Sobre la autora
Mirta Gili nació y vivió en San Nicolás de los Arroyos, Buenos Aires, Argentina, hasta su fallecimiento en los primeros meses de 2023. Participó muy activamente en diversos momentos en los foros de El Rincón del Haiku y fue un miembro destacado de nuestra comunidad.
La selección que hemos realizado, quiere ser un homenaje y un reconocimiento al gusto que tantas veces demostró por el trabajo argumentado y colectivo. Creemos que estos haikus de Mirta representan significativamente su manera de entender el haiku y han sido escogidos con el cariño y el respeto que merecen entre los recibidos para Autores Haiku-dô (de la revista ERDH) y entre su variada producción en el foro desde 2008 hasta 2021.
Mirta permanecerá siempre en el recuerdo de cuantos la conocimos.
“No escribo como quiero sino como puedo”
Mirta Gili
voces que ya no oiré…
un viento helado
atraviesa los frutos del arce
rozando el suelo,
toman color
las mandarinas
plaza soleada –
del bolsillo otra vez
saca semillas
sin huellas la nieve,
algunas hojas secas
cruzan el puente
amanece –
en la ventana del niño
un reno de felpa
otro aniversario…
oliendo a oscuras
las flores al ligustro
«Se Vende»…
y el malvón
se ha cubierto de flores
mañana helada –
el viento acerca
el murmullo de un grillo
semillas del fresno…
en vaivén
el brillo de la luna
sobre la tumba
del gato en el jardín,
mentas y ortigas
tarde de otoño,
esquivando a los niños
la mariposa
huele a claveles…
una mosca vuela
en la cara del muerto
llovizna –
el andar de una oruga
entre la menta
clavel del aire –
atrapan panaderos
sus flores secas
tenue sol…
podan
el lugar de los trinos
jacarandá,
el plac de una flor
en el silencio del alba
une las ramas
del rosal muerto:
la telaraña
rancho isleño –
ahumadas las ropas
del espantapájaros
antes de morir…
limpió sus alas
la cucaracha
bajo las tipas…
el abuelo matea
soplando pétalos
sin hojas…
el cielo entre las pajas
del nido vacío
ronda de niños –
un pechiblanco muerto
entre las flores
patio de luz,
al alba sube y baja
el chillar de golondrinas
lluvia nocturna,
los pétalos blanquean
el tronco del cerezo
bajo la parra…
mi abuela recoge
la araña que cae
en el lodo…
el brillo de una piña
a medio abrir
totoral,
se agrandan sobre el agua
los ojos del ternero
resuena un trueno –
vuelve en silencio un pato
bajo la lluvia
noche sin luna,
desde el cuarto mi madre
llama a su madre
primero de año –
cerca del nido roto
vuela el hornero
otra ráfaga,
mi sombra se mezcla
con la del ciprés
risas en el agua,
en el cuenco de rocas
los renacuajos…
desvainando arvejas
junto a mi madre;
el gallo canta también…
se pierde en la sombra
el sol en las alas
del alguacil
-.-