Entrega nº 69. 20 de julio

– Entre los cuidados que requiere una enfermedad, hay dos tipos: el cuidado espiritual y el cuidado físico. El cuidado espiritual es el cuidado de la persona que atiende al paciente enfermo al hacerlo con compasión. El cuidado físico es realizar un tratamiento hábil con el paciente, como proporcionar bien su medicamento, cambiar sus vendajes, frotar su espalda, masajear sus pies, cuidar su ropa y la ropa de cama, o por supuesto, ponerle enemas y cuidar su higiene y lavarlo, así se podría decir que debe prestar las atenciones para todo su bienestar corporal. Complacer al paciente con un buen menú es uno de los aspectos esenciales de este trabajo. Si los dos tipos de cuidado se administran juntos, no hay nada de qué quejarse, pero si tuviera que elegir uno, creo que sería más necesario un cuidado lleno de compasión, el espiritual. Por supuesto, es esencial comer cosas buenas, pero si la cuidadora las prepara sin compasión, a menudo son muy desagradables. Al contrario, si está lleno de afecto, incluso aunque no se sea una gran cocinera, no desencadenará el enfado.

Pero si bien es cierto que es difícil conseguir un cuidador compasivo, no está claro en qué medida una persona calificada para la atención física calmará al paciente. En general, en muchos lugares, las «enfermeras», como se les llama ahora, hacen parte de este cuidado físico formal, pero es muy raro que se encarguen de todo. Por supuesto, si al menos una enfermera fuera asignada continuamente a cada paciente, ella podría completar toda la atención; pero si no es lo suficientemente ingeniosa, será difícil satisfacerlo. Trabajar como enfermera en un hospital es ser como el asistente de un médico, y en este caso es una actividad muy diferente a la de cuidar al paciente. Cuidar a un paciente no es más que darle bienestar, por lo que se debe prestar atención a todo un conjunto de pequeños detalles que no se pueden aprender. Por ejemplo, si la colcha cubre demasiado la cara del paciente, debe bajarse un poco. Si parece demasiado pesada, reemplazarla por una más ligera o suspenderla con unos cables. Si se cree que la presencia puede estar molestando al paciente, se debe ir a la habitación contigua y permanecer oculto allí. Si, por el contrario, parece que el paciente sufre por permanecer solo, no debe abandonarse ni por un momento, o se puede llamar a alguien para que mantenga una conversación agradable y tranquila. También se puede alegrar al paciente llevándole una hermosa flor inesperadamente. O imaginar qué le gustaría comer y preparar una buena comida. Por lo tanto, incluso si se habla de cuidado físico, se trata de penetrar en los sentimientos del paciente y encontrar los medios apropiados para apaciguarlo, lo que implica que la persona que lo cuida comienza a comprender su carácter y sus manías. Pero creemos que serán raras las cuidadoras comunes capaces de este tipo de cosas. En muchos casos, las mujeres que estarán en mejores condiciones para actuar son las mujeres de la familia: la madre, la esposa, la hermana mayor o la menor, que viven con la persona enferma a diario y que lo conocen mejor y su estado de ánimo. Pero aunque están mejor posicionadas para actuar, la realidad es que a menudo no actúan como él quisiera y entonces él se queja. Cuando un enfermo aparece en una familia, es exactamente como cuando un país va a la guerra, no podemos aprender a hacer las cosas antes de que aparezca el problema, pero la calidad de lo que finalmente se haga, dependerá del ingenio de quienes son responsables.

 

Notas del traductor y las fuentes

– La Enfermería era una profesión incipiente en aquel momento y su surgimiento, gracias a, como ya se dijo en la entrega 65, Florencia Nightingale, surge de la necesidad de que el personal que brindase los cuidados y sirviese de apoyo a la Medicina, estuviese debidamente formado. Shiki es fiel reflejo de la visión que de esta nueva profesión se tenía en la época. Hoy, pasadas las décadas, hablamos de una rama de la salud, un arte y una ciencia, con cuerpo disciplinar y de conocimientos propio. El campo de acción de la Enfermería, lo define clara y técnicamente OMS, pero sigo prefiriendo la definición que dio Virginia Henderson: la labor enfermera consiste en “Ayudar al individuo sano o enfermo en la realización de actividades que contribuyan a su salud y su bienestar, recuperación o a lograr una muerte digna; actividades que realizaría por sí mismo si tuviera la fuerza, voluntad y conocimientos necesarios”.

– Al comienzo de la era Meiji, se usaban en Japón varias palabras para designar la nueva profesión de enfermera/enfermero, sin distinción de sexo. A medida que la figura de la enfermera se desarrolla a fines de la década de 1880, en japonés se fija una palabra específica, kangoju, que es la usada por Shiki.