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Caminar II

Mayo 2024
Otoño
Córdoba, Argentina

Caminar II

Un año después de ordenarse como monje, Santôka emprende su primer viaje por Honshu, Shikoku, Kyûshû y Shodôjima durante tres años. Sin embargo, a su regreso, agobiado por el alcohol, quemó los diarios que escribió durante su primer viaje dejando registro de ello en un haiku:

 

焼き捨てて日記の灰のこれだけか

yakisubete nikki no hai no kore dake ka

 

El diario que tiré al fuego…

¿sólo estas cenizas?

(Santōka, 2006, p. 196)

Trad. Vicente Haya

 

Renacido de esas esas cenizas, en 1930 emprende su segundo viaje a pie por norte de Kyûshû (isla ubicada al sur del de archipiélago nipón) que duró alrededor de un año. El diario de este viaje evidencia que ante todo, ir a pie, ir sin fin, librar esa batalla cuerpo a cuerpo con la naturaleza de cierta manera un tipo de soledad que garantiza su supervivencia. El juicio contra sí mismo, su memoria, de alguna manera sus karmas no pueden expiarse, solo puede convivir con ellos. La contradicción interna que se revela en los diarios da cuenta de la hipocresía de vivir como monje medicante pero a la vez de una profunda reflexión sobre su propia vida, la composición poética y otras observaciones sobre la sociedad y la época. Sin embargo, Santôka como caminante justifica su existencia como alguien vapuleado por las desgracias e inútil para la vida social por lo que su única opción es entregarse al camino y dejarse afectar al máximo; ya sea por las heridas que le ocasiona o por los eventos imprevisibles que acontecen. En esta ocasión, comparto algunas entradas de los diarios de Santôka que, creo, ilustran los comentarios hechos hasta el momento.

 

9 de septiembre 1930

De nuevo en marcha. Una vez más me doy cuenta de que en realidad no soy más que un monje mendigo. Así, comienzo otro viaje. Voy a caminar tanto como pueda, iré lo más lejos que pueda ir.

(Santōka, 2003, p. 31)

 

20 de octubre de 1930

Tomemos el caso del sake, me gusta el sake, así que no voy a renunciar a él. Eso es todo. No hay nada que hacer al respecto. Pero ¿cuánto mérito obtengo haciéndolo? Si dejo que el sake obtenga lo mejor de mí, entonces soy un esclavo del sake. En otras palabras, ¡soy un caso perdido!

(2003, p. 37)

 

19 de diciembre de 1930

¡No tengo ni un centavo! Por mucho que me moleste, aprieto los dientes y sigo mendigando hasta reunir lo suficiente para una noche de alojamiento y una comida. Cuando llego a una posada, me baño y se me pasa. Pero odio mendigar. Odio deambular. Sobre todo, odio tener que hacer cosas que odio.

 (2003, p. 40)

 

28 de diciembre de 1930

Acostado en la cama, pienso. Soy un desafortunado afortunado, un incrédulo que ha sido bendecido. Puedo morirme tranquilamente en cualquier momento sin ser apaleado por nada. Ya no necesito alcohol, ya no necesito calmotin [remedio calmante], ni Geld, ni Frau. Bueno, una mentira es una mentira, pero un sentimiento que tienes es un sentimiento que tienes.

(2003, p. 40)

 

9 de noviembre de 1930

Cuando Fayan dice, ‘Cada paso es una llegada’, olvida lo caminado, tampoco piensa aquello por caminar. Un paso, otro paso; ni más allá, ni más acá; ni la dirección al este o al oeste: un paso es una totalidad. Llega hasta ahí y entenderás el significado del caminar para el zen.

 (2003, p. 39)

 

1 de octubre de 1930

Hoy, mientras caminaba, no dejaba de pensar: habiendo trenes y automóviles, decido caminar, y encima calzado con sandalias de paja. ¡Qué cosa anticuada! Una manera tan ineficaz y pesada de viajar. De hecho, en el camino que recorrí hoy había autos y bicicletas que pasaban de vez en cuando, pero no encontré casi nadie que caminara. Sin embargo, el hecho de aventurarme a hacer algo tan ridículo, para mí que no soy muy listo, justifica mi existencia.

(2003, p. 34)

 

16 de septiembre de 1930

 De estos vendedores ambulantes que van por el campo, oigo hablar de la miserable suerte de las familias campesinas locales: un jornalero que suda de la mañana a la noche, puede hacer 80 sen; si es mujer, 50 sen. Un carbonero trabajando todo el día hará 25 sen como máximo; alguien pescando eficientemente en el río Kuma (famoso por sus peces dulces) puede obtener 70 u 80 sen por día. Obviamente, esta. Las personas apenas se mantienen con vida. Cuando pienso en ello, la vida que vivo es mucho mejor de lo que merezco. (2003, p. 32)

 

* Los Diarios mendicantes que han sido publicados integran el Volumen 3 de la Obra Completa de Santōka (1986) en idioma japonés. Sin embargo, al no disponer de la versión física de este libro, contamos con la versión digital (que data de septiembre de 1930 a agosto de 1940) en el archivo aozora (archivo de textos digitalizados que, según los derechos de autor, son de dominio público). Para referir a este archivo hemos desistido del uso de la cursiva, pero hemos conservado la mayúscula. Hemos cotejado con este archivo la pertenencia de las citas introducidas en el trabajo desde la selección realizada por Burton Watson y traducida por el mismo autor para la publicación For all my walking. Free-verse Haiku of Taneda Santōka with Exerpts from His Diary (2003). Todas las citas correspondientes a este libro son de traducción propia.

Referencias

Santôka (2003). For all my walking. Free-verse Haiku of Taneda Santōka with Exerpts from His Diary [Introducción y traducción de Burton Watson]. New York: Columbia University Press. La traducción es nuestra.

_______ (2004). Saborear el agua. Trad. Vicente Haya. Madrid: Hiperión.

_______ (2006). El monje desnudo. Trad. Vicente Haya.  Madrid: Miraguano.

_______ (20 de marzo de 2008). 行乞記(一)[Diarios mendicantes (1)]. Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/44913_30581.html

La traducción es nuestra.

Mayo 2024

Escribo el artículo de este mes desde un Santiago de Chile que, si bien se encuentra en otoño, nos muestra día a día el rostro oscuro y nublado del invierno. Así que centrarme en las estaciones del hemisferio norte, específicamente las de Japón, me ayuda a escapar, aunque sea en mi imaginación, a un mundo de sol y luz.

En el artículo de mayo dejaremos de lado la revisión de las categorías en el kigo y volveremos a la clasificación estacional con el verano o 夏 natsu. Según el calendario lunar, que es el que rige la utilización del kigo, la estación estival abarca desde 立夏 rikka o inicio del verano (alrededor del 06 de mayo) hasta el día anterior a 立秋 risshuu o inicio del otoño, es decir, el 07 de agosto. Si lo vemos desde un punto de vista meteorológico, sería desde el solsticio de verano al equinoccio de otoño. Es la estación más calurosa y con mayor cantidad de luz del sol. Se divide, para efectos del kigo y su uso subsecuente en la composición de haiku, en palabras que se pueden utilizar durante todo el intervalo estacional y cada uno de los tres meses que lo abarcan. 三夏 sanka o tres veranos, corresponden a palabras que representan la estación en su totalidad y se pueden utilizar durante toda su duración. Describen el fresco calor de inicio de verano, la humedad de la temporada de lluvias o 梅雨 tsuyu a mitad de la estación y el calor abrasador al final del período. Luego tenemos 初夏 shoka o inicio del verano; de acuerdo con el calendario solar sería mayo, y con el lunar, Udzuki. El cielo es claro y despejado y el calor todavía no tan intenso, por lo que la gente aprovecha los largos feriados para vacacionar en las montañas o el mar. La siguiente división es仲夏 chuuka, mitad del verano; junio en el calendario actual y Satsuki, el quinto mes del calendario lunar. Coincide con la temporada de lluvias, en la que el verdor de la vegetación parece brillar de lo intenso y la humedad y calor sofocan. Por último, 晩夏 banka, fines del verano; corresponde a julio o el sexto mes del calendario lunar, Minadzuki. A pesar de estar finalizando la temporada el calor sigue muy alto, sin embargo, la pronta venida del otoño se puede notar en el viento que sopla temprano en la mañana y al atardecer.

Como he mencionado en los artículos anteriores, cada una de estas divisiones tiene, a su vez, las siete categorías 時候 jikou, estacional; 天文 tenmon, astronomía; 地理 chiri, geografía; 生活 seikatsu, vida cotidiana; 行事 gyouji, eventos; 動物 doubutsu, animales y 植物 shokubutsu, vegetación.

Los dejo con algunos haikus que seleccioné y traduje, correspondientes a la clasificación 三夏 sanka, que describe toda la estación, y 初夏 shoka o inicio del verano.

 

Kigo: 短夜 mijikayo literalmente significa corta noche; noche de verano, noche estival.
Período: 三夏 sanka o tres veranos
Categoría: 時候 jikou, estacional
Haijin: Takizawa Kazuharu (1953 -)

短夜の鉤爪動く檻の中

mijikayo no kagidzume ugoku ori no naka

dentro de la jaula se mueven las garras de la noche estival

 

 

Kigo: 風薫る kaze kaoru o 薫風 kunpuu; literalmente significa el aroma del viento o brisa fragante; el viento que sopla en verano. También describe el viento que sopla cuando florece fresca vegetación y hojas nuevas.

Período: 三夏 sanka o tres veranos
Categoría: 天文 tenmon, astronomía
Haijin: Yamaguchi Soku (1929-2016)

薫風に風のさざなみ草千里

kunpuu ni kaze no sazanami kusa chisato

brisa fragante, millas de hierba ondulada por el viento

 

 

Kigo: 薄暑 hakusho, suave calor a inicio del verano.
Período: 初夏 shoka o inicio de verano
Categoría: 時候 jikou, estacional
Haijin: Iida Ryuuta (1920-2007)

山の木に風すこしある薄暑かな

yama no ki ni kaze sukoshi aru hakusho kana

en los árboles de la montaña hay un poco de viento y un suave calor

Kigo: ネル neru o franela, tejido suave y ligero que puede utilizarse como material para ropa de dormir veraniega.
Período: 初夏 shoka o inicio de verano
Categoría: 生活 seikatsu, vida cotidiana
Haijin: Shimada Seihou (1882-1944)

ネル着たる肉塊の女に聖書かな

neru kitaru nikukai no onna ni seisho kana

vestir franela es palabra sagrada para el cuerpo femenino

Me despido de esta pausa mental para retornar a este invernal y oscuro Santiago, deseando que, si no puedo disfrutar del verano por los próximos meses, cuando menos el otoño reclame su lugar para alegrarnos los días con su dorada luz. Hasta el próximo artículo, en el cual continuaremos con el análisis de las categorías.

Caminar I

Abril, 2024
Otoño
Córdoba, Argentina

Caminar I

 Sin talento e incompetente como soy, hay sólo dos cosas que puedo hacer:
caminar, con mis propios pies; componer, mis propios poemas
(Santôka, 2003, p. 9) *

 ¿Qué significa hacer un viaje a pie? Ponerse en marcha y caminar, dar un paso tras otro paso sin saber muy bien cuándo y dónde aparece el destino. Viajar a pie no tiene nada de planificación es más bien librarse al azar. ¿Qué sentimientos invadirán al cargar un bolso y un paraguas, salir de casa y abandonarla lentamente, sin la ansiedad ni del regreso y la llegada. Caminar por nuestra propia ciudad hasta sus límites donde la naturaleza le gana terreno a la urbanización. Disfrutar del frescor de las sombras en los senderos de los bosques pero también librar una lucha cuerpo a cuerpo con los azares de la naturaleza. Admirar el frescor del agua, alimentarse de los frutos del camino, las mariposas y las hormigas que siguen nuestra con la misma intensidad en que padecemos el hambre, la fiebre y los dolores causados por el viaje.

大地ひえびえとして熱あるからだをまかす

Daichi hiebie to shite netsu aru karada o makasu

Confío mi cuerpo
con fiebre
a la tierra fría

(Santôka, 2006, p. 164)

Trad. Vicente Haya

 

*

 

いつまで旅することの爪をきる

itsu made tabisuru koto no tsume o kiru

¿Cuánto tiempo más me cortaré las uñas para viajar?

 

*

 

炎天をいただいて乞ひ歩く

Enten wo itadaite kohi aruku

Bajo un sol ardiente, pedir y caminar.

 

*

 

投げだしてまだ陽のある脚

Nagedashite mada hi no aru ashi

Me rindo, aún el sol me da en los pies

 

*

 

生き残ったからだ掻いてゐる

Ikinokotta karada kaiteiru

Me rasco el cuerpo ¡Todavía sigo vivo!

Trad. Julia Jorge

 

Cuando leo acerca de Santôka, sus críticas, sus diarios de viaje y sus haikus, la idea de “el último monje mendicante peregrino» se desvanece en varias facetas. Su escritura ha dejado testimonio de las oscilaciones del pensamiento, de los vaivenes de las decisiones, del reconocimiento de su propia hipocresía y de la aceptación de un modo de vida susceptible de crítica, pero que le permitió sobrellevar sus malestares existenciales, sus dolores heredados y el sentimiento constante de estar al margen de lo común.

En lo familiar, el margen comienza con el suicidio de su madre, luego de su hermano, el alcoholismo de su padre y la venta de las tierras familiares para la apertura en 1906 de una fábrica de alcohol que quebró diez años después. En lo personal, su ingreso a la universidad de Waseda que abandonó en 1904 a causa de un ataque de nervios que coincidía con su frecuente consumo de alcohol. También su fallido matrimonio arreglado por su padre con Sato Sakino. Aunque su carrera literaria fue bastante escribiendo bajo la tutela de Ogiwara Sansensui desde 1913, cultivando el estilo libre (shinkeikô) y convirtiéndose en editor de la revista Capas de nubes (Soun) en 1916. Sin embargo, en 1919 apostó por su traslado a Tokio para convertirse en poeta y encontrar un buen futuro laboral, abandonado a su hijo ken y a su esposa. Esta decisión se vio afectada por su consumo de alcohol lo que llevo a perder su trabajo como bibliotecario en 1920. Borracho en 1924 intentó suicidarse arrojándose a las vías de un tren. Este intento fue una bisagra en la vida de Santôka, que rescatado de su intento de suicidio fue trasladado a un templo zen y dejado a cargo del monje Mochizuki Osho Gian. Allí permaneció y se ordenado como monje en 1925.

La conjunción de estos dos periodos de su vida son el motor de sus peregrinaciones. Santôka se refería a estos viajes con el nombre de mendicación itinerante (gyōkotsu). Durante el día reunía el dinero suficiente para pasar la noche en una posada barata, abastecerse de sake (licor de arroz) o shôchû (licor de batatas). Pese a intentar sostener los hábitos zen, en sus Diarios confiesa reiteradamente la hipocresía que residía en la práctica mendicante. Su actitud contrasta con la larga tradición budista y zen, en la que los viajes a pie eran una forma de poner en ejercicio la meditación. Tradicionalmente, estas expediciones mendicantes (takahatsu) se hacían en grupo y las limosnas eran recibidas en nombre de un templo. A diferencia de estas expediciones, Santôka peregrinaba de forma independiente y su cuenco para mendigar no tenía el nombre de ningún templo. Esta situación le costó varios interrogatorios de la policía, dada la desconfianza que generaba un sujeto cuya mendicidad no tenía motivos religiosos estrictos. Más que un monje, parecía un mendigo.

Visto así, Santôka parece aventurado en una travesía inútil, dada su falta de fines y destinos, Santôka camina por el solo hecho de caminar. La pregunta por el dónde no tiene respuesta. El solo hecho de conservar ese interrogante es lo que lo mantiene en marcha y caminar es su único destino:

この道しかないひとりであるく

Kono michi shika nai hitori de aruku

No hay más que esta senda
Camino en soledad

(2006, p. 36)

 

どうしようもないわらしが歩いてゐる

Dô shiyô mo nai watashi ga aruite iru

No hay forma de evitarlo
ya estoy andando

(2004, p. 32)

Trad. Vicente Haya

 

*

 

炎天をいただいて乞ひ歩く

Enten wo itadaite kohi aruku

Bajo un sol ardiente, pedir y caminar.

 

*

 

どうしようもないわたしが歩いてゐる

Dôshô mo nai watashi ga aruiteiru

Nada qué hacer, solo caminar.

 

*

 

まつすぐな道でさみしい

Masuguna do de samishii 

Solo por un camino recto.

Trad. Julia Jorge

 

Referencias

Santôka (2003). For all my walking. Free-verse Haiku of Taneda Santōka with Exerpts from His Diary [Introducción y traducción de Burton Watson]. New York: Columbia University Press. La traducción es nuestra y ha sido cotejada con el original en japonés.

_______ (2009) El monje desnudo. Miraguano, Madrid.

______ (2004) Saborear el agua. Hiperión, Madrid.

______ (20 de marzo de 2008). 行乞記(一)[Diarios mendicantes (1)]. Aozora Bunko. Recuperado de:
https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/44913_30581.html

La traducción es nuestra.

Hierbas al borde del camino

Marzo, 2024
Verano – otoño
Córdoba, Argentina

 

Hierbas al borde del camino

 

何とかしたい草の葉のそよげども

Nan toka shitai kusa no ha no soyo gedomo

 

Los susurros de las hierbas ¿qué es lo que quieren?

(Trad. Julia Jorge)

 

Este, y otros haikus de Santôka, atestiguan la agudeza de sus oídos. No sabemos con certeza si el poeta está tendido en la hierba y escucha el suave sonido de la hierba movida por el viento. Ese murmullo aparece en este haiku como una especie de oleaje verde sutil como cuando se escucha el mar dentro de una corola. Otra interpretación posible surge cuando al imaginar un Santôka errando por senderos desconocidos mientras escucha el sonido que producen las pisadas en la hierba. Se trata del sonido del caer de las hojas o el imperceptible murmullo de las plantas mecidas por el viento. Todos estos débiles sonidos componen una especie de armonía vegetal. Quién viaja a pie se dispone sensorialmente al mundo ya sea para captar sus sutilezas o para enfrentarse cuerpo a cuerpo con una naturaleza de fuerza imprevisible.

            La idea de “estar en armonía con la naturaleza” ha sido central en la definición de las poéticas del haiku en general. Sin embargo, en el caso de Santôka, el artificio de una naturaleza organizada (esa segunda naturaleza mencionada por Haruo Shirane) raramente se refleja en sus composiciones. En una época de constantes cambios, el territorio (y con esto me refiero tanto a las ciudades, pueblos, como a los caminos de montaña) están intervenidos por elementos y fuerzas humanas que preceden la modernidad y la conquista. Tal y como Santôka menciona en “Sobre mí” (traducción que presente en la entrada anterior).

            Sin embargo, dejaré para otra ocasión aquellos haikus donde aparecen esos elementos “modernos” (en tanto modificaciones de la forma poética, características del estilo libre (Jiyuritsu); pero también de contenido o tema). En esta ocasión me gustaría presentarles algunos haikus de Pagoda vegetal (Sômokutô), obra que reúne haikus de sus libros publicados en vida compilada por el mismo Santôka.

ここにおちつき草萌ゆる

Koko ni ochitsuke kusa moeyuru

Aquí brota la hierba en calma

*

 

草の実の露の、おちつかうとする

Kusa no mi no tsuyu no, ochitsukau to suru.

 El rocío sobre los frutos de la hierba, me calma

*

 

草しげるそこは死人を焼くところ

kusa shigeru zoko shinin wo yaku tokoro

La hierba crece rápidamente, ahí
dónde se ha quemado un cadáver

*

 

木の芽草の芽あるきつづける

kinomesô no me arukitsuzukeru

 Sigo caminando entre árboles y brotes de hierba

*

 

法衣こんなにやぶれて草の実

hôe konnani yaburete kusa no mi

Mi túnica rasgándose con los frutos de la hierba

*

 

何とかしたい草の葉のそよげども

nantoka shitai kusa no ha no soyoge domo

 La brisa entre la hierba ¿qué es lo que quieren?

*

 

草の実の露の、おちつかうとする

kusa no mi no tsuyu no, ochitsukau to suru

Me calma
la gota de rocío sobre los frutos de hierba

*

 

草の青さよはだしでもどる

kusa no aosa yo hadashi de modoru

 El verdor de la hierba, vuelvo descalzo

 

 

あるけば草の実すわれば草の実

Si caminas, la hierba
Si te sientas, la hierba

*

 

ここを死に 場所とし 草の しげりに しげり

koko o shini basho to shi kusa no shigeri ni shigeri

Morir aquí: en dónde hierba crece y crecerá.

 

Bibliogafía

Santôka (16 de septiembre de 2014) 草木塔 [Pagoda vegetal (selección de haikus)]. Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/749_34457.html La traducción es nuestra.

Marzo 2024

Escribo este artículo rodeada de la evidencia del cambio climático: por una parte, hemos tenido uno de los veranos más calurosos de la historia con temperaturas que llegan incluso a los 37° en Santiago; algo totalmente inusual. Pero cuando salgo a pasear por el parque veo que el otoño llegó a los árboles a inicios de febrero. Y para aumentar la confusión, en la televisión están promocionando ropa de la temporada otoño-invierno. En medio de este caos la estructura del kigo y su utilización en el haiku me ofrecen una medida de orden.

Como expliqué en mis artículos de enero y febrero, este año revisaremos la estructura básica de organización del kigo, es decir, división temporal y categorías. El mes pasado vimos la primera estación, “春 haru o shun” primavera, y ahora comenzaremos la revisión de las categorías. Existen 7 y son: “時候 jikou, estacional”, “天文 tenmon, astronomía”, “地理 chiri, geografía”, “生活 seikatsu, vida cotidiana”, “行事 gyouji, eventos”, “動物 doubutsu, animales” y “植物 shokubutsu, vegetación”.

Comencemos con “時候 jikou, estacional”. Si analizamos los kanjis que componen la palabra tenemos 時 ji que indica tiempo y 候 kou que significa estaciones, pero también esperar algo con expectación. Por lo tanto, esta categoría comprende términos que indican el clima o momento específico de la estación, incluso características especiales de cómo se percibe el día dentro de una estación en particular. Por ejemplo, veamos estos que corresponden a mitad de primavera: “龍天に登る ryuu ten ni noboru o el dragón sube al cielo”, que recuerda a una leyenda en China sobre un dragón que sube al cielo en el equinoccio de primavera y hace que caiga lluvia de las nubes. O, “彼岸 higan”, el cual se refiere a un período de siete días, tres días antes y tres después del equinoccio de primavera. “春社 shunsha”, el quinto día después del primer día de primavera, en el cual se venera al dios de la tierra y se ruega por buenas cosechas. “三月 sangatsu o marzo”, momento en que las plantas comienzan a florecer, si bien en el norte (de Japón) todavía hay nieve. A fin de este mes empieza el florecimiento de los cerezos, y también es el período en que muchos sufren fiebre del heno. Es así como a esta categoría se traduce a veces como “temporal”.

Los siguientes haikus que seleccioné y traduje utilizan kigos que pertenecen a esta categoría, 時候 jikou, y al período de 仲春 chuushun o mitad de primavera, y que comprende desde “啓蟄 keichitsu o despertar de los insectos”, alrededor del 06 de marzo, hasta el día anterior a “清明 seimei o puro y claro”, es decir, el 04 de abril, ya que en el artículo anterior vimos haikus de inicio de primavera o 初春 shoshun.

Kigo: 如月 kisaragi, segundo mes del calendario lunar (06 de marzo al 04 de abril). Otra de las formas de escribirlo es 衣更着, que si lo descomponemos en sus kanjis es: 衣 ki, ropa; 更 sara, más y más; 着 ki o gi, vestirse. Si bien de acuerdo con el calendario es primavera el clima todavía es frío y se dice que el término nació a partir de la costumbre de ponerse más capas de ropa para resguardarse del frío que quedaba del invierno.

Período: 仲春 chuushun.

Categoría: 時候 jikou, estacional.

Haijin: Hayashi Jukurou

如月や旧き映画に妻誘ひ

kisaragi ya furuki eiga ni tsuma sasoi

segundo mes, invitando a mi esposa a una vieja película

Kigo: 春分 shunbun, equinoccio de primavera.

Período: 仲春 chuushun.

Categoría: 時候 jikou, estacional.

Haijin: Okabe Nahoko

幹つたふ春分の日のひかりかな

miki tsutau shunbun no hi no hikari kana

¡oh! La luz del día del equinoccio primaveral va por el tronco del árbol

Kigo: 啓蟄 keichitsu o despertar de los insectos. El tercero de los 24 términos solares. 啓 kei significa abrir y 蟄 chitsu se refiere a insectos que hibernan en el suelo. Se dice que las serpientes, ranas y otros animales salen de sus escondites atraídos por la calidez del sol.

Período: 仲春 chuushun.

Categoría: 時候 jikou, estacional.

Haijin: Mori Sumio

水あふれゐて啓蟄の最上川

mizu afureite keichitsu no mogami gawa

el agua rebalsa el río Mogami en keichitsu

Esperando les complazcan los haikus que elegí para esta ocasión y que estén disfrutando este camino en “El mundo del kigo”, me despido hasta la próxima.

Yo, el fuego en la cima de la montaña

Febrero, 2024
Verano
Córdoba, Argentina

Yo, el fuego en la cima de la montaña

El seudónimo que adopto Taneda Shôichi para firmar sus publicaciones en vida como sus diarios fue Santôka. En japonés la composición del nombre incluye tres kanjis 山頭火. Las alusiones de este nombre son varias, entre estas: la cabeza de la montaña en llamas, que convoca una imagen volcánica, que delata una conexión profunda con la naturaleza. Sabemos muchos de los viajes de Santôka lo llevaron a caminar muchos senderos de montaña en profunda soledad. Nadie más que sus haikus son testigos de sus tonterías y de sus osadías. Así haikus como:

すべってころんで山がひっそり

subette koronde yama ga hissori

 Resbalo y caigo en la montaña desierta

*

枯山飲むほどの水はありて

kareyama nomu hodo no mizu wa arite

En la montaña marchita, sobrevivo bebiendo agua.

*

 

雪ふる一人一人ゆく

Yuki furu hitorihitori yuku.

Cae la nieve, uno a uno nos alcanza.

 

(Trad. Julia Jorge)

 

Suele decirse que, según las pautas formales, el haiku no acepta el yo. Es decir, no acepta que el poeta se nombre a sí mismo, ya que esto delataría cierta distancia con la naturaleza. Sin embargo, el estilo libre de Santôka no puede evitar hablar de sí mismo para vehiculizar su experiencia en la naturaleza. Los anteriores haikus dan cuenta de ello. Santôka a veces necesita confesarse, no solo escribir sobre su miseria sino también sobre sus malos sentimientos. Esta contradicción lo habita constantemente. De sus miles de haikus, encontraremos algunos que dan cuenta de ciertas experiencias búdicas, así como también remisiones a grandes frases del budismo zen. Pero también encontraremos haikus donde se resbala, tiene hambre y reniega de su miseria y su condición. Leamos entonces al poeta hablando sobre si mismo en la siguiente entrada

Sobre mí*

(En respuesta de una carta)

Yo también he llegado a los 50 años. Luego de 50 años de existencia, Confucio tomó su nombre. Aunque aún no he comprendido lo que significa la trascendencia, pero creo que he entendido algo sobre la naturaleza humana. O al menos sobre mi propia naturaleza.

Estoy cansando. Caminar es cansador pero más aún lo son las constantes contradicciones que me producen el hecho de mendigar. Esconderme en la sombra de mi kasaya, recitar sutras falsos, jugar las artimañas del mendigo: no tengo ningún mérito (arakan), ni siquiera merezco ofrendas (kuyô). Tal es mi sufrimiento mental que no lo soporto.**

A veces una vida no puede morir y otras veces no muere. Aunque las personas honestas no se equivoquen, se va y se viene entre la vida y la muerte. Este ciclo es un mandato divino del Buda.

En el mundo hay conquistas y épocas de guerra. Para la humanidad es imperativo conquistar la naturaleza. En estas luchas se ha derramado sangre de hombre a hombre.

Ser amigo o enemigo, salir victorioso y derrotado, asesinar o ser asesinado, todo ocurre bajo nubes blancas hasta en las cimas de las montañas. Tal vez sentarme a meditar en una ermita sea ocioso o no esté permitido. Sin embargo, yo que soy débil e incompetente, tiendo al anacronismo, no puedo pararme a tocar la bocina en la calle. Encerrado en mi vida anacrónica estoy sumergido en la contemplación.  Aspirar al mundo “vacío” y transitar la peregrinación hacia la “Tierra Pura” necesita de una devoción que no encuentro en el mundo exterior.

Hay que regresar a la estupidez originaria y proteger esa estupidez.

Tengo dos deseos egoístas como para tomar las armas. Mientras viva quiero vivir sin mentir sobre lo que siento tanto como sea posible. Este es mi primer deseo. Es otras palabras, desearía decir las cosas que me gustan y las que no me gustan. Hacer lo que quisiera y no hacer lo que no quisiera. Y me segundo deseo, siendo franco sería morirme cuando yo quisiera. Comúnmente se dice “pasar a la otra vida” pero a mí no me preocupa admitirlo.

No sé si soy feliz o infeliz pero no dejo de sentir que poco a poco los dos deseos más egoístas de mi corazón se hacen realidad. Si dejo ir lo que tengo en mis manos, se llenarán.

Aquí una frase de un poeta felizmente desafortunado:

hoy
por este camino
tantas veces recorrido
voy

*Entrada 389 del 1 volumen de Gyokotsu no nikki, fechado el 2 de febrero de 1931.

** En esta oración Santôka hace referencia a dos figuras que no hemos traducido para no entorpecer la lectura pero es pertinente aclararlas: en el budismo el termino arakan (arhat en pâli) se refiere a la persona que ha comprendido la naturaleza humana, ha alcanzado el nirvana y, por ello, no volverá a nacer. Aunque el budismo de Theravâda considera convertirse en es la meta del progreso espiritual, el budismo de Mahâyâna (del que deriva el zen) cree que el arakan como meta es un fin egoísta y a cambio cree que los Bodhisattvas permanecen en el ciclo del renacimiento para ayudar a otras personas a alcanzar la iluminación. Por otro lado, kuyô (cuyo equivalente en pali es pûjâ) es un término utilizado para referirse a las manifestaciones de devoción y adoración a deidades a través de reverencias, ofrendas y canticos ya sea en entornos domésticos o festividades.

Referencias

Santôka (18 de mayo de 2008) 私を語る「消息に代えて」[Sobre mí (Respuesta a una carta)]. Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/48267_31582.html La traducción es nuestra.

Santôka (16 de septiembre 2014) 「蜂の子」草木塔. [“El niño del cuenco” en Pagoda vegetal (selección de haikus)]. Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/749_34457.html La traducción es nuestra.

Presentación. Enero 2024: Comenzar

Presentación

Hace 8 años atrás, apenas siendo una estudiante de japonés inicial, descargaba de un sitio sospechoso El monje desnudo de Taneda Santôka. Me acuerdo que lo leí completo una madrugada de enero en la que el calor no cedía. Después de esa lectura de un tirón y en caliente, iba y volvía entre los haikus: buscaba los kanjis que entendía, arriesgaba traducciones novatas y creaba hipótesis con los dobles sentidos que se originaban entre la falta de corte del verso y los kanas. Es cierto, que castellano de esa traducción no era el mío. Muchas veces necesitaba recomponer la traducción a mi español argentino, incluso al de mi provincia natal, Santiago del Estero, donde conjugamos en otro tiempo verbal y, a veces, usamos algunas palabras en dialecto. Así, el ejercicio de “traducir” haiku, de deslizar los sentidos entre lenguas y ensayar hipótesis que destejan el universo simbólico japonés ha estado conducido principalmente por los haikus de Santôka.

Esta columna está dirigida a un público de habla hispana en general. Sin embargo, lo que quiero expresar con las palabras anteriores es que algunas traducciones pueden sonar extrañas. Cuando interpreto y hago el pasaje de una lengua a otra, me permito ciertas libertades con la intención de capturar el efecto haiku o, parcialmente, el mensaje de los fragmentos de diarios u otros escritos que quiero compartirles.

En el caso de los haikus, en particular, a veces los van encontrar acompañados con comentarios que no solo se relacionan con mi interpretación (una entre muchas posibles), sino también con la aclaración de algunos términos. No obstante, a aquellos que conozcan el japonés, los animo a intentar visualizar las imágenes desde la lengua original. Aunque puede que no cause el mismo impacto que en los corazones nativos, creo que en demora de la lectura. Una demora necesaria para imaginar una traducción instala un tiempo clave para ejercitarnos en el camino del haiku: dar precisión a los significados de las palabras, a veces difuminarlos, poner en juego nuestra intuición, captar posibles desvíos de sentido, pero siempre bajo un trazo conectado con un sentido más literal y determinado por ciertos contextos, entre otras tareas. Estas configuran la imaginación poética necesaria para acercarnos al universo poético de cada haijin y, a su vez, reencontrarnos con el propio. Leer haikus no es simplemente un camino de ida hacia el universo del haiku en japonés, sino más bien un camino de vuelta hacia la reconfiguración de nuestra imaginación sobre él.

Dicho esto, con esta columna quiero presentarles y comentar traducciones de haikus inéditos, así como también editados, y ofrecer fragmentos de los diarios y algunos ensayos de Santôka. Creo que desde las primeras traducciones de Vicente Haya, con las antologías El monje desnudo y Saborear el agua, Santôka se ha vuelto uno de los poetas del haiku más admirados, tanto por lectores experimentados como por aquellos menos familiarizados. Poeta y monje zen, que viajaba a pie por Japón, recuerda un poco al maestro Bashô, pero a su vez sus haikus expresan su carácter decadente y desprolijo, características que lo volvieron muy atractivo en los últimos años. Sin embargo, en esta columna quiero ofrecerles una figura de Santôka más amplia a través de traducciones y comentarios. Sabemos que fue monje zen, pero le parecía una hipocresía serlo, y fue arrestado muchas veces por no parecerlo. Sabemos que bebía sake a la luz de la luna de otoño, pero no sabemos realmente que era un alcohólico. Sabemos que fue un gran admirador de las sutilezas de los caminos, pero tal vez no sepa que era profundamente crítico con la sociedad y los efectos de la guerra. Sabemos que pregonaba los ideales de estar en armonía con la naturaleza, pero desconocemos el malestar existencial que motorizaba la travesía de este poeta que caminó sin destino y sin fin casi hasta su muerte.

Ir sin fin se trata de un viaje que durará un año pero que no tiene ningún fin ni destino. No buscaré la rectilínea coherencia sino explorar recovecos, tocar las paredes de los callejones sin salida y perderme en los laberintos de la lectura del haiku. Quisiera con esto responder a la búsqueda de Santôka: viajar como él viaja, vagando de aquí allá liberada de las obligaciones que corresponden a la demostración de una hipótesis.

Junto con los lectores, quisiera que, al igual que Santôka, nos expongamos a la intemperie de la naturaleza, que en nuestro caso es la naturaleza de otra lengua. Para mí, esto implica ir sin fin: reflexionar, deconstruir y reconstruir la escritura de Santôka desde lugares alternativos, pero no menos críticos, con traducciones cuestionables, pero no menos dedicadas. Esta columna busca conciliar una investigación extensa con mi propio entusiasmo poético.

Enero 2024

Verano
Córdoba, Argentina

Comenzar

「...道は前にある、まっすぐに行こう、まっすぐに行こう。」

michi wa mae ni aru, massugu ni ikou, massugu ni ikou.

El camino está por delante, ve recto, ve recto.

La ilusión del comienzo es puramente antrópica. Iniciamos el año porque dividimos el tiempo en porciones de meses que organizan las variaciones climáticas o, alternativamente, en los ciclos lunares y la llegada de un nuevo animal que, se cree, marca la tendencia cósmica. Empezamos un viaje con un boleto de ida y lo finalizamos con uno de vuelta. Organizamos el tiempo más allá de la noche y el día. Sin embargo, ¿es posible comenzar a describir una poética desde el principio?

Cuando intentamos determinar la génesis de una forma poética o la poética (en términos de la creación poética) de un autor, siempre encontramos afirmaciones que parecen ser la “base” o “los principios” que desmienten cualquier otra que quiera reemplazarlas. Decir: aquí se escribió el primer haiku, aquí se convirtió el poeta, sería en vano. No solo sería inútil porque no podríamos verificarlo «a ciencia cierta», sino porque siempre otro acontecimiento se impondrá sobre el anterior.

Algo similar sucede con las críticas biográficas: las referencias a la trayectoria personal solo verificarían ciertos contextos de producción y, aunque una vida comienza y acaba, tiñe de matices la escritura. Suelen tener un carácter testimonial y, aunque pueden contribuir a la interpretación de la información del haiku, no influyen demasiado a la hora de determinar la fuerza poética de la escritura.

Entonces, si hay un comienzo, este se encuentra en media res, en el medio de toda la escritura. El subtítulo de la traducción que quiero compartir hoy da una idea general de esta forma de “comenzar”. El subtítulo es 「扉の言葉」 tobira no kotoba, “Palabras en la puerta de entrada”. Una interpretación rápida podría pensar que el texto que acompaña al subtítulo funciona como un prefacio. Sin embargo, creo que la interpretación debe dirigirse hacia otro lado. En primer lugar, porque este fragmento es extraído de en medio de sus diarios de febrero de 1933, pero también porque en lugar de funcionar como prefacio, el texto presenta una especie de ley vital. El breve texto inscribe los haikus de Santôka bajo dos ideas. Por un lado, la composición poética del haiku como camino, 俳句道haiku-do, donde se inscribe una ética: ir recto por el camino significa estar presente a cada paso. Ir por el camino que se tiene por delante sin punto de partida ni de llegada, un viaje sin auto-destinación sino determinado por la pura voluntad de ir, tal como escribe en la primera entrada de su segundo viaje en 1930:

9 de septiembre 1930.
De nuevo en marcha. Una vez más me doy cuenta de que en realidad no soy más que un monje mendigo. Así, comienzo otro viaje. Voy a caminar tanto como pueda, iré lo más lejos que pueda ir. (Santōka, 2003, p. 31)

Por otro lado, la del camino de la composición poética del haiku en un sentido material: el haiku que se hace al caminar, que se sirve de las sutilezas del entorno que acompañan ese tránsito. Esta es la poiesis de Santôka: la hierba al borde del camino, la alondra que canta al alba, las flores y luciérnagas que anticipan la llegada a un pueblo o ciudad, o el cielo que deviene su compañero de viaje.

*Camino
Palabras en la puerta de entrada

Hace mucho tiempo, mientras mendigaba en la región de Hyuga, me sucedió algo extraño. Era una tarde soleada de otoño, me habían invitado una comida humilde en una taberna de las afueras de una ciudad. Me había levantado el ánimo pero seguía hambriento así que caminé en dirección a mí posada. De improviso un hombre se detuvo frente a mí: parecía de mediana edad, era delgado y pálido. Su rostro me pareció algo nervioso.

— ¿Eres un monje zen? … Dime ¿dónde está mi camino? —

— El camino está frente a ti, camina recto. —

No sé si me estaba probando con una pregunta en el camino, pero de todos modos, parecía satisfecho con mi respuesta inmediata, así que seguí por el camino que estaba frente de él.

“El camino está delante, ve recto.”  Esta es mi creencia. No tengo la habilidad para verificarla, pero creo que esta frase sugiere un sentido que tiene algo de cierto-

Creo que el camino de composición del haiku es igual relevante que la composición como un camino. Los elementos necesarios para un haiku están en todas partes, la clave está en cómo capturarlos. En otras palabras, se trata de cuánto y cómo puedes apreciar la naturaleza. La expresión del estilo, la composición de las circunstancias del haiku, la aparición de patrones formales y los cortes del verso dependen de esta capacidad.

“La mente en calma es el camino”, abogaba el monje Jôshû Jûshin. El viejo Buda Sakyamuni proclamaba: “Cuando sirvan té, toma té; cuando sirvan arroz, come arroz”. Por supuesto, esto se entiende a través de la lógica conceptual de: “La montaña no es montaña, el agua no es agua” que vale tanto como “La montaña es una montaña, el agua es agua”. Una hierba es simplemente una hierba, y eso es la budeidad. ¡Saludo al Buda de la hierba!

El camino no es buscar lo extraordinario, sino practicar lo ordinario. Del aprendizaje gradual viene la trascendencia directa. Al saltar de la matriz nos hundimos en la profunda contemplación.

En fin pulir un verso es pulir el ser humano, el resplandor de un humano se convierte en el resplandor de un verso. Sin el humano no hay camino, sin el camino no hay humano.

El camino está frente a ti, ve recto, ve recto.

*Entrada 389 del sexto volumen de Gyokotsu no nikki, fechado el 28 de febrero de 1933

Referencias

Santôka (19 de mayo 2008) 道〔扉の言葉〕[Camino: palabras en la puerta de entrada].  Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/48262_31577.html La traducción es nuestra.

Santôka (2003). For all my walking. Free-verse Haiku of Taneda Santōka with Exerpts from His Diary [Introducción y traducción de Burton Watson]. New York: Columbia University Press. La traducción es nuestra y ha sido cotejada con el original en japonés.

Presentación. Enero 2024

¡Feliz 2024! Les saludo desde un Santiago de Chile que ya sufre los embates de los incendios forestales, a pesar de estar en primavera aún. Efectos del calentamiento global, resultado de nuestras acciones descuidadas con el mundo que nos acoge, que afecta el progreso de las estaciones, las temperaturas y la vida en general.

Con el sonido del ventilador de fondo ―no porque tenga calor, sino para aliviar el humo que me ahoga― reflexiono que, por extraño que parezca, esta nueva columna que comienzo con este artículo me llevará a pensar ―y los llevaré conmigo― precisamente en las estaciones; cómo estas se manifiestan, cómo las percibimos, las vivimos y son reflejadas en la literatura. Y que si queremos comprender y disfrutar mejor esa literatura, debemos entender más profundamente ese vínculo.

Llevo 17 años trabajando como profesora de idioma japonés, y ocho enseñando literatura clásica japonesa. Ambos trabajos están intrínsecamente relacionados, de hecho, uno le dio origen al otro, por lo que siempre están presentes ambos en mi labor, ya sea en el aula, escribiendo o traduciendo. Tal vez sea dicha experiencia la que ha fomentado mi interés en la poesía clásica japonesa, ya que esta es un perfecto ejemplo de cómo el mundo lingüístico y literario se nutren y codependen el uno del otro al punto de convertirse en arte. Los estilos clásicos de lírica nipona no sólo se ajustan a la definición de Coleridge de que “poesía son las mejores palabras en el mejor orden”, sino que el uso de ellas estaba pensado, desarrollado y reglamentado a un nivel tal, que su manejo en sí era gran parte del proceso de convertirse en un artista en las letras.

Específicamente en el haiku clásico, muchas de sus reglas tenían que ver, precisamente, con el uso del vocabulario, como por ejemplo, los casos del kireji y el kigo. Y es en este último que me centraré en esta nueva columna, a la que, después de mucho pensar, decidí darle el sencillo y directo nombre de “El mundo del kigo”. Mes a mes introduciré un aspecto de esta técnica poética, y tras la parte más teórica presentaré también haikus ―traducidos por mí― que muestren ese aspecto del kigo, por lo que, además de comprender mejor la complejidad de estas “palabras estacionales”, puedan disfrutar de bellos poemas. Así que ¡bienvenidos a “El mundo del kigo”!

Cuando se habla del haiku es inevitable mencionar el kigo y explicar que es la palabra estacional que debe contener cada poema, cuando menos en el caso del haiku tradicional. Y si se requiere mayor claridad, usualmente se dice que con “palabra estacional” nos referimos a una que indique en qué estación del año está situado el haiku. Luego nos deleitamos con algunos ejemplos, como 桜 sakura, cerezo = primavera, o 短夜 mijikayo, noche corta = verano. Pero al profundizar un poco más nos encontramos con que el asunto es mucho más complejo. Basta con revisar un saijiki o kiyose, diccionarios de kigo, para notar que las palabras no sólo reflejan una estación en particular, sino que hay categorías de ellas, ej.: eventos, astronomía, plantas, etc; que no cualquier palabra que retrate un momento del año es un kigo, que algunas se utilizan hace siglos, y otras, más recientemente, y que las razones para ser incluidas varían entre literarias, históricas, de costumbres, u otras. Las mismas estaciones reciben un tratamiento más detallado de lo que se podría pensar. No son simplemente cuatro estaciones, sino que, a su vez, se identifica su inicio, apogeo o declive, y, yendo aun más allá, se dividen en micro estaciones que representan la progresión de los cambios estacionales. Toda esta especificidad podría hacer creer que mata la creatividad, o que, cuando menos, la restringe significativamente. Personalmente pienso que, al contrario, ayuda a prevenir el bloqueo creativo. El haijin ya no se enfrenta a la temida página en blanco, ya sea literal o figurativa, sino que tiene algo de donde partir, una especie de base, de punto de origen que le da el puntapié inicial en la composición. Por supuesto, esto implica también estudiar, investigar, aprender mucho vocabulario, o consultar asiduamente un diccionario de kigo, pero precisamente, es esa práctica lo que ha mantenido viva mucha de la tradición literaria, lingüística, social e histórica que, de otra forma, se habría perdido en las vueltas y cambios de los siglos. Visto desde una mirada extranjera, aunque alguien podría decir que leerá los haikus traducidos, o que sólo quiere componer poemas propios en su lengua que no es la japonesa, creo que es igualmente importante conocer y comprender mejor el funcionamiento del haiku en japonés, ya que, a fin de cuentas, es un estilo poético originario de Japón, y por lo tanto, sólo si nos hacemos familiares con él podemos apreciarlo en su belleza y complejidad, o tratar de replicarlo.

Para este primer artículo he elegido un kigo de Año Nuevo: “新年 shin nen o nuevo año”, que pertenece a la categoría estacional, con las variaciones 年新た toshi arata = el año comienza, 新玉 aratama = joya sin pulir, 年始め toshi hajime = el año que comienza, 年立つ toshi tatsu = el año que pasa, 年迎ふ toshi mukau = el año que viene o recibimos, 来る年 kuru toshi = el año que viene, 年明く toshi aku = año brillante o luminoso (por el nuevo amanecer), y 年改まる toshi aratamaru = el año que cambia o el año que comienza. A pesar de la simplificación en la vida moderna respecto a muchos rituales relacionados con esta fecha, todavía tiene una atmosfera solemne y un lugar importante en la vida de los japoneses. Aunque generalmente se le llama “新春 shin shun o nueva primavera”, de acuerdo con el calendario solar ―el Gregoriano es uno de ellos y fue adoptado por Japón a partir de la Era Meiji (1868 – 1912) ― corresponde a mediados de invierno.

Los tres haikus que seleccioné representan diferentes situaciones que asociamos con este importante momento del año: resoluciones, nuevas energías, deseos.

 

Kuroda Momoko (1938 – 2023)

句を捨てゝしづかに年の改まり

ku wo sutete shizuka ni toshi no aratamari

botando el poema tranquilamente el cambio de año

 

Okada Nichio (1932 – 2022)

山に立ち山に礼して年迎ふ

yama ni tachi yama ni rei shite toshi mukau

parado en la montaña la saludo y le doy la bienvenida al año

 

Hoshino Bakukyuujin (1925 – 2013)

只の年またくるそれでよかりけり

tada no toshi mata kuru sorede yokari keri

sería bueno si este fuera un año común y corriente

 

Hago eco del sentimiento del último haijin: dado el contexto mundial, tal vez lo mejor que podemos desear es que este 2024 sea un año lo más normal, común y corriente posible.

Espero hayan disfrutado del inicio de esta nueva columna ¡Nos vemos en el próximo artículo!

Haiku 59

59

 

高麗舟のよらで 過ゆく霞かな

 Komabune no yorade sugiyuku kasumi kana

Un barco coreano
atraviesa lentamente
la niebla

 

Haruo Shirane comenta sobre este hokku: “Los komabune eran los grandes barcos coreanos que navegaban a Japón durante la Antigüedad, trayendo cargamentos y bienes preciosos del continente, una práctica que hacía tiempo que se había abandonado en tiempos de Buson».

Además, “Koma” es la lectura abreviada japonesa del carácter chino de Goryeo, que fue el nombre del país de Corea desde 936 hasta 1392, unos 320 años antes del nacimiento de Buson. Puede que nuestro haijin se esté refiriendo a un acontecimiento del pasado o a una escena que atraviesa el tamiz de la imaginación.

Como señala James Karkoski: “Vinieron a Japón tres veces durante la vida de Buson, en 1719, 1748 y 1764, y como se trata de un haiku de Buson de la década de 1670, cabe preguntarse si fue algo que realmente vio de primera mano”.

Sin duda, es uno de los poemas de Buson más conocidos e incomprendidos, pues además utiliza una palabra como kakekotoba (palabra pivote o juego de palabras homofónico que permite múltiples significados). En este caso, es el término arcaico “yorade”, (no pasar), pero también existió la palabra “yora” (yo, noche, más indicativo de plural). Por tanto, podría también traducirse por:

Las noches/ de los buques coreanos/ el paso de la niebla

HAIKU VOLUMEN 1. R.H. BLYTH (trad. E. Rovira y J. Lorente)

Blyth es considerado el eslabón a través del cual el conocimiento del haiku llegó a Occidente. Su amplísima obra desgrana en profundidad y aporta un extenso conocimiento sobre el haiku, visto preferentemente desde su perspectiva zen. No sólo la teoría, también la traducción de sus cientos de haikus de decenas y decenas de diferentes poetas a un idioma occidental (el inglés) sirvió para que durante décadas pudiéramos saber del haiku.

Ahora, puedes descargarte gratuitamente el primer volumen de su obra traducida al español por E Rovira y J Lorente con todos los kanji y los haikus en un anexo imprescindible. Pica aquí abajo para descargar gratuitamente:

HAIKU VOLUMEN 1. R.H. BLYTH
(trad. E. Rovira y J. Lorente)

(actualizado con pequeñas correcciones de erratas el 16 de enero de 2024)