EL CAMINO DEL SUFRIMIENTO

LA CHOZA DEL HAIJIN

俳人の山小

SHIKI Masaoka, EL POETA DOLIENTE

 No creo que nadie, a priori, elija el dolor y el sufrimiento como fuente de inspiración para alimentar su creatividad. Pero lo que sí que observo es que en numerosas ocasiones, la creatividad ha servido como válvula de escape para aquellos seres que, padeciendo un sufrimiento emocional, físico, o espiritual, encontraron en el arte la posibilidad de materializar aquello que les torturaba, sacándolo de dentro y pariéndolo al mundo para así mitigar algo su dolor, compartiéndolo.

Son infinitas las biografías de artistas de toda índole que están marcadas por la sordidez, la marginalidad, las adicciones, la enfermedad. Y parece que cuanto más se sufre, mejor es resultado de lo que se crea.

Shiki Masaoka (1867 -1902) pasó gran parte de su vida marcado trágicamente por la tuberculosis. De hecho, el sobrenombre que adoptó como escritor fue el de 子規 Shiki , que significa “ hototogitsu”, haciendo referencia al cuco, pájaro poético por excelencia que impregna el alma de melancolía con su canto. Según la leyenda japonesa, al cantar desgarra sus pequeños pulmones, sangrando.

 No sé si es lícito o no que en el haiku la condición personal del haijin marque claramente su obra. Parece inevitable, al fin y al cabo el haijin es humano y, aparte de sentidos, tiene sentimientos.

Supone un gran reto evitar contar en un haiku tu historia íntima, esa que te hace sufrir y provoca tus desvelos. El haijin sabe, o debería saber, que el haiku no es el lugar para hacerlo. Porque su dolor, su enfermedad, por muy duro que parezca, no es el objeto del haiku.

Creo que Shiki consigue superar el reto con mucha dignidad, logrando mantener a raya a ese “yo doliente”. Es posible que en ocasiones en sus haikus, sobre todo por la temática que llama su atención, resuene el sufrimiento. Pero ¿acaso podemos evitar que el laúd otorgue su color musical a lo que se interpreta a través del tañido de sus cuerdas? Y qué menos que aceptar que esto sea así, aunque sólo sea por pura compasión ante el sufrimiento de un semejante.

ぬれ足で雀のありく廊下かな

Nureashi de
suzume no ariku
rôka kana

 Andando con sus patitas mojadas,
el gorrión
por la terraza de madera

 

 

古壁の隅に動かず孕蜘蛛

Furukabe no sumi ni ugokazu harami-gumo

En la esquina de una vieja pared,
sin moverse,
una araña inflada de crías

 

 

手の内に螢つめたき光りかな

Te no uchi ni
hotaru tsumetaki
hikari kana

 

¡Qué fría la luz
de la luciérnaga
dentro de mi mano!

 


 
Mercedes Pérez para ERDH 2018