HAIKU Y POESÍA: HAIKU Y POESÍA (2 de 2), HAIKU Y POESÍA INGLESA, Y POESÍA

Haiku y poesía: Viene de la parte 1

EL HAIKU Y LA POESÍA (2 de 2)

Los momentos con visiones llegan cuando menos se esperan, sin ser solicitados, y en la mayoría de los hombres, pasan al olvido, desapercibidos y sin ser recordados:

A veces, cuando el alma menos lo piensa, y cuando menos lo desea, Dios la toca divinamente, provocando ciertos recuerdos de Sí mismo. A veces, también, los toques divinos son repentinos, ocurriendo incluso mientras el alma está ocupada en otra cosa, y a veces de manera poco importante.

白菊にしばしたゆたふはさみかな

Shiragiku ni    shibashi tayutau    hasami kana

Las tijeras dudan
ante los crisantemos blancos,
por un momento.

(Buson)

(NT: De este haiku existen numerosas traducciones, muchas de ellas han causado gran controversia. La que ofrecemos aquí es la que hacemos de la versión de Blyth)

 

かなしさや釣の糸ふく秋の風

Kanashisa ya    tsuri no ito fuku    aki no kaze

¡Ah, pena y tristeza!
el sedal tiembla
en la brisa de otoño.

(Buson)

Esta visión de la vida de las cosas puede provenir de causas físicas, por ejemplo, un simple roce, una leve sensación de calor y resistencia:

Hizo una pausa, como si estuviera pensando, mientras su mano descansaba sobre el cuello arqueado del caballo al sol. Vagamente, en su cansada alma de mujer joven, una antigua comprensión pareció invadirla.[1]

 

畑を打っ鈴が頭 巾ゆがみけり

Hatake wo utsu    okina ga zukin   yugami keri

El viejo
arando el campo,
tiene el sombrero torcido.

(Kitō)

 

森んだる案山子の笠に雨急なり

Nusundaru    kakashi no kasa ni    ame kyū nari

Qué pesada es la lluvia
sobre el kasa robado
al espantapájaros.

(Kyoshi)

Proviene de algún área primitiva de sonido, que nos llama de regreso a algo que hemos perdido, algunos recuerdos que tienen indicios de inmortalidad:

Cuando él alzaba la cabeza y relinchaba desde lo más hondo de su pecho, como si resonaran profundas campanas de viento, a ella le parecía oír los ecos de otro mundo, más oscuro, más espacioso, más peligroso, más espléndido que el nuestro, que estaba más allá de ella, y al que ella quería ir.[2]

El poeta inglés dice esto, pero todo esto ya se da por sentado en el haiku:

村々の深こころ更けぬ落し水

Muramura no    negokoro fukenu    otoshi mizu

La noche se hace más profunda
y se duerme en las aldeas;
los sonidos del agua cayendo.

(Buson)

Para escuchar estos matices de significado, no sólo se requiere altruismo (desinterés) sino también una extrema sensibilidad. En verdad significa

Sobre la tortura de la mente para mentir

en inquieto éxtasis.[3]

Ésta, es la condición del extrovertido, que el introvertido expresa con más moderación;

Simpatías silenciosas y discretas

y suaves agitaciones de la mente

de múltiples distinciones, diferencias

percibidas en las cosas, donde para el ojo distraído

no hay diferencia.[4]

Un ejemplo de la extrema delicadeza de percepción de los poetas japoneses:

自菊の高う見えけり朝阿らけ

Shiragiku no    takō miekeri    asaborake

Los crisantemos blancos
parecen más altos de lo que son
al amanecer.

(Yasen)

De lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es que la poesía, al igual que la religión y la moralidad, es algo continuo; esa sensibilidad poética nunca cesa mientras dura la vida. Emerson dice,

Pasamos por lo que somos. El carácter se muestra por encima de nuestras voluntades. Los hombres se imaginan que comunican su virtud o su vicio sólo por acciones manifiestas, y no ven que la virtud o el vicio emiten un soplo a cada instante.

Lo único contra lo que un poeta de haiku está instintiva y conscientemente en guardia es contra la poesía «explicativa». Lo que Spengler dice de sí mismo como historiador, podría tomarse como un manifiesto del poeta haiku, el Camino del Haiku:

Somos escépticos con respecto a todos y cada uno de los modos de pensamiento que «explican» las cosas causalmente. Dejamos que las cosas hablen por sí mismas y nos limitamos a sentir el Destino inmanente en ellas y a contemplar la forma de manifestaciones en las que nunca penetraremos. El extremo al que podemos llegar es el descubrimiento de formas puramente existentes, sin causa y sin propósito, que subyacen a la cambiante imagen de la naturaleza.[5]

 

El poeta de haiku no sólo no se esfuerza por comprender nada de lo que oye y ve, sino que frena con severidad la fatal tendencia del intelecto a juzgar la totalidad de las cosas.

 

Matto è chi spera che nostra ragione

Possa trascorrer la infinita via

Che tiene una sustanza in tre persone.

State conteati, umana gente al quia?

Loco es aquel que espera que nuestro intelecto

pueda recorrer el camino infinito

que tres personas en sustancia sostienen;

conténtate, oh humanidad, de que así sea.[6]

 

おのづから頭が下るなり前路

Onozukara    atama ga sagaru nari    kamijiyama

Monte Kamiji:
mi cabeza inclinada
por sí sola.

(Issa)

 

El Monte Kamiji es la colina consagrada en el interior del recinto del Santuario de Ise. Issa sin duda creía que este lugar era intrínsecamente sagrado, pero es que para los poetas, cualquier lugar que se siente que es, o se ha sentido que es un lugar sagrado, también es sagrado para ellos, porque es el pensamiento lo que lo hace, el «pensamiento» de la humanidad desarrollado por ellos, los poetas.

El objetivo del haiku es otorgar a las cosas la vida poética que ya poseen por derecho propio. Como ocurre con la conducta moral, lo material es indiferente; cualquier momento, cualquier lugar, cualquier cosa servirá.

¿Qué importa si esas cosas son de esta clase o de aquella, para que la forma que le des sea heroica, sea poética?[7]

Esta poesía de las cosas no es algo que se superpone a ellas, sino que surge de ellas como el sol y la lluvia sacan la hoja tierna de los duros brotes. Hay una poesía independiente de rima y ritmo, de onomatopeya y revitalización poética, de cadencia y paralelismo, de cualquier forma. Carece de palabras y es irreflexiva incluso cuando se expresa en palabras y conceptos, y vive una vida separada de la llamada poesía. Es lo que vemos cuando una mariposa blanca revolotea a nuestro lado valle abajo, para nunca regresar:

He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.

Pero no sólo las cosas bellas de la vida, ni siquiera la belleza de las cosas bellas, sino su significado, el papel que desempeñan en el todo, su actividad fluida, ya sea de relámpagos o de rocas aparentemente eternas, deben ser los temas del haiku. Marco Aurelio dice,

Así como las mazorcas de maíz que se inclinan hacia la madre tierra; las desgreñadas cejas del león, la espuma que gotea de las fauces del jabalí, y objetos innumerables de ese mismo tipo, considerados por sí mismos están bastante lejos de la belleza, pero siendo secuelas de la intervención de la naturaleza, sirven para engalanarla, y alegran el corazón del espectador.

El progreso de la poesía debe realizarse en dos direcciones opuestas, ampliando su alcance hacia lo remoto y hacia lo cercano; hacia lo infinito y hacia lo finito.

江月照松風

La luna brilla en el arroyo, la brisa sobre los pinos.

Esto requiere una cierta vaguedad de visión “shelleyana” para comprenderlo en su sentido realmente concreto.

自馬入蔵花

El caballo blanco se mete entre las flores blancas de los juncos.

La blancura siempre nos lleva hacia lo absoluto.

草むらや名も知らぬ花の白

Kusa mura ya    na mo shiranu hana no    shiroki saki

Entre las hierbas,
florece una flor blanca,
de nombre desconocido.

(Shiki)

Por otro lado, la poesía debe dar voz a las cosas más incongruentes:

HOLOFERNES. ¡Vía, bravo! Durante este tiempo no has abierto la boca.

DULL. No he entendido nada absolutamente.

HOLOFERNES. ¡Vamos, te daremos faena!

DULL. Bailaré o algo así, o tocaré el tambor para los mandatarios y los dejaré bailar sobre el heno.

HOLOFERNES. Honrado Dull, obtuso Dull, a nuestra representación, ¡adelante!.

(NT: Se trata de un inconexo texto de Shakespeare en el que usa el caractónimo Dull -aburrido-).

En sus cuentos, O. Henry y, aún más Ring Lardner (muerto en 1933) presentan individuos incongruentes que componen la “multitud de muchas cabezas”, tan expresivos de su vida interior como Hamlet o Macbeth. Sin embargo, a menudo se ha intentado ampliar el alcance del haiku, no tanto por una necesidad consciente de incluir todas las cosas, incluso las más recalcitrantes, bajo el influjo de la poesía o por el deseo de verlo todo en el tiempo sub specie aeternitatis, sino porque los poetas se cansaron de decir lo mismo sobre la misma gama limitada de temas. Una forma de revitalizar la poesía es ampliar las relaciones del sujeto. En una carta a su alumno Kitō, Buson dice que, en lo que respecta a las flores de ciruelo, los poetas han agotado sus aspectos convencionales, y hay que hacer nuevos esfuerzos para obtener nuevos significados de ellas. A continuación, cita sus propios versos para mostrar lo que quiere decir con el viejo y el nuevo estilo de pensamiento poético.

Poemas con enfoque habitual (よのつねにおもひこ 旬):

かはほり のふためき飛ぷ や祥の月

Kawahori no    hutameki tobu ya    ume no tsuki

El murciélago revolotea y revolotea
en la Luna
sobre las flores de ciruelo.

(Buson)

 

散るや螺鋼こぼる卓の上

Ume chiru ya    raden koboruru    taku no ue

Cayendo las flores del ciruelo,
la madreperla
extendida sobre la mesa.

(Buson)

Imagen 21

Sauce al amanecer, de Tanehiko

Poemas que buscan un enfoque diferente (別に趣向をもとむろ旬):

しら梅や北野の茶店にすまひ取

Shira-ume ya    kitano no chamise ni    sumai-dori

Flores blancas de ciruelo;
en una casa de té de Kitano,
un luchador.

(Buson)

 

梅映て買ふ室の遊女かな

Ume sakite    obi kau heya no    yūjo kana

Cortesanas
comprando obis en sus dependencias;
florece el ciruelo.

(Buson)

Los dos últimos versos unen al hombre y a la naturaleza

大門の重き扉や春の暮

Ōmon no    omoki tobira ya    haru no kure

Qué pesadas
las puertas de la Gran Entrada;
una tarde de primavera.

(Buson)

¿Cuál es la relación entre el final de la primavera y el peso de las puertas de la Gran Entrada (Gran Puerta)? Las flores de los cerezos están cayendo; las hojas están llenando los cielos que ahora se están oscureciendo. Las pesadas puertas con clavos de hierro que hay que arrastrar por el suelo para abrirlas y cerrarlas han dejado surcos a su paso. El mundo entero está melancólico y apesadumbrado por la llegada del verano.

Podemos tomar un ejemplo del mismo tipo, cosas que se unen en secreta armonía:

看屋が入つた門は柳かな

Sakana-ya ga    haitta mon wa    yanagi kana

Por la puerta
entró el pescadero,
un sauce.

(Roka Shonin)

Un par de versos de Shiki pueden ponerse uno al lado del otro para ilustrar dos campos de la armonía:

雲の絡自帆南に群がれり

Kumo no mine    shiraho minami ni    muragareri

Nubes ondulantes;
velas de barco blancas
se aglomeran en el sur.

(Shiki)

 

雲の峰観に蝦の上りけり

Kumo no mine    suzuri ni ari no    nobori keri

Nubes ondulantes;
una hormiga sube
a la piedra de tinta.

(Shiki)

Podemos decir que hay tres tipos de haiku, igual que tres formas de combinar el obi (o faja) con el kimono. Primero, concordancia de color, sentimiento o forma. Segundo, discordancia y contraste de color o sentimiento. Estos dos tipos están ilustrados por los versos de Shiki. El tercero es bastante inexplicable pero inconfundible, una armonía interior y secreta que la intuición crea y recrea en la apreciación. Por ejemplo, de Buson:

菜の花や鯨もよらず海暮れぬ

Na-no-hana ya    kujira mo yorazu    umi kurenu

Flores de colza;
ninguna ballena se acerca,
el mar se oscurece.

(Buson)

Lo que nosotros llamamos «armonía» como objeto de la vida poética y vida poética y religiosa, el hombre de cultura amplia y profunda lo llama «uniformidades»:

¿Quién de los historiadores se da cuenta de que entre el Cálculo Diferencial y el principio dinástico de la política en la época de Luis XIV, entre la Ciudad-Estado clásica y la geometría euclidiana, entre la perspectiva espacial de la pintura y la conquista del espacio por el ferrocarril, el teléfono y las armas de largo alcance, entre la música de contrapunto y la economía crediticia, existen uniformidades profundas?[8]

El espíritu del haiku busca percibir clara y profundamente tales uniformidades dondequiera que se encuentren, y en todas partes. Podemos decir, entonces, que el objetivo del haiku es

afirmar la Eterna Providencia

y justificar los caminos de Dios ante el hombre.

A continuación, se ofrecen algunos ejemplos de Concordancia:

 牛部屋の牛のちなりや龍月

Ushibeya no    ushi no unari ya    oborozuki

Una vaca muge
en el establo,
bajo la luna brumosa.

(Shiki)

 

輝なくやつくづく赤い風車

Semi naku ya    tsuku zuku akai    kazaguruma

Chirría una cigarra:
el molino de viento de juguete
es rojo brillante.

(Issa)

 

端山の目 玉にうつる蜻蛉かな

Tōyama ga    medama ni utsuru    tombo kana

Reflejadas
en el ojo de la libélula,
las colinas lejanas.

(Issa)

 

忙子立つて人驚かす帖呼かな

Kiji tatte   hito odorokasu    kareno kana


Sobre el páramo marchito,
el sobresalto
por el vuelo de un faisán

(Issa)

 

六道の辻に立ちけり枯野かな

Rokudō no    tsuji ni tachi keri    kareno kana

Parado en la encrucijada
de los Seis Caminos[9],
¡el páramo marchito!

(Issa)

豊年の撃を界げけり門の蝋

Hōnen no    koe wo agekeri    kado no hae

Las moscas en la puerta
alzan el sonido
de un año fructífero.

(Issa)

管の低き馬に乗る日の霞かな

Se no hikuki    uma ni noru hi no    kasumi kana

En la neblina,
un día,
montando un caballo de patas cortas.

(Buson)

山寺や 描きぞこないの鐘霞む

Yamadera ya    tsuki-zokonai no    kane kasumu

Un templo de montaña:
el sonido de la campana tocada torpemente,
desaparece en la bruma.

(Buson)

 

低き木に驚鳴 くや書さがり

hikuki ki ni    uguisu naku ya    hiru sagari

Ha pasado el mediodía;
el uguisu
canta en un árbol bajo.

(Buson)

 

風齢の鳴りつつ葱をそよぎけり

Fūrin no    naritsutsu negi wo    soyogi keri

Las campanas de viento suenan,
mientras se mecen
los puerros.

(Shosei)

 

わら葺の法輩の寺や鶏頭花

Wara-buki no    hokke no tera ya    keitô-bana

En el templo de paja
del Saddharma Pundarika,
florecen las crestas de gallo[10].

(Shiki)

 

人形をきざむ小店や菊の花

Ningyō wo    kizamu komise ya    kiku no hana

En una pequeña tienda
muñecas talladas…
crisantemos.

(Shiki)

 

寺見えて小道の曲る野菊哉

Tera miete    komichi no magaru    nogiku kana

En la curva del camino
el templo a la vista:
crisantemos silvestres.

(Shiki)

 

解雲天にひろどり萩喚けり

lwashi-gumo    ten ni hirogori    hagi sakeri

Las nubes se extienden
por el cielo aborregado:
el arbusto de tréboles está floreciendo.

(Shūōshi)

 

Los ejemplos de Discordancia o Contraste son varios, pero en todos, la colisión de pensamientos o imágenes proporciona el estímulo que anima a la mente a esforzarse por superar la dificultad de unir lo que Dios ha separado.

居消屋の噴嘩むしだす龍月

Izakaya no    kenka mushidasu    oborozuki

La pelea
en la taberna,
revivida por la luna brumosa.

(Shiki)

 

市中は物の旬いや夏の月

Machinaka wa    mono no nioi ya    natsu no tsuki

En el mercado,
el olor de una cosa u otra,
la luna de verano.

(Bonchō)

 

猫の徹やむ時ねやの臓月

Neko no koi    yamu toki neya no    oborozuki

Amores de gatos;
al terminar, la luna brumosa
cubrió la alcoba.

(Bashō)

 

投げ出した足の先ょり 雲の峰

Nagedashita    ashi no saki yori    kumo no mine

Sobre mis piernas,
estiradas a gusto,
las nubes ondulantes.

(Issa)

 

露や竹の子飯に老を鳴く

Uguisu ya    take no koyabu ni    oi wo naku

El uguisu
en la espesura de los brotes de bambú,
canta a la vejez.

(Bashō)

 

慶館に鶏遊ぶ美蓉かな

Haioku ni    niwatori asobu    fuyō kana

Junto a la mansión en ruinas,
aves errantes
entre los hibiscos.

(Shiki)

 

雷に小家は焼かれて瓜の花

Kaminari ni    koya wa yakarete    uri no hana

Alrededor de la casa
golpeada por un rayo,
flores de melón.

(Buson)

El tercer tipo de haiku es aquel en el que la concordancia y la discordancia están ocultas a nuestros ojos, pero la mente las percibe; no se dan ejemplos aquí porque forman la mayor parte de los haikus de los volúmenes siguientes.

Imagen 22

La ladera de Osaka, de Senna.

 

Referencias del apartado «haiku y poesía 2».-

[1] St. Mawr.

[2] St. Mawr.

[3] Macbeth, 3, 2.

[4] Preludio, I, 400.

[5] Grupo de las Culturas Superiores, 3.

[6] Purgatorio, 3, 34-37.  Goethe versifica esto:

Wie? Warum? Und Wo?

Die Gotter bleiben stumm!—

Du halte dich an’s Weil,

Und frage nicht Warum.

NT: ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Y dónde?

¡Los dioses callan!

Tú quédate con el porque,

y no preguntes el por qué.

[7] Sartor resartus.

[8] The Decline of the West, Introducción.

[9] Los Seis Caminos son las seis condiciones de la vida sensible: el infierno, los fantasmas hambrientos, los animales, los espíritus de la naturaleza, los seres humanos y los dioses.

[10] La flor del Dharma, es decir, el Sutra del Loto.

 

EL HAIKU EN LA POESÍA INGLESA

 En Zen in English Literature se dieron ejemplos de toda la literatura inglesa con el espíritu del Zen que la impregna. Dondequiera que esté el espíritu del haiku, está el Zen, pero lo contrario no es cierto, ya que el Zen puede difundirse a lo largo de extensos pasajes o, por el contrario, estar contenido en una sola palabra o frase que, por su brevedad y la longitud del contexto trasciende el poder de las diecisiete sílabas del haiku.

Los proverbios, en ciertas frases poéticas, en una frase suelta en prosa… corresponden al haiku en el sentido de ser cumbres del sentimiento y la perspicacia poéticas. Coleridge dice en Biographia Litteraria:

Un poema de cualquier longitud no puede ser, ni debe ser, todo poesía.

Pater, en su ensayo sobre Wordsworth, después de señalar la necesidad de una selección de los poemas de Wordsworth, habla de sus muchos poemas prosaicos, que sin embargo contienen

los pocos versos perfectos, la frase, la palabra única, tal vez,

representan el momento de entusiasmo, de posesión divina. Además de la cuestión de la longitud, está la del objetivo, y encontramos algo en gran parte de la poesía inglesa que es ligeramente repelente para un sentimiento delicado. Especialmente cuando se busca el efecto, el epíteto exquisito, la última línea que remueve los intestinos, sentimos el deseo de abandonar toda la literatura y volver a las cosas mismas, cosas que nunca dicen más de lo que son, que nunca se quedan cortas con un motivo oculto.

Sólo nos sentaremos sobre la hierba

y oiremos a las alondras y veremos pasar a las golondrinas;

sólo viviremos un rato, como juegan los niños,

sin mañana, sin ayer.[1]

Los haiku no son esas cimas de extenuante esfuerzo poético; no son la flor y nata del verso occidental. Hay algo espontáneo, sin esfuerzo, algo incluso plano en ellos; pero esa llanura tampoco es buscada. Es emoción recogida en momentos de tranquilidad, esto es lo que pasan por alto muchos poetas. Esta tranquilidad del poeta es un elemento esencial, pues corresponde a la tranquilidad, al punto de reposo de todos los seres vivos. El poeta del haiku también

recuerda la belleza del fuego a partir de la belleza de las brasas[2]

Los siguientes son «haikus» tomados de diversas formas de literatura. No se han modificado las palabras ni su orden; sólo se ha hecho una división en tres líneas para aproximarlo a la forma del haiku. En muchos de ellos, la estación es arbitraria o depende del estado de ánimo en el verso. No por ello, si se tradujeran en verso japonés, serían todos aceptables según las normas del haiku; muchos se omitirían por redundantes e innecesarios, por demasiado intelectuales o abstractos. (NT.– Las fuentes figuran entre corchetes.)

PRIMAVERA

El sol brilla cálido

y el bebé salta

del brazo de su madre.

[Wordswoth, Intimations]

 

Las ramitas en ciernes

extienden su frondoso abanico

para atrapar la brisa.

[Wordsworth, escrito en Early Spring]

 

La alondra

 

Toda la naturaleza le escucha,

y el terrible sol

se detiene sobre la montaña.

[Blake, Milton]

 

La alondra comienza su vuelo,

y cantando, sobresalta la aburrida noche

desde su atalaya en los cielos.

[Milton, L’ Allegro]

 

Flotas y corres

como una alegría incorpórea

cuya carrera apenas comienza.

[Shelley, The skylark]

 

La alondra deja ahora su nido

y trepando,

agita sus alas cubiertas de rocío.

[Davenant, Who look for day]

 

La alondra de la tierra hosca,

al amanecer

canta himnos a las puertas del cielo.

[Shakespeare]

 

El estridente pífano de la alondra

puede venir

desde el barbecho.

[Scott, The lady of the lake]

 

A plena luz del día

no se te ve,

pero oigo tu estridente deleite.

[Shelley, The skylark]

 

El Gallo

Sobre sus pies sube y baja;

él no negó

apoyar sus pies en el suelo.

[Chaucer, The nun’s priest’s tale]

 

¡Padre de las luces!

Qué semilla de sol, qué mirada de día

¡has confinado en este pájaro!

[Herbert, Cockcrowing]

 

El gallo con vivo estruendo

dispersa la retaguardia

de la tenue oscuridad.

[Milton, L’Allegro]

 

Cuando las mariposas den saltos laterales,

como si hubieran escapado de la mano de la naturaleza

serás perfecto

[Davies, The kingfisher]

 

Una joven haya,

en la linde del bosque

permanece inmóvil al atardecer.

[Aldington, Images]

 

Un estanque solitario,

y deja que un árbol

suspire estrechamente sobre mí.

[Davies, The kingfisher]

 

El más hermoso de los árboles,

el cerezo lleno de flores

a lo largo de la rama.

[Housman, A Shropshire Lad]

 

Mi corazón salta

cuando veo

un arco iris en el cielo.

[Wordsworth]

 

Tocaré

cien flores

y no escogeré ni una.

[Mitlay, God’s world]

 

La flexible campanilla.

Balanceándose en la brisa

en alguna roca gris.

[Wordsworth, The Prelude]

 

Tiernas campanillas azules,

en cuyo nacimiento

el césped apenas se agitó.

[Shelley, A dream of the Unknown]

 

Narcisos,

con el mundo verde

en el que viven.

[Keats, Endymion, bk, 1, 11. 15,16]

 

El ganado pasta,

sus cabezas nunca se levantan,

hay cuarenta alimentándose como una.

[Wordsworth, The Cock is Crowing]

 

Como palabras de aire,

la vida hace de la tierra estrellada,

dulces rostros encantados del alma.

[Abercrombie, Hymn to Love]

 

¿Hacia dónde,

oh espléndida nave,

se agolpan tus blancas velas?

[Bridges, A passer-by]

 

En él estaba la vida.

Y la vida

era la vida de los hombres.

[Juan, 1, 4]

 

Tres marineros de Gotham;

¿en qué lugar de un cuenco tan libre?

para sacar la luna del mar.

[Peacock, Three Men of Gotham]

 

Mi corazón estaba lleno;

no hice votos,

pero los votos fueron hechos para mí.

[Wordsworth, The Prelude]

 

VERANO

Pasamos en silencio.

y el lago

se quedó sin nombre.

[E.G.Scott, The unnamed lake]

 

Suave sol,

y el sonido de viejos bosques

resonando alrededor.

[Shelley, Written among the Euganean Hills]

 

Sobre nosotros, el mediodía azul,

y las múltiples olas

murmuran a nuestros pies.

[Shelley, The invitation]

 

La cima de la colina,

donde el cielo se ensancha

y donde el sol se pone rojo.

[Blunt, The old squire]

 

En campos y prados,

estaba toda la dulzura

de un amanecer común.

[The Prelude]

 

Ese cielo incierto

recibido en el seno

del lago firme.

[Wordsworth, There was a boy]

 

Te desvaneces

como si el último de los días se desvaneciera,

y todas las guerras hubieran terminado.

[Robinson, The Dark Hills]

 

El retintín del sediento arroyo

que no se ha oído en todo el día,

asciende de nuevo.

[Arnold, Bacchanalia]

 

Éstos a medida que cambian,

¡Padre todopoderoso!

éstos no son más que una variación de Dios.

[Thomson, Hymn]

 

Dame el espléndido sol silencioso

con todos sus rayos

deslumbrantes.

[Henley, In a Hospital, Vigil]

 

Los dioses son felices;

giran hacia todos lados

sus ojos brillantes.

[Arnold, The strayed reveller]

 

Para inclinarse una vez más

sobre las altas montañas,

la quietud de una mirada cariñosa.

[Byron, The Prisoner of Chillon]

 

Aún me amas, pero no sabes por qué

así que aún tienes la misma razón

para adorarme siempre.

[Anónimo]

 

Aniquilando todo lo que se ha hecho,

en un pensamiento verde

en un tono verde.

[Marvell, Thoughts in a Gardon]

 

Un arco iris y un cuco, ¡Señor!

qué grandes y ricos

son ahora los tiempos.

[Davies, A Great Time]

 

¡Oh cuco!

¿Debo llamarte pájaro

o sólo una voz errante?

[Wordsworth]

 

Sobre su propia dulce voz,

la paloma

cría.

[Wordsworth, Resolution and Independence]

 

El murciélago de ojos débiles,

con un chillido corto y estridente.

revolotea con sus alas de cuero.

[Collins, Ode to Evening]

 

¡Oh felices seres vivos!

ningún idioma

podría declarar su belleza.

[The ancient mariner]

 

El avetoro:

suena su tambor retumbando

desde la sedosa superficie.

[Scott, The Lady of the Lake]

 

Algunos cantaron alto,

y otros cantaron bajo,

pero todos cantaron al unísono.

[Chaucer, The book of the Duchness]

 

Deja que mi profundo silencio hable por mí,

más que por ellos,

sus notas más dulces.

[Davies, The Moon]

 

Cómo podéis cantar,

pequeños pájaros,

y yo tan cansado, ¡no importa!

[Burns, The Banks of Doon]

 

Por el alto mástil

corre

el pájaro carpintero.

[Emerson]

 

El ocupado pájaro carpintero

hizo más tranquilo su sonido,

la quietud inviolable.

[Shelley, The Recollection]

 

Algún pájaro desde fuera de los helechos

empieza a cantar un momento,

luego se queda quieto.

[Byron, Childe Harold’s Pilgrimage]

 

Me gustan los faisanes,

y las cosas que les dan de comer,

de la mañana insospechada.

[Blunt, The Old Squire]

 

Los prados

bebían a sus anchas;

las ranas se sentaron a meditar.

[Thoreau, a week]

 

Lejos en la quietud,

un gato

languidece ruidosamente.

[Whitman]

 

La flor del verano

es para el dulce verano,

aunque, para sí misma, sólo vive y muere.

[Shakespeare, The that have power to hurt]

 

Podría sentarme aquí

solo,

y contar los robles uno por uno.

[Davies]

 

Cada hoja y cada flor,

perlados

con la misma lluvia.

[Keats, The Realm of Fancy]

 

En tonos naranja brillante,

como lámparas doradas,

en una noche verde.

[Marvell, Song of the Emigrants]

 

Una violeta

junto a una piedra musgosa,

medio oculta al ojo.

[Wordsworth, Lucy]

 

OTOÑO

La luna

mira a su alrededor con deleite

cuando los cielos están desnudos.

[Wordsworth, Intimations]

 

La luz de la luna

impregnada de silencio.

La veleta firme.

[The ancient mariner]

 

La luna inocente

que nada hace,

pero brilla.

[Francis Thompson, Sister Songs]

 

Junto al mar,

bajo la amarilla

y flácida luna.

[Whitman, Out of the Cradle]

 

Gran resplandor,

la luna de otoño

flota en el tenue cielo.

[A.Lowell, Wind and Silver]

 

Mientras el follaje profundamente bruñido del cielo

astillaba

las flechas plateadas de la luna.

[Arnold, Mycerinus]

 

El largo día mengua,

la luna lenta asciende,

la profundidad gime con múltiples voces.

[Tennyson, Ulysses]

 

Con qué tristes pasos,

oh luna

trepas por los cielos.

[Shelley]

 

Solo sale el sol

y solo

brotan los grandes arroyos.

[Arnold, In Utrumque Paratus]

 

Fríamente,

tristemente cae

la tarde de otoño.

[Arnold, Rugby Chapel]

 

Por el viejo puente de madera

no cruzó

ningún viajero.

[Thoreau, A week]

 

El crepúsculo oscurecía el día;

otra noche

para los vivos y los muertos.

[Susan Gaspell, The Morning is near us]

 

Mira por última vez

todas las cosas hermosas,

cada hora.

[De La Mare, Farewell]

 

El puente del ferrocarril

es una canción triste

en el aire.

[Langston Hughes, Homesick Blues]

 

No lo amaba,

y sin embargo, ahora se ha ido,

siento que estoy sola.

[Landor, The Maid’s Lament]

 

Eres demasiado joven para dormirte para siempre,

y cuando duermes

me recuerdas a los muertos.

[Sassoon, The Dug-out]

 

La luz apagada de su cabaña solitaria,

la propia cabaña abandonada en la decadencia,

y ella olvidada en la tumba silenciosa.

[The Excursion]

 

Los pesados olmos esperan

inquietos y fríos,

el viento turbulento se levanta.

[Morris, Summer Dawn]

 

Las aves acuáticas

El desierto y el aire sin fin

vagando solitarios,

pero no perdidos.

[Bryant, to a Waterfowl]

 

Imagen 23

Un reyezuelo, de Hakuin.

 

INVIERNO

El viento gélido,

se arrastraba por encima;

por debajo, la corriente helada.

[Shelley]

 

La inconmensurable altura

de los bosques en descomposición,

para nunca descomponerse.

[The Prelude]

 

La serpentina de hiedra,

con sus oscuros brotes y hojas,

vagando sin rumbo.

[Wordsworth, Written in Early Spring]

 

El único árbol maldito,

y la música sombría

de ese viejo muro de piedra.

[The Prelude]

 

Los cielos más antiguos,

a través de ti

son frescos y fuertes.

[Wordsworth, Ode to Duty]

 

Vuelve a lo antiguo;

las cosas no cambian,

nosotros cambiamos.

[Thoreau, Walden]

 

Calenté ambas manos ante el fuego de la Vida;

se hunde,

y estoy listo para partir.

[Landor]

 

Fue porque

no lloraste,

que lloré por ti.

[C.French, Hidden Sorrow]

 

¡Extraño poder!

confío en tu fuerza;

confía en mi constancia.

[C.Bronte, The Visionary]

 

Veo a mi alrededor

cosas

 que tú no puedes ver.

[The Excursion, 409]

 

Los viejos saben

cuando un viejo

se muere.

[Odgen Marsh, 0ld Man]

 

Y entonces el reloj recogió en la torre

su fuerza,

y sonó.

[Housman, Eight O’clock]

 

Ven, ven, gritan las campanas;

estoy enfermo, debo morir,

¡Señor, ten piedad de nosotros!

[Thoman Nash, Litany in Time of Plague]

 

Minuto a minuto

el reloj

hace tictac al corazón.

[Masefield, On Growing Old]

 

Un motor lejano silba,

o el suelo

cruje.

[ibíd]

 

El viento nocturno

golpea

una puerta.

[ibíd]

 

Los grandes y gentiles muebles han permanecido

en simpático silencio

todo el día.

[H. Monroe, Solitude]

 

Así que deja que el barco me lleve;

mañana

será otro día.

[Lawrence, The Man Who Died]

 

El haiku, o algo parecido, puede encontrarse disperso en la prosa inglesa, quizá con más frecuencia que en la poesía, donde la tensión y la intención son mucho mayores. He aquí algunos ejemplos de la obra de A Week on the Concord y Merrimack, de Thoreau. Menos conocido que Walden, recuerdan a las breves prosas poéticas de los poetas de haiku conocidas como haibun.

Vemos hombres segando heno lejos, en el prado, sus cabezas ondean como la hierba que cortan. A lo lejos, el viento parecía curvarlos a todos por igual.

A medida que se hacía de noche, tal frescura se extendía y cada brizna de hierba cortada parecía que rebosaba de vida.

Durante todo el día, las luciérnagas guardaron para la noche su luz bajo la hierba y las hojas.

Los ladridos de los perros domésticos, desde el más fuerte y ronco ladrido, hasta el más débil pálpito aéreo, bajo los aleros del cielo.

Había varias especies de helechos, cuyas suaves púas se alzaban estrechamente agrupadas y ordenadas como en un jarrón, mientras que sus partes más altas se extendían varios pies a cada lado.

La quietud era intensa y casi consciente, como si fuera un sabbath natural.

Nuestros pensamientos también empezaron a agitarse.

Las cigüeñas, con destino a alguna pradera del norte, mantenían su majestuoso y estacionario vuelo.

 

Referencias del apartado «haiku y poesía inglesa».-

[1] A. Mary P. Robinson, Let us Forget.

[2] Masefield, On Growing Old.

 

POESÍA

La poesía es uno de los cuatro “caminos” o valores, religioso, moral, estético e intelectual. Cualquier hombre camina sobre todos ellos, aunque predominantemente sobre uno, pero a menudo sucede que un hombre supone que está procediendo por uno cuando, en secreto, su corazón camina por otro.

Muchas catástrofes se deben a este error. El problema no es cuál de los cuatro es el mejor, sino cuál de ellos es el camino por el que la mayoría de los hombres caminan de hecho, independientemente de lo que supongan y afirmen de sí mismos.

De todos ellos, el camino de la belleza, el camino de la poesía parece a primera vista el menos común. Hay que recordar, sin embargo, que biológicamente hablando es con mucho el más antiguo. Mucho antes de la idea de un universo en la mente del hombre, mucho antes de que sus labios formaran las palabras con las que pensar, cuando sus relaciones incluso con sus compañeros y descendientes eran casi totalmente egoístas, ya la forma, el color y el sonido le hacían temblar por el significado que tenían para él. En el lenguaje darwiniano, la selección sexual ya estaba en marcha.

De nuevo, sólo en el camino de la belleza, hay poca hipocresía y no hay autoengaño. En cuanto a la vida moral, los estoicos y los cristianos nos han dicho qué hacer, pero nosotros pretendemos no entender lo que dicen; lo alegorizamos, o decimos que es anticuado. Sus mandatos son claros e inequívocos:

Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres.

Un buen hombre; es uno que acepta con alegría su suerte en el conjunto de las cosas, y considera la dicha suficiente si sus propias acciones son justas y su naturaleza bondadosa.[1]

Ama a la humanidad y sigue los pasos de Dios.[2]

 

Nuestros problemas religiosos e intelectuales, aunque realmente distintos, se confunden de manera recíproca. En nuestra juventud se nos plantean problemas llamados religiosos, pero en realidad son intelectuales, ya que por su naturaleza no tienen respuestas religiosas. ¿Quién hizo el universo? ¿Son inmortales nuestras almas? ¿Cuál es la naturaleza del mal? ¿Cómo pudo Dios hacerse hombre? A medida que envejecemos obtenemos las respuestas a preguntas que nunca podrán ser formuladas. El misterio sube y baja en oleadas dentro y fuera de nosotros, nuestra vida individual-universal, nuestra existencia, está sin espacio ni tiempo en el tiempo y en el espacio.

El camino de la belleza, el camino de la poesía, decía Wordsworth, no es nada tangible o definible; es la expresión de la humanidad en busca de la verdad. La poesía es ese exceso, esa sobreabundancia que hace soportable la moralidad y la virtud:

Si alguien te obliga a ir una milla, ve con él dos.

Es lo que hace verdad la falsedad que dijo un hombre lejano y hace mucho tiempo:

Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar.

Hace verdadero lo falso de lo que se dijo de lo que está por encima del espacio o del ser,

Padre nuestro que estás en los cielos.

La poesía es un saikeirei, una reverencia tan profunda y completa que no hay nadie que se incline ni nada a lo que se incline, un estado casi alcanzado en el siguiente famoso waka de Saigyō:

何事のあほしますかは知らねども

かたじけなさに涙こぼるい

Nanigoto no owashi masu ka wa shirane domo

katajike nasa ni namida koboruru

Qué es

no lo sé;

pero con gratitud, mis lágrimas caen.

Es un sentimiento de nuestra separación, de nuestra unidad, de nuestra identidad con la Divinidad. Somos Dios y no somos Dios; a veces sentimos lo uno, a veces lo otro. Por un lado,

todas las criaturas son Dios en Dios.[3]

por otro,

ninguna esencia creada puede fundirse con la Esencia de Dios y desaparecer de su propia sustancia.[4]

Así pues, la poesía no es sólo el espíritu de la maravilla, sino que es ese estado autosuficiente más allá de él.

La poesía es simpatía. Quien camine un trecho sin simpatía camina hacia su propio funeral, envuelto en su mortaja. Lo que Whitman dice aquí a su manera vasta, abarcadora del mundo, repite lo que Saigyō sintió sobre los cerezos en flor del Monte Yoshino:

身を分けて見ぬ桁なくつくさ ばや 高の山の花の盛りを

Mi wo wakete minu kozue naku tsukusaba ya yorozu no yama no hana no sakari wo

 

¡Si pudiera dividirme

y ver cada rocío,

en las innumerables colinas,

de flor en flor!

Hay otro waka de Saigyō donde la simpatía es tan profunda que el poeta se convierte él mismo en el viejo árbol:

わきて見む老木は花るあはれなり

今幾度か春に逢ふ、べき

Wakite mimu oiki wa hana mo

Ima ikutabi ka haru ni au beki

Mirando sobre todo a este viejo árbol,

las flores también están llenas de patetismo;

¿Cuántas veces más

saludarán a la primavera?

La poesía es un retorno a la naturaleza: a nuestra propia naturaleza, a la de cada cosa y a la de todas las cosas. De estas tres, la primera es la más difícil para el hombre moderno. Volver al pasado irracional y supersticioso, sentir como siente un animal o una planta, para llegar a ser desinteresado y despreocupado; esto requiere de una voluntad fuerte, imaginación, y de un organismo delicado y sensible.

En el siguiente poema de Bashō, la vida poética se encuentra en un reino extraño:

旧里や臍の緒に泣く年の暮

furusato ya     heso no o ni naku     toshi no kure

En mi antigua casa,
llorando sobre el cordón umbilical[5]
termina el año

(Bashō)

El amor y la gratitud a su madre se remontan a las épocas en que todas las partes del cuerpo del hombre, pelo, piel e incluso las heces eran consideradas como él, como el cuerpo de la impermanencia que está ante nosotros. Igual que un supuesto salvaje piensa que quemar las uñas de un enemigo le causará dolor, así Bashō se aflige por el cordón físico que una vez le unió a su madre y siente que la virtud fluye a través de él como lo hizo hace mucho tiempo.

La poesía es interpenetración. Marco Aurelio dice:

Todas las cosas están entrelazadas entre sí;

el lazo es sagrado, y nada, o casi nada es ajeno a todo lo demás.

“El lazo es sagrado”. La poesía es ese lazo, la poesía en el sentido de la vida de su poeta. Es él y sólo él quien crea el mundo del caos y es su vida en las cosas lo que las une. Marco Aurelio de nuevo:

Todas las cosas que participan de un elemento común se apresuran a reunirse con sus parientes…. En proporción a su superioridad sobre el resto es su disposición a mezclarse con todo lo que proviene de un tronco común y a fundirse con él.

El elemento intelectual en este pasaje mantiene la vida fría y latente. En el siguiente pasaje, de My Antonia, de Willa Catcher’s  la función racional es absorbida por la experiencia física:

La tierra estaba caliente debajo de mí, y caliente mientras la desmenuzaba entre mis dedos. Pequeños bichitos rojos salían y se movían en lentos escuadrones a mi alrededor. Sus espaldas eran de color bermellón pulido, con manchas negras. Me quedé tan quieto como pude. No ocurrió nada. No esperaba que pasara nada. Yo era algo que yacía bajo el sol y lo sentía, como las calabazas, y no quería ser nada más. Era completamente feliz. Tal vez nos sentimos así cuando morimos y nos convertimos parte de algo completo, ya sea el sol y el aire o la bondad y el conocimiento. En cualquier caso, eso es la felicidad, disolverse en algo completo y grande. Cuando le llega a uno, viene tan naturalmente como el sueño.

La poesía no son las palabras escritas en un libro, sino el modo de actividad de la mente del poeta. Del mismo modo, las escrituras no son pensamientos muertos fosilizados en la escritura, sino el funcionamiento de la mente de Buda, la naturaleza de Buda. Ikkyu dice:

何にあらはし文字に書きうつしたるを心

経といふ、に非す 此の紙は則ち自心を指

していふ、なり。文字に書きたるは文学撃

若なり、自心をはなれて外に文字にて書

きたる級 求めなば、 是ち愚痴の心な

り。 はんにやの知慧にそむくなり。 念々

皆撃若経なり。(一体の韓者網唱)

Algo meramente expresado en palabras o escrito en letras, no puede llamarse Shingyō[6], es algo que apunta a la propia mente; escrito en palabras es un Hannya[7], buscar un sutra de palabras fuera de nosotros mismos, y esto es el colmo de la locura, un rechazo de la sabiduría del Hannya. Cada pensamiento es el Hannya Sutra.

La poesía es belleza. Por mucho que nos liberemos de todas las cosas, algunas de ellas tienen un encanto que va más allá de su significado puramente poético; en otras palabras, algunas cosas son tan poéticas en el sentido ordinario, más superficial de la palabra, que nos arrastran, por mucho que nos resistamos, al cielo.

Así dice Saigyō, pensando en sus votos sacerdotales de renuncia:

花に染む心のいかで陵bけむ

捨ではでいきと思ふ我が身に

Hana ni somu    kokoro no ikade    nokori ken    sutehateteki to    omou wagami ni

Con todo renunciado como había pensado,

todavía queda un corazón

teñido con las flores.

La poesía es zen. Es nuestra vida. Cuando estamos realmente vivos, cuando vemos de verdad, cuando lo que vemos se ve a sí misma con nuestros ojos, se ve a sí misma en el espejo de nuestras mentes, cualquier cosa que se le presente, vicio o virtud, belleza o fealdad, gloria o miseria, todo tiene ese significado que es un no-significado, porque nunca puede expresarse, sólo experimentarse. El haiku es poesía, pero hay poesía que no es haiku. El haiku se ocupa de lo ordinario, de lo cotidiano. No tiene nada que ver con cosas excepcionales, veladas de extraordinaria magnificencia y esplendor. Se vuelve hacia el interior, hacia lo infinitamente pequeño y sutil, no hacia lo vasto y sublime. No busca el movimiento, sino el movimiento que está en el reposo, el reposo que está en el movimiento.

El viejo estanque;
una rana salta dentro;
el sonido del agua.

Enseguida se vio que esto personificaba el objetivo del haiku. Existe el movimiento de la rana y la perturbación del agua, pero lo importante está en algo que el sonido del agua transmite, el silencio que hay detrás y dentro de ella. Además, no es el sonido de un millón de ranas, sino de una sola, aunque todas las ranas, todas las criaturas del mundo, todo el mundo mismo está contenido en esa única rana. La inmensidad de la imaginación se ha reducido a una pequeña partícula, un grano de arena, pero ha ganado, y no perdido, en profundidad y amplitud de significado espiritual.

La poesía o, mejor dicho, el haiku, es una percepción y expresión de unidad, aunque sea en su forma más elevada, particular, concreta; y una enumeración de diferencias, siendo la más mínima de infinita importancia. Las diferencias deben expresarse directamente, sin vaguedad ni ambigüedad. La unidad, en cambio, no debe nunca expresarse: debe oírse por casualidad, verse en un cristal oscuro, sentida como un soplo de aire errante. Así está bien dicho:

北の一致を親じて後に多くの不一致を観

す、是詩人なり

Hay que ver la unidad: después, todas las diferencias. Esta es la función de un poeta.[8]

Los ciruelos en flor y los melocotoneros en flor son por igual e indiferentemente la primavera en su manifestación más intensa. Pero las flores del ciruelo y las flores del melocotón son completamente diferentes entre sí en todos los aspectos, y estas diferencias no pueden enfatizarse demasiado. La identidad de ambos, sin embargo, sólo puede ser revelada por el silencio,

con una mirada de reojo y medio invertida.[9]

Concluyamos esta sección con una exposición de la naturaleza y función de la poesía desde el punto de vista del haiku, y un breve relato del “sabi”.

Cuando un actor de Nō va por el escenario o un maestro del té entra y sale de la habitación, hay dos cualidades que pertenecen al pensamiento más profundo del budismo Mahayana. En primer lugar, es inconsciente de su caminar, camina como un niño o un animal. En segundo lugar, camina como si no caminara. Hay movimiento, pero su actividad es la del perfecto reposo. La naturaleza de la poesía también incluye en sí misma una doble función. Expresa lo que es y lo que no es, lo particular y lo universal, lo minucioso y lo vago. Casi siempre tenemos en la poesía uno de estos pares (porque lo absoluto también existe gracias a lo relativo), y el poeta implica el otro; el lector aporta el implícito. El tiempo y el espacio son respectiva y mutuamente telescópicos, pero sin embargo, el tiempo concreto, el objeto concreto, conserva todo su significado y valor. El lector debe hacer de nuevo lo que el poeta ha hecho una vez por todas, unir y llenar con su energía mental estos fragmentos contradictorios de la vida. Así, en el haiku de Onitsura:

大且背吹きにし松の

O-ashita mukashi fukinishi matsu no kaze

La Gran Mañana:
vientos de antaño
soplan a través del pino.

(Onitsura)

El día de Año Nuevo, cuando oímos el viento en los pinos, oímos los vientos de hace mil años, todos los vientos que han soplado o que soplarán. Y sin embargo es sólo este viento de este momento el que suspira sobre nosotros. En religión decimos, “inconscientemente,”:

Dios es amor.

Dios es una persona, pero cuando se le equipara al amor, una abstracción, se despersonaliza en cierta medida. El amor es un principio, pero cuando se nos dice que Dios es amor, se personaliza.

Así dice Wordsworth:

La luna se deleita

mira a su alrededor cuando los cielos están desnudos.

Si tomamos esto como que el poeta se deleita en la luna en un cielo sin nubes, estamos negando la existencia de la poesía. La luna es un mundo muerto, y no siente nada; pero también siente pena y alegría como nosotros y porque nosotros las sentimos.

Thoreau dice en Una semana en los ríos Concord y Merrimac:

Por el viejo puente de madera

no cruzó

ningún viajero.

Este “ningún viajero” es muy diferente de nada en absoluto. No es que haya un puente y nada más. El puente es cruzado por este fantasmal no-viajero. Shelley, en el primer verso de La Alondra, dice de ella:

ave que nunca fuiste.

La alondra es un pájaro, pero tampoco es un pájaro. Hardy dice de un hombre que era superlativamente bueno plantando árboles:

Tenía la mano verde.

Su mano era marrón o roja. En Bliss, Katherine Mansfield dice de los tulipanes:

Parecían apoyarse en el crepúsculo.

“Parecía” se inserta porque es una historia corta, pero ¿cómo puede una flor apoyarse en la oscuridad? Muy a menudo, en la poesía o en la gran literatura de cualquier tipo, el escritor nos presenta una mitad, un aspecto de la verdad y se nos pide que añadamos, inconscientemente, con nuestra mente fluida y dinámica, la otra mitad, el otro aspecto.

Por ejemplo, Macbeth dice de la vida:

es un cuento

contado por un idiota, lleno de ruido y furia;

no significa nada.

Es cierto, la vida no tiene sentido. No tiene objeto, ni propósito, ni ningún principio rector. Pero es igualmente cierto decir que es profundamente significativa, rebosante de propósito, con significado en el más pequeño incidente. Esta última verdad es lo que añadimos, inconscientemente, al leerlo, y entonces nuestro caminar por la vida es como si no camináramos; la euforia que sentimos en lugar del abatimiento que se supone. Es común explicar esta extraña sensación de aumento de poder y de vida, diciendo que estamos inspirados por la habilidad con que se expresa el pesimismo. Esto no es sólo una manera más superficial de decir lo mismo, a saber, que cuando la vida se ve en lo particular, manifiesta lo universal; lo universal sólo tiene sentido, sólo tiene existencia cuando florece en lo particular, y es la “energía” (es decir, la “destreza”) que permite al poeta y a nosotros completar el todo que sólo puede satisfacernos. Para recapitular, nuestra composición y apreciación de la poesía (y de hecho, de todo el arte y religión) es como el caminar del hombre del Té y del actor Nō, es inconsciente y es un suministro de todo lo que es no dicho, no pintado, no tallado, no vivido, a lo que se nos da en la expresión exterior y parcial de un poema o acto. Los haikus son el registro de experiencias de lo que parecen ser cosas particulares y sensaciones, pero que nos exigen una universalización que, sin embargo, no renuncia a un átomo de la singularidad y diferencialidad de la cosa. Para lograr la fusión completa del ejemplo y la ley, la creación y la apreciación debe ser instantánea, en el sentido de que ningún elemento racional, ningún pensamiento lógico como tal debe interferir o interponerse entre nosotros y la cosa, que es a la vez una y la misma cosa y, sin embargo, incluye todas las demás cosas. En el Lankavatara Sutra se dice, en alabanza al Buda:

Cuando examinas el mundo con tu conocimiento trascendental y tu compasión, es para ti como una flor etérea, de la que no se puede decir si nace o se destruye, ya que la categoría de ser y no ser no le es aplicable.

Para el poeta, el mundo es como esta flor etérea. La categoría del ser y del no ser no se aplica, y sin embargo él afirma que esto es y aquello no. El artista pinta los bambúes negros, porque sabe que no son verdes.

孝を煮る鍋の中まで月夜かな

Imo wo niru nabe no naka made tsukiyo kana

Incluso en la cacerola
donde hierven las patatas,
una noche de luna.

(Kyoroku)

 

Sólo cuando nos damos cuenta de que la luna está en la cacerola con las patatas conocemos la grandeza de la luna en el cielo más alto. Sólo cuando vemos una parte sabemos el conjunto.

Se escribe poco sobre el sabi en Bashō y su escuela, no por su poca importancia, sino precisamente por la razón contraria; no hablamos fácilmente de lo que es todo para nosotros.

En el Diario de Saga 韓峨日記, Bashō dice:

寂しさなくば愛からましと西上人の 詠み

待るは寂しさをあるじなるべし。

“Donde no hay sabishisa habrá tristeza”. Esto es lo que dice Saigyō Hōshi en un waka. Sabishisa, “soledad”, debe ser el Señor de Todo.

Esta sabishisa tiene una conexión profunda e (históricamente) distante con el Nirvana, que es el estado de libertad en el que todas las cosas se ven como “vacías”, tal como realmente son. Un ejemplo del sabi de Bashō es el siguiente:

秋深き隣は何する人ぞ

Aki fukaki tonari wa nani wo suru hito zo

En este otoño profundo
mi vecino
¿Cómo vive?

(Bashō)

En este verso, el yo ha desaparecido por completo, el yo que aún permanece en:

この道や行く人なしに秋の暮

Ko no michi ya    iku hito nashi ni    aki no kure

Por este camino
no va nadie,
cae la víspera de otoño.

Desde la Edad Media llegó a Bashō una cierta concepción de wabi o sabi expresada en waka, renga y el Arte del Té, que deriva en última instancia del Zen y sus semejantes formas de budismo. Es decir, se dice que el objetivo del waka puede ser el mismo que el del haiku; la forma sola, sin embargo, aparte de la imprecisión y la vaguedad del objetivo de los poetas waka, les hizo imposible alcanzar el sabi de Bashō y sus seguidores. Miramos en vano a través del Shinkokinshū con respecto a lo que encontramos en cada verso de Oku no Hosomichi. De hecho, hay más frescura, energía y libertad en el Manyōshū que en las sucesivas antologías de waka. Carece, sin embargo, de profundidad; por ejemplo, en un poema anónimo tenemos la sabishisa que luego se convertiría en sabi:

さじれ波たぎちて流る迫瀬川|

よるべなき硬のさきがさぶしさ

Sazare-nami tagichite nagaru tomase-gawa yorube naki iso no saki ga sabushisa

Olas ondulantes

fluyen hirvientes por el río Tomase;

solitaria es la orilla

a la que se acercan.

Entonces nosotros vamos, por ejemplo, al waka de Saigyō citado anteriormente:

こころなき身にもあはれはしられけり

鳴立つ落の秋のタぐれ

Kokoro naki mi nimo aware wa shirare keri

shigi tatsu sawa no aki no yūgure

Incluso en la mente

del insensato

surge el dolor,

cuando la agachadiza levanta sus alas

en la tarde de otoño sobre los pantanos.

Tenemos aquí lo que se llama 物の哀れ, mono no aware, lachrimae rerum. Esto para el sabi de Bashō es demasiado explícito. Lo que se puede decir no es sabi. Los poetas de renga no añadieron nada a este mono no aware de los poetas waka. Esto también es cierto para los predecesores de Bashō, Sōkan, Moritake, Teitoku, Sōin. Parecen estar marcando un tiempo o retroceder. Nadie podría haber dicho que algo extraordinario iba a suceder a manos de Bashō y Onitsura, como que de este mono no aware vendría el sabi. Fue el florecimiento en poesía de lo que ya había aparecido en renga (Sōgi), en pintura (Sesshū), el Arte del Té (Rikyū), el Nō (Seami), y esto ocurrió por primera vez con el propio Bashō, en su vida diaria, desde la mañana hasta la noche. En ello puso el significado de las cosas, su “soledad”, su sabi.

 

Referencias del apartado «Poesía».-

[1] Marco Aurelio IV, 25.

[2] Marco Aurelio, VII, 31.

[3] Suso, The Book of Truth.

[4] Adornment of the Spiritual Marriage.

[5] Los japoneses conservan el cordón umbilical de sus hijos. Bashō habla del suyo, que su madre, ya muerta, había conservado.

[6] Corazón del sutra, es decir, Hannya Shingyō.

[7] Prajna, sabiduría.

[8] 北村透谷. Kitamura Tokoku (1868-1894).

[9]The Old Cumberland Beggar.