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Entrega nº 52. 3 de julio

– A veces, las personas que solo conocen el Kabuki se sorprenden de algunas de las diferencias de la puesta en escena, cuando escuchan hablar del teatro occidental. Cuando conocen, por ejemplo, que en este último no hay ni recitados ni pasarelas que atraviesen el patio de butacas hasta el escenario, ni escenarios giratorios, les parece extraño. Pero ¿qué es extraño? ¿el hecho de que estos elementos existan o que no existan? Si pensamos en ello, todo se vuelve más claro, pero mientras no sepamos nada más que sobre el teatro japonés, no nos hacemos preguntas e imaginamos que las escenas recitadas, los escenarios giratorios o la pasarela son elementos obvios, consustanciales al arte teatral.

¿Cómo se han concebido estos elementos característicos del teatro japonés? En su mayor parte, provienen del teatro Nô. Para las personas con cierta formación, la relación entre estas dos formas teatrales es obvia, pero aquellos que solo conocen el Kabuki no prestan atención a los vínculos que tiene con el Nô. Intentemos enumerar sus similitudes, es decir, observemos qué dispositivos tomó el Kabuki del Nô.

Primero, en términos de las estructuras del local, no hace falta decir que la pasarela a través de la sala del teatro Kabuki proviene del Puente Nô. Pero la pasarela llega al frente del escenario, es decir, pasa a través de los espectadores, mientras el puente del Nô llega de forma lateral hasta el costado del escenario. Las entradas al escenario del Kabuki son similares a la «puerta cortada” del Nô (que también se llama «acceso para los escondidos»), pero están en mayor número. La cortina corrediza del Kabuki tiene un encanto diferente de la cortina ascendente del Nô, pero uno puede pensar que una proviene de la otra. La ubicación reservada para el recitador de Kabuki, como la asignada a los cantantes de Nô, se encuentra en el lado derecho del escenario.

En segundo lugar, en lo que respecta a los instrumentos musicales, hay una pequeña orquesta tanto en Nô como en el Kabuki. Existen diferencias obvias entre los instrumentos de uno y otro, pero la flauta, la pandereta y los tambores utilizados en el Nô, también están en el Kabuki. Simplemente, mientras que en el Nô la pandereta juega el papel principal, en el Kabuki es el shamisen. En el Kabuki, los grupos que cantan la tokiwazu o “canción principal” se alinean en el escenario de la misma manera que los músicos y cantantes de Nô.

En tercer lugar, con respecto a los textos, en el Nô los pasajes cantados son más numerosos que los pasajes hablados, y se dividen en dos categorías: las partes narrativas y las que no lo son. En Kabuki, lo hablado tiene el papel principal, pero los pasajes cantados no son infrecuentes. Así, los pasajes cantados los hace también el narrador, pero, desde el punto de vista de las características textuales, como en el Nô, las partes narrativas se distinguen bien de las que no lo son. En las partes no narrativas, el propio actor en el Kabuki modula sus frases, mientras que en el Nô las canta. Más concretamente, a veces canta partes narrativas, mientras que esto nunca sucede en Kabuki, que siempre es el narrador quien está a cargo de estos pasajes.

Además, en el Nô, siempre se insertan bromas entre las diferentes piezas. ¿No deberíamos pensar que las interrupciones y prolongaciones del Kabuki provienen en esa parte de las bromas del Nô? En el Nô, generalmente se representan cinco piezas al día, también, cuando vemos que obras como las de Chikamatsu son a menudo en cinco actos, ¿no podemos imaginar que fue inspirado por la organización de Nô?

Finalmente, con respecto a las piezas en sí, las del Nô son siempre serias y lo cómico está completamente ausente. Simplemente es relegado a algunas farsas que pudieran intercalarse entre las piezas. En Kabuki, la mayoría de las piezas son serias y las comedias como tales son extremadamente raras, pero sin embargo, incluso en las piezas más serias se insertan aquí y allá pequeños sketches con bromas y chistes.

Además, igual que al comienzo de una sesión de Nô, damos paso al “Viejo”, al levantar el telón de una representación de Kabuki realizamos el baile de Sanbasô. También se han modificado algunas de las piezas de Nô para poder ser interpretadas en el Kabuki; sin mencionar que muchos términos técnicos de Kabuki provienen de Nô: todos estos elementos sugieren que probablemente sería más preciso, en lugar de hablar de similitudes entre estas dos artes, reconocer que hemos transpuesto el Nô al Kabuki, y por ello es sabido que tienen mucho parecido. Igualmente, hay muchas otras similitudes en pequeños detalles.

Por otro lado, es cierto que no hay nada que sugiera que la llamada “escena conmovedora” del Kabuki provenga del Nô, y esta, debe ser considerada un invento puro de Kabuki.

Finalmente, con respecto a los rápidos cambios de vestuario específicos para Kabuki, aunque no se excluye que puedan provenir en parte de piezas como la de Dojo-ji, probablemente sea más justo pensar que son también una invención propia.

 

 

Notas del traductor y las fuentes

– En la entrega 33 se habló ampliamente del teatro Nô.

– Cuando se dice «recitado», se hace referencia a lo que en Japón llaman “chobo”, y designa partes narrativas cantadas por una especie de narrador.

– En cuanto al hanamichi (literalmente camino de flores), es un dispositivo escénico que consiste en una pasarela elevada que cruza el patio de butacas, desde el escenario principal a la platea, por en medio de los espectadores, hasta el escenario. Es lateral en el teatro Nô (Puente Nô); o bien central, en el teatro Kabuki.

– La escena del Nô transcurre la parte lateral de la sala, a la derecha de los espectadores. Se prolonga a la izquierda por un puente bastante angosto (llamado hashigakari), cerrado detrás del escenario por una cortina, que permite a los actores llegar a la escena.

– Hay dos términos específicos en japonés (shimote y kamite) que designan, en el vocabulario teatral, al lado derecho del escenario, visto desde el pasillo, y al lado izquierdo respectivamente. Esta distribución de izquierda-derecha es importante ya que el escenario del Kabuki es muy ancho, y con poca profundidad.

– Los términos kirido y okubyoguchi, que designan la pequeña puerta corredera en la parte inferior derecha del escenario, a través de la cual entran y salen los cantantes, se han traducido de forma literal como “puerta cortada”, también llamada “acceso para los escondidos”.

– En el escenario del Nô, en el lado derecho, hay un coro de algunos cantantes (jiutai).

– Los músicos de Nô se dividen en tres grupos: fue-kata (flautista), kotsuzumi-kata (intérprete del tambor pequeño), ôtsuzumi-kata (intérprete del tambor grande) y taiko-kata (intérprete del tambor de piso). La orquesta (hayashikata) tiene lugar en la parte posterior del escenario.

– En la sucesión de piezas que componen un día de Kabuki se realiza un breve trabajo, en un acto, literalmente designado como «interludio» (nakamaku). Las «extensiones», o «piezas traídas de vuelta» (tsukemono), también se oponen a las piezas principales del espectáculo.

– Cuando Shiki habla de Chikamatsu, se refiere a Chikamatsu Monzaemon, seudónimo de Sugimori Nobumori (1653-1725), un dramaturgo japonés del jôruri, un arte teatral de marionetas, antecesor del Kabuki, y es conocido como el «Shakespeare japonés”.

– Los sketches que se insertan en el Kabuki, se llaman Dóke o Chari, y son eso, breves escenas o números con fines puramente cómicos.

– Hay una obra de teatro llamada El Viejo (Okina), realizada principalmente en la víspera de Año Nuevo, que presenta la llegada sucesiva de tres «Viejos» si bien estos realmente son y representan:

Senzai: Joven noble, aguerrido y apuesto que representa a la élite de la sociedad. Coordina y facilita la acción. No lleva máscara.

Okina: Anciano sabio en quien se encarnará la divinidad propiciatoria. Aunque sale a cara descubierta, se diviniza con la máscara de Okina.

Sanbasô: Anciano que también sale a cara descubierta y que también acabará poniéndose una máscara, en este caso de color negro. Representa al pueblo llano, alegre y feliz por las gracias recibidas.

  • Dôjô-ji es el nombre de una pieza de Nô, tomada nuevamente del Kabuki. Proviene de una leyenda que representa los celos de Kiyohime hacia el monje Anchin. Este último termina refugiándose bajo la enorme campana del monasterio de Dôjô-ji para tratar de escapar de su perseguidor.

Entrega nº 51. 2 de julio

Querido señor,

Muchas gracias por enviarme dieciocho fotos de árboles enanos. Aunque totalmente lego en el asunto, sé que este arte requiere múltiples cuidados diarios. En lo que respecta a los primeros arreglos, veo que tenemos tres macetas en tres niveles y tenemos que seguir el orden conocido como «Cielo-Tierra-Hombre»: Sé que es un arte difícil. Aunque esta disposición en tres niveles tiene su encanto para una mirada profana como la mía, sin embargo, siento una cierta falta de variedad al estar todo compuesto con el mismo patrón, y al ir pasando las diferentes fotografías, terminamos sintiendo una impresión de déjà vu. Creo que al final de cuentas, hay una cierta desvirtuación de aquellos cuyo gusto está muy anclado. En términos de composición general, hoy por hoy, solo debe contar la calidad, y podríamos fotografiar sí, una sola maceta, pero también dos, o más de vez en cuando: cuatro, cinco o seis, por ejemplo. En cuanto al orden y los niveles de alturas, ahora, no es necesario seguir una regla específica como es el caso en sus fotos: también podemos alinear todo, o compensar ligeramente dos árboles, o asociar uno muy alto con un muy bajo.

Con respecto al tamaño de los árboles, creo que, en general, se les hace crecer dentro de un cierto estándar. Sería bueno asociarlos inesperadamente: un árbol de gran tamaño, agregaría su encanto, por ejemplo. Para los recipientes, las macetas, no debemos limitarnos solo a piezas diseñadas de forma hermosa. Si alguna vez se usase una olla de barro, un mortero o un balde viejo, el refinamiento podría ser mayor. Sin embargo, creo que una olla con dibujos nunca sería adecuada. Para los pedestales en los que se deben colocar las macetas, no debemos restringirnos a materiales nobles como el palo de rosa o el ébano: una base gruesa de criptómera será igual de buena, a menos que usted no use cosas sencillas, pero una raíz o una piedra natural, funcionarán muy bien en muchos casos.

En cuanto al cómo presentarlos, no es necesario poner siempre una pantalla en la parte posterior, de modo que solo se vea el arbolito. Los árboles se pueden fotografiar en urnas decorativas, en una mesa, al lado de un tazón, en un estante concreto, o en combinación con diferentes utensilios: son posibles varios arreglos. Pero, por supuesto, cualquiera que sea la colocación de los objetos, en la disposición en sí no debe faltar la armonía. ¿Es este árbol adecuado para esta maceta? ¿Esto queda bien con esto otro? ¿Es adecuado este pedestal? ¿Es válida esta ubicación? Tenemos que asegurarnos de obtener el diseño apropiado cada vez y, si exploramos todas las variaciones posibles, no hay límite para el disfrute.

También en el arreglo floral, uno está esclavizado por reglas fijas como las de la escuela Enshu, pero estas no se corresponden a la profunda intención del propio Kobori Enshu. Al contrario, el juego es alejarse de las reglas y disfrutar de infinitas variaciones.

Por lo tanto, en lo que respecta a la misma especie de bonsáis, no debemos limitarnos a los pinos y arces habituales: cada árbol al que accediéramos tendría su propia seducción y así, sus fotos, ofrecerían otros encantos añadidos al de meros árboles cubiertos de hojas. Pero todo esto… ¿no sería incluso excesivamente limitado? No debemos ceñirnos a los árboles, las hierbas también tienen su interés, sin mencionar todo lo que dan se sí las flores.

Aproveché esta carta de agradecimiento para compartir rápidamente mis humildes comentarios. Estoy confundido y reclamo toda su indulgencia. Por favor acepte mis respetuosos saludos.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Lo que llamaba a veces árboles enanos, son los famosos bonsáis (bon = ‘bandeja’ + sái = ‘cultivar’) cuyo arte se desarrolló en Japón bajo la influencia del budismo zen, en la época de Kamakura, en el siglo XIII.

– La criptómera (Cryptomeria japónica) es endémica de Japón y ya se habló de ella en la entrega 9.

– Y cuando habla de arreglo floral, se refiere al ikebana (flor viviente), originario del Siglo VI en China y Corea y se desarrolló en Japón ampliamente siglo XV bajo el Ashikaga.

Kobori Enshu fue un famoso maestro de té y arquitecto (1579-1647). Brilló en numerosos campos, incluido los arreglos florales y diseño de jardines. Fue el promotor de la famosa Escuela Enshu de ikebana que refiere Shiki.

Entrega nº 50. 1 de julio

Cuando uno sufre de los pulmones, tiene miedo de sentirse oprimido, razón por la cual uno realmente siente una agradable sensación y alegría al mirar las vastas extensiones del mar. Por otro lado, resultaría absolutamente imposible vivir mucho tiempo en un lugar oscuro, en el corazón de las montañas, rodeado de acantilados. De hecho, el tórax se sentiría aplastado por estas montañas y la respiración se volvería difícil. De esta manera, sería extremadamente doloroso para mí emprender un largo viaje a través de los océanos, en un barco de vapor, encerrado en una pequeña cabina de tercera clase. Y para la vivienda en sí, una casa demasiado estrecha sería molesta para mí; un techo demasiado alto sería particularmente doloroso para mí. En Buson, descubrí el siguiente poema:

Yane hikuki Yado ureshisa yo Fuyu gomori

con techo bajo…

¡la felicidad de la posada!

retiro de invierno

Entonces podemos imaginar que Buson, a diferencia de mí, tenía pulmones en perfectas condiciones. Cuando la enfermedad progresa paso a paso, como ha sido el caso últimamente, siento una sensación de asfixia violenta cuando veo a alguien frente a mí y un poco más alto, de modo que cuando los visitantes vienen, evito que estén parados frente a mí y les ruego que se sienten a un lado. Asimismo, pido que pongan lámparas o árboles enanos a poco menos de 2 m. Sin duda habrá personas a quienes esta actitud les parecerá demasiado extrema, pero si lo piensan bien, lo entenderán. Tener una penosa panorámica, es experimentar lo desagradable de tener justo delante de uno, cualquier cosa, a la altura de los ojos, o incluso más alto que uno mismo. Así, para una persona que está acostada todo el tiempo, como es el caso de un enfermo, cualquier cosa que exceda los 20 o 30 cm, ya queda a la altura de los ojos.

Imaginemos ahora que un brasero de 30 cm de altura se coloca a 1 m de un paciente: eso tendrá el mismo efecto que si se colocara a 1 m de una persona normalmente sentada, un brasero de 1 m o 1,20 m de altura. En este caso, la persona sentada, sin suda, se sentiría molesta. Más aún, cuando la persona en cuestión es un paciente que no puede mover su cuerpo o sus extremidades, y que, si hubiese cualquier peligro, no puede protegerse con las manos o los pies, o huir de él moviéndose, quedando pues condenado simplemente a experimentar el peligro. Es por eso que es fácil entender que si, para colmo, tiene problemas para respirar, se siente terriblemente oprimida y sufre dolores tanto físicos como psicológicos. Desde este punto de vista, es bueno elevar el lecho, pero también esto puede presentar sus problemas: no está permitido que personas como yo duerman en una cama normal, lo cual es muy fastidioso. ¿Qué por qué una cama ordinaria no es adecuada? Pues primero porque son demasiado angostas. Por otro lado, en ellas, la pelvis queda hundida y dificulta los escasos movimientos posibles. Cuando uno está enfermo, necesariamente sufre hasta con las pequeñas cosas más insignificantes.

 

Notas del traductor y fuentes

– Sobre el asunto de sus pulmones, se puede ver también, sobre este tema, las entregas 16 del 28 de mayo y 40 del 21 de junio.

– Cuando habla de viajar en un barco, en una cabina de tercera clase, se intuye el recuerdo muy doloroso del viaje de regreso de China en mayo de 1895, cuando la tuberculosis de Shiki dio un giro muy inquietante, y el intento de imaginar lo que podría suponer un viaje a Occidente.

Shiki ya habló en la entrega 1

– Cuando habla literalmente de árboles enanos, se refiere a los bonsáis, a los que se referirá ampliamente en la siguiente entrega.

– Aquí podemos observar un autorretrato, un di bujo de Fusetsu y una fotografía que ilustran como era la vida diaria de Shiki durante años, en su catre.

 

 

-Un año y tres meses antes, el 15 de marzo de 1901, en su diario Una gota de tinta, Shiki ya había escrito cosas como:

…”Placeres: Caminar, viajar, acudir al teatro Noh; asistir a un rakugo, a dramas, a espectáculos; visitar exposiciones o cualquier entretenimiento; contemplar los cerezos en flor…”

… “Libertades: Estar sentado y estar de pie, durmiendo, estirando las piernas; visitar a los amigos, asistir a reuniones, ir al baño; buscar libros, salir de la casa para descargar la ira cuando a uno lo pierde el temperamento; correr a toda prisa a los gritos de “¡Eh, hay un incendio!” o bien “¡Oídme, un terremoto!”. Todos los placeres y todas las libertades me han sido arrebatados…”

… “El otro día un cristiano vino a darme un sermón: <<Esta vida es corta. La siguiente es larga. Podrías alcanzar la felicidad a través de la fe en la Resurrección de Cristo>>. Sentí una profunda gratitud por su amabilidad. ¿Pero qué puedo hacer? Mi dolor en este mundo es tan severo que no me queda tiempo libre para planear felicidad en la próxima. Mi oración es: <<Primero dame un respiro o un día, Señor, para poder moverme libremente y comer todo lo que quiera durante veinticuatro horas>>. Quizás entonces tendría la paciencia para contemplar la posibilidad de la dicha eterna…”

Agosto 2019

 Getsemani*…

en su callejón angosto,

la sombra de los paraguas.

 

*Barrio popular de Cartagena de Indias (Colombia)

 

Ana Marcela Morante Nieves

15 años

Colegio Diocesano (Albacete)

-.-Atardece en el río

los tucanes

posados en las ramas

  

Nicolás Soler

11 años

Colegio Villa Devoto School (Buenos Aires)

-.-

Mañana tranquila,

a lo lejos

gira lento el molino.

Micaela González Merlini

11 años

Colegio Villa Devoto School (Buenos Aires)

-.-

Atardecer silencioso,

duerme ovillado

un cachorro negro.

 

Constanza Grigas

11 años

Colegio Villa Devoto School (Buenos Aires)

-.-

 

haiku 6

うぐひすの鹿相がましき初音哉

uguisu no sosou gamashiki hatsune kana

 

El tosco trinar

de un ruiseñor-

¡Primer sonido de Año Nuevo!

 

Comentario y notas culturales:

初音 [hatsune] es una palabra que significa para los japoneses “el primer trino o gorjeo de un pájaro escuchado en el Año Nuevo. Como sabemos, esta cultura dispone de numerosos vocablos referidos a elementos naturales concretos.

A Buson le sorprende que el primer sonido del ruiseñor, nada más comenzar el año nuevo, sea tosco, estéril, inacabado, impreciso, inmaduro, ingenuo. Es un comienzo a partir de una extraña sensación de fatalidad, de mala suerte.

Durante los primeros meses de vida, los ruiseñores japoneses emiten sonidos con poca precisión: su trinar es duro, errático, inconsistente, frente a la admiración que genera esta ave en su vida adulta, con un canto muy reconocible. En el periodo Edo era frecuente disponer de algún polluelo en las casas, dentro de una jaula como animal de compañía, quizá Buson nos hable de un ejemplar concreto dispuesto en su hogar, inexperto y alejado del resto de ruiseñores; sin embargo, parece más probable que lo escuchara en plena naturaleza, cuyo aware surge de la sorpresa o conmoción de escuchar el sonido errático de aquella ave: una experiencia inusual e inquietante.

 

Otras veces aquel primer sonido del ruiseñor es inesperado, como también nos muestra Buson:

鶯の 枝ふみはづすはつねかな

Uguisu no eda fumihadzusu hatsune kana

El ruiseñor

cae de la rama-

primer sonido del año.

 

También Buson puede inmortalizar este suceso, enlazándolo con la tradición:

鶯はやよ宗任が初音かな

Uguisu haya yo munetou ga hatsune kana

 

El ruiseñor-

aún desde la época de Munetô

el primer sonido del año.

 

(Munetô -1032 a 1108- fue un samurái del clan Abe durante el periodo Heian).

 

del diecinueve al veintitrés

diecinueve

Hemos ido recogiendo los trozos de crin que dejan los caballos en la alambrada cuando se rascan. Si uno acerca uno de esos pelos, bien estirado, a la oreja y lo pulsa con los dedos, suena como una guitarra. Helem sabe cruzar rápido por debajo de los alambres, pero yo siempre me raspo la espalda o una pierna o se me rompe el short. Hoy me enseñó el platanal. Fuimos llenando, con rocío de las hojas, la envoltura carnosa de una flor de plátano. Luego jugamos a que eran copas de cristal rojo y hasta brindamos. Cuando cruzamos la alambrada, siempre siento que estamos pasando a otro mundo.

De regreso a casa

llevamos caguayos

en las orejas.

 

veinte

Nos bañamos en el aguacero. Lo más rico fue meter la cabeza bajo el chorro de la canaleta que da al aljibe. Allí no nos metimos porque el agua es oscura y no se puede ver el fondo. A cada rato saltan las biajacas, unos peces que alguien echó ahí y han formado familia. El aljibe lo hicieron de la caldera de un central. Nadie sabe quién trajo esa mole de hierro porque cuando los abuelos se mudaron, ya estaba en el patio. No paró de llover hasta bien tarde. Abuela nos hizo chorote. Es una bebida caliente y muy rica, mezcla del maíz tostado —llamado pinol— con la leche. Por todas partes hay un fanguero enorme. Abuelo ha ensuciado el piso con las botas y mi madre, una vez más, ha limpiado todo. Dice ella que él siempre hace eso como una gracia.

Dejamos escapar

a la jicotea.

No nos castigaron.

 

veintiuno

Cuenta la abuela que antes de venir al caserón de la curva éramos ricos. “Los dueños del pueblo”. Pero que abuelo regaló todo al gobierno y nos trajo a esta pocilga. “A mí me gusta la casa”, le digo para que me abrace como la abuela extraterrestre abraza a su nieto en mi libro. Solo sacude la cabeza mientras masca tabaco, luego escupe en el piso una cosa prieta que me revuelve el estómago. Entonces ríe. Me dice que fumar es malo pero que mascar tabaco es muy rico. “Pruébalo”. Yo salgo corriendo.

Desde la casa abandonada

salen babosas.

El canto del choncholí.

 

veintidós

Dice mi abuela que pronto nos vendrá una desgracia porque las tojosas están cantando encima del pozo. Helem me enseñó a rezar. Si rezamos con fuerza, no vendrá la desgracia de las tojosas. Han traído hielo. Había olvidado cómo era tomar agua fría. En realidad, prefiero el agua fresca del pozo. Hace que me sienta muy feliz. De pronto, siento dolor de cabeza. Dice abuelo que eso es porque ya soy guajiro.

Tarde en el pueblo.

Todos los viejos bailan

al compás del órgano.

 

veintitrés

Nadie nos ha hecho caso hoy y hemos podido hacer todas las excursiones que queríamos: al maizal, al cañaveral a comer caña, dos veces al río, y a montar columpio en casa de la monga. Su nombre es Yuliana, pero le dicen la monga porque no habla y ríe por todo. Le digo que tiene unos ojos achinados muy bonitos. Yuliana ríe mientras se columpia. Helem está celosa. Cuando vengo a darme cuenta, ya se ha ido. La mamá de Yuliana trajo durofrío de leche. Pero yo no quise porque quería buscar a Helem. Me estaba esperando a la entrada del rancho. “Tú eres más bonita que ella”, le dije. Me regaló una ciruela madura.

En el portal

poner a competir

a las babosas.

OPORTO…PORTO

Hay ciudades que le llegan a uno al corazón sin saber por qué. Eso me pasa con Oporto…Porto en portugués. Quizá no es una gran ciudad como otras europeas, algunos, incluso, podrían llegar a decir que no es una ciudad bonita…pero para mí es todo lo contrario.

Es verdad que parece que no está cuidada, que sus fachadas no están cubiertas de una pintura nueva y reluciente. Es, quizá, la prueba de una decadencia, la prueba de que fue una de las ciudades más importantes de Europa, cerca del mar y atravesada por el Douro, por el Duero.

Oporto es aún más bonito envuelto en la lluvia. Toma un color especial, melancólico…y pasear por alguna de sus calles empedradas se convierte en un ejercicio pausado de contemplación. La lluvia cae sobre todos. La lluvia va a seguir dando un color aún más decadente a los edificios.

Es por eso que cada vez que leo el haiku del final, recuerdo a la ciudad. Porque un haiku es como una foto, es un recuerdo de algo que vivimos y queremos dejarlo plasmado en diecisiete sílabas, nada más y nada menos. Quise hacer una foto y la hice…pero sin el gato.

calle empedrada –

un gato me cruza

bajo la lluvia

 

 

Haiga 8

En la pintura oriental, el Vacío está presente de una forma notoriamente clara, expresado por medio del espacio no pintado. Éste es un elemento constitutivo de la obra, no es la mera falta de pintura. Este Vacío se complementa equilibradamente con lo pintado, relacionando de esta manera lo visible con lo invisible.

Tal vez sea ese espacio no pintado una de las características más visibles en una obra sumie. Más allá de las temáticas representadas, a simple vista se percibe la blancura de los fondos y la ausencia de multiplicidad de imágenes. La simpleza y la sencillez de unos pocos trazos realizados con el negro-gris le dan esa impronta tan sabi wabi.

Si se observan las obras orientales de sumie, podrán notarse que hay un desplazamiento fuera del centro del papel de los motivos pintados. Este lugar central, total o parcialmente se le otorga al vacío ya que es la fuente desde donde surge la creación de la obra, el lugar por donde fluye el KI, la energía.

Los elementos pintados, por su parte se ubicarán en posiciones más laterales, incluso de manera incompleta y asimétrica. De esa manera el ojo observador irá recorriendo toda la obra fluyendo dinámicamente con la energía entre los elementos plasmados en el papel. El vacío es además el continente de la obra.

De la misma manera ocurre con el haiku, el Vacío se expresa en el silencio, está presente en lo no dicho, pero esa presencia silenciosa es una presencia dinámica. El haiku surge del silencio y las palabras de un haiku dicen mucho menos que el silencio que las rodea.

A diferencia de otro tipo de poemas en el que el lector es “espectador – receptor” de la construcción del poeta, en el haiku hay una invitación al lector a participar. El haiku con su silencio evoca, moviliza, sugiere, coloca al lector en presencia de lo invisible y éste, por su parte, siente y complementa haciendo visible lo invisible.

No debemos caer en la tentación de pensar que el haiku es una especie de adivinanza que el autor le juega al lector, ni que lo no dicho sea algo expresamente omitido para generar una especie de ola de misterio transformando el haiku en un indescifrable.

Lo no dicho es inherente al momento haiku, no es algo que el haijin deliberadamente omite para hacerlo más interesante o misterioso. El haijin es el que debe ser capaz de percibir en el aquí y ahora, en el instante haiku, ese misterio que encierra el suceso en sí mismo y que tan solo se muestra ante él para darlo a conocer tal como lo ha percibido.

 

 

 

 

Uda Kiyoko: El haiku moderno.

Fotografía: W. J. Higginson ©

En esta ocasión volvemos al país de origen del haiku para conocer a una mujer muy peculiar, con una particular visión de éste.

Nacida en la prefectura de Yamaguchi el 15 de octubre de 1935, Uda Kiyoko conoció el haiku en la escuela secundaria, más o menos a los 19 años, bajo la dirección de Tōyama Bakurō.

Pronto se convirtió en miembro de Shirin, pero cuando leyó a Katsura Nobuko se sintió inmediatamente atraída por su haiku, y la revista de Nobuko, “Sōen” se volvió la lectura preferida de Kiyoko, además de formar parte de ella desde 1970. De 1976 a 1985 fue la editora del “Gendai Haiku Journal” con Tsubouchi Nenten y ese año pasa a ser la editora de “Soên”.

Es una de las fundadoras del Grupo de Estudio de Osaka sobre la Historia del Haiku y presidenta de la Asociación de Haiku Moderno (Gendai Haiku Kyôkai) además de presidenta de NHK Haiku World y jueza del Comité de Selección de la columna del periódico Yomiuri Haiku.

Su primer libro vio la luz en 1980 y se tituló “Rira no ki” (Árbol de lilas) ganando el premio anual de la Asociación de Haiku Moderno en 1982.

safuran ya eiga wa kinō hito wo ayame

 azafrán en flor,

en la película de ayer

alguien fue asesinado

 

Autores como Maeda Masaharu, Kaneko Tōta, Takayanagi Shigenobu, Nakagami Kenji, Tsubouchi Toshinori, y otros han sido siempre del interés de Kiyoko. Su estilo se ha caracterizado siempre por la originalidad y es la principal figura del denominado Gendai Haiku, haiku moderno. Sus poemas sobre la naturaleza son únicos y contemporáneos, centrados en cuestiones ambientales y ecológicas como la agricultura, el consumo de alimentos y el impacto del hombre en los animales.

Gendai haiku, o haiku moderno, es un tipo de haiku escrito desde la década de 1920 en Japón. Al igual que otros usos de la palabra moderno que se aplican al arte y a las formas literarias, gendai también implica una forma particular de ver el mundo. El gendai haiku conecta las formas tradicionales del haiku con las actitudes contemporáneas influenciadas por asuntos sociales, políticos y económicos. El haiku de Uda Kiyoko tiene una forma muy tradicional, pero incluye mensajes sobre temas como el sufrimiento de los insectos o la muerte de las criaturas en sus hábitats naturales. Escribe sobre la naturaleza de manera práctica y realista en lugar de hacerlo de manera puramente filosófica, estética o romántica.

 

kabutomushi chikyū o sokonawazu ni aruku

 el escarabajo camina

sin lastimar

la tierra

 

En 1983 publica “Natsu no hi” (Días de verano) y al año siguiente “Katayama Tôshi shû” (Haikus recopilados de Katayama Tôshi).

También ha publicado ensayos como “Hitoba no tegami kara” (Recuerdos de guerra de una pila de cartas) en 1995, “Watashi no saiji nôto” (Mis notas sobre eventos agrícolas estacionales) 2002 y “Satoyama saijiki” (Ensayo de Saijiki en Satoyama], 2004

Siempre ha combinado la defensa de la Naturaleza y el medio ambiente con el haiku.

 

hanshin wa yume hanshin wa yuki no naka

parte de mí

está en un sueño, parte de mí

está en la nieve….

 

teppen ya kanarazu otoko ga tachidomaru

 chatarra-

sin falta los hombres

se detienen a revisar

 

En sus haikus expresa también la íntima relación entre hombre y naturaleza, y no duda en enfatizar sus emociones y sentimientos sin excluir el contexto que la rodea.

 

tamashii mo chibusa mo aki wa ude no naka

 el alma, los pechos

y todo lo demás se sostiene en los brazos

cuando llega el otoño

 

Su libro Hantō («Península») es publicado en 1988.

En 1999 ella y Kuroda Momoko recogieron más de doce mil haikus escritos por ochenta y una mujeres en “Joryū haiku shūsei” (La colección de haiku femenino)

 

utsukushiku kasō no owaru gozen kana

 hermosamente

la cremación termina

¿es por la mañana?

 

Su sexta colección de haikus, publicada en el año 2000, “Zō” (El elefante) incluye su lamento por la muerte del novelista Nakagami Kenji, fallecido en 1992, al que Kiyoko admiraba por su enérgica lucha contra los marginados sociales, y también incluye las reacciones al terremoto de Kobe de 1995, siendo esta obra ganadora del Premio Dakotsu en 2001.

Es además firme defensora del haiku escrito por mujeres y así lo demuestra, no sólo con su obra, sino en multitud de actos y charlas a las que acude y donde no duda en alabar el trabajo realizado por las mujeres del todo el mundo.

 

shirakumo no shita ni ukki no kani to iru

 bajo las nubes blancas

me hace compañía

un cangrejo melancólico

 

Como ella misma afirma, ha vivido durante más de cincuenta años la transformación del Japón de la posguerra hasta hoy y ha comprobado como el papel de la mujer en la sociedad japonesa y particularmente en el haiku ha ido evolucionando.

“… Socialmente solía ser bastante difícil para las mujeres salir en público. Las mujeres siempre han sido “okusama” (oku + sama: formal para «esposa»; “oku” significa «escondido en la espalda/detrás»), y así han estado las mujeres, detrás, sin salir en público durante muchos años….Las mujeres rara vez decían su nombre completo. Por ejemplo, he tenido muy pocas oportunidades de ofrecer a alguien mi nombre completo: «Uda Kiyoko».

 

shinibotaru yo wa utsukushiku hare watari

 luciérnaga muerta

todo el cielo nocturno

bellamente claro

 

“…Rara vez hemos preguntado a las mujeres cuáles son sus nombres reales. Sí, así es como ha sido. Así que, déjenme decirles, muchos no sabían los nombres de las esposas de sus vecinos, ¡gente que se conocían (vivían uno al lado del otro) por más de cincuenta años! Así es como era”

Según Kiyoko, el haiku permitió a la mujer la primera oportunidad para poder ser conocida por su propio nombre.

“Para ser sincera, dondequiera que uno va (o ha ido) ha habido pocas mujeres. El número de poetas haiku era escaso y, además, en general se pensaba que el haiku era inadecuado para las mujeres”.

 

waga na kaku toki sabishiki yo natsu no ake

 tan solitaria

cuando escribo mi nombre-

amanecer de verano

ikinagara tonbō kawaku ishi no ue

 aún con vida

una libélula secándose

en una roca

mozu mo ki mo ishi mo hakushoku tabi ni deru ka

 alcaudones, árboles, piedras

todos están de blanco –

¿tiempo para empezar un viaje?

 

En 2002 recibió la Medalla de Honor de Japón, Cinta Púrpura, por su labor en pro de la naturaleza y el arte.

 

hitamen mo kamen ni onaji hi no mawari

rostros sin máscara

se convierten en caras enmascaradas

alrededor del fuego

shiro mo ki mo arazu kikka no mayami naru

ni blancos

ni amarillos, crisantemos

en total oscuridad

shashin hodo hakuchō mashiro ni wa arazu

el cisne

no tan inmaculadamente blanco

como en una foto

Hanadoki no machi ni gyoshū no nukenu mama

 la estación de las flores

llega a la ciudad, antes el olor

de los peces se ha ido

 

Para Kiyoko el elemento fundamental de todo haiku es el kire: “El haiku «corta»: escenas, acciones, todo, y reduce el tiempo y el lenguaje. Así que, aunque se dice que «cortar» es realmente una omisión, creo que «cortar» es al mismo tiempo la proposición esencial del haiku”

 

ha no omote ha no ura dendenmushi no ishi

en las hojas

o por debajo, cada caracol

tiene voluntad propia

 

yamahiru no iibun mo kikō de wa nai ka

 las sanguijuelas de la montaña también

tienen algo que decir.

Escuchemos

 

 

shi ni mirai areba koso shinu sarusuberi

 más allá de la muerte

hay un futuro, por lo tanto morimos –

aquí está el árbol de Júpiter

 

moteamasu kubi no nagasa ya nashirogan*

 El cuello demasiado largo en el frío

de la época de la siembra de arroz

*nashirogan: En la agricultura tradicional japonesa del arroz, durante el comienzo de la primavera los agricultores plantan granos de arroz en bandejas poco profundas con tierra. A menudo en esta época el tiempo se vuelve frío e invernal, y este regreso del clima frío se conoce como “nashirogan”. Los agricultores deben cuidar las plántulas de arroz a pesar del tiempo desapacible. Después de que las plántulas jóvenes han crecido, se trasplantan al campo de arroz, y luego se inundan.

El «cuello demasiado largo» podría significar tres cosas al mismo tiempo: el agricultor ve los cuellos de las plantas, ya de por sí largos, y se da cuenta del peligro del frío. El extremo de la planta siente el frío sobre todo en el cuello desnudo. Y finalmente, «kubi wo nagaku shite matsu (esperando con un cuello largo)» en japonés significa esperar impaciente / con anhelo de algo.

 

nemuri tsutsu fukai e otosu chô no hane

 gotas adormecidas,

un ala de mariposa

en un pozo profundo

 

Sus haikus han sido traducidos al inglés en dos importantes antologías: “A Long Rainy Season: Haiku & Tanka”, editado por Leza Lowitz, Miyuki Aoyama, y Akemi Tomioka (Stone Bridge Press, 1994) y “Far Beyond the Field: Haiku de Mujeres Japonesas” editado por Makoto Ueda (Columbia University Press, 2003)

Como presidenta de MHA afirma que le gusta la labor que aquí desarrolla puesto que no sólo se dedica a los poetas de haiku sino también a todas aquellas personas que disfrutan leyendo haiku, sin componerlo:

“Algunos componen el haiku con una fuerte identidad propia (como poetas haiku), mientras que otros se involucran sólo para su disfrute, ¿puedo llamarlos «amantes del haiku»? Aprecio a estas personas -aquellos que son «meros» lectores, que simplemente leen haiku para disfrutar-, aquellos lectores de haiku que leen sin tener que componer. Hacia estas personas, siento realmente que puedo lograr algo”

 

sanaburi no ichi nichi yuno no yu no atsuki

el día de sanaburi*

aguas termales de Yuno

el calor

 

*sanaburi es un festival folclórico que se celebra después de la siembra de arroz, a principios del verano. En este festival, la gente del pueblo convoca los kami (espíritus del arroz) desde los cielos, y beben en su honor. Este festival tiene dos significados: el primero es como descanso después del arduo trabajo de la siembra de arroz. El otro es, por supuesto, como ritual sagrado para la divinidad de la comida. El festival de sanaburi es un kigo de verano.

*yuno (Yuno onsen): Es una famosa fuente termal (onsen) en la Prefectura de Yamaguchi. En documentos históricos, esta onsen fue fundada a finales del siglo XVI. Sin embargo, según la leyenda fue fundada por la emperatriz Jungû (169-269 CE).

 

 adulterio-

los árboles de verano se mecen

al atardecer

 

 en lo profundo de la olla

queda un poco de agua.

brillo crepuscular

 

fiebre alta

es de color púrpura intenso

la flor de guisante

nieve

a los ojos de un pájaro

es sólo un milagro

 trepar sobre zancos

Se me olvida

el nombre del Primer Ministro

 mientras esperamos a alguien

elijo un nombre

para mi gatito

 

«En este momento, estoy tratando la problemática del medio ambiente como un tema importante en mi haiku. Siento que vivimos en el mundo como si viviéramos en el fondo de una vasta olla de agua. Sin embargo, sólo queda un poquito en el fondo de esta olla…. Cuestiones medioambientales…. Esta es mi preocupación…. Así que compongo haiku sobre este tema, ya que el haiku es un medio excelente para expresar tales preocupaciones»

una polilla halcón de alas plateadas

revolotea una y otra vez

Me he enamorado profundamente

 esperlanos de estanque

en la vida y en la muerte

tienen sus cuerpos doblados

Incansable, Kiyoko sigue defendiendo su amor por la tierra, la naturaleza y el haiku.

 

glicinia colgante.

¿cómo puede ser tan hermoso

envejecer?

 

 

 

Para la elaboración de este artículo se han consultado las siguientes fuentes:

 

Leticia Sicilia, 2019 ©