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Septiembre 2022

Después de la lluvia

Mi caminata hoy la hago por el borde de las mesetas. Después de muchos días de lluvia el paisaje ha variado un tanto, los senderos que habitualmente recorría son arcillosos, se han formado zanjones irregulares, por lo que es imposible pasar por algunos de los tramos.

El aire fresco recorre mi rostro dejando deslizar unas lágrimas…

En un faldeo de meseta socavado por la lluvia, quedan a la vista las raíces de las zampas   (arbusto de hojas de un verde suave) abundantes en esta parte de la meseta, cercana al mar.

Las raíces forman un entretejido digno de una pintura. Me detengo y no puedo dejar de observar la belleza entre tintes grises que les dan un atractivo especial.

Continuando la caminata hay partes de suelo seco, agrietado, donde hubo evaporación suficiente. Otros  espacios permanecen encharcadas

Unos pasos más adelante, en charcos con aguas turbias apenas se observan partes de algunas manzanillas silvestres y emergiendo algunas flores secas.

 

Tarde nublada

En el barro agrietado

unas huellas

Agosto 2022

Haibun 35

Hilos de araña

Las chicharras son lo único que se oye al llegar a los sembrados. Hasta que cesa el chirrido no se percibe la intensidad con la que cantan.

En el silencio se aprecian los trinos de dos gorriones que se posan, uno tras otro, entre las matas arrancadas de los calabacines quemados por el calor extremo de estos días. Un verdecillo de vuelo ondulante deja en el aire su reclamo rápido y agudo.

Dos vecinos conversan en la cercanías.

Del cerezo a la higuera hay algo que brilla. El destello va cambiando de posición y desvela los hilos de una telaraña. Primero se ilumina un extremo, luego el centro.  De pronto desaparece para volver a aparecer entre la menta y la albahaca. El pequeño punto de luz se desplaza en uno y otro sentido y un nuevo hilo aparece en el tramo donde le alcanza el sol del atardecer.

La sombra de las ramas de higuera se agita suavemente en la tierra. Es un movimiento casi imperceptible. Se agradece la escasa brisa que corre de vez en cuando haciendo que rocen unas hojas contra otras. El sonido, agradable y fresco, se detiene cuando vuelven a cantar las cigarras.

Hace tiempo que no llueve. El sol de la tarde ilumina la fina capa de polvo que se levanta al regar los frutales.

Cientos de hormigas huyen del agua conforme se va llenando el surco de las tomateras. Solo cuatro o cinco despistadas van en una hilera en sentido contrario.

La lagartija de cada día se detiene al sol.

Recién regadas las macetas, la luz se precipita con cada gota que cae desde las hojas de albahaca.

No muy lejos se oyen los golpes secos de alguien que trabaja la tierra. También los gritos alegres de unos niños bañándose.

Hablamos de los otros hilos de araña que no se ven, del arrendajo que anida en el bosque, de que este año aún no se ha visto al petirrojo.

-Casi seguro que viene cuando no estamos- dice.

Ajena al intenso acontecer e inmersa entre tanta vida, se me antoja que aquí estoy a salvo de todo y a la vez expuesta a todo. En un tiempo sin tiempo…un ser viviente más entre otros que habitan este huerto.

A la piel húmeda de mi pierna se pega un mosquito y se va. No se quien de los dos se ha cruzado en el camino del otro. Sea como fuere, algo hemos intercambiado en el encuentro. Un encuentro que para mí ha sido fugaz, quizás haya sido para él una eternidad… ¿quien sabe?…

Camino umbrío.

Se vuelve a mirarnos

la oveja rezagada

 

 

Mari Ángeles Millán “Hikari”
Girona (España)

Agosto 2022

Avui surto cap a Sant Feliuet, a Savassona. M’agrada aquest recorregut, entre d’altres coses, perquè, tot i caminar sempre entre boscos, la composició d’aquests va variant segons l’orientació dels pendents. Al llarg del matí, els turons es van succeint, intercalats amb zones de conreu. Blat i colza ja són segats, als camps el rostoll es va assecant al sol i de la terra reescalfada es va desprenent la calor. Fa massa dies que no plou gens ni mica.

Al primer tram m’acompanya una certa frescor, amenitzada pel cant d’alguns pinsans i tords, entre roures i alzines. Travesso dos petits torrents que semblen catifes de fullaraca. Quan m’enfilo cap a Les Punxes, amb el sol encara baix, ja dominen els pins i el bosc és més calorós. Al cap d’una estona vorejo un turó endinsant-me al vessant nord, al bosc tornen a dominar roures i alzines i es refresca l’ambient. El dia va avançant, i sembla que els ocells aturen la seva activitat.

Tot d’una, ja a les envistes del castell, recordo que uns amics m’havien comentat de l’existència d’una balma per darrere d’aquest. Al meu davant un corriol que mai no he transitat s’enfila turó amunt. L’agafo fins a la carena.

Vaig carenejant fins a trobar-me darrere l’edificació i, vorejant-la per ponent, agafo un camí ben fressat flanquejat, a llevant, per una paret de roca trencada que arriba als 7 o 8 metres d’alçada, i, a ponent, pel bosc -sembla tardor!- que baixa en un pendent molt pronunciat fins a la carretera que passa una mica més enllà. De seguida…

roques antigues

sota les fulles d’alzina

uns rossinyols secs

 

Em dirigeixo cap a l’ermita, travessant el bosc que hi ha als seus peus. Enrere deixo els grans blocs de pedra escampats entremig dels arbres, que donen al paratge un aire especial. Avança el matí, i la calor i les cigales ja es deixen sentir. Quan arribo al cim, al meu davant s’obre, de nord a sud, el paisatge de les Guilleries i el Collsacabra. L’atmosfera no és gaire clara, però al sud es retalla la silueta del Montseny i, resseguint per l’est tot el bosc, arribem a la capçalera de l’embassament de Sau. El Ter trenca el paisatge, donant pas al Collsacabra, on dominen impressionants cingleres sedimentàries que limiten el curs del riu.

boirina

entre els turons

la llera del riu

 

* https://es.wikipedia.org/wiki/Cantharellus_cibarius

*  https://parcs.diba.cat/es/web/viuelparcescola/espai-natural-guilleries-savassona

* https://www.rutaspirineos.org/rutas/collsacabra

-.-

Hoy salgo hacia Sant Feliuet, en Savassona. Me gusta este recorrido porque, entre otras cosas, pese a caminar siempre entre bosques, la composición de los mismos va variando según la orientación de las pendientes. A lo largo de la mañana, las colinas se van sucediendo, intercaladas con zonas de cultivo. Trigo y colza ya están segados, en los campos el rastrojo se va secando al sol y de la tierra recalentada se desprende el calor. Hace demasiados días que no llueve lo más mínimo.

En el primer tramo me acompaña un cierto frescor, amenizado por el canto de algunos pinzones y zorzales, entre robles y encinas. Atravieso dos pequeños torrentes que parecen alfombras de hojarasca. Cuando subo hacia Les Punxes, con el sol todavía bajo, ya dominan los pinos y el bosque se vuelve más caluroso. Al cabo de un rato bordeo una colina entrando en la vertiente norte, en el bosque vuelven a dominar robles y encinas y el ambiente refresca un poco. El día va avanzando, y los pájaros parecen detener su actividad.

De repente, ya a la vista del castillo, recuerdo que unos amigos me habían comentado de la existencia de una cueva por detrás de este. Delante de mí un sendero que nunca he transitado sube colina arriba. Lo cojo hasta la cresta.

Voy siguiendo la cresta hasta encontrarme detrás de la edificación y, bordeándola por poniente cojo un camino que parece muy transitado, flanqueado, a levante, por una pared de roca rota que llega hasta los 7 u 8 metros de altura, y, a poniente, por el bosque -¡parece otoño!- que baja en una pendiente muy pronunciada que le llevará hasta la carretera que pasa un poco más allá. Enseguida…

rocas antiguas

bajo las hojas de encina

unos rebozuelos secos

 

Me dirijo hacia la ermita, atravesando el bosque que hay a sus pies. Atrás dejo los grandes bloques de piedra esparcidos en medio de los árboles, que dan al paraje un aire especial. Avanza la mañana, y el calor y las cigarras ya se dejan sentir. Cuando llego a la cima, delante de mí se abre, de norte a sur, el paisaje de las Guilleries y el Collsacabra. La atmósfera no está muy clara, pero en el sur se recorta la silueta del Montseny y, siguiendo por el este todo el bosque, llegamos a la cabecera del embalse de Sau. El Ter rompe el paisaje, dando paso al Collsacabra, donde dominan impresionantes riscos sedimentarios que limitan el curso del río.

días sin lluvia

el cauce del río

entre las colinas

 

* https://es.wikipedia.org/wiki/Cantharellus_cibarius

*  https://parcs.diba.cat/es/web/viuelparcescola/espai-natural-guilleries-savassona

* https://www.rutaspirineos.org/rutas/collsacabra

Agosto 2022

Nieve

Las noticias indican sobre intensas nevadas en la cordillera, y en general en toda la Patagonia.

Los copos caen durante la madrugada, han llegado a la meseta, su caída en medio del dulce silencio, se desplaza en lo oscuro y solo ella es claridad que avanza.

Nieve

en la achicoria .

Primeras luces

 

Su suavidad blanca se acumula, dejando al descubierto apenas unas espinas en los cactus, en otros espacios el verdeante de las últimas hojas de rosal.  Más allá del callistemon emerge el rojo de sus flores.

En un momento el bullicio de un bando de gorriones en busca de comida y más tarde un zorzal que picotea entre la lavanda, mira atento, se detiene, sigue comiendo hasta que algún sonido proveniente de la casa del vecino lo asusta  y levanta vuelo.

Un pájaro, en otra parte del patio, de un hermoso plumaje gris ceniciento, borde de alas con una fina línea negra, cola alargada, negra, pico amarillo, una belleza. No logro detectar qué pájaro es. Por un momento pienso: tal vez un zorzal distinto de los que habitualmente aparecen?

El frío sigue con temperaturas bajo cero.

Los abuelos, como cada mañana tomados de la mano, a paso lento y con una charla, vaya a saber de qué, siguen su trayecto hacia la costa.

Marejada.

El ruido se siente

desde lejos

Julio 2022

Haibun 34

Insurgentes

Bajo del autobús, un Sonora-Peñón.

Estoy en Insurgentes y siento que estoy en Insurgentes. Qué bobada, ni que nunca hubiera estado en esta avenida. Y vaya que he estado. Pero hoy veo el letrero de la juguetería, la enorme inicial de su nombre. Su breve nombre que dice lo mismo al derecho y al revés. De niño sólo tenía ojos para el contenido de sus escaparates.  En los aparadores de esta acera se exhiben relojes de pulso* a prueba de agua.

Los anuncios luminosos de radios y televisores se encienden y apagan.

No apresuro el paso como los demás transeúntes. Me muevo y respiro de acuerdo a mis pulmones.

Escucho el din din de un tranvía. Es el Valle, el que tomaba al salir de la secundaria.

Me detengo y volteo. Miro a lo lejos. Pasando Sanborns, antes de llegar a Baja California, se encuentra un cine. Esta vez, me quedo en Insurgentes.

Camino hasta el cruce de avenida Yucatán. En el camellón*, al pie de una palmera, recojo unos dátiles maduros. Busco en los bolsillos un pañuelo desechable.  Ya no tengo. Los limpio con el envés de la corbata.

Sigo hacia avenida Jalisco. En la fachada del edificio que hace esquina con Chihuahua hay una manta con un letrero que no distingo en la oscuridad. De pronto, un grito a coro me indica de qué se trata. El gimnasio de Mocansen.

Emocionado, por estar en Insurgentes, silbo: re la, mi la, re la, mi la; cuando estoy a punto de entonar la canción de Paul Simon, siento la garganta seca y me dirijo a una tienda de refrescos*.

Kare kitta kawa wo
wataru 

(Santoka)

Cruzar
el lecho seco de un río

(Trad. Fdo. Rgz-Izq)

 

*relojes de pulso: de pulsera

*camellón: caballón

*refrescos: gaseosas

Jorge Moreno Bulbarela (Jor)

Junio 2022

Passejant per les pistes i corriols propers, aprofito un dia més per amarar-me de natura. És primavera, quan surto de casa la temperatura és ideal. Fresca a primera hora, m’ajuda a entrar en calor, mentre el cap es va buidant i s’adapta a l’entorn. De mica en mica, començo a percebre els petits detalls que m’envolten, desapareixen els neguits del dia a dia.

brunzit d’abelles

immòbil sobre l’ortiga

l’aranya cranc*

Encara que no el vegi, el xisclet d’un aligot* en fa imaginar el seu vol en cercles, per sobre del bosc i els prats. A la llunyania se senten les esquelles del ramat que pastura entre els roures, darrere els matolls que hi ha uns metres més enllà, unes corredisses precedeixen l’udol de la gossada que s’acosta. Han ensumat el senglar.

Entre brucs florits, l’olor del romaní m’acompanya fins al mirador. M’aturo una estona contemplant els núvols prims que passen sobre els arbres.

Video https://youtu.be/rmtJ3xxyWPI

 

*https://macronatura.es/2019/09/16/arana-cangrejo-de-las-flores/

* https://es.wikipedia.org/wiki/Buteo_buteo

-.-

Paseando por los caminos y senderos cercanos, aprovecho un día más para empaparme de naturaleza. Es primavera, cuando salgo de casa la temperatura es ideal. Fresca a primera hora, me ayuda a entrar en calor mientras la mente se va liberando y se adapta al entorno. Lentamente, empiezo a percibir los pequeños detalles que me rodean, desaparecen las preocupaciones del día a día.

zumbido de abejas

inmóvil sobre la ortiga

la araña cangrejo*

Aunque no lo vea, el chillido de un ratonero* me hace imaginar su vuelo en círculos, sobre el bosque y los prados. En la lejanía se oyen los cencerros del rebaño que pasta entre los robles, detrás de los matorrales que hay unos metros más allá, unas carreras preceden el aullido de la jauría que se acerca. Han husmeado el jabalí.

Entre brezos floridos, el olor del romero me acompaña hasta el mirador. Me detengo un rato contemplando las delgadas nubes que pasan sobre los árboles.

Video https://youtu.be/rmtJ3xxyWPI

*https://macronatura.es/2019/09/16/arana-cangrejo-de-las-flores/

* https://es.wikipedia.org/wiki/Buteo_buteo

Junio 2022

Monarca

Días de bruma, mar turbulento, humedad, lluvias y nieve, lentamente se acerca el invierno. Me llegan sensaciones de otros olores; los colores que atrapan entre ocres, amarillos, verdes; los ruidos de cambios atmosféricos, de la vida;  otros gustos, el frío en la piel…

Días atrás me llama la atención la presencia de una monarca al sol de una mañana otoñal, bastante fresca.

Me detengo para observarla en sus movimientos suaves, el brillo y colorido de sus alas, el detalle de su anatomía, ¡tantas sensaciones! , todo contacto,  hasta que alzo vuelo y se posó en una flor de la canastita de plata.*

 No es habitual encontrar monarcas en este hábitat, una… dos, cada tanto, se ven un poco más las que llamamos lecheras: mariposas blancas.

Siguiendo por el entorno puedo observar una oruga sobre una pared, capturo el instante y este es el resultado.

La vivencia trae a mi memoria un haiku de Bashô.

胡蝶にもならで秋経る菜虫哉

Kochô ni mo narade aki furu namushi kana

El otoño avanza
y la oruga no consigue convertirse
en una mariposa cualquiera

-(Trad. Vicente Haya)
Bashô, Clásico, haiku de lo sagrado

Preparo un té  y mientras lo bebo, abro el foro de ERDH donde dejé un haiku que motivó este acontecimiento, me atraparon respuestas poéticas que llegan al corazón y cada una de las percepciones que potencian el aware

https://foros.elrincondelhaiku.org/viewtopic.php?f=8&t=39337

Tomo el comentario que dejó JLVicent: “qué sueños tendrá esa monarca…; igual anda tras la pista de Zhuang Zi” , investigo y encuentro:

Una vez, soñé que era una mariposa,

revoloteando aquí y allá, a todos los efectos

una mariposa. Sólo era consciente de mi felicidad como

mariposa, sin saber que era yo mismo. Pronto me desperté,

y allí estaba yo, verdaderamente yo mismo otra vez. Ahora ya no

sé si yo era entonces un hombre soñando que era un

mariposa, o si ahora soy una mariposa, soñando que soy un hombre.

*https://es.wikipedia.org/wiki/Lobularia_maritima

Junio 2022

Haibun 33

En el último latido del invierno brota la primavera…

Cada paso que doy es un silencio que se hunde en la arena… nadie cerca, sólo la mar y sus mil perfiles antes de morir en la orilla… el viento se hace añicos en mi cara.

Camino, paso a paso… A lo lejos, casi posado sobre el horizonte, arrastrado por el práctico, maniobra un buque granelero para entrar al puerto. Huele a mar… una mar que no sabe de silencios.

En la bahía luce el sol, llueve… un sol frío, una lluvia fría… late, ya débil, el corazón del invierno. Recorro la playa, sorteo las algas y la madera que anoche arrastró la tormenta. En una charca, dejada por la marea, un pequeño pez nada ajeno a la mar.

Charrán patinegro

Entre idas y venidas revolotean, gritones, un grupo de charránes… ancestrales graznidos que ponen verbo al cielo. Sigo con la mirada el vuelo acrobático de uno de ellos… cernido en el aire, sin demora, inicia su vertical y vertiginosa zambullida… la mar se rompe… en su pico da los últimos coletazos un pez.

En la orilla se deshace la espuma de la última ola… se deshace mi mirada atrapada como el pequeño pez que gira y gira en una charca ajeno a la mar.

La bruma va cubriendo la bahía, el mundo se empequeñece… Poco a poco, paso a paso, continúo con el paseo. En la playa vuelve a soplar el viento…

un viento suave…

parece que me mira

la gaviota muerta

 

Asturias, donde la tierra siempre es verde.

                                                                                 Alfredo Benjamín Ramírez Sancho
Asturias (España)

Mayo 2022

Haibun 32_

Manantial

Cielo plomizo
Al abrir la ventana
el canto del cuco.

                       Con las copiosas lluvias de primavera -algo inusitado en esta región del sureste de España- han renacido antiguos manantiales. Lo noté hace ya unas semanas cuando, en el transcurso de mi recorrido habitual por la pista forestal con Nivo, mi perro pastor de pelo blanco, escucho a mi izquierda un leve rumor de agua y, para mi sorpresa, veo reflejadas las primeras luces de la mañana en un regato que desciende por la cuneta, sortea algunos argayos, desaparece bajo las rocas desprendidas de la ladera y vuelve a manar más abajo formando pequeñas cascadas, espumas, remansos donde se para a beber el perro… hasta desaparecer definitivamente de mi vista en un escarpado valle donde desemboca. Lo imagino uniéndose con otros arroyos en un solo cauce hasta desparramarse por los bancales donde resplandece el verdor primicial de los almendros.

            De regreso por el mismo camino, ahora cuesta arriba, me lo vuelvo a encontrar. El dulce canto de sus aguas puras me redime del cansancio y mitiga el sudor de mi frente. De nuevo Nivo hunde sus patas en el recodo donde se aquieta el torrente y bebe hasta que lo rebaso.

            Lentamente el sol se eleva sobre la pinada.

 A ambos lados
las rosadas flores
de las jaras.

Paco Ayala ,
Ceutí   (Murcia)

Mayo 2022

Mar

Tarde fresca. Decido sentarme al borde del acantilado desde donde puedo observar el mar y su movimiento. Una placidez profunda llena los sentidos. Sombras de pequeñas nubes corren del mar a la meseta.

Pasados unos minutos retomo la caminata por el sendero.

Tarde de abril.
Fulgor en las chauchas
del algarrobillo

http://faunayfloradelargentinanativa.blogspot.com/2017/08/algarrobo-patagonico-prosopis-denudans.html

Me dirijo hacia la orilla, avanzando con el sonido de las piedras bajo los pies.

La marea comienza a subir; entre espuma, arenas grises y pequeños remolinos unas Ostreas máximas (fósiles del Mioceno inferior).

En una zona donde la marea no baja  el bullicio de gaviotas y gaviotines,  brillos de pececillos que saltan en gran cantidad,  indica la presencia de un cardumen de sardinas. Cada tanto  asoman unas aletas, rígidas, y me parece ver desaparecer un ave. Son ¿tiburones? Es probable, si fueran delfines emergen y dejan ver sus cuerpos.

Más adelante encuentro una cueva formada en una roca, con algas verdes que parecen una verdadera obra de arte.

Olor de algas
Entre fucus*
unos erizos

*alga parda