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Kigo

Palabra de estación

    El kigo o palabra de estación, es una palabra (o conjunto de palabras) dentro del haiku que alude a un momento concreto de alguna de las cuatro estaciones del año o al periodo de Año Nuevo, al que los japoneses consideran con características tan particulares y propias como las que podemos ver en la primavera, el verano, el otoño o el invierno. El kigo es una manera de transportar una gran cantidad de significado en una o en algunas pocas palabras.

 

Un solo lazo de papel votivo

en una rama seca

movida por el viento

                                  Mitsuhiro Tsuji

 

De pie en un cruce.

Y en todas direcciones,

tarde de otoño.

                   Seishi

 

Cruzada de brazos

la peluquera

mira la lluvia

                        Nieves Pulido

 

“En Japón, la palabra estacional -aclara el profesor Haruo Shirane en “Más allá del momento haiku”- dispara una serie de asociaciones culturales que han sido desarrolladas, refinadas y transmitidas cuidadosamente por cientos de años y que han preservado, transformado y pasado de generación en generación a través de libros estacionales, los cuales permanecen en uso hasta el día de hoy.”

En Japón hay numerosísimos de estos libros estacionales o diccionarios de kigo. Según Seiko Ota y Elena Gallego en su libro “Kigo”: “Dichos diccionarios, muy variados en cuando a tamaño y extensión, están divididos en cinco estaciones pudiendo llegar a un tomo por cada una: primavera, verano, otoño, invierno y año nuevo, y a contener hasta unos 4.500 kigo, 500 por cada estación.”

 

Dejando un cielo

azul azul, se marcha

la mariposa.

                   Rinka

 

Y eso se debe a la importancia del kigo que desde el haiku clásico era considerado una condición indispensable: “Cuando la experiencia poética es completa -comenta Rodríguez Izquierdo- cierto sentido de estación forma necesariamente parte de ella como una cualidad del mismo acontecimiento.”

 

En la lisura de la nieve:

un camino de huellas

que no regresan.

                           IP51

 

Tanta importancia se le ha dado a la palabra de estación en Japón que no solo hay escritos libros, los “Saijiki”, donde se detallan los kigos, sino que también se valora el descubrimiento de alguno nuevo.

Son palabras tan cargadas de connotaciones que crean una conciencia colectiva. Si un haiku habla de la luna llena, todos sienten lo mismo, hacen las mismas asociaciones porque el kigo ha sido alimentado durante siglos para ello.

 

La luna llena

No importa a donde vaya,

el cielo me es ajeno

                 Chiyo-jo

 

El kigo actúa como una especie de contrapeso a esa breve estructura del poema haiku porque abre un boquete por el que entran tantas asociaciones como tiempo de desarrollo en la cultura tenga el kigo que el haijin ha puesto. Y, aunque, la primera función de estas palabras de estación siempre sea la descriptiva, terminan expandiendo el haiku, dándole profundidad y anchura.

sol abrasador

los pasos mesurados de la garza

a la sombra del búfalo

                                                   Adjei Agyei-Baah                                                                             (Premio Nido de Garza 2016)

 

Esta dimensión de connotación que tienen las palabras de estación hace que sea “imposible traducirlas -dice F. Rodríguez–Izquierdo en su libro El haiku japonés– con toda la carga connotativa que tienen en el texto original, ya que esa riqueza semántica les viene dada por el uso que dichas palabras han tenido a lo largo de toda la historia del haiku…”

 

Los occidentales no tenemos un sistema de kigos que se hayan ido alimentando a lo largo de los años, pero la simple incorporación de una palabra que aluda a la naturaleza hace que el poema respire, lleva al lector a algún lugar y momento de la naturaleza, al exterior, al aire libre.

 

Sin embargo, y sin invalidar lo dicho hasta el momento, también existen haikus sin referencia a ninguna estación (mu-kigo), o sea haikus sin kigo, que el profesor Vicente Haya en su libro “El corazón del haiku: La expresión de lo sagrado” menciona diciendo que “aunque consideremos de capital importancia que el poema de estrofa 5-7-5 contenga kigo, necesita de otros requisitos para que lo consideremos “haiku”; y, por otra parte, si aún faltándole el kigo, al leerlo se nos queda un regusto a haiku, lo podríamos aceptar como “Haiku sin estación”.

 

© Isabel Pose, 2019

 

Revista Cantarrana

Presentamos a nuestros lectores la edición N.° 27 de la revista Cantarrana, dedicada en esta ocasión al haiku contemporáneo escrito por poetas cubanos y colombianos. Es una coedición realizada gracias al empeño de la Asociación Colombiana de Haiku, presidida por el poeta Umberto Senegal, del blog cubano «Con luz reflejada» dirigido por el joven poeta Lester Flores López y de la revista de poesía «Cantarrana». Todos viviendo en tiempo de haiku, leyéndolo, escribiéndolo, investigando, debatiendo, difundiéndolo y siempre fieles a su filosofía de vida. …

cantarrana 27-2

El haiku en Argentina 2

ACLARACIONES Y AMPLIACIONES DE LA PARTE 1 DEL PRESENTE ARTÍCULO.

Antes de continuar con la segunda parte de este artículo dedicado al haiku en Argentina quiero aclarar que algunos autores y autoras que aparecen en la primera parte de la selección de haijines argentinos han querido añadir algunos datos a sus respectivas biografías tras su publicación. Estos autores son Antonio Libonati (César Bianchi), Juan Carlos Durilén, Julia Guzmán y Jorge Alberto Giallorenzi. Por lo tanto recomiendo una nueva lectura de estas biografías.

 

SELECCIÓN DE AUTORES CONTEMPORÁNEOS (SEGUNDA PARTE)

 

MARY VIDAL (Patagonia Argentina – Santa Cruz)

Colaboradora habitual de los sitios Paseos.net y El Rincón del Haiku, Mary Vidal comparte en sus haikus su amor por el mar y por los paisajes patagónicos.

El mar, la estepa proporcionan deslumbrantes formas de vida que se fusionan con fuertes vientos, a veces, la nieve y diversas condiciones climáticas. Es el ambiente en el que crecí. Nuestra Patagonia tan vasta y rica en paisajes me ha permitido, además, estar en contacto con la vida en la cordillera, los lagos, los ríos, los glaciares…todo llena los sentidos y el aware brota y crece en cada rinconcito.

El camino iniciado con el haiku   me ha permitido tener un contacto distinto con los seres vivientes y su entorno. A medida que pasa el tiempo descubro: ¡cuánto me falta por aprender!

Poza rocosa.

Centellean los colores

de una anémona

*

Cielo sin nubes.

Se aleja de la espuma

el cangrejo ermitaño

*

Brisa en el pecio.

Deslizan por la herrumbre

crías de pulpo.

*

Entre coralinas

el huevo de tiburón.

Frío de otoño

*

En la estepa

las alas de un ñandú.

Nubes de polvo

*

En la senda

estiércol seco de guanaco.

Las manzanillas…

*

Bajada de la Osa.*

Los callos en el cuerpo

de la ballena

 

*Paraje deshabitado (dedicado a pesca costera) a unos 20 km de Caleta Olivia – Provincia de Santa Cruz

 

RODOLFO LANGER (Buenos Aires)

Auditor, ludotecario y soñador como él mismo se define, ha colaborado en los suplementos literarios de «El periódico» de San Miguel de Tucumán, en «El País» de Montevideo, en la revista literaria «Otras Puertas» y en numerosas antologías. Tiene publicado un libro de cuentos: » No, yo soy casado», ganador del Concurso Internacional de Cuentos con humor de la Editorial CADDAN. En Ediciones de La Cultura Publicó la novela “Una sociedad sin cuñados” Tiene varios cuentos publicados en diversos diarios y revistas de Argentina y Uruguay. Ha dictado talleres de Creatividad Literaria y Técnica del cuento.

Ha obtenido numerosos premios y distinciones, coordinó talleres de creatividad literaria y escribe haikus que han sido publicados en España, Rumania y Méjico. Finalista del Concurso internacional de haiku de la Universidad de Albacete, 2008. Colaborador habitual del sito “El Rincón del haiku”, participó en la antología seleccionada «Perro sin dueño», de la Universidad de Albacete, España. Sus haikus también aparecen en la antología “Un viejo estanque” Editorial Comares, S.L, 2014.

junto a la orilla,

el olor a peperina

viene del cerro.

*

refleja el lago

las maderas del puente,

canto de aves.

*

la luna llena,

el río y la sombra

de la prisión.

*

entre las ruinas

grises del terremoto,

trinos de pájaros.

*

sutil aroma

patio de los naranjos,

y una melodía.

*

rayo de sol

una copa de vino,

pienso en mi padre.

*

rayo de luna

a través del cristal,

ladra un perro.

*

cri-cri de grillos,

la sombra de los robles

cubre la luna.

 

 

 

ÁNGELA MOLINA ALONSO

Su interés por el haiku la llevó a ser la última alumna del poeta Tomiji Kubota. Posteriormente, en 1996 se convierte en alumna de Neri L. Mendiara en el Instituo Tôzai. A partir del año 2000 forma parte del jurado del Encuentro Internacional de Haiku que realiza dicho Instituto hasta 2012. Su faceta pictórica se vio plasmada en sus haikus, al igual que su inmenso amor por la naturaleza.

En su libro “Haiku por argentinos”, Buenos Aires, Dunken, 2006, comparte:

 

Última vez…

Los rayos del crepúsculo

ante la muerte.

*

Dioses de un pueblo…

Murmullo de ladrillos

en viejos túneles.

*

Charcos de luna

después del chaparrón

¿y la rayuela?

*

Solo mi voz

Se columpia en suspiros

Con esa luna.

*

Estamos juntos

empapados de luna

grillos cantores.

*

Juega la tarde,

a una ventana abierta

le pinta duendes.

*

Suene un violín

de trinos y retamas

se llena el aire.

*

En viejo patio

glicinas enhebrando

trozos de cielo.

*

Ángela falleció en octubre de 2018.

 

Aires de niña (…)

Parrales y glicinas

detengo un tiempo.

*

 

RAFAEL ROLDÁN AUZQUI

Nacido el 19 de mayo de 1960, Córdoba, Argentina. Reside en su ciudad natal. Escritor, poeta, docente, es Profesor y Licenciado en Letras Modernas (Universidad Nacional de Córdoba).

Sus colaboraciones figuran en periódicos y revistas del país y del extranjero. Diversas antologías lo incluyen y ha recibido diversas distinciones en su trayectoria literaria, entre las que se destaca la del Fondo Nacional de las Artes. Ha publicado una serie de plaquettes -en forma individual y colectiva-, la última –en 2008- bajo el título “Haikus en sorbos”, con el auspicio de la Asociación Cultural “Letras para el Café”.

Miembro del Grupo Córdoba Haiku desde su fundación, su búsqueda espiritual y su afán por conciliar la cultura occidental con la sabiduría de Oriente, lo llevó a realizar diversos viajes para tomar contacto y experimentar la espiritualidad, por Chile, Perú, Brasil, Kuala Lumpur, París e India, en 2001 y 2008. Entre sus obras literarias cabe destacar: Haikus a flor de voz (1997), Ed. del Copista, Córdoba, La Llave Dorada (2004), Ed. Brujas, Córdoba, o India en haikus y otros florilegios (2011), Ed. Ruinas Circulares, Buenos Aires, entre otras muchas.

Boca a otro mundo…

Con la mirada absorta,

luz y misterio.

*

A contraluz,

torre y paloma se alzan…

¿Cuándo, la paz?

*

Niebla de otoño:

entre las ramas secas

el cielo espera…

*

Noche otoñal:

la luna va entre nubes…

La apura el viento.

*

La luna llena

perfuma con su luz…

Noche estival.

*

De verde claro

a variados fulgores…

¡todo renace!

*

Luces y sombras
modulan el verdor…
Las aguas, mansas.

 

BEA CANDIANI (MARÍA BEATRIZ CANDIANI)

Nacida en Capital Federal, 1948. Reside en La Calera, Córdoba, Argentina, desde el año 1957. Ejerce la docencia en Artes Plásticas en todos sus niveles hasta su jubilación en 2004. Coordina el grupo de escritores La Nueva Tinta, que presentará la primera revista literaria de La Calera en marzo 2019. Publica en diversas antologías literarias de la provincia. Es coautora del libro” La Calera Testigos de nuestra historia” y de” Haikus desde extremo occidente.”

Estudia y escribe Haiku desde hace diez años. Se integra al Grupo Córdoba Haiku en el año 2010. Participa de encuentros internacionales con sus haikus.

Como aporte a la comunidad, diseña blogs para artistas de la tercera edad.

Crea el conjunto de blogs “deartebea. blogspot.com.ar” que se dedican a la literatura, al arte y al tejido. Entre ellos, “Al rescate del arte vamos”.

Durante el presente año publicará dos libros para niños: El Reino Olvidado con ilustraciones de Mariana Gsponer y Poemas y cuentos de Abu Bea y Abu Lewis, con ilustraciones realizadas por ella.

Trayectoria en el arte del haiku

“Siempre sentí curiosidad por este tipo de poesía, que con su breve estructura podía ser la síntesis de un momento único para el poeta. Y por esa síntesis, que me parecía una red contenedora para el espíritu, comencé con lo poco que sabía, a escribir tercetos que solo respetaban el número de sílabas.

Buscaba haikus en todas las páginas posibles de Internet, hasta que en una publicación del blog Hojas de Haiku de Juan Carlos Durilén, encuentro a escritores conocidos en un nuevo grupo de haiku formado en la ciudad de Córdoba. Dado el interés que sentía por este tipo de poema, tengo la suerte de ser invitada a formar parte del grupo en el año 2010.

Desde esa fecha, ha participado en multitud de concursos y encuentros, siendo sus haikus seleccionados para publicación y premiados en distintas ocasiones.

Con el Grupo Córdoba Haiku ha participado en diversas presentaciones, ferias del libro y encuentros, y es además la encargada del diseño gráfico y la distribución de las publicaciones de dicho grupo.

En 2017 publicó con el Grupo Córdoba el libro “Haikus desde Extremo Occidente”, Aquilea Ediciones, Córdoba (2017)

Realizado en conjunto por el grupo, con prólogo de Alberto Silva, ilustrado con acuarelas del Ingeniero Armando J. Oldani. Se presenta por primera vez en la Universidad Tecnológica Nacional de Córdoba. El título de este libro “permite vislumbrar el desplazamiento mediante el cual un estilo poético en principio foráneo se convierte en semilla que puede renacer en el suelo de América Latina” dice Alberto Silva en el prólogo. Se consigue en la Librería Haiku, Barcelona”.

 

La tarde esparce

un aroma a laurel.

Tiempo de poda.

*

Humo en el cielo.

Los teros en bandada

chillan su espanto.

*

Los picaflores

han parado su vuelo…

Para observarme.

*

Redonda y sólida,

perforando la noche:

la luna llena.

*

Sobre las salvias,

la mariposa blanca

vuela insistente.

*

Buscando el néctar…

Presencia de un instante,

¡alas de humo!

*

Biombos silvestres:

salvajes en la noche,

quietos de día.

*

En la quebrada,

brillos pulverizados

por las vertientes.

*

Desde las cumbres,

unos jotes negrísimos

huelen la muerte.

*

La megaluna…

Posando entre las hojas

de una palmera.

*

Noche sin paz:

un malambo de gatos

en la terraza.

 

CECILIA IUNNISSO

Mi nombre completo es Cecilia Iunnisso Fernández. Nací en la ciudad de Rosario, en la Provincia de Santa Fe, República Argentina. Actualmente resido en la misma ciudad. Soy Contadora Pública, graduada en el Universidad Nacional de Rosario (Argentina).

Con respecto al Mundo Haiku, comencé a interesarme allá por 2007-2008, leyendo cuanto libro caía en mis manos. Soy autodidacta.

Con un grupo de amig@s creamos un blog, llamado Haiga. Siempre me mantuve en el anonimato, hasta que alguien me invitó a participar del Concurso Internacional organizado por la Facultad de Derecho de Albacete, en 2016. Obtuve una mención.

Siempre he participado de los Kukai de Hela, en algunas ocasiones, obtuve el primer lugar. Y, posteriormente, fui antologada en el Libro editado en México, “Haikus de las dos orillas”, con haijines de España, Perú, Uruguay, Ecuador, México…

En el llamado realizado en Medellín, sobre Haikus de los elementos, fui seleccionada con tres Haikus.

SER FUEGO/ LUZ

 

A media tarde

el sol entre los juncos.

Huele a pescado.

*

claro de sol …

una perra pariendo

sobre las hojas

*

SER TIERRA

*

la polvareda –

el sudor del tobiano*

entre las crines

 

* Caballo overo (de color parecido al melocotón).

 

Actualmente soy miembro seleccionador de los haikus semanales en el Foro de El Rincón del Haiku. Org.

Además, escribo Tanka y e incursionado en Sedoka”

 

sigue a la hormiga

la sombra con su carga

entre guijarros

*

niebla en el río –

la silueta de una gato

cruzando el puente

*

nieve en los montes –

algunas azaleas

ya florecidas

*

tras el chubasco

vuelve al muro la sombra

de los racimos

*

la polvareda –

el sudor del tobiano

entre sus crines

*

ninguna flor –

la hojarasca en el parque

desparramada

*

a media tarde

el sol entre los juncos –

huele a pescado

*

senda de polvo –

dos mendigos descalzos

junto a la fuente

*

fogón de piedra –

el embate del hacha

en las encinas

y, los queridos HAIKUS PORTEÑOS 

el fondeadero –

zurean las palomas

entre la niebla

*

El  arrabal.

Trozos de luna blanca

en cada charco.

*

vieja pared –

un puñado de yerba

secándose al sol

*

Barrio de tango,

al final de la calle

luna y misterio

*

Un hombre solo

de soledad porteña-

los adoquines.

 

LUIS ALBERTO PLAQUIN (15/11/1950 – Resistencia – Provincia del Chaco, Argentina)

Mi llegada al haiku ha sido de forma casual, con el descubrimiento, hacia 2011, de un sito en internet; allí nació mi entusiasmo por este arte de los japoneses, que me llevó a rastrear y hallar otros sitios, llegando a participar en un par de foros españoles (Paseos y El Rincón del Haiku).

Participé en algunos concursos; tuve la suerte de ganar el II Concurso Internacional de Haiku “El Vuelo del Samandar” -La Habana –Cuba 2014.

Finalista en el I Certamen Internacional de Haiku Haikunversaciones. Navarra -España – 2016.

Seleccionado en el Concierto Internacional de Haiku “Ser Agua” -2015- Concierto Internacional “ Ser Aire” – 2017 –Concierto Internacional “Ser Tierra” -enero 2018 –Concierto Internacional “Ser Fuego-Luz» julio2018- Medellín – Colombia

 

Viento invernal

quitando de las ramas

un viejo nido

*

Nubarrones…

Se va rizando el agua

de la laguna

*

Pasto escarchado.

Sobre el poste un tordo

erguido al sol

*

Un ave muerta

bajo del arbolito.

Hojas lustrosas

*

Amanecer…

en el tazón del perro

agua escarchada

*

Hacia el tilo

vuelan también palomas

Truenos a lo lejos

*

Duranta en flor,

se demoran allí

los abejorros

 

 

ROLANDO PACIENTE

Nació en Lomas de Zamora (Provincia de Buenos Aires) el 9 de abril de 1965.

Profesor en Castellano Literatura y Latín, Profesor para la Enseñanza Primaria, Profesor para la Alfabetización de Jóvenes y Adultos, Bibliotecario de instituciones educativas y Psicólogo Social.

Desde 1986 ejerzo la docencia, y he trabajado en los niveles de la Educación Primaria, Secundaria y en Educación Superior; desde ese entonces, investigo, escribo y difundo la poesía Haiku; tanto los libros de mi autoría y los que he publicado con las producciones de mis alumnos están editados en idioma español, portugués, inglés, japonés y en sistema Braille.

En las instituciones en donde he trabajado, he llevado a cabo un Proyecto didáctico pedagógico de Poesía Haiku, a través del cual me permitió enseñar y difundir esta maravillosa forma poética.

Actualmente, coordina Talleres de escritura creativa, Talleres de Poesía Haiku y Talleres de narración oral destinados para Profesores, Maestros, Psicopedagogos, Directivos y Bibliotecarios. Conferencista, escritor, compilador, narrador oral.

Su obra pedagógica y poética publicada, está conformada por los siguientes libros:

(2002) El enigma del viento. Ediciones del Ángel – Virrey del Pino: La Matanza – Ediciones del Ángel.

(2011) Haiku: Proyecto y antología por alumnos de Cañuelas. Buenos Aires: Dunken.

(2012) Haiku: Desde el camino. Edición Trilingüe – español – portugués – inglés. Buenos Aires: Dunken.

(2012) Haiku: Propuesta didáctica y antología bilingüe – español – japonés. Buenos Aires: Dunken.

(2014) Tanka: Las horas y los días. Edición bilingüe – español – portugués – Buenos Aires: Dunken.

(2017) Las huellas del caminante: Proyecto y antología literaria por alumnos de Cañuelas y Lobos. Buenos Aires: TAHIEL Ediciones.

(2018) Saquen una hoja: Microrrelatos. Buenos Aires: TAHIEL Ediciones.

Donde hubo un mar,

hoy crecen los trigales.

¿Qué habrá mañana?

*

Blanco el sendero,

en procesión los pétalos,

y hormigas negras.

*

La tarde en sombras,

rosada la alguna;

quedan las garzas…

*

Primaverales,

los loros reverdecen,

al árbol seco.

*

Llevaba a cuestas,

un equipaje blanco;

la hormiga negra.

*

Sobre las cruces,

cantando las calandrias.

¿Quién dijo olvido?

*

Campo de lino,

en flor azul, la pampa…

¿Descendió el cielo?

*

Por un instante,

sobre la estatua rota,

dos mariposas.

*

Quieto el molino,

en la rueda oxidada;

palomas blancas.

*

Gris la mañana,

en la niebla, perdidos;

los girasoles.

 

ELENA BRAVO (ELENA DE SAN TELMO)

Camino, miro, escribo.

Soy Elena Bravo psicoanalista, fotógrafa y escritora nacida en Buenos Aires. En 2004 comencé a estudiar sobre la cultura de Japón y a escribir haiku. A partir de entonces incorporé la fotografía a los haikus de mi autoría. Presentando en la Medioteca del Parque Avellaneda “Imágenes evocando haikus” (2006) y creé una página web “Fotos y Haikus”. Realicé varios talleres en instituciones dependientes de organizaciones japonesas en Argentina. Desde el año 2008 he concurrido a los Encuentros Internacionales de Haiku realizados por el Instituto Tozai “Oriente y Occidente” en Buenos Aires con el auspicio de la Embajada de Japón, obteniendo menciones por los haikus escritos in situ y que posteriormente fueron publicados por Ediciones Tozai. En el año 2011 presenté un libro de artista “Haiku de Buenos Aires” en la Feria del Libros de Autor, posteriormente elegido para presentar en la Feria Bienal de Fotografía de Córdoba Argentina. En 2017 Participé en la Antología Internacional“La Estación de las espigas” y el 1º de febrero 2018 escribí para la Ronda de Haiku- Kukai. Tema Año Nuevo. 120 AÑOS DE AMISTAD ENTRE ARGENTINA Y JAPÓN- Fundación Sadako en la Embajada de Japón- Obteniendo el 2do. lugar en la votación de los concurrentes. En 2018 Participé del Cuaderno de Haiku-Antología 2018. Grupo de Haiku de Buenos Aires «Puente y Camino», del cual sigo formando parte en la actualidad.

 

 

Un apagón.

La sombra de una vela

parpadea en la pared.

*

Chicos de barrio

en las dedos luciérnagas

La luna nueva.

*

Los dos sonríen

el abuelo y el nieto

sólo dos dientes-

*

Final del verano

Aún huele a jazmín

luna creciente.

*

Brilla el rocío.

Amanece en los pétalos

de las magnolias.

*

Otro Año Nuevo

en los ojos del gato

la luna llena.

 

LÍA MIERSCH

Buenos Aires, 1950. Se dedica con exclusividad a la poesía haiku. De 1997 a 2000 integró el Grupo Seibu de Poesía Haiku.

Miembro ponente en el II, III y IV Encuentro Internacional de Haiku, San Isidro, Provincia de Buenos Aires, 2002, 2004, 2006, organizado por el Instituto Tôzai. Colabora con publicaciones especializadas y sitios de internet y participa como escritora invitada en ciclos y cafés literarios

Autora del poemario “Haiku”, Editorial Dunken, Buenos Aires, 2004

El Instituto Tozai ha publicado sus ponencias:

“Taller de Haiku para poetas menudos – una experiencia en la escuela pública”, Haiku II, Editorial Dunken, 2004

“El Haiku en silla de ruedas – una experiencia en el hogar de ancianos”, Haiku III, Editorial Dunken, 2006

“El Haiku en escena – una experiencia de Teatro Espontáneo”, Haiku IV (en preparación)

Distinciones:

  • Seleccionada en el concurso organizado por Diario La Nación y Empresa Metrovías integrando el libro “Poesía en el Subte”, Ediciones de La Flor, Buenos Aires, 1999
  • Premio a la Composición en Lengua Extranjera, concurso internacional orgaizado por Iga Cho Basho, Okensho Kai, Japón, 2000
  • Seleccionada por unanimidad del jurado en el concurso de escritura in situ (sin categorías) del I Encuentro Internacional de Haiku, Instituto Tozai, San Isidro, 2000

Deshabitada.

Deshojando a escondidas

la margarita

*

El río quieto.

Un barco navegando

sobre mis sueños

*

Bocas sin dientes

Ríen la misma risa

abuelo y nieto

*

Los barriletes.

Allá lejos, tan alto,

en otro otoño

*

Si hoy muriera,

que tejan mi mortaja

las mariposas

*

Nada especial.

Sólo el viento en las tejas.

Lejos, los perros

*

Tan silenciosa…

Flameando en el ciruelo

la primavera

*

Dados de niebla

echan suertes al juego

de nuestro encuentro

*

La Cruz del Sur

clava sus nazarenas

en mis exilios

*

Demolición.

Sólo queda una puerta.

Ninguna llave

*

Entre los yuyos

he perdido un amor.

Se ha vuelto grillo

*

Árbol tronchado.

Los gritos de mis ojos

quién los escucha?

*

Pasó el cartero.

Tan sólo hojitas secas

bajo mi puerta

*

Viajan poetas

en el tren de las ocho

Parecen otros

MIRTA GILI

Natural de San Nicolás de los Arroyos, se dedica al haiku desde hace más de diez años. Habitual colaboradora de los sitios El Rincón del Haiku y Paseos.net. En el año 2014 recibió una mención especial en el concurso “Haiku por Japón: Samurai Tsunenaga Hasekura en lengua española”:

 

atardece –

boquean entre pétalos

las carpas del templo…

 

Sus haikus han aparecido en las antologías “Un viejo estanque” (Ed. Comares, 2011) y “Clarea el día” (Mandala Ediciones 2014)

Es autora del blog “Haiku – Mirta Gili”: http://instantehaikumg.blogspot.com/

 

jacarandá,

el plac de una flor

en el silencio del alba

*

luz del ocaso –

se hace grande la sombra

de un picaflor

*

mientras le oye,

mueve una hoja de orégano

entre los dientes

*

corona de cristo,

anidan en el tiesto

unas hormigas

*

otro aguacero –

reverdecen las juntas

del empedrado

*

pisando hojas –

reaparece el farol

entre las ramas

*

. ocaso –

se sostiene en el muro

la última hoja

*

ladrillos húmedos…

sobre las hojas brilla

la puesta de sol

*

brisa matinal –

se mueve un trozo de hoja

sobre la hormiga

*

llovizna –

bajo los zapatos de goma

las hojas secas

*

 

CLAUDIA BAKÚN

Es poeta, artista plástica y docente de música.

Ha editado dos libros de poesía: Sombraluz (1994, Edición del autor , colección el fandango) y Accidentes geográficos(2014, 13000 pájaros ediciones).

Su formación literaria es esencialmente autodidacta, exceptuando la experiencia de taller realizada con Norberto Uman y Norberto Cobarrubias.

Ha participado en encuentros poéticos como Clima enrarecido, del grupo Signo Ascendente, y el Encuentro “Abrazo de voces” organizado por Las Pretextas, y en espacios de lectura como el Rincón de los poetas, el café de las Pretextas, el ciclo literario “Antonio Aliberti”, El orate y la musa, entre otros.

En 2010 participa del Foro de Haiku de «El Rincón de Haiku», sitio en el que se interioriza sobre este género, siendo considerada haijin.

Desde 2010 administra su blog Pinceles Verdes.

Contacto: claudiabakunyahoo.com.ar

Sitio web: http://pincelesverdes.blogspot.com.ar

 

  

sólo oír el viento

y acariciar a mi perra

querría esta tarde

*

¿dónde la luna?

desde aquí sólo veo

la lámpara en el vidrio

*

aroma a café…

mi vecina recuerda

a su madre

*

casi veinte años…

otro perro nos mira

tomar mate

*

ojos de anciana…

mirando los gorriones

se iluminan

*

mesas de café-

la paloma otea el cielo

desde la silla

*

una naranja

va y viene por el aire…

padre e hija

*

dos colibríes…

luz rosada en la senda

que lleva a casa.

*

este sendero…

mis pies pisan mis pasos

de diez veranos

*

prendida al pecho

la luciérnaga ignora

cuánto ilumina.

 

 

BIBI VARELA GIBB

Natural de Río Cuarto, Córdoba, es Licenciada en Artes Visuales por la Universidad de la misma ciudad.

Habitual colaboradora de los sitios El Rincón del Haiku y Paseos.net.

Mención Especial en el IV Concurso Internacional de Haiku de la Facultad de Derecho de Albacete:

Falda del monte

El sol de la mañana

En el ternero

 

Sus haikus aparecen en las antologías “Un viejo estanque” (Ed. Comares, 2011) y “Clarea el día” (Mandala Ediciones 2014) así como en el libro recopilatorio “Luna en el río” (2016)

 

Gotas de lluvia

aún brillan las luces

de la ciudad.

*

Crepita el fuego

En las uñas del gato

hilos de seda.

*

Atardecer

Detrás de la llovizna

las hojas mustias.

*

La sombra

de la hamaca vacía

llena de flores.

*

Sol de otoño

ha quedado en los pliegues

de un pañuelito.

*

Hojas crujientes

En un rincón oscuro

¡ el sol tan cálido !

*

Plaza de pueblo

En el banco una anciana

también la brisa.

*

Sendero incierto

Apenas entra el sol

y languidece.

*

Se ha ido el sol

sobre la rama seca

todo el rocío.

*

En los dedos arenisca

y en la piel agua de río.

ARIEL BARTOLINI

Una larga y volátil relación con la escritura encontró en el haiku el camino donde destilar y profundizar la percepción como materialidad poética.

Explorar, siempre incipientemente, esta senda estrecha, es parte de mis grandes felicidades: la felicidad familiar que compartimos con mi esposa hijos y nietos; la arquitectura, y remar a través del Delta del Paraná, materia incesante en mis asombros.

En mi cultivo del haiku he transitado por Paseos, por la Escuela Makoto, participo aprendiendo siempre en El Rincón del Haiku y junto al grupo de Haiku “Puente y Camino” en Buenos Aires.

 

lluvia en las piedras,

una mariposa azul

que se deshace

*

curvado al viento

el brillo de la tanza

de una cometa

*

luna de día,

las ramas del sauce

rozan la helada

*

se fue la sombra

de la libélula azul,

sol en la herrumbre

*

el olor del ajo

en la tabla mojada,

luna creciente

*

tablón de costa ,

brilla en los mejillones

la luz de luna

*

voló el alguacil,

en la hoja del junco

un leve vaivén

*

hilo de araña,

una hoja de ligustro

girando al sol

*

relincho largo,

la tijereta atrapa

un alguacil

*

se deshizo

la forma de una nube

sobre el arroyo

ADRIÁN ALEJANDRO GÓMEZ

Psicólogo de profesión, ha compartido sus haikus tanto en Argentina como en España, obteniendo diversos premios en concursos internacionales.Su libro Fuegos invisibles, Poemas y haikus, Buenos Aires, Editorial Dunken, 2013, recopila 50 de sus haikus entre otros escritos.

Impertubable

ronronea en el tapial,

lejos del frío.

*

Primer invierno.

En brazos de la abuela

ríe otra vez.

*

Un viento suave…

Y en las ramas del sauce

¡la nuba blanca!

*

Amanece,

en el árbol podado

…sólo silencio.

*

Esta tarde

todo el cielo nublado,

también mis ojos.

*

¡La luna roja!

Indiferentes hablan

dos pescadores.

*

Vuelta al hospital,

en la cama vacía

la luz del alba.

*

Nube tras nube.

Sobre la antena un ave

detiene el vuelo.

*

Calle oscura.

¿Luciérnagas o estrellas

entre los fresnos?

*

Hora de irnos.

La mariposa blanca

aún no llegó.

*

Mate amargo,

contemplando la brisa

se aquieta el alma”

* 

 GRUPOS Y ASOCIACIONES DE HAIKU

Además de la labor de las instituciones y asociaciones que promueven el haiku, cabe destacar la tarea de diversos grupos de haijines que, unidos por su amor el haiku, se reúnen periódicamente para compartir conocimientos, intercambiar opiniones y dar a conocer el haiku a lo largo del país.

Como ejemplos está el Grupo Córdoba Haiku, grupo que lleva en activo desde el año 2009.

En octubre de 2008 Juan Carlos Durilén participó del V Encuentro Internacional de Haiku, organizado por el Instituto Tōzai “Oriente y Occidente”, en Buenos Aires. En su viaje de regreso tomó forma la idea de crear un grupo de haiku en Córdoba. Con esa iniciativa de su parte, al mes siguiente (noviembre 2008), lanzó una convocatoria dirigida a todos los haijines cordobeses. Programó una reunión con todos los que respondieron a su llamado y eso dio lugar a que al año siguiente (1 de agosto de 2009), con la presencia de las y los haijines Juana Dangl (ya desaparecida), Raquel Mehl, Julia Guzmán, Rafael Roldán Auzqui y el propio Juan Carlos, quedara creado el Grupo Córdoba Haiku.

Tiempo después Julia Guzmán se separa del grupo al tiempo que se van sucediendo interesantes incorporaciones y recambios (todas haijines mujeres) como Juana Barrionuevo, Bea Candiani, Gloria Benítez, Norma Villarreal y Olga Gil López, hasta llegar a la conformación actual.

Además de presentaciones en la Feria del Libro de Córdoba y publicaciones en la revista de la Sociedad Argentina de escritores, han publicado un minilibro de haibun, posters, plaquetas y marcadores de libros. En 2017 el Grupo Córdoba publicó el libro Haikus desde Extremo Occidente, Aquilea Ediciones, Córdoba 2017)

Otro ejemplo es Puente y camino, grupo de haiku que se reúne en la ciudad de Buenos Aires y cuyo objetivo principal es la producción, el estudio y difusión del haiku. Comenzó a funcionar hace ya varios años y se consolidó tras el seminario que el Prof. Vicente Haya dictó en Argentina en el 2015.

Los integrantes han participado ininterrumpidamente de los Encuentros Internacionales de haiku organizados por el Instituto Tozai desde 2002. En la actualidad algunos son alumnos y profesores de la Escuela Virtual de Haiku Makoto.

El grupo valora al haiku como una manera de estar en el mundo. Estar armonizados con la naturaleza, contemplarla y entrar en ella, formar parte desde adentro.

Cada encuentro es una oportunidad para compartir inquietudes, conocimientos y vivencias del camino del haiku. Es un espacio gratuito que intenta ser “camino” y “puente” entre los maestros clásicos japoneses y la actualidad, entre Oriente y Occidente.

El grupo ha realizado talleres itinerantes de iniciación al haiku desde 2011 en Villa Urquiza, Palermo, Biblioteca Jean Jeaures y Hotel La Paz de la ciudad de Lujan, Buenos Aires.

Entre sus componentes se encuentran Rosalía Gila, Sandra Pérez, Elsa Serra, Alicia Céspedes, Elena Bravo (Elena de San Telmo), Cristina Ghiringhelli, Cesar Bianchi, Nora Balat o Ariel Bartolini. Su labor durante 2018 ha culminado con la publicación de la primera antología del grupo, Cuaderno de haiku, que vio la luz a finales de 2018.

También es destacable la labor de la Fundación Sadako, cuya misión principal es concienciar a la sociedad de la necesidad de la paz en todos los sentidos, promover el cuidado del medioambiente y fomentar la amistad entre Japón y Argentina: Formamos una ONG con el firme deseo de que todas las personas alcancen su propia paz interior para luego trasmitir este estado a otros, de esta manera creemos que estemos en camino para ayudar a construir la paz en el mundo.

Entre sus múltiples actividades relacionadas con la cultura japonesa destaca la iniciativa Haikus por la paz. Aquí una muestra de los haikus recibidos:

Entre los tilos

con la voz de los grillos

canta el silencio

菩提樹に

コオロギの声

われ一人

*

tibio estío

la sombra alargada

de la hormiga

夏涼し

影長くなり

アリの足

*

El viento mueve

las grullas multicolores . . .

Suena un Koto

風吹いて

鶴がいろいろ

琴の音

*

aquí verano

resplandece en sus cuencos

uvas y peras

夏来たり

ブドウにナシに

水垂るる

*

es primavera

¿sin pájaros sin flores?

pasan soldados

鳥は来ず

花も咲かずに

兵の春

*

El cañón

de un tanque abandonado,

¡Nido de palomas!

捨て置かれ

戦車大砲

鳩巣かな

*

fotos quemadas

la casa derruida

a dónde volver

写真燃え

どこにただいま

家もなし

*

un niño llama

trepa entre escombros

nadie responde

子供泣く

返事はないか

がれき山

*

La paz conmigo

y el murmurar del agua

entre las piedras

平和なり

岩間を流る

水の音

*

ella espera

al esposo caído

en la trinchera

待ちわびて

夫倒れる

陣地にて

*

Vibran chicharras

entre ramajes frescos.

Llega el verano.

虫鳴いて

青き草には

夏来たり

*

Nubes que pasan

las ancianas se ríen

del tic-tac tic-tac.

雲高く

老女笑う

時が経ち

*

Vibran chicharras

entre ramajes frescos.

Llega el verano.

セミ震え

若葉の雫

夏来たり

 

  Como cierre a este recorrido por el haiku argentino nos quedamos con una reflexión de otro argentino ilustre, Alberto Silva, que amablemente ha querido compartir sus impresiones sobre el haiku.

 

ALBERTO SILVA: REFLEXIÓN SOBRE EL HAIKU

Nacido en Buenos Aires, Alberto Silva es poeta, traductor y especialista en temas japoneses y transculturales. Además de los cuatro volúmenes de la serie Zen (Bajo la Luna, Buenos Aires 2012-2014; Herder Editorial 2018), entre sus libros más importantes se cuentan La invención de Japón, El libro del Haiku, Libro de Amor de Murasaki. En poesía ha publicado El viaje, Celebración del Mar, Perros Calientes y Ferrocarriles Repentinos.

Es licenciado en Filosofía (Universidad Católica de París), Doctor en Letras y Ciencias Humanas (Universidad de la Sorbonne) y Doctor en Ciencias Políticas (Min. Educ. España).

En El libro del haiku la lista de autores antologados comprende desde el siglo XVII con el maestro Matsuo Bashô hasta autores como Meisetsu o Kioshi, ya en el siglo XX, acompañada de una extensa y profunda reflexión sobre el haiku y sus creadores.

A mi pregunta sobre cuál es su opinión sobre el haiku, el señor Silva ha tenido a bien responder con una reflexión en su página personal de Facebook y que reproduzco aquí con su permiso:

“Empiezo aclarando que no tengo un juicio formado y expresado públicamente sobre el tema: nunca opino sobre la poesía de otro como haría un crítico literario que dirime lo bueno y lo malo en materia de poesía. En el caso de haikus argentinos, sólo lo hice dos veces, porque me gustaban: una vez por escrito (con Juan Carlos Durilén); otra vez oralmente (con Rolando Paciente). En algún caso opiné para precaver sobre textos que anuncian ser “haikus” sin (en mi opinión) llegar a serlos: cito el caso de Mario Benedetti, hombre que contó con mi admiración durante su vida (como crítico social e incluso en algunas de sus novelas), pero que cometió el desliz (de nuevo: en mi opinión) de escribir a destajo un libro de “haikus”.

Lo anterior implica que no considero al haiku como un bloque. Leo cada haiku, uno por uno, como la escritura poética de un poeta que escribe haikus y a menudo también versos de tipo distinto (ocurre con Borges, Shiki, Stevens, Haroldo de Campos, Jacques Roubaud, René Coyaud, etc.). Esto que digo a su vez remite a algo obvio, pero que conviene recordar: como cualquier poesía, un haiku es pasible de opinión y gusto según cada uno estime con libertad (y en mi caso casi siempre privadamente) la calidad o atractivo que suscitan en términos poéticos.

Personalmente reacciono (e invito a reaccionar) ante los haikus de alguien igual que ante la poesía de cualquier poeta. Los versos de todo tipo que leo me interesan más o menos. Me atraen más o menos. Dicho lo cual, algunos haikus me gustan mucho. Por ejemplo, esa serie enigmática de «haikus estrictos» sobre la rana que salta en el estanque, estableciendo una espléndida conexión entre Bashô, Buson y Ryôkan, lejanos en el tiempo y por sus circunstancias personales. También me gusta la serie de «poemas haikeados» (por así decir) de Wallace Stevens sobre el mirlo, que no me cuesta conectar con sus “Adagia”. O aquel arranque de Juan Ramón Jiménez sobre la rosa. Sin olvidar el vibrante texto de Ezra Pound que me permito citar: “The apparition of these faces in the crowd // petals on a wet black bough”. Me sitúa de inmediato en el andén de una estación de tren, mientras anochece con lluvia. Me considero otro pétalo oscurecido de humedad e intemperie, en pleno fragor citadino. Me siento humano, me siento urbano, me siento partícipe solidario de la aventura de “vivir juntos”, como decía Roland Barthes.

Los escritores de haikus de Japón no forman actualmente una cofradía. Son poetas y, como todos los poetas, se desempeñan lo mejor que pueden, participando en todo caso del movimiento cultural de su tiempo. Sin embargo, también hubo en el siglo XVII un movimiento específicamente ligado al haiku, que merece atención. Muy vinculado a las propuestas de Bashô, ilustrado y detallado en sus “Diarios de Viaje”, que tuve el honor de traducir para FCE y que circulan en lengua castellana en América Latina y la península. Este movimiento de Bashô (en polémica retórica y poética con otras corrientes de haiku, según está debidamente historiado) aunaba lo que al comienzo de estas notas llamé (en dicho momento para distinguir) la letra y el espíritu del haiku. La de Bashô era la propuesta de “un modo de vida” vinculado a “un modo de escritura”. Con alivio observo que fue éste el tipo de haiku más difundido fuera de Japón, el que llegó a nosotros. En todo caso es el que más me interesa. Y reconozco que no me imanta la evolución actual del haiku en Japón.

Observo que en algunos países los escritores de haiku se conectan o se agrupan. Lo considero con el máximo respeto, atendiendo a lo que acabo de comentar sobre el Bashô peregrino en visita a sus pares poetas. A la vez mantengo cierta distancia, como la tomaría ante una asociación de sonetistas o cultores de décimas, églogas o poesía gauchesca. Esto lo digo exento de toda ironía, conviene insistir.

Por otra parte, mi talante poético no es el haiku, aunque en este periodo estoy escribiendo poemas haikeados como parte de mi colaboración con Giacomina Penette, artista plástica argentina (los primeros frutos aparecieron en este FB). Porque sigo considerando al haiku como una escuela posible de escritura. Y de vida también, debido a la estrecha conexión con el Zen de algunos haijines (hombres del haiku).

A pesar de lo cual, quien haya leído “El Libro del Haiku” verá que no me extiendo en el aspecto que podríamos llamar «lo Zen de haiku». Allí más bien insisto en que el haiku merece ser considerado (y debería ser evaluado) como “poesía-poesía”, como poesía sin más, sin la muleta o servidumbre que podría fácilmente significar ser de alguna forma considerado como “expresión o resultado del Zen”. Se estaría considerando al Zen como una doctrina espiritual o una estrategia retórica (¡cosa que pasa muchísimo!), cuando el Zen sólo es un fermento, una mirada.”

 

Leticia Sicilia, 2019©

Haiga 5

Hemos escuchado muchas veces la frase: “tanto o más difícil que escribir un haiku es saber leerlo”, y seguramente damos fe que es así. Saborear un haiku requiere de un proceso que va más allá del impacto inicial. Queda resonando en nuestro interior y vamos completando lo sugerido, lo que no está dicho. Aparecen nuestros propios sentidos al servicio del haiku. Muchas veces el aware no nos llega hasta descubrirlo en el interior de sus versos. Un proceso que el lector realiza minuciosamente, paladeando cada palabra.

         Algo similar ocurre con la pintura oriental tradicional, aquella que también sugiere y no nos muestra todo. La que nos hace estar presentes en la obra, la que también completamos como espectadores y nos hace transformar en co-autores de la misma pintura.

En el libro “101 CUENTOS CLÁSICOS DE LA CHINA” Recopilación de Chang Shiru y Ramiro Calle, hay uno en particular que da cuenta de esto que hoy quisiera compartir:

El emperador de la Dinastía Song decretó un concurso nacional a fin de seleccionar a los mejores pintores para la Academia Imperial de Bellas Artes. El mismo monarca escribió un verso para que los concursantes crearan su obra bajo ese título. El verso decía:

 «Un templo antiguo en la profundidad de las montañas.»

          Miles de pintores participaron en el concurso, desarrollando su imaginación para interpretar el verso del emperador. Algunos de ellos dibujaron un templo antiguo en la falda de la montaña. Otros dibujaron un bosque del que se destacaba parte del tejado de una construcción antigua. Había quienes pintaron los muros rojos de los templos sobre un fondo de montañas, etc.

          Aunque el estilo pictórico marcaba dos tendencias fundamentales: la detallista y la esencial, en las obras presentadas al concurso se apreciaban dos denominadores comunes: el templo y las montañas.

          Después de las primeras selecciones, quedaban cien pinturas para el final del concurso nacional. El mismo emperador formó parte del jurado. Los organizadores enseñaban uno a uno los cuadros al tribunal, a fin de obtener sus calificaciones. Al emperador no le llamaron la atención ninguna de las obras que le enseñaron, porque no le gustaba la expresión pictórica demasiado directa y realista. Dijo:

-La reproducción gráfica de un templo entre las montañas aminora el sentido poético del título y empobrece la imaginación y la espiritualidad del  verso.-

          Cuando iba a retirarse desanimado, los cortesanos abrieron una pintura muy original: Allí no se veía ningún templo ni nada por el estilo. Sólo había un viejo monje que cargaba dos cubos de agua con un palanquín caminando por entre un bosque silencioso. El emperador se quedó mirando este cuadro con sorpresa y gran satisfacción. Al cabo de un buen rato, exclamó:

– ¡Magnifico! Este es el que más me gusta. No se ve ningún templo, pero te parece que está cerca. Lo antiguo del monasterio está en la edad del monje. Ni hay montañas, pero el bosque lo evoca. Aparentemente falta una relación entre la pintura y el verso, pero el lenguaje alegórico del pintor invita a desarrollar nuestra imaginación, pensando en ese templo antiguo y las montañas que no se ven en el cuadro. Si el verso da una imagen del templo entre las montañas, la pintura sugiere un ambiente poético nada común.

          Los demás miembros del jurado manifestaron su sincera conformidad con el criterio del emperador, eligiendo por unanimidad al autor de esta original obra como el primer ganador de este concurso.

         Dice el emperador: “Aparentemente falta una relación”, y no, no falta. Son precisamente esas relaciones invisibles las que forman parte de la obra, parte del haiga y parte del haiku. De eso se trata.

 

No siempre la brevedad es haiku

No siempre escribir tres versos pautados por su brevedad, nos asegurará que estemos escribiendo un haiku: “La esencia del haiku es el haimi, dice Vicente Haya en su libro Aware, no puede ser el 5,7,5 pues hay otras formas poéticas con esa regla que no son haiku como el senryû y el zappai”.

Distinguir cuando lo que se ha escrito no es un poema haiku es uno de los aprendizajes que debemos encarar y no es tarea fácil; aún después de tiempo en el camino del haiku, algunos haijines, tenemos ese riesgo, esa tentación de hacer algo elaborado o de querer expresar ideas, por ello la importancia de un maestro que esté ahí a la hora de desviarnos, antes de que un desliz se multiplique y nos lleve a alejarnos del camino.

 

Poesía y poesía haiku

Para distinguir un poema de un haiku, podemos y debemos estudiar lo que es un haiku, pero también hay ejercicios como el siguiente que pueden ayudar a los que se inician a ver lo que es un poema no haiku, aunque cumpla con las 17 silabas y con la clásica distribución de los tres versos.

Hemos seleccionado tres versos de un poema de Daniel Favero (poeta argentino víctima del terrorismo de estado, desaparecido durante la dictadura militar) que reducimos a 17 sílabas distribuidas igualmente en tres versos ¿podríamos tener un haiku?

 

Tu risa va descalza por un campo minado,

va burlando tragedias; se parece a la vida

que tiene diez mil años de sitio y sigue y sigue

(…)

Daniel O. Favero

 

Tu risa

va burlando tragedias:

se parece a la vida

 

Aunque el poema es hermoso no sería un haiku porque es una idea, algo que el poeta piensa y lo que pensamos por sí solo no compone un haiku.

    Pueden pasar años antes de aprender a diferenciar un poema haiku de uno que no lo es, y esto no siempre ocurre por desconocer la teoría sino por la ceguera particular que produce el conocimiento intelectual cuando es simplemente una adquisición de información que no integramos en nosotros mismos. El resultado es algo así: “conocemos mucho de haiku” mientras que la realidad es que tenemos mucha información sobre el haiku en una parcela estanca de nuestro intelecto incapaz de interactuar con nuestras creaciones. Para que nuestros poemas tengan haimi, sabor de haiku, necesitamos algo más que conocer las reglas y ejercitarnos en su escritura. Dice Vicente Haya, en su libro Aware: “El haiku es un proceso que debe darse en ti. No es un aprendizaje intelectual; es un entrenamiento en la percepción.”

 

Personalmente me llevó años reconocer que muchos de mis intentos no lo eran. Algunos sobrevivieron y forman parte del primer libro que publiqué: “En los bolsillos huesos de melocotón”. Identificar poemas que no eran haiku me ayudó -aunque suene paradójico- a captar un poco mejor lo que era un haiku.

Algunos ejemplos de esos poemas de mi autoría que son solo una idea, una creencia, un pensamiento, o puro estado emocional, y que llamé anti-haikus son:

 

El olor del espliego

borra el peso

de este mundo.

 

Sin rumbo fijo;

y es de noche

y es invierno.

 

El perfume

de las flores que piso

queda en el aire.

 

No vive quien

no ve florecer las rosas

sin desear nada.

 

Cuando reconocemos que el poema que hemos escrito no es un haiku, no llamarlo así es lo primero, y lo segundo reconocer que puede ser (como poema) muy bueno, pero -si lo que prima es que intentamos escribir haikus- debemos volver sobre las reglas, a la lectura de los clásicos, sobre las lecciones de los maestros y sobre todo a escribir y tirar, escribir y tirar, y de vez en cuando salvar alguno para que nuestro maestro corrija, nos diga que somos unos cursis o que tenemos un “yo” como una catedral. Y para que, a pesar de ello, o especialmente por ello, sigamos en el camino, ganando poco a poco algo de humildad y de intimidad con el mundo.

 

Senryu y Zappai

 

Al inicio del artículo hemos mencionado otras formas poéticas de Japón con la misma alternancia del haiku, de ellas solo decir :

Senryu

 Tiene intención, hay suceso. El senryu es heredero del haiku arcaico . Puede hacer reír, cabrear, ser una broma o un reclamo social.

 

Otra primavera,

tras ese hombre que se pierde

entre hojas jóvenes

                                       IP51

  

Zappai

 Un zappai es una idea, no hay suceso.

 

No hay mantas

para el invierno que se avecina

a esta tierra

                         IP51

El haiku es la poesía de la sensación y de la brevedad, pero también de “algo más”. Vislumbrar ese “algo más” es lo que atrapa al que se inicia en el camino del haiku. Por esto último renunciamos a los juegos de palabras, a vivir solo la aventura del lenguaje que es todo tipo de poesía y que tanto atrapa. Porque, en esa otra búsqueda que es el haiku, el “poeta” va tomándole el gusto a ir desarmando esa complejidad que él es, queda atrapado en esa otra aventura que es aprender a ser más sencillo, más transparente, menos intelectual, a estar más atento a la vida, actuando con la mayor impecabilidad que pueda lograr, porque tal vez eso que va mermando en él (esas capas que con anterioridad ha ido sumando sobre sí mismo) y esa nueva forma de estar en el mundo que le pide el haiku, lo lleven a sentirse más cerca o en camino hacia eso que es nombrado como “esencia”, “ser”, “energía”, “lo inefable”.

 

Isabel Pose

NIEVE, LUNA, FLORES.

En los albores de la presente primavera, me encontré con una sabrosa frase traducida de Kuukai (1) –o Kooboo Daishi, por otro nombre (2)-, monje budista (774-835) del medievo japonés. Tal frase me impactó vivamente, y reza como sigue:

“La verdad está demasiado cerca de nosotros; y, debido a su misma cercanía, no atinamos a percibirla con claridad.”

Alude a la necesidad de “tomar distancia”, como suele decirse, para adquirir una visión panorámica adecuada. Creo que la citada frase puede aplicarse a muchas situaciones, y que fundamentalmente quiere decir esto: que superemos nuestros posibles prejuicios y conveniencias personales, para alcanzar una verdad que en cierto modo nos habita.

Kuukai fue fundador de la escuela Shingon (3) del Budismo –o de la “verdadera palabra”-. Fue también poeta y gran calígrafo, hasta el punto de que los japoneses han acuñado una frase proverbial semejante a la nuestra -“El mejor escribano echa un borrón”-, indicando que es humano equivocarse, incluso en el terreno que uno cree dominar. Dicha frase japonesa suena así: “Kooboo mo fude no ayamari” (4), con el significado siguiente: También Kooboo se equivoca con el pincel.

Como poeta, se le atribuye la autoría del poema conocido como “iroha” (5), donde aparecen sin repetirse las 49 sílabas básicas del japonés antiguo (hoy día quedan en 47). Tal poema se usa aun hoy para practicar la escritura a pincel del silabario “hiragana”, sobre todo.

La espiritualidad de Kuukai suele considerarse asociada a la comunión vital de la persona con la naturaleza a través de las cuatro estaciones –lo cual es también un ideal del haiku-.

“Nieve, luna, flores” forman una expresión emblemática, que podemos considerar casi al hilo de la sucesión de las estaciones: la nieve invernal preludia el Año Nuevo, y asimismo la primavera –representada por las flores-; y pasando por el puente del verano llegamos a la luna, símbolo del otoño y presagio a su vez del invierno.

Es curioso que el haijin Teitoku (1570-1653)(13), uno de los antecesores de Bashoo, supo encadenar esta misma tríada de conceptos en un haiku (6), cuyo verso inicial coincide cabalmente con el compuesto lírico trimembre que venimos comentando. Dicho haiku suena así:

setsugekka / ichido ni misuru / utsugi kana

// Teitoku

 

Nieve, luna, flores…

¡a la vez nos las muestra

el “utsugi”!

Teitoku aporta además el verano mediante su mención del arbusto “utsugi”, con lo cual nos hace ver que el clima rueda con sus vicisitudes a lo largo de todo el año. Paso a comentar los elementos léxicos de este haiku.

(7) setsugekka: es el primer verso, constituido por la sucesión de las palabras mencionadas “yuki-tsuki-hana” (nieve-luna-flores), pero en su lectura china “setsu-getsu-ka”, que consta de cinco sílabas japonesas. La unión de “tsu” y “ka” produce una contracción léxica “-kka”, aunque no por ello disminuye el número de sílabas en su cómputo.

(8) ichido ni: locución adverbial: simultáneamente, a la vez.

(9) misuru: forma verbal antigua y en presente de “miseru” ‘enseñar’. Es conjugación causativa del verbo “miru” ‘ver’, significando así ‘hacer ver, enseñar, mostrar’.

(10) utsugi: (tiene dos posibles representaciones en “kanjis” o ideogramas). Arbusto llamado “Deutzia scabra”, especialmente significativo del verano, que da flores blancas en dicha estación; la cual se iniciaba en “uzuki” (11), cuarto mes del calendario lunar y primero del verano: su correspondencia actual coincidiría con el mes de julio. La semejanza fonética entre el arbusto “utsugi” y el mes “uzuki” contribuye a construir un juego de palabras muy de la época, y del incipiente género del “haikai” cultivado entonces. Aparte de ello, la casi identificación fonética del final de “uzuki” con “tsuki” ‘luna’ en su lectura japonesa, también es señalada por los profesores Abe Kimio y Osou Isoji, recopiladores y comentaristas de los versos de Teitoku en la magna edición de Iwanami , p. 37. En realidad es una puesta en juego de la paronomasia que, en el comentario de estos profesores al haiku en cuestión, es calificada de “kudoi” ‘palabrería’.

La métrica del haiku que presentamos es la habitual de 5/7/5 sílabas, colaborando así al efecto rítmico.

Se nos presentan en este haiku cuatro “kigos” o palabras de estación:

Nieve: alude al invierno ( y, actualmente, también a año Nuevo)

Flores: alude (en aquella época) a Año Nuevo, y siempre a primavera.

Utsugi (arbusto): alude al verano, por su floración.

Luna: alude al otoño.

Quiere decir que las blancas flores veraniegas de utsugi, contempladas a la luz de la luna, son suaves al tacto y a la mirada, como una especie de nieve perpetua. La artificiosidad aquí vertida es asimismo bastante característica de la escuela Teimon de Teitoku.

Este haiku pudo haberlo conocido Bashoo, por coincidencia temporal.   Aunque nuestro gran maestro se formaba en otra escuela, la llamada “Danrin” de Sooin (1604-1682), más favorecedora de la espontaneidad, y del “aware”o asombro humano ante la naturaleza.

 

                                   Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala.

Universidad de Sevilla

Haiga 4

Son muchos los poetas de haiku que acompañaban algunos de sus poemas con una imagen. Éstas podían complementar o simplemente ilustrarlos. A estos dibujos, como ya hemos visto, se les conoce como Haiga (俳画), “pinturas de Haiku” y surgieron durante el período Edo (1600-1868).

 

 

 

 

 

Haiga de Yosa Buson

Un lugar destacado lo tiene Yosa Buson por ser uno de los grandes maestros del haiku quien previamente se había destacado como pintor. No hay mucha información detallada de su vida, sin embargo contamos con los datos suficientes como para contextualizarlo. Vivió entre 1716 y 1783.

         Comenzó llamándose Taniguchi. En realidad ese era su apellido y Buson era el nombre de pila (en Japón se antepone el apellido al nombre). Como pintor firmaba sus obras como Chootoo, Shain y Shunsei. Como haijin llegó a firmar sus poemas bajo los nombres: Saichoo, Keisoo, Shikoan y Yahantei. Recién a sus 28 años adoptó el nombre que lo trascendió: Yosa Buson.

 

Como destacado pintor, sus pinceladas con gran destreza y dinamismo sumados a su percepción y manera de estar en el mundo, le permitió generar obras que se distinguen de entre otros. La mirada de Buson, previamente pintor a poeta, se manifiesta en haiku como estos:

遠山に夕日一すじ時雨哉

Tôyama ni yûhi hitosuji shigure kana

 

En una montaña lejana

un trazo de luz de atardecer

Lluvia repentina de invierno

                                                                       Buson

Traducción: Keiko Kawabe

 

En su calidad de haijin y pintor, Buson expresa maravillosamente en el haiku esa luz de la tarde; se perciben cada uno de los colores aunque lo pinte con sumi o escriba con kanjis. Desde lejos, esa pincelada de luz de atardecer nos conmueve porque aún la nieve deja de ser blanca con la puesta del sol. Ese “trazo de luz” tiene la fuerza de cambiarle el color a la nieve, a la montaña incluso le otorga tonalidad al frío.

 

Línea de gansos en vuelo

al pie de la colina

la luna puesta por sello

 

Esa comparación interna entre la luna y el sello da cuenta de su faceta de pintor. Las obras orientales incluyen la firma y el sello de su autor. Ese sello tiene un lugar especial, no se coloca en forma arbitraria.

Estos sellos son parte compositiva de la obra, por esa razón el lugar que ocupa no debe descompensar el equilibrio dinámico de la imagen. Cuando Buson coloca la luna por sello, sabe muy bien lo que dice. Esa mirada de pintor está en él.

El sello rojo característico, representa el nombre del autor de la obra. Generalmente es tallado en piedra o madera con kanjis antiguos. Cuando un discípulo adquiere la técnica y su maestro lo considera oportuno, le otorga un nombre artístico con el que firmará y sellará sus obras. Hay otros sellos que también pueden acompañar, como el sello familiar, por ejemplo. Las obras antiguas de gran calidad tienen varios, adquiriendo con ello prestigio. Cada galerista puede aportar el suyo.

         Si bien las obras pictóricas cuentan con algunos de ellos, un haiga no suele tener más que uno. Esto es acorde al valor espontáneo y despojado que constituye un haiga.

Según las encuestas sobre los grandes poetas y pintores de la historia de Japón, Buson fue considerado el segundo maestro de haiku, luego de Basho. sin embargo al momento de comparar sus haiga, Busón sin dudas ocupa el primer lugar.

“Con un ojo en el haiku, otro en la pintura y el corazón en ambos”.

El haiku en Argentina 1

El presente artículo es un recorrido por el haiku en Argentina, país donde el haiku es practicado desde hace años y donde cuenta con gran número de seguidores. Gracias a todos aquellos que generosamente han contribuido a la realización de este artículo permitiendo la publicación de una muestra de su trabajo.

Debido a la extensión de este artículo se publicará en dos entregas consecutivas.

 

UN POCO DE HISTORIA.

A finales del siglo XIX, las clases más pudientes de Argentina comenzaron a realizar viajes por placer a Europa y Asia. El interés por lo exótico comienza a extenderse por el país al igual que sucedía en París. Muchos japoneses eran contratados y llevados a tierras argentinas como empleados de las familias ricas.

Los inmigrantes japoneses no eran muchos, pero lograron instalar sus comercios en las principales calles de Buenos Aires, mostraban su arte en las galerías de referencia, se instalaron en los hogares, crearon un jardín japonés en el barrio de Palermo, e incluso fundaron con el Gobierno de la República un Museo Nacional de Arte Oriental, logrando poco a poco transmitir la cultura japonesa a los argentinos.

Ikebana, origami, sumi-e, haiku, eran términos hasta entonces desconocidos que lentamente empezaron a formar parte del vocabulario de todos aquellos argentinos interesados en la cultura japonesa.

 

PRIMEROS PASOS DEL HAIKU EN ARGENTINA

En literatura, las primeras referencias al japonismo y a Japón la encontramos en un poema de Leopoldo Lugones, Yoshivara, en 1924. En 1935, Jorge Luis Borges, en Historia Universal de la Infamia incluye el cuento japonés Kotsuke no Suke, de 1703, como primer acercamiento a esta cultura. Borges escribió multitud de obras de temática japonesa y se acercó al haiku en alguno de sus libros:

 

Oscuramente
libros, láminas, llaves
siguen mi suerte.

*

Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero.

*

En el desierto
acontece la aurora.
Alguien lo sabe.

*

La ociosa espada
sueña con sus batallas.
Otro es mi sueño

*

Algo me han dicho

la tarde y la montaña.

Ya lo he perdido.

*

La vasta noche

no es ahora otra cosa

que una fragancia.

 

Otro de los autores que incursionaron pronto en el haiku en Argentina fue Álvaro Yunque, seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero (1889 – 1982) Una de sus obras más representativas de este género es 100 Haikais y un soneto. Ediciones Peña Lillo, Buenos Aires, 1966.

HAÏCAI

Viento poeta:

Construyes con imágenes

Nubes que vuelan.

*

BARCA

¡De pie en su proa!:

El libro es una barca

Que no zozobra.

*

HABLA EL ARTISTA

Arte, sol de almas,

Soy tu luna; yo alumbro

La noche humana.

*

PRIVILEGIO DEL IMAGINISTA

¿Alta la estrella?

¡Si yo en un vaso de agua

Puedo cogerla!

*

SABER

La ciencia humana:

¡Qué océano infinito

La gota de agua!

*

 

Eduardo González Lanuza (1900-1984) De origen español, fundó con Jorge Luis Borges la revista Prisma (1925), impulsora de la vanguardia argentina, y colaboró en Proa y en Martín Fierro. En sus inicios poéticos se aprecia la influencia del ultraísmo (Prismas, 1924). Con posterioridad, se orientó hacia una poesía de formas clásicas (La degollación de los inocentes, 1938; Oda a la alegría y otros poemas, 1949; Aires para canciones, 1977). Es autor también de ensayos (Variaciones sobre la poesía, 1943; Los martinfierristas, 1961).

Oh lámpara apagada

Necesito tu luz

para buscarte

*

¿Y para que dormir?

la luna está

soñándonos a todos

*

No sonrías,

frente al misterio

hasta la sonrisa es una impertinencia

*

No hay silencio mayor:

dormido en el azogue

un gato blanco.

*

La ráfaga mojada

golpea nuestra puerta

para añadir fragancia a las tazas de té.

*

 

Este acercamiento al haiku tuvo una época de silencio después de la Segunda Guerra Mundial. Hacia el final de la contienda, Argentina se vio forzada a declarar la guerra a Japón, debido a la presión de los países aliados. Por esa razón, todas las instituciones de la colectividad japonesa en Argentina debieron suspender sus actividades.

 

Años más tarde la cultura japonesa volvió a la vida argentina, y el haiku empezó a interesar a muchos autores.

A principios de la década de los setenta cabe destacar la figura de TOMIJI KUBOTA. Artista plástico y poeta japonés, fue el fundador y profesor del Centro Argentino de Estudios Japoneses. Recibió por sus haikus premios nacionales e internacionales, y distinciones por mérito a su tarea cultural, otorgadas por el emperador Hirohito.

Afirmó durante toda su vida, que el haiku era sólo para los japoneses, postura que mantuvo hasta sus 80 años, momento en el que reconoció su error y creó, junto a otros haijines el grupo Génesis.

De su único libro, Búsqueda de la belleza, Buenos Aires, 1994:

En la cesta de compras

de una prostituta

un puñado de violetas

*

Tomándola con las manos,

mía solamente,

la luna

*

Hojas caídas

sobre el empedrado:

un aire de tango.

*

Esperanza perdida

pequeño amanecer.

Despiadado

*

Al puente del Riachuelo

el perro trajo en su boca

un pedazo de luna

*

Callejeando

con las nubes blancas

al borde del sombrero

*

Entré a la casa

con la luna llena

en el bolsillo

*

El cielo del invierno

es una tabla de plomo

apoyada en un árbol seco

*

 

APRENDIENDO HAIKU EN ARGENTINA

Diversos grupos de autores se reúnen para estudiar haiku, para compartir instantes e impresiones. También se llevan a cabo talleres, encuentros, y diversas actividades relacionadas con esta forma poética.

 

Algunos de los centros más importantes donde aprender haiku son:

 

FUNDACIÓN CULTURAL ARGENTINO-JAPONESA

Para muchos, el Jardín Japonés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es un lugar de ensueño, un lugar mágico donde la paz y la armonía abundan, ofreciendo a sus visitantes una experiencia para atesorar en sus corazones. Su tranquilidad hipnotizante y riqueza natural, contrasta con el caos de la ciudad, haciendo que los visitantes se olviden de lo cotidiano y se detengan a realizar un camino interior.

El Jardín Japonés fue inaugurado el 17 de mayo de 1967, proyectado y construido por la colectividad japonesa, para luego ser donado por intermedio de la Embajada del Japón, a la Municipalidad de Buenos Aires, en agradecimiento al pueblo argentino por ser el país que le abrió sus brazos en tiempos de inmigración.

La idea surgió con el propósito de crear un hermoso lugar perdurable de encuentro entre la colectividad japonesa y los príncipes herederos al trono imperial, Michiko y Akihito, quienes pronto vendrían a la Argentina. Aquella visita, pactada para mayo de 1967, era un acontecimiento único sin precedente alguno, ya que por primera vez, un miembro de la familia imperial visitaba el país. La colectividad japonesa y sus descendientes abrazaron la noticia con orgullo y alegría: «los príncipes nos visitarán». Fue así que con esfuerzo y dedicación lograron, en tan sólo 50 días, juntar fondos suficientes y crear una belleza única e inigualable en la Ciudad de Buenos Aires.

Los años pasaron y el jardín creció en admiración y prestigio, a tal punto de ser considerado un «pequeño Japón en Argentina» y un «pulmón de armonía y tranquilidad en medio de la gran ciudad», siendo uno de los lugares más elegidos por los viajeros de todo el mundo en busca de cultura japonesa y paz interior.

Es así que en el año 2004, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires declaró al Jardín Japonés «sitio de interés turístico» y, en el año 2008, el Poder Ejecutivo Nacional lo declaró «bien de interés histórico y artístico de la Nación».

En el Jardín Japonés, tiene su sede la Fundación Cultural Argentino Japonesa, donde AYAKO KISHIMOTO es miembro del consejo administrativo y promotora de las distintas actividades que la organización lleva a cabo durante el año. Ayako que es filósofa y docente, organiza cada tanto, encuentros y talleres de haiku en el Jardín, el espacio privilegiado para inspirarlos.

En el año 2018 tuvo lugar en el Jardín Japonés de Buenos Aires la reunión entre los integrantes de la Fundación Cultural Argentino Japonesa (FCAJ) y los organizadores del Primer Concurso Internacional de poesía japonesa “Tierra de Haikus” desarrollado en honor y homenaje a los 120 años de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, celebrado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898. Unos 2000 autores de todo el mundo han participado en este concurso cuyo fallo será publicado a finales de abril de 2019.

Fundación Cultural Argentino Japonesa – Av. Independencia 732 Tel: 4300-1182/1149

https://jardinjapones.org.ar/

 

ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU

Durante la década de 1930 a 1940, las familias japonesas se fueron radicando en el Oeste de Buenos Aires, en la zona de Ciudadela, Ramos Mejía, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingó, Merlo y Moreno, desarrollando como actividades principales la de quinteros, floricultores y tintoreros. Con la llegada de más familias y a medida que aumentaba el número y las edades de los descendientes nisei, surgió la necesidad de inculcar la enseñanza del idioma japonés entre los niños y el deseo de promover la cultura y las costumbres japonesas.

Alrededor de 1938, se creó la primera Escuela de Idioma Japonés, en una casa alquilada en la calle Berutti 345, en Morón Norte. Tras el paréntesis forzado por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, en 1952 se crea oficialmente el Seibu Club, y en 1967, gracias a Yoshio Miyakawa, se trasladan a su actual ubicación, cambiando su denominación por Asociación Japonesa Seibu en el año 2000. Además de multitud de actividades culturales, sociales y deportivas, se imparten cursos para niños y adultos: idioma japonés, haiku, sumi-e, manga, etc…

La encargada de enseñar haiku y sumi-e en los talleres de la asociación es la profesora LIRIA MIYAKAWA. Ex profesora de Sumi-e del Instituto “Ernesto de la Cárcova” de la Universidad Nacional de las Artes y ex profesora de haiku de Nichia Gakuin en Buenos Aires, en 2017 fue condecorada con la Orden del Sol Naciente por su contribución a la promoción del intercambio cultural y del entendimiento mutuo entre Japón y Argentina.

Editó con sus alumnos seis antologías, la tercera y cuarta con faja de honor de la Asociación de Escritores de la Provincia de Buenos Aires. Sus haikus han sido publicados en Japón, Brasil, Italia y Argentina.

Anda sin rumbo

por la orilla del río

junto a los pájaros.

 

De su obra Haiku, tanka, senryu, Cuarta antología De los Cuatro Vientos Editora, Buenos Aires, 2007:

 

 

La luz araña

los huequitos de sombra

del entablado.

 

ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU: Mendoza 270. Morón Provincia de Buenos Aires Tel: 4489-1610. Mail: info@seibu.com.ar

 

INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE”

En 1992 un grupo de profesores argentinos se unen para trabajar en torno al idioma japonés, creando el Instituo Tôzai. En principio sólo se impartía el idioma, pero poco a poco fueron añadiendo más actividades: cursos de origami, ikebana, sumi-e, etc… y también haiku.

En 2001 organizan el Primer Encuentro Internacional de Haiku, que desde entonces se celebra cada dos años. En estos encuentros, que tienen una duración de tres días, se desarrollan todo tipo de actividades en torno al haiku. Además los haikus escritos por los participantes se reúnen en un libro que además incluye lo más destacado de cada edición.

Desde 2005 se ha convertido en la Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”, organización sin fines de lucro, cuyos fines son la dedicación a actividades relacionadas con la cultura en todas sus vertientes: enseñanza, investigación, capacitación, etc… Para esta fundación «Lo esencial es: La riqueza de las diferencias y la consideración al otro», que es lo que nos identifica a todos los seres humanos. Por otra parte, son los fundamentos que nos mantendrán unidos por el camino de la paz.”

STELLA MARIS ACUÑA ZOCCHI es su presidenta. Profesora examinadora en los exámenes de japonés (Linguística y Gramática) en la Facultad de Derecho, en la Carrera de Traductorado de la UBA, profesora de Literatura Oriental en el Instituto Superior del Profesorado de Lengua y Literatura, dependiente del Ministerio de Educación, Provincia de Buenos Aires, es gran conocedora del idioma y la cultura japonesa. Investigadora de haiku, es la encargada de impartir los seminarios sobre haiku del Instituto y organiza cada dos años el Encuentro Internacional de Haiku.

Presencia habitual en estos encuentros es la Profesora KAYOKO IJIRI, que participa como jurado y como ponente. Kayoko forma parte del Departamento de Estudios Internacionales, Facultad de Estudios Culturales, en la Universidad de Kyoto Sangyo, Kyoto, Japón. Además es miembro de Tenjitsu, una revista de haiku y miembro de Koto-Renku-Kai, grupo de Renku en Kyoto.

Buena conocedora del haiku argentino, la señora Kayoko ha participado en multitud de conferencias, talleres, encuentros, y editado, entre otras muchas obras, el libro El haiku argentino y sus tópicos.

Su ponencia sobre el kigo argentino fue presentada también en el marco del V Encuentro Internacional de Haiku organizado por el Instituto Tozai en Buenos Aires, Argentina. Dicha ponencia se encuentra publicada en el libro Haiku V – Ediciones Tozai, 2010. En dicha ponencia la profesora expone:

Muchos de los haiku argentinos plasman en un instante de contacto entre la naturaleza y el sentimiento de los humanos en las diecisiete sílabas. Los tópicos empleados allí, sean con sentimiento estacional o no, contienen ricos matices de la naturaleza y de la cultura de Argentina. De modo que con poner una lista de tópicos del haiku argentino significa preparar una enciclopedia de sentimientos y memorias hacia las cosas argentinas. Y si ponemos haiku de ejemplo a cada tópico, ya tendremos un saiji-ki en versión argentina. Así vamos a tener una especie de plaza donde todos puedan pasear libremente entre una gran variedad de haiku y sus tópicos poéticos. Esta plaza estará siempre abierta para renovarse reflejando cambios de cultura y naturaleza según el correr del tiempo. Creo que el haiku argentino y sus poetas han venido acumulando un corpus suficientemente grande para tener un saiji-ki y que su presencia va a servir para que sea compartido ampliamente el valor del haiku argentino entre todo el pueblo.

 

Otra de las figuras importantes del Instituto Tôzai ha sido, hasta su reciente desaparición, la poetisa y profesora NERI L. MENDIARA.

Profesora en Letras, Licenciada en Música, dedicada exclusivamente al haiku y al tanka, fue ganadora del Primer Concurso de Haiku, realizado en Argentina, por la Asociación Japonesa, en 1976 y fue directora de la Comisión organizadora del I, II y III Encuentro Internacional de Haiku, en Buenos Aires. Sus conocimientos sobre haiku, su buen hacer y su gran energía han cautivado a generaciones de haijines que han tenido el privilegio de aprender haiku con ella. Entre sus obras destacan:

Haiku. Editorial Dunken, 1998, Buenos Aires, Argentina.

Haiku II. Editorial Dunken, 2000, Buenos Aires. Argentina.

Tanka. Editorial Dunken, 2001, Buenos Aires, Argentina.

 

Se alejó un día.

La acompañaron pájaros

por el camino.

*

“Alegre el mar.

Juegan los ballenatos

tirando agua.”

*

“¡Volvió otra vez!

¿De quién trae el mensaje

el picaflor?”

*

“¡No sé qué día

camino a los chañares

me haré su sombra!”

*

“De humo y ruidos

Buenos Aires se enturbia,

pero hay magnolias.

*

 

INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE” Lavalle 774 6°Piso Dto D. Tel: 4328-6484/4165/5286

 

 

SELECCIÓN DE AUTORES ARGENTINOS CONTEMPORÁNEOS

(PRIMERA PARTE)

A continuación podrán disfrutar de una selección de haikus de varios autores argentinos.

Una de las características principales del haiku argentino es el respeto a la métrica clásica, la gran mayoría de autores son fieles al patrón japonés.

 

CARLOS SPINEDI (1928-2015) Especializado en el estudio de autores como F. García Lorca, J.L.Borges, Antonio Machado o Constantin Cavafy. Sus poemas aparecen en varios antologías en Argentina y el mundo. Después de descubrir el haiku y la tanka, produce varias colecciones y artículos sobre el tema. Entre sus obras se encuentran Cuadernos de Tankas, Buenos Aires, El Archibrazo Editor, 1988 y Tal vez tankas tal vez Haikus, Buenos Aires, Editorial Metáfora, 2002

noche lunar

un ajedrez de sombras

en la terraza

*

el vaho del té

empaña los cristales

la casa se estremece

*

Seca una rama

quiébrase entre mis manos

Llega el inverno

*

El mar anega

el hueco que tu pie

dejó en la playa

*

 

MARÍA SANTAMARINA (Buenos Aires, 1954) comenzó a estudiar haiku en 1992 de la mano de Félix Della Paolera. Sus haikus han sido traducidos al francés. Entre sus obras podemos destacar: Pausa en la hierba, A cada instante y Haiku.

En su ensayo “Brevedad y encanto sutil en el haiku” habla del haiku como “una estructura formal precisa que facilita la liberación de lo esencial, de lo interno”.

 

Hojas de ginkgo:

por instantes la oruga

es mariposa.

*

Agua de pozo:

el niño baja el balde,

sube una estrella.

*

El viejo roble:

surcos en la corteza

camino al cielo.

*

Arbol de otoño:

¿Las hojas escondidas

en las raíces?

*

Jacarandá:

caen flores azules,

descendió el cielo.

*

Baldosa suelta

barro infame en mis pies

sol de las doce.

*

 

CARLOS OSCAR ANTOGNAZZI (Santa Fe14 de mayo de 1963) es un escritor y fotógrafo argentino. Cuentos suyos fueron traducidos al italiano y al inglés y han sido publicados en antologías en España, Estados Unidos, Italia, México y Argentina. Es coordinador de talleres literarios en Santo Tomé y sus artículos se editan en el portal de «Mundo Cultural Hispano». Entre sus obras destacan “Leve aire”, un trabajo que recoge 537 haikus, publicado en 2011, y Namastê: cruces digresivos sobre arte, creación, filosofía y haiku (1ª edición). Tauro. 2019, con más de 800 páginas dedicadas al haiku.

 

 

ANTONIO LIBONATI

Haijin conocido en el mundo del haiku como César Bianchi:

Nací en San Martín, Provincia de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1937. Conocí el haiku en Internet. Participé en la Sección La Pizarra de El Rincón del Haiku, donde algunos de sus haiku fueron comentados entre otros por Pedro Aullón de Haro, Osvaldo Svanascini, Fernando Rodríguez Izquierdo, Luis Corrales Vasco.

Participé del Renku Rosal silvestre junto a Susana Benet (Valencia, España), Jorge Braulio (Cuba), y Rafael García Bidó (República Dominicana). Fue publicado en El Rincón del Haiku. Publiqué “Los haiku del Viejo Libo” Edit.El Aleph, Bs As, 2005

Estudié con la maestra argentina Neri Mendiara y recientemente asistí a dos seminarios de Vicente Haya en Madrid y Haedo, Buenos Aires.

Dos de mis haiku fueron grabados por mí y musicalizados por Enrique Linares y figuran en la Revista Hela. Otros fueron elegidos para la publicación de Conciertos de Medellín.

Obtuve menciones y premios en los Encuentro del Instituto Tozai de Buenos Aires.

Participo desde hace un año en el grupo de haiku “Puente y camino de Buenos Aires” y del Cuaderno de Haiku, Antología 2018, publicado por el mismo, con tapa ilustrada por Sandra Pérez

 

 

mi buen amigo

apenas un humito

del crematorio

*

nieve en la calle

el humo de la olla

empaña el vidrio

.*

zaguán abierto

asoman dos mujeres

y una glicina

*

Llega

la vendedora de jazmines

aún no la veo

*

Viento del Sur

Cabalgando un jinete

lo sigue el poncho

*

Inudación

El Río Reconquista

en los colchones

 

(El Río Reconquista atraviesa las zonas más pobre del conurbano bonaerense, las llamadas Villas Miseria o por un eufemismo Villas de Emergencia. Asentada en terrenos bajos

*

Cartonerita

Encuentra en la basura

una muñeca

(Cartoneros se llaman en Buenos Aires a las personas que viven de la recolección de cartones y otros residuos para lo que se trasladan desde el conurbano a los barrios de la capital con carros de mano)

*

la corriente del arroyo

y la mariposa

en el mismo sentido

*

atardecer

un cuervo sobre el poste

detrás el sol

                                                               *

empieza el año

el abuelo sonríe

una vez más

                                                               *

 

ALICIA CÉSPEDES

Médica Especialista en Psiquiatría (jubilada), docente universitaria, coordinadora de Talleres de Creatividad como Prevención y Promoción de la Salud Mental. Egresada de la Carrera de Escritura Creativa de Casa de Letras.

Ex integrante de la Peña de Escritores Pinamarenses. Activa defensora del Medio Ambiente publiqué artículos en diarios y revistas de Pinamar y Cariló.

En el 2010, “descubrí el haiku” leyendo La preparación de la novela, de Barthes. Con el tiempo empecé a escribir “mi haiku”, es decir lo que era para mí, sujeto argentino, mujer, que leía traducciones de autores desconocidos. Un difícil camino en soledad que, sin embargo, dio sus primeros frutos. En el 2017, presenté mi primer trabajo Semillas de Haiku, en la Mesa sobre Poesía y Mujeres de la Biblioteca de Pinamar. César Bianchi me invitó a las reuniones de Puente y Camino Grupo Haiku Buenos Aires y a partir de ese momento, comparto el camino con excelentes haijines. Gracias a ellos estoy dejando de pensar al mundo como una experiencia intelectual. Sentir “el sacudón sensorial” frente a una señal de la Naturaleza me cambió no solo la mirada sino la vida.

El Curso de Haiku dictado en el 2018 por el Prof. Vicente Haya significó para mí el encuentro con quien considero mi Maestro y el comienzo de una transformación espiritual que continuó con el Curso On-line de la Escuela Makoto, del que tengo el honor de ser egresada 2018.

 

Otra noche agobiante.

En el patio,

un pichón muerto.

*

Ceibal en flor.

Monte adentro

canto de tacuaritas.

*

Laguna encrespada.

En contra del viento

las cotorras.

*

Arado de trigo.

Sobrevuelan el polvo

gaviotas blancas.

*

Sola en el baldío,

una niña clava la mirada

en la pasionaria azul.

*

Noche de tormenta.

En la olla humeante

caen tres arañas.

*

Entre cardos,

un rebaño blanco

rumbo al horizonte.

*

Montaña adentro,

de espaldas al sol,

sigue a su sombra.

*

¡Kikú! ¡Kikú!

Sin una pata,

cruza veloz el camino

la gallareta.

*

 

KARIN ROSENKRANZ

Nací en Buenos Aires, en 1971. Cursé mis estudios de Ciencias de la Comunicación en la UBA, Universidad de Buenos Aires. Resido con mi familia en Palma de Mallorca desde 1993. Trabajé como reportera en revistas y periódicos.

Durante un viaje familiar a mi ciudad natal, en el año 2011, escribí mi primer haiku, por casualidad.

 

Viaje de regreso

las vacas, compañeras de ruta.

La mirada de ella a través de la reja.

 

Desde entonces, tengo mi blog PENSANDO EN HAIKU.

«Escribir haikus me ha llenado de hermosas experiencias y me ha abierto una puerta a un mundo maravilloso»

 

Campo de golf

a paso veloz

camina el hornero

*

Sol de Agosto

los jardineros cuidan

El Rosedal sin rosas.

*

Noche de tormenta,

abraza sus bolsas

El vagabundo

*

Lluvia torrencial

la basura de las calles

¿dónde irá a parar?

*

Trinar de gorriones

mientras tejo al crochet

ha amanecido.

*

Viento invernal

las esquinas huelen

a garrapiñadas.

*

Bar de la esquina

en la ventana recuerdo,

los días de facultad

*

Tormenta al alba

me sorprenden los truenos

y mi catarro

*

Amanecer porteño

en las rejas del balcón

el gorrión se acicala

*

CRISTINA NOEMI GHIRINGHELLI

 

Nacida en Ramos Mejía. (1954)   Provincia de Buenos Aires,

Argentina. Profesora en Ciencias Naturales y Psicopedagoga.

Escritora, curiosa por naturaleza e inquieta en el arte de enseñar – aprender. Miembro de entidades literarias.

Participé y participo en talleres literarios desde el 2009 a la fecha. Cursé el Seminario de Haiku – Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”- CABA- 2016. Participé en Antologías de Poesía, Cuento y Microficción

Autora de los libros:

Palabras hojas sobre papel, un árbol – Editorial Argenta Sarlep S. A. – 2002. Poesía, Ojo de Buey. Un camino al interior – Ediciones Letras Urbanas – 2011. Narrativa, Letras Tejidas. Trama invisible – Ediciones La Guillotina – Colección La mano de Cristal (16)- 2014. Micropoesía.    

Expuse sobre: Julio Verne: el precursor. Literato-Científico. En el marco de difusión de la AALIJ – Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil – SADE- 28 de julio 2016.

ACTIVIDADES RELACIONDAS CON EL HAIKU:

Participé del IX ENCUENTRO INTERNACIONAL DE HAIKU- Octubre 2016.

Expuse sobre: “El aspecto social en los haiku de los Encuentros”.

Cursé el CURSO DE MAKOTO 2017.

Participo del grupo Puente y camino desde 2017.

Cuaderno de peces Ana Sotos Julio 2018.

Seleccionada en el “Cuarto movimiento del Concierto de haiku: Los Cuatro Elementos; SER FUEGO-LUZ”   – 30 de julio de 2018- Medellín Colombia.

Participé en “Cuaderno de haiku” Septiembre 2018 – Argentina.

Participé en la plaqueta de fin de año 2018 – 2019 Puente y Camino.

 

eMail: noghiem@yahoo.com.ar //cristina.ghiringhelli@gmail.com

En las manos
de la anciana un rosario.
Tarde otoñal.
*

Luz de farol,
la mano extendida
de un mendigo.

*

En la boca del perro
la cola de un ratón.
Rosal con flores.

*

En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.

*

Sol de Humahuaca*…
La carne de cabrito
se deshace en la boca

*Ciudad ubicada en la Provincia de Jujuy- Argentina

*

En el viejo
sombrero de paja.
Tres pichones.
*

En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.

*

Una libélula
en la pileta del baño.
Noche de tormenta.

*

Tres palomas
se pierden entre las nubes.
Atardecer.

*

Bajamar.
La luz cambia en las huellas
de los cangrejos

*

 

JULIA GUZMÁN

Vivo en Córdoba capital, Argentina. Empecé a escribir haiku en el 2007 y desde entonces lo leo, lo estudio, lo traduzco y lo investigo ya que me interesa saber cómo se escribe en otras partes del mundo. Para mí el haiku es un modo de vida.

He publicado en coautoría con Jorge A. Giallorenzi el libro “ Aniko y Akiro. HAIKUS”2008 y plaquetas de haiku Serie “Estaciones”, “Lleva a cuestas un niño” 2014, “Haikus de Navidad y Año Nuevo”.2017/2018.

Colaboro con la revista Hojas en la Acera, en Paseos.Net.y El Rincón del Haiku. Formo parte desde el 2018 del equipo de maestros de la Escuela Virtual de Haiku “Makoto”

He sido seleccionada para formar parte del Concierto” Los Cuatro Elementos” organizado por Montaña de Silencio, Medellín, Colombia.

Gané el primer premio a la mejor colección de haiku en el Segundo Concurso Internacional de Haiku, Medellín. Colombia.2014.

Me han publicado en el diario japonés The Asahi Shimbun, en The Mamba Journal ( Africa ), The Haiku Foundation ( U.S.A).

He traducido al español el libro de haiku “ Afriku” del prof. Adjei Agyei-Baah de Ghana.

Co-fundadora del Grupo Córdoba Haiku

 

Marea baja

Una colonia de gaviotas

en el verdín

*

Otoño en el maple

El graznido de un cuervo

que no veo

*

Respirar el aire de Kumano

ser uno con los budas…

*

Lejos el río

Un rayo de sol

cruzado por los cuervos

*

Tac…tac…

Una semilla cae

de la vaina de una pezuña de vaca

*

Tarde de rio

El perro cojo

persigue una mariposa

*

Plaza de Chivilcoy

En el bebedero seco

un gorrión

*

Se posa una luciérnaga

en un tamarisco…

y vuela

*

Mar con tormenta

Las olas borran

lo escrito en la arena

*

Año del chancho

El refugiado besa la tierra

que acaba de pisar

 

JORGE ALBERTO GIALLORENZI

Reside en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, Argentina desde fines de 2016.

Fotógrafo, arquitecto, poeta y haijin. Coleccionista de sobres de té, también estudia el idioma y la cultura del Japón. Investigador del Haijin Taneda Santöka. Es autor –junto a Julia Guzmán- de plaquetas de haiku en idiomas español e inglés (2009, 2010, 2011 y 2012)

Libro publicados: “Aniko y Akiro Haiku” (junto a Julia Guzmán) (2008) y “Helechos en la Cornisa Haikus Chivilcoyanos” (2016).

Haikus publicados en la versión digital de los diarios “The Asahi Simbun” (Japón, 2017, 2018 y 2019) y “The Mainichi” (Japón, 2018).

Haikus publicados en Africa haiku Network (2018) y The Haiku Foundation (2018)

Traducción puntual –sin publicación- del libro “Cento Haiku” (2013)

Autor antológico en libros y revistas de España y EE UU.

Colaborador de foros y revistas españolas de Haiku.

Co-fundador Grupo Córdoba Haiku

Coordinador de talleres y seminarios de haiku en ciudades de provincias argentinas y expositor de haiga.

Contacto: jorgeakiro@gmail.com

 

Leves crujidos…

Con el aroma a té

una nueva grulla

*

Festival de verano.

Desde el puente

resaltan los cerezos

*

Seminublado …

El canto de los horneros

en la ventana

*

Almacén de campo.

En el piso de ladrillos

canta una pigmea

*

Calor intenso.

El brillo de la gota

antes de caer

*

Alambrado de púas.

Pintada en un poste

la cara de un niño

*

Atardece…

Las sombras de las loras

también aletean

*

Llovizna fuerte.

En la plantación de arroz

sigue la garza

*

Caen hojitas.

Un cuervo en el cartel

de un restaurant

*

Meditación.

Camino al templo

se le cae el kaza

*

 

SANDRA PÉREZ

Comencé a practicar pintura japonesa y haiku casi simultáneamente. Ambas actividades son más que mis pasatiempos, son una forma de transitar mis días. Lo practico todo el tiempo que puedo entre el trabajo de la casa y la familia.

Comencé a dar los primeros pasos en el camino del haiku hace ya algunos años. Durante todo este tiempo leí y escribí. Escribí y me equivoqué, mucho ciertamente. Y volví sobre los errores y me volví a equivocar. Con cada acierto avanzaba un pasito en el camino, pero con los errores, mucho más. He comprobado que en este camino no hay meta. El sendero se extiende e invita a ser transitado. El andar es la meta, no la llegada.

He trabajado como maestra desde que salí de la escuela hasta hace unos meses en que me he jubilado.

Esta forma de andar me incentivó en mi tarea como docente de escuela primaria a proponerles a los niños transitar el camino del haiku. Desde hace ya varios años disfruto plenamente de esa actividad. Los niños pueden escribir haiku como estos:

 

La mariquita,

pasa el viento y ella

sigue en la hoja.

*

Tarde en el mar

picotean la espuma

unas gaviotas.

                                                                 *

Formo parte de Puente y camino – grupo de haiku de Buenos Aires, grupo con el cual estudiamos, producimos y difundimos el haiku dando talleres y charlas. Participo en los foros de Paseos y de El Rincón del haiku. Comparto la tarea con el equipo de HELA, Hojas en la acera, gaceta trimestral de haiku y con la Escuela virtual de Haiku Makoto.

 

Comparto algunos de los instantes que tuve el privilegio de vivenciar y se volvieron haiku:

 

Camalote en flor.

El golpeteo del oleaje

contra los botes.

*

Croan las ranas,

ni por un instante

se posan las libélulas

*

Se nubla la tarde,

un perro de nadie

camina a mi lado.

*

Moscas que van y vienen

el lecho del río

se desdibuja

*

Cruje la tranquera.

Toda la empalizada

cubierta de musgo.

*

 

JUAN CARLOS DURILÉN

Nace en el sur de la provincia de Córdoba, en Camilo Aldao (Argentina). Su inquietud literaria y sus poemas ven la luz en Chañar Ladeado (Santa Fe) donde completa sus estudios de secundaria.

En 1963 se radica definitivamente en Córdoba, ingresando a la Escuela de Letras de la U.N.C. y en 1966 es seleccionado con dos poemas en la Antología de Poetas de Córdoba publicada por Ediciones Grossi. En 1967 aparece su primer volumen de poemas De mis Vigilias, bajo el sello del Fondo Editorial de Córdoba, de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.). Colabora en plaquetas y poemas sueltos en diferentes publicaciones y participa en algunos certámenes literarios, obteniendo el 3º Premio Nacional de Poesía en San Rafael (Mendoza) con su poema Bramó su Entraña, con motivo del terremoto de Caucete (San Juan) de 1077.

Se dedica al haiku desde 2001. En el año 2002 publica su obra Fugacidades. Es autor del blog Hojas de haiku, que se publica desde el año 2009 y fundador del Grupo Córdoba Haiku, nacido el 1º de agosto de ese mismo año con el propósito de profundizar y difundir el Haiku, por su belleza, brevedad, sencillez y espíritu universal. En 2012 algunos de sus trabajos se incluyen en la primera edición del libro Abrazos del Sur en Puerto Rico, y en 2014 varios de sus haikus aparecen en la antología Un viejo estanque editada en España.

En 2015 publica “Gotas de Luna”, donde reúne sus mejores haikus.

En estos años, varios de sus haikus, artículos y ensayos breves, han aparecido en la gaceta trimestral de haiku Hojas en la Acera, en su versión digital e impresa, donde también participa del Kukai. Precisamente, invitado por el director de esta gaceta, ofició de Sabaki (Coordinador) en el Renku Internacional Viento de Otoño, publicado en el número especial 32 de diciembre 2016. La experiencia, que duró unos dos meses, tuvo como protagonistas a seis haijines de cinco países y tres continentes: Kayoko Ijiri (Japón), Enrique Linares Martí (España), Isabel Asúnsolo (Francia), Klaus-Dieter Wirth (Alemania), Toñi Sánchez Verdejo (España) y Juan Carlos Durilén (Argentina).

En el Nº 58 (Enero-Marzo 2018) de la revista francesa GONG (editada por l’Association Francophone de Haïku) se publica una entrevista que mantuviera con una de sus redactoras: la amiga Isabel Asúnsolo; allí mismo aparecen en versión española-francesa una veintena de sus haikus.

Más recientemente, ha sido seleccionado y galardonado por la revista digital Autumn Moon Haiku Journal, de EE UU, dirigida por Bruce Ross, donde han sido publicados sus haikus en versión inglesa-española.

Tiene en preparación su primer de libro de cuentos cortos que aparecerá este año 2019. Algunos de esos cuentos hacen referencia al haiku.

La versión completa de Gotas de luna se puede leer en la plataforma Calamēo: https://es.calameo.com/read/005023540cd103f7a50ee

mientras que el blog Hojas de Haiku se puede visitar en este enlace: https://hojas-de-haiku.blogspot.com/

Ya nadie habita

la casa abandonada.

Solo el otoño…

*

Hora de siesta.

Un canto de torcaza

en soledad.

*

Olor a lluvia…

El sonido del cántaro

mientras se llena.

*

Sol de la tarde.

Sin su follaje el tilo

lleno de pájaros.

*

Cae una hoja:

tiembla el cielo del lago

por un momento.

*

El sol y el viento

—en las sábanas limpias—

duermen conmigo.

*

Espantapájaros.

También él envejece

bajo este cielo.

*

Brisa de otoño.

Las hojas al caer

tocan sus sombras.

*

Luna empañada.

La silueta borrosa

de los pinares.

*

Aires de marzo.

Los verdes del verano

empalidecen.

*

MARÍA ROSALIA GILA

Argentina. Profesora de Letras y Licenciada en lengua y Comunicación, ejerció la docencia Media y Universitaria. Coordina talleres de lectura y escritura creativa.

En 1983 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía Alicia Moreau de Justo. Publicó las Antologías Hecho en taller, A tientas, el amor y Antología Universal de la poesía Amorosa y Cuaderno de haiku, publicación del grupo Puente y Camino

De su obra poética individual, fueron publicadas A La intemperie, Penúltima Esperanza y Sunyata, las huellas del vacío.

A partir de 1992, se inició en el camino del haiku a través de su experiencia de Zazen, participó de los Encuentros Internacionales de Haiku del Instituto Tozai e inició investigaciones sobre el tema.

Pertenece al Grupo de Haiku Puente y Camino y su mirada sobre el haiku cambió radicalmente a partir de la asistencia a los Seminarios del Prof. Vicente Haya y del curso en la Escuela Makoto, desde ese momento, adhiere a la línea de Haiku Do.

 

En la niebla del río

sólo

el canto de las alondras

*

Vuelan vencejos

sobre los manantiales,

todavía no hay tábanos

*

Recién caídos,

pétalos del ciruelo

sobre el estiércol

*

Invierno.

Ya ni los zorzales

visitan la casa

*

Florecen las orquídeas

en la tumba de padre.

Día de muertos

*

Primer sol del año,

sobre el jazmín en flor

la mesa y las ausencias

*

Salpicaduras:

en el cuenco del perro

se baña el zorzal

*

Entre los témpanos

la danza de cortejo

de las ballenas

*

El gato ha muerto.

Golpea las ventanas

un colibrí

*

Relampaguea:

de pronto se iluminan

los limoneros

 

   Esta selección continuará en la próxima entrega de este artículo.

Leticia Sicilia, 2019 ©

 

La brevedad. 17 sílabas

Diecisiete “sonidos” es la medida clásica del haiku que en Japón se escribe en una sola línea vertical. Diecisiete sílabas, para los occidentales, que generalmente dividimos en tres versos.

 

yado kasanu

hokage ya yuki

no tsuzuki

 

No me alojaron.

Vi luces y en la nieve

casas en fila.

Buson (trad. Antonio Cabezas)

 

Si bien esta cantidad de sílabas no nos garantiza que estemos escribiendo un haiku, es ésta una de las reglas que nos acercará al mismo. Quizás la primera que cualquier persona que se interese por este peculiar tipo de poesía conoce, aunque pronto tome conciencia de que el haiku es mucho más que un breve poema de apenas diecisiete sílabas.

Sin duda, las 17 sílabas son un angosto sendero por el que debemos transitar. A veces podremos salirnos de sus márgenes sin perder el rumbo, pero si nos alejamos demasiado corremos el riesgo de entrar en un camino desconocido que nos separe del haiku. Por ello, las diecisiete sílabas son un principio básico que debemos conocer y ejercitar.

Con el tiempo nos surgirán preguntas como: ¿el ritmo 5-7-5 es realmente imprescindible?, ¿al escribir haiku en castellano, debemos mantener ese mismo ritmo?, o ¿qué tanto podemos alejarnos de ese clásico 5-7-5? Una posible respuesta podría ser que esta regla es al haiku como la luz del faro al navegante que cruza una costa rocosa. Una luz que siempre debería acompañarnos, aunque sin sacrificar nuestro idioma.

 

Sobre los hombres

y sobre las montañas

cae la lluvia.        

Rafael García Bidó

 

Si recurrimos a lo que dicen al respecto los teóricos del haiku en castellano, encontramos opiniones que confluyen: “La medida silábica de 5-7-5, dice el profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo en “El haiku japonés”, tomada con ciertas licencias que la hacen aproximativa, es básica y necesaria para que exista cierta unidad en el mundo del haiku. De lo contrario sólo se producirán pequeños trozos de prosa.” “Y si la forma 5-7-5 no es condición suficiente del haiku, tampoco es condición eliminatoria per se el no tenerla” comenta Vicente Haya en su libro “El corazón del haiku”.

 

Algunos ejemplos de haikus japoneses que no responden al patrón clásico del 5-7-5

Seki wo shite mo hitori

 

Hasta tosiendo me siento solo…

Hosai (trad. José María Bermejo)

 

 

Hitori no hi o tsucuru

Hacer un fuego

 para uno solo.

Santoka, (trad. Vicente Haya)

 

konogoro tsuma naki yao-va na wo tsumu negi wo tsumu araji musume

Muerta recientemente su esposa,

el verdulero y su hija cargan las verduras

cargan las cebollas

Hekigodo (trad. Rodríguez-Izquierdo)

 

Por su lado Alberto Silva en “El libro del haiku” acota: “Aunque brevísimo, el haiku recorre un camino sinuoso y exhibe una arquitectura compleja, llena de posibilidades estéticas y expresivas. ¿Qué hacemos con la métrica? El haiku es un poema breve de 5-7-5 sílabas (…) Esta estructura para nada resulta intocable. Bashô, patrón espiritual del género, se apartó en numerosas ocasiones del consagrado patrón métrico (…) La métrica traza útilmente un horizonte, relacionado con el afán de brevedad y concisión al que aspiran los haijin (…) Una total falta de respeto por las reglas métricas del haiku sería en todo punto desaconsejable. Llevaría a transformarlo muchas veces en un proverbio, en un slogan o, cuando el astro nos abandona, en banal telegrama. En cambio, al verter haikus al castellano, un respeto exagerado a la regla métrica puede conducir a otros extremos imprevistos, bordeando a veces el ridículo.”

Nagamu to te

hana ni mo itashi

kubi no hone

 

De tanto verlas,

por las flores me duele

el colodrillo.

 Soin

 (trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)

 

En Japón el haiku de métrica más o menos libre es aceptado mientras tenga kigo, conserve un adecuado ritmo interior y/ o tenga “sabor a haiku” (haimi). Shiki descubrió en el haiku clásico ejemplos de oscilación silábica, comenta el profesor Rodríguez-Izquierdo, desde 16 hasta 25 sílabas, y el mismo Bashô había asegurado que la consecución del ritmo no dependía sólo del número de sílabas: “Examina, por favor, un verso (léase poema) con tres, cuatro, cinco, o aun siete sílabas de más, para ver si suena bien o no. Examina también un verso con una sola sílaba de más; esa sílaba puede romper el ritmo.”

 

La Declaración de Matsuyama, del 12 de septiembre de 1999, dice al respecto de las diecisiete sílabas: “En primer lugar, el ritmo 5-7-5 es exclusivo de la lengua japonesa, incluso si otros idiomas fueran a utilizar este ritmo, es evidente que no garantizaría el mismo efecto. No se trata de contar o acentuar sílabas, sino de la forma en que la expresión poética pueda ser realzada a través de la tensión cuando lo quiera el escritor. En el caso de la poesía japonesa, el mejor método para aumentar la tensión poética ha sido la forma silábica de 5-7-5.

Akikaze ya

ishi tsunda uma no

ugokazaru

 

Viento otoñal.

No se mueve el caballo

que carga piedras.

Midori-Yo

(trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)

 

¿Cómo entender la importancia que tiene para un pueblo un ritmo poético que se mantiene inalterado a través de los siglos? ¿Cuánto los unifica ese sentir con la misma “musicalidad”? Imposible saberlo. Para los que escribimos haiku en español, aunque escribamos con esa alternancia del 5-7-5 nunca será lo mismo. Creemos, sin embargo, que para todo el que se inicia en este tipo de poesía el hecho de escribir respetando la regla de las 17 sílabas es un ejercicio necesario; luego, una vez que se domina este ritmo, nos podremos liberar de tal esquema. Liberarnos tanto como dice Vicente Haya en «Tres Monjes Budistas»: «Se ha definido al haiku como una poesía de brevedad límite; sólo diecisiete sílabas japonesas (ji-on). Aunque no tiene por qué dividirse en tres versos de 5-7-5 (admitiéndose igual 7-5-5, 6-6-5, o cualquier otra fórmula… el tópico y la tradición nos van a fijar el metro en ese 5-7-5 (…) Actualmente, hay poetas de haiku que prescinden completamente del metro de diecisiete sílabas y escriben poemas sin metro alguno que pueden sin embargo ser considerados haiku.»

 

 

 

 

Haiku 1

1

ほうらいの山まつりせむ老の春
hourai no yama matsuri semu oi no haru

 

Celebremos Hōrai-

Otro año nuevo más

de un anciano.

Fecha: escrito en la Era Yasunaga (1772-1781).

 

Monte Penglai o de los inmortales (China),
Palacio de la Ciudad Prohibida, Pekín.

Comentario y notas culturales:

 Es el año nuevo, el comienzo ancestral de la primavera, una catarsis: Buson agradece seguir vivo en su vejez y desea participar con los adornos de la celebración. Se alude al  Monte Hōrai (la montaña sagrada de los inmortales), festividad o tradición en que se  llevan ofrendas al kami en el santuario sintoísta, quizá en un espacio elevado, para obtener buena fortuna y longevidad.