *

 cruza un dragón 

la pantalla del cine; 

huele a jazmín.

-Isabel Núñez Jiménez

 

_()_

***

Entrega nº 24. 5 de junio.

Algunos poemas recientes.

Para celebrar el funeral de un amigo chino: Sosanjín.

reverbera el calor;
en tierra japonesa
un rito funerario

kagerô ya / nihon no tsuchi ni / karimogari

Para el adiós:

decirte adiós,
donde los sauces blancos
se separan

kimi o okuru / enokoro yanagi / chiru koro ni

Sobre el tôfu de Negishi, enviado a un amigo que se va para Europa.

recuerdo de primavera:
desde el Sol Naciente,
un caldo con tôfu

hi no moto no / haru no nagori ya / tôfu jiru

Bujian, enfermo, se quedó en la cama por un largo tiempo, y escuché que ha fallecido.

 el cuco,
en sus versos de despedida
¿no ha cantado?

hototogitsu / jisei no ikku / nakarishi ya

Dibujo muy torpemente la peonía del jarrón, en el cuaderno del viejo Meisetsu, y agrego dos poemas a mi dibujo.

 pintar una peonía,
que se parece más
a un arbusto

shakuyaku o / egaku botan ni / ni mo nizu mo

ya marchita,
la flor de la peonía
junto a mi cama

shakuyaku no / otoroete ari / makuramoto

Leyendo el libreto de Nô «La piedra que quita la vida», tarareo algunos versos:

al salir el escarabajo
de su agujero,
¡la luz!

tamamushi no / ana o idetaru / hikari kana

cruzando un lugar famoso
¡por sus fantasmas!,
lluvia de primavera

bakemono no / meisho toru ya / haru no ame

leer “La piedra que quita la vida”…
lejos en el cielo
regresan los gansos salvajes

sessho-seki no / sora ya haruka ni / kaeru kari

 

Notas del traductor y las fuentes
 

  • Ra Sosanjin (1881-1902) era hijo de un intérprete chino del gobierno de la Dinastía Qing y de una mujer japonesa. Un haijin que participó en las actividades del grupo de Shiki. Chino de nacimiento, fue llevado a Japón por sus padres cuando era niño y pasó la mayor parte de su corta vida en el país de su madre. Se unió al círculo literario dirigido por el novelista Ozaki Kôyô (1868-1903) y al de Iwaya Sazanami (1870-1933), un novelista, editor, dramaturgo, crítico y cuentista japonés, pionero de la literatura infantil y juvenil japonesa en la era Meiji. Iwaya, cuyo verdadero nombre era Iwaya Sueo, logró el éxito popular con Koganemaru. Bajo su influencia, Ra escribió haiku, verso libre, cuentos cortos y literatura juvenil. Sus trabajos se publicaron en los principales periódicos y revistas como Shônen Sekai (El mundo de la juventud) y Nihon. En particular, él se dedicó al haiku. La colección de Haiku Sosanjin (1949) contiene su haiku más conocido:

en el jarro de agua
de mi cocina…
¡ah, el sol de otoño!

– Sobre “reverbera el calor”, en la primavera, el aire bruscamente recalentado, provoca ciertos espejismos, brillos o destellos. El traductor al francés comenta que “pueden ser considerados símbolos de impermanencia, pero al tiempo, también pueden considerarse manifestaciones de las fuerzas vitales del cosmos, al menos en las creencias arcaicas”.

– El término Enokoro yanagi, es traducido al francés como “saules blancs” y por tanto al castellano como “sauces blancos”, pero según el traductor al francés, literalmente también es “sauce del perrito», o salix thumbergiana. Entonces, bien, este «pequeño perro» también puede ser el origen de una cascada de referencias. La primera y directa sería a la colección “Perro Pequeño” (Enoko-shû, 1633), o primera colección burguesa de haikai, cuyo título contiene algunas referencias a otra famosa colección titulada «Perro», colección de Tsukuba (Inu Tsukuba shû, 1532) o primera colección de haikai no renga, que contiene haikais de Sôkan y otros; que probablemente fue escrita durante un período de varios años, pero no fue publicada hasta unos 100 años después de su finalización. La demora en la publicación puede deberse a que Sôkan compiló el libro para uso de sus alumnos y no tenía la intención de publicarlo. Una razón más probable, sin embargo, es la naturaleza grosera y profana de muchos de sus poemas. A pesar de su terrenalidad, los poemas contenían un ingenio y frescura que atraía a los aspirantes a poetas haikai del siglo XVII, especialmente a los de la Escuela Danrin, quienes a menudo trataban de imitar su estilo. A su vez, el nombre de esta colección hace referencia a Tsukuba-Shû, otra antología, esta vez de renga  compilada por Sasaki Dōyō por una orden imperial.

– Cuando se refiere al tôfu de Negishi, se dice «sasa no yuki», cuya traducción literal sería «nieve de bambú enana». Se trata de una especialidad de tôfu muy célebre en Negishi, barrio de Shiki en Tokio. Allí, hay un restaurante que lleva este nombre, abierto en 1691, y que todavía existe.

– Sobre Bujian, ya se habló en la entrega 16.

– Cuando Shiki habla en el haiku de “el cuco” (Hototogitsu), según el traductor al francés, es seguro que habla de sí mismo. Personalmente entiendo que también podría referirse a Bujian, a quien dedica el poema y quien padecía también tuberculosis como él; y el cuco, que enseña su roja garganta al cantar, simboliza esta enfermedad. Por ello, se puede estar refiriendo al jisei que seguro que Bujian andaría escribiendo.

Naitô Meisetsu (1847-1926), estudioso de Buson, fue un haijin de la escuela de Shiki, de Matsuyama, aun así, considerado uno de los pocos de la generación anterior. Desde hace mucho tiempo, en la revista clásica de El Rincón del haiku, pueden leerse tres haikus suyos. Uno de ellos es:

linterna en mano,
alguien cruza de noche
por los ciruelos

hi tomoshite / yoru yuku hito ya / ume no naka

-Hay dos tipos de peonías: herbáceas y arbustivas. Cuando Shiki escribe haikus de peonías, suele hacer referencia a la peonía herbácea, que es diferente a la peonía arbustiva (o peonía de árbol). Las peonías herbáceas desaparecen cada invierno y reaparecen en primavera. Ofrecen una floración espectacular. La especie más común es la lactiflora, llamada «peonía de China». Shiki, muy débil y en cama, al dibujar mal la flor, refiere el arbusto.

– En la entrega nº 5, ya se habló del libreto de teatro Nô «La piedra que quita la vida».

– El escarabajo concreto al que se refiere Shiki, es un bupresto (Tamamushi), ampliamente distribuido en Japón y famoso por sus colores irisados.

Entrega nº 23. 4 de junio.

– (Según lo que cuenta alguien que ha vivido unos diez años en Europa, antes de regresar a Japón).

Los occidentales, al parecer, piensan que hoy en día no hay país más aterrador que Japón. Podemos hacer muchos reproches a nuestra alta sociedad, decir que los políticos japoneses son corruptos, que sus funcionarios son meros mercenarios, los diputados unos vendidos y que los de la nobleza son unos inútiles, pero las clases bajas son plenamente fiables. Incluso, aunque existe la corrupción entre los oficiales, los soldados rasos son todos buenos patriotas. Por lo tanto, cuando las clases más bajas, que deben ser la base de un país, son seguras, no se tiene miedo a perder lo fundamental para la supervivencia. No sabemos de lo que Japón será capaz si continúa su progreso. En todo el mundo, sin duda, hay gente que está preocupada por lo que será nuestra nación.

Sin embargo, cuando consideramos las sociedades occidentales, en contraste con lo que está sucediendo en Japón, las clases altas, en otras palabras, las personas a las que se les supone que deben ser más correctas, efectivamente están formadas enteramente por personas de gran nivel, mientras que son las personas de clases bajas, las que comúnmente son corruptas. No encontramos un solo patriota en las clases bajas. Es como si las personas estuvieran reunidas solo por el interés.

España es el país donde reina la más espantosa confusión, y como la gente no confía en su gobierno, los ricos no compran los préstamos nacionales de su propio país, sino los de otros países que se consideran seguros. Del mismo modo, cuando se construyen una casa de vacaciones, la construyen en el extranjero, no en suelo nacional.

Un país como Francia, de seguir así, no podrá durar para siempre en la forma de una República: las clases bajas tienen muy poca confianza en el gobierno de turno.

Alemania, por supuesto, ahora disfruta de una gran oleada de prosperidad, y los estratos inferiores no son tan corruptos como en otros lugares.

Inglaterra, como sabemos, está en una pendiente descendente.

Rusia se desenvuelve bien.

Turquía está casi destruida.

Holanda está inevitablemente desactualizada.

Bélgica es un país singular, sin ejército ni armada, que vive solo por su comercio y su industria. Se dice que su soberano estaría muy dotado para el comercio y es muy rico, de modo que, aunque algunos de sus súbditos no le tuvieran mucho apego, al menos si lo tendrán todos los comerciantes. Se rumorea, que él frecuentaba un famoso casino autorizado por el Estado, que se cerró recientemente. Los ferrocarriles de este país son famosos y todos son propiedad del Estado. Recientemente, han sido enviados allí estudiantes japoneses de Comercio y, según Kuroda, este sería también un buen destino para el estudio de la pintura.

En otras palabras, parece que los países que actualmente son prósperos son los más nuevos, mientras que los países antiguos (de mayor tradición) a menudo son corruptos y están en franco declive.

En lo que respecta a las relaciones entre los países grandes y pequeños, uno podría pensar que un país sin un ejército como Dinamarca, tiene sus ventajas frente a los países grandes, pero en realidad esto no sucede así. Cuando llega algún conflicto internacional, los países pequeños desarrollan un complejo de inferioridad, y reaccionan como si fueran a ser enharinados para ser engullidos por los más grandes, precisamente porque son pequeños, y reaccionan o se comprometen de forma extrema, tras ponerse a negociar, por ejemplo, con una energía insospechada. Eso a veces también le ha ocurrido a Japón, preocupado por sus debilidades, se lanza repentinamente al asalto de los grandes países.

Se habla mucho de los derechos o la igualdad, pero hay pocos lugares en Occidente donde los derechos de las clases más bajas sean tan firmes como en Japón. En nuestro país, un individuo de una clase baja, abiertamente puede defender sus derechos frente a un policía, sin titubear en absoluto; mientras que, en Occidente, cuando hay una disputa entre una persona de clase alta y un hombre del pueblo, está seguro que el primero tendrá éxito, pase lo que pase. Cuando una persona bien vestida discute con alguien que está usando ropa vieja, es seguro que ella ganará el caso frente a la policía.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Shiki hace referencia a la teoría del llamado “peligro amarillo” (en alemán Gelbe Gefahr, ya que todo parece indicar que el término fue acuñado por el Kaiser Wilhelm II), que tiene su origen a finales del siglo XIX y cristaliza a partir de la guerra chino-japonesa de 1894-1895 (como se muestra en el famoso cuadro encargado en 1895 a Hermann Knackfuβ por el Kaiser Wilhelm II, en el que, bajo una cruz celestial, un ángel armado pide al pueblo de Europa, representado en diversas de sus mujeres, que preserve sus valores más sagrados ante el acercamiento de una imagen de un gran buda, que representa a Oriente). Toma más fuerza con la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. Como dijo Austin de Croze en 1904 en “Peril jaune et Japón, es decir, El peligro amarillo y Japón”, «existe el temor de que los japoneses se fusionen con los chinos, los modernicen, los conviertan en «ciudadanos» y se conviertan así en la primera potencia del mundo.

– En “Un año y medio” (Zoku ichinen yûhan, de 1901, traducido del japonés al francés por Romain Jourdan, Les Belles Lettres, 2011), Nakae Chômin también dibuja una imagen muy crítica de las élites japonesas (puede leerse on line en francés –o traducirlo- desde aquí, o puede descargarse clicando aquí).

– No existe el Rey de Bélgica, sino el Rey de los belgas. En la época referida por Shiki, el rey era Leopoldo II, quien fundaría y explotaría cual empresa, el Estado Libre del Congo.

– Cuando Shiki cita a Kuroda, se debe referir a Kuroda Seiki (1866-1924), cuyo nombre aparecerá en más ocasiones. Seiki viajó a Francia en 1884 para estudiar Derecho, y derivó hacia las Bellas Artes. Regresó a Japón en 1893 y desarrolló una pintura de estilo occidental.

– Frente a sus vecinos rusos o chinos, existe en la historia moderna una teoría sobre Japón como «país pequeño» (shokoku). Las cuestiones que así lo certificarían son descritas en trabajos como el referido de Nakae Chômin (1847-1901), y los del demócrata revolucionario japonés militante en el Movimiento por la Libertad y los Derechos del Pueblo Ueki Emori (1857-1892), y los defensores de la democratización contra el imperialismo de los japoneses Miura Tetsutarô (1874-1972) o Ishibashi Tanzan (1884-1973), quien tuvo una visión política liberal y adoptó la “política del Pequeño Japón”, cuya principal idea era la retirada japonesa de Manchuria.

– Cuando Shiki habla de Dinamarca, no se sabe concretamente a qué eventos específicos se refiere. Tal vez sea la guerra de los Ducados o Segunda Guerra de Schleswig, en la que Dinamarca había sufrido una derrota desastrosa en 1864 contra el Imperio Austríaco y Prusia.

Sergio Pinteño Padilla

 

 

 

 

 

Unas palabras del autor

No hay mucho que decir acerca del autor. Poco o nada que pueda aportar algo significativo a lo que realmente cobra verdadero protagonismo: aquello que revela y calla el propio haiku. Creo que bastará con señalar que, aunque me crié en un barrio de ciudad, tuve la suerte de quedar expuesto, todos los veranos de mi infancia, a la maravilla natural que se esconde en este rinconcito del Atlántico que rodea al entorno de Doñana. Es ahí de donde brota mi haiku más de 30 años después, en un torpe intento de nombrar la luz, el mar, el viento y las criaturas que se fueron tramando, día a día, lentamente en mi corazón.

 

Abriéndose a la luz

el violeta de la flor

del alcaucil

*

Viento calmo

lo justo para turbar

una espiguilla

*

En el hervor del caldo

el súbito abrirse

de las almejas

*

Pasta el potrillo

su resuello impregna

la hierba fresca

*

Rayo en la noche,

una cabra tensando

su propia soga

*

La luz y el viento

entran en lo profundo

del cañaveral

*

A contraviento

gaviotas

graznando en lo oscuro

*

Tras la tormenta

esparciendo cenizas

a orillas del mar

*

Amamantando

lame la gata a sus crías

Calima nocturna

*

Esa culebra

la forma en que quedó

enroscada al morir

*

Escampó

el canto de la abubilla

parece otro

*

Las lleva el aire

a la mañana

cenizas del rescoldo

*

Al deshojarla

en el corazón de la lechuga

un caracol

*

En silencio

de vuelta con mi padre.

Prunos en flor

 

CABALLOS

Por años los he visto en el área verde entre la urbanización donde vivo y el río Isabela. Son una familia o varias familias y de vez en vez hay algún potrillo casi recién nacido.

Suelen pacer en el mismo camino por donde transito con los perros o en áreas aledañas. En ocasiones los he encontrado metidos en el arroyo. Cuando ocupan el camino, a veces me devuelvo para no perturbarlos, a veces les paso con cautela mientras ellos me abren espacio lentamente, también cautelosos. Hay veces que no los veo pero paso por lugares donde queda el olor de su orina.

Son otra nación, ya no pertenecen como antes a los trabajos y hazañas de los hombres, siempre con mucho sacrificio para ellos. Los observo y no he podido penetrar sus conversaciones, como lo hacía Lara, la perra, que se les acercaba y se olía nariz con nariz con alguno de ellos.

Son rojizos, de pelo negro, están bien alimentados y viven en paz, ajenos al mundo de los humanos. Es una dicha encontrarles por el camino con sus ojos grandes y sus cuerpos vigorosos dispuestos a acompañar al viento.

Pasaron los caballos.

En el camino hay huellas

de caballitos.