Después de la lluvia
Mi caminata hoy la hago por el borde de las mesetas. Después de muchos días de lluvia el paisaje ha variado un tanto, los senderos que habitualmente recorría son arcillosos, se han formado zanjones irregulares, por lo que es imposible pasar por algunos de los tramos.
El aire fresco recorre mi rostro dejando deslizar unas lágrimas…
En un faldeo de meseta socavado por la lluvia, quedan a la vista las raíces de las zampas (arbusto de hojas de un verde suave) abundantes en esta parte de la meseta, cercana al mar.
Las raíces forman un entretejido digno de una pintura. Me detengo y no puedo dejar de observar la belleza entre tintes grises que les dan un atractivo especial.
Continuando la caminata hay partes de suelo seco, agrietado, donde hubo evaporación suficiente. Otros espacios permanecen encharcadas
Unos pasos más adelante, en charcos con aguas turbias apenas se observan partes de algunas manzanillas silvestres y emergiendo algunas flores secas.
Tarde nublada
En el barro agrietado
unas huellas