





LA CHOZA DEL HAIJIN
俳人の山小屋
Dos leyendas del tiempo : SANTÔKA- CAMARÓN
Me resulta curioso comprobar las afinidades que hay entre las fuentes – a veces muy dispares-que alimentan mi espíritu en este deambular por la existencia que me ha tocado en suerte. Y no es que busque esas coincidencias, no al menos conscientemente, sino que simplemente surgen como una atracción visceral que puede nacer de una palabra o de un sonido y que es capaz de erizarme la piel. Desconozco cuál es el proceso que me lleva a relacionar a José Monge Cruz, más conocido como Camarón de la Isla, con Taneda Shōichi 種田 正, más conocido como Santôka. Pero el caso es que mi cuerpo así lo siente.
Os pido disculpas por la extensión del artículo.

JOSÉ MONGE CRUZ- CAMARÓN DE LA ISLA
SHIMANO EBI 島の蛯
José Monge Cruz, (3 de diciembre 1952- 2 de julio 1992) nació en San Fernando, Cádiz, en una familia de etnia gitana. Su padre, Luis, era fragüero y su madre, Juana, canastera. Tuvo siete hermanos.
Quedó huérfano de padre siendo niño y pronto dejó la escuela para trabajar en la herrería familiar. En casa lo necesitaban. También sacaba dinerillo cantando en bautizos, fiestas, o en los trenes y autocares que hacían ruta desde San Fernando a Jerez. Su voz peculiar y sus dotes para el cante, no pasaron desapercibidos. El “duende” le acompañó durante toda su existencia.
De espíritu inquieto, pero a la vez respetuoso con la tradición, indagó junto a los jóvenes valores de su época, en otros caminos en los que poder expresar su particular universo creativo, lo que le llevó a recibir críticas severas de los más ortodoxos que llegaron a considerarle un traidor. Pero él se defendía sin dejarse achantar por esas voces que intentaban acotar su necesidad de expresión más auténtica dentro del cante jondo. En una entrevista dijo:
“El flamenco está hecho, pero sobre lo hecho se puede seguir creando sin engañar, sin mistificar. ¿Por qué tenemos que hacer todos la soleá exactamente igual, como si fuéramos un disco? Si yo puedo añadirle algo propio, enriquecerla, sin desvirtuar lo que es el cante por soleá, ¿por qué no voy a hacerlo?».
No pudieron, afortunadamente, cortarle las alas, y queriendo o no, fue él junto a otros compañeros, como Enrique Morente, los que inauguraron un nuevo movimiento “LOS JÓVENES FLAMENCOS” que revolucionó e impulso el mundo del flamenco, sumido entonces en una grave crisis. Pero todo esto, no impidió que continuara con la tradición más ortodoxa, asistiendo humildemente, al festival del Cante de las Minas de la Unión donde quedaba demostrado sin lugar a dudas, la conexión casi mística que Camarón sentía a través de su arte. Así lo demuestran tanto su forma de interpretar introvertida, éxtasis puro, como la temática elegida para sus canciones: el canto a la vida, pero también a la muerte, la futilidad de la existencia, su condición de gitano, la libertad.
Alcanzó la fama en vida, pero nunca se dejó seducir por ella. Siguió siendo un hombre humilde y libre.
Por desgracia, como tantos jóvenes de esa década nefasta de los 80 en España, no pudo escapar de las garras de la droga, la heroína y la cocaína. Esto, junto con algún encontronazo con la ley (estuvo preso por dos días) y con un fatal accidente de tráfico en el que murieron dos personas, crearon una leyenda negra en torno a su persona. Pero lo que acabó finalmente con su vida, fue su adicción al tabaco. Se dice que fumaba unos 60 cigarrillos al día. El 2 de julio de 1992, a la edad de 40 años, un carcinoma de pulmón silenció para siempre aquella voz extraordinaria, dejando una viuda, Dolores Montoya “La Chispa” y cuatro hijos a los que adoraba.
Cantó como nadie este tango flamenco compuesto por Pepe de Lucía:
Limpia va el agua del rio
como la estrella de la mañana,
limpio va el cariño mío
al manantial de tu fuente clara.
Ay, como el agua.
Como el agua clara
que abaja del monte,
así quiero verte
de día y de noche.
TANEDA SHŌICHI 種田 正 一 TANEDA SANTÔKA 种田山头火 FUEGO DE LA CIMA DE LA MONTAÑA
Taneda Shôichi, (3 de diciembre de 1882 – 11 de octubre de 1940) nació en una aldea de Honshû, la principal isla de Japón, en el seno de una familia adinerada y poseedora de tierras. A los once años, el terrible suceso del suicidio de su madre – que se arrojó a un pozo – y la imagen luctuosa de su cuerpo al ser sacado del mismo, “de su tumba de agua”, marcó para siempre la vida de este haijin y su forma de relacionarse con el mundo y con la mujer. Huérfano de madre, fue criado desde entonces por su abuela. Cursó estudios universitarios en Tokio y allí comenzó su adicción severa a la bebida. Las finanzas familiares sufrieron duros reveses y el padre de Santôka se vio obligado a vender sus tierras. No se le ocurrió otra cosa que montar como negocio familiar una tienda de sake, y dado el problema con el alcohol que tenía su hijo, se puede decir que no fue una buena decisión. En dos años el negocio se fue a pique.
En 1913, Santōka fue aceptado como discípulo por el reformista del haiku Ogiwara Seisensui (1884-1976) al que se le considera precursor del movimiento haiku de forma libre, o de estilo libre, componiendo haikus que no se ajustaban a la métrica tradicional y que prescindían como requisito principal de la palabra estacional o kigo.
Tras la ruina familiar, la muerte de su hermano por suicidio, la de su abuela y la de su padre, su detención y encarcelamiento como sospechoso de ser comunista, además de su fracaso matrimonial, Santôka abandona a su mujer y a su hijo. En 1924, a la edad de 42 años, borracho como una cuba, salta delante de un tren con la esperanza de acabar con su miserable vida, cosa que no consigue ya que el tren se detuvo a tiempo. Fue rescatado en este estado de despojo humano por un monje Zen que le acogió en su templo.
Santôka se convierte entonces en monje mendicante. No poseía nada salvo su túnica, su kasa (sombrero-paraguas), su cuenco de mendigar que hacía las veces de escudilla para el arroz, y sus gafas de culo de botella. Vivía de las limosnas, sufriendo los avatares de las inclemencias del tiempo y una soledad extrema que le lleva a confundir su ser con los seres que le rodean, convirtiéndose en “uno” con el aire, el agua, las piedras. Y así lo reflejó con maestría en sus haikus. En vida fue despreciado por sus congéneres y tras su muerte alcanzó enorme fama, al ser quizá el último monje haijin mendicante de Japón.
水に影ある旅人である
Mizu ni kage aru
tabibito dearu
En el agua hay un reflejo
Es alguien que va de viaje
なみのおとしぐれてくらし
Nami no oto shigurete kurashi
Calado con el rumor de las olas
Oscuridad
山のけはしさ流れくる水のれいろう
Yama no kewashisa nagarekuru mizu no reirô
La luminosidad del agua
va fluyendo por el camino abrupto
de la montaña
一羽来て啼かない鳥である
Ichiwa kite
nakanai tori dearu
Viene un ave…
Es un pájaro que no canta…
岩ばしる水がたたへて青さ禊する
Iwabashiru mizu ga tataete aosa misogi suru
Discurriendo por entre las rocas
el agua acaba en un azul remanso
en el que me purifico
月へくみあげる水のあかるさ
Tsuki e kumiageru mizu no akarusa
La recojo y la alzo hacia la luna
La luminosidad del agua
ふるさとの水をのみ水をあび
Furusato no mizu o nomi mizu o abi
Beber el agua,
lavarme con el agua
de mi aldea natal
山しずかなれば笠をぬぐ
Yama shizukanareba kasa o nugu
Cuando la montaña se aquieta,
me quito mi sombrero de bambú
Y con la licencia que otorga la fantasía -¿por qué no soñar?- si Santôka y Camarón hubieran coincidido en el tiempo y en el espacio, seguro que Camarón se habría arrancado por algún palo flamenco con los haiku de Santôka. Yo también me quito el sombrero ante ellos y os invito a que busquéis las coincidencias que tienen ambos maestros en sus biografías.
Mercedes Pérez para ERDH 2018
Sabrán que los viernes suelo enviar a mis amigos un poema de mi gusto vía el correo electrónico. En una ocasión recibí una solicitud de una persona residente en el sur de Chile para que la incluyera en mi lista de correos.
Así hice y resultó que esta señora, de edad avanzada, que vivía en compañía de dos perras, tenía una vida muy activa y era muy conversadora, si es que se puede llamar conversación a un intercambio de mensajes.
Me fue contando de su vida, presente y pasada, de la ciudad donde vivía, de sus gentes y sus actividades, de la geografía de esa zona del mundo y de sus fenómenos naturales: las grandes lluvias, la nieve, el frío, las alturas montañosas, ríos y lagos, bosques, volcanes, terremotos… Y también de su admiración por estas islas de sol y cielo azul donde vivo.
El intercambio duró años (en el interín sucumbió una de sus perras) hasta que se suspendió por semanas. Dada su edad llegué a pensar lo inevitable. Mas me llegó un mensaje donde me pedía que cuando le escribiera lo hiciera con una tipografía grande pues solo así podría leer. Lo hice, pero de nuevo dejé de recibir sus correos. Que ya no he recibido más.
Cae la lluvia.
El rumor se propaga
de techo en techo.

Unas palabras del autor
Israel López Balan (Ciudad de México, 1976) es arquitecto y profesor de geometría. Su práctica profesional independiente o en colaboración tiene como ejes principales la docencia y la participación en concursos de arquitectura nacionales e internacionales en los que ha recibido diversos reconocimientos. Sus intereses proyectuales y de investigación se guían bajo tres líneas generales: la muerte y su traducción en vacío arquitectónico; la escala XL como consecuencia del desbordamiento de las ciudades; y la síntesis del objeto arquitectónico en las sociedades complejas actuales.
***************
pasajeros van
pasajeros vienen
tarde de primavera
*
amanecer –
caen flores de jacarandá
a media calle
*
la mosca quieta
es parte de la ofrenda –
noche de muertos
*
crujir de hojarasca –
en las ramas de un jacarandá
solo estrellas
*
todavía caen gotas
de los árboles –
noche de luciérnagas
*
el barrendero –
en una grieta del sismo
asoman hierbajos
*
bastón de un ciego –
el árbol de naranjas
al atardecer
*
brisa del norte –
el abuelo regresa
con nochebuenas
*
un perro ladra
a los gatos en celo –
la luna llena
*
un suave sismo –
los jacarandas comienzan
a ponerse verdes
*
casa demolida –
qué fuerte el cri-cri
de los grillos
*
cielo nublado –
el color de los jacarandas
en el suelo
*
olor a mercado –
el color de los tomates
unos sobre otros
*
brisa de verano –
otra tortuga llega
al estanque

Tarde calurosa,
bajo un árbol muy alto
un pavo real.
Nombre del niño/a: Catalina Navarro
Edad: 10 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
*
La perra
ha meado en la nieve –
tiro una bola
Nombre del niño/a: Ander Arellano Gil
Edad: 9 años
Colegio: CP Griseras
Ciudad: Tudela, Navarra
País: España
*
Noche oscura
De pronto las luciérnagas
por todas partes
Nombre del niño/a: Constanza Rebella
Edad: 10 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
*
Olor a barro,
se mueve la cortina
con el viento
Nombre del niño/a: Constanza Grigas
Edad: 10 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
*
La piedra / está rota…, / una niña la coge
El manzano / está muerto…, / tiene blanco
鬼すだく戸隠のふもとそばの花
oni sudaku togakushi no fumoto soba no hana
ronda el demonio,
a los pies del monte Togakushi
flores de alforfón
Yosa Buson
Al final de la lluvia, allí donde se disuelve el sendero entre la hierba y los helechos, justo en el corazón del bosque, en su esplendor, allí está el fantasma.

Buscar un lugar para plantar la tienda ha sido laborioso. A veces sol, a veces lluvia, a veces cumbres, a veces valles. Seco y llano son dos palabras que uso poco estos días. El Kumano Kodô es tan hermoso como exigente. Las piernas y el espíritu experimentan arrebatos y flaquezas al irse convirtiendo poco a poco en camino. Sol, lluvia, cumbres, valles…
El camino de peregrinación por la Península de Kii no tiene un fin concreto. Ni material ni espiritual. No hay un lugar al que arribar tras días de marcha entre las montañas, o a través de ellas sería mejor decir tal vez. No hay tampoco una salvación, una indulgencia. El perdón.
Caminar. Nada más. Un bastón de bambú, un sombrero de junco, una mochila. Los pies.
Yôkai Emaki. No sabía entonces que el famoso rollo con dibujos de yôkais era obra de Buson. Los yôkai son espíritus, demonios, fantasmas… no sabría cómo explicarlo, muy muy populares en el folclore (y más allá) japonés. Van desde lo grotesco o lo naif hasta lo más terrorífico que uno pueda imaginar. Desde una sandalia fantasma que se lamenta por las noches porque no tiene nariz a espíritus deformes que vuelven desde los infiernos para torturar a los vivos.
Kodama. El espíritu de los árboles. Aquí, rodeado de todo este verdor que tiñe hasta el cielo, no puedo evitar pensar en kodama. El eco de algo bueno que surge de la tierra y palpita y crece y da fruto. No sabría comprender, no me importa. Pero algo en mí, también incomprensible, responde a ese eco y se aquieta, y se recoge, y vuelve a la tierra.

En el Kumano Kodô la noche cae abruptamente sobre el bosque. Noto el suelo de la tienda duro y frío. La tierra. Abro la mochila y saco toda la ropa, la extiendo como mejor puedo a modo de colchoneta improvisada. Afuera la lluvia ha cesado pero sigue lloviendo. Ráfagas de viento arrancan lluvia vieja de las hojas y rebota sobre la tienda.
Pienso en los yôkai. Pienso en esta tarde. En los cangrejos y las flores blancas, en las mariposas y los helechos, en la salamandra que cruzó el sendero, y en la libélula que pareció mirarme. Pienso en los cedros erguidos como lluvia que sube al cielo, y en los tejos centenarios que sostienen la tierra.
Cuando la noche parecía más profunda, justo entonces, sonó un canto claro y decidido como un relámpago.
–Hototogisu –dijo M. inmediatamente.
Buson también escribió algún haiku sobre yôkais. Los oni, los demonios de las montañas y los bosques. Momiji, la poderosa bruja que vivía en la montaña Togakushi, que se transformaba en animales salvajes o en bella dama y acechaba a los viajeros. Cuando las hojas enrojecen en los albores del otoño. Un valiente samurai, una espada mágica regalo de Hachiman, dios de la guerra… En fin… Pobrecita Momiji…
Esta tarde también pensé en los yôkai. En la profundidad del bosque, al final de la lluvia. Pregunto a M. sobre el significado de los kanji inscritos en la tablilla que señala un desvío del sendero. Me dice algo de un antiguo cementerio. Ese gesto tan suyo de “wakarimasendeshita”, no entiendo muy bien, no me preguntes más…
Un silencio como escurrido directamente de las hojas de los árboles.
Hay un momento de madera en el que deseo quedarme junto al sendero. Otro contiguo en el que deseo que M. me acompañe.
Árboles y maleza parecen pugnar por devorar el rastro entre la hierba alta y los helechos. Cruzo el cauce seco de un río mojado por la lluvia. Santôka. Re(en)cuerdo, como en un trueno o su silencio. Camino y las plantas me empapan la ropa de lluvia que cayó. Una pasarela cubierta de musgo y verdín, de aspecto muy poco fiable, salva un arroyo. Dudo.
Saltar un arroyo crecido por la lluvia. Al otro lado el bosque más bosque, árboles cubiertos de líquenes y musgo. Ennegrecidos por la humedad. Parecen silencio mojado.
Días atrás, a lo largo del camino he visto hakas budistas señalando antiguas sepulturas, a veces perdidas en mitad del bosque. Aquí no hay. Busco. Rebusco. Nada. Nadie.
Alguien me mira. Lo sé.
Una lluvia finísima reemprende su repiqueteo sobre mi sombrero. Me lo quito. Escucho. Miro.
Al volver al sendero M. me pregunta si he visto algo. No sé qué cara pongo. Tal vez “wakarimasendeshita” .

時鳥棺をつかむ雲間より
hototogisu hitsugi o tsukamu kumoma yori
de entre las nubes,
para llevarse un ataúd
el hototogisu
Yosa Buson
Quizá es por su garganta tan roja, o por su canto melancólico, pero el hototogisu es para el Japón antiguo, y de siempre, el de los yôkai y el Kumano Kôdo, un heraldo de la tragedia. El presagio de una muerte, un alma más para llevar a Enma, el Rey del Infierno.
-Hototogisu- repite M.
Hototogisu… Es la primera vez en mi vida que escucho su canto. Parece luz.
Sin saber por qué imito su canto. Luego M. Luego el hototogisu canta de nuevo. Reímos.
Allí donde se disuelven todos los senderos la noche y la montaña, el silencioso corazón de la lluvia. Alguien camina sin más. Un eco del bosque, la tierra y el agua, su esplendor. Nada. Niños que juegan a imitar pájaros.

ANIMALITOS DE DIOS
Calendario oriental
A Félix Arce “momiji”
“Un corazón noble, sensible, con esa pureza que solo los niños tienen.”
Corral abierto
entremezclan las crines
unos potrillos
-Xaro La
*
CABALLO

“ Caballos salvajes”
Pintura de Yosa Buson (1716-1784)
Siempre en movimiento y apasionado por las aventuras lejanas. Muy cómodo en la sociedad, también es un orador experto y culto. Su entusiasmo, así como su insaciable deseo de libertad y emociones fuertes, pueden obstaculizarlo en la construcción de sus proyectos. Por otro lado, cuando el Caballo elige el camino correcto, su aventura es entonces esparcida con brillantes éxitos. Un poco demasiado en sí mismo (algunos incluso dirían que es bastante egoísta), su capacidad única de olfatear el peligro a una gran distancia siempre le da al Caballo gran valor como compañero. Discreto con las personas con las que trabaja diariamente y afable con sus compañeros. Divertido y optimista, sorprendiendo a su séquito por su agudeza intelectual, nadie permanece insensible a este noble animal, a la vez orgulloso e indomable.
No es de extrañar que el signo de Taneda Santôka fuera “Caballo”.
*
Caballo de Fuego
Pasa la tarde;
el caballo atado
ahora expuesto al sol
-Luezei
*
tarde de estío.
La tierra no empapa
las babas del mulo
– Elías
Caballo de Tierra
Campo de mies –
Come hierba el caballo
tras una cerca
– JL Vicent
*
Se va nublando…
los saltos de un potrillo
hacia su madre
-Hebamar
Caballo de Hierro
Murió el potrillo-
el corral silencioso,
El pasto alto
-Radoslav Ivelic
*
Neblina.
Detrás de la alambrada
un caballo flaco
-JL Vicent
*
Chirimiri…
Mientras pasta el caballo
le tiembla el costillar
-Gorka Arellano
Caballo de Aire
pudo erguirse el potrillo
y hasta las algas
del río están en flor
-Luis Carril
*
Ya es mediodía.
Con la cola el potrillo
espanta moscas.
-Una Ola
Caballo de Agua
pastan caballos-
la lluvia goteando
de la alambrada
-María Jesús Pérez
*
Se calma el potro
en el campo vecino,
llovizna con sol
-Sandra
Caballo de Madera
hacia las flores
de la borraja, el bayo
estira el cuello
-Mavi
*
Mancha de amapolas.
Un tábano en el lomo
del viejo penco
-Joselín
*
Los nietos juegan
con el caballito de madera.
Sol de mayo.
-Pespir
*
Salud compañer@s haijines
_()_



Unas palabras del autor
Bien… qué decir de uno mismo. Siempre he sido un apasionado de la lectura y la escritura. Sin distinción de géneros. Las circunstancias de la vida a veces nos permiten mayor o menor dedicación a nuestras pasiones, pero como tales nunca desaparecen, queda siempre aquel rescoldo que a la menor brisa prende de nuevo. Me acerqué al mundo del haiku por pura casualidad. Leyendo el diario un día cualquiera de 2012, me encontré con un pequeño artículo que versaba sobre el tema y me picó la curiosidad. A partir de ahí, la búsqueda de información a través de internet y de blogs que tocaran el tema y la aparición de El Rincón del Haiku. Empezó para mí una nueva y muy importante etapa de formación que se va alargando en el tiempo y me permite disfrutar de grandes compañeros de camino.
****************
Tot potes,
al costat de la mare
un poltre negre
Todo patas,
al lado de la madre
un potro negro
*
Camps de blat;
el cant d’un ocell
des de la boira
Campos de trigo;
el canto de un pájaro
desde la niebla
*
Aquest matí
no se sent la riera;
cauen les fulles
Esta mañana
no se oye la riera;
caen las hojas
*
Ja desglaça
el rostoll als camps.
la veu d’un picot
Ya deshiela
el rastrojo en los campos.
la voz de un pico
*
Pols de neu a la llunyania;
passa un bernat pescaire
Polvo de nieve a lo lejos;
pasa una garza real
*
Grogueja el blat;
sota els núvols grisos…
vuit voltors
Madura el trigo;
bajo las nubes grises…
ocho buitres
*
Les orenetes…
darrera un avet surt
la lluna plena
Las golondrinas…
tras de un abeto sale
la luna llena
*
Nit de pluja;
ja va envermellint
el bambú sagrat
Noche de lluvia;
ya va enrojeciendo
el bambú sagrado
*
Boira.
l’alè d’un cavall
a les mans glaçades
Niebla.
el aliento de un caballo
en las manos heladas
*
Boira baixa.
Grallen les cornelles
a la cinglera
Niebla de valle.
graznan las cornejas
en el riscal
*
Fems glaçat
a la roureda veïna
canta el pigot
Estiércol helado.
en el robledal vecino
canta el pito*
* https://es.wikipedia.org/wiki/Picus_viridis
*
El primer sol
sobre la rosada
silenci al bosc
El primer sol
sobre el rocío
silencio en el bosque
*
Matí ennuvolat
de sota els fems marxa
un piloter
Mañana nublada
de bajo el estiércol sale
un pelotero*
* https://es.wikipedia.org/wiki/Escarabajo_pelotero