Archivo de la categoría: Buson Haikushû 蕪村俳句集 (Jaime Lorente y Setsuko Takeoka)

Haiku 29

梅咲て帶買ふ室の遊女かな

Ume saite obi kau muro no yuujo kana

La floración del ciruelo;
unas cortesanas en su habitación
comprando fajas.

 Las cortesanas encerradas en el barrio, amurallado, del placer. Quizá Buson las contemple a través de una ventana desde Simuya, salón poético y burdel de Shimabara, en Kioto. Ellas compran mientras el ciruelo florece en plena libertad. La prisión de sus celdas frente a la libertad del ciruelo. Las flores de ciruelo son un símbolo de pureza, pero en un mundo flotante, son de corta duración.

  El primer barrio del placer se creó en Kioto y desde allí se extiende a otras ciudades, como Tokio (Yoshiwara) y Osaka (Shinmachi). Shimabara (1589-1957) algunas obras pictóricas de Buson, como “Ciruelo blanco, ciruelo rojo” está relacionada directamente con Sumiya: un burdel de clase alta en Shimabara. Ese espacio también servía como salón para artistas, poetas, donde disfrutaban de bebida, música y artes. El propietario de entonces, Toku Uemon, estudió haiku con Buson.

Haiku 28

うめ散や螺鈿こぼるゝ卓の上

Ume chiru ya raden koboruru shoku no ue

 Caen las flores del ciruelo;
el nácar disperso
encima de la mesa.

Raden es un arte decorativo de origen chino (introducido en Japón desde la dinastía Tang hasta el periodo Nara) que consiste en la creación de artículos de madera y laca, aunque también se aplica al metal. El nácar también recibe el nombre de madreperla: las conchas se desgastan en una piedra de afilar y se corta, se pega o incrusta en la madera o en la superficie lacada. La decoración con conchas también se llama kaisuri. Entre los famosos artesanos de raden destacó, a comienzos del periodo Edo, Ikushima Toushichi.

Shiki escribió:

琴の尾や螺鈿に梅のちらし

[Koto no o ya raden ni ume no shirashi saku]

El final del koto- / el nácar y las flores del ciruelo/ dispersos alrededor.

(El koto es un instrumento japonés de cuerda, fabricado con cañas de bambú; su parte final recibe el nombre de“cola de dragón”).

Haiku 27

しら梅や北野ゝ茶屋にすまひ取

Shiraume ya kitano no chaya ni sumahi tori

El blanco ciruelo-
un luchador de sumo
en la casa de té del santuario.

El santuario Kitano tenmangu de Kyoto se construyó en el 947 y está dedicado al político y poeta Sugawara Michizane (convertido en el kami Tenjin: dios sintoísta de la educación). es el templo sintoísta más importante de los 10.000 dedicados a Michizane, quien fue exiliado por el clan Fujiwara (apellido ya mencionado en el haiku número 13); tras su fallecimiento, la leyenda atribuye a Michizane numerosas plagas y terremotos.

También cuenta la leyenda que Michizane es el autor de un poema en que se despide de los ciruelos: pide que sigan florenciendo en su ausencia, razón por la cual en todos los santuarios dedicados a su persona, hay un ciruelo cerca del salón principal (como en este poema) y muchísimos más por todo el complejo. Actualmente, el santuario abre sus jardines privados en febrero, con cerca de 2.000 ciruelos. El aware surge en la contemplación de un luchador de sumo contemplando la floración del ciruelo en el santuario. Antiguamente, los combates se celebraban en otoño, de tal modo que esta persona se haya en un periodo de descanso. También puede traducirse como:

El blanco ciruelo;
un luchador de sumo sentado
en la casa de té.

Haiku 26

隅/\に殘る寒さやうめの花

Sumizumi ni nokoru samusa ya ume no hana

En los rincones, en las esquinas
el frío permanece-
las flores del ciruelo.

Algunos ciruelos florecieron aun con el frío, otros tienen pocas flores. En todos los rincones se siente el frío.

De nuevo la influencia del poeta y pintor Wang Wei:

“Has llegado a mi lugar natal
Y ciertamente conoces lo que allí ha ocurrido;
El día de tu marcha, frente a la ventana,
¿Habrán los fríos ciruelos abierto ya sus primeras flores?”

襟巻の浅黄にのこる寒さかな

erimaki no asagi ni nokoru samusa kana

En el amarillo claro
de la bufanda
permanece el frío.

HAIKU 25

宿の梅折取ほどになりにけり

yado no ume oritoru hodo ni nari ni keri

El ciruelo de la casa
creció muy alto,
no puedo recoger sus flores.

El ciruelo florece a principios de febrero, a menudo mientras todavía está cubierta de escarcha. La madera de color marrón oscuro, los capullos de flores de color rosa oscuro y la nieve blanca son un retrato sorprendente de colores contrastantes. Como las flores no se ven afectadas por el hielo o el frío, las flores de ciruelo representan una buena salud y superan las adversidades.

La primavera marca el comienzo de la temporada agrícola, así como las cosechas rentables. Así, las flores del ciruelo se asocian con la riqueza y la buena fortuna, siendo heraldos de la primavera.

 

 

Haiku 24

出べくとして出ずなりぬうめの宿

izubeku to shite dezu narinu ume no yado

Debería salir, salir afuera;
las flores del ciruelo
de esta posada.

 

 Comentario y notas culturales:

Obsesión con la salida: aparecen hasta tres verbos en un haiku, lo cual no es frecuente. En dos ocasiones aparece el kanji出[ salir] que a su vez procede del kanji de montaña [山]. Es la sensación de salir, por deber, por obligación de casa; sin embargo, el aware en la contemplación de las flores del ciruelo implica la permanencia en el hogar, admirando este ciclo de la primavera.

Haiku 23

舞/\の場もふけたり梅がもと

mai-mai no niwa mo fuketari ume ga moto

Un escenario para la danza:
la danza sobre los héroes
alrededor del ciruelo.

 

Comentario y notas culturales:

Buson asiste a la representación de una danza sobre las hazañas de algún guerrero (samurai, con un público de familias nobles). Puede que dicha obra se escenificara en el jardín del palacio del shôgun, donde florece un único ciruelo, bajo el cual – o a su alrededor- se realiza la obra.

La danza es una muestra de admiración del pueblo japonés por la naturaleza. De su danza tradicional destacan dos modalidades: adori (más rápido y alegre) y mai (principalmente en el oeste). Con respecto al segundo, cada zona disponía de una modalidad propia, así en Kyoto se llamaba “kyomai”. En esta región surge el siglo XV una danza llamada “Kôwaka mai”, sobre la cual se centra nuestro haiku: es una danza donde sólo se mueve, ligera y lentamente, la parte superior del cuerpo. Es una forma de entretenimiento de las familias de la nobleza durante la época feudal de Japón: de hecho, su trama se relacionada con el ámbito militar (shôgun, samurais, etc.). En la danza se emplean abanicos (osensu) para representar las tormentas, el viento, las armas, la luz, el sol, etc; en ocasiones la cara se recubre de blanco, se emplea el kimono como prenda de alta distinción y la katsura o peluca negra y corta. A veces estas danzas estaban relacionadas con el teatro Kabuki y Noh. Desde la época Muromachi (1336-1576) hasta la mitad del periodo Edo, este tipo de danza fue especialmente reconocida. En primavera se danza a la belleza del cerezo, al arce en otoño, a la nieve en invierno y a la alegría y las luciérnagas en verano. Sin duda se mezcla la flor blanca del ciruelo, el blanco de los abanicos y –quizá- del maquillaje facial. El ciruelo fue, sin duda, una flor más aristocrática que el cerezo.

No siempre las acciones bajo el ciruelo son tan sagradas o venerables: a veces tiene lugar el humor, lo costumbrista. Sin duda, el haiku puede mezclar elementos de alto grado y esteticismo poético (el ciruelo en flor) con otros cotidianos, propios de la vida y de sus instantes imprevisibles:

A.-

虱とる乞食の妻や梅がもと

Shirami toru / kojiki no tsuma ya / ume ga moto

Quitando los piojos,
la esposa de un mendigo
bajo el ciruelo.

(Es éste un haiku de carácter humorístico que combina el uso de tópicos clásicos, elevados (el ciruelo) junto con un lenguaje común (shirami, piojos; kojiki, mendigo). La pureza del ciruelo, con sus flores blancas abriéndose a la primavera, contrasta con la suciedad de los personajes que lo acompañan a sus pies).

Haiku 22

しら梅や誰むかしより垣の外

shiraume ya taga mukashi yori kaki no soto

 

Ciruelo de blancas flores;

alguien te sembró 

fuera de la cerca.

 

Comentario y notas culturales:

 Haiku sin verbo. Introducimos el verbo “sembrar” para incluir el sentido del tiempo, la antigüedad que refiere el poema: hay una distancia entre la siembra y el florecimiento de un árbol robusto que abre sus flores a la primavera.

 Aquellas flores del ciruelo, de un anciano árbol, siguen creciendo sin problema al margen de la posesión, de la propiedad humana; al margen de nuestras leyes y caprichos.

 

水にちりて花なくなりぬ岸の梅

Mizu ni chirite hana nakunarinu kishi no ume

 

En el agua

las flores caídas desaparecen,

el ciruelo de la orilla.

Haiku 21

白梅や墨芳しき鴻ウ舘

hakubai ya sumi kanbashiki kouro-kuwan

 

En el Kôrokan

las blancas flores del ciruelo;

olor a tinta china.

 

 Comentario y notas culturales:

  Un ciruelo blanco florece en el jardín del Kôrokan (antigua casa china para la recepción de invitados, embajadores, diplomáticos, etc.). en torno al siglo IX se construyó una réplica en Kioto, más tarde en Osaka y Fukuoka. En aquel edificio, chinos, coreanos y japoneses intercambiaban impresiones: el contraste entre el color blanco del ciruelo y la tinta negra de los documentos es evidente. Buson, a partir de una visita al Kôrokan de Kioto, siente el aware a partir de esta variedad cromática: hay ciertas dosis de posibilidad en este haiku, de imagen que nos lleva a otra imagen (en este caso ficticia o fuera de los límites temporales del propio Buson). De nuevo, la conexión con la cultura china, en este caso de la dinastía Tang.

Se ha optado para la traducción por la apuesta clásica: situación de la escena (en el kôrokan), la imagen de las flores con su kireji y, por último, la esencia complementaria de la tinta china. Es un haiku visual y olfativo: ambas sensaciones contrastan -en el sentido taoísta de interdependencia y conexión- a través del blanco y el negro, de la fragancia del ciruelo y de la tinta.

Este edificio de Kioto aparece en la conocida novela “Genji monogatari” o “Historia de Genji” escrita por Lady Murasaki Shikibu (937-1019). Algunos especialistas no esconden sus elogios ante dicha autora, quizá la primera novelista moderna del mundo.

HAIKU 20

うめ折て皺手にかこつ薫かな

ume orite shiwade ni kakotsu kaori kana

la flor del ciruelo;

mi arrugada mano conserva

el aroma.

 

Comentario y notas culturales:

 La flor del ciruelo, la vida, en la ya envejecida mano del haijin que parece renacer, florecer con el aroma. Según el profesor Shimizu, el haijin ha roto una rama del ciruelo y tiene en sus manos capullos de flores frescas.

La influencia del poeta y pintor chino Wang Wei (dinastía Tang) está presente en la obra de Buson, a modo de reflejo. Se aprecia en el paralelismo de algunos poemas, como el siguiente:

“Veo que el ciruelo de invierno ha brotado

y escucho a los pájaros cantando nuevamente.

Estoy enfermo, veo las hierbas primaverales

y me aterra que puedan crecer hasta mi puerta”.

 

A.- 梅が香の 立ちのぼりてや月の暈 

Ume ga ka no tachinoborite ya tsuki no kasa

 

El aroma del ciruelo

asciende;

el halo de la luna.