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Comentarios de haikus con kire

Viento de otoño. (kire)

No se mueve el caballo

que carga piedras

                                                     Midori-Yo

                                                                               (trad. Antonio Cabezas)

     En este haiku de Midori-Yo, el kire lo encontramos al final del primer verso. Hay quienes se preguntarán qué podrían tener en común el viento otoñal y un caballo inmóvil que carga piedras. Y lo que tienen en común es el suceder a la vez, el coincidir en espacio y tiempo.

Cuando el poeta pasa de sentir el viento a ver al caballo cargado que no puede moverse, suma distintos elementos. Es el momento de su asombro: nada menos que un ser viviente cargado que debe avanzar en un día de viento y se niega a ello o simplemente no puede.

Siempre las distintas partes en que el kire divide a un haiku al yutaxponerse se potencian. No se siente lo mismo frente a un caballo cargado que no avanza en un día de clima agradable, que frente a un caballo cargado de piedras que no avanza en un día de viento. Todo esto el haiku no lo dice, pero está, es el lector quien debe verlo para poder así recrear la experiencia que conmocionó al haijin.

 

En las manos de la madre

tiemblan las cenizas del héroe. (kire)

La línea férrea

                                                                   Takaya Soshu

                                                                                          (trad. Alfredo Lavergne)

 

   En cambio en este haiku de Takaya Soshu, el kire se presenta al final del segundo verso, donde hay un cambio brusco de contenido. Siempre en el kire de una cosa se pasa a otra sin explicaciones y el lector debe ver, o más bien sentir o intuir, porqué el haijin las ha relacionado. Hay cortes que son muy suaves y en ellos es más fácil relacionar las dos partes del haiku, pero otras veces, como en el caso de este poema, el corte es más bien brusco, hay un gran salto al vacío, un espacio de silencio que es parte del poema y que lo hace casi inasible. Además tenemos la ambigüedad de ese tercer verso que amplifica la resonancia del haiku, porque si bien puede referirse a una línea de ferrocarril en la que trasladan las cenizas del hijo, también puede estar refiriéndose a esa continuidad de uno que hay en los hijos y que sólo la muerte puede cortar. Lo mágico de la ambigüedad en el haiku es que no se nos pide que nos decantemos por una, recibimos todas las posibilidades, y eso amplifica nuestros sentimientos.

 

Haciendo un fuego

bajo un nido de vencejos (kire)

¡La lluvia nocturna!

                                                          Shirao

                                                                                    (trad. Vicente Haya)

 

En este otro haiku de Shirao tenemos un ejemplo claro para ver cómo donde hay kire se realiza una yuxtaposición de contenidos y uno puede, gracias a ello, percibir la unidad de la experiencia.

Sin lugar a dudas las partes que se yuxtaponen, aunque en un primer momento no lo detectemos, tienen una relación; no siempre es una relación que se pueda entender con el intelecto como en este caso (fuego- nido- peligro- lluvia- salvación) porque al ser fundamentalmente relaciones de esencia, se captan mejor por medio de la intuición.

 

Resumiendo: el haiku, a pesar de su brevedad, presenta normalmente dos partes. De la confrontación de estas dos partes, separadas por lo que los japoneses denominan kireji ( palabra cortante que se utiliza para señalar el kire), surge el efecto fundamental del haiku.

El «kire» resulta ser así el elemento estructurador del haiku en la medida en que, yuxtaponiendo las dos partes, la mente se ve allí obligada a saltar entre dos conceptos y unirlos. Eso permite la recreación del instante como una unidad mayor que la suma de sus partes.

Por ello el kireji, ha llegado a considerarse indispensable en el haiku tradicional y aunque hoy en día este formalismo se ha superado y es posible, pues, encontrar haiku sin kireji, casi siempre en un poema haiku encontraremos pausas de pensamiento bien definidas basadas en el significado.

© Isabel Pose, 2019

Haiku 9

鶯の日枝をうしろに高音哉

uguisu no hie o ushiro ni takane kana

 

El canto agudo

de un ruiseñor-

detrás el monte Hiei.

De nuevo la agudeza visual de Buson quien, como un lienzo, plasma un instante convertido en inmortal: el ruiseñor y el monte de marco, la escena de un fondo contrastado. Según cierta leyenda tradicional, hubo un artista a quien se le ha pedido pintar una montaña: se demora en la entrega, incumple los plazos, y cuando se le pregunta el motivo, afirma: “aún no soy la montaña”. Así es, el haijin se funde con la naturaleza, igual que el canto agudo, elevado, de un animal que los occidentales (con nuestra visión del mundo) podríamos considerar insignificante frente a la grandeza de un monte. Pero aquí no hay categorías, sólo una fusión de sensaciones (visuales, auditivas) y la relación entre sus protagonistas: el canto dirigido al monte, donde la voz melódica del ugüisu reverbera por toda la eternidad. Son ecos de propia naturaleza, con sus leyes ajenas al ser humano.

El monte Hiei está situado al noreste de Kioto. Reunía en su espacio cerca 3.000 templos dispersos y centenares de monjes y familiares. En 1571, Nobunaga declara la guerra, elimina su población y quema los templos. Junto al monte Atago, este espacio sagrado de templos protegía a la ciudad de Kyoto de los demonios del norte.

 

En otras ocasiones, Buson se centra en la dirección del sonido:

 鶯の啼くやあちむきこちら向

uguisu no naku ya achimuki kochira muki

 

El canto del ruiseñor-

primero hacia un lado,

después hacia el otro.

 

 

 

 

 

LICENCIAS POÉTICAS EN HAIKU

El haiku japonés, si se escribe enteramente en silabario hiragana –cosa posible- mostrará sus diecisiete sílabas (5/7/5) mediante otros tantos caracteres escritos, con muy escaso margen de variación respecto a tal pauta. La traducción de dicho haiku al español, o bien la creación de haiku en español, debe atenerse a las normas de la prosodia española y a su aplicación métrica, donde existen ciertas licencias para acortar –o alargar- el número de sílabas en un verso, conservando la pauta métrica pertinente.

Para acortar un verso, disponemos de la sinalefa y la sinéresis; para alargar, tenemos la dialefa, el hiato, la sinafía y la compensación.

Voy a fijarme hoy en las dos últimas licencias recién citadas -sinafía y compensación-, por parecerme menos conocidas, siendo por lo demás relevantes para el haiku en nuestra lengua. Dichas licencias pueden tener lugar cuando –conservando la métrica del poema- se necesita una sílaba más para el segundo de un par de versos que entran en juego. Viniendo al terreno del haiku, es aplicable sobre todo al tercer verso (pentasílabo), que es el de cierre del poema, tras el segundo (heptasílabo).

Para darse la sinafía se requiere que el segundo verso termine en vocal átona (en sílaba abierta, por tanto, y no trabada por consonante final), y que el tercer verso empiece por vocal. En tal caso puede darse una especie de sinalefa (reducción de dos vocales contiguas a una sola, a efectos métricos) en la breve distancia de un verso a otro. Así pues, siendo el cómputo normal del haiku 5/7/5 silabas, el cómputo resultante de la sinafía será 5/7/6; pero manteniendo la sonoridad de la pauta normal. Tal “especie” de sinalefa es la sinafía.

La compensación puede darse en un contexto parecido; en nuestro caso, también entre el segundo y el tercer verso de un haiku. Si el segundo verso termina en una palabra aguda (en sílaba tónica, por tanto), sabemos que se debe contar una sílaba más (inexistente, pero es un cómputo que preserva el ritmo, basado este en el normal predominio de la palabra llana). Con todo, esa sílaba inexistente, pero que entra en el cómputo métrico, permanece vacía; y así, su espacio puede ser rellenado por una sílaba más del verso siguiente, el tercero y final el haiku –en nuestro caso- , el cual podría contar ahora seis sílabas. “Compensación” se refiere a rellenar tal espacio vacío, sin ruptura del ritmo. Mediante esta licencia tendríamos también la pauta de 5/7/6 sílabas para el haiku.

Veamos la aplicación de esta teoría a un haiku traducido por mí de Etsujin (1656 ?- 1739), discípulo directo de Bashoo (ver icono).

Una traducción bastante literal sería esta:

Envidioso (estoy)

– cuando me cierro a todo-

(del) amor gatuno.

 

Una traducción más libre:

   Me dan envidia,

cuando me desanimo:

gatos en celo.

 

Una traducción con sinafía (5/7/6):

¡Qué envidia, al ver

-encerrado en mí mismo-

amores gatunos!

Hay sinafía entre la “o” final de “mismo” y la “a” inicial de “amores”.

 

Una traducción con compensación:

¡Qué envidia, al ver

-cerrado yo al amor-

los celos gatunos!

Hay compensación de la sílaba vacía tras la palabra aguda “amor”, mediante la sílaba representada por el artículo “los” al inicio del tercer verso.

Ambas licencias poéticas –sinafía y compensación- pueden tener lugar en las traducciones al español de haikus, o bien en la creación de haikus españoles, permitiendo una sílaba añadida al cómputo, y aportando una ayuda a la consiguiente expresividad de los poemas.

 

Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala.

Universidad de Sevilla.

Haiga 10

Nihonga es el nombre que recibe la pintura tradicional japonesa en general. Su traducción más literal es “pintura al estilo japonés”. Según los materiales, especialmente las tintas y pigmentos que se empleen, existen distintas técnicas japonesas con características propias.

La utilización del sumi (tinta negra) no es exclusividad del sumie. Tambíen se utiliza para pintar obras Suibokuga y Tarashikomi. La diferencia entre el sumie y el Suibokuga radica específicamente en la cantidad de agua. Mientras el primero se pinta sobre el washi seco (papel absorbente de arroz) la técnica Suibokuga se ejecuta sobre el washi previamente humedecido o sea húmedo sobre húmedo, obteniendo así efectos más atmosféricos, más esfumados; aguados y sutiles. El Tarashikomi se realiza sobre washi encolado o cocido no permitiendo una absorción plena, por eso se puede regular la mancha a partir de la cantidad de agua. Otro soporte también utilizado es el papel de algodón (300 gramos aprox, el mismo que se usa para acuarela). Esta técnica se ejecuta colocando el agua previamente sobre el papel en el sector a pintar. Luego se vierte sobre ella la tinta en pequeñas gotas y con el pincel se va llevando el sumi al sector que se desee, dando más o menos intensidad dependiendo del sumi. Si bien el Tarashikomi cambia el soporte respecto al Sumie y Suibokuga, las tres técnicas utilizan el sumi, la tinta negra como único color.Si en vez de utilizar el sumi se utiliza el color que brindan las pinturas gansai, que son acuarelas japonesas un poco más densas que las acuarelas comunes y menos que las témperas, encontramos dos técnicas posibles. Por un lado las obras Saibokuga y por otro las Kohitsuga. Las primeras se pintan sobre washi con las mismas pinceladas que se emplean en el sumie pero con color. Las Kohitsuga utilizan como soporte el mismo papel que el Tarashikomi, pero en este caso la particularidad es el uso de dos pinceles simultáneos. Con uno se coloca la tinta y con el otro, que solo tiene agua, se va esfumando el color para obtener más transparencia. Se pinta capa sobre capa pudiendo superar las treinta. En este caso puede dibujarse el motivo previamente y admite retoques. Por tal razón se la conoce como “pintura detalle”.Cuando ambas técnicas, Saibokuga y Kohitsuga se ejecutan con pigmentos naturales, polvo de piedras preciosas o concha de ostra molidas, o polen de algunas flores; se les denomina Nihonga. Como su nombre es igual a las pinturas en general, se han generado algunas confusiones en las técnicas y sus nombres.

Por último están las obras Yoga, “pinturas al estilo occidental” que ilustran temáticas japonesas pintadas con óleos y acrílicos. Sin embargo por no respetar las características compositivas de la pintura oriental y sí poseer muchas características de la pintura occidental, se las reconoce fácilmente. Uno de los puntos más notorios es el lienzo totalmente pintado sin respetar los vacíos tan característicos.

Ahora bien, independientemente de los pigmentos y las técnicas, hay un factor fundamental que hace que a simple vista una obra se reconozca como oriental. Sería lo equivalente a saborear el haimi en un haiku que no está presente en otras expresiones.

La sugerencia, los vacíos / lo no dicho, lo incompleto, la ausencia del yo son algunos de los aspectos que dan constitución a la pintura tradicional japonesa, y también al haiku.

Pintor de rosas.

Las flores no son difíciles

y las hojas peliagudas.

Shiki

 

Los Kireji

Los Kireji son palabras que en japonés provocan explícitamente un corte gramatical y de contenido en un haiku y no tienen un equivalente directo en otros idiomas.

Según Inahata Teiko, Presidente de la Asociación Japonesa Tradicional Haiku, el kireji es la tercera condición básica en el haiku tradicional, y su función puede ser difícil de definir.

Se coloca normalmente en el extremo de uno de los tres versos. Dependiendo de la posición puede indicar una pausa, tanto gramatical como de sentido, y puede prestar un sabor emocional a la frase que lo precede.

Cuando se coloca al final del poema, el kireji atrae al lector de nuevo al principio, iniciando un patrón circular. Colocado dentro del poema un kireji realiza la función paradójica de corte y de unión; establece una correspondencia entre las dos partes que separa, lo que implica una comparación implícita entre los dos elementos separados.

 

Fernando Rodríguez-Izquierdo en su libro “El haiku japonés. Historia y traducción” dice con respecto a los kireji : “(…) es una especie de puntuación poética que tiene el fin de señalar o poner énfasis en los estados anímicos del poeta (…)”

 

Los kireji más conocidos

 

ya: Expresa admiración, incertidumbre, interrogación. Suele aparecer al final del primer verso. Da énfasis y divide al poema en dos partes que se yuxtaponen e inevitablemente se unen:

 

 

Haru-kase / ya

Tooshi / wo/ dakite

oka / ni / tatsu

 

Viento de primavera:

con todo mi coraje,

erguido en la colina.

Kyoshi

 

(Pág. 410, “El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

Otras veces el kireji “ya” da al verso una sensación de suspensión, como cuando ponemos puntos suspensivos.

 

Osoki / hi / ya                               Lento / día / :

kodama / kikoyuru                       eco / oírse

Kyoo / no / sumi                           Kyoto / (=poses.) / esquina

 

El lento día;

ecos que se escuchan

por las esquinas de Kyoto.

Buson

 

 

(Pág. 316, “El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

kana : indica el asombro del autor por el objeto, la escena, el lugar, o el suceso. Por lo general se puede encontrar al final de un poema. Da énfasis a las palabras que lo anteceden.

 

 

osoki hi no                         Los días lentos

tsumorite, tôki                    se apilan, evocando

mukashi kana                    un viejo antaño

Buson

 

(Pág. 67, “Jaikus inmortales” de Antonio Cabezas)

 

 

keri : Sufijo de verbo. Antigua forma de pasado. Muestra el paso del tiempo y su emoción consiguiente. Con frecuencia aparece al final del haiku.

 

Hana / no / kage                       Flor / (=poses.) / sombra

aka no / tanin / wa                   completo / extraño / (tópico)

nakari / keri                               no hay / (final)

 

A la sombra de los cerezos en flor,

personas del todo extrañas

no hay ya.

Issa

 

(Pág. 362, El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

Un ejemplo donde aparece en mitad del haiku.

 

            Ooyuki / to / narikeri / seki / no / tozashidoki

Se levanta

gran tempestad de nieve

al tiempo de cerrar la barrera

Buson

 

 

 

Otras palabras de corte:

 

“Ka”: Al final de una frase indica una pregunta.

“-ramu” : Sufijo verbal que indica probabilidad.

“-ran”: Igual que el anterior

“shi”:   Sufijo de adjetivo; generalmente se usa para poner fin a una cláusula.

“-tsu”:  Sufijo verbal; presente perfecto.

«nari»: y otras kireji añaden sentimientos del autor en el haiku.

 

 

© Isabel Pose, 2019

 

Haiku 8

うぐひすや賢過たる軒の梅

uguisu ya kashiko sugitaru noki no ume

 

El ruiseñor

se cobija sabiamente

en las ramas del ciruelo.

 

La flor del ciruelo (ume) es uno de los elementos de referencia en el Japón tradicional, cuyo color rosado florece a mediados de febrero, simbolizando el comienzo de la primavera junto al año nuevo japonés (según el calendario lunar). El árbol (más cercano a la familia del albaricoque) y su flor son motivos recurrentes en numerosas obras pictóricas del Japón feudal y no pasa desapercibido para un poeta –y pintor- como Buson. De hecho, el título previo nos avisa: leyenda, motivo para un cuadro. A menudo la flor del ciruelo rodeaba las aldeas y los templos, con diversas tonalidades, desprendiendo un aroma delicado.

La curruca o ruiseñor japonés (ugüisu) está relacionado directamente con la flor del ciruelo (ume), tanto en la poesía japonesa tradicional como en pintura (recordemos que Buson también fue un pintor reconocido). Ya en la conocida antología “Man’yôshû” -siglo VIII- aparecen estrofas poéticas con el ruiseñor y el ciruelo como protagonistas, simbolizando la estación del año (el fin del invierno y el comienzo de la primavera, es decir, del año nuevo).

Onitsura inmortalizó esta asociación con un haiku:

鶯や梅にとまるは昔から 

[Uguisu ya ume ni tomaru wa mukashi kara]

El ruiseñor/ posado en el ciruelo/ desde tiempos antiguos.

 

Regresando a nuestro poema, existe una ancestral leyenda conocida como “Ôshukubai” (“Ciruelo, hogar de ruiseñores”) la historia nos dice:

Bajo el mando del Emperador Murakami (946-967), se secó una vez el ciruelo del jardín del palacio imperial. Dolido por esta circunstancia, mandó buscar otro que pudiese sustituirlo. Los súbditos encuentran uno en el jardín de un poderoso noble, y consiguen trasplantarlo.
Sin embargo, pronto descubre el Emperador una hoja de papel atada en una rama del mismo árbol, con un poema firmado por la esposa del noble, que dice así:

Acato su ley, como súbdita que soy.
Pero ¿qué les respondo yo a los ‘ugüisu’ de mi jardín
cuando me pregunten
por su hogar amado?

El Emperador devuelve el árbol (un ciruelo rojo) para que los ruiseñores siguieran disponiendo de un hogar.

 

El haiku en Cuba

UN POCO DE HISTORIA: LA RELACIÓN ENTRE CUBA Y JAPÓN

El primer grupo de japoneses llegó al archipiélago cubano a mediados del siglo XVII. Relata la historia que el 23 de Julio de 1614 el samurái Hasekura Tsunenaga, con un grupo de 180 japoneses desembarcó en la Bahía de La Habana bajo órdenes del señorío de Sendai, Masamune Date. El principal propósito de estos japoneses que andaban de paso, era establecer un comercio directo entre Japón y México y tras una corta estancia en Cuba se dirigieron a España.

Pero esta no sería la última visita que recibiría Cuba por parte de los samuráis del lejano oriente. En el registro migratorio del “Diario de la Marina” está inscrita, en 1898, la llegada de Y. Osuna, el primer japonés que emigró a la Isla, llegando a bordo del vapor “Orizawa”, desde México.

Asimismo, en 1908 llegó otro emigrante japonés a la Isla de la Juventud, su nombre era Misaro Miyaki, un okinawés que llegó a La Habana desde México. Y es que, ya para 1914 el número de inmigrantes japoneses rodeaba a las 130 personas. Se establecieron por todo el país, pero principalmente en la Isla de Pinos.

Sin embargo, fue entre 1924 y 1926 cuando se registró un aumento significativo del número de inmigrantes japoneses a Cuba. Durante esta época, una compañía de viajes titulada “Oversea” se encargó de facilitar el tránsito hacia la mayor de las Antillas.

La emigración japonesa a Cuba estaba compuesta básicamente por hombres, muchos de los cuales formaron familia con mujeres cubanas y se adaptaron a la vida cotidiana de la Isla. Los primeros japoneses asentados en la Isla se dedicaron a la administración de pequeños negocios u otras actividades. Durante la década de los años veinte, llegaron contratados para ejercer labores agrícolas en los cultivos de caña de azúcar como braceros.

Llegaron a establecerse en 46 sitios de las seis provincias cubanas trabajando fundamentalmente en tareas como la agricultura, las minas, la industria azucarera, la pesca, la mecánica y los servicios.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial la emigración japonesa se paralizó y los radicados en Cuba fueron detenidos en campos de concentración en La Isla de Pinos y en La Habana desde 1942 hasta 1945.

 

Entre las manifestaciones de las relaciones interculturales cubano-japonesas podemos citar algunos artistas nipones que trabajaron en Cuba:
Kokichi Shimizuentre, artista circense, estuvo trabajando en la isla entre 1911 y 1920. Mokutaro Kinoshita (1885-1945, en 1939 se divulgaron en Japón dibujos suyos que complementaban el ensayo “Viaje a Cuba”, sobre sus impresiones de la visita a esta isla. Estos dibujos se tienen como los primeros de factura nipona sobre paisajes cubanos; sus títulos son: La Habana, Restaurante Florida, Vendedor de periódico, Llanura de las afueras de La Habana y La noche de La Habana.
Hiroshi Kambara (1892- 1970). Ingresó a la Academia de San Alejandro, escuela de pintura de la Habana, en 1916. Durante su paso por la Habana se relacionó profesionalmente con Manuel Cortina, secretario del entonces presidente del país y posteriormente Secretario de Estado, y que luego devendría su mecenas. Cortina le propuso ejecutar un proyecto en su hacienda de Pinar del Río que fuera representativo de la cultura nipona.
De esta forma, allí dirigió una obra de alto sentido estético que incluyó un lago artificial, muelles y pasos en forma de arco sobre los arroyos, una piscina techada junto al río, fuentes, estanques, esculturas, jardines, glorietas, bancos, jaulas para aves, sitio para baños medicinales, y una casa japonesa para la ceremonia del té con la finalidad de alojar las colecciones de arte que Cortina atesoraba. El artista dibujó 10 cuadros de paisajes campestres y costumbristas de Japón en las puertas corredizas de aquella cabaña, algunas se conservan en el Museo Provincial de Pinar del Río. La obra se llevó a cabo entre 1920 y 1940 por artesanos cubanos y un constructor japonés de apellido Nakagawa. En la actualidad, la Hacienda Cortina en Pinar del Río conserva su diseño, símbolos y estatuas con técnicas japonesas.
En 1922, la VII Exposición de Arte de Kobe incluyó dos de sus obras realizadas en la IslaLas afueras de La Habana y el Bohío de María. Desafortunadamente, ambas desaparecieron durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial a esa ciudad portuaria.
Tamiji Kitagawa (1894- 1989, Tetsuo Hama. o Tsuguharu Foujita fueron otros pintores japoneses que también trabajaron en la isla.

Además de la pintura, diferentes manifestaciones socioculturales como las artes marciales japonesas, especialmente el judo, o deportes como el béisbol fueron compartidos por cubanos y japoneses a lo largo de todos estos años.

«La migración de japoneses a Cuba fue escasa con relación a otros países, pero lo que sí ha sido relevante es el ejemplo que nos inculcaron de sencillez, honestidad, honradez, espíritu de sacrificio y amor al trabajo y a la patria», expresó recientemente Francisco Miyasaka, presidente del Comité Organizador del Aniversario 120 de la Migración Japonesa.

 

EL DESARROLLO DEL HAIKU EN CUBA

El término haiku ( haikai) aparece por primera vez en el país de la mano de Eduardo Benet y Castellón (1879-1965) escritor cubano que destacó principalmente en el campo de la poesía.

 

En la mar dormida

un tamiz de agua

los luceros criba.

 

En dos de sus obras, “Ensayo de haikai antillano” y “Un jabuquito de haikais”, Benet fue el primero que relacionó el breve poema japonés con uno de los escritores y políticos más importantes de Cuba, José Martí.

Según Benet, la obra de Martí está llena de fragmentos, que si bien no llegan a ser haikus, están impregnados de su esencia.

 

Vuela el polen…

se aparejan las ramas;

busca el sol las hojas

 

Años más tarde, Samuel Feijóo (1914-1992) conocido por su poesía y narrativa, así como por su trabajo como crítico, traductor, dibujante y pintor, dedicó un extenso y completo ensayo al haiku, “Asuntos del haikú”

 

Tarde de Otoño

Truenos enormes.

Camino frío.

Granizo con un tambor.

 

En este ensayo, Feijóo hace un recorrido por el haiku japonés, que él mismo había traducido, relacionándolo con poemas de escritores españoles y latinoamericanos. Según su opinión, en Cuba muchos escritores y poetas habían insertado haiku en sus obras aunque no fueran conscientes de ello ni conocieran esta forma japonesa: Martí, Dulce María Loynaz, Miguel Barnet, etc.

Fue el primer autor en abrir el camino del haiku en tierras cubanas.

 

Nicolás Guillén (1902-1989) afamado poeta cubano, también incursionó en el mundo del haiku. De su autoría es

Sola, en su jaula mínima,

dormitando,

La pajarita de Papel.

Y lo mismo sucede con otros autores:

Inútil ocultarlo.

El gato deshace la noche

de un salto.

Ana Rosa Núñez

El toro de Guisando

no pregunta cómo ni cuándo,

va creciendo y temblando.

José Lezama Lima

Los gallos cantan.

Miden de pico a pico

la madrugada.

Jesús Orta Ruiz

Aire de otoño,

cuando quedan los árboles

en pura forma.

Eugenio Florit

Cactus resplandecientes

con una flor en cada espina.

Nancy Morejón

 

Pero a pesar de estos intentos de aproximación al haiku japonés, en Cuba no se comenzó a profundizar en éste hasta bien entrado el siglo XXI gracias a estudiosos y haijines cubanos que están realizando una gran labor didáctica y divulgativa de este género.

UNA MUESTRA DEL HAIKU CONTEMPORÁNEO EN CUBA

Existe un nexo común a todos los autores cubanos: el amor por su tierra, por la exótica naturaleza que les rodea. Aunque las estaciones no son tan marcadas como en Japón, el cubano logra plasmar en sus versos la explosión de colores de la primavera, el bochorno tropical del verano, la humedad del viento otoñal o el frío y el gris del invierno.

Con una fauna y flora únicas, los haikus cubanos están repletos de mangles, zunzunes, ceibas, vicarias, majaguas, totíes, y un sinfín de sonidos, colores y aromas isleños.

Es de destacar el entusiasmo y esfuerzo con el que un puñado de hombres y mujeres están dando a conocer esta forma literaria japonesa en tierras cubanas, llevando a cabo charlas, talleres, encuentros y certámenes, no sólo dedicados a los adultos, sino también a niños y adolescentes que descubren poco a poco el camino del haiku.

A continuación pueden disfrutar de una selección de autores contemporáneos:

De especial relevancia es la aportación del profesor Jorge Braulio Rodríguez Quintana (La Habana, 1950) Escritor, pintor y poeta cubano, es decano de la Facultad de Artes Plásticas y Facultad de Artes Visuales de la Universidad de las Artes (ISA). A través de su labor de investigación y traducción, la impartición de talleres, y su propia cosecha de haikus, ha logrado que en Cuba se reconozca este género y que cada vez tenga más seguidores. Además de ello, su esfuerzo ha permitido conocer el trabajo de numerosos autores cubanos en el resto del mundo.

Es autor de una selección y traducción de senryus del norteamericano Richard Wright, publicada por la editorial Arte y Literatura y del libro de haikus “Todo en Tres líneas”, publicado por la editorial Gente Nueva. Ha impartido talleres y conferencias sobre el haiku en Suecia, Bolivia, Brasil y Cuba.

Integrante del equipo redactor de la gaceta de haiku “Hojas en la acera” es considerado “el maestro” por sus compatriotas haijines.

Todo aquel que desee aprender y empaparse del haiku escrito en Cuba puede visitar su blog “En clave de haiku” https://enclavedehaiku.cubava.cu/

 

Seco maizal

Una vaca lamiendo

a su ternera

 

Rallo en silencio

el par de zanahorias

Relampaguea

 

Leve, la sombra

de la nube a través

del campo en llamas

 

Mierda en las hojas

Abandonaron el nido

los zunzunes.

 

Amarillean

los calabazares

Un diente menos

 

Mar invernal

Retrocede el palomo

ante la ola

 

Cielo sin nubes

Limpia sus viejos zancos

el saltimbanqui

 

 

Yulier Canuto Pérez (Mella, Santiago de Cuba, 1980). Narrador y poeta. Licenciado en Cultura Física y Deportes. Es miembro de los Talleres Municipal y Provincial de Literatura. Autor del libro “Páginas de otoño” (Ediciones Santiago, Cuba) Es además promotor de la Peña Literaria “Pensar en Haiku” de la Biblioteca Municipal Abel Santamaría en el municipio y provincia de Santiago de Cuba que se encarga de organizar el certamen internacional de haiku “La luna roja”.

 

El sicomoro

En la próxima luna

No tendrá flores.

 

Apenas tiemblan

Entre el agua y las nubes

Dos o tres hojas.

 

Majagua azul

A la hora exacta llegan

Los dos zumbetes.

 

Siempre camino

Olvidado de todo

Entre los robles.

 

El cocodrilo

Abriendo más la boca

Bajo la luna.

 

Vas por la senda

Callada de los lirios

Luna de otoño.

 

Ahora que hace frío

La guácima se cubre

De varias garzas.

 

 

Mayra Rosa Sorís Santos (Santa Clara) Licenciada en Educación Informática, reside en Santa Clara, Villa Clara. Le apasiona el haiku y participa en los foros de haiku por internet: “El Rincón del Haiku” y “Paseos.net” Obtuvo el segundo premio en el III Concurso Internacional de Haiku “La Luna Roja”

 

alba invernal

en el polvo de tiza

huellas de gato

 

llueve con sol

sobre el pañal tendido

la mariquita

 

claro del monte

cabecea el chivito

tras su madre

 

desayuno

el primero que se arrima:

un gorrioncillo

 

nubarrones

tiñosas en ruedos

y no llovió

 

amanece

entre ramas del mamey

cachos de luna

 

tarde de otoño

las hojas del caimito

loma arriba

 

José Antonio Martínez Coronel: Nacido en Güines, provincia Mayabeque, el 20 de septiembre de 1966, es licenciado en Lengua y Literatura Francesa (Traducción e Interpretación) por la Universidad de La Habana. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

 

El canto del guineo,

en medio del valle,

hace más profunda la noche.

 

Una garza sobre los techos;

los hombres

ante el fogón.

 

Fin de año.

Las hojas caen

en el silencio.

 

Este cayo,

bajo el cielo estrellado,

diminuto planeta.

 

El pino,

siempre con hojas

siempre perdiéndolas.

 

Bruma del agua.

Arena que la lluvia

sacudió al fondo del mar.

 

Lánguida casuarina

sobre el mangle

bajo las nubes.

 

 

Rafael Jorge Carballosa. Nació el 24 de febrero de 1975 en San Germán, Holguín, Cuba. Entre 1993 y 1998 cursó hasta el quinto año de Licenciatura en Filología en la Universidad de La Habana. Desde el 2010 preside la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la Isla de la Juventud y dirige La Casa del Joven Creador. Ha publicado textos poéticos en la Revista Caimán Barbudo (AHS), Videncia (Ciego de Ávila) y Carapachibey (Isla de la Juventud).

 

El marabú.

También a sus espinas

moja el rocío.

 

Junto a la cerca

una vaca ha rumiado

toda la noche.

 

Riega las fotos

el viento de Diciembre

sobre la mesa.

 

Últimos rayos

del sol en la ventana.

Juegan los niños.

 

Quién paseará

al perro del ausente

por el jardín.

 

Todo está oscuro

pero sabes que el mar

aún sigue allí.

 

Bajo la cama

el par de botas viejas

del forastero.

 

Yordán Rey Oliva (Ciudad de La Habana, Cuba, 11 de Agosto de 1982) Poeta y narrador, tiene publicados: “Teresa Valdés del Pueblo de Quita y pon” (Literatura para niños y jóvenes. Unicornio, 2016); “El caserón de la curva” (Literatura para niños y jóvenes. Áncoras, 2017); “El Asteroide B600” (Literatura para niños y jóvenes. Unicornio, 2018); “Cantar del niño nunca robado” (Poesía, 2018) y “Grutesco” (Novela, editorial. Capiro 2019). Textos suyos pueden ser encontrados además en diversas publicaciones periódicas y antologías

 

Día de la Candelaria

alguien podando

las ramas del pino.

 

Amanecer

devuelve el oleaje

tres marpacíficos.

 

Risas apagadas

con flores de majagua

ellas lavándose el pelo

 

Sobre el sillón de mi madre

ya no da el sol.

Fin del verano.

 

Casa en ruinas

en el pozo sin brocal

crecen los helechos

 

Noche invernal

el farol del cementerio

bajo la llovizna.

 

Madrugada.

ya son seis

las mariposas del techo.

 

 

José Manuel Rodríguez Quintana (La Habana) Sus haikus han merecido reconocimientos en diversos certámenes, entre los que se encuentra ser ganador del VII Concurso de haiku de la Facultad de Derecho de Albacete, primer premio al mejor haiku individual, en el II Concurso de Haiku Ciudad de Medellín 2014 donde también obtuvo una mención a la mejor colección. También ha sido seleccionado en el Concierto de haiku Los Cuatro Elementos, Ser Agua.

 

 

sol en las cañas

sobre el agua del tinajón

un sapo inflado

 

titila a ratos

un hilo de araña

que pende del flamboyán

 

día de lluvia

nadie con quien hablar

ni a dónde ir

 

al pie del plátano

temblequeando un pichón

lleno de hormigas

 

Año Nuevo

hoy regalé un gladiolo

a alguien que no conozco

 

altar mayor

sólo murciélagos

después del fuego

 

Puente en penumbras

Un ramo de girasoles

llegando al mar

 

goteando lluvia

a trechos el gorrión

alza el mendrugo

 

Alberto Armenteros (Jaruco)

 

calabazar

atraviesa el cercado

un tallo tierno

 

patio en calma

echó una flor la piña

entre guijarros

 

Un triplaris florecido:

desde sus ramas sin hojas,

el canto de dos zorzales

 

sopor diurno

un cangrejo ermitaño

entre mis pies

 

cielo cerrado

el zorzal mira al viejo

antes de irse

 

nada me dicen

las olas de este mar

hondo respiro

 

Aida Elizabeth Montanarro Torres (La Habana) Es licenciada en Cibernética Matemática y miembro del Grupo de Creación Literaria Expedición. Ha recibido premios y menciones en el género cuento y su poesía ha sido publicada en “Instantes como islas” (haiku), por el Grupo Expedición, Ediciones Latin Heritage Foundation, 2012.

 

Sol naciente.

Aún cubre la neblina

el arrozal.

 

Rayos de sol

sobre el banco del parque.

La fuente seca.

 

Tarde de agosto.

El gato duerme

junto al nido vacío.

 

Rachas de huracán.

La hojarasca del patio

tras los sillones.

 

Trillo enlodado.

Chillidos de lechuza

en la arboleda.

 

Laurel del parque.

Entre las quietas ramas

fulgor de luna.

 

Maleza húmeda.

Arrastra el viento

aroma de azahar.

Lázaro Orihuela Martínez (Batabanó) Licenciado en Estudios Socioculturales. Miembro de los dos reconocidos foros de haiku Paseos.net y El Rincón del Haiku. Ha colaborado con la gaceta “Hojas en la Acera” y participado en varios kukai de dicha publicación. Fue incluido en el “Concierto -Ser Tierra-“organizado por “Fundación Zen Montaña de Silencio” Ha publicado en la revista “Haiku & Haibun Magazine”. Mantiene activo el blog de Haiku-Dô: “Decir la Nada” http://decirlanada.cubava.cu/ Es creador del foro -Tu Zona Haiku- http://somostuzona.nat.cu/comunidad/index.php. Es además el organizador del Primer Concurso Internacional de haiku “Senda del Sur”

 

Brisa.

En un mangle seco

el cascarón de una chicharra.

 

Meses sin lluvia.

Descargo la leña

al lado de las vicarias.

 

Puerto pesquero.

Bajo la raya muerta

escaramujos.

 

Costa quemada.

Recojo entre el vapor

unas semillas.

 

Zanjas de San Vicente.

En la brisa el olor

a estiércol de vaca.

 

Atardece.

Por el cabo de amarra

fila de hormigas.

 

 

Jardín del bohío.

Entre el racimo de fongo

un nido de tojosas.

 

 

Idalberto Tamayo (ciudad de Manzanillo, Oriente, 1952) En la década de los 90 comenzó a escribir poesía y participar en concursos auspiciados por la Facultad de Ciencias Médicas de La Habana, obteniendo premios en los géneros de paremias, cuento y poesía a nivel municipal y provincial. Actualmente vive en Estados Unidos y desde el año 2017 practica el haiku.

.

Vuelo de gallinuelas –

Tiembla la luz

en el pantano

 

Salto de agua

Canta el tocororo

cerca del curujey

 

Gotean las hojas

No han salido esta noche

los caracoles

 

Termina el alba

Posado en un cardo

canta el jilguero

 

Sauces del río

Silbando muy cerca

el petirrojo

 

Hormigas bravas

Con un palito el niño

empuja la oruga

 

Luna llena

Con hojas y sin hojas

la bibijaua

 

 

 

María Elena Quintana Freire (La Habana, 1968) Graduada en Ingeniería en Control Automático. Ha impartido talleres literarios para niños en La Casa de La Poesía en La Habana Vieja. Ganadora del premio de poesía nacional de Haiku “El vuelo del Samandar” , 2012, del primer premio de Haiku de la Universidad de Albacete ( 2012), del tercer lugar del premio Farraluque en cuento (2015), y del Accesit Félix Pita Rodríguez de literatura infantil (2015). Fue mención en el X Encuentro de Estudios Literarios (La Habana, 2015). Se incluyeron algunos de sus cuentos y poesías en la antología infantil Mis escritos (Editorial Mis escritos, Argentina, 2015) Es co-autora de “Instantes como islas” y ha publicado para los niños “Carmicuentos de Maruka” (Ediciones Montecallado, 2016).

 

Luna en el río.

El olor a jazmín

de la otra orilla.

 

Sopor de agosto.

Un limón ha caído

en los tablones.

 

Patio inundado.

Canta una vieja copla

mi abuelo ciego.

 

Se ha detenido

en el claro de luna,

un cangrejo.

 

Diez campanadas.

Las flores del framboyán

siguen cayendo.

 

Hierba marchita

La sombra del pescador

quieta en el río

 

 

 

Rafael Álvarez Rosales (La Habana, 1983). Graduado de Letras.

 

 

Truena, y salen

de sus guaridas

tres jicoteas.

 

 

Aguacero.

Tirita el cundeamor

ante la bruma.

 

 

 

 

Lázaro Alfonso Díaz Cala (La Habana, 1970) estudió Contabilidad, profesión que desempeña desde 1988 en el Sistema Bancario Cubano. Es además poeta, narrador y compilador; miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y fundador del Proyecto de Creación Literaria Expedición y del Proyecto de Haiku Monte Yoshino.

Textos suyos han sido incluidos en publicaciones periódicas y en diversas antologías de narrativas y poesía, en Cuba y el extranjero. Ha sido premiado en numerosos concursos nacionales e internacionales, como el David de novela, en Cuba, y el Julia Guerra de poesía, en Algeciras, España.

 

Pomarrosas maduras.

Dos tomeguines

cantan al alba.

 

Gotas de rocío.

La leche de la ubre

cae en la vasija.

 

 

Sol intenso.

Un solo pelicano

flotando en la bahía.

 

Mediodía.

En la rama del guayabo

reposa el zunzún.

 

 

Crecido el arroyo.

El tronco del almendro

cierra el camino.

 

 

Tarde nublada.

Entre las dos palomas

vuela un gorrión.

 

 

Una crisálida

aferrada al horcón.

Jadea el perro.

 

 

Maikel Iglesias Rodríguez Pinar del Río, Cuba (1980) Escritor, médico y fotógrafo.

Varias jornadas

se ocultan las espinas

en los zapatos.

 

Abunda el pasto,

no berrean las cabras

ni las ovejas.

 

Vacío establo:

salvo un corcel sudado.

¿A quién relincha?

 

La más endeble

entre todas las casas

provee rosas.

 

Sobre la rama

truncada de la ceiba

se oye un gorjeo.

 

Cantan los grillos,

ya es noche y los cangrejos

voraces tañen.

 

En plenilunio

la bandada de pavos

salta las vallas.

 

Marcel Lueiro La Habana, 1977. Poeta y editor, estudió Periodismo en la Universidad de la Habana.

Cae el moscón

en el vaso de leche.

Estamos solos.

 

No se inmuta,

con el viento de la ciudad,

mi sonajero.

Lucrecia Linares (Consolación del Norte, Pinar del Río)

Río en otoño

Para cruzar el puente

aúpa al niño

 

Cálida noche.

El macao que barrí

vuelve al umbral.

 

liba el zunzún

en la flor que le ofrezco

los dos temblamos

 

vuela al encuentro

de su sombra en el barro

una paloma

 

Sí, lagartija,

nada fuera del círculo

que hacen las aguas

 

La luz del alba…

Un cuerpo que encontró

ya su silencio.

 

qué resplandor

una plumita blanca

en el helecho

 

La fuente al alba:

en el muro un peón

olvidó un guante.

 

mariposa diurna,

¿esta noche también

tú estás insomne?

 

Mucho más joven

que mañana, despierto.

Día de luz

 

Al despertar,

la primera llovizna

de este año.

 

Lester Flores López (La Habana, 1981) Escritor y poeta, es licenciado en Historia, profesor y librero. Entre otros premios, sus haikus han recibido mención en el VI y VIII Concurso de Haiku de la Facultad de Derecho de la Universidad de Castilla La Mancha, en Albacete, España, en 2012 y en 2016, mención en el II Concurso de Haikus de la Biblioteca Manuel Siurot de Huelva, España, en 2013. Premio a la mejor selección cubana en el II concurso Internacional de Haiku “El Vuelo del Samandar” de la Casa de la Poesía de La Habana, Cuba, en 2014. Seleccionado en el Concierto de Haiku Los Cuatro Elementos, Ser Agua y Ser Fuego-Luz, antologado en Haikool, en 2013; en Au fil de l’eau y Jours d’Ecole, en 2014, Editions L’iroli, Francia.

En 2018 este haiku suyo recibió el Tercer Premio al mejor haiku en español en el IV Concurso de Haiku de la librería Haiku Barcelona:

 

El mediodía.

Un caballo bebiendo

lluvia de ayer.

 

Es además editor de Ediciones Yoshino http://eyoshino.cubava.cu/

Su sitio web, “Con luz reflejada”: http://fleures.cubava.cu/

 

Dos en silencio.

En la acera un montoncito

de vicarias.

 

Humareda:

posándose alrededor

las garzas blancas.

 

La lluvia amaina.

Un hombre se persigna

al ver la ceiba.

 

Lavo mis dientes.

Unas pencas marchitas

en la sábila.

 

Otro pollo muerto

entre las rocas.

Vuelo de pelícanos.

 

La tarde yéndose.

Dicen que es olor

a ají quemado.

 

Nochebuena.

En el techito dos gatos

se dan la espalda.

 

 

Miguel González (1976) (Cárdenas)

Largo camino

a la luz de la luna

se hace más corto.

 

Tras la lluvia

la rana vuelve a cantar

sobre el nenufar.

 

Marea baja

sobre las rocas los percebes

se cierran.

 

Las hojas secas

lucen aún más rojas

en el ocaso.

 

 

Raonel Cruz Díaz (Sancti Spiritus) microbiólogo de profesión, escribe haiku, senryu y tanka. Algunos de sus haikus aparecen en el libro recopilatorio del III Certamen de haikus «Jorge Luis Borges» y ha sido el ganador del V Concurso Literario de Haikus «Mundo Escritura» y del II Concurso Literario de Haikus «Al claro de la luna»

 

Asoma el sol,

rojo en el horizonte

sube al camino.

 

La red de araña

alberga en la mañana

gotas de lluvia.

 

En la distancia

sobre olas del mar

haces de luz.

 

Bajo la lluvia

la garza imperturbable

sobre la roca.

 

Las hojas secas

cubren la senda antigua.

Pasos sin rumbo.

 

Ondea el rostro

que refleja el estanque

al caer la hoja.

 

Bajo granizo

llegan en la tormenta

cantos de ranas.

 

Juan Carlos Domínguez Camps (La Habana)

 

Amanecer junto al mar.

La mujer preñada

tararea.

 

En el estante

más alto de la farmacia:

¡un nido!

 

Mañana de abril.

Polvo y gallinas

alza un niño encuero.

 

Encallado,

junto al malecón,

un velo de novia.

 

Noche fría.

Contra el pecho del loco

su jolongo de sobras.

 

Octubre.

Sobre los arrecifes

una muñeca rota.

 

Noche cerrada.

Muestra un relámpago

el camino.

 

Erich Estremera (Ciego de Ávila, Cuba, 1979). Poeta. Ha obtenido los premios de Poesía «Eliécer Lazo», «Mangle rojo»» y «Poesía de primavera», todos en 2007. Ediciones Ávila publicó sus poemarios “Granos de cebada” (2008) y “Fuegos fatuos” (2010). Actualmente reside en Islas Canarias, España.

 

Caído a tierra

el tronco del naranjo.

Racha de viento.

 

Seca la charca,

y un niño lleva aprisa

un balde de agua.

 

No vives solo:

aún cantan los gorriones

bajo tu techo.

 

Rocas sin filo,

adornando la senda

del riachuelo.

 

Vuelo, corte, giro,

y entre las garras del zorzal

una libélula.

 

Sube el ratón

sus crías a las piedras.

Río crecido.

 

 

Miguel Ángel Ochoa Cruz (Palma Soriano, Santiago de Cuba, 1979) Escritor y promotor cultural.

 

Por el estero

la corriente lleva

hojas marchitas.

 

Dentellea el perro,

en una tarde otoñal

vuela el moscardón.

 

Una por una

las patas del ciempiés

van por el trillo.

 

Último intento.

De un salto a otro salto,

el dienteperro.

 

En la bahía

los peces nadan lejos

del alcatraz.

 

Viento de otoño

y hojas que se arrastran

por esta calle.

 

Croa una rana,

al borde de la charca

una libélula.

 

 

Orlando Víctor Pérez Cabrera (Cumanayagua, Cienfuegos, 1950) Maestro titular de Enseñanza Primaria y poeta.

 

La garza pica

granos que va dejando

el campesino.

 

 

Ernesto Hernández Busto (La Habana, 1968) es escritor y traductor. Desde 1999 reside en Barcelona, donde ha publicado varios libros (ensayo, poesía) y numerosas traducciones del inglés, latín, italiano, ruso y francés. Sus tres últimos libros recogen versiones japonesas: “La sombra en el espejo” (Bokeh, Leiden, 2016) “Jardín de grava (Cuadrivio, México, 2017, Godall Edicions, Barcelona, 2018) y “Hoguera y abanico, versiones de Bashô (Editorial Pre-textos, Valencia, 2018).

 

Anzuelo, a veces,

y otras noches guadaña:

luna menguante.

 

Azuzo sombras

mientras la luna duerme

sola en mi cuarto.

 

Camilo José Noa Rodríguez (Gibara, Holguín, 1990)

 

entre las olas

casi descompuesto

flota un perro

 

ya sin carne

huesos de vaca

en el potrero

 

Sinecio Verdecia (La Habana, Cuba, 1974) Poeta, performático, promotor cultural, narrador oral y cantautor, ejerce su labor en la Casa de la poesía de La Habana.

 

Un gato muerto

la lluvia matutina

borra su sangre

 

Tarde nublada

mi vecino ciego

fríe pescado

 

Dalila León Meneses (Sancti Spíritus, 1980). Graduada de Contabilidad y Finanzas en 1998, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Pertenece al Consejo Provincial de la Editorial Luminaria y trabaja en la Casa de Cultura de Sancti Spíritus como Instructora de Literatura. Ha publicado los poemarios “Sin buenas nuevas”, “Bon Appétit”, “Pop Art Collection, “Antes que amanezca y su libro inédito “Bon Voyage” ha recibido Mención en el Premio de poesía “Calendario”

 

Oscuras ramas

meciéndose en el patio

toda la noche.

 

Brota el jardín

y en sí mismo se pierde

con su maleza.

 

 

Mónica Ramos Pérez. Poeta y narradora. Natural de Gibara, municipio de Holguín. Licenciada en Comunicación Social, ha obtenido multitud de premios en distintos certámenes literarios de países como España, Argentina o Venezuela. En 2014 obtuvo el segundo premio en el II Concurso Internacional de Haiku Samurai Hasekura,

 

Llega la brisa

arrullando la Fūrin

de mi ventana.

 

El haiku tiene un futuro muy prometedor en Cuba, sirvan esto ejemplos como muestra de lo que está por llegar:

 

En la playa

las olas van y vienen

de todos los tamaños

 

Sofía Calvo Reyes (7 años)

( Taller de Mizu, Casa de la Poesía, La Habana)

 

 

Tarde nublada

Los pájaros huyendo

De la tormenta.

 

Talía Torres Cortina (14 años)

 

Ojos de vaca

Ligeramente me miran

Muy desganados.

 

María Fernanda Rivero Ortiz (14 años)

 

Las estrellas brillan

alrededor de mi patio.

Un perro ladra a un gato.

 

Shanti Macías Santí (5 años)

 

De día y noche

En el fondo marino

Peces nadando.

 

Talía Badel Saiz (14 años)

 

 

 

Leticia Sicilia, 2019 ©

 

Kire en el haiku

Hierbas de verano

Rastros de sueños

de antiguos guerreros

Natsukusa ya tsuwamonodomo ga yume no ato

Bashô

     Se llama kire al corte gramatical y de contenido que suele haber en la estructura formal de algunos haikus. En el idioma japonés, para señalar el kire, cuentan con los kireji (palabras de corte, sin significado, como la palabra “ya” utilizada en el ejemplo al inicio del texto). En nuestro idioma no disponemos de palabras de corte, por ello para señalar una cesura solemos utilizar los signos de puntuación o sencillamente el cambio de verso.

Si el tipo de experiencia que da origen a un haiku condiciona su estructura podemos decir que el kire es el momento del asombro, el instante de la experiencia en que el poeta relaciona un algo con otro algo que sucede en el mismo momento y en el mismo lugar.

 

Luna de verano.

En medio de las ruinas

vive un hombre.

Takaha Shugyo.

(trad. V. Haya)

 

Efectivamente, aunque resulte paradójico, ese corte gramatical y de contenido que se da en la estructura se corresponde con algún nexo que descubre el poeta durante la experiencia.

 

noche de apagón

la luna ilumina

la conversación al aire libre

Kwaku Feni Adow (Concurso Babishaiku 2016, Primer Premio)

 

(En el haiku que acabamos de poner de ejemplo el kire lo encontramos al final del primer verso, en el que el poeta da cuenta de la condición general y luego pasa a algo en particular. No está señalado por ningún signo de puntuación, simplemente hay un cambio de verso) Traducción al español de Leticia Sicilia

 

El kire se da una sola vez dentro de cada haiku y esto se debe a que al cortar un texto se crean dos focos de atención que el lector debe relacionar; si hubiera más, pasarían a ser demasiados para la brevedad y naturaleza de estos poemas; naturaleza que conlleva ser captados íntegramente de una sola bocanada y como una unidad.

 

Silencio en la montaña.

Solo el ruido que yo hago

recogiendo helechos.

Nishiguchi Sachiko

(trad. V. Haya)

(El momento ahá (momento haiku), donde el haijin ha experimentado el asombro al unir dos realidades en apariencia “separadas”, lo vive el lector gracias a la yuxtaposición que se produce debido al kire, señalado por un punto al final del primer verso).

Si bien hoy en día el kire no es indispensable para que tengamos un buen haiku, sí es una de las cosas que lo facilita.

La presidenta de la Asociación de Haiku Moderno, Uda Kiyoko, dice: “Igual que coges tu cuchillo y preparas un pescado muerto, para hacer un delicioso sashimi, pones tu palabra de corte para dar más profundidad, belleza y significado, incluso ritmo y melodía, a tu haiku japonés.” Tal vez, en algún momento, nos preguntemos cuánto nos estaremos perdiendo por no tener en nuestro idioma “palabras de corte”, pero como la realidad es la que es y no las tenemos, solo nos queda escribir nuestros haikus con lo que sí tenemos, nuestro idioma, con el mayor haimi que nos sea posible.

 

© Isabel Pose, 2019

EL HAIKU EN IRLANDA

Este mes nos desplazamos hasta Irlanda para conocer, de la mano de Anatoly Kudryavitsky, poeta, novelista y traductor ruso-irlandés, cómo se vive el haiku en este hermoso país. Anatoly es además fundador de la Sociedad Rusa de Poesía y presidente de la Asociación Irlandesa de Haiku.

 

EL HAIKU IRLANDÉS

Originariamente una forma de poesía corta japonesa orientada a la Naturaleza que prosperó en el S.XVII, el haiku ha experimentado recientemente un crecimiento colosal en popularidad en el idioma inglés. Seamus Heaney declaró en “The Guardian” del 24 de noviembre de 2007 que desde los tiempos de los imaginistas «el haiku y en general todo lo japonés ha sido una constante en la poesía en inglés. Los nombres de Bashô, Issa y Buson han encontrado su camino en nuestro discuro hasta el punto de que en Irlanda hemos aprendido a reconocer algo japonés en las primeras letras de la tradición nativa».

En Irlanda, el país de los bellos paisajes, la mayoría de la gente está en contacto con la naturaleza durante toda su vida, incluso aunque no viva en una zona rural. La forma de vida puede explicar el hecho de que el pueblo irlandés tenga una larga tradición de apreciación por la poesía y respeto por los poetas. Sin embargo, la historia del haiku en esta isla se remonta sólo a unas pocas décadas atrás, por lo que el desarrollo del género comenzó relativamente tarde.

La primera poetisa irlandesa que escribió haiku tal como lo conocemos fue Juanita Casey. Una mujer viajera nacida en Inglaterra, de padres irlandeses, que pasó una parte significativa de su vida en el condado de Galway. Comenzó a componer haiku a finales de los años 60, y algunos de ellos aparecieron en su colección de 1968 titulada “Horse by the River” (1968), seguidos de otros más que encontraron su camino en la colección de 1985 “Eternity Smith”. Sólo un ejemplo:

Los recolectores

han dejado una ciruela….

Hey, viento

 

Alrededor de 1969 – 1970, Patrick Kavanagh escribió un solo haiku, evidentemente sin sospechar que era un haiku – ¡y uno digno! Esta pieza apareció en la revista “The Lace Curtain” en 1971. Aquí restauramos la versión original del poema que fue ligeramente alterada en la revista, por lo que la primera línea se convirtió en el título.

 

Codorniz

un grito en el desierto

de la pradera

 

Seamus Heaney también intentó escribir haiku. La siguiente pieza, en una versión ligeramente diferente, apareció en su colección de 1991 titulada “Seeing Things”:

 

Pavimentos peligrosos….

Pero este año me enfrento al hielo

con el bastón de mi padre

 

En 1985, Michael Hartnett publicó su colección titulada “Inchicore Haiku”. Comprendía 87 haikus y senryus escritos según el formato 5-7-5, y fue la primera colección de haiku y senryu de un poeta irlandés, por lo que Hartnett puede considerarse como un pionero. El poeta Mark Lonergan en su ensayo que apareció en Shamrock No 15 afirmó que «Inchicore Haiku no puede servir como modelo para un escritor de haiku moderno. Sólo uno de estos poemas pasa la prueba del tiempo y se erige como un haiku perfecto, si un haiku de 5-7-5 en inglés puede ser perfecto«. Se refiere claramente a la siguiente pieza:

 

En un verde campo de primavera

un pony marrón se queda dormido

herrado con narcisos

 

La década de 1990 fue testigo de más experimentos en la escritura del haiku irlandés. La mayoría de los poemas escritos recientemente eran haiku de forma libre, aunque algunos poetas, en particular Tony Curtis y Tom O’Malley, optaron por escribir según la forma 5-7-5 abandonada por la mayoría de los haijines contemporáneos de lengua inglesa.

Entonces comenzó la era de Internet. Los poetas de haiku encontraron nuevas plataformas para el intercambio creativo. Debemos mencionar la fuerte presencia de poetas irlandeses en los foros de haiku, como Shiki Internet Haiku Salon, bastante popular a finales de la década de 1990, y la siempre útil World Kigo Database, donde la poetisa irlandesa expatriada Isabelle Prondzynski ha sido una colaboradora habitual. David Burleigh tradujo el haiku japonés al inglés, y sus traducciones fueron posteriormente antologizadas.

 

La primera revista de haiku en la isla de Irlanda, “Haiku Spirit”, fue fundada en 1995 por James Norton. Era una revista en papel de haiku y formas relacionadas que publicaba a poetas irlandeses e internacionales de haiku. En total, veinte números de “Haiku Spirit” aparecieron entre 1995 y 2000. James Norton siguió siendo el único editor hasta 1997, cuando Sean O’Connor se unió a él como coeditor. Citando al poeta y editor inglés John Barlow, «nacido de la sensibilidad zen de los editores, “Haiku Spirit” aumentó enormemente la conciencia del haiku en Irlanda y del haiku irlandés a nivel internacional, sobre todo al publicar a poetas internacionales junto a poetas irlandeses». Su desaparición dejó un vacío que sólo se ha llenado en los últimos años.

Otra revista irlandesa de haiku llamada “Lishanu” (http://www.lishanu.com) publicó su primer número en línea en 2005; el segundo lo hizo en 2011. “Shamrock” (http://www.shamrockhaiku.webs.com), la revista internacional en línea de la Sociedad Irlandesa de Haiku, fue fundada en enero de 2007 con carácter trimestral, y desde entonces ha publicado números temáticos centrados en los movimientos de haiku en varios países, así como haiku irlandés e internacional, haibun (prosa corta con haiku mezclado), ensayos y reseñas de libros.

Desafortunadamente, Irlanda todavía no ha desarrollado una cultura del haiku blogging de la misma manera que lo hicieron otros países de habla inglesa. Los blogs irlandeses de haiku que hemos visto carecen de escritura de calidad y no muestran casi ningún conocimiento de la historia y el arte del género.

Uno de ellos, que ridículamente se llama a sí mismo revista haiku, afirma que ¡”acoge al pseudohaiku como un poema en crecimiento”!

Esto resalta la importancia de la educación del haiku conducida por grupos organizados de haijines. Actualmente hay dos asociaciones de haijines en la isla de Irlanda: “Haiku Ireland” (http://www.haiku-ireland.com), fundada en 2004 y lanzada en 2005, y la “Irish Haiku Society” (http://www.irishhaiku.webs.com), fundada en septiembre de 2006. Tal como están las cosas hoy en día, “Haiku Ireland”, según su sitio web, tiene treinta y tres poetas irlandeses como miembros, mientras que la “Sociedad Irlandesa de Haiku” tiene setenta y dos. Algunos de los poetas irlandeses de haiku han elegido unirse a la “Sociedad Británica de Haiku”. Un buen número de haijines irlandeses contribuyen regularmente a las principales revistas y antologías internacionales sobre haiku; algunos de ellos han ganado premios de haiku en varios países, incluyendo Japón, EE.UU., Canadá, Croacia, Rumanía, Italia y, por supuesto, Irlanda.

Ambas sociedades llevan a cabo talleres y excursiones de haiku (ginko), organizan lecturas de haiku y lanzamientos de libros; sus sitios web ofrecen información sobre los próximos eventos de haiku y tienen guías de haiku para los aspirantes a haijines. La “Sociedad Irlandesa de Haiku” (IHS) también organiza anualmente el Concurso Internacional de Haiku, que se ha hecho popular no sólo entre los haijines irlandeses sino también entre los maestros internacionales del género.

El haiku en Irlanda se escribe predominantemente en inglés, aunque poetas como Gabriel Rosenstock, Sean Mac Mathuna, Cathal Ó Searcaigh y Paddy Bushe crearon un buen número de haikus de calidad en gaélico irlandés, que a veces se traducen al inglés. El siguiente haiku en lengua irlandesa de Gabriel Rosenstock acompañado de su auto-traducción puede servir como ejemplo:

 

i súile an ghadhair

leis….

an fómhar

 

a los ojos del perro

también…

otoño

 

Aquellos que aprecian la poesía corta no pueden evitar preguntarse si hay una «particularidad irlandesa” distinguible en el haiku escrito por autores irlandeses. De hecho, ¿deberíamos hablar de una tradición haiku irlandesa? Uno puede argumentar que las preocupaciones de los escritores de haiku y los dispositivos poéticos que eligen usar son similares en todo el mundo, y lo han sido desde los tiempos de Bashô. Esto no nos impide definir habitualmente tales escuelas de escritura haiku como japonesas, americanas, australianas, inglesas, francesas, o – ¿nos atrevemos a decirlo? – celta. Y no es el tema local, sino las tradiciones poéticas de la localidad lo que importa. Esto determina la forma en que los poetas trabajan con el material, sin mencionar que el material en sí puede variar mucho, ya que la naturaleza puede ser sorprendentemente diferente en varias partes del mundo. A pesar de la variedad de haiku en inglés que se escribe en Irlanda, el movimiento haiku irlandés está mucho más cerca de la corriente celta que de la inglesa, o simplemente debería ser considerado como parte de la primera. Por ejemplo, los haijines irlandeses utilizan a menudo metáforas indirectas, lo que es bastante típico del haiku celta – y del japonés, por supuesto.

El haiku irlandés aparece más o menos periódicamente en las principales revistas de poesía irlandesa, como “Poetry Ireland Review”, “Cyphers” y “The SHOp”, y a veces aparece en las páginas de antologías internacionales de haiku, como “Red Moon Anthologies” y “The New Haiku”, editadas por John Barlow y Martin Lucas. La antología titulada “Bamboo Dreams” y editada por Anatoly Kudryavitsky (Doghouse Books, 2012) fue la primera antología nacional irlandesa de poesía haiku. Presentaba obras de setenta y siete autores que habían contribuido al desarrollo del haiku en la Isla Esmeralda. Reflejando el reciente aumento de la popularidad del haiku en nuestro país, ese libro no ofrecía una compilación de poemas «sobre» Irlanda, sino más bien el haiku más evocador escrito por poetas nacidos o residentes aquí. No se incluyó a todos los poetas que practicaban el género en este país, y mucho menos a los visitantes y a los residentes de corta duración; sin embargo, el objetivo del editor era hacer que esa antología fuera inclusiva. También encontró espacio para algunos haikus de los poetas principales irlandeses, siempre y cuando sus textos fueran convincentes.

Cada mes que pasa, se escribe más haiku de calidad en Irlanda, por lo que podemos prever que más libros y antologías de haiku lleguen a los estantes de las librerías irlandesas en un futuro no muy lejano.

 

ANATOLY KUDRYAVITSKY.

Nació en Moscú en 1954. Su padre, Jerzy, era un oficial naval polaco que sirvió en la flota rusa con base en el Lejano Oriente, mientras que su madre, Nelly Kitterick, profesora de música, era hija de un irlandés del condado de Mayo, Irlanda, que terminó en uno de los campos de concentración de Stalin.

Se formó en la Universidad de Medicina de Moscú (graduado en 1978). Doctorado por la Academia de Medicina de Moscú, tiene formación en biología, patrimonio celta, música y literatura.

Antiguo autor samizdat, fue incluido en la lista negra en 1979, y su obra se publicó por primera vez en 1989. Desde entonces, sus poemas y cuentos han aparecido en las mejores revistas literarias rusas, por ejemplo, «Novy Mir», «Druzhba Narodov», «Novaya Yunost», «New Literary Observer», «Strelets», «Grani», «Deti Ra», «Zinziver», etc. Fue el fundador y primer presidente de la Sociedad Rusa de Poesía.

Habiendo vivido en Rusia y Alemania, Anatoly Kudryavitsky ha vivido en el Condado de Dublín Sur, Irlanda, desde principios de este siglo. De 1999 a 2004 fue miembro de la Junta Directiva de la Federación Internacional de Asociaciones de Poesía de la UNESCO. Poeta, escritor de ficción y traductor literario, es miembro de la Unión de Escritores de Moscú, Presidente de la Sociedad Irlandesa de Haiku y editor de “SurVision Magazine” y “Shamrock Haiku Journal”.

En 2010, fue miembro del jurado del Premio Literario IMPAC de Dublín. Sus obras han sido traducidas a catorce lenguas europeas, y ha impartido lecturas y talleres en diversos festivales literarios internacionales.

Prefiere escribir ficción en ruso, pero nunca ha escrito un solo haiku en este idioma, considerando que el inglés es mucho más adecuado para este propósito. Anatoly también es autor de siete colecciones de poemas rusos y dos libros de poemas ingleses: “Shadow of Time” publicado en 2005 por Goldsmith Press y “Morning at Mount Ring” (Doghouse Books) que apareció en 2007. Su antología de poesía rusa contemporánea traducida al inglés titulada “Una noche en el hotel Nabokov” fue publicada por Dedalus Press en 2007; para este libro tradujo obras de veinte poetas. También traduce al ruso, y sus versiones de la obra de casi veinticinco poetas irlandeses han aparecido en revistas literarias y antologías.

Ha recibido numerosos premios y nominaciones por su trabajo:

  • Nominación al Premio Internacional de Poesía Octavio Paz (México, 1999)
  • Premio Independent/Ex Libris a la mejor traducción literaria del año (Rusia, 2001)
  • Premio de poesía Maria Edgeworth (Irlanda, 2003)
  • Seleccionado para el Premio de Poesía Robert Graves (Reino Unido – Irlanda, 2005)
  • Poeta del año de la revista «Deti Ra» (Rusia, 2006)
  • Premio Internacional Capoliveri Haiku (Italia, 2007)
  • Premio Suruga Baika a la excelencia literaria (Japón, 2008)
  • «Premio Haiku Magazine» (Rumania/Japón, 2009)
  • Mejor escritor de cuentos del año según la revista «Zinziver» (Rusia, – 2010)
  • Premio David Burliuk al compromiso de por vida con la literatura experimental (Rusia, 2010)
  • Premio Vladimir Devide Haiku (Japón, 2012, 2014)
  • Nominación al Premio Pushcart (EE.UU., 2016)

 

Esta es una muestra de sus haikus:

 

ovejas inmóviles

en la hierba verde…

un lento paso de nubes

(Haiku ganador en el Concurso Internacional de Haiku Suruga Baika 2008, Japón)

*

reflector en la frontera

dos mitades del

cielo otoñal

 

(Segundo haiku en el Mainichi Daily News Haiku Contest 2009, Japón)

*

semblantes

expuesto a la luz de la luna…..

calas floreciendo

(Mención Honorífica en el Concurso Haiku de Mainichi Daily News 2008, Japón)

*

luz de luna

a través de la morera…

hilos de seda

(Mención Honorífica en el Concurso Mainichi Daily News Haiku 2010, Japón)

*

una culebra de collar

escapando a

mi pensamiento sobre ello

(Mención Honorífica en el Haiku Now! Concurso Internacional Haiku 2010, Categoría Innovative)

*

después de la boda

la mariposa blanca aferrada

a la hiedra

(Mención Honorífica, Premios Vladimir Devidé 2011, Croacia)

*

escaleras sembradas

con pétalos de flores de cerezo….

música para piano

(Mención honorífica en el Concurso del Festival del Cerezo en Flor de Vancouver 2007)

*

luna flotante….

pero las estrellas no tienen hogar

en el agua

(Publicado por primera vez en »World Haiku Review», Vol. 6, Edición 3, Mayo 2008; Inglaterra)

*

primera nevada

los ojos de un westie más profundos

en su desgreñado pelo

westie: terrier blanco originario de Escocia

*

entre los guijarros del fondo del mar,

éste

con forma de corazón

(Publicado por primera vez en Presence no 36, England)

*

tierras bajas de Almería

la mano oscura y agrietada

de un mendigo.

(Publicado por primera vez en Shamrock Haiku Journal No 4, 2007)

*

día nublado…

el verde del agua

y el verde de los árboles

*

noche de verano

floreciendo en el estanque,

nenúfares y estrellas

(Haiku premiado en el Concurso Internacional de Haiku Smurfit-Samhain 2005)

*

crepúsculo otoñal

un gato se frota la sombra

contra las piernas de los pescadores

*

no hay setas hoy –

trayendo a casa en mi cubo

agua de lluvia y estrellas

*

atardecer en el parque –

un hombre jugando ajedrez gigante

contra su sombra

*

playa helada

un niño pisa

trozos rotos de conchas de mar

*

entre nevadas:

la luna a través

de pétalos de cerezo

(Mención honorífica haiku en el Festival del Cerezo en Flor de Vancouver 2007)

*

las nubes se extienden

sobre las estrellas de la tarde…

primeras luciérnagas

*

gotas de lluvia en la telaraña

cada una albergando

un sol diminuto

*

canal de regatas

los patinadores de estanque

cruzando la luna

 

LIBROS DE ANATOLY KUDRYAVITSKY

POESÍA

  • Stowaway (SurVision Books, 2018). Series: New Poetics / Ireland
  • Mirror Sand  Mirror Sand: An Anthology of Russian Short Poems in English Translation (ed.; Glagoslav Publications, UK, 2018)
  • The Frontier: 28 Contemporary Ukrainian Poets in English Translation. An Anthology (ed.; Glagoslav Publications, UK, 2017)
  • Bărbatul cu două capete și viața de hârtie («The Two-Headed Man and the Paper Life».) Editura Revers, Romania, 2017.
  • Horizon (Red Moon Press, USA, 2016). Binding: perfect softbound
  • Between the Leaves. An Anthology of New Haiku Writing from Ireland (ed.; Arlen House, Ireland, 2016)
  • Coloured Handprints. 20 Contemporary German-Language Poets in English Translation (ed.; Dedalus Press, Ireland, 2015)
  • Bamboo Dreams. An Anthology of Haiku Poetry from Ireland (ed.; Doghouse Books, Ireland, 2012)
  • Capering Moons (Doghouse Books, Ireland, 2011.
  • Morning at Mount Ring (Doghouse Books, Ireland, 2007).
  • A Night in the Nabokov Hotel. 20 Contemporary Poets from Russia in English Translation (ed.; Dedalus Press, Ireland, 2006)
  • Shadow of Time (Goldsmith Press, Ireland, 2005)

FICCIÓN

  • The Flying Dutchman: A Novel and Short Stories (Glagoslav Publications, London, 2018)
  • disUnity: Selected Novels (Glagoslav Publications, London, 2013)
  • Dream. After Dream: Novellas, Short Stories (Honeycomb Press, Ireland – USA, 2011)

 

 

 

“Haiku in Ireland” Anatoly Kudryavitsky – Bamboo Dreams, an Anthology of Haiku Poetry from Ireland. (Doghouse Books, 2012) ©

“El haiku en Irlanda”. Leticia Sicilia, 2019 ©

haiku 6

うぐひすの鹿相がましき初音哉

uguisu no sosou gamashiki hatsune kana

 

El tosco trinar

de un ruiseñor-

¡Primer sonido de Año Nuevo!

 

Comentario y notas culturales:

初音 [hatsune] es una palabra que significa para los japoneses “el primer trino o gorjeo de un pájaro escuchado en el Año Nuevo. Como sabemos, esta cultura dispone de numerosos vocablos referidos a elementos naturales concretos.

A Buson le sorprende que el primer sonido del ruiseñor, nada más comenzar el año nuevo, sea tosco, estéril, inacabado, impreciso, inmaduro, ingenuo. Es un comienzo a partir de una extraña sensación de fatalidad, de mala suerte.

Durante los primeros meses de vida, los ruiseñores japoneses emiten sonidos con poca precisión: su trinar es duro, errático, inconsistente, frente a la admiración que genera esta ave en su vida adulta, con un canto muy reconocible. En el periodo Edo era frecuente disponer de algún polluelo en las casas, dentro de una jaula como animal de compañía, quizá Buson nos hable de un ejemplar concreto dispuesto en su hogar, inexperto y alejado del resto de ruiseñores; sin embargo, parece más probable que lo escuchara en plena naturaleza, cuyo aware surge de la sorpresa o conmoción de escuchar el sonido errático de aquella ave: una experiencia inusual e inquietante.

 

Otras veces aquel primer sonido del ruiseñor es inesperado, como también nos muestra Buson:

鶯の 枝ふみはづすはつねかな

Uguisu no eda fumihadzusu hatsune kana

El ruiseñor

cae de la rama-

primer sonido del año.

 

También Buson puede inmortalizar este suceso, enlazándolo con la tradición:

鶯はやよ宗任が初音かな

Uguisu haya yo munetou ga hatsune kana

 

El ruiseñor-

aún desde la época de Munetô

el primer sonido del año.

 

(Munetô -1032 a 1108- fue un samurái del clan Abe durante el periodo Heian).