Este vídeo que os presentamos en febrero debería haber sido el primero de esta sección. En él podemos oír el haiku en su voz original. Es el origen, el lugar de donde partió ese pequeño pajarillo a otras tierras portando en su pico la música de tres versos. El sonido de la voz japonesa declamando un haiku no tiene nada que ver de cómo nosotros lo entonamos con voz castellana. Creo que ni es más o menos aceptable, es la diversidad de matices sonoros de las lenguas que enriquecen al poema. En Voces del Haiku pretendemos eso, buscar las distintas sonoridades al recitar un haiku.
Archivo de la etiqueta: Traducción
Lo “humano” 人事 的 y lo “celestial y terrenal” 天地 的 en la teoría del Haiku de Masaoka Shiki
de Elena Diakonova
Original: DIAKONOVA Elena. The “Human” 人事的 and the “Celestial and Earthly” 天地的 in the Theory of Haiku by Masaoka Shiki. In: “International Symposium in Russia 2007. Interpretations of Japanese Culture: Views from Russia and Japan”. pags.87-103, 2009.
Disponible en http://doi.org/10.15055/00001343 acceso 30 de agosto 2020.
Traducción: Elías
-.-
Elena Diakonova: Es especialista en poesía haiku (sobre todo en la teoría del haiku de Masaoka Shiki) y renga. Es profesora en la Universidad HSE (Escuela Superior de Economía de Moscú) e investigadora principal en el Instituto de Literatura Mundial de la Academia de Ciencias de Rusia”
-.-
Resumen: El presente estudio se basa en una revisión narrativa
realizada sobre los originales de seis de los más importantes
trabajos poetológicos de Shiki y sus tres diarios de finales de vida.
Se estudian a fondo algunos de los conceptos que Shiki
introdujo en el estudio del haiku, y de manera muy especial
la formación de su concepto de bi (belleza) y su trascendencia en el haiku,
desarrollando todos los conceptos y principios que lo conforman
.
-.-
Masaoka Shiki正 岡 子規, autor de poesía y prosa, crítico, erudito literario y poetólogo, dio origen a una teoría original de haiku y fundó una importante escuela literaria. Una gran autoridad en la poesía tradicional, que inició un nuevo enfoque de la literatura, que se ha convertido en una influencia determinante en relación con el haiku en el siglo XX.
Antes que él, generaciones de haijines se fueron sucediendo sin proceder a una evaluación crítica de las fórmulas y técnicas poéticas que utilizaban en su trabajo. Esto se debió a que los maestros de haiku transmitían el canon sin modificaciones. Contribuyeron el anonimato del género, en el que prácticamente no existía el yo de autor, natural en el arte medieval, y la universalidad del tema de la “naturaleza” y un amplio uso de fórmulas para expresarlo. Masaoka Shiki creó una poética retrospectiva del haiku; sus nociones sobre los poetas y su obra y, en particular, su selección de muestras de muchas generaciones de poetas, se percibe incluso hoy como un estándar reconocido.
Masaoka Shiki hizo mucho para dar vida al género tradicional de la tanka 短歌 (cinco versos, 31 sílabas en el poema, 5-7-5-7-7); sin embargo, en el presente artículo sólo nos ocuparemos de su teoría del haiku (tres versos, 17 sílabas). Apareciendo como teórico y practicante, fue altamente valorado por sus contemporáneos y los que vinieron después. De hecho, se le reconoció como el mayor poeta del siglo XX. Fue el fundador de la respetada y todavía activa escuela literaria Nihon-ha日本 派 (escuela japonesa); se reunió en torno a la revista poética de haiku “Hototogisu” ほ と と ぎ す(cuco), que ha estado impresa desde 1898. Nos llegan hasta hoy algunas de sus selecciones de haiku: Haiku hashi俳句橋(Un puente de Haiku, 1896), Kanzan rakuboku 寒山独木 (Montañas frías, Bosques vacíos, 1885), Nanakusa shū七草集( Una colección de siete hierbas, 1888) o Tsuki no toshi月 の 都市 (Ciudad de la luna, 1889) , que representan el género con un reconocimiento público y aparecidas en numerosas ediciones. Se cree que el propio Masaoka Shiki fue el autor de un total de más de 20.000 haikus.
Este estudio se centrará, sin embargo, en sus tratados poetológicos que contribuyeron a la teoría emergente del haiku como género. Aunque estas obras están por separado y divididas en pequeños tratados, juntos forman un todo único en sus métodos y el estilo y las opiniones expresadas por el autor, son como piezas que producen un mosaico que puede permanecer unido porque lo une una idea común. Estos tratados son “Dassai sho-oku haiwa” 獺祭書屋俳話 (Discursos en el antiguo Festival de Haikus, 1893), “Haiku taiyō ” 俳 句 大 要 (Fundamentos del Haiku, 1895), “ Haiku mondō ” 俳 句 問答 (Preguntas y respuestas sobre los temas del Haiku, 1896), “ Haijin Buson ” 俳 人 蕪 村 (El poeta Buson, 1897), “Furuike no ku no ben ” 古 池 の 句 の 弁 (Unas palabras sobre el haiku “Viejo estanque”, 1898), y “ Byōshō haiwa ” 病床 俳 話 (Discursos sobre Haiku en la cama de enfermo, 1901). También citaremos algunas de sus otras obras, como los diarios del autor con salud en decadencia de finales de la década de 1890, “ Gyōga manroku” 仰臥 漫 録 (Notas del hombre postrado en cama) y “Byōshō rokusyaku” 病床 六尺 (Una cama de enfermo de seis pies de largo) (shiaku 尺es una medida de longitud similar al pie). En total, Masaoka Shiki escribió 80 trabajos sobre haiku. Falleció a la temprana edad de 35 años de tuberculosis. Sin embargo, a pesar de la enfermedad incapacitante de sus últimos años, fue durante ese período cuando creó en su “lecho de enfermo” sus obras más significativas: poéticas, teóricas y gráficas.
Masaoka Shiki recurrió a tres niveles de términos estéticos y poetológicos: los términos de la tradición poética china y los acuñados por los eruditos literarios chinos del siglo XIX; los términos de la tradición japonesa que tienen su origen en el mayor poeta y teórico de la versificación de la época Heian 平安時代 (siglos IX-XI), Ki no Tsurayuki 紀貫之, y los primeros tratados poéticos sobre waka 和歌 (siglos X-XIII), así como su propia terminología; y le dio forma con el propósito concreto de recrear la poética del haiku en la Nueva Era. Corroboró sus propuestas teóricas con numerosos ejemplos de versos, creando así su propia antología de los mejores haikus, una antología que goza de alta estima en la comunidad de expertos.
El famoso novelista y erudito ruso Yuri Tynianov escribió que “el género como sistema, puede vacilar”. Surge (por abandonos y necesidades básicas en otros sistemas) y se desvanece para convertirse en rudimento de otros sistemas… Es imposible visualizar el género como un sistema estático, porque la conciencia misma de un género surge como resultado de un choque con los géneros tradicionales (p. ej. , la conciencia de un cambio, aunque sea parcial, de algún género tradicional por uno “novedoso” que está a punto de reemplazarlo). Lo que pasa es que un nuevo fenómeno reemplaza al antiguo, ocupando su lugar, y aunque no sea una “evolución” del antiguo, se convierte, en efecto, en su reemplazo. Cuando no ocurre tal “reemplazo”, el género como tal se desmorona y desaparece”1. Esta proposición general puede ser aceptable en lo que respecta al haiku con la reserva de que las “vacilaciones” del haiku siempre han sido insignificantes debido a su naturaleza canónica estrictamente controlada. Limitado a 17 sílabas, el espacio de un poema haiku dejaba poco o ningún espacio para aplicar y desarrollar nuevas técnicas, mientras que las antiguas se llevaban al máximo grado de sofisticación.
El rasgo dominante de la poesía haiku se convirtió en la apelación constante al pasado, a la fuente, a Bashō芭蕉y Buson蕪 村, y todos los cambios se adoptaron bajo la bandera del regreso a la antigüedad, al período clásico del género. Fue solo durante el período Meiji明治 時代 que el futuro del haiku y otros géneros canónicos de arte (teatro, dibujo, literatura y caligrafía) surgieron en términos reales por primera vez. De hecho, ese fue el momento en que se puso en duda la existencia del haiku. Tal pregunta no surgió, ni podría surgir, antes de finales del siglo XIX, porque no había experimentado la influencia devastadora de los nuevos géneros literarios de Occidente, ni había sido sometido a ninguna nueva visión del mundo que exigiera formas de expresión más libres. En esa época, el arte medieval tenía que convertirse en una pieza de “herencia clásica” y “muestra del pasado”, o bien convertirse en un punto de partida para la nueva poesía (como la “estrofa oneguiana” de Pushkin en el caso de la poesía rusa) o, al cambiar su relación con los cánones, convertirse en parte integral de la cultura moderna. Siendo su caso el de este último escenario, el destino histórico del haiku está lejos de completarse.
El tema principal del haiku es la naturaleza, el flujo constante de las estaciones de la vida; el haiku no existe fuera de este contexto. La nota clave del tema es el kigo季 語, una “palabra estacional”, que designa de manera emblemática una temporada y es imprescindible en un haiku: sin kigo no hay haiku. La palabra estacional es una breve fórmula poética, una unidad que el erudito ruso A.N. Veselovskiy llamó “un nudo nervioso” que despierta en nosotros líneas de imágenes definidas; más en unos y menos en otros; en función de nuestro desarrollo, experiencia y capacidad de multiplicar y combinar asociaciones que emana de la imagen” 2. Además, la palabra estacional establece una conexión con la “naturaleza” en la poesía haiku.
Otro notable poeta y alumno de Masaoka Shiki, Takahama Kyoshi高 浜 虚 子, escribió que el tema de la poesía haiku es «el poeta y su paisaje», y su propósito es «crear numerosas imágenes, humanas y otorgadas por el cielo, imágenes relacionadas con los cambios de temporada»3. Los haijines representaron flores y pájaros, el viento y la luna (kachō fugetsu 花鳥 風月 es la fórmula de los temas principales del haiku), pero admitieron que “…hablamos de flores y pájaros, y los ojos registran todo un paisaje; componemos poesía y es el corazón el que se regocija”; “…aunque solo representemos una brizna de hierba, su sombra no puede ocultar los sentimientos palpitantes del creador”, “…en la superficie (en el haiku) están las flores, no los sentimientos… los sentimientos están ocultos en la profundidad, y se manifiestan en la superficie de poemas a través de cosas como la humedad, los sonidos, las melodías…” escribió el poeta excepcional del siglo XX, Takahama Kyoshi4.
La poesía haiku presenta un mundo sin prehistoria, una “imagen geográfica del mundo”, por así decirlo. La historia solo está presente en el haiku como una sucesión de estaciones, una historia de la rotación que tiene lugar en la naturaleza. Este cambio estacional involucra a todos los objetos y eventos mencionados en un poema y asume un carácter cósmico. Cosas específicas relacionadas con el mundo del haiku se incorporan en esta rotación universal y permutaciones sin fin de fenómenos naturales, así como en eventos individuales específicos que tienen lugar en cada poema individual.
Las personas y los objetos relacionados con la naturaleza aparecen como cosas de observación artística, no como objetos involucrados en una acción. El mundo del haiki es un mundo concreto completamente observable, restringido por el marco rígido del canon. Las cosas mencionadas en un haiku revelan una interrelación entre el hombre y la naturaleza, algo que une el plano “cercano” (concreto) del poema con el plano “lejano” (o universal). Por un lado, cualquier cosa en un haiku existe como algo encapsulado en sí mismo, un objeto de escrutinio intencional y que posee un valor inherente; pero también por otro lado, es en sí misma un vínculo entre varias cosas no mencionados en el haiku en particular, y de esta manera genera un añadido continuo al poema. En los “nuevos tiempos”, la lista canonizada de cosas que podían ser mencionadas en un haiku se extendió para incorporar términos considerados completamente antipoéticos, incluso burdos, no usados hasta entonces y hasta groseros para lo estrictamente poético. El uso del vocabulario tradicional obligó al poeta a seleccionar cuidadosamente las palabras para transmitir imágenes de la naturaleza con la máxima precisión. El poeta está ansioso por estar en armonía con la naturaleza, y esta ansia encuentra su expresión en su acercamiento a su material: las palabras. Tal actitud hacia la naturaleza, como un fenómeno por sí mismo suficiente, no requiere cambios, y solo precisa una demostración hábil de algunos de sus rasgos confinados en la imagen de una sola mirada, requiere palabras excepcionales.
Siempre hay dos planos en el haiku. Bashō los llamó fueki ryūkō不易 流行 (eterno y actual). El plano universal o cósmico relaciona el haiku con el reino de la naturaleza en el sentido más amplio. La parte principal de esta relación la realiza la palabra estacional, el kigo, que debe aparecer en todos y cada uno de los poemas. Esto, en efecto, indica que el haiku pertenece a los cambios estacionales. Los haijines se refieren al kigo como un centro semántico de un poema, que “resucita lo olvidado y origina asociaciones” 5.
Esta combinación de dos planos da cuenta de la perspectiva en un pequeño espacio poético e incluye el poema en el contexto del género y al mismo tiempo extiende el marco del género mismo. Una buena ilustración de esto es proporcionada por el siguiente ejemplo aleatorio, un poema de Masaoka Shiki:
雪 の 絵 を 春 も か け た る 誇 り か な
Yuki no e o / haru mo kaketaru / hokori kana
Un paisaje nevado / sigue colgado, en primavera … / ¡Polvo!
El poema alude a una costumbre de los japoneses, que habitualmente prestan mucha atención a los cambios estacionales, de ir cambiando un cuadro en los salones de sus hogares según sea la temporada. Un paisaje invernal que todavía está en la pared en primavera es una clara señal de desgracia. Así, un detalle apunta a un estado de olvido, tristeza, quizás, una adversidad que se produjo en el hogar. Los objetos concretos mencionados en el poema -un paisaje nevado, primavera y polvo- son imágenes interconectadas que, asociadas, crean un ambiente de tristeza y abandono. Al mismo tiempo, las palabras “nieve” y “primavera” están relacionadas con el cambio de estaciones en la naturaleza y en el tiempo, y, en este caso particular, el inicio de la primavera y el invierno produce un efecto añadido de implicación en este ciclo. Para concluir y enfatizar el conflicto entre las imágenes irreconciliables de la primavera y el invierno está la palabra “polvo”, que tradicionalmente se vincula en la estética japonesa con la destrucción, el abandono, la soledad y la melancolía. La oposición de las estaciones, especialmente la primavera y el invierno, como en la representación de la nieve sobre flores o brotes de bambú en la nieve, también es un motivo tradicional. Otra colisión aparece cuando la triste imagen general de negligencia y abandono se opone a la llegada de la primavera, un acontecimiento invariablemente alegre en la poesía japonesa.
El poema está impregnado de imaginería tradicional, que establece una conexión con el contexto cultural del género, es decir, con un sistema de imaginería que había tardado siglos en evolucionar y sin el cual, tal poema no puede existir. Recordemos que el haiku referido fue compuesto a finales del siglo XIX, pero igualmente podría haber sido escrito en el siglo XVI o XVIII.
Así, surgen dos planos de objetos representados: uno presenta objetos específicamente mencionados en el poema (paisaje nevado, primavera y polvo), y otro que surge del contexto del género y es comprensible solo en el marco del sistema tradicional de imágenes (en el que el polvo, por ejemplo, personifica la negligencia, la oposición de primavera e invierno, etc.), que, a través de este sistema, se vincula con la naturaleza.
En el haiku, el poeta expone su experiencia emocional indirectamente, al describir un paisaje y, por lo tanto, un haiku debe considerarse en un contexto más amplio que el mero bosquejo del paisaje más sutil. Masaoka Shiki pidió a sus contemporáneos que crearan un “paisaje genuino” (makoto no keshiki 真 の 景色, donde makoto真denota una profunda penetración en la esencia de las cosas), y esto debe interpretarse como un llamado a superar el hecho de pintar de forma mecánica un paisaje como instrumento para transmitir los sentimientos.
Otro plano del haiku es un mundo específico, físico y tangible de cosas claramente expresadas, o mejor dicho, nombradas. Masaoka Shiki señaló que incluso una simple enumeración de cosas podría producir una impresión profunda, y Takahama Kyoshi se hizo eco de ello escribiendo: “En el haiku no hay lugar para la mención excesiva de cosas y fenómenos; se atrae a los corazones humanos con sonidos simples” 6.
A partir de la reforma del género por Masaoka Shiki, la poesía haiku contemporánea tiende hacia una transmutación, no del plano cósmico general de un poema, sino del plano de su objetivo específico. Sin embargo, por importante que sea este plano “cercano”, no cuestiona la existencia continuada del contexto cultural del género, cuyos inicios se remontan a la época de la primera antología poética de los japoneses, a Man’yōshū , y se basa principalmente en el género de waka, que luego fue heredado por el haiku. El plano “cercano” del haiku se transformó gracias a la introducción por Masaoka Shiki de un sistema de conceptos, de los cuales el más importante era el de la categoría de shasei写生, o bosquejo de la naturaleza; pero eso es ya otro tema completamente diferente.
Los tratados poetológicos de Masaoka Shiki pueden considerarse no simplemente como ensayos sobre la historia y la teoría del haiku, sino también como obras literarias por derecho propio. La tradición del haiku parece ganar una nueva conciencia de su existencia en sus escritos, que crean una poética retrospectiva del haiku al apoyarse en la tradición clásica secular. Masaoka Shiki construye un espacio poetológico en sintonía con los nuevos tiempos. Ilustra sus opiniones con numerosos ejemplos de versos de tiempos remotos y contemporáneos, creando así una antología ideal de poemas seleccionados. Este método da como resultado un texto peculiar que está “saturado” de poemas. Similar a las primeras poéticas tanka (por ejemplo, las de los siglos IX al. XI, o época Heian), Masaoka Shiki incluye, sin duda, las mejores muestras de versos creados durante los siglos precedentes. Esta sobresaturación de lo que es en sí un ensayo académico con obras de decenas de los mejores poetas, da lugar a una peculiar lógica narrativa en la que la selección de poemas se convierte en sí misma en un ejercicio de alto gusto literario.
En los apartes líricos que Masaoka Shiki hizo como prefacio de algunos de sus tratados, presentó, en una prosa compleja, rítmica y musicalmente arreglada, su propia vida como poeta y las de otros poetas del pasado. Con las siguientes palabras, por ejemplo, comienza La esencia del Haiku, su obra poética más significativa: “Soy un poeta ciego que canta a flores y montañas. Compongo poesía de nuevo, y esto es lo mismo que sacar agua de un arroyo… voy en busca de ayuda a los monjes de tiempos pasados y a los antiguos pensadores chinos; también al ruido que hace el viento en los pinos. Qué suerte que hubieran transmitido su arte a los hijos de las flores y las montañas…”7.
Otro plano más en sus tratados representa un análisis literario propiamente dicho; esto se puede dividir en dos partes: (1) un análisis textológico y semántico concreto del texto, y (2) unos estudios y conclusiones estéticos y filológicos generales, la introducción de nuevas categorías estéticas y la renovación de las nociones tradicionales. Estas partes de los tratados están escritas de manera escueta y concisa, y están llenas de kango 漢語, o vocabulario chino. Como teórico que se propone crear su propio sistema de valores y terminología para describir el género del haiku, Masaoka Shiki aparece claramente como un hombre de “los Nuevos Tiempos”, post-Meiji, marcados por la “invasión” de Japón (tras casi trescientos años de aislamiento) de la cultura occidental, la ruptura de viejos conceptos y el surgimiento de otros nuevos. Esto no quiere decir que el poeta se aparte completamente de la tradición, de hecho, en algunas de sus características sus tratados se asemejan a los escritos medievales de poesía, principalmente en lo que respecta a la tradición de comentar los textos poéticos, que había estado en uso desde la antigüedad y que se puede decir que Shiki está desarrollando. De hecho, el comentario parece ser su instrumento más importante para construir su propia teoría del haiku. Además, sus tratados se estructuran como discursos, es decir, en la tradición del diálogo inherente a la cultura japonesa desde la uta 歌 (canciones) de las preguntas y respuestas de la primera antología de Man’yōshū 万葉集. Se recordará que el autor tenía la costumbre de llevar a sus alumnos y poetas Takahama Kyoshi y Kawahigashi Hekigotō 河東碧梧桐a las montañas, donde los instruía en la teoría del haiku.
Incluso los nombres que dio a sus tratados, como los de “Discursos en el antiguo Festival de Haikus” y “Preguntas y respuestas sobre los temas del Haiku”, nos llevan de vuelta a una época en la que, en el siglo XVII, el fundador del género, Matsuo Bashō, conversaba con sus discípulos sobre la esencia de la poesía haiku en el porche de su cabaña en la montaña y, actuando como juez, evaluaba los poemas durante los concursos poéticos. Masaoka Shiki continuó esa tradición y enseñó a sus dos estudiantes más cercanos, Takahama Kyoshi y Kawahigashi Hekigotō, su teoría del haiku también durante las caminatas por las montañas.
Esta confianza en el diálogo, así como la inclinación hacia la práctica de comentar escritos antiguos con miras a encontrar nuevos significados, fueron un tributo de Masaoka Shiki a la tradición, por supuesto; sin embargo, sus escritos son tradicionales no solo en términos puramente formales. Así, bastantes capítulos de sus “Preguntas y respuestas sobre los temas del Haiku” están dedicados a los estudios botánicos y entomológicos de Masaoka Shiki. Entre otras cosas, la discusión en estos capítulos se centró en la correspondencia de una determinada flor, planta o insecto con un estado de ánimo, sentimientos o sensaciones específicos. El autor describe con precisión académica los tipos de plantas, animales, árboles y vientos: el viento triste de las colinas, la ligera brisa primaveral que disipa la niebla, etc., o las lluvias: la llovizna de otoño, la lluvia gélida de invierno… un total de cinco vientos y diez variedades de lluvia; también examinaría el sonido, encontrando que el susurro de un sauce es diferente al de un pino, mientras que el murmullo de un arroyo en primavera es diferente a su murmullo en verano.
En sus “Conceptos básicos del haiku”, Masaoka Shiki busca formular y comprender un sistema de reglas internas que subyacen a la creación de un poema. El tema principal de su poética es la elaboración de la categoría de bi 美 (belleza) y los criterios para evaluarla. Por lo tanto, cree que bi es relativo, no absoluto. Al tratar de darse cuenta de la naturaleza dialéctica de bi y su evolución en la percepción de las personas durante un período de 300 años, durante el cual se desarrolló el haiku clásico, llega a la convicción de que, con ciertas excepciones obvias, “no hay unos originarios criterios de belleza” (sententeki na bi no hyōjun 先天的な美の標準). Señala la “indiscutible belleza de acertar con el objetivo pretendido”, es decir, la de los haikus -“natural” o tenchiteki na en su terminología- que son comprensibles para todos. Pero esos casos son raros, admite. El gusto individual por la belleza de un tipo especial, bi, se basa en el conocimiento de la tradición clásica china y japonesa, la crianza y educación adecuadas, la comprensión de las alusiones y los vínculos con el contexto cultural de la época, el conocimiento de los cánones del haiku y de las reglas básicas e individuales de la prosodia. Un conjunto de criterios individuales puede ayudar, dice Masaoka Shiki, a desarrollar un criterio general resumido de bi que debería usarse para valorar el haiku. Pero también hay que ser consciente de la naturaleza enigmática de esta poesía y de muchos comentarios que hizo Bashō en los concursos (o “torneos”) de poesía, que a veces eran extremadamente concisos: “la victoria va para el lado izquierdo”, “gana el lado derecho” (recordemos que los participantes de un torneo se dividían en dos grupos: el izquierdo y el derecho) y cuyo significado no está completamente descifrado hasta el día de hoy.
Para elaborar el criterio de bi, Masaoka Shiki lo descompone en sus partes constituyentes. Él ve la diferencia entre el haiku y otros géneros de poesía en que presentan diferentes tipos de “armonía”. La armonía del haiku, en su opinión, está incorporada en el terceto con el número de sílabas 5-7-5, o 5-8-5, o 6-8-5. En este caso, el mismo término “armonía” es bastante indistinto, lo que significa, aparentemente, una cierta estructura rítmica y melódica aplicada a diferentes versiones de sílabas alternas. Una armonía específica precede a la versificación8. … Así, nagauta 長 唄, una canción larga o un cuento, correspondería a cosas complejas. La simplicidad se asocia con haiku, y wаkа, encajando con formas más cortas… 9. “La sencillez es un mérito del verso chino; la preocupación por los detalles marca la poesía occidental; la sugestión es una virtud en los poemas waka, y la sencillez distingue al haiku”10.
Al recurrir a su técnica favorita de paralelismo, Masaoka Shiki construye en este pasaje una forma rítmica específica de prosa sin trama. Al mismo tiempo, resuelve una doble tarea: no solo separa la principal cualidad del haiku de “ligereza” (karumi 軽 み), sino que también menciona otras definiciones de los géneros, como “simple, detallado, sugerente” al introducir estos atributos con la ayuda de giros algo vagos en el lenguaje, como “no se puede decir que haya una ausencia total de…”, que es típico de su prosa.
“Mucha gente aprecia las cosas que carecen de belleza… A menudo, no hay belleza en las cosas que son valoradas por las capas superiores de la sociedad. No hay belleza en un poema haiku que divierta a la gente …”11.
La belleza es el único criterio común para cualquier tipo de arte. “Un haiku se basa en un concepto (ishō 意匠) y unas palabras (gengo 言語), o lo que los antiguos llamaban “alma” (kokoro 心) y “apariencia” o “forma” (sugata 姿). Hay poemas en los que tanto el concepto como la ejecución pueden ser buenos o malos, y donde un aspecto es artificial y el otro no. Si uno compara las palabras y los conceptos, no encontrará el principal y excelente. Hay poemas en los que domina la belleza del concepto, y otros donde prima la belleza de las palabras”12. Las palabras específicas deben encajar con conceptos específicos: “… en sus conceptos, los poemas se dividen en miles de tipos y decenas de miles de estilos. Un estilo definido debe corresponder a un concepto definido: obvio y sugerente, majestuoso y detallado, elegante y popular, solemne y fácil, ilustre y sobrio, serio y cómico … El vocabulario sugerente debe ir con un concepto sugerente…”13.
Un concepto puede ser subjetivo o bien objetivo. Él define como descripciones subjetivas las del alma, el corazón y los pensamientos más íntimos (kokoro 心); mientras que las presentaciones con ayuda de imágenes mentales de las cosas presentadas “tal como son” (sono mama そ の ま ま) se designan como objetivas. Los conceptos pueden ser “naturales”, “primordiales” (tenchiteki na ishō), o bien “asuntos humanos” (jinjiteki na ishō; jinjiteki na 人事的な); el primero se refiere a los fenómenos e imágenes naturales, el cielo y la tierra; y el segundo, a todo lo que es humano: los hechos, sentimientos, y recuerdos; y por diferentes que sean ambos conceptos, tienen igual valor para el artista.
La categoría de bi en la interpretación de Masaoka Shiki es una noción compleja y heterogénea sin un análogo en la cultura occidental. Para analizar la naturaleza de bi, el autor lo divide en oposiciones binarias en varios niveles.
Así, la belleza puede describirse como “positiva” (sekkyokuteki 積極 的) y “negativa” (shōkyokuteki 消極 的), y lo positivo aparece en obras en las que “el concepto es majestuoso (sōdai 壮大), poderoso (yūkon 雄渾), de belleza ilustre (enrei 艶 麗). Masaoka Shiki considera el enrei como “la belleza externa, en oposición a yūgen 幽 玄, la belleza oscura o más íntima, viva (kappatsu 活 発) y original (kikei 奇 形).
“La belleza negativa en las obras de arte, es un concepto que incluye lo elegantemente antiguo (kōga 古雅), que contiene la belleza más íntima (yūgen), la tristeza de la soledad (sabi 寂), la tranquilidad (chinsei 沈静), la ligereza (karumi 軽 み) y la fragilidad (hosomi 細 み)”14.
Masaoka Shiki creía que toda la literatura oriental (china y japonesa) tenía una inclinación por la belleza negativa, mientras que la literatura occidental tendía inherentemente a la positiva en su mayor parte. Para todo tipo de conceptos existen “fundas” o envolturas verbales exactas, es decir, un concepto definido se basa en un vocabulario específico “asignado” para transmitir un tipo específico de belleza. El “concepto” extrae, casi automáticamente, palabras muy específicas de una multitud de posibilidades. Los poetas siempre han pensado que la contradicción entre el “concepto” y “las palabras” era “la enfermedad de un poema”. La correspondencia precisa entre ishō y gengo se concibió tradicionalmente como uno de los criterios para evaluar un haiku. Si la esencia o el contenido (kokoro) de un poema es la idea de fragilidad, entonces las palabras también deben transmitir esa idea de fragilidad: una hoja seca, las alas de una libélula y las articulaciones de un anciano. El dolor debía cubrirse con palabras canonizadas de corte “doloroso”: color blanco, canto de cigarras, tierra blanqueada, el marchitar del invierno. Incluso la más mínima violación de esta correspondencia interrumpe la “triste armonía” del poema, o sabishii shirabe さ び し い 調 べ. Los poemas con tales violaciones, por ejemplo, aquellos marcados por un tono demasiado brillante o sonidos fuertes en un haiku “negativo”, y viceversa, se consideraron fracasos.
A Masaoka Shiki se le ocurrió una noción de bi con múltiples capas y múltiples planos para delinear los criterios para evaluar el haiku. Bi comprende dos polos opuestos, con diferentes categorías del género agrupadas en torno a ellos. Además, estas categorías están en un estado de constante influencia y penetración mutua, por lo que no se trata de un tipo de oposición inequívoca. La compleja estructura interna de bi se descompone fácilmente en diferentes niveles de percepción, lo que no solo ayuda a dilucidar la naturaleza de bi, sino que también refleja diferentes tendencias en la evolución del haiku. Esquemáticamente, la noción de bi y todos sus componentes se pueden representar de la siguiente manera propuesta por Masaoka Shiki:
Bi
belleza positiva – belleza negativa
belleza objetiva – belleza subjetiva
belleza natural (celestial y terrenal) – belleza de lo humano
belleza ideal – belleza empírica
belleza simple – belleza compleja
En ocasiones, Masaoka Shiki fue excesivamente categórico en su trazo de fronteras entre esferas de influencia de diferentes tipos de belleza; este fue el caso cuando asignó a Bashō solo la esfera de “belleza negativa”. Por su parte, Masaoka Shiki prefirió el primer grupo de categorías, creyendo que la evolución del haiku avanzaría en la dirección de una mayor objetividad, de la belleza natural a la humana, y que la “belleza compleja”, basada en imágenes inusuales, tendría su desarrollo más adelante.
Como teórico, mostró una proclividad hacia una belleza positiva, brillante y viva, llena de movimiento y fuerza, “evidente” o enrei naru bi kind, por usar sus términos y giros, que sería tan hermosa como la cola de un pavo real o tan suntuosa como la flor de una peonía; él pensaba que el futuro pertenecía a este tipo de belleza. Como poeta, era cautivo de la tradición y valoraba la belleza negativa con sus colores apagados, sonidos tenues y cosas “tristes”, otoño e invierno.
Al examinar la noción de bi en el aspecto diacrónico, Masaoka Shiki expresó la opinión de que en la antigüedad prevalecía la belleza “negativa”, mientras que la actualidad era testigo de una evolución de la belleza “negativa” hacia la “positiva”, con la última destinada a prevalecer en el futuro por la sencilla razón de que el arte “positivo” tiende hacia lo lógico, no hacia la comprensión intuitiva de la vida. Sin embargo, esta tesis no debe aceptarse de una manera demasiado dogmática.
“En la antigüedad existía el estilo majestuoso y poderoso…, que dominó la verdad suprema de la literatura en la Época Tang y recurrió al concepto negativo en sus mejores poemas”. Los poetas que afirmaron pertenecer a la escuela de Bashō, siguen su ejemplo hasta el día de hoy. Creen que la forma más elevada de belleza es completamente negativa: es el dolor del sabi (soledad), el koga (el estilo antiguo y elegante), el yūgen (la belleza más íntima) y el karumi (la ligereza). Los elementos “positivos” y “negativos” penetraron juntos en entornos extraños y existieron allí, formando un todo orgánico de extraño material. Así, lo “majestuoso y poderoso” encontró su camino en los tercetos y, además, se pueden encontrar imágenes de elementos de gran fuerza o de todo lo humano, incluso en poemas de autores de hoy, imágenes confinadas metafóricamente a estructuras de 17 sílabas. “Muchos adeptos de la escuela del haiku valoran la belleza negativa por sí sola como la más adecuada a la naturaleza del haikai, y consideran las imágenes de lo dinámico y lo potente solo como algo vulgar… Sin embargo, si uno compara la belleza positiva y negativa, le resulta imposible constatar la supremacía de un tipo sobre el otro”15.
Shiki construye la categoría de belleza de bi estableciendo sus oposiciones binarias. Además, considera que la belleza positiva abarca un aspecto de las cosas, mientras que la belleza negativa abarca otro. Algunos haijines occidentales creen erróneamente, continuó, que la belleza negativa y una cosmovisión negativa se derivan de un conocimiento limitado del mundo.
Al abordar el carácter peculiar de la innovación en el haiku, que él define con las palabras “nuevo” y “fresco” (seishin 精神), considera que dicha innovación se da dentro de los límites del canon, y finalmente no da como resultado una ruptura radical con el propio canon. Así, se refiere a la renovación del género desde adentro por medio de un instrumento relacionado con la tradición, a saber, la “percolación” (mi ni shimu 身 に 染 む) de “elementos positivos” en la “esfera negativa del haiku”. Bashō exhibió una belleza oscura y negativa con gran habilidad; y en contraposición, otro gran haijin, Buson (cuya obra Masaoka Shiki valoraba más), tendía a la belleza positiva.
En el siguiente nivel, la noción de bi se caracteriza por las dos categorías de lo “natural” (dada por el cielo y la tierra, tenchiteki) y lo “humano” (jinjiteki). Masaoka Shiki divide la tríada de cielo, tierra y hombre (tenchijin 天地 人), o ame 天, tsuchi 土, hito 人, en dos partes, oponiendo cielo y tierra al hombre.
También opone sus categorías correspondientes: a la de actividad la tranquilidad, y a la de complejidad, la de sencillez; él cree que lo estático (naturaleza) se expresa más fácilmente en haiku que lo dinámico (hombre). Las cosas y fenómenos complejos (fukuzatsu 複 雑) y “activos” (kappatsu) rara vez figuraban en los haikus en cualquier caso.
Masaoka Shiki escribió: “El pequeño universo de 17 sílabas puede incorporar sólo una montaña, un arroyo, una brizna de hierba y un árbol; es, en cuanto a la representación dentro de estos confines, una minúscula parte del mundo de los hombres, con sus cambios y sus actividades … esta sería la más difícil de las tareas difíciles… Buson lideró con orgullo el camino sin plantearse que era muy difícil, y como la gente de nuestro tiempo no cree que esto sea fácil, después de Buson solo unos pocos lo aprendieron”16. Además de Buson, Masaoka Shiki menciona a dos estudiantes de Bashō: Kikaku其角y Ransetsu嵐雪, entre los poetas que alababan lo “humano”.
“Aunque Bashō compuso muchos poemas sobre asuntos humanos, no se limitó a describir su destino personal” 17. Masaoka Shiki cita los dos mejores haikus de “asuntos humanos” de Buson:
青梅 に 眉 集 め た る 美人 か な
aoume ni / mayu atsumetaru / bijin kana
Habiendo mordido una ciruela verde / una belleza frunció el ceño / Su ceja.
身 に 染 む や 亡 き 妻 の 櫛 を 屋 に 踏 む
Mi ni shimu ya / nakitsuma no kushi o / nōya ni fumu
El dolor me atravesó / En el dormitorio de mi difunta esposa / pisé un peine.
Una de las impresiones que uno tiene al leer los tratados de Masaoka Shiki, es que sus textos literarios-críticos, son profundamente líricos en algunos capítulos y, por lo tanto, se acercan mucho al género de ensayo medieval de zuihitsu 随筆, (lit. ”Siguiendo al pincel”), y sobre los poemas haiku, contienen no sólo un análisis de la poética del haiku y sus principales temas y tendencias, sino también recomendaciones ocultas para sus contemporáneos, poetas que escriben en la misma tradición. Estas recomendaciones se refieren a la comprensión y el dominio de la técnica de versificación y métodos de elaboración de temas canonizados pero con muchas posibilidades de diversificación.
“Eleva tu corazón y vuelve a lo común”, diría Bashō (Takaku kokoro o satorite zoku ni kaerubeshi 高 く 心 を さ と り て 俗 に 帰 る し し) 18 , es decir, al mundo común de las personas, que él llamaba jitsu(実 realidad). Shiki indica el realismo con el concepto de ari no mama あ り の ま ま (“las cosas como son”), y esto es lo más importante en un haiku . Pero representar una “cosa como es”, de verdad y con precisión, es imposible sin apelar a lo eterno e inalterable, es decir, sin correlacionar el plano cercano e inmediato con lo constante e interminable. En haiku, no hay distancia entre poeta y objeto. “Si un objeto y yo estamos separados, la armonía no se logrará”, dijo Bashō. El sentimiento y la acción se perciben como un todo. Crear un haiku digno de su nombre requiere un desapego de las emociones personales; los haijines evitan palabras que apunten directamente a sentimientos tales como “melancolía”, “alegría” o “felicidad”. El poeta tuvo que desarrollar una actitud ilustrada hacia las cosas; sin embargo, Masaoka Shiki llamó a “apelar a los sentimientos en lugar de a la razón”19. En este caso, podría obtener una nueva visión del objeto que está representando sin recurrir mecánicamente a asociaciones tradicionales, pero infundiéndoles un nuevo espíritu, dando así al lector la oportunidad de visualizar su propia secuencia de asociaciones basadas en sus sensaciones directas y espontáneas.
Shiki y sus alumnos creían que lo más importante no era recrear un “paisaje del alma”, que era el objetivo de la poesía clasificada como “subjetiva”, sino un “paisaje genuino” o paisaje “objetivo”, que sin embargo abarcaría varias y diversas emociones del autor. Dicho objetivo solo podría lograrse si se recurre a “bosquejar de la naturaleza”; pero este es el tema de otro estudio.
Los haijines de los nuevos tiempos se diferencian de los maestros de tiempos pasados en que expresan sus emociones indirectamente, es decir, a través de las cosas que ven: miru mono 見 る 物, o “cosas visibles”. Al tratar de transmitir la esencia interna de las cosas, logran su objetivo mediante una técnica compleja de crear imágenes objetivas (en la terminología de Masaoka Shiki) de la naturaleza. “Ellos retratan las cosas que ven, y estas representaciones despiertan emociones … De esta manera, la objetividad genuina mueve los sentimientos humanos”20. Ahora, la “objetividad genuina” para Masaoka Shiki comprende una meticulosa y “minuciosa”, “detallada” (seisaiteki 精細 的) presentación del reino de la naturaleza y el hombre; con solo una descripción genuina y objetiva capaz de despertar emociones genuinas, siendo el camino de una “cosa vista” hacia una emoción bastante complicado. Una mera designación de la “cosa vista” en un contexto definido, su descripción “genuina” (makoto no) y sus vínculos, son capaces de producir sentimientos perfectamente “programados” en un lector sofisticado. Al mismo tiempo, los sentimientos sobre la representación vivida por el poeta, aunque permanecen “fuera de la pantalla” por así decirlo, son sin embargo absolutamente coherentes (Shiki usa el término “ser translúcido”, “transparente”). Los sentimientos del poeta movidos por la “belleza objetiva” pueden reflejarse en el texto de un haiku, pero ocupará solo un determinado lugar reservado allí. Las partículas exclamatorias “ya” y “kana” no deberían, escribe Shiki, ser percibidas literalmente como una expresión de emoción, ya que a menudo servían simplemente para mantener el número apropiado de sílabas (5-7-5) y carecían por completo de cualquier contenido emocional.
En unos versos subjetivos, según Masaoka Shiki, el poeta no retrata un objeto, sino que se confía a su “imaginación sobre las cosas vistas” (miru mono no sōzō 見 る 物 の 想像)21. Valoraba los versos de Buson de manera inusualmente alta porque este último fue capaz de descartar su fantasía y transmitió hábilmente la belleza objetiva en “paisajes genuinos” e “imágenes directas”. Además, estaba convencido de que el género tradicional estaba evolucionando de lo negativo hacia lo positivo y de la subjetividad a la objetividad; al mismo tiempo, supuso que se estaba produciendo una síntesis particular por la cual los elementos de la belleza negativa entraban en el reino de la belleza positiva, y viceversa.
Aparte de la categoría de bi, Masaoka Shiki también examinó en los tratados estudiados otra categoría muy importante en lo que respecta a la poesía haiku, a saber, la categoría de dai題o daimoku 題目, es decir, el “tema”. Dai, en el haiku, está representado por las estaciones, sin embargo, durante este período, incluso este tema perenne había experimentado suficientes cambios, a pesar del conservadurismo del género.
En los “Discursos en el antiguo Festival de Haikus”, en el capítulo titulado “Nuevos temas”, el autor propone que “… la consciencia de las personas sufre cambios acordes con el espíritu de cada época”22. Si bien admite una cierta influencia sobre este género canónico de la época, Masaoka Shiki afirma que “… los asuntos humanos actuales son en gran medida similares a los asuntos humanos de tiempos pasados”23. Los nuevos temas se ocupan de componer poesía sobre una nueva percepción del mundo que surgió durante el período a partir de los viejos temas, y la antigua cosmovisión que Bashō, por ejemplo, abrazó. La formación de esta nueva percepción en el haiku estuvo ligada al surgimiento de lo que se conoce como “el eterno tema de lo humano”. “Las cosas y los fenómenos de nuestro mundo, ya sean naturales o asuntos humanos, se dividen en “elegantes” (ga 雅) y “comunes” (zoku 俗)” 24. Lo “crudo”, lo “innoble”, lo “plebeyo” -todo lo que fue rechazado por los poetas cortesanos de la Edad Media- comenzó a aparecer cada vez más en el haiku. El tema “humano” conllevó la llegada de muchos otros temas que eran completamente tabú en la tradición poética anterior. Tan fuerte fue, de hecho, la inercia de prohibir lo “crudo”, que incluso un defensor tan radical de la introducción de nuevos temas en la poesía como Masaoka Shiki, dudaba de que estas prohibiciones pudieran eliminarse. ¿Qué tipo de imagen mental se puede producir cuando uno escucha el término “máquina de vapor”, se preguntó? O cuando uno escucha las palabras “elecciones”, “competencia” o “sanción disciplinaria” e “investigación judicial”, ¿qué imágenes pueden producir?”25.
Poetas del círculo de Bashō encontraron que el tema canónico estrictamente definido (se recordará que el canon tomó forma bajo la influencia de la poesía china en los siglos X al XIII) y las consiguientes restricciones en la gama de temas fueron propuestas precisamente por una mayor libertad de interpretación y las posibilidades de improvisación individual. Estos poetas profundizaron en el tema, mostrando una excepcional sofisticación al descubrir la esencia misma del asunto tratado. Así, eligiendo el tema “cuco”, “luna” o “cigarra otoñal”, etc., el poeta conocía bien la tremenda experiencia de sus predecesores que ahondaban en los mismos temas una y otra vez. Además, se era igualmente consciente de todo un reino de palabras asociadas con esos temas en particular, de hecho, él se adhirió a ellos por así decirlo y, como resultado, buscó dar un giro a los temas desde un ángulo diferente, para hacerlos brillar con una luz novedosa. Es decir, trató de improvisar en el marco del canon que le otorgaba esa libertad. Masaoka Shiki sabía que, a pesar de su rigidez, las estructuras temáticas abrían posibilidades para “cambiar el tema”. Aunque nunca lo dice abiertamente, en los capítulos de sus “Discursos en el antiguo Festival de Haikus” que tratan de los cinco temas de otoño, demuestra con la ayuda de ejemplos las amplias posibilidades inherentes para desarrollar un tema tradicional. De hecho, el tema del haiku es uno, el mismo: las estaciones (o como dijo un sabio, “quien ha presenciado el cambio de estaciones, lo ha visto todo”), pero incluye un sistema canónico extremadamente diversificado de subtemas que permiten vincular el “paisaje del alma” (subjetivo) con el “paisaje genuino” (objetivo) de la naturaleza. La diversidad de bi se manifiesta no solo en los medios de representación (“negativamente”, “idealmente”, etc.), sino también en la riqueza de los temas del haiku que se reflejan en poéticas, colecciones y catálogos de temas.
En la actualidad, existen numerosas bases de datos en Internet que contienen temas de haiku (dai) y registros de palabras estacionales (kigo), cuyo número asciende a 35.000.
Los cinco temas principales que Masaoka Shiki examina en “Discursos en el antiguo Festival de Haikus” muestran cuán minuciosamente fueron desarrollados. Es de destacar que los temas no fueron una invención de los poetas haiku, en absoluto, ya que se han utilizado durante varios siglos en la poesía clásica waka (tanka) desde la primera antología japonesa “Man’yōshu” e incluso antes, cuando los poemas waka se difundieron oralmente. A menudo sucedía que el propio emperador designaba temas para los torneos poéticos. Se recordará que los conjuntos de temas se formaron bajo la influencia de la poesía china, donde habían evolucionado en tiempos muy antiguos: esto hizo que fuera aún más desafiante para las generaciones posteriores de poetas trabajar en ellos. Los temas seleccionados por Masaoka Shiki son “cuco”, “arbusto hagi” (hagi萩), “primera tormenta de otoño” (hatsuarashi 初嵐)a) y otros tipos de vientos otoñales, “hierba ominaeshi” (お み な え し) y “plátano”, todos pertenecientes a una “estación negativa”: el otoño. No hace falta decir, sin embargo, que los cinco temas en cuestión no concluyen la antología de temas otoñales del haiku. De hecho, Masaoka Shiki podría haber seleccionado otros temas no menos útiles, por ejemplo, “cigarras de otoño”, “hojas de arce escarlata”, “crisantemos”, “luna”, etc. Las variaciones sobre estos temas son verdaderamente infinitas y aparecen en decenas de miles de poemas.
La esencia del haiku consiste en el surgir de un poema cuando un tema fijo sufre interpretaciones infinitamente variadas. El hecho de que la gama de temas se conozca de antemano impone ciertamente restricciones al poeta, pero, al mismo tiempo, le da la oportunidad de profundizar infinitamente en dicho tema elegido. Es de notar que el rígido control de los temas nunca fue considerado en la poesía tradicional como una restricción; de hecho, las reglas rigoristas y la canonización de los temas produjeron, en el otro polo, una sensación de mayor libertad de variación e improvisación en el marco de cada tema.
Por tanto, los prerrequisitos formales para componer un haiku son un tema aceptado y las formas bien conocidas de expresar bi (“objetivo”, “subjetivo”, etc.). Los temas están indirectamente relacionados con bi, siendo medios para expresar la belleza absoluta. Juntos, todos los “objetos” que pertenecen a un tema – y un tema incorpora no un objeto principal, sino decenas, incluso cientos de otras cosas que pertenecen al círculo de un tema y relacionadas con el nuevo objeto por muchos vínculos – forman lo que puede describirse como una imagen poética, incluso antes de que se componga realmente un poema.
Como ya se ha dicho, al leer los tratados de Masaoka Shiki, se tiene la impresión de que sus textos literarios y críticos, que en algunas secciones son tan profundamente líricos que se asemejan al género medieval de ensayos conocido como zuihitsu , así como sus haikus, contienen no solo análisis de la poética del haiku y sus principales temas y tendencias, sino también algunas recomendaciones ocultas que sugieren a sus poetas contemporáneos cómo dominar las técnicas de versificación y desarrollar temas canónicos con toda la diversidad posible.
Podemos concluir diciendo que Masaoka Shiki, de hecho, creó una nueva poética normativa en retrospectiva, una poética que podría ser, y ha sido, utilizada por sus contemporáneos y miembros de la Escuela de Masaoka Shiki hasta el día de hoy.
REFERENCIAS
Boronina I. А. Poética del verso clásico japonés (Poetika yaponskogo klassicheskogo stiha). Moscú: Izd-vo Nauka, Glav. Red. vostochnoì lit-ry, 1978.
Boronina I. А. La naturaleza y su relación con la literatura en la Alta Edad Media (Priroda v literatura rannego srednevekovya) . Manuscrito inédito.
Haiku kōza 俳句講座 (Conferencias sobre haiku), vol. 3-4, 1939.
Haiku utyū 俳 句 宇宙 (Cosmos de haiku), 2004.
Hubricht M. Die aesthetischen Abschnitte aus Haijin Buson de Masaoka Shiki. – Orients Extremus, 1956, 3/1.
Kitazumi Toshio北 積. Shiki no bungei ron 。子規 の 文 芸 論 (‘Teoría literaria de Masaoka Shiki’). – Bungaku. En vol. 22. 1954
Koten bungaku ritorikku jiten . 古典 文学 リ ト リ ッ ク 辞典 (Diccionario retórico de la literatura japonesa clásica). Gakutōsha 1993.
Koten bungaku kanshy ō jiten古典文学観賞辞典, ed. Nishizawa Masashi (Diccionario crítico de la literatura japonesa clásica). Tōkyōdō 1999.
Man’yōsyū万葉集. “Man’’ësiu: Sobranie miriad list’ev”, (Colección de una miríada de hojas). En 3 volúmenes; trans. А.E. Gluskinoì con introducción y comentarios. Moscú: Izd-vo Nauka, Glav. Red. Vostochnoì lit-ry, 1971-1972.
Matsuo Bashō kōdza芭蕉講座 (Lectures on Bashō) / En 9 vol., 1955-56.
Matsuo Bashō zen-shū 芭蕉松雄全集 (Obras completas de Matsuo Bashō). / Ed. Noiti Imoto, Nobuo Hori, Tomodzi Muramatsu, 1972.
Masaoka Shiki正 岡 子規. Masaoka Shiki shū正岡子規集 (Obras de Masaoka Shiki). En el vol. 11 de Gendai nihon bungaku zensyū 現代日本 文学 全集 (Obras completas de literatura contemporánea), 1928.
Masaoka Shiki denki 正 岡 子規 伝 記 (Biografía de Masaoka Shiki), 1998.
Matsui Toshihiko松井利 彦. Yasashii haiku nyūmon やさしい俳句入門(Introducción al Haiku), 2000.
Matsuse Seisei松瀬青々.Kikan no han’i no kenkyū 季刊の範囲の研究 (Estudios de la esfera estacional). En vol.3 of Haiku Kōza 俳句講座. Kaizōsha, 1932.
Reck M .. Masaoka Shiki und seine Haiku -Dichtung. Munchen, 1968.
Roulend D. Arte de Oriente y Occidente. М., 1958.
Sanzōshi 三草紙 (Tres libros). NKBT 16
Takahama Kyōshi高浜 虚 子. Haiku tokuhon 俳句読本 (Poemas haiku seleccionados), 1973.
Tynianov Yu. Hecho literario (Literaturnyi fakt). – En: Poética. Historia de la Literatura. Cine (Poetica. Literatura Istoriya. Kino). М., 1979. – En ruso.
Veselovsky А. N. Poética histórica. (Istoricheskaya poetika) L. 1940, pág. 376 – En ruso.
Kin D. Literatura japonesa en los siglos XVII – XIX. М., 1978. – En ruso.
Yamamoto Kenkichi山 本 謙 吉. Bashyō zenhokku芭蕉 全 発 句 (Colección completa de los poemas Hokku de Bashō) , vol 21974, p. 261.
NOTAS
1 Yu. Tynyanov 1979, pág. 267
2 А.N. Veselovskiy 1940, pág. 376
3 Masaoka Shiki 1928, pág. 14
4 Takahama Kyoshi 1973, pág. 14
5 Takahama Kyoshi 1973, pág.15
6 Takahama Kyoshi 1973, p. 4
7 Masaoka Shiki 1928, pág. 340
8 Masaoka Shiki 1928, pág. 347
9 Ibíd.
10 Ibíd.
11 Ibíd.
12 Ibíd.
13 Ibíd. p. 348
14 Ibíd. p.485
15 Ibíd.
16 Ibíd. pag. 488
17 Ibíd. p. 488.
18 Bashōk ō dza 1955-56, p. 37.
19 Masaoka Shiki 1928, pág. 384.
20 Ibíd., Pág. 456
21 Ibíd., 487.
22 Ibíd., Pág. 394.
23 Ibíd.
24 Ibíd.
25 Ibíd.
Interior y exterior en el haiku
Del fondo de la soledad
Cae:
¡Oh, el aguanieve cayendo!
淋しさの底拔けて降る霙哉
Naito Joso
En su texto “Vacuidad y mismidad” el filósofo contemporáneo Nishitani Keiji (1900-1990) nos lanza una pregunta a partir de este Haiku de Joso: ¿”la soledad” se refiere al estado de ánimo del poeta o al lugar de donde cae el aguanieve? En otras palabras, ¿expresa el haiku el mundo exterior o un estado interior?
La respuesta inmediata parece ser que expresa ambas. Que justo es ese el punto del haiku, expresar recíprocamente el interior y el exterior. Pero Nishitani va un poco más allá. Claro que en el haiku se expresa tanto el interior como el exterior pero ¿en qué sentido? No es que el interior refleje el exterior o que el exterior se use como metáfora de lo interior. Piensa él que el haiku no relaciona interior y exterior, sino que expresa un lugar previo a la separación interior y exterior, sujeto y objeto. A este lugar le podemos llamar “instante”. Desde aquí podemos decir que el haiku es el arte del instante. Pero prestemos atención a lo que esto significa.
En su texto “Uji” Dogen, maestro zen del siglo XIII, sostiene que el instante es el manifestarse mismo de lo que es. Es el instante donde tiempo y existencia se encuentran. Sólo el instante existe y la existencia sólo acontece en el instante. Somos nosotros quienes confeccionamos un mundo transtemporal concatenando los instantes en nuestros recuerdos y expectativas. Es de esta confección transtemporal de donde nace el yo que experimenta, separado del mundo experimentado; en el instante sólo acontece la experiencia. Quién no ha volteado a ver, tras un tiempo, una rabieta o decisión impulsiva y se ha preguntado “¿fui yo quien hizo eso?” cuando, en el momento, sólo pasó.
Esto plantea un tremendo reto al haiku. ¿Cómo llevar el instante a la palabra? ¿No se lo traiciona al convertirlo en “aguanieve” o “soledad”? Tal vez el haiku perfecto tendría que hacerse sin palabras. Tal vez sería mejor un gesto con las manos, muy a la usanza de los mondos (diálogos entre maestros y alumnos) de la tradición zen. Si nuestro lenguaje opera con conceptos abstractos, universales, transtemporales ¿qué palabra podría decir el instante? Podría ser algún deíctico como “esto” o “aquí”.
Nietzsche dice en Ocaso de los ídolos que los conceptos son como momias. El reflejo de una cierta idiosincrasia en la filosofía de preferir lo que no cambia a lo que cambia. Los conceptos aspiran a lo eterno pero, para alcanzarlo, deben momificarse, depurarse de todo lo cambiante y vital de la experiencia. Parece ir contra la naturaleza del concepto usarlo para expresar el instante.
Pero el instante tiene algo curioso. A su modo, es también eterno. Siempre es “ahora”. Es el haiku un encuentro entre dos eternidades: la eternidad supratemporal del concepto y la eternidad instantánea del ahora. No es casual que, en este sentido, el haiku introduzca siempre componentes naturales y estacionales. En todo tiempo y lugar entendemos qué es un árbol, una laguna o la primavera. Aunque para nosotros el árbol siempre es nuestro árbol, esta laguna, esta primavera.
El haiku requiere un hábil uso de las palabras para, contra su naturaleza, usarlas para apuntar al instante. No sólo llevarnos al instante de Joso o de Basho, sino a esa fuente de la experiencia previa a la división sujeto/objeto que compartimos Joso, Basho, tú y yo. Nos lleva a un instante que es tan suyo como nuestro y por eso nos sigue siendo significativo. A un invierno que es tan del periodo Edo en Japón como del año de la pandemia en México, a una rana que puede estar saltando al estanque de un templo budista o a un humedal de Xochimilco, a un… ¡ay mira, ya está cayendo aguanieve!
Este pequeño texto es mi primera colaboración con El rincón del Haiku. De corazón les agradezco la invitación y a las y los lectores agradezco haberse dado el tiempo de leerla. Mi nombre es Emiliano y me dedico a trabajar sobre filosofía japonesa, antigua y moderna. Espero ésta sea la primera de muchas contribuciones dedicadas al haiku, la cultura japonesa y el mundo moderno pensados desde la perspectiva de la filosofía japonesa. A fin de cuentas, un camino de mil millas empieza con un paso.
Haiku 23
舞/\の場もふけたり梅がもと
mai-mai no niwa mo fuketari ume ga moto
Un escenario para la danza:
la danza sobre los héroes
alrededor del ciruelo.
Comentario y notas culturales:
Buson asiste a la representación de una danza sobre las hazañas de algún guerrero (samurai, con un público de familias nobles). Puede que dicha obra se escenificara en el jardín del palacio del shôgun, donde florece un único ciruelo, bajo el cual – o a su alrededor- se realiza la obra.
La danza es una muestra de admiración del pueblo japonés por la naturaleza. De su danza tradicional destacan dos modalidades: adori (más rápido y alegre) y mai (principalmente en el oeste). Con respecto al segundo, cada zona disponía de una modalidad propia, así en Kyoto se llamaba “kyomai”. En esta región surge el siglo XV una danza llamada “Kôwaka mai”, sobre la cual se centra nuestro haiku: es una danza donde sólo se mueve, ligera y lentamente, la parte superior del cuerpo. Es una forma de entretenimiento de las familias de la nobleza durante la época feudal de Japón: de hecho, su trama se relacionada con el ámbito militar (shôgun, samurais, etc.). En la danza se emplean abanicos (osensu) para representar las tormentas, el viento, las armas, la luz, el sol, etc; en ocasiones la cara se recubre de blanco, se emplea el kimono como prenda de alta distinción y la katsura o peluca negra y corta. A veces estas danzas estaban relacionadas con el teatro Kabuki y Noh. Desde la época Muromachi (1336-1576) hasta la mitad del periodo Edo, este tipo de danza fue especialmente reconocida. En primavera se danza a la belleza del cerezo, al arce en otoño, a la nieve en invierno y a la alegría y las luciérnagas en verano. Sin duda se mezcla la flor blanca del ciruelo, el blanco de los abanicos y –quizá- del maquillaje facial. El ciruelo fue, sin duda, una flor más aristocrática que el cerezo.
No siempre las acciones bajo el ciruelo son tan sagradas o venerables: a veces tiene lugar el humor, lo costumbrista. Sin duda, el haiku puede mezclar elementos de alto grado y esteticismo poético (el ciruelo en flor) con otros cotidianos, propios de la vida y de sus instantes imprevisibles:
A.-
虱とる乞食の妻や梅がもと
Shirami toru / kojiki no tsuma ya / ume ga moto
Quitando los piojos,
la esposa de un mendigo
bajo el ciruelo.
(Es éste un haiku de carácter humorístico que combina el uso de tópicos clásicos, elevados (el ciruelo) junto con un lenguaje común (shirami, piojos; kojiki, mendigo). La pureza del ciruelo, con sus flores blancas abriéndose a la primavera, contrasta con la suciedad de los personajes que lo acompañan a sus pies).
Haiku 22
しら梅や誰むかしより垣の外
shiraume ya taga mukashi yori kaki no soto
Ciruelo de blancas flores;
alguien te sembró
fuera de la cerca.
Comentario y notas culturales:
Haiku sin verbo. Introducimos el verbo “sembrar” para incluir el sentido del tiempo, la antigüedad que refiere el poema: hay una distancia entre la siembra y el florecimiento de un árbol robusto que abre sus flores a la primavera.
Aquellas flores del ciruelo, de un anciano árbol, siguen creciendo sin problema al margen de la posesión, de la propiedad humana; al margen de nuestras leyes y caprichos.
水にちりて花なくなりぬ岸の梅
Mizu ni chirite hana nakunarinu kishi no ume
En el agua
las flores caídas desaparecen,
el ciruelo de la orilla.
El haiku y sus articulaciones en las literaturas en lenguas mexicanas originarias-español 2ª
III
D. Naturaleza y urbe
A diferencia de asimilación de la métrica del haiku a la musicalidad y la métrica de las lenguas mexicanas originarias, la inclusión de las temáticas estacionales es un rasgo poco asimilado. Una razón es que la naturaleza japonesa de las cuatro o cinco estaciones, salvo algunas excepciones, dista cultural y ecológicamente de las naturalezas de las regiones de México. En términos generales, la regla de la inclusión de palabras estacionales llamadas kigo, se decantó a una mera orientación por incluir a la naturaleza regional. Un gran reto pendiente en el haiku en castellano y lenguas mexicanas originarias es cómo emprender, asimilar o adaptar el llamado a la elaboración de un catálogo de palabras de la naturaleza-cultura propia de la región. Existen algunos intentos desde el castellano como la propuesta del Kiyose mexicano en línea de la página haiku kigo que se basan en el modelo japonés del catálogo kiyose y busca trasladar palabras de la naturaleza-cultura mexicana a un formato de cuatro estaciones.
La asunción del haiku como un género para relacionarse la naturaleza y la cultura tiene cada vez más protagonismo y aparece en todos los proyectos de haiku en lenguas mexicanas originarias, aunque se desdobla de maneras particulares. Para el poeta nahua José Carlos Monroy, esta relación con la naturaleza se aprecia en sus series de haikus que son un tipo de mapa poético de la naturaleza-cultura del Valle de México y que incluye los nombres nahuas y mestizos de los cerros de la Ciudad, las formas de la lluvia y el agua, el paisaje urbano y los rituales. José Carlos ha escrito dos series temáticas de haikus, de próxima publicación, una llamada Quiehuetl haiku (Haiku Lluvia)y la otra Tepetl haiku (Haiku Cerro) que dan a conocer la riqueza de topónimos y del léxico nahua relacionado a los cerros y la lluvia. En ellos también aparecen las ofrendas y rituales que forman parte de las relaciones que sobreviven entre algunas comunidades y estos cerros.
Desde una reflexión ecopoética, quizá es posible decir que los poemas de los cerros de la Ciudad de México de José Carlos tienen dos cualidades distintivas en su visión de la naturaleza: una visión animada de los cerros como sujetos con sentimiento y pensamiento, y la exposición del impacto que ha tenido y tiene el desarrollo urbano de la Ciudad de México sobre estos cerros. La serie Tepetl haiku nos muestra a los cerros cubiertos por barriadas, pintados con tiza, o en donde otros seres viven junto a la basura. En cierto sentido ecológico sus haikus son una alabanza a la naturaleza y a las culturas indígenas del Valle de México y a la vez nos muestran la realidad ecológica de un valle ocupado por la megalópolis moderna.
IX
Kuexomatl
Ikonpakkuilok
«TESOEM» ikatlalistak.
Ton kihtostepetl?
IX
Cerro de la caldera
Sobre la superficie de la olla
se escribió «TESOEM» con tiza.
¿Qué diría el cerro?
Para Antonio Guzmán, la naturaleza-cultura se desdobla en las tres secciones de su libro que son “la naturaleza, la muerte y la sociedad” e incluyen la mirada hacia la identidad de la región y la comunidad. En los haikus en tzotzil de Antonio López Hernández se siente una naturaleza ligada al canto del zenzontle y la voz del arroyo, y en este sentir el ser humano, se presenta a sí mismo como indio que renace de la noche. La relación con la naturaleza se repite también en los haikus mayas escritos por José Natividad IcXec y en el zapoteco de Pergentino José Ruiz, cabe llamar la atención que en este caso la luciérnaga, que es la luciérnaga maya y la zapoteca, tienen su correspondencia temática en los muchos haikus sobre luciérnagas japonesas. La naturaleza también es un asunto central que se desdobla comoanimales, milpa y cultura en los haikus de los niños y niñas tarahumaras. Uno de los desdobles de la naturaleza-cultura que está presente en varios de los haikus de estos poetas es la milpa y el maíz.
Ichísewáachi
se’olímaáamekoi’ni
a’pésia molí.
La milpa florea
las abejas vuelan
esparciendo polen
Natividad
Uno de los asuntos más importantes en las visiones del haiku escrito en lenguas mexicanas originarias es la milpa y el maíz. La milpa y el maíz son cultura-naturaleza tejida durante siglos por las comunidades originarias y sin duda nutren anchos ríos de conocimiento. Estos ríos fluyen generalmente por la oralidad y la vida cotidiana se vierten en las poéticas de estos haikus, y de paso en el castellano mexicano. A diferencia del haiku japonés que se ha dedicado con ahínco a una construcción de la naturaleza-cultura vía la forma visual y escrita, me parece que los haikus en lenguas mexicanas originarias recurren a sus propias construcciones orales y cotidianas de naturaleza-cultura, y desde allí inauguran un tipo de transmisión de ese contenido a la escritura. Algo así también ocurrió con la transmisión de los saberes y sensibilidades de la comunidades campesinas japonesas en la construcción de la naturaleza de las cuatro estaciones. La milpa y el maíz dan muestra de un legado robusto que vive en la visión de la naturaleza dentro de las lenguas mexicanas y que puede convertirse en una fuente muy rica del repertorio del vocabulario, el pensamiento y el imaginario poético del haiku en español. Ello vendrá de la mano con el interés de los mexicanos por conocer la riqueza en las tradiciones indígenas de la visiones de la naturaleza, naturaleza y poesía de la cual ellos también forman parte.
E. Haciendo un haiku popular en lenguas mexicanas originarias
He dicho anteriormente que la definición del maestro Enrique Servín emparenta al haiku con un canto pequeño. Esta definición tiene el buen tino de mostrarlo como un tipo de género poético popular. Efectivamente, el haiku japonés es un género popular y poseeuna musicalidad que lo ayuda a moverse en la oralidad (muchos haikus son conocidos y recitados de memoria). Esta definición abre un camino para los haikus en lenguas mexicanas originarias, pues lo presenta no restringido al cultivo intelectual y literario que se suele percibir como difícil y elitista. El libro de los haikus de niños y niñas tarahumaras nos muestra una estrategia creativa para sembrar el haiku-canto, moverlo en un circuito infantil y juvenil de las comunidades indígenas y vincularlo con las escuelas y la guía de talleristas. Además, parte dela vocación comunitaria y utilitaria del haiku como herramienta que ayuda a cultivar valores de apreciación de la naturaleza-cultura y a la transmisión y preservación de la identidad de los pueblos. Su estrategia recuerda a cómo los japoneses han implementado por varias vías el haiku como una forma de sensibilización y conciencia ecológica para los jóvenes y niños en todo el país, sin dejar a un lado el mérito literario y artístico. También recuerda a la labor del traductor español y especialista en haikus, Vicente Haya quien se ha dedicado a la promoción del haiku escrito por niñas y niños. Hay haikus en este libro que nos recuerdan la mirada fraterna hacia los animales de los haikus del maestro Kobayashi Issa. Por ejemplo, este haiku de Angelina:
Taáchipawíko
repáretéraliahtíi
¡másanako’á!
Pequeño ardillón
sentado en una piedra
¡come manzanas!
Angelina
El árbol del haiku crece y se fortalece en la visión popular y de los niños y adolescentes, y desde allí da alguna de sus más bellas flores. El haiku en lenguas mexicanas originarias también ha sabido nutrir esta cualidad en la semilla del haiku. Así, el tan celebrado espíritu del haiku sobre ranas, como las del estanque de Bashō, o las ranitas luchadoras de Issa, vuelve florecer en la contemplación de un niño tarahumara:
Nasiparawé
rabómuyéna remó
nolí kokayá.
A medio día
cantos de rana en el monte
se alzan las nubes.
Prisciliano
Yaxkin Melchy RamosYupari
26 de septiembre, Tsukuba
SELECCIÓN DE HAIKUS
Niñas y niños tarahumaras
Ra’íchalikó
ináchaniekárale
¡sewákocho’ló!
Palabras que
se oyen en el viento
¡flores marchitas!
Isidora
Ichísewáachi
se’olímaáamekoi’ni
a’pésia molí.
La milpa florea
las abejas vuelan
esparciendo polen
Natividad
Taáchipawíko
repáretéraliahtíi
¡másanako’á!
Pequeño ardillón
sentado en una piedra
¡come manzanas!
Angelina
Nasiparawé
rabómuyéna remó
nolí kokayá.
A medio día
cantos de rana en el monte
se alzan las nubes.
Prisciliano
José Carlos Monroy
De la serie Quiehuetl (Haiku Lluvia)
II
Ontetl
Iccetliztactic
quihuitequitlaltzintla
yuhteponaxtle.
Segundo
El granizo blanco
golpea abajo
como un teponaztle.
IV
Nauhtetl
Tzopelichcaton
ocatzaczoquitihca:
quiyehetlquipacaz.
Cuarto
Las ovejas de algodón
se mancharon con lodo:
la lluvia les lavará.
X
Matlactetl
Apihlenihzi
quimatocatlalticpac,
tlanehuetlahle.
Décimo
La llovizna rápido
acaricia el mundo,
huele a tierra.
XXI
Cempohuacentetl
Cruz huipiltihca,
nauhcampatlaticpactle.
Atzahtziliztle.
Vigésimo primero
La cruz con huipil,
cuatro rumbos del orbe.
Ruego del agua.
XIII
Cempohualextetl
Tocintzin Tata
quitetemohuaatlitic
Tocintzin Nana.
Vigésimo tercero
Nuestro padre maíz
busca dentro del agua
a nuestra madre maíz.
De la serie Tepetl(Haiku Cerro)
III
Xochitepek
Ipilxochikon
Xochimilko, xochtlalpan
namanxopantla.
III
Xochitepec
El florerito
de Xochimilco, sobre la tierra florida
ahora en tiempo de verdor.
V
Chapultepek
Chapohletepek
kitawahkameyaltin
wanchokakuika.
V
Chapultepec
El chapulín en el cerro
mira el manantial seco
y canta plañideramente.
VI
Tepeyakak
Tepetsonteko
nepan wan iyakompa…
Ton kitlachiaz?
VI
Tepeyac
El cerro-cabeza
aquí y más allá, su nariz…
¿Qué miraría?
IX
Kuexomatl
Ikonpakkuilok
«TESOEM» ikatlalistak.
Ton kihtostepetl?
IX
Cerro de la caldera
Sobre la superficie de la olla
se escribió «TESOEM» con tiza.
¿Qué diría el cerro?
XII
Tetlalmantsin
Ayotepetsin
kinechiaMestliapan…
Kaman walasatl?
XII
Cerro de la tortuga
La tortuguita-cerro
espera al lago de Texcoco…
¿Cuándo vendrá el agua?
XVIII
Sakatenko
Ohkarronalko
moxokoyotsinchoka
axtikmatokas.
XVIII
Cerro Zacatenco
Del otro lado de la autopista
tu hijo menor llora
porque ya no le acaricias.
Pergentino José Ruíz
De: DIS BIS (HAIKUS)
Le mbiolud
mbrexxnand
lendree
El niño llamó
a su mamá
en el cántaro
Xnind
re mbko’d
ndiesñimbe’d
Con la luz
de las luciérnagas
se oyen las pisadas del zorro
Antonio López Hernández – Hai-kú tzotzil
De Jo’onkutikno’ox (Nosotros los indios)
Ta jun la sob
Sk’ejimolbalunok’es
La slikesunkutik
Una mañana
Los cantos del Zensontle
Nos despertaron
Ti nichimalk’op
Taj ts’ibajchi’ukch’ich’ele
Sk’eoiktavinajel
Cuerpo del poema
Escribo con mi sangre
Cantos al cielo
P’ijchiayankutik
Ta ilinelak’ubale:
Ja’ jo’onkutik.
Y renacemos luz
De la rabiosa noche:
Sí, somos indios
Antonio Guzmán Gómez
Kuxinelbit’ilk’ajk’. Vivir como fuego
De la sección “Bitikkuxulmachaltalumk’inal / Naturaleza”
te ch’inkeremetike ya xtajinik
te winiketike ya x-a’tejik,
te kuxlejale ya xlaj.
los niños juegan
y los hombres trabajan,
la vida muere.
p’ijiltakinyabenal te’,
pejpenetiktasbajtelk’inal
tasbabalumilal.
sabia hojarasca,
mariposas eternas
sobre la tierra.
te sakilnichimetike,
ja’ slamanelk’inal
yu’un te pask’ope.
las blancas flores,
son imperios de paz
contra la guerra.
De la sección “Jp’ejsbak’ / Gotas de semilla”
ma’yuknichimalk’op
teme ma xbeen ta jch’uleltik
te ya’tajibale.
no habrá poesía
si no fluye en el alma
la preceptiva.
De la sección “Lajel / Muerte”
te bantixich’il te animae,
chanch’ixkantela ya xtil
te june ya x-ok’.
en el funeral,
cuatro cirios ardían
y uno lloraba.
Referencias y bibliografía de consulta.
Alejandro Aldana Sellschopp “Haikús, tankas y la forma breve tseltal” en Ojarasca
https://ojarasca.jornada.com.mx/2017/07/07/haikus-tankas-y-la-forma-breve-tseltal-9213.html
Antonio Guzmán. Kuxinelbit’ilk’ajk’ Vivir como fuego.Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas y Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas. Chiapas, México, 2016.
Antonio López Hernández. “Poesía desde Chiapas. Hai-kú tzotzil” en Ojarasca 56, diciembre de 2001
https://www.jornada.com.mx/2001/12/17/oja56-pagfinal.html?fbclid=IwAR1rC2oFikkaet1moPvxKJhukv0Xlc9_JK1x3sdA7XO3cgVJ13wGXUov8EE
Bernardo Colipán. “Bernardo ColipánFilgueira, poeta mapuche trabajando sueños” en Agencia Paco Urondo. 11 de febrero de 2017.
Canción de Chontal. Canciones antiguas de aborígenes mexicanos. (Trad. MasanosukeOguita). Tokio, Japón: Candelaria Sha, 1990.
Carlos Montemayor. Los poemas de Tsin Pau. México: Conaculta-Fonca, Gobierno del Estado de Chihuahua, Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2007.
Emiliano Robles “La Doñita”. Haikus indomestizos (Nahuatl – Castellano). ANIMAL/ Ediciones Autárticas. 25 de noviembre de 2014. https://issuu.com/poesiapolitica/docs/haikus_indomestizos_nahuatl
Herman Bellinghausen (Ed.) Insurrección de las palabras. Poetas contemporáneos en lenguas mexicanas. México: El Colegio de San Luis / Ítaca, 2018.
Jorge Miguel Cocom Pech. “El retorno literario de las voces antiguas en América” revista ISEES nº 8, diciembre 2010, p. 111-130
José Carlos Monroy. Quiehuetl haiku.
José Carlos Monroy. Tepetl haiku.
Martín Makawi (Ed.). Palabras y destellos. Haikus tarahumaras. Alas y Raíces Chihuahua, Chihuahua, México, 2018.
Martín Tonalmeyotl yAlejandra Piñeirúa “10 haikús de Matsuo Bashõ traducidos al náhuatl.” En NEOTRABA, 2 de abril de 2020.
http://neotraba.com/10-haikus-de-matsuo-basho-traducidos-al-nahuatl/
Martín Tonalmeyotl. “José Carlos Monroy” Entrevista en Ombligo de tierra. Ciudad de México: Código Radio, Secretaría de Cultura. 27 de enero de 2020.
http://www.codigoradio.cultura.cdmx.gob.mx/index.php/podcast/jose-carlos-monroy/
Nicole Genaille “HAIKUS MAYAS” en el blog Lechucita del monte. 21 de marzo de 2014.
http://nicougen.blogspot.com/2014/03/haikus-mayas.html
Pergentino José Ruiz. “Poema y haikús/di bis” en Ojarasca
https://ojarasca.jornada.com.mx/2017/03/10/poema-y-haikus-di-bis-8570.html
Pedro Favaron. Manantial Transparente. México: 20.20 editorial / Cactus del viento. 2016.
Taller Literario SyanKa’an “Aquí y ahora. Selección de haikus 俳句” (Coord. Ramón Iván Suárez Caamal) Bacalar, México: Ediciones Nave de Papel, (Colección Hojas de Bambú). 2014
Yásnaya Elena Aguilar Gil. “¿Literatura? ¿indígena?” en Letras Libres (en línea), 25 de marzo de 2015.
http://www.letraslibres.com/mexico-espana/libros/literatura-indigena
“Escribo textos que no puedes leer” en Este País (en línea) 20 de septiembre de 2020.
https://estepais.com/blogs/escribo-textos-que-no-puedes-leer/
Haiku 21
白梅や墨芳しき鴻ウ舘
hakubai ya sumi kanbashiki kouro-kuwan
En el Kôrokan
las blancas flores del ciruelo;
olor a tinta china.
Comentario y notas culturales:
Un ciruelo blanco florece en el jardín del Kôrokan (antigua casa china para la recepción de invitados, embajadores, diplomáticos, etc.). en torno al siglo IX se construyó una réplica en Kioto, más tarde en Osaka y Fukuoka. En aquel edificio, chinos, coreanos y japoneses intercambiaban impresiones: el contraste entre el color blanco del ciruelo y la tinta negra de los documentos es evidente. Buson, a partir de una visita al Kôrokan de Kioto, siente el aware a partir de esta variedad cromática: hay ciertas dosis de posibilidad en este haiku, de imagen que nos lleva a otra imagen (en este caso ficticia o fuera de los límites temporales del propio Buson). De nuevo, la conexión con la cultura china, en este caso de la dinastía Tang.
Se ha optado para la traducción por la apuesta clásica: situación de la escena (en el kôrokan), la imagen de las flores con su kireji y, por último, la esencia complementaria de la tinta china. Es un haiku visual y olfativo: ambas sensaciones contrastan -en el sentido taoísta de interdependencia y conexión- a través del blanco y el negro, de la fragancia del ciruelo y de la tinta.
Este edificio de Kioto aparece en la conocida novela “Genji monogatari” o “Historia de Genji” escrita por Lady Murasaki Shikibu (937-1019). Algunos especialistas no esconden sus elogios ante dicha autora, quizá la primera novelista moderna del mundo.
El haiku y sus articulaciones en las literaturas en lenguas mexicanas originarias-español 1ª
II
El haiku y sus articulaciones en las literaturas en lenguas mexicanas originarias-español
He dicho en otros espacios que el haiku en Japón es un género de poesía popular. Sin embargo, en Latinoamérica el haiku ha permanecido hasta hace algunos años como un género de poesía culta. Es posible que eso se deba a dos causas: la todavía incipiente difusión del haiku al español y la pervivencia de las visiones orientalistas de su temprana introducción a “Occidente” que siguen presentándolo como un género poético ligado con la meditación zen, el satori, y cierto ascetismo del espíritu japonés. Aunque todo eso tiene su protagonismo en Japón, es solo una parte de la película. En México, gracias al trabajo de talleristas y maestros como Enrique Servín y Martín Makawi en Chihuahua, y Ramón Iván Suárez Camaal con el taller SyanKa’an en Bacalar, el haiku se ha acercado a las regiones y a las personas en general para ofrecer una experiencia poética accesible para todas las edades y niveles. Esto ha fomentado un circuito del haiku más parecido al circuito popular del haiku japonés. En este circuito, resalta la popularización del haiku como creación infantil y juvenil, dinámica y transdiciplinaria. Para esta muestra incluyo algunos ejemplos del libro de haikus tarahumaras Palabras y destellos, colección de haikus tarahumaras coordinado por Martín Makawi en donde podemos leer los haikus escritos por niñas y niños de las comunidades de la sierra de Chihuahua acompañados de bellas acuarelas de Daniel Muñoz y Alexis Esparza.
Ra’íchalikó
ináchaniekárale
¡sewákocho’ló!
Palabras que
se oyen en el viento
¡flores marchitas!
Isidora
En el prefacio del libro, Enrique Servín, sortea cualquier definición culterana ynos dice que el haiku es “una canción pequeña, un tipo de canto que puede decir cosas muy importantes con pocas palabras”. La presentación del maestro Servín al libro conecta al haiku con algunos rasgos que han arraigado en la caracterización del haiku en la tradición mexicana: su capacidad sintética y la métrica de 5-7-5 sílabas; y también menciona un tercer rasgo no siempre asimilado, o que se asimila de otra manera, que es la mención de una palabra referente a alguna de las estaciones de la naturaleza. Los tres rasgos se rehacen al interior de cada naciente tradición desde reflexiones críticas y creativas de los escritores. Desde allí, el haiku está ensayando sus propias preceptivas en las literaturas en lenguas mexicanas originarias y español.
ma’yuknichimalk’op
teme ma xbeen ta jch’uleltik
te ya’tajibale.
no habrá poesía
si no fluye en el alma
la preceptiva.
Antonio Guzmán
A. Métrica
La mayoría de las propuestas en lenguas mexicanas originarias debaten las adaptaciones de la métrica hecha al haiku castellano en español. La métrica tradicional japonesa del haiku, de 5-7-5 moras (llamada goshichigo) se encuentra adaptada a la métrica castellana de 5-7-5 sílabas tomando en cuenta los rasgos del conteo en castellano: palabras agudas y esdrújulas, diptongos, sinalefas, hiatos, etc. En este punto debo hacer una pausa, pues el estudio del debate de la métrica en las lenguas mexicanas originarias me rebasa completamente. Sólo quiero anotar algunas observaciones que dan pistas, La primera de ellas aparece en la página de Ojarasca y es un comentario a los haikus en tsotsil de Antonio López, el comentario es de José Antonio Reyes Matamoros:
La misma forma métrica aplicada al español, se usó en tzotzil. La idea de estas composiciones surgió de Antonio cuando conoció esa forma lejana en el tiempo y la geografía de nuestra tierra. Me parece un buen poema, y me lo parece mejor cuando escucho las opiniones de compañeros tzotziles; a ellos les agrada la musicalidad, la síntesis y el contenido en el lenguaje original del autor.(López Hernández)
En este caso resaltar la idea de la musicalidad del tzotzil en el haiku. La musicalidad se convierte en una guía importante de la adaptación métrica de toda poesía para cada lengua, un asunto de respiraciones. Para el poeta Antonio Guzmán la escritura rítmica de sus haikus en tseltal está en la forma libre “que aparenta contradecir a la forma clásica”, mientras que sus haikus en español siguen la métrica rigurosa del 5-7-5 del haiku en español. El ejemplo de Antonio resalta el ejercicio crítico que distingue la adaptación al tseltal a la del español y que se guía por lo que Antonio llama como conocer primero las prescriptivas de la poesía de cada lengua.
Esta diferenciación de la métrica de 5-7-5 sílabas, pero conservando la musicalidad me la platicó José Carlos Monroy al referirse sobre sus haikus en náhuatl y también me mostró un esquema métrico ya ideado en náhuatl para el tanka. A José Carlos le pregunté si utilizaba ese sistema también para el haiku, y su respuesta fue que para el haiku prefiere algo más libre (lo mismo en el uso de las palabras estacionales que no las considera necesarias por el momento). José Carlos, quien también es escritor de sonetos, continúa en la línea de dejar que cada lengua indígena se guíe por la musicalidad propia. También he podido escuchar en el programa de radio Ombligo de la tierra que conduce el también poeta nahua Martín Tonalmeyotl el diálogo entre estos dos poetas en torno al tema de la composición pensada desde adentro de la lengua, o como dice Martín, que se compongan en la lengua originaria primeramente (es decir no que sean traducciones de un poema pensado en español). A opinión de Martín, de esta manera será natural que los haikus tengan una musicalidad en la lengua originaria, contemplando una métrica como la de 5-7-5 sílabas o similar. Contrasta con los haiku de métrica libre de José Carlos, los haikus escritos por los niños tarahumara, que a mi parecer se apegan al formato de 5-7-5 en la lengua tarahumara. En este caso eso se debe también a una elección consciente que responde al sentir rítmico desde esa lengua. Lo que quiero señalar con estas notas es que la conciencia de la métrica del haiku en las lenguas mexicanas originarias pasa por la comprensión desde adentro de la musicalidad, y al mismo la reflexión de la métrica del haiku tradicional en español (adaptado del japonés). Este ejercicio se asume con una seriedad que resalta lo que Antonio llama el conocer primero las prescriptivas de la poesía.
B. La síntesis y no-síntesis indígena
Rodolfo Mata, Seiko Ota y otros estudiosos han apuntado cómo Tablada visualizó sus haiku como “poesía sintética” y que esta idea fue la que prevaleció en el medio literario mexicano. La idea de síntesis es una pervivencia de la adaptación de Tablada y luego de otros poetas para distinguir el espíritu o el sabor poético del haiku como algo que lo distingue del micropoema y otras formas breves como el aforismo. La síntesis, se nutre a su vez en una manera de comprender las particularidades de la escritura china y japonesa de los “ideogramas” y a la vez crear un camino original y moderno en la poesía en castellano. A la tradición “sintética” del haiku se suman más interpretaciones que han enriquecido el camino del haiku en castellano, muchas de estas han nacido de nuevos acercamientos con el haiku japonés como la expresión del escritor peruano Javier Sologuren “neto sabor haiku” que condensa las ideas de “instantánea”, la percepción meditativa y el evitar la metáfora, que son los ejes de la preceptiva de muchos haikus japoneses.
El legado sintético se encuentra en algunas vías del haiku en lenguas mexicanas originarias (como ejemplo, el comentario de José Antonio Reyes Matamoros descrito en la sección anterior). Sin embargo, resuenan también otros entendimientos, como el ya mencionado parentesco del haiku con los dichos de los antepasados de Jorge Miguel Cocom Pech, quien se pregunta “¿Acaso la brevedad y profundidad del haiku no se emparenta con las breves sentencias poéticas con las que nos hablaban y aconsejaban nuestros antepasados…?” La pregunta Cocom Pech se desmarca de la visión del haiku como una literatura sintética, para acercarse a la sabiduría poética de las breves sentencias de los antepasados. Su comentario abre otro camino para pensar el haiku maya: emparentando su espíritu con la propia visión poética heredada en palabras breves y cargadas de significados profundos. Esta visión puede ser también una estrategia para apropiarse de la forma y la tradición japonesa, y sembrar el haiku propio en la naturaleza-cultura maya, emparentando lo que viene de afuera con una tradición indígena de la palabra.
te ch’inkeremetike ya xtajinik
te winiketike ya x-a’tejik,
te kuxlejale ya xlaj.
los niños juegan
y los hombres trabajan,
la vida muere.
Antonio Guzmán
Para Antonio Guzmán, un rasgo clave en la definición del haiku en tseltal es la cualidad antimetafórica, la cual desarrolla en sus haikus en tseltal y la cual a decir de Alejandro Aldana hace que el lector toque “los objetos más allá de las palabras”. Así, lo antimetafórico cobra relevancia a la hora de articular una visión del haiku tseltal, acercándose a la visión del “sabor neto” de Javier Sologuren y mostrando su acercamiento con el haiku japonés. Otro ejemplo de estrategias para emparentar al haiku con alguna tradición poética propia es la ya expresada por el maestro Servín y Martín Makawide visualizar el haiku como una canción corta tarahumara.
C. Vocación de interculturalidad y diálogos del kanji y escrituras antiguas indígenas
Dentro del espectro intercultural no bilingüe, pero sí híbrido entre lenguas se encontraría el llamado “haiku indomestizo” (escrito en español, pero con inclusión de palabras en lenguas mexicanas originarias) como los de Emiliano “La Doñita” Robles, quien describe a sus haikus como haikus interculturales que describen poéticamente a la naturaleza. En el espectro intercultural, aunque sin el discurso mestizo, se encontrarían también los haikus del maestro Ramón Iván Suárez Camal. El haiku por su origen extranjero y su joven, pero firme, arraigo en el español, parece abonar los discursos de interculturalidad e hibridismo actuales. Este ánimo intercultural decanta en la labor de los poetas y traductores de haikus y la participación en proyectos multilingües e interdisciplinarios. Ejemplos de esto son el ya mencionado libro Flor de Alba, una edición trilingüe (japonés, español y náhuatl) de haikus de Chiyo-ni y las traducciones recientes de Bashō al nahuatl por Martín Tonalmeyotl.
El nuevo espacio de la interculturalidad del haiku en las lenguas mexicanas originarias me recuerda las palabras de varios poetas que promueven la interculturalidad como el poeta colombiano Juan Sánchez quien insiste en la interculturalidad de la llamada literatura indígena, la cual en una buena parte se escribe y difunde para ser escuchada fuera de la legua de origen. Este sentido de la interculturalidad convierte también al haiku en espacio de transmisión de mensajes sobre la identidad, y de llamados al entendimiento sensible, respetuoso y razonable que ayude a un verdadero diálogo de corazón a corazón. En el caso del haiku, pienso que ese diálogo entre culturas se ha aprovechado ante todo para abrir una canal de sensibilidad y conciencia de la relación del ser humano con la naturaleza-cultura. La definición del haiku como una forma de encuentro poético con la naturaleza aparece aquí y allá en las introducciones y presentaciones de las propuestas en lenguas mexicanas originarias-español. Este contacto con la naturaleza, no sólo se comprende para las regiones rurales de las comunidades indígenas, sino también incluye los paisajes urbanos y sus comunidades híbridas.
Una de estas propuestas de contacto intercultural y urbano es la del poeta José Carlos Monroy, cuyas obras poéticas y pictóricas son un espacio de encuentro entre la lengua nahuatl, china, japonesa y el español de la Ciudad de México. José Carlos, oriundo de la Ciudad de México, del famoso barrio comercial de Tepito, en una entrevista con Martín Tonalmeyotl cuenta “Yo vendía antes en Tepito y llegaba mucha mercadería china…”A partir de ese encuentro fomentado por la dinámica de la Ciudad, José Carlos escribe traducciones entre el nahuatl y el chino, y crea obras caligráficas que hibridizan la representación pictórica nahua con las formas de la caligrafía china-japonesa.
José Carlos Monroy.
En náhuatl la explicación de los caracteres chinos (kanji)
de aprender 習 y enseñar教a partir de sus radicales.
José Carlos Monroy. La luna y el granizo y El hambre
Además de estas obras que incluyen el característico sello inkan de las obras caligráficas, José Carlos ha realizado una serie llamada Anáhuac-Asia que incluye dibujos de los cerros de la zona del Centro de México en escalas de grises sobre papel amate. También ha compuesto unas obras pictóricas con los ideogramas que recuerdan a los poemas visuales de Tablada. Este espíritu intercultural de exploración de la dimensión estética y visual de la escritura se ejemplifica también en un haiku maya de José Natividad IcXec, que luego fue convertido en la forma de una estela maya antigua por el mayista Guillermo Katún del INAH.
XKÓOKAY
Teecháak’ab
Teechkikiláankiláak’ab,
Teenxkóokay,
Teensáasilxkóokay
ba’pachtik a wíinkilal,
kinjultikech
kink’íintikech.
LUCIÉRNAGA
Tú la noche,
tú la temblorosa noche.
Yo la luciérnaga
la luminosa luciérnaga
que ciñe tu cuerpo
que te ilumina
que te entibia.
José Natividad IcXec y Guillermo Katún.
Haiku “XKÓOKAY” (Luciérnaga) en forma de estela.
En estos ejemplos podemos observar que la dimensión visual del carácter chino y japonés tampoco pasa desapercibida para los haijin en lenguas mexicanas originarias, y alimenta el ejercicio creativo que retoma las escrituras antiguas de Mesoamérica y explora ensambles visuales con sentido artístico. Este es un camino que de paso revalora el sentido artístico (caligráfico) de las antiguas formas de escritura y contribuye a un espacio de encuentro inter-caligrafías.
Noviembre 2020
CONSTRUIR
Aguas mansas
En bahía violeta.
Tarde de otoño.
DECONSTRUIR
Se me ocurrieron estos versos hace tres o cuatro días desde uno de los puentes que salvan el río Tajo en Talavera de la Reina. A la hora del crepúsculo. Voy a acompañar la fotografía correspondiente.
En fin, llamar “bahía” al modesto remanso de un río es atrevido, pero la osadía de la dicción es una de las herramientas que no le deben faltar al haijin si aspira a elevar a cotas altas su arte.
El gran poeta mexicano Octavio Paz tiene un verso parecido en su magnífica versión de un tanka de Ono no Komachi, la poetisa del siglo IX más relevante para muchos de toda la Era Heian. Dice así su versión:
Tan fuerte
es mi deseo
que vuelvo al revés mi camisa:
Bahía violeta de la noche.
El poema original de Komachi, al lado de mi versión publicada en El pájaro y la flor, dice así:
Ito semete Cuando de amores
Koishiki toki tanto peno, en la noche
Ubatama no como azabache
Yoru no koromo wo lo espero con la ropa
Kaeshite zo kiru al revés extendida.
Puede ayudar a enmarcar este poema escrito en la remota Era Hean saber que, entre las muchas supersticiones de aquella sociedad cortesana, estaba la de creer que dormir con alguna prenda de ropa al revés ayudaba a ver en sueños a la persona amada.
Ono no Komachi es famosa por el tono apasionado, intenso y directo de su poesía, en oposición al arte poético contenido, rígidamente codificado y oblicuo a fuerza de elegante de la poesía, sobre todo la escrita por hombres, que predominará en el siglo siguiente en Japón, el siglo X, anunciado por la antología Kokinshū.
En mi próxima entrega hablaré más de la “violeta” en la poesía clásica japonesa y de las inimaginables osadías de poetas y traductores.
PALABRAS PARA LO INEXPRESABLE
Parece contradictorio que lo inexpresable pueda manifestarse mediante palabras. Más bien cabría decir que ante situaciones altamente sorpresivas, el ser humano reacciona mediante exclamaciones –a veces ambiguas- como “¡Vaya, vaya!”, “¡Qué cosa!”, etc.
Algo así le sucedería a Teishitsu (1609?-1673), contemporáneo de Bashoo –aunque mayor que este- al contemplar la floración de los cerezos montunos de Yoshino. Plasmó su inspiración en estos versos:
kore wa kore wa
to bakari hana no
yoshino yama
“¡Esto es algo!” –me digo,
al contemplar en flor
cerezos de Yoshino-.
El primer verso japonés consta de seis sílabas, resultando pues el esquema métrico del haiku: 6-7-5 sílabas. Una traducción palabra por palabra sonaría aproximadamente así:
Vaya, vaya (a la letra, “esto, esto”): exclamación
así simplemente: adverbios / (exclamo al ver) en flor (los) cerezos
(del) monte Yoshino
Los cerezos de Yoshino gozan tradicionalmente de gran fama por su belleza, hasta el presente. Tal sería asimismo la situación en el siglo XVII japonés.
Mi traducción española consta de tres versos heptasílabos, preservando así el ritmo.
Soy consciente de que “¡Esto es algo!” es una exclamación que resulta ser ambigua, pues lo mismo puede uno decirla si le han robado el sillín de la bici, o bien al contemplar el cuadro velazqueño de Las Meninas. En mi caso presente, el contexto sugiere un sentido laudatorio.
El verbo “contemplar” -o “ver”- me parece importante incluirlo en la traducción, por razones de claridad. Análogo razonamiento me ha llevado a la inclusión del verbo “decir” con su complemento reflexivo –“me digo”. La versión inglesa de Blyth también aporta verbos, como podemos comprobar:
“Well, well” / was all I could say / at the cherry blossoms of Yoshino.
Ahí apreciamos los verbos “was”, “could” (auxiliar) y “say”. Con todo, el texto japonés carece de verbos, pues se sobreentienden.
Volvamos a leer la traducción española que he presentado, y espero resulte satisfactoria.