Junio 2021

Haibun 21

La casa del poeta

En la farmacia me dicen que la casa del poeta se encuentra “al fondo de la calle, junto a una jacaranda”. Camino un par de cuadras, durante el trayecto me cruzo con dos golondrinas que pasan casi rozando los adoquines. Las viviendas son de un solo piso, con plantas y flores en las ventanas. Al llegar al sitio indicado me parece estar frente a una casa conocida: ventanas polvosas*, cortinas cerradas, una jacaranda sin desramar y sus flores que, al caer, se pierden entre la hierba. Siento como si hubiera regresado a mi propia morada. La construcción es diferente, lo mismo que el clima; pero ese aire familiar que percibo es el mismo que despide la cabaña de Kyorai, el huésped de la luna.

Zapatos sin lustre –
Antes del viaje
pulí el poema

*Polvoso, a: polvoriento, a; Sergio Pitol y otros escritores mexicanos lo usan

Jor
(Jorge Moreno Bulbarela)
Xalapa, Veracruz (México)

Junio 2021

Acá y allá
escuchan la cascada
jóvenes hierbas.

– Yosa Buson
(trad. Antonio Cabezas)

«Del punto 5 – Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra:
– Establecer y salvaguardar reservas viables para la naturaleza y la biosfera, incluyendo tierras silvestres y áreas marinas, de modo que tiendan a proteger los sistemas de soporte a la vida de la Tierra, para mantener la biodiversidad y preservar nuestra herencia natural.
– Manejar el uso de recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales y la vida marina, de manera que no se excedan las posibilidades de regeneración y se proteja la salud de los ecosistemas.»
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.»
(de la Carta de la Tierra)

Jaspe Uriel Martínez González “Ajenjo”

 

 

 

 

 

 

 

Unas palabras del autor

Mi nombre es Jaspe Uriel Martínez González, oriundo del estado de Hidalgo, en México, y nací en el verano de 1990. Estoy terminando una maestría en Física en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde también cursé la licenciatura de la misma carrera. Es en ese mismo lugar donde conocí el Haiku, por ahí del 2012, de la mano de una maestra de japonés, quien nos lo presentó y nos sugirió escribir uno como ejercicio pedagógico. Desde entonces quedé prendado al género, del que aprendí más gracias a la enorme biblioteca con la que contamos en la Universidad. Recuerdo que uno de mis primeros haikus fue:

Escarabajo
Rápido, date vuelta
se asoma un gato.

En él puede verse que, como en la mayoría de los occidentales, Issa fue mi primera gran influencia. Fui cultivando poco a poco el género, pero hasta que conocí el foro ERDH es que pude transitar verdaderamente por el Haiku-dô.

Nací en un pequeño pueblo, económicamente limitado pero abundante en naturaleza, sonidos y colores; por esto último me siento afortunado porque inspiración nunca me falta, por lo que a mí me toca tener paciencia y humildad para dar digna voz al mundo que nos rodea.

 

Yendo a la escuela

Zarandean los árboles

cargados de agua

-.-

Ascuas de pino

Retrocedió el coyote

por la hojarasca

-.-

Atardecer

Al eco de un cuco

responde otro

-.-

Hoja de nogal

La carpa vuelve al fondo

del remanso

-.-

Luz del poniente

El rastro de un caracol

entre el ajenjo

-.-

Destella el pasto

El vaho de unos niños

que arrean ocas

-.-

Se desprende la hoja

del nogal que reverdece

Tarde helada

-.-

Nubes rosadas

Se van todas las palomas

del campanario

-.-

Viento de marzo

La estela de los patos

entre ahuehuetes

-.-

Brisa de invierno

El brillo en el plumaje

del gallo viejo

-.-

Nubes de tormenta

Una garza comiendo

entre ipomeas

-.-

Luna de la tarde

Las garzas cruzando el valle

reverdecido

-.-

Canto de tórtolas

Desyerban romeritos*

al mediodía

*Suaeda torreyana

-.-

Cuarto creciente

La brisa en las gallinas

que están durmiendo

-.-

Calle empedrada

El vendedor de pájaros

entre la niebla

-.-