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Comentarios de haikus con kire

Viento de otoño. (kire)

No se mueve el caballo

que carga piedras

                                                     Midori-Yo

                                                                               (trad. Antonio Cabezas)

     En este haiku de Midori-Yo, el kire lo encontramos al final del primer verso. Hay quienes se preguntarán qué podrían tener en común el viento otoñal y un caballo inmóvil que carga piedras. Y lo que tienen en común es el suceder a la vez, el coincidir en espacio y tiempo.

Cuando el poeta pasa de sentir el viento a ver al caballo cargado que no puede moverse, suma distintos elementos. Es el momento de su asombro: nada menos que un ser viviente cargado que debe avanzar en un día de viento y se niega a ello o simplemente no puede.

Siempre las distintas partes en que el kire divide a un haiku al yutaxponerse se potencian. No se siente lo mismo frente a un caballo cargado que no avanza en un día de clima agradable, que frente a un caballo cargado de piedras que no avanza en un día de viento. Todo esto el haiku no lo dice, pero está, es el lector quien debe verlo para poder así recrear la experiencia que conmocionó al haijin.

 

En las manos de la madre

tiemblan las cenizas del héroe. (kire)

La línea férrea

                                                                   Takaya Soshu

                                                                                          (trad. Alfredo Lavergne)

 

   En cambio en este haiku de Takaya Soshu, el kire se presenta al final del segundo verso, donde hay un cambio brusco de contenido. Siempre en el kire de una cosa se pasa a otra sin explicaciones y el lector debe ver, o más bien sentir o intuir, porqué el haijin las ha relacionado. Hay cortes que son muy suaves y en ellos es más fácil relacionar las dos partes del haiku, pero otras veces, como en el caso de este poema, el corte es más bien brusco, hay un gran salto al vacío, un espacio de silencio que es parte del poema y que lo hace casi inasible. Además tenemos la ambigüedad de ese tercer verso que amplifica la resonancia del haiku, porque si bien puede referirse a una línea de ferrocarril en la que trasladan las cenizas del hijo, también puede estar refiriéndose a esa continuidad de uno que hay en los hijos y que sólo la muerte puede cortar. Lo mágico de la ambigüedad en el haiku es que no se nos pide que nos decantemos por una, recibimos todas las posibilidades, y eso amplifica nuestros sentimientos.

 

Haciendo un fuego

bajo un nido de vencejos (kire)

¡La lluvia nocturna!

                                                          Shirao

                                                                                    (trad. Vicente Haya)

 

En este otro haiku de Shirao tenemos un ejemplo claro para ver cómo donde hay kire se realiza una yuxtaposición de contenidos y uno puede, gracias a ello, percibir la unidad de la experiencia.

Sin lugar a dudas las partes que se yuxtaponen, aunque en un primer momento no lo detectemos, tienen una relación; no siempre es una relación que se pueda entender con el intelecto como en este caso (fuego- nido- peligro- lluvia- salvación) porque al ser fundamentalmente relaciones de esencia, se captan mejor por medio de la intuición.

 

Resumiendo: el haiku, a pesar de su brevedad, presenta normalmente dos partes. De la confrontación de estas dos partes, separadas por lo que los japoneses denominan kireji ( palabra cortante que se utiliza para señalar el kire), surge el efecto fundamental del haiku.

El «kire» resulta ser así el elemento estructurador del haiku en la medida en que, yuxtaponiendo las dos partes, la mente se ve allí obligada a saltar entre dos conceptos y unirlos. Eso permite la recreación del instante como una unidad mayor que la suma de sus partes.

Por ello el kireji, ha llegado a considerarse indispensable en el haiku tradicional y aunque hoy en día este formalismo se ha superado y es posible, pues, encontrar haiku sin kireji, casi siempre en un poema haiku encontraremos pausas de pensamiento bien definidas basadas en el significado.

© Isabel Pose, 2019

Haiku 9

鶯の日枝をうしろに高音哉

uguisu no hie o ushiro ni takane kana

 

El canto agudo

de un ruiseñor-

detrás el monte Hiei.

De nuevo la agudeza visual de Buson quien, como un lienzo, plasma un instante convertido en inmortal: el ruiseñor y el monte de marco, la escena de un fondo contrastado. Según cierta leyenda tradicional, hubo un artista a quien se le ha pedido pintar una montaña: se demora en la entrega, incumple los plazos, y cuando se le pregunta el motivo, afirma: “aún no soy la montaña”. Así es, el haijin se funde con la naturaleza, igual que el canto agudo, elevado, de un animal que los occidentales (con nuestra visión del mundo) podríamos considerar insignificante frente a la grandeza de un monte. Pero aquí no hay categorías, sólo una fusión de sensaciones (visuales, auditivas) y la relación entre sus protagonistas: el canto dirigido al monte, donde la voz melódica del ugüisu reverbera por toda la eternidad. Son ecos de propia naturaleza, con sus leyes ajenas al ser humano.

El monte Hiei está situado al noreste de Kioto. Reunía en su espacio cerca 3.000 templos dispersos y centenares de monjes y familiares. En 1571, Nobunaga declara la guerra, elimina su población y quema los templos. Junto al monte Atago, este espacio sagrado de templos protegía a la ciudad de Kyoto de los demonios del norte.

 

En otras ocasiones, Buson se centra en la dirección del sonido:

 鶯の啼くやあちむきこちら向

uguisu no naku ya achimuki kochira muki

 

El canto del ruiseñor-

primero hacia un lado,

después hacia el otro.

 

 

 

 

 

LICENCIAS POÉTICAS EN HAIKU

El haiku japonés, si se escribe enteramente en silabario hiragana –cosa posible- mostrará sus diecisiete sílabas (5/7/5) mediante otros tantos caracteres escritos, con muy escaso margen de variación respecto a tal pauta. La traducción de dicho haiku al español, o bien la creación de haiku en español, debe atenerse a las normas de la prosodia española y a su aplicación métrica, donde existen ciertas licencias para acortar –o alargar- el número de sílabas en un verso, conservando la pauta métrica pertinente.

Para acortar un verso, disponemos de la sinalefa y la sinéresis; para alargar, tenemos la dialefa, el hiato, la sinafía y la compensación.

Voy a fijarme hoy en las dos últimas licencias recién citadas -sinafía y compensación-, por parecerme menos conocidas, siendo por lo demás relevantes para el haiku en nuestra lengua. Dichas licencias pueden tener lugar cuando –conservando la métrica del poema- se necesita una sílaba más para el segundo de un par de versos que entran en juego. Viniendo al terreno del haiku, es aplicable sobre todo al tercer verso (pentasílabo), que es el de cierre del poema, tras el segundo (heptasílabo).

Para darse la sinafía se requiere que el segundo verso termine en vocal átona (en sílaba abierta, por tanto, y no trabada por consonante final), y que el tercer verso empiece por vocal. En tal caso puede darse una especie de sinalefa (reducción de dos vocales contiguas a una sola, a efectos métricos) en la breve distancia de un verso a otro. Así pues, siendo el cómputo normal del haiku 5/7/5 silabas, el cómputo resultante de la sinafía será 5/7/6; pero manteniendo la sonoridad de la pauta normal. Tal “especie” de sinalefa es la sinafía.

La compensación puede darse en un contexto parecido; en nuestro caso, también entre el segundo y el tercer verso de un haiku. Si el segundo verso termina en una palabra aguda (en sílaba tónica, por tanto), sabemos que se debe contar una sílaba más (inexistente, pero es un cómputo que preserva el ritmo, basado este en el normal predominio de la palabra llana). Con todo, esa sílaba inexistente, pero que entra en el cómputo métrico, permanece vacía; y así, su espacio puede ser rellenado por una sílaba más del verso siguiente, el tercero y final el haiku –en nuestro caso- , el cual podría contar ahora seis sílabas. “Compensación” se refiere a rellenar tal espacio vacío, sin ruptura del ritmo. Mediante esta licencia tendríamos también la pauta de 5/7/6 sílabas para el haiku.

Veamos la aplicación de esta teoría a un haiku traducido por mí de Etsujin (1656 ?- 1739), discípulo directo de Bashoo (ver icono).

Una traducción bastante literal sería esta:

Envidioso (estoy)

– cuando me cierro a todo-

(del) amor gatuno.

 

Una traducción más libre:

   Me dan envidia,

cuando me desanimo:

gatos en celo.

 

Una traducción con sinafía (5/7/6):

¡Qué envidia, al ver

-encerrado en mí mismo-

amores gatunos!

Hay sinafía entre la “o” final de “mismo” y la “a” inicial de “amores”.

 

Una traducción con compensación:

¡Qué envidia, al ver

-cerrado yo al amor-

los celos gatunos!

Hay compensación de la sílaba vacía tras la palabra aguda “amor”, mediante la sílaba representada por el artículo “los” al inicio del tercer verso.

Ambas licencias poéticas –sinafía y compensación- pueden tener lugar en las traducciones al español de haikus, o bien en la creación de haikus españoles, permitiendo una sílaba añadida al cómputo, y aportando una ayuda a la consiguiente expresividad de los poemas.

 

Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala.

Universidad de Sevilla.

Entrega nº 106. 26 de agosto.

– En los Encuentros sobre las Colecciones de versos de Buson (Buson kushû kôgi) publicados en el número 10 de la serie de Hototogisu, la interpretación del siguiente haiku no es convincente:

Sobre un tema elegido al azar.

La forma de un vuelo de gansos salvajes

 

Hitotsura no

Kari ya hayama ni

Tsuki o shirusu

 

Un vuelo de gansos salvajes –

Al pie de la montaña,

De la luna el sello

 

Como nadie había reparado en el título, que ya menciona de manera directa la forma de un vuelo de gansos salvajes, lo dejé pasar, ya que, durante la sesión colectiva de comentarios, lo estuve escuchando, pero sin tener el texto escrito ante mis ojos.

La expresión del primer verso «un vuelo de gansos salvajes» que compara a un grupo de gansos alineados en el cielo con una serie de signos gráficos, ya fue forjada en China, luego pasó a la literatura japonesa y, en las composiciones de waka sobre el tema «gansos», se usa a menudo. Como comparamos un vuelo de gansos salvajes con una serie de signos gráficos, la idea original de estos versos era comparar también la luna con un “sello”. Si admitimos que la luna roja y redonda se corresponde con un sello redondo impreso con tinta bermellón, es un juego de espíritu refinado asociarlo con un vuelo de gansos salvajes. La frase “un vuelo de gansos salvajes” es bastante común, pero no hace falta decir que en ningún verso el número específico utilizado para contar un vuelo (hitotsura) de pájaros también recuerda a una columna (ichigyô) de signos gráficos. Por otro lado, no sé si “al pie de la montaña” tiene un significado particular aquí, pero si lo tuviera, ¿no sería lógico pensar que forma parte del paisaje de una pintura? Sin embargo, prefiero considerar que no tiene un significado particular y tomarlo como un simple enlace para conectar el principio y el final del poema. Si desarrollamos este “espectáculo”, entonces sería necesario imaginar a los gansos y la luna en medio de un inmenso cielo, que se observaría de abajo hacia arriba, con la cabeza inclinada hacia atrás; y con la luna ahí, el efecto en la comparación dejaría de ser pertinente. Pero, si la luna roja aparece sobre un lugar bajo, cerca del pie de una montaña, es mucho más evidente el pensar en un sello.

Por cierto, durante mucho tiempo se usaron sellos redondos ocasionalmente, y personas como Ogata Kôrin los usaron mucho.

 

Notas del traductor y las fuentes

El poema original escrito en kanji es:

(Tomado de Rodríguez-Izquierdo Gavala, F.

El haiku japonés y su traducción. F. Juan March, 1972)

– Con respecto a este haiku en el que Buson juega con el texto, la polisemia e incluso con la grafía de los kanji, se han pronunciado diversos traductores. Varían incluso en la primera traducción al romanji tanto en el primer verso como en el tercero, ya que a veces podrían escribirse términos diferentes con los mismos caracteres.

Por ejemplo:

*Emmanuel Lozerand, el traductor al francés, comenta de forma directa la entrega de Shiki. Recuerda que “el idioma japonés utiliza <números específicos> para contar cada tipo de objeto. Así, hitotsura designa un vuelo de pájaros, e ichigyô una columna de signos gráficos. Sin embargo, estos dos términos se escriben, dependiendo de la circunstancia, con los mismos caracteres <un> e <ir, columna>:  一 行 ”

 

Él lo traduce tal y como ya se ha reproducido en la entrega:

Hitotsura no

Kari ya hayama ni

Tsuki o shirusu

 

Un vuelo de gansos salvajes –

Al pie de la montaña,

De la luna el sello

 

 

*Seiko Ota, en su libro “José Juan Tablada: su haikú y su japonismo (Fondo de cultura económica, México DF, 2014)” establece semejanzas de un poema de Tablada con unos haikus de Sora y el que estamos tratando de Buson. Hace referencia a un texto de P.L. Couchoud, que Tablada habría leído, titulado Sages et poètes d’Asie (Sabios y poetas asiáticos)

En ese contexto afirma literalmente:

Al leer este otro poema nos damos cuenta de la semejanza que tiene con el de Sora y el de Buson; los dos están incluidos en Sages et Poètes d’Asie y Couchoud explica así:

…Luego es puesto en su ámbito natural. Su movimiento sólo es retenido; tan sólo es una pincelada en un cuadro. …

…El vuelo de los gansos salvajes:

 

Una línea de gansos salvajes

Se desvincula por encima del pico aislado

En el claro de luna

                                                         .Buson”

Y continúa Ota:

“… el de Buson:

lkko no kari ya

hayama ni tsuki

wo insu

 

Va una banda de gansos en una línea

al extremo de la montaña

sellan la luna.

Tsuki wo insu («sellar la luna») es una expresión que compara la luna llena -aparecida al extremo de la montaña- con el sello de caligrafía. En el haikú tabladiano el ave no es chorlito ni ganso, sino golondrina, y su número es singular, mientras que en los haikús de Sora y Buson es plural; además, el movimiento del ave es diferente en éstos. No es que el haikú tabladiano sufriera influencia de estos dos haikús directamente; más bien, habiéndolos conocido en Sages et Poétes d’Asie, Tablada compuso el suyo aprendiendo que en el haikú podía describir con sólo un movimiento a un animal: en este caso, un ave”.

*Finalmente, es Rodríguez-Izquierdo Gavala F., quien en dos ocasiones traduce y comenta este haiku de Buson. La primera de ella en su célebre EL HAIKU JAPONES. HISTORIA Y TRADUCCION. Evolución y triunfo del haikai, breve poema sensitivo (Publicaciones de la Fundación Juan March, Madrid, 1972, p. 321) y en él, el profesor refiere literalmente:

“Ichigyoo / no                                                  Una línea / ( = poses.)

kari / ya / hayama / ni                                  gansos salvajes / : / pie de

                                                                                la colina / en

tsuki / wo / insu                                               luna / ( = obj. dir.) / sella

 

Línea de gansos en vuelo;

al pie de la colina,

la luna puesta por sello.

                                             .Buson

 

«Ichigyoo» se refiere a una línea de escritura, que en japonés es de arriba hacia abajo. Los gansos no están volando pues en posición horizontal; han dado, la vuelta y vuelan hacia abajo, pero todavía por encima de las colinas y la luna. Los gansos escriben como un verso en el cielo. La luna queda como una nota en rojo, como el sello del artista al pie del cuadro. El artista japonés firma con su sello rojo.

Quién pone el sello de la luna es algo que no dice el poeta, y queda enteramente a la imaginación del lector. Buson ha visto aquí en la naturaleza no solamente el tema de un cuadro, sino el cuadro ya acabado.

Sobre la construcción «in-su», cf. «ryoo-su» (hk. 43).”

 

Y más recientemente, el 23/11/2014, en la web hermana paseos.net, en un artículo titulado El haiku español: ¿injerto o trasplante?, El profesor Rodríguez-Izquierdo dibuja sobre el haiku que tratamos y lo vuelve a comentar del siguiente modo:El haiku de Buson (1) dice así:

 ichigyoo no

kari ya hayama ni

tsuki wo in-su

 

Línea de gansos

en vuelo; al pie del monte

la luna es sello.

                                       (Traducc. mía)

 

Ocas en línea.

La luna en la ladera

hace de sello.

                                             (Traducc. Antonio Cabezas)

 Representamos gráficamente la escena descrita (2). «kari» son los gansos u ocas salvajes, que vuelan en línea, la cual es comparable a una línea -«ichigyoo» (3)- de escritura vertical, como puede ser la del haiku japonés, que suele escribirse en una sola línea de caracteres. Cada carácter sería un ave de esa sarta. La luna, rojiza y redonda, pone un sello en la ladera del monte contiguo a esa línea poética, así como el haijin imprime su sello personal al pie de su obra. Diríamos que aquí la naturaleza copia al arte, como en digno tributo de reciprocidad.

Buson, pues, que era poeta y pintor, asimila aquí el haiku a una pintura: «ut pictura poesis», reza nuestra tradición, en forma de adagio latino.

Por no omitir un par de notas, aquí las expreso. La primera: el haiku de Buson, siendo admirable, cuenta seis sílabas en el tercer verso, pues cuentan como silabas los segmentos fónicos que transcribo con mayúsculas, incluida la -n (nasal implosiva): t s U k I w O I N s U. La segunda nota es que la traducción de Antonio Cabezas me parece mejor que la mía”.

– Sobre Ogata Kôrin, se han referido comentarios en las entregas 20 y 27 del 1 y 8 de junio. En ellas se decía que Ogata Kôrin (1658-1716) es uno de los más grandes pintores japoneses. Entre otras muchas exquisitas obras, es famoso especialmente por su “Biombo de los Iris”. “Kôrin gashiki”, el álbum citado en la entrega 27, fue publicado en 1818, un siglo después de su muerte. Se trata de un estudio sobre su estilo, realizado Aikawa Minwa (1806–1821), pero no todo lo que reproduce son las propias obras originales de Kôrin. Para ver (e incluso descargarte) este libro que tenía, comenta y tanto hacía disfrutar a Shiki, puedes clicar aquí (para verlo en otro formato puedes clicar aquí). Si quieres ver y/o descargarte otra obra de Aikiwa Minwa sobre Kôrin (Ehon Kôrin, en castellano “Libro Ilustrado de Kôrin”), puedes clicar aquí.

– Sobre el sello rojo en Japón, Shiki aclara que, si bien los artistas suelen firmar siempre con uno cuadrado, muchos, entre ellos Kôrin, lo hacían a veces con uno redondo. Y por abundar en esto del sello japonés, podemos decir que supone la firma oficial en Japón para todo tipo de documentos, y se llama hanko. En Japón no es frecuente el empleo de firmas tal y como es costumbre en occidente. En su lugar se emplea un sello denominado hanko, que normalmente lleva impreso el apellido de su poseedor escrito en kanji.

Uno puede comprar estos sellos en cualquier papelería e incluso en cualquier tienda de 100 yenes, similares a las tiendas de “todo a un euro”, esto al menos si uno tiene apellido japonés y que sea más o menos conocido. Sin embargo estos hanko, no pueden ser empleados para algunas transacciones importantes como por ejemplo comprar un coche o una casa. Su precio tan reducido se debe a que son producidos en serie. A estos sellos de uso cotidiano los denominamos mitome-in (acuse de recibo). Pero, debe tenerse en cuenta que al estar destinados a cumplir las funciones de una firma debe dificultarse la reproducción del mismo.

Para el uso oficial se requiere registrar el hanko en la municipalidad donde uno vive. Este hanko pasa a denominarse jitsu-in (real, verdadero).

Mientras el hanko (o inkan) es un sello relativamente pequeño, con la forma oval o a veces redondo que se usa para hacer contratos u otros tipos de documentos, el rakkan (rakkan shirushi) es un tipo de sello oriental, relativamente grande y con una forma cuadrada. No se usa para hacer documentos ni en negocios. Se usa en tanzaku shikishi (tiras de papel de color), shodô (caligrafía) o pintura sumi-e, etc. por los artistas. Los más tradicionales son labrados en la base de una piedra de mármol (en forma de pequeña columna, un prisma cuadrangular alargado) por un artesano.

La tinta usada se llama Syuniku. Syu (Syu iro) es un color importante en las culturas orientales. Se puede encontrar en los edificios de santuarios sintoístas, o por ejemplo el Torii de Miyajima. Niku significa carne, pero ¡ojo! la tinta Syuniku no es comida y contiene productos químicos y metales que no recomiendan su ingestión. Syu (Syu iro) es un color resultado de la sabia mezcla del rojo y el amarillo.

Los Kireji

Los Kireji son palabras que en japonés provocan explícitamente un corte gramatical y de contenido en un haiku y no tienen un equivalente directo en otros idiomas.

Según Inahata Teiko, Presidente de la Asociación Japonesa Tradicional Haiku, el kireji es la tercera condición básica en el haiku tradicional, y su función puede ser difícil de definir.

Se coloca normalmente en el extremo de uno de los tres versos. Dependiendo de la posición puede indicar una pausa, tanto gramatical como de sentido, y puede prestar un sabor emocional a la frase que lo precede.

Cuando se coloca al final del poema, el kireji atrae al lector de nuevo al principio, iniciando un patrón circular. Colocado dentro del poema un kireji realiza la función paradójica de corte y de unión; establece una correspondencia entre las dos partes que separa, lo que implica una comparación implícita entre los dos elementos separados.

 

Fernando Rodríguez-Izquierdo en su libro “El haiku japonés. Historia y traducción” dice con respecto a los kireji : “(…) es una especie de puntuación poética que tiene el fin de señalar o poner énfasis en los estados anímicos del poeta (…)”

 

Los kireji más conocidos

 

ya: Expresa admiración, incertidumbre, interrogación. Suele aparecer al final del primer verso. Da énfasis y divide al poema en dos partes que se yuxtaponen e inevitablemente se unen:

 

 

Haru-kase / ya

Tooshi / wo/ dakite

oka / ni / tatsu

 

Viento de primavera:

con todo mi coraje,

erguido en la colina.

Kyoshi

 

(Pág. 410, “El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

Otras veces el kireji “ya” da al verso una sensación de suspensión, como cuando ponemos puntos suspensivos.

 

Osoki / hi / ya                               Lento / día / :

kodama / kikoyuru                       eco / oírse

Kyoo / no / sumi                           Kyoto / (=poses.) / esquina

 

El lento día;

ecos que se escuchan

por las esquinas de Kyoto.

Buson

 

 

(Pág. 316, “El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

kana : indica el asombro del autor por el objeto, la escena, el lugar, o el suceso. Por lo general se puede encontrar al final de un poema. Da énfasis a las palabras que lo anteceden.

 

 

osoki hi no                         Los días lentos

tsumorite, tôki                    se apilan, evocando

mukashi kana                    un viejo antaño

Buson

 

(Pág. 67, “Jaikus inmortales” de Antonio Cabezas)

 

 

keri : Sufijo de verbo. Antigua forma de pasado. Muestra el paso del tiempo y su emoción consiguiente. Con frecuencia aparece al final del haiku.

 

Hana / no / kage                       Flor / (=poses.) / sombra

aka no / tanin / wa                   completo / extraño / (tópico)

nakari / keri                               no hay / (final)

 

A la sombra de los cerezos en flor,

personas del todo extrañas

no hay ya.

Issa

 

(Pág. 362, El haiku japonés” Fernando Rodríguez-Izquierdo)

 

 

Un ejemplo donde aparece en mitad del haiku.

 

            Ooyuki / to / narikeri / seki / no / tozashidoki

Se levanta

gran tempestad de nieve

al tiempo de cerrar la barrera

Buson

 

 

 

Otras palabras de corte:

 

“Ka”: Al final de una frase indica una pregunta.

“-ramu” : Sufijo verbal que indica probabilidad.

“-ran”: Igual que el anterior

“shi”:   Sufijo de adjetivo; generalmente se usa para poner fin a una cláusula.

“-tsu”:  Sufijo verbal; presente perfecto.

«nari»: y otras kireji añaden sentimientos del autor en el haiku.

 

 

© Isabel Pose, 2019

 

Haiku 8

うぐひすや賢過たる軒の梅

uguisu ya kashiko sugitaru noki no ume

 

El ruiseñor

se cobija sabiamente

en las ramas del ciruelo.

 

La flor del ciruelo (ume) es uno de los elementos de referencia en el Japón tradicional, cuyo color rosado florece a mediados de febrero, simbolizando el comienzo de la primavera junto al año nuevo japonés (según el calendario lunar). El árbol (más cercano a la familia del albaricoque) y su flor son motivos recurrentes en numerosas obras pictóricas del Japón feudal y no pasa desapercibido para un poeta –y pintor- como Buson. De hecho, el título previo nos avisa: leyenda, motivo para un cuadro. A menudo la flor del ciruelo rodeaba las aldeas y los templos, con diversas tonalidades, desprendiendo un aroma delicado.

La curruca o ruiseñor japonés (ugüisu) está relacionado directamente con la flor del ciruelo (ume), tanto en la poesía japonesa tradicional como en pintura (recordemos que Buson también fue un pintor reconocido). Ya en la conocida antología “Man’yôshû” -siglo VIII- aparecen estrofas poéticas con el ruiseñor y el ciruelo como protagonistas, simbolizando la estación del año (el fin del invierno y el comienzo de la primavera, es decir, del año nuevo).

Onitsura inmortalizó esta asociación con un haiku:

鶯や梅にとまるは昔から 

[Uguisu ya ume ni tomaru wa mukashi kara]

El ruiseñor/ posado en el ciruelo/ desde tiempos antiguos.

 

Regresando a nuestro poema, existe una ancestral leyenda conocida como “Ôshukubai” (“Ciruelo, hogar de ruiseñores”) la historia nos dice:

Bajo el mando del Emperador Murakami (946-967), se secó una vez el ciruelo del jardín del palacio imperial. Dolido por esta circunstancia, mandó buscar otro que pudiese sustituirlo. Los súbditos encuentran uno en el jardín de un poderoso noble, y consiguen trasplantarlo.
Sin embargo, pronto descubre el Emperador una hoja de papel atada en una rama del mismo árbol, con un poema firmado por la esposa del noble, que dice así:

Acato su ley, como súbdita que soy.
Pero ¿qué les respondo yo a los ‘ugüisu’ de mi jardín
cuando me pregunten
por su hogar amado?

El Emperador devuelve el árbol (un ciruelo rojo) para que los ruiseñores siguieran disponiendo de un hogar.

 

El haiku en Cuba

UN POCO DE HISTORIA: LA RELACIÓN ENTRE CUBA Y JAPÓN

El primer grupo de japoneses llegó al archipiélago cubano a mediados del siglo XVII. Relata la historia que el 23 de Julio de 1614 el samurái Hasekura Tsunenaga, con un grupo de 180 japoneses desembarcó en la Bahía de La Habana bajo órdenes del señorío de Sendai, Masamune Date. El principal propósito de estos japoneses que andaban de paso, era establecer un comercio directo entre Japón y México y tras una corta estancia en Cuba se dirigieron a España.

Pero esta no sería la última visita que recibiría Cuba por parte de los samuráis del lejano oriente. En el registro migratorio del “Diario de la Marina” está inscrita, en 1898, la llegada de Y. Osuna, el primer japonés que emigró a la Isla, llegando a bordo del vapor “Orizawa”, desde México.

Asimismo, en 1908 llegó otro emigrante japonés a la Isla de la Juventud, su nombre era Misaro Miyaki, un okinawés que llegó a La Habana desde México. Y es que, ya para 1914 el número de inmigrantes japoneses rodeaba a las 130 personas. Se establecieron por todo el país, pero principalmente en la Isla de Pinos.

Sin embargo, fue entre 1924 y 1926 cuando se registró un aumento significativo del número de inmigrantes japoneses a Cuba. Durante esta época, una compañía de viajes titulada “Oversea” se encargó de facilitar el tránsito hacia la mayor de las Antillas.

La emigración japonesa a Cuba estaba compuesta básicamente por hombres, muchos de los cuales formaron familia con mujeres cubanas y se adaptaron a la vida cotidiana de la Isla. Los primeros japoneses asentados en la Isla se dedicaron a la administración de pequeños negocios u otras actividades. Durante la década de los años veinte, llegaron contratados para ejercer labores agrícolas en los cultivos de caña de azúcar como braceros.

Llegaron a establecerse en 46 sitios de las seis provincias cubanas trabajando fundamentalmente en tareas como la agricultura, las minas, la industria azucarera, la pesca, la mecánica y los servicios.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial la emigración japonesa se paralizó y los radicados en Cuba fueron detenidos en campos de concentración en La Isla de Pinos y en La Habana desde 1942 hasta 1945.

 

Entre las manifestaciones de las relaciones interculturales cubano-japonesas podemos citar algunos artistas nipones que trabajaron en Cuba:
Kokichi Shimizuentre, artista circense, estuvo trabajando en la isla entre 1911 y 1920. Mokutaro Kinoshita (1885-1945, en 1939 se divulgaron en Japón dibujos suyos que complementaban el ensayo “Viaje a Cuba”, sobre sus impresiones de la visita a esta isla. Estos dibujos se tienen como los primeros de factura nipona sobre paisajes cubanos; sus títulos son: La Habana, Restaurante Florida, Vendedor de periódico, Llanura de las afueras de La Habana y La noche de La Habana.
Hiroshi Kambara (1892- 1970). Ingresó a la Academia de San Alejandro, escuela de pintura de la Habana, en 1916. Durante su paso por la Habana se relacionó profesionalmente con Manuel Cortina, secretario del entonces presidente del país y posteriormente Secretario de Estado, y que luego devendría su mecenas. Cortina le propuso ejecutar un proyecto en su hacienda de Pinar del Río que fuera representativo de la cultura nipona.
De esta forma, allí dirigió una obra de alto sentido estético que incluyó un lago artificial, muelles y pasos en forma de arco sobre los arroyos, una piscina techada junto al río, fuentes, estanques, esculturas, jardines, glorietas, bancos, jaulas para aves, sitio para baños medicinales, y una casa japonesa para la ceremonia del té con la finalidad de alojar las colecciones de arte que Cortina atesoraba. El artista dibujó 10 cuadros de paisajes campestres y costumbristas de Japón en las puertas corredizas de aquella cabaña, algunas se conservan en el Museo Provincial de Pinar del Río. La obra se llevó a cabo entre 1920 y 1940 por artesanos cubanos y un constructor japonés de apellido Nakagawa. En la actualidad, la Hacienda Cortina en Pinar del Río conserva su diseño, símbolos y estatuas con técnicas japonesas.
En 1922, la VII Exposición de Arte de Kobe incluyó dos de sus obras realizadas en la IslaLas afueras de La Habana y el Bohío de María. Desafortunadamente, ambas desaparecieron durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial a esa ciudad portuaria.
Tamiji Kitagawa (1894- 1989, Tetsuo Hama. o Tsuguharu Foujita fueron otros pintores japoneses que también trabajaron en la isla.

Además de la pintura, diferentes manifestaciones socioculturales como las artes marciales japonesas, especialmente el judo, o deportes como el béisbol fueron compartidos por cubanos y japoneses a lo largo de todos estos años.

«La migración de japoneses a Cuba fue escasa con relación a otros países, pero lo que sí ha sido relevante es el ejemplo que nos inculcaron de sencillez, honestidad, honradez, espíritu de sacrificio y amor al trabajo y a la patria», expresó recientemente Francisco Miyasaka, presidente del Comité Organizador del Aniversario 120 de la Migración Japonesa.

 

EL DESARROLLO DEL HAIKU EN CUBA

El término haiku ( haikai) aparece por primera vez en el país de la mano de Eduardo Benet y Castellón (1879-1965) escritor cubano que destacó principalmente en el campo de la poesía.

 

En la mar dormida

un tamiz de agua

los luceros criba.

 

En dos de sus obras, “Ensayo de haikai antillano” y “Un jabuquito de haikais”, Benet fue el primero que relacionó el breve poema japonés con uno de los escritores y políticos más importantes de Cuba, José Martí.

Según Benet, la obra de Martí está llena de fragmentos, que si bien no llegan a ser haikus, están impregnados de su esencia.

 

Vuela el polen…

se aparejan las ramas;

busca el sol las hojas

 

Años más tarde, Samuel Feijóo (1914-1992) conocido por su poesía y narrativa, así como por su trabajo como crítico, traductor, dibujante y pintor, dedicó un extenso y completo ensayo al haiku, “Asuntos del haikú”

 

Tarde de Otoño

Truenos enormes.

Camino frío.

Granizo con un tambor.

 

En este ensayo, Feijóo hace un recorrido por el haiku japonés, que él mismo había traducido, relacionándolo con poemas de escritores españoles y latinoamericanos. Según su opinión, en Cuba muchos escritores y poetas habían insertado haiku en sus obras aunque no fueran conscientes de ello ni conocieran esta forma japonesa: Martí, Dulce María Loynaz, Miguel Barnet, etc.

Fue el primer autor en abrir el camino del haiku en tierras cubanas.

 

Nicolás Guillén (1902-1989) afamado poeta cubano, también incursionó en el mundo del haiku. De su autoría es

Sola, en su jaula mínima,

dormitando,

La pajarita de Papel.

Y lo mismo sucede con otros autores:

Inútil ocultarlo.

El gato deshace la noche

de un salto.

Ana Rosa Núñez

El toro de Guisando

no pregunta cómo ni cuándo,

va creciendo y temblando.

José Lezama Lima

Los gallos cantan.

Miden de pico a pico

la madrugada.

Jesús Orta Ruiz

Aire de otoño,

cuando quedan los árboles

en pura forma.

Eugenio Florit

Cactus resplandecientes

con una flor en cada espina.

Nancy Morejón

 

Pero a pesar de estos intentos de aproximación al haiku japonés, en Cuba no se comenzó a profundizar en éste hasta bien entrado el siglo XXI gracias a estudiosos y haijines cubanos que están realizando una gran labor didáctica y divulgativa de este género.

UNA MUESTRA DEL HAIKU CONTEMPORÁNEO EN CUBA

Existe un nexo común a todos los autores cubanos: el amor por su tierra, por la exótica naturaleza que les rodea. Aunque las estaciones no son tan marcadas como en Japón, el cubano logra plasmar en sus versos la explosión de colores de la primavera, el bochorno tropical del verano, la humedad del viento otoñal o el frío y el gris del invierno.

Con una fauna y flora únicas, los haikus cubanos están repletos de mangles, zunzunes, ceibas, vicarias, majaguas, totíes, y un sinfín de sonidos, colores y aromas isleños.

Es de destacar el entusiasmo y esfuerzo con el que un puñado de hombres y mujeres están dando a conocer esta forma literaria japonesa en tierras cubanas, llevando a cabo charlas, talleres, encuentros y certámenes, no sólo dedicados a los adultos, sino también a niños y adolescentes que descubren poco a poco el camino del haiku.

A continuación pueden disfrutar de una selección de autores contemporáneos:

De especial relevancia es la aportación del profesor Jorge Braulio Rodríguez Quintana (La Habana, 1950) Escritor, pintor y poeta cubano, es decano de la Facultad de Artes Plásticas y Facultad de Artes Visuales de la Universidad de las Artes (ISA). A través de su labor de investigación y traducción, la impartición de talleres, y su propia cosecha de haikus, ha logrado que en Cuba se reconozca este género y que cada vez tenga más seguidores. Además de ello, su esfuerzo ha permitido conocer el trabajo de numerosos autores cubanos en el resto del mundo.

Es autor de una selección y traducción de senryus del norteamericano Richard Wright, publicada por la editorial Arte y Literatura y del libro de haikus “Todo en Tres líneas”, publicado por la editorial Gente Nueva. Ha impartido talleres y conferencias sobre el haiku en Suecia, Bolivia, Brasil y Cuba.

Integrante del equipo redactor de la gaceta de haiku “Hojas en la acera” es considerado “el maestro” por sus compatriotas haijines.

Todo aquel que desee aprender y empaparse del haiku escrito en Cuba puede visitar su blog “En clave de haiku” https://enclavedehaiku.cubava.cu/

 

Seco maizal

Una vaca lamiendo

a su ternera

 

Rallo en silencio

el par de zanahorias

Relampaguea

 

Leve, la sombra

de la nube a través

del campo en llamas

 

Mierda en las hojas

Abandonaron el nido

los zunzunes.

 

Amarillean

los calabazares

Un diente menos

 

Mar invernal

Retrocede el palomo

ante la ola

 

Cielo sin nubes

Limpia sus viejos zancos

el saltimbanqui

 

 

Yulier Canuto Pérez (Mella, Santiago de Cuba, 1980). Narrador y poeta. Licenciado en Cultura Física y Deportes. Es miembro de los Talleres Municipal y Provincial de Literatura. Autor del libro “Páginas de otoño” (Ediciones Santiago, Cuba) Es además promotor de la Peña Literaria “Pensar en Haiku” de la Biblioteca Municipal Abel Santamaría en el municipio y provincia de Santiago de Cuba que se encarga de organizar el certamen internacional de haiku “La luna roja”.

 

El sicomoro

En la próxima luna

No tendrá flores.

 

Apenas tiemblan

Entre el agua y las nubes

Dos o tres hojas.

 

Majagua azul

A la hora exacta llegan

Los dos zumbetes.

 

Siempre camino

Olvidado de todo

Entre los robles.

 

El cocodrilo

Abriendo más la boca

Bajo la luna.

 

Vas por la senda

Callada de los lirios

Luna de otoño.

 

Ahora que hace frío

La guácima se cubre

De varias garzas.

 

 

Mayra Rosa Sorís Santos (Santa Clara) Licenciada en Educación Informática, reside en Santa Clara, Villa Clara. Le apasiona el haiku y participa en los foros de haiku por internet: “El Rincón del Haiku” y “Paseos.net” Obtuvo el segundo premio en el III Concurso Internacional de Haiku “La Luna Roja”

 

alba invernal

en el polvo de tiza

huellas de gato

 

llueve con sol

sobre el pañal tendido

la mariquita

 

claro del monte

cabecea el chivito

tras su madre

 

desayuno

el primero que se arrima:

un gorrioncillo

 

nubarrones

tiñosas en ruedos

y no llovió

 

amanece

entre ramas del mamey

cachos de luna

 

tarde de otoño

las hojas del caimito

loma arriba

 

José Antonio Martínez Coronel: Nacido en Güines, provincia Mayabeque, el 20 de septiembre de 1966, es licenciado en Lengua y Literatura Francesa (Traducción e Interpretación) por la Universidad de La Habana. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

 

El canto del guineo,

en medio del valle,

hace más profunda la noche.

 

Una garza sobre los techos;

los hombres

ante el fogón.

 

Fin de año.

Las hojas caen

en el silencio.

 

Este cayo,

bajo el cielo estrellado,

diminuto planeta.

 

El pino,

siempre con hojas

siempre perdiéndolas.

 

Bruma del agua.

Arena que la lluvia

sacudió al fondo del mar.

 

Lánguida casuarina

sobre el mangle

bajo las nubes.

 

 

Rafael Jorge Carballosa. Nació el 24 de febrero de 1975 en San Germán, Holguín, Cuba. Entre 1993 y 1998 cursó hasta el quinto año de Licenciatura en Filología en la Universidad de La Habana. Desde el 2010 preside la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la Isla de la Juventud y dirige La Casa del Joven Creador. Ha publicado textos poéticos en la Revista Caimán Barbudo (AHS), Videncia (Ciego de Ávila) y Carapachibey (Isla de la Juventud).

 

El marabú.

También a sus espinas

moja el rocío.

 

Junto a la cerca

una vaca ha rumiado

toda la noche.

 

Riega las fotos

el viento de Diciembre

sobre la mesa.

 

Últimos rayos

del sol en la ventana.

Juegan los niños.

 

Quién paseará

al perro del ausente

por el jardín.

 

Todo está oscuro

pero sabes que el mar

aún sigue allí.

 

Bajo la cama

el par de botas viejas

del forastero.

 

Yordán Rey Oliva (Ciudad de La Habana, Cuba, 11 de Agosto de 1982) Poeta y narrador, tiene publicados: “Teresa Valdés del Pueblo de Quita y pon” (Literatura para niños y jóvenes. Unicornio, 2016); “El caserón de la curva” (Literatura para niños y jóvenes. Áncoras, 2017); “El Asteroide B600” (Literatura para niños y jóvenes. Unicornio, 2018); “Cantar del niño nunca robado” (Poesía, 2018) y “Grutesco” (Novela, editorial. Capiro 2019). Textos suyos pueden ser encontrados además en diversas publicaciones periódicas y antologías

 

Día de la Candelaria

alguien podando

las ramas del pino.

 

Amanecer

devuelve el oleaje

tres marpacíficos.

 

Risas apagadas

con flores de majagua

ellas lavándose el pelo

 

Sobre el sillón de mi madre

ya no da el sol.

Fin del verano.

 

Casa en ruinas

en el pozo sin brocal

crecen los helechos

 

Noche invernal

el farol del cementerio

bajo la llovizna.

 

Madrugada.

ya son seis

las mariposas del techo.

 

 

José Manuel Rodríguez Quintana (La Habana) Sus haikus han merecido reconocimientos en diversos certámenes, entre los que se encuentra ser ganador del VII Concurso de haiku de la Facultad de Derecho de Albacete, primer premio al mejor haiku individual, en el II Concurso de Haiku Ciudad de Medellín 2014 donde también obtuvo una mención a la mejor colección. También ha sido seleccionado en el Concierto de haiku Los Cuatro Elementos, Ser Agua.

 

 

sol en las cañas

sobre el agua del tinajón

un sapo inflado

 

titila a ratos

un hilo de araña

que pende del flamboyán

 

día de lluvia

nadie con quien hablar

ni a dónde ir

 

al pie del plátano

temblequeando un pichón

lleno de hormigas

 

Año Nuevo

hoy regalé un gladiolo

a alguien que no conozco

 

altar mayor

sólo murciélagos

después del fuego

 

Puente en penumbras

Un ramo de girasoles

llegando al mar

 

goteando lluvia

a trechos el gorrión

alza el mendrugo

 

Alberto Armenteros (Jaruco)

 

calabazar

atraviesa el cercado

un tallo tierno

 

patio en calma

echó una flor la piña

entre guijarros

 

Un triplaris florecido:

desde sus ramas sin hojas,

el canto de dos zorzales

 

sopor diurno

un cangrejo ermitaño

entre mis pies

 

cielo cerrado

el zorzal mira al viejo

antes de irse

 

nada me dicen

las olas de este mar

hondo respiro

 

Aida Elizabeth Montanarro Torres (La Habana) Es licenciada en Cibernética Matemática y miembro del Grupo de Creación Literaria Expedición. Ha recibido premios y menciones en el género cuento y su poesía ha sido publicada en “Instantes como islas” (haiku), por el Grupo Expedición, Ediciones Latin Heritage Foundation, 2012.

 

Sol naciente.

Aún cubre la neblina

el arrozal.

 

Rayos de sol

sobre el banco del parque.

La fuente seca.

 

Tarde de agosto.

El gato duerme

junto al nido vacío.

 

Rachas de huracán.

La hojarasca del patio

tras los sillones.

 

Trillo enlodado.

Chillidos de lechuza

en la arboleda.

 

Laurel del parque.

Entre las quietas ramas

fulgor de luna.

 

Maleza húmeda.

Arrastra el viento

aroma de azahar.

Lázaro Orihuela Martínez (Batabanó) Licenciado en Estudios Socioculturales. Miembro de los dos reconocidos foros de haiku Paseos.net y El Rincón del Haiku. Ha colaborado con la gaceta “Hojas en la Acera” y participado en varios kukai de dicha publicación. Fue incluido en el “Concierto -Ser Tierra-“organizado por “Fundación Zen Montaña de Silencio” Ha publicado en la revista “Haiku & Haibun Magazine”. Mantiene activo el blog de Haiku-Dô: “Decir la Nada” http://decirlanada.cubava.cu/ Es creador del foro -Tu Zona Haiku- http://somostuzona.nat.cu/comunidad/index.php. Es además el organizador del Primer Concurso Internacional de haiku “Senda del Sur”

 

Brisa.

En un mangle seco

el cascarón de una chicharra.

 

Meses sin lluvia.

Descargo la leña

al lado de las vicarias.

 

Puerto pesquero.

Bajo la raya muerta

escaramujos.

 

Costa quemada.

Recojo entre el vapor

unas semillas.

 

Zanjas de San Vicente.

En la brisa el olor

a estiércol de vaca.

 

Atardece.

Por el cabo de amarra

fila de hormigas.

 

 

Jardín del bohío.

Entre el racimo de fongo

un nido de tojosas.

 

 

Idalberto Tamayo (ciudad de Manzanillo, Oriente, 1952) En la década de los 90 comenzó a escribir poesía y participar en concursos auspiciados por la Facultad de Ciencias Médicas de La Habana, obteniendo premios en los géneros de paremias, cuento y poesía a nivel municipal y provincial. Actualmente vive en Estados Unidos y desde el año 2017 practica el haiku.

.

Vuelo de gallinuelas –

Tiembla la luz

en el pantano

 

Salto de agua

Canta el tocororo

cerca del curujey

 

Gotean las hojas

No han salido esta noche

los caracoles

 

Termina el alba

Posado en un cardo

canta el jilguero

 

Sauces del río

Silbando muy cerca

el petirrojo

 

Hormigas bravas

Con un palito el niño

empuja la oruga

 

Luna llena

Con hojas y sin hojas

la bibijaua

 

 

 

María Elena Quintana Freire (La Habana, 1968) Graduada en Ingeniería en Control Automático. Ha impartido talleres literarios para niños en La Casa de La Poesía en La Habana Vieja. Ganadora del premio de poesía nacional de Haiku “El vuelo del Samandar” , 2012, del primer premio de Haiku de la Universidad de Albacete ( 2012), del tercer lugar del premio Farraluque en cuento (2015), y del Accesit Félix Pita Rodríguez de literatura infantil (2015). Fue mención en el X Encuentro de Estudios Literarios (La Habana, 2015). Se incluyeron algunos de sus cuentos y poesías en la antología infantil Mis escritos (Editorial Mis escritos, Argentina, 2015) Es co-autora de “Instantes como islas” y ha publicado para los niños “Carmicuentos de Maruka” (Ediciones Montecallado, 2016).

 

Luna en el río.

El olor a jazmín

de la otra orilla.

 

Sopor de agosto.

Un limón ha caído

en los tablones.

 

Patio inundado.

Canta una vieja copla

mi abuelo ciego.

 

Se ha detenido

en el claro de luna,

un cangrejo.

 

Diez campanadas.

Las flores del framboyán

siguen cayendo.

 

Hierba marchita

La sombra del pescador

quieta en el río

 

 

 

Rafael Álvarez Rosales (La Habana, 1983). Graduado de Letras.

 

 

Truena, y salen

de sus guaridas

tres jicoteas.

 

 

Aguacero.

Tirita el cundeamor

ante la bruma.

 

 

 

 

Lázaro Alfonso Díaz Cala (La Habana, 1970) estudió Contabilidad, profesión que desempeña desde 1988 en el Sistema Bancario Cubano. Es además poeta, narrador y compilador; miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y fundador del Proyecto de Creación Literaria Expedición y del Proyecto de Haiku Monte Yoshino.

Textos suyos han sido incluidos en publicaciones periódicas y en diversas antologías de narrativas y poesía, en Cuba y el extranjero. Ha sido premiado en numerosos concursos nacionales e internacionales, como el David de novela, en Cuba, y el Julia Guerra de poesía, en Algeciras, España.

 

Pomarrosas maduras.

Dos tomeguines

cantan al alba.

 

Gotas de rocío.

La leche de la ubre

cae en la vasija.

 

 

Sol intenso.

Un solo pelicano

flotando en la bahía.

 

Mediodía.

En la rama del guayabo

reposa el zunzún.

 

 

Crecido el arroyo.

El tronco del almendro

cierra el camino.

 

 

Tarde nublada.

Entre las dos palomas

vuela un gorrión.

 

 

Una crisálida

aferrada al horcón.

Jadea el perro.

 

 

Maikel Iglesias Rodríguez Pinar del Río, Cuba (1980) Escritor, médico y fotógrafo.

Varias jornadas

se ocultan las espinas

en los zapatos.

 

Abunda el pasto,

no berrean las cabras

ni las ovejas.

 

Vacío establo:

salvo un corcel sudado.

¿A quién relincha?

 

La más endeble

entre todas las casas

provee rosas.

 

Sobre la rama

truncada de la ceiba

se oye un gorjeo.

 

Cantan los grillos,

ya es noche y los cangrejos

voraces tañen.

 

En plenilunio

la bandada de pavos

salta las vallas.

 

Marcel Lueiro La Habana, 1977. Poeta y editor, estudió Periodismo en la Universidad de la Habana.

Cae el moscón

en el vaso de leche.

Estamos solos.

 

No se inmuta,

con el viento de la ciudad,

mi sonajero.

Lucrecia Linares (Consolación del Norte, Pinar del Río)

Río en otoño

Para cruzar el puente

aúpa al niño

 

Cálida noche.

El macao que barrí

vuelve al umbral.

 

liba el zunzún

en la flor que le ofrezco

los dos temblamos

 

vuela al encuentro

de su sombra en el barro

una paloma

 

Sí, lagartija,

nada fuera del círculo

que hacen las aguas

 

La luz del alba…

Un cuerpo que encontró

ya su silencio.

 

qué resplandor

una plumita blanca

en el helecho

 

La fuente al alba:

en el muro un peón

olvidó un guante.

 

mariposa diurna,

¿esta noche también

tú estás insomne?

 

Mucho más joven

que mañana, despierto.

Día de luz

 

Al despertar,

la primera llovizna

de este año.

 

Lester Flores López (La Habana, 1981) Escritor y poeta, es licenciado en Historia, profesor y librero. Entre otros premios, sus haikus han recibido mención en el VI y VIII Concurso de Haiku de la Facultad de Derecho de la Universidad de Castilla La Mancha, en Albacete, España, en 2012 y en 2016, mención en el II Concurso de Haikus de la Biblioteca Manuel Siurot de Huelva, España, en 2013. Premio a la mejor selección cubana en el II concurso Internacional de Haiku “El Vuelo del Samandar” de la Casa de la Poesía de La Habana, Cuba, en 2014. Seleccionado en el Concierto de Haiku Los Cuatro Elementos, Ser Agua y Ser Fuego-Luz, antologado en Haikool, en 2013; en Au fil de l’eau y Jours d’Ecole, en 2014, Editions L’iroli, Francia.

En 2018 este haiku suyo recibió el Tercer Premio al mejor haiku en español en el IV Concurso de Haiku de la librería Haiku Barcelona:

 

El mediodía.

Un caballo bebiendo

lluvia de ayer.

 

Es además editor de Ediciones Yoshino http://eyoshino.cubava.cu/

Su sitio web, “Con luz reflejada”: http://fleures.cubava.cu/

 

Dos en silencio.

En la acera un montoncito

de vicarias.

 

Humareda:

posándose alrededor

las garzas blancas.

 

La lluvia amaina.

Un hombre se persigna

al ver la ceiba.

 

Lavo mis dientes.

Unas pencas marchitas

en la sábila.

 

Otro pollo muerto

entre las rocas.

Vuelo de pelícanos.

 

La tarde yéndose.

Dicen que es olor

a ají quemado.

 

Nochebuena.

En el techito dos gatos

se dan la espalda.

 

 

Miguel González (1976) (Cárdenas)

Largo camino

a la luz de la luna

se hace más corto.

 

Tras la lluvia

la rana vuelve a cantar

sobre el nenufar.

 

Marea baja

sobre las rocas los percebes

se cierran.

 

Las hojas secas

lucen aún más rojas

en el ocaso.

 

 

Raonel Cruz Díaz (Sancti Spiritus) microbiólogo de profesión, escribe haiku, senryu y tanka. Algunos de sus haikus aparecen en el libro recopilatorio del III Certamen de haikus «Jorge Luis Borges» y ha sido el ganador del V Concurso Literario de Haikus «Mundo Escritura» y del II Concurso Literario de Haikus «Al claro de la luna»

 

Asoma el sol,

rojo en el horizonte

sube al camino.

 

La red de araña

alberga en la mañana

gotas de lluvia.

 

En la distancia

sobre olas del mar

haces de luz.

 

Bajo la lluvia

la garza imperturbable

sobre la roca.

 

Las hojas secas

cubren la senda antigua.

Pasos sin rumbo.

 

Ondea el rostro

que refleja el estanque

al caer la hoja.

 

Bajo granizo

llegan en la tormenta

cantos de ranas.

 

Juan Carlos Domínguez Camps (La Habana)

 

Amanecer junto al mar.

La mujer preñada

tararea.

 

En el estante

más alto de la farmacia:

¡un nido!

 

Mañana de abril.

Polvo y gallinas

alza un niño encuero.

 

Encallado,

junto al malecón,

un velo de novia.

 

Noche fría.

Contra el pecho del loco

su jolongo de sobras.

 

Octubre.

Sobre los arrecifes

una muñeca rota.

 

Noche cerrada.

Muestra un relámpago

el camino.

 

Erich Estremera (Ciego de Ávila, Cuba, 1979). Poeta. Ha obtenido los premios de Poesía «Eliécer Lazo», «Mangle rojo»» y «Poesía de primavera», todos en 2007. Ediciones Ávila publicó sus poemarios “Granos de cebada” (2008) y “Fuegos fatuos” (2010). Actualmente reside en Islas Canarias, España.

 

Caído a tierra

el tronco del naranjo.

Racha de viento.

 

Seca la charca,

y un niño lleva aprisa

un balde de agua.

 

No vives solo:

aún cantan los gorriones

bajo tu techo.

 

Rocas sin filo,

adornando la senda

del riachuelo.

 

Vuelo, corte, giro,

y entre las garras del zorzal

una libélula.

 

Sube el ratón

sus crías a las piedras.

Río crecido.

 

 

Miguel Ángel Ochoa Cruz (Palma Soriano, Santiago de Cuba, 1979) Escritor y promotor cultural.

 

Por el estero

la corriente lleva

hojas marchitas.

 

Dentellea el perro,

en una tarde otoñal

vuela el moscardón.

 

Una por una

las patas del ciempiés

van por el trillo.

 

Último intento.

De un salto a otro salto,

el dienteperro.

 

En la bahía

los peces nadan lejos

del alcatraz.

 

Viento de otoño

y hojas que se arrastran

por esta calle.

 

Croa una rana,

al borde de la charca

una libélula.

 

 

Orlando Víctor Pérez Cabrera (Cumanayagua, Cienfuegos, 1950) Maestro titular de Enseñanza Primaria y poeta.

 

La garza pica

granos que va dejando

el campesino.

 

 

Ernesto Hernández Busto (La Habana, 1968) es escritor y traductor. Desde 1999 reside en Barcelona, donde ha publicado varios libros (ensayo, poesía) y numerosas traducciones del inglés, latín, italiano, ruso y francés. Sus tres últimos libros recogen versiones japonesas: “La sombra en el espejo” (Bokeh, Leiden, 2016) “Jardín de grava (Cuadrivio, México, 2017, Godall Edicions, Barcelona, 2018) y “Hoguera y abanico, versiones de Bashô (Editorial Pre-textos, Valencia, 2018).

 

Anzuelo, a veces,

y otras noches guadaña:

luna menguante.

 

Azuzo sombras

mientras la luna duerme

sola en mi cuarto.

 

Camilo José Noa Rodríguez (Gibara, Holguín, 1990)

 

entre las olas

casi descompuesto

flota un perro

 

ya sin carne

huesos de vaca

en el potrero

 

Sinecio Verdecia (La Habana, Cuba, 1974) Poeta, performático, promotor cultural, narrador oral y cantautor, ejerce su labor en la Casa de la poesía de La Habana.

 

Un gato muerto

la lluvia matutina

borra su sangre

 

Tarde nublada

mi vecino ciego

fríe pescado

 

Dalila León Meneses (Sancti Spíritus, 1980). Graduada de Contabilidad y Finanzas en 1998, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Pertenece al Consejo Provincial de la Editorial Luminaria y trabaja en la Casa de Cultura de Sancti Spíritus como Instructora de Literatura. Ha publicado los poemarios “Sin buenas nuevas”, “Bon Appétit”, “Pop Art Collection, “Antes que amanezca y su libro inédito “Bon Voyage” ha recibido Mención en el Premio de poesía “Calendario”

 

Oscuras ramas

meciéndose en el patio

toda la noche.

 

Brota el jardín

y en sí mismo se pierde

con su maleza.

 

 

Mónica Ramos Pérez. Poeta y narradora. Natural de Gibara, municipio de Holguín. Licenciada en Comunicación Social, ha obtenido multitud de premios en distintos certámenes literarios de países como España, Argentina o Venezuela. En 2014 obtuvo el segundo premio en el II Concurso Internacional de Haiku Samurai Hasekura,

 

Llega la brisa

arrullando la Fūrin

de mi ventana.

 

El haiku tiene un futuro muy prometedor en Cuba, sirvan esto ejemplos como muestra de lo que está por llegar:

 

En la playa

las olas van y vienen

de todos los tamaños

 

Sofía Calvo Reyes (7 años)

( Taller de Mizu, Casa de la Poesía, La Habana)

 

 

Tarde nublada

Los pájaros huyendo

De la tormenta.

 

Talía Torres Cortina (14 años)

 

Ojos de vaca

Ligeramente me miran

Muy desganados.

 

María Fernanda Rivero Ortiz (14 años)

 

Las estrellas brillan

alrededor de mi patio.

Un perro ladra a un gato.

 

Shanti Macías Santí (5 años)

 

De día y noche

En el fondo marino

Peces nadando.

 

Talía Badel Saiz (14 años)

 

 

 

Leticia Sicilia, 2019 ©

 

KALA RAMESH

Como ya vimos en un artículo anterior dedicado al haiku en la India, disponible en este enlace http://nueva.elrincondelhaiku.org/2019/02/28/el-haiku-en-la-india/ Kala Ramesh es una de las autoras más importantes y representativas del haiku hindú.

En esta ocasión la autora ha querido compartir con los lectores de El Rincón del Haiku un poquito más de su obra.

Kala es poeta y editora. Nacida en Chennai (India) actualmente vive en la ciudad de Pune donde escribe y enseña haiku, tanka y haibun. Es también miembro externo del cuerpo docente de la Symbiosis International University de Pune desde 2012, donde enseña haiku a estudiantes de pregrado – algo totalmente novedoso en su país, y además es profesora de haiku y haibun en el Taller Nacional de Escritores de Katha (KNWW) desde 2013 para niños en edad escolar.

Apasionada por llevar el haiku a los espacios cotidianos, Kala ha llevado a cabo multitud de iniciativas, para dar a conocer el haiku en ámbitos muy diferentes. Uno de esos proyectos es HaikuWALL – un proyecto mediante el cual sus estudiantes pintan las paredes de la ciudad con haikus, para ayudar a que las personas se tomen un respiro en la agitada vida que llevan.

“La fusión del haiku con el graffiti fue algo que evolucionó orgánicamente en mi mente durante la Bienal de Pune en los Festivales de 2013 y 2015. Los organizadores de la Bienal de Pune estaban tan satisfechos con los haikus que los estudiantes de arquitectura escribieron durante el taller que decidieron pintarlo en las paredes de la ciudad, después de obtener el permiso de nuestro gobierno local. La idea era dejar que el arte y la poesía se descubrieran como una casualidad. Tal vez una persona que camina por la carretera de repente encuentra un haiku y dice: «¡Hey! Eso es hermoso».

… El haiku en las paredes fue una idea que comenzó a ocupar todo el espacio de mis sueños. ¡En cada pared que vi me imaginaba un haiku allí! Pero documentar esto en una película nunca fue idea mía. Fue Jim Kacian quien sugirió por primera vez que esta idea debería ser compartida y que sería bueno si pudiera hacer 17 películas de 17 segundos para el Día de la Poesía 2015 de The Haiku Fundation.

Entonces empecé a buscar a alguien que pudiera poner esta idea en una película. Probé con 8 diferentes cineastas, aficionados y estudiantes del famoso Instituto de Cine y Televisión de la India, y pasé casi 11 meses con esto, pero no fue así. Recientemente, un amigo mío sugirió a Payal Kulkarni – un graduado en comercio de 20 años de edad. Trajo a su director de fotografía, Kaustubh Joshi, y ante mis ojos empezó a tomar forma, foto por foto… haiku por haiku”

La película de 7 minutos de duración a la que hace referencia Kala se puede disfrutar en este enlace

https://vimeo.com/144286298

 

Otros de los proyectos que lleva a cabo son:

  • HaikuTRAIL – consiste en dar paseos por una zona elegida manteniendo abiertos los cinco sentidos para plasmar las vivencias en forma de haiku.
  • HaikuWORKSHOP – Un taller de 7 horas repartidas en dos días en los que se practica haiku y haibun.
  • HaikuTALK- “conversaciones interactivas” sobre formas cortas de poesía japonesa y la magia del lenguaje del haiku.
  • HAIKU -YOUTH – animando a los niños a escribir haiku y a que publiquen sus poemas en excelentes revistas de haiku en todo el mundo.
  • HAIKU – UTSAV – Kala ha organizado diversos certámenes para disfrutar de la belleza del haiku y de los géneros afines en la India y para aunar el haiku en lengua inglesa y en lenguas regionales.
  • HAIKU – DHYANA – Dhyana es el estado de cognición donde todos los potenciales objetos y sujetos existentes se advierten simultáneos en el tiempo y ubicuos en el espacio interior de percepción. Es la experiencia no-dual por excelencia y suele denominarse como “estado de conciencia de meditación”. Aquí Kala destaca los silencios que rigen ambas prácticas (haiku y Dhyana) y logra algo que nunca antes se había explorado en la India.
  • HAIKU -STAGE – donde la danza, el teatro, el mimo, la música o la pintura se unen con el haiku, la tanka y el haibun.

Su amor por el haiku y sus muchas iniciativas culminaron en la formación de “IN HAIKU” en 2013 – donde reúne a autores de la India para promover, disfrutar y sumergirse en la belleza y las complejidades del haiku y otras formas de poesía japonesa.

Kala es además editora en Under the Basho (EE.UU.); editora del Youth Corner, Cattails (EE.UU.); editora de Haiku y Short Verses, Muse India (Hyderabad); subeditora en jefe de la revista World Haiku Review (Reino Unido) y forma parte del equipo editorial de Living Haiku Anthology and Living Senryu Anthology (EE.UU.)

Además ha recibido multitud de premios por sus haikus y éstos aparecen en antologías y revistas de diversos países.

El haiku se compone de palabras sin adornos con una destreza emocional incorporada que no necesita ningún conocimiento especial de un idioma para poder disfrutarlas. En mi opinión, la fuerza de un haiku reside en el mundo de las imágenes, y seguramente no en la mera comprensión de las palabras tal y como son”

 

sunset . . .

the cuckoo repeats

his morning song

 

puesta de sol…

el cuco repite

su canción de la mañana

 

 

strains of the violin

– the old man walks

to his own rhythm

 

compases de violín

-el anciano camina

a su propio ritmo

 

 

temple gate:

the wind gets in faster

than the devotees

 

puerta del templo:

el viento llega más rápido

que los devotos

 

“Los hindúes y budistas creen que toda la Creación está compuesta de cinco elementos esenciales, el Panchabhootam. Con la muerte, todo se traspone a estos elementos de la naturaleza, equilibrando el ciclo de la evolución.

Los cinco elementos son:

Éter – Akasha – está asociado con el sonido

Viento -Vayú- se asocia con el sonido y el tacto

Fuego – Agni – con sonido, tacto y forma

Agua – Jalam – con sonido, tacto, forma y sabor

Tierra – Prithvi – se asocia con el sonido, el tacto, la forma, el sabor y el olfato.

Esta clasificación y este pensamiento se entrelazan en el tejido de nuestras actividades diarias. Es ampliamente utilizado en todo tipo de arte, incluyendo poesía, literatura, danza, música, pintura e incluso Ayurveda – un sistema de medicina tradicional nativo de la India.

A esto, añada el ingrediente principal del haiku – el arte de la sugestión.

 

the year passes . . .

longing for cranes

to colour the sky

 

el año pasa …

anhelando grullas

para colorear el cielo

 

 

the suddenness

of scented breath

night Jasmine

 

lo inesperado

del aliento perfumado

jazmín de noche

 

 

soap bubbles

how softly mother

bursts into laughter

 

pompas de jabón

cuán suavemente madre

estalla en risas

 

 

liquid twilight

the tilt of a wáter pot

on her hip

 

crepúsculo líquido

la inclinación de un cántaro de agua

en su cadera

 

 

summer moon

a wave’s white foam

glazes the rock

 

luna de verano

la espuma blanca de una ola

esmalta la roca

 

“He visto el afán de los jóvenes por aprender más sobre el haiku cuando se vieron expuestos a él. Lo que es emocionante es verlos responder a sus propias experiencias culturales a través de esta forma de arte. Un sábado por la mañana, cuando vi a la mayoría de mis estudiantes graduados llegar a las estribaciones del bosque de Bhamburda para su caminata de ginko, me conmovió profundamente. Al día siguiente, su profesora dijo que no podía creer que el haiku y una caminata por la naturaleza sacaran a sus estudiantes de la cama a las 6 de la mañana».

 

 

receding wave…

crab holes breathe

the milky way

 

ola que retrocede….

los agujeros de cangrejo respiran

la vía láctea

 

 

Sleepless . . .

a swaying web catches

and loses the light

 

insomne. . .

una telaraña que se balancea atrapa

y pierde la luz

 

 

sans shore

horizon or sky: I am

a waterlily

 

sin costa

horizonte o cielo: soy

un nenúfar

 

 

winter rain

colder than ever

this bowl of rice

 

lluvia invernal

más frío que nunca

este tazón de arroz

 

 

winter loneliness:

the sofa she vacates

holds her shape

 

soledad invernal:

el sofá que deja libre

mantiene su forma

 

También ha querido compartir con nosotros dos de los más bellos haibun que ha escrito.

 

El columpio

Lluvia, sol o mal tiempo, el abuelo casi nunca se perdía su paseo. Cuando el viejo reloj de la cocina daba las siete de la mañana, se estaba atando los zapatos y luego bajaba las escaleras hacia el parque. Para mí, el abuelo siempre fue abuelo, siempre viejo.

Ha estado en cama durante los últimos tres meses. Al entrar en su habitación, mira hacia arriba y guiña el ojo, este hombre que nunca podía guiñar el ojo «correctamente», sin embargo, muchas veces tratamos de enseñarle. Y ahora, para diversión de mi hijo, parpadea con los dos ojos, su sonrisa corre por los pliegues de su cara….

 

el columpio: el cielo

de mil sueños,

tira de mí

***

 

 

Todo lo que queda

La pasta de estiércol de vaca acariciada con las palmas de las manos y golpeada contra las paredes exteriores para que se seque con el calor abrasador de Chennai. Esta madre de siete hijos se dedica a otras tareas hasta que el día llega a su fin. Su pequeño rincón se mantiene listo para el tazón mañanero de ragi de la familia. Apoya sus pies cansados sobre una almohada de algodón rígida, mientras su cuerpo cede ante la suave alfombra de korai extendida sobre el suelo de barro.

 

el desierto ….

y todo lo que queda, el cielo

con todas sus estrella

 ***

trying to know me

           deep within me

   autumn day

 

tratando de conocerme

       en lo más hondo de mí

   día de otoño

 

 

between the birth

and cry of my baby

my breath

 

entre el nacimiento

y llorar de mi bebé

mi aliento

 

 

Indian dance recital:

long plaited hair in step

with her hips

 

Recital de danza india:

el largo pelo trenzado al ritmo

de sus caderas

 

 

taking flight —

a butterfly shrugs off

its shadow

 

tomando el vuelo –

una mariposa ignora

su sombra

 

 

I fold in

the rose petals . . .

mother’s sari

 

Doblo

los pétalos de rosa . . .

el sari de madre

 

 

mountain bridge —

I pass through

     the clouds

 

puente de montaña

paso a través de

las nubes

 

 

full moon

a glowing taj mahal

on river Yamuna

 

plenilunio

un Taj Mahal resplandeciente

sobre el río Yamuna

 

 

Devi temple . . .

along with the ants

I enter barefoot

 

Templo Devi.

junto con las hormigas

Entro descalzo

 

 

flies

even inside the temple:

                                           Issa

 

moscas

incluso dentro del templo:

                                            Issa

 

Libros, Antologías y Artículos de Kala Ramesh:

· On the cards: Wishbone Moon, A Women’s Haiku Anthology, by Jacar Press, USA. Editors: Roberta Beary, Ellen Compton and Kala Ramesh.

· Beyond the horizon beyond –by Vishwakarma Publications, August 2017

· Haiku and My Haiku Moments: an Activity Book by Kala Ramesh – published by Katha, New Delhi, 2010 December. Reprint, December 2017.

· The unseen arc, Kala’s tanka collection, winner of the Snapshot Press eChapbook Award, UK, June 2017.

· Naad Anunaad: an Anthology of Contemporary World Haiku, Editor-in-Chief. Published in 2016 by Vishwakarma Publications. 2017

· One-line twos, in collaboration with Marlene Mountain, by Bones, Denmark 2016.

 

 

  • FIRST Katha Ebook of Haiku, Haibun, Senryu and Tanka published by Katha, Editor, Kala Ramesh et al. 2013.
  • Take Five: Best Contemporary Tanka 2008, 2009 and 2010 Anthology.

 

En este enlace se puede disfrutar del book-trailer de su libro Beyond the horizon beyond:

https://www.youtube.com/watch?v=FAMPUQMHt7Q

 

 

Leticia Sicilia 2019©

Haiku 5

鶯の聲遠き日も暮にけり

uguisu no koe touki hi mo kure ni keri

El canto distante

del ruiseñor-

también el día ha terminado.

 

Buson escucha el lejano y casi imperceptible trinar de un ruiseñor distante, que se funde y mimetiza con el ocaso, el final del día, la oscuridad que inicia el silencio. Parece que este cierre implica el abandono del sonido, el canto que cede en el ruiseñor ante la llegada de la noche. El ruiseñor, ave de primavera, que muestra radiante su canto por el día, se silencia y duerme por la noche. La naturaleza le indica el cambio de ciclo y el ruiseñor comprende, sabe que ha llegado el momento de callar. Buson observa la relación entre los seres y elementos que intervienen en el instante y los traslada al haiku. Aquí el oído y la vista se funden: por ello hablamos de una composición sensorial.

 

Emociona el lejano sonido, pues marca un cambio de ciclo, así como la constancia del sonido durante todo el día. Buson lo muestra así:

 

古庭に鶯鳴きぬ日もすがら

Furuniwa ni uguisu nakinu hi mo sugara

 

En el viejo jardín

un ruiseñor canta

durante todo el día.

 

Obviamente, es muy visible el homenaje al “furuike ya”o “un viejo estanque” de Bashô, seguramente el haiku más conocido fuera de las tierras japonesas, y del cual hablaremos en su momento, cuando se mencione el kigo de la rana. El viejo jardín, descolorido e impersonal, que marcaría el invierno, asiste a la llegada de la primavera por medio del sonido agudo de un ruiseñor, durante todo el día. Es el juego de complementarios inmerso en la profunda senda de esta composición.