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haikus de motocicleta

 

Me gusta salir de paseo en mi moto sin un destino claro…. solo salir y tomar la primera carretera dejando que el aire y el viento me den en la cara… seguir mi instinto y dejar que sean las decisiones de cada momento las que determinen el camino a tomar permitiendo que me guíen la intuición y el corazón.

Es un auténtico placer disfrutar del cielo abierto y las nubes cuando se reflejan en el faro de la moto o el sol parece seguirnos a través de los pinos… Acompañado por el sonido lento y ronco del motor de mi Kawasaki el paseo se torna a veces un auténtico estado de belleza y gozo mientras viajo por el paisaje dejando que las curvas vayan dando paso a un nuevo descubrimiento. A veces acontece que algo del paisaje se hace único e irrepetible quedando prendido de mi alma para siempre… un momento de eternidad… y sin embargo tan efímero.

El corazón se abre ante la contemplación del milagro durante un instante que se vuelve eterno… pero el devenir imparable del tiempo y el espacio reclama de inmediato la atención al presente, a lo siguiente… siempre en el presente, siempre en la presencia, pero con el deseo de nunca olvidar la belleza de lo acontecido…

Así son los paseos en motocicleta. Libertad total y control preciso, límites claros e intuición despierta, firmeza y pasión, fluir siempre atentos al presente y trazar las curvas de forma precisa para nunca salirnos del camino, contemplar la belleza pero sin dejarnos arrastrar a la ensoñación. El alma libre, el corazón sujeto… como el aware y el haiku…

Así quiero que sea también esta sección… como un paseo en moto por el arte del haiku y la ilustración… el mundo del Haiga… dejando que me guíe el corazón en las palabras y los gestos, dejando que a cada curva una nueva técnica, un tipo de pincelada, una fotografía o el uso de la nuevas tecnologías nos permitan adentrarnos con libertad y frescura en el mundo del haiku… su aroma… su estructura… su arte… su forma… su evocación… pero sin perder nunca el camino ni aflojar la firmeza con que se debe trazar un haiku.

En ocasiones cuando llegamos al destino contemplamos el lugar y nos maravillamos disfrutando de su belleza efímera y de la forma en como ese mismo destino dota de sentido a nuestro propio viaje…

En otras ocasiones es el propio viaje el que dota de sentido al lugar al que hemos llegado y es la forma en como lo hemos hecho y cada paso los que nos hacen apreciar el propio viaje como un destino en sí mismo…