Archivo de la etiqueta: Artículo

GOLONDRINAS/AVIONES/VENCEJOS

GOLONDRINAS/AVIONES/VENCEJOS

Ellas me traen la noche
de sus alas, cortan
la tarta de la luz en perfectas fracciones
cada vez más pequeñas,
cada vez
más deprisa, hasta el punto
culminante
en que su vuelo no se ve
porque es mucho más veloz que la mirada.

 Eduardo Fraile (Balada de las golondrinas)

 

Frente al mar, cuántas veces he visto el vuelo de golondrinas que vienen de las dunas, coquetean con las olas y regresan de nuevo a la caza de insectos cuando el calor aprieta y el olor de la sal se hace uno con el viento. Se las ve llegar del Sur, de su invernada en África siguiendo la línea de costa, de una en una, en hilera interminable al inicio de la Primavera.

 

Reflejos en el agua.

Una detrás de otra

las golondrinas.

 Jorge Alberto Giallorenzi

 

Aviones, golondrinas, vencejos, pequeñas aves migratorias de grandes similitudes que sin embargo pertenecen a familias diferentes (Golondrinas y aviones: hirundínidos, vencejos: apódidos). Con la llegada del verano no hay cielo sobre pueblos o ciudades que no se vea cubierto por sus bandadas. Sus cantos, en el caso de aviones y golondrinas, o gritos agudos en el caso de los vencejos, durante los ágiles vuelos circulares, perduran hasta que la oscuridad deja todo en silencio.

 

Nubes plomizas,

chillidos de vencejos

en torno al huerto.

 Elías Dávila

 

De madrugada

cruza la casa un canto

de golondrinas 

Susana Benet

 

Apenas luz,

y aún los chirridos

de los vencejos

Rafael Castillo Morales

Las tres son aves migratorias, viajeros increíbles que pueden recorrer miles de kilómetros sin posarse para descansar. En el caso de los vencejos, todo su ciclo vital se desarrolla en pleno vuelo, bajando solo a tierra para criar. Cuando un volandero abandona el nido es posible que pase en el aire los dos años siguientes, alimentándose y durmiendo sin necesidad de posarse.

 

luz matinal…

el vuelo trepidante

de los vencejos

 Xaro Ortolá

 

Garganta del diablo*

tras el arco iris

vencejos en picada

 Alicia Céspedes

*Salto principal de las Cataratas de Iguazú.

 

Desde las tradiciones europeas hasta las orientales, un nido de golondrina en casa se ha considerado un feliz augurio. Según una antigua leyenda española, las golondrinas son aves sagradas pues se dice quitaron con sus picos las espinas de la corona de Jesucristo, de ahí que tengan el pecho rojo. Exploradores y marinos las vieron siempre como aviso de la proximidad de lugares propicios para la vida, pues sus nidos requieren la presencia de barro, por ello de agua dulce.

 

  

Media mañana,

vuelan a ras del agua

las golondrinas.

 Verónica Aranda

 

Crían en entornos humanizados, y pese a la enorme ingesta de insectos, salvaguardando de plagas huertos, pueblos y ciudades, los nidos suelen ser destruidos, aunque exista protección por parte de las distintas legislaciones.

 

Nubes de lluvia.

Un bando de vencejos

sobre las viñas

 M. Ángeles Millán (Hikari)

 

Patio encalado

la sombra del vuelo

de los vencejos

 Encarna Ortiz (Encarna)

 

Un cielo azul…

 las golondrinas rehúyen

de la cometa

 Manuel Díez Orzas

 

En 2004 se calculó que había cerca de 30 millones de golondrinas en España. Desde entonces se pierden al año un millón de ejemplares. El uso de pesticidas, el abandono rural y los nuevos modos de construcción en los que se deja poco espacio para sus nidos, pueden ser las causas de su declive, también del de aviones y vencejos, estos últimos, ya especie catalogada de vulnerable.

 

Cruza un vencejo

El viento entre las plumas

del cañaveral.

M. Ángeles Millán (Hikari)

 

al mirar atrás

con otro brillo

el vuelo de los vencejos

 Félix Arce (momiji)

 

Ojalá podamos seguir recitando con la certeza que G.A. Bécquer lo hacía:

Volverán las oscuras golondrinas…

 

O, tal vez, como Eduardo Fraile en su libro Balada de las golondrinas:

 

Sé que me veis y me reconocéis 

cada nuevo verano, y sé que me esperáis 

y que guardáis memoria 

de quienes fuimos, aunque ya seáis otras 

y nosotros tampoco seamos los mismos … 

 

 

 

Plaza antigua

mientras suena el violín

las golondrinas

M. Ángeles Millán (Hikari)

 

Ascienden…descienden

los vencejos.

El olor de los tilos.

M. Ángeles Millán (Hikari)

 

 

machi-zora no tsubakurame nomi ataroshi ya

 

En la aldehuela

solo las golondrinas

parecen nuevas

Kusatao

 

 

Rumor del mar.

El bando de vencejos

emigra hacia el sur.

 Pilar Carmona (Piluca)

 

 

 

 

 

Julio 2025

Mientras aquí, en Santiago, hemos tenido un fin de otoño e inicio de invierno muy frío y con algo de lluvia, en el hemisferio norte ya están sufriendo los embates estivales. El otro día veía online el amanecer del solsticio de verano en Stonehenge y recordaba un amanecer que fue muy importante para mí y que, de hecho, es un kigo: el 初日の出 hatsu hi no de, o la primera salida del sol, kigo de Año Nuevo. El 01 de enero del 2013 tuve el placer de presenciarlo en la isla de Enoshima. Como pueden ver, continúo viviendo las estaciones de forma simultánea.

En el artículo de este mes nos corresponde cubrir el último período de la estación estival: 晩夏 banka o fines del verano. Corresponde a julio o el sexto mes del calendario lunar, Minadzuki. A pesar de estar finalizando la temporada, el calor sigue muy alto, sin embargo, la pronta venida del otoño se puede notar en el viento que sopla temprano en la mañana y al atardecer. Una de las celebraciones más esperadas y disfrutadas en Japón, y que se ha extendido en el mundo gracias a quienes estudian el idioma o consumen manga y anime, es el Tanabata o Festival de las Estrellas, el cual se celebra en gran parte de las prefecturas japonesas el 7 de julio, pero algunas lo hacen el 8 de agosto. Esta festividad celebra la conjunción de dos estrellas, Vega y Altair, explicada en la antigüedad con la leyenda de Orihime, la tejedora (Vega) y Hikoboshi, el pastor (Altair), quienes estaban separados por el río de la Vía Láctea y que sólo en la noche del 7 de julio podían reunirse. Tal era su felicidad que cumplían los deseos de los seres humanos que estos escribían en tanzaku, tarjetas colgadas en ramas de arbusto de bambú o sasa.

La selección de haikus de este mes es bien variada, espero la disfruten.

Kigo: 海の日 umi no hi; Día del Mar. Uno de los festivos nacionales en Japón. Originalmente se celebraba el 20 de julio, pero en 2003 se cambió al tercer lunes de este mes. Es un día para expresar gratitud por las bendiciones del mar y orar por la prosperidad de Japón, que es una nación marítima.

Período: 晩夏 banka; fin del verano

Categoría: 行事 gyouji; eventos

Haijin: Itou Touko (1871-1941)

海の日の正午を告げる船の笛

umi no hi no shougo wo tsugeru fune no fue

el silbato del barco anuncia el medio día en el Día del Mar

Kigo: ナイター naita-; juego nocturno de béisbol. El partido se juega de noche con las luces encendidas. Dado que jugar bajo el sol abrasador del verano es físicamente agotador, tanto para los jugadores como para los espectadores, el partido comienza al anochecer, cuando está relativamente fresco, y continúa hasta la medianoche.

Período: 晩夏 banka; fin del verano

Categoría: 生活 seikatsu; vida diaria

Haijin: Murata Kyuutei (¿?)

ナイターの片隅で打つ小ばくち

naita- no katasumi de utsu shou bakuchi

en un rincón del juego nocturno una pequeña apuesta

Kigo: トマト tomato; tomate. De la familia de las solanáceas. Es originario de Sudamérica. El fruto se agrieta con la lluvia, por lo que suele cultivarse principalmente en invernaderos. Se dice que se introdujo en Japón durante el período Edo (1603-1868), pero su consumo ha aumentado en los últimos años y se han desarrollado diversas variedades. Sus brillantes esferas rojas evocan el sol de verano. Desprenden un olor agrio cuando aún están verdes y, al madurar completamente, están llenos de jugo y dulzor. Se disfrutan mejor fríos y crudos. Son utilizados en jugos, puré de tomate y diversas preparaciones culinarias.

Período: 晩夏 banka; fin del verano

Categoría: 植物 shokubutsu; vegetación

Haijin: Katou Akinori (1946)

濡れてゐる朝日の中のトマト買ふ

nurete iru asahi no naka no tomato kau

comprando tomates en el húmedo sol matutino

Kigo: 鶯音を入る uguisu ne wo iru; finaliza el canto del ruiseñor. El canto del ruiseñor, que cantaba con fuerza, se detiene a finales del verano. El “入る iru” en este caso significa “納める osameru o finalizar”. Es importante tener en cuenta que la palabra “鶯 uguisu o ruiseñor” utilizada sola es un kigo de primavera.

Período: 晩夏 banka; fin del verano

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Sakuragi Toshiaki (1894-1990)

石庭寺深く鶯音を入るる

sekitei ji fukaku uguisu ne wo iruru

en lo profundo del jardín de piedras del templo termina el canto del ruiseñor

Espero que quienes estén en el hemisferio norte puedan disfrutar del brillo y luminosidad del sol veraniego sin tener que sufrir demasiado por el calor y la humedad sofocantes. Y quienes estamos en el hemisferio sur, nos inspiraremos con estos haikus y soñaremos con paseos por los jardines o en la playa.

¡Hasta el próximo artículo!

NIDOS Y POLLUELOS

NIDOS Y POLLUELOS

“La vida lo que mejor sabe hacer es empezar.”
Joaquín Araujo

 

Nidos de Otoño, nidos de Primavera los más, algunos, todo el año. Llega Junio y fácil ver todavía volantones y polluelos creciendo en los nidos.

kuchi akete oya matsutori ya aki no ame

 

Abriendo los picos

Los pajaritos esperan a su madre:

la lluvia del otoño

Kobayashi Issa

 

Primeras golondrinas

El gorrión se resiste

A dejar el nido

 Manuel Díez Orzas

 

Olor a lluvia

De un pichón a otro

Una fila de hormigas

 María Ángeles Millán (Hikari)

 

En lo alto de los árboles, en las oquedades de un muro, en arbustos, torres, en la tierra, también en la arena…

 

las campanas…

reclaman a sus padres

unos polluelos

 Rubén Marín (Benrû)

 

agua serena…

entre los brotes de juncos

una camada de patos

 Xaro Ortolá

Las aves construyen sus nidos allá donde pueden estar protegidas de los depredadores, así como del viento, la lluvia o el sol, y puedan encontrar fácilmente alimento.

 

en la oquedad

del castaño caído

¡pía un polluelo!

 Gregorio Muelas Bermúdez

 

Esos pequeños seres alados, emplumados apenas e indefensos, inspiran ternura y nos conectan con el niño que llevamos dentro y la necesidad de proteger la vida de los más vulnerables. Véase el protagonismo que tienen en la literatura infantil de todos los países.

 

A la perdiz

le siguen sus polluelos

buscando sombra

 Antonia Martínez García

 

mucho frío

El pollito se hizo caca

en mi mano

 Niño 7 años:  Yasniel Izquierdo Casanova

 

Entre las manos

la cría del jilguero

Ventarrón

 Mary Vidal

 

Sutsubame no shita ni hi o taku amayo kane

Haciendo un fuego

bajo un nido de vencejos

¡la lluvia nocturna!

 Shirao

 

Un nido roto o vacío tras la tormenta, la llegada de un depredador, o simplemente el final del ciclo reproductivo dejan un halo de tristeza en aquel que lo contempla.

 

Miércoles de ceniza

Los nidos rotos

de los vencejos.

 Mavi

 

Cae la lluvia

sobre los nidos vacíos.

Níspero en flor.

 Fernando Mora

 

Castaño viejo.

La anciana amontona

nidos vacíos.

Elías Dávila

 

Fin de Año.

Las hormigas vienen y van

 en el pichón muerto.

 Jorge Giallorenzi

 

Difícil eclosionar, salir adelante, sobrevivir y llegar a adultos reproductores para, de nuevo, comenzar el ciclo. Como bien dice el amigo haijin y poeta, Enrique Linares, en su libro Unas alas en mi balcón:

“Me he dado cuenta que volar no es solo mantenerse en el aire. Previamente debes aprender a mirar más allá del nido, aceptar el estado de tus alas y descubrir que lo imposible está más cerca de conseguirse de lo que creemos”.

cielo sin nubes,

uno de los pollos

abre y cierra las alas

 Enrique Linares

Junio 2025

CONSTRUIR

Cáncer y nidos
En la pared cagada.
Un día especial.

DECONSTRUIR

Todas las semanas debo ir al hospital (aunque, por suerte, no por estar enfermo) donde entro por una puerta situada en una pared con una cornisa donde anidan los vencejos (¿o son los aviones o tal vez las golondrinas?). Una pared sucia por los excrementos de estas aves…  es el segundo verso de este haiku. Incluyo foto.

Los amantes del haiku espero que no le harán ascos a este extraño verso. Ellos saben que el feísmo y lo escatológico son simpáticas caras del poliédrico haiku, la poesía que a nada hace ascos y nada halla repugnante porque todo, todo en la naturaleza, lo santifica y ennoblece con su mirada.

Dos  ejemplos:

Entre los rastrillos
Y el estiércol de caballo,
Humea cálido el aire
(Kakei)

Y este famoso de Bashō:

Piojos y pulgas.
Un caballo que orina
Junto a mi almohada. 

El enfermo de cáncer marca como día especial aquel en que debe pasar por esta puerta, debajo de esta pared, para recibir su ración semanal o quincenal de quimioterapia. Si alza la vista y ve los nidos de la cornisa, seguro que duda de que tengan algo en común el nido –la seguridad, el calor– de una golondrina y el tumor cancerígeno –la incertidumbre, la salud amenazada– que corroe su cuerpo. ¿Lo tienen?

¡¡Sí!!  Sí en la mirada del haijin para quien cada día es especial. Cáncer y nido comparten una pared. Comparten una mirada.

Junio 2025

Si bien, de acuerdo con el calendario, aún estamos en otoño, acá en Santiago de Chile ya se siente el invierno. Por eso me alegra mucho escribir sobre el calor, aunque mis recuerdos del verano en Japón no son precisamente placenteros, sino más bien pegajosos y sofocantes. Pero dejemos eso de lado y comencemos con el tema de junio.

Este mes revisaremos los kigos correspondientes a 仲夏 chuuka o mitad del verano. Este período abarca junio en el calendario actual, y Satsuki, el quinto mes del calendario lunar. Coincide con la temporada de lluvias o tsuyu 梅雨, en la que la lluvia constante, junto a las altas temperaturas, vuelven los días sofocantes, pero también provocan que la vegetación tenga un verdor intenso.

En esta ocasión la selección incluye varias categorías que permitirán apreciar el período o subestación, en sus distintas facetas.

Kigo: 植田 ueta; campo de arroz. Campo de arroz poco después de la siembra. Los arrozales se llenan de agua para evitar que las plántulas se muevan, reflejando el cielo y el paisaje circundante.

Período: 仲夏 chuuka; mitad del verano

Categoría: 地理 chiri; geografía

Haijin: Matsunaga Ruka (¿?)

 

母訪へば山の映れる植田かな

haha toeba yama no utsureru ueta kana

al visitar a mamá, en el campo de arroz se reflejan las montañas

 

Kigo: 手花火 tehanabi; chispitas. Fuegos artificiales que podrás disfrutar sosteniendo en tu mano. Se adhiere una pequeña cantidad de pólvora a un trozo de papel retorcido o a un palo fino, luego se enciende y se disfruta por su brillo colorido. La imagen de familias encendiendo y disfrutando de fuegos artificiales portátiles en sus patios, con baldes con agua para apagarlos, es una vista típicamente veraniega.

Período: 仲夏 chuuka; mitad del verano

Categoría: 生活 seikatsu; vida diaria

Haijin: Ishida Hakyou (1913-1969)

 

手花火を命継ぐごと燃やすなり

tehanabi wo inochi tsugu goto moyasu nari

quemo las chispitas como si me dieran vida

 

Aunque en Chile la compra de fuegos artificiales está prohibida en la actualidad, recuerdo que en mi infancia era muy común su uso, y a unos parecidos a los 手花火 tehanabi les llamaban ‘chispitas’ o ‘estrellitas’. Otros nombres por los que son conocidos en Latinoamérica: en Costa Rica y México ‘luces de bengala’; en Perú ‘chispitas mariposa’; en Argentina ‘estrellitas’. Dado que en mi memoria son ‘chispitas’, así las he traducido aquí.

 

Kigo: 雨休み ame yasumi; descanso lluvioso. Día libre del trabajo en el campo cuando llueve. Un día libre extra para los agricultores.

Período: 仲夏 chuuka; mitad del verano

Categoría: 生活 seikatsu; vida diaria

Haijin: Motohashi Yuuji (¿?)

 

ひさびさに本をひらくも雨休み

hisabisa ni hon wo hiraku mo ame yasumi

después de mucho tiempo incluso abro un libro, descanso lluvioso

Kigo: 螢 hotaru; luciérnaga. En las noches de verano, los insectos vuelan en enjambres cerca del agua, emitiendo una luz fría y parpadeante. En Japón se han identificado más de 40 especies de luciérnagas; las grandes se conocen como 源氏蛍 Genji botaru y las pequeñas como 平家蛍 Heike botaru.

Se documenta su uso como kigo en el Hanabanagusa del año 1636.

Período: 仲夏 chuuka; mitad del verano

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Terada Torahiko (1878-1935)

 

波に飛ぶ螢を見たり五大堂

nami no tobu hotaru wo mitari godaidou

viendo a las luciérnagas volar en las olas, Templo Godai

 

El Templo Godai o 五大堂 se encuentra en Matsushima, en la prefectura de Miyagi al norte de Japón. Esta bahía es famosa en el mundo de la poesía desde tiempos inmemoriales. Es el lugar que dejó a Matsuo Bashou sin poder componer ni un haiku, asombrado por su belleza. El Godaidou, símbolo de Matsushima, fue construido por Sakanoue no Tamuramaro en su expedición al este durante la era Daido (807-809). Más tarde, Jikaku Daishi Ennin consagró allí las estatuas de los Cinco Grandes Reyes de la Sabiduría, y por eso el salón pasó a llamarse Godaidou o Salón de los Cinco Grandes. El edificio actual fue reconstruido por Date Masamune en 1604 y es el ejemplo más antiguo que se conserva de la arquitectura Momoyama en la región de Tohoku.

Espero estén disfrutando tanto como yo de este camino hacia lo profundo de “El mundo del kigo”, acompañados, como no podía ser de otra forma, por hermosos haiku.

 ¡Hasta el próximo artículo!

5. Santōka: Peregrinaje por un mundo en transformación

En el tránsito del siglo XIX al XX, el haiku experimentó un proceso de transformación de la mano de representantes que buscaron modernizarlo. De ellos el más reconocido es Masaoka Shiki. Pero no fue el único. Uno de ellos, Ogiwara Seisenshui, contó entre sus discípulos a Taneda Santōka (1882-1940), quien más tarde se haría monje zen a sus 42 años de edad. Por esa vía, la modernización del haiku entraría al ámbito budista. Esto incluye, entre otras cosas, una exploración más explícita de la propia subjetividad y una ruptura con el molde tradicional 5-7-5, aunque continúan siendo importantes elementos como la concisión, los cortes, el vocabulario estacional (kigo), entre otros.

Santōka había pasado una vida bastante dura. Le marcó el suicidio de su madre cuando él apenas tenía 11 años. Su alcoholismo le valió varios problemas y un aparente intento de suicidio, luego del cual fue respaldado por un templo zen, vía por la cual se ordenó monje. Después de ello, pasó buena parte de su vida peregrinando por Japón, mendigando comida y abrigo, incluso queriendo seguir los pasos del gran Bashō. No fue nada fácil: más de una vez no conseguía abrigo y debía dormir a la intemperie, otras veces la polícia lo examinaba con sospecha (la mendicación monástica era legal en Japón, pero Santōka tenía problemas por no estar residiendo formalmente en un templo).

La obra de Santōka nos muestra una vida llena de dificultades y congojas, incluso de lucha con su alcoholismo. Dedica numerosas piezas al recuerdo de su madre, a quien no deja de extrañar. Sin embargo, a la vez, en medio de esa vida tan sufrida y solitaria, Santōka parece encontrar alivio en su intimidad con las cosas. En uno de sus poemas, escribe:

 

かえりは一人の月がある一本道

Kaeri wa hitori no tsuki ga aru ippon michi

Al volver, un camino con una luna para un hombre

(Traducción propia)

No hay aquí egocentrismo ni solipsismo, sino una potente expresión de una idea budista muy marcada en el zen: la no interferencia entre principio universal y fenómenos particulares. Así como la luna llena se refleja en cada gota de un estanque, la ley cósmica no obstruye ninguna cosa individual: al contrario, se expresa enteramente en cada de una de ellas y, de ese modo, les deja ser lo que son, enteramente. Santōka hace de su soledad una vívida expresión de este principio, de un modo que nos inspira una profunda sensación de íntima conexión con todas las cosas.

 

林のなかおちついて雪と私

Hayashi no naka ochitsuite yuki to watashi

Bosque adentro nos sosegamos la nieve y yo

(Traducción propia)

 

こほろぎになかれてばかり

Kōrogi ni nakarete bakari Nada más que los grillos cantándome

(Traducción propia)

¿Qué es toda esta soledad expresada por Santōka, qué más sino expresión de la íntima y omniabarcante conexión de todas las cosas, de la cual él se siente partícipe? Estando solo, no está solo.

Nota: Se puede encontrar un buen compendio de obras de Santōka en Tres monjes budistas [110 haikus]: Ozaki Hōsai, Taneda Santōka, Yamaguchi Seishi. Traducción y notas de Vicente Haya Segovia. Medellín: Universidad de Antioquia, 2018.

Mayo 2021

CONSTRUIR

En Gata está
La puerta vieja y muda.
Juegan los niños.

DECONSTRUIR

La provincia de Cáceres, bastante  cerca de donde vivo, está llena de lugares con encanto. Uno de ellos es la comarca de la Sierra de Gata, en el límite con la  provincia de Salamanca. El paisaje, el clima, la gente y hasta el habla –ahí está el dialecto mañegu o “fala”, reducto del viejo asturleonés– recuerdan a Asturias. Gata es uno de sus pueblos más representativos. Lo visité hace unos días. Subí hasta la ermita de San Blas en medio de chubascos y de los colores púrpuras y amarillos de brezos y escobones en flor. Pero antes, en una de las empinadas calles del pueblo, me detuve ante una puerta. Me cautivó su sencillez: un canto silencioso a la humildad.  Ya no era “una puerta”, sino “la puerta”. La que yo conocía y había visto en sueños.  La de siempre. Siempre cerrada y callada. Pero ahora quise darle voz.

    Desde la plaza llegaban voces infantiles. Me di prisa: saqué la foto y seguí calle arriba hasta San Blas. En la cabeza llevaba una pequeña cascada de sílabas que ahora quiero verter sobre la paciencia bondadosa de los lectores de El Rincón.

Mayo 2025

Hoy descubrí que el maravilloso The Country Diary of an Edwardian Lady de Edith Holden está adaptado a una serie de televisión. Tal vez por su condición de archipiélago, la cual comparte con Japón, Gran Bretaña tiene una gran tradición literaria que despliega la naturaleza en sus páginas. Aunque los japoneses fueron un paso más allá en su apreciación del mundo que nos acoge y desafía, creando una relación lingüística y temática entre la naturaleza y su poesía y prosa. Pero dejemos de lado estas reflexiones literarias y vamos con el tema de este mes, que corresponde al inicio de una nueva estación.

Según el calendario lunar, que es el que rige la utilización del kigo, la estación estival abarca desde 立夏 rikka o inicio del verano (alrededor del 06 de mayo) hasta el día anterior a 立秋 risshuu o inicio del otoño, es decir, el 07 de agosto. Es la estación más calurosa y con mayor cantidad de luz solar. Se divide, para efectos del kigo y su uso subsecuente en la composición de haiku, en cuatro grupos: 三夏 sanka o tres veranos, corresponden a palabras que representan la estación en su totalidad y se pueden utilizar durante toda su duración. Describen el fresco calor de inicio de verano, la humedad de la temporada de lluvias o 梅雨 tsuyu a mitad de la estación y el calor abrasador al final del período. Luego tenemos 初夏 shoka o inicio del verano; de acuerdo con el calendario solar sería mayo, y con el lunar, Udzuki. El cielo es claro y despejado, y el calor todavía no tan intenso, por lo que la gente aprovecha los largos feriados, por ejemplo, la Golden Week, que va del 29 de abril al 05 de mayo, para vacacionar en las montañas o el mar. La siguiente división es仲夏 chuuka, mitad del verano; junio en el calendario actual y Satsuki, el quinto mes del calendario lunar. Coincide con la temporada de lluvias, en la que el verdor de la vegetación parece brillar de lo intenso, y la humedad y calor sofocan. Por último, 晩夏 banka, fines del verano; corresponde a julio o el sexto mes del calendario lunar, Minadzuki. A pesar de estar finalizando la temporada el calor sigue muy alto, sin embargo, la pronta venida del otoño se puede notar en el viento que sopla temprano en la mañana y al atardecer.

Para esta ocasión seleccioné haikus que corresponden a 三夏 sanka y 初夏 shoka.

Kigo: 万緑 banryo; miríada de hojas verdes. Se refiere al abundante verde de la vegetación que cubre las montañas y los campos en verano. El 万 significa diez mil, pero en este caso se utiliza para indicar algo incontable, y 緑 significa vegetación y, por extensión, toda la gama de colores del verde al azul. 万緑 banryo se comenzó a utilizar como kigo precisamente con este haiku.

Período: 三夏 sanka; tres veranos

Categoría: 植物 shokubutsu; vegetación

Haijin: Nakamura Kusatao (1901 – 1983)

万緑の中や吾子の歯生え初むる

banryoku no naka ya ako no ha haesomuru

dentro del verde follaje, los dientes de mi pequeño comienzan a salir

Kigo: レース reesu; encaje. Una tela hecha tejiendo hilos para crear un patrón de encaje. Además de utilizarse para decorar la ropa de mujer, también se emplea como material para pañuelos, manteles, cortinas, etc. Es muy ventilado y tiene un aspecto fresco.

Período: 三夏 sanka; tres veranos

Categoría: 生活 seikatsu; vida diaria

Haijin: Tsuji Momoko (1945)

レース傘レースの影をこぼしけり

reesu kasa reesu no kage wo koboshi keri

el parasol de encaje derramaba un encaje de sombras

Kigo: 薄暑 hakusho; calor suave. Se refiere al calor de principios de verano que te hace sudar un poco. Es un kigo sensorial para el comienzo del verano. Su uso se estableció durante la era Taisho (1912-1926).

Período: 初夏 shoka; inicio del verano

Categoría: 時候 jiko; estacional

Haijin: Fune Madohi (¿? – ¿?)

ほっそりと銀座の猫や夕薄暑

hossori to ginza no neko ya yuu hakusho

los delicados gatos de Ginza, suave calor al atardecer

Kigo: 幟 nobori; banderín. Un objeto largo y delgado similar a una bandera que se coloca el 5 de mayo durante el Tango no sekku o Festival de los Niños, para orar por el crecimiento saludable de los niños. Están decoradas con escudos familiares e imágenes de guerreros. Algunas miden hasta diez metros de altura.

Período: 初夏 shoka; inicio del verano

Categoría: 行事 gyouji; eventos

Haijin: Matsuo Bashou (1644 – 1694)

笈も太刀も 五月にかざれ 紙幟

oi mo tachi mo satsuki ni kazare kaminobori

el baúl y también la espada; banderines de papel adornan el quinto mes

Cierro la selección de haikus de este mes con uno de los más famosos de Bashou; de hecho, figura en el Oku no hosomichi. En un momento de este famoso viaje, el maestro llega a las ruinas de la residencia de Satou, sitio histórico ya en ese tiempo. Los hermanos Tsugunobu y Tadanobu habían muerto luchando a favor de Minamoto no Yoshitsune, tal como se relata en el Heike Monogatari. Al entrar en un templo de la zona se encuentra con que la espada de Yoshitsune y el baúl de Benkei, su fiel vasallo, se conservan como tesoros. Conmovido Bashou compone este haiku.

Espero hayan disfrutado de la selección de este mes y que estos haikus les acompañen en su día a día, aunque gracias al desface entre el calendario lunar que rige el mundo del haiku y el solar que gobierna nuestras vidas, tal vez no calce necesariamente con la estación que estamos viviendo.

¡Hasta el próximo artículo!

GORRIONES

«Los  gorriones son los niños del aire, la chiquillería de los arrabales, plazas y plazuelas del espacio. Son el pueblo pobre, la masa trabajadora que ha de resolver a diario de un modo heroico el problema de la existencia. Su lucha por existir en la luz, por llenar de píos y revuelos el silencio torvo del mundo, es una lucha alegre, decidida, irrenunciable…»

 Miguel Hernández

Mayo es el mes de los volanderos. Aprendices del vuelo, novatos de numerosas especies, entre otras, los paséridos, comúnmente denominados gorriones. Esas pequeñas aves de color parduzco y pico fuerte, que avanzan a saltitos, la mirada al acecho, picoteando unas miguitas que alguien ha dejado caer al suelo.

El gorrión

arrebata una miga

y echa a volar

 Fernando Rodríguez Izquierdo

En montes, campos, ciudades o pueblos, los gorriones nos siguen, allí donde el ser humano se halla, y encuentra refugio y alimento gracias a nuestras actividades, en una forma de interacción biológica  llamada comensalismo. Cuando los humanos abandonan un pueblo, los gorriones desaparecen.

verdea el pasto…

los gorriones picotean

olivas negras

 Xaro Ortolá (Destellos)

 

tras el recreo

almuerzan los gorriones

junto al columpio

 Félix Arce (Momiji)

Existen unas 49 especies diferentes de gorriones divididas en 11 géneros, presentes en todo el mundo a excepción de la Antártida. Son aves principalmente granívoras pero también hábiles insectívoras. Inteligentes, curiosos, poseen una gran memoria e increíble capacidad de reconocimiento.

Brisa en la hierba,

Dos gorriones beben

gotas de rocío.

 Pilar Carmona (Piluca)

 

Tarde estival…

al charquito del caño

van los gorriones

María Ángeles Millán (Hikari)

 

Son aves sociales que suelen vivir en grupo. Tras la época de cría se desplazan en pequeños bandos para protegerse y localizar el alimento con mayor facilidad.

Viento en los carrizos:

un bando de gorriones

viene a posarse

Gorka Arellano

 

Su presencia en la vida cotidiana ha inspirado a innumerables escritores y artistas. Véase, El libro de los gorriones de Gustavo Adolfo Béquer, o aquellos de Juan Ramón Jiménez en Platero y yo, a los que llamaba

¡Benditos pájaros sin fiesta fija!. Messiaen en la música, Nakayama Sugakudo en la pintura tradicional japonesa…

Cha no hana ni kakurenbo suru suzume kana

 

¡Bajo la flor de té

juegan al escondite

los gorriones…!

 Kobayashi Issa

 

En Japón, los gorriones se asocian a felicidad, amor y buena fortuna, pero también resaltan la confianza y la astucia. En el antiguo Egipto, eran considerados sagrados y simbolizaban el alma de los difuntos. En la mitología griega se asociaban a Afrodita, la diosa del amor. La Biblia los menciona como símbolo de protección y cuidado divino. En las culturas indígenas americanas, los gorriones están asociados a la amistad, la esperanza, la protección y el coraje en la adversidad.  En general, en todas las culturas representan la resiliencia y la capacidad de adaptarse a diferentes entornos.

Arroyo seco

en la lata oxidada

bebe un gorrión

 Ana Añón

 

Gorrión en la calle…

Son cuatro

las ramitas que recoge 

Niño: Elier Bazán Infante (9 años)

 

Anochecer

Gorriones a saltitos

entre las tumbas 

Rodolfo Langer

 

Un grupo de gorriones bañándose en un charco o piando alegremente en la rama de un árbol, aportan siempre una sensación de alegría y vivacidad. El canto del gorrión es una melodía compuesta por una serie de trinos cortos y rápidos, gorjeos fácilmente reconocibles que alegran pueblos y ciudades.

Lluvia temprana

En el alero del templo

canta un gorrión 

Al Agus

 

Será por ello que también a muchos conmueven en su lucha diaria por la supervivencia. Hablar de gorriones en el  haiku es hablar de haikus de compasión.

Ôzei no ko ni tsukarutaru suzume kona

 

Un exhausto gorrión

En medio

De un montón de niños

 Kobayashi Issa

 

Niebla en el río-

los gorriones, en fila,

acurrucados

 Aomame

 

yudachi ya kusaba wo tu kamu mura-suzume

 

el gorrión en un pueblo

escondido entre hojas caídas

(chaparrón de verano)

 Yosa Buson

 

Suzume no ko sokonoke sokonoke o-uma ga toru

 

Gorrioncillo

Apúrate, apúrate

Pasa el caballo

 Kobayashi Issa

 

El suelo helado…

los gorriones deshacen

excrementos de perro

 Mary Vidal

 

Se calcula que hay entre 1300 y 1600  millones de gorriones comunes en el mundo, y desapareciendo. Solo en Europa se han perdido 247 millones desde 1980. En grandes urbes como Londres o Berlín ya casi ni se les ve por las calles. En España ha descendido (sobre todo en entornos urbanos) casi un 20% desde que Seo/Birdlife comenzó a registrar datos en 1998. Necesario renaturalizar los espacios para poder así seguir disfrutando de su presencia, o como dice Karmelo C. Iribarren en su poema El gorrión:

 

…verlos por ahí

a su aire, en el aire, con ese aire

de pájaros normales, con su traje

de colores apagados, gastado por los años…

 

Y disfrutar como niños…

…con los niños del aire.

 

 

Ware to kite ya oyano nai suzume

 

Vente a jugar conmigo

gorrión sin padres

 Kobayashi Issa

II. No tan breve como parece

Córdoba, Argentina
Otoño
Mayo, 2025

 

  1. No tan breve como parece

El haiku:

 

天のはたてを舟ゆくすすき九重 原
Michiko Ishimure, haiku de la serie Ten

hasta dónde (la mirada) llega el cielo, el límite del cielo, el fin del cielo + navegar, un bote va + pasto chino, pasto plateado, eulalias, Miscanthus sinensis + nueve pliegues de origami para hacer una grulla + desierto, pampa, llano.

Tres imágenes dispuestas en triangulo. Un lado, ama no hatate, ameno ha tate – límite del cielo, fin del cielo, hasta el fin del cielo, hasta donde el cielo se puede ver. La interrupción, fune yuku, que significa un barco navega, surca, muestra aquel limite. El otro lado, susuki es pampa plateada china, miscanthus sinesis, una herbácea perenne que forma densas matas en las pampas, que se despunta con la expresión expresión sustantiva acompañada con el furigana en su versión original. Primero, kuzyu, algo plegado muchas veces sobre sí mismo; segundo, a los nueve pliegues de origami con los que se forma una grulla; y, tercero, al Palacio de la Corte Imperial de la antigua capital de Nara. Por último, baru que es campo, plano, pradera, tundra, pero también un sufijo para denotar pluralidad. Una traducción conciliatoria, diría que este haiku describe un paisaje, un horizonte contorneado por el fin de la pampa. A nivel formal, contiene un kigo de otoño, susuki; y que no contiene una palabra de corte pero que el haiku se quiebra después de yuku, dividiendo las dos imágenes del poema. En base a estos saberes es posible interpretar que el haiku presenta un horizonte desde el cual se despliega un campo de espigas movido por la brisa de otoño. Este kigo de otoño tardío, por su sentido simbólico, tiñe al haiku de cierto sentimiento de desolación. Esta estética aprecia la belleza del espacio solitario, donde las matas se superponen y revelan su crecimiento desorganizado en el desierto que el haiku representa.

Una traducción amistosa -una amistad que aloja la contradicción de las imágenes- nos exige poner en ejercicio un imaginación nutrida por los fragmentos. El haiku abre con la panorámica visual que expone el límite del cielo, allí algo navega, pero de inmediato el objeto de la navegación se ausenta: eso que navega se puntualiza como el Matiz del haiku, marca un horizonte que inmediatamente se vuelve borde del sentido. Así, en la superficie material de la escritura se presenta un paisaje de olas terrestres: las densas matas de pasto plateado que se pliegan como origami desde el límite del cielo crean la amplitud del desierto que aparece con baru. Los pliegues se vuelven olas de susuki sobre las que algo navega, hacen que el desierto devenga mar. En el poema de Ishimure lo sensible se revela no solo en la visibilidad de una pampa que deviene mar, sino también en cierta cinestesia: en el movimiento de las espigas percibimos el movimiento de las olas.

Bibliografía

Ishimure, Michiko. (2015) 泣きなが原 Nakinagara [La llanura de los lamentos]. Tokio, 籐原書店.