NIDOS Y POLLUELOS
“La vida lo que mejor sabe hacer es empezar.”
Joaquín Araujo
Nidos de Otoño, nidos de Primavera los más, algunos, todo el año. Llega Junio y fácil ver todavía volantones y polluelos creciendo en los nidos.
kuchi akete oya matsutori ya aki no ame
Abriendo los picos
Los pajaritos esperan a su madre:
la lluvia del otoño
Kobayashi Issa
Primeras golondrinas
El gorrión se resiste
A dejar el nido
Manuel Díez Orzas
Olor a lluvia
De un pichón a otro
Una fila de hormigas
María Ángeles Millán (Hikari)
En lo alto de los árboles, en las oquedades de un muro, en arbustos, torres, en la tierra, también en la arena…
las campanas…
reclaman a sus padres
unos polluelos
Rubén Marín (Benrû)
agua serena…
entre los brotes de juncos
una camada de patos
Xaro Ortolá
Las aves construyen sus nidos allá donde pueden estar protegidas de los depredadores, así como del viento, la lluvia o el sol, y puedan encontrar fácilmente alimento.
en la oquedad
del castaño caído
¡pía un polluelo!
Gregorio Muelas Bermúdez
Esos pequeños seres alados, emplumados apenas e indefensos, inspiran ternura y nos conectan con el niño que llevamos dentro y la necesidad de proteger la vida de los más vulnerables. Véase el protagonismo que tienen en la literatura infantil de todos los países.
A la perdiz
le siguen sus polluelos
buscando sombra
Antonia Martínez García
mucho frío
El pollito se hizo caca
en mi mano
Niño 7 años: Yasniel Izquierdo Casanova
Entre las manos
la cría del jilguero
Ventarrón
Mary Vidal
Sutsubame no shita ni hi o taku amayo kane
Haciendo un fuego
bajo un nido de vencejos
¡la lluvia nocturna!
Shirao
Un nido roto o vacío tras la tormenta, la llegada de un depredador, o simplemente el final del ciclo reproductivo dejan un halo de tristeza en aquel que lo contempla.
Miércoles de ceniza
Los nidos rotos
de los vencejos.
Mavi
Cae la lluvia
sobre los nidos vacíos.
Níspero en flor.
Fernando Mora
Castaño viejo.
La anciana amontona
nidos vacíos.
Elías Dávila
Fin de Año.
Las hormigas vienen y van
en el pichón muerto.
Jorge Giallorenzi
Difícil eclosionar, salir adelante, sobrevivir y llegar a adultos reproductores para, de nuevo, comenzar el ciclo. Como bien dice el amigo haijin y poeta, Enrique Linares, en su libro Unas alas en mi balcón:
“Me he dado cuenta que volar no es solo mantenerse en el aire. Previamente debes aprender a mirar más allá del nido, aceptar el estado de tus alas y descubrir que lo imposible está más cerca de conseguirse de lo que creemos”.
cielo sin nubes,
uno de los pollos
abre y cierra las alas
Enrique Linares