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1200 HAIKUS DE SHIKI: PRESENTACIÓN E INICIO

SHIKI

MAESTRO DEL HAIKU

Masaoka SHIKI

TRADUCIDO AL INGLÉS POR EARL TROTTER

Peach Blossom Press

© 2024 Peach Blossom Press

Portada: Retrato de Shiki (24 de diciembre de 1900) del Sitio web de la Biblioteca Nacional de la Dieta. Dominio público.

Masaoka, Shiki (1867-1902) Shiki Maestro del Haiku Traducido por Earl Trotter

ISBN 978-1-7387466-2-0

Shiki en lecho de enfermo hacia 1899

(NT: Datada el 5 de abril de 1900)

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INTRODUCCIÓN A LA SERIE

“1200 HAIKUS DE SHIKI”

Presentamos a continuación la serie “1200 haikus de Shiki”.

La serie contiene:

*1200 Haikus de Shiki presentados de 100 en 100 (aprox.) mensualmente. Los haiku están ordenados por año y, dentro de cada año, por estación, categoría estacional (estación -temporada-, cielo y elementos, Tierra, asuntos humanos, animales y plantas) y palabra estacional (kigo). Cada uno se presenta en español, romaji y kanji.

*700 anotaciones (650 del propio Shiki o su traductor)

*Extenso resumen de la vida de Shiki, su relación con el haiku y la historia del haiku.

Aunque continúa gracias a muy honrosas excepciones, el avance en el conocimiento del haiku y sus maestros, en español, es lento y tortuoso. Solo así puede explicarse que de los 25000 haikus que escribió Shiki (hay una colección que contiene 25091 haikus), padre del llamado haiku moderno, sólo conozcamos unos 200 en nuestra lengua.

Recientemente, el estudioso del tema Earl Trotter, ha traducido unos 1200 del japonés al inglés, y aunque no nos cansamos de decir que, sin duda, las traducciones directas son más recomendables, se nos presenta una oportunidad de ampliar una importante cantidad (un 600% aproximadamente) de la producción del Shiki haijin, uno de los llamados cuatro grandes maestros del haiku junto a Basho, Issa y Buson, que pueda leerse en lengua española.

Queremos agradecer doblemente a Earl Trotter: por un lado, por su trabajo de selección, traducción y comentarios de los haikus de Shiki, y por otro por su disposición a permitirnos traducir su obra a la lengua española.

Habíamos trabajado ya mucho sobre la obra de Shiki, sobre sus diarios y artículos (de él o sobre él), pero ahora, nos disponemos a conocer buena parte de sus haikus inéditos en la lengua española.

Para ello, solo nos queda informar de que hemos seguido los mismos criterios de traducción que el propio Earl Trotter, la traducción ha intentado ser literal, respetando incluso las imágenes, los signos de puntuación y guiones de corte en final de verso característicos en la poesía anglosajona (dash). La serie y libro serán publicados en línea y gratuitamente por El Rincón del haiku y el sello de publicación sin fines comerciales Sabi-Shiori. Os deseamos una muy feliz lectura,  y que aproveche.

Los traductores:

Jaime Lorente y Elías Rovira

NT: A lo largo del texto, se añaden algunos comentarios nuestros que identificamos siempre con NT (nota de los traductores).

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 Vida de Shiki

Los inicios (1867-1883)

Masaoka Shiki (en el formato japonés con el apellido primero) nació el 14 de octubre de 1867, aproximadamente un año antes del comienzo del período Meiji. Su nombre oficial era Tsunenori, pero era conocido comúnmente por el antiguo nombre de Tokoronosuke. Esto provocó algunas burlas y su abuelo cambió este nombre a Noboru. Como se describe a continuación, más tarde asumió el seudónimo de Shiki y así es como se le llamará de aquí en adelante. El hecho de ser zurdo, tampoco ayudaba a evitar las burlas.

Su padre era un samurái de bajo rango que vivía en la ciudad de Matsuyama, en la isla de Shikoku. Enseñó caligrafía a Shiki, pero era alcohólico y murió cuando Shiki tenía cinco años. Después de la muerte y la previa conmutación de las pensiones de los samuráis en un pago único por parte del gobierno Meiji, la familia no tenía una fuente fija de ingresos. La madre de Shiki, Yae (1845-1927), tuvo que enseñar costura para mantener a la familia, que incluía a Shiki y a su hermana menor Ritsu (1870-1941). El abuelo materno de Shiki, Ohara Kanzan, distinguido erudito confuciano y primer maestro de Shiki, se convirtió en su mentor y referente.

Kanzan era un samurái conservador. Era fuerte, orgulloso y desdeñaba los bienes materiales. Kanzan estaba en desacuerdo con el nuevo mundo del período Meiji. Se negó a cambiar su peinado tradicional e hizo que Shiki siguiera su ejemplo. Sin embargo, Shiki, junto con su primo, Minami Hajime (1868-1940), también conocido como Ryo, eran los únicos en la escuela con el pelo largo, y después de muchas súplicas de Shiki, finalmente le permitió cortarse el pelo. Aunque Shiki ingresó en la escuela primaria pública a los cinco años, aprendió mucho fuera del sistema escolar, en sus estudios de historia, filosofía y literatura chinas clásicas recibidos de una serie de tutores privados. El primero de ellos fue su abuelo Kanzan, de quien aprendió los elementos de la lectura china a partir de 1874. Allí, con su primo, estudió a Mencio y los cinco clásicos de la filosofía confuciana, acudiendo por las mañanas más tarde a la escuela. Posteriormente, Shiki no demostraría ser un estudiante tan aplicado, dedicándose a menudo a asuntos que le interesaban más, como escribir poesía.

Kanzan falleció en 1875 con cincuenta y siete años de edad. Shiki continuó su estudió con otros profesores. Escribió su primer poema en chino clásico en 1879, a la edad de once años, que fue evaluado por su nuevo tutor, Tsuchiya Kyumei. Sus ensayos escritos en la escuela pública eran muy diferentes a los de los demás. A los trece años, recopiló varios de estos ensayos y el primero de ellos, Yoken Setsu (Sobre perros occidentales), es también el primer escrito que se conserva de Shiki. Con once y doce años, Shiki encontró nuevos intereses. Su tutor, lejos de las matemáticas y la lectura, dedicaba su tiempo a recitar los argumentos de novelas de aventuras chinas y japonesas.

Pero no fue hasta los quince años cuando su madre le permitió tomar prestado el material de la biblioteca. Leyó las obras de Takizawa Bakin (1767-1848), el principal novelista de finales del periodo Tokugawa, así como las novelas clásicas chinas Romance de los Tres Reinos, Viaje al Oeste y Margen de Agua. También devoraba cuentos de guerra clásicos del Japón medieval, como Heike Monogatari, Cuento de Hogen y Heiji Monogatari. Además, asistía a escuchar a narradores profesionales recitar sus cuentos tradicionales de guerra.

Shiki ingresó en la Escuela Media de Matsuyama en 1880. Allí formó con cuatro amigos la Sociedad de Amantes de la Poesía, a la que dedicó gran parte de su energía hasta 1882. Estudiaban obras de las dinastías Tang y Song, especialmente las del filósofo confuciano Zhu Xi. Más tarde compusieron poesía china, reuniéndose en sus casas una vez a la semana. Crearon una «revista» que contenía ensayos, crónicas de viajes y poesía china, escrita por todos, pero a veces sólo por Shiki, que fue considerado el líder a pesar de ser el más joven. Pero no todo eran estudios. Shiki se interesó por el béisbol y, de hecho, más tarde tradujo algunos de los términos de béisbol que aún se utilizan en Japón. También escribió haikus y tankas de béisbol. Shiki jugó al béisbol como receptor (catcher), pero lo dejó tras toser sangre en 1889. Ingresó en el Salón de la Fama del Béisbol Japonés en 2002.

En 1882, Shiki se dedicó a la política. Asiste a las reuniones de la Asamblea Prefectural y a mítines políticos. Se unió a clubes de oratoria como los foros de opiniones radicales. Sin embargo, el director, conservador, reprimió la expresión de ideas políticas radicales y finalmente se le prohibió a Shiki hablar en público. El camino hacia el futuro parecía ser Tokio. El primo de Shiki, Hajime, con quien seguía en clase, se fue a Tokio en 1882. El tutor de Shiki, su tío Ohara Tsunenori, y su tío de Tokio, Kato Tsunetada, se opusieron a que Shiki se fuera. Sin embargo, la creación de un fondo de becas para estudiantes de Matsuyama descendientes de samuráis, hizo cambiar de opinión a sus tíos y Shiki partió hacia Tokio el 10 de junio de 1883, aunque con sentimientos encontrados.

Un estudiante en Tokio (1883-1892)

En julio de 1883, ingresó en la Escuela de Secundaria Kyoritsu. Allí estudió a Zhuangzi y quedó fascinado. Eso, junto con la influencia de su tío Tsunatada, fue el comienzo de su serio interés por la filosofía. Normalmente se terminaba la etapa en tres años y luego se entraba en una escuela preparatoria para la universidad. Shiki, sin embargo, se presentó al examen de la escuela preparatoria afiliada a la Teikoku Daigaku (Universidad Imperial, más tarde Universidad de Tokio) en su segundo año y aprobó. No se lo había propuesto en serio, sólo acompañaba a unos amigos que se presentaban, pero descubrió que era uno de los dos que habían aprobado, para su gran sorpresa. Cuando ingresó en la escuela preparatoria de la universidad en 1884, conoció a Natusme Soseki (1867-1916), que se convertiría en el principal novelista de la época, y se hicieron amigos rápidamente.

Un año después de ingresar en la Escuela Preparatoria Universitaria, en la primavera de 1885, decidió convertirse en filósofo. Sin embargo, Shiki no aprendió nada de Filosofía más allá de Zhuangzi y siguió distraído con sus estudios. Suspendió los exámenes finales de la Escuela Preparatoria Universitaria en 1885 y, más tarde, su interés se desvió hacia la estética. Le gustaba la literatura, pero se aferraba a los ideales confucianos. Cuando descubrió la Estética, encontró un puente entre ambas. Un amigo le prestó una obra estética de un escritor alemán. Como Shiki no sabía alemán, luchó y finalmente abandonó, no sólo el libro, sino también la Estética. En la escuela preparatoria, como antes, sus principales intereses seguían estando fuera del plan de estudios.

Cuando regresó a Matsuyama en 1886, conoció al poeta de haiku Ohara Kiju. Le mostró a Kiju algunos haiku que había escrito y Kiju los elogió. Aunque éste fue su único encuentro, Shiki dijo más tarde que Kiju había sido su único maestro de haiku.

Shiki era un gran conocedor de la literatura contemporánea. De Tsubouchi Shoyo (1859-1935) recogió la idea de «literatura» (en japonés bungaku). Hasta entonces, en Japón, los conceptos de distintos géneros eran discretos. Shoyo pensaba sobre todo en la novela y el drama, pero Shiki adoptó el nuevo concepto y lo extendió a la poesía. Aunque al principio se inclinó por un verso de estilo occidental más libre, en 1889 se decantó por la poesía kanshi (poesía japonesa escrita en caracteres chinos), la tanka y el haiku. Pensaba que cuanto más corta era la forma, más profundo era el significado, y finalmente se centró más en el haiku y la tanka. Fue un pionero en el uso de la palabra «shika» para incluir todas las variedades de poesía. Ese mismo año escribió Nanakusa-shu (Colección de las Siete Hierbas) . Además de incluir kanshi, tanka y haiku, contiene también su única obra Noh, Togan Koji, ambientada en el periodo Meiji. La mayor parte de la poesía trata de su viaje durante las vacaciones de verano de 1888 a lo largo del río Sumida.

En 1888, durante un viaje a Kamakura, Shiki escupió un poco de sangre. Pero fue el 9 de mayo de 1889 cuando sufrió su primera hemorragia pulmonar importante y tosió sangre. Después de pasarle una segunda vez por la noche, compuso cuarenta o cincuenta haikus sobre el hototogisu (el cuco menor), un pájaro cuyo canto se considera que suena como si tosiera sangre. Tomó el nombre de Shiki (lectura china de hotogogisu). Este fue el primer signo de la tuberculosis que acabaría con su vida. En 1890, se graduó en Koto Chugakko (Escuela Media Superior, el nuevo nombre de la Escuela Preparatoria Universitaria), e ingresó en el Departamento de Filosofía de la Universidad Imperial en septiembre de 1890. En enero del año siguiente se trasladó al Departamento de Literatura Japonesa. Cabe mencionar que a lo largo de estos años Shiki parece haber leído varias obras literarias en inglés.

En 1891, Shiki comenzó a mostrar los primeros signos de impaciencia con eso de ser estudiante universitario. La fascinación de Shiki por el haiku y otras formas de literatura siguió creciendo. Recorrió la zona de Chiba y visitó Matsuyama. A su regreso, dejó de asistir a las clases de la universidad. Abandonó la residencia de Hongo, donde había estado viviendo como estudiante becado, y alquiló una casa en Komagome. Suspendió los exámenes de junio de 1891. Comenzó a estudiar a fondo el haiku desde sus orígenes. Este trabajo culminó primero en Charlas sobre el haiku (véase más adelante) y finalmente en la Colección clasificada de haiku, de 1900. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar en una novela corta, ya que seguía pensando que la novela era el camino a seguir. Terminó La capital a la luz de la luna y se la mostró al novelista Koda Rohan a principios de 1892. Rohan no quedó impresionado. En mayo, Shiki decidió que ya no quería ser novelista, sino poeta.

La vida literaria (1892-1897)

En octubre de 1891, Shiki escribió a Kuga Katsunan (1857-1907), editor de un periódico, a quien él conoció una vez ocho años antes, preguntándole si conocía algún buen alojamiento. Kuga le invitó a su casa e, impresionado por Shiki, le sugirió que alquilara la tienda de al lado. El 29 de febrero de 1892, Shiki se trasladó al 88 de Kami-negishi. Los últimos diez años de Shiki transcurrirían entre esta casa y otra de al lado, pues a partir del 1 de febrero de 1894, se cambió a una casa más grande en el 82 de Kami-negishi. Shiki había escrito un diario de viaje, Kakehashi no ki (El viaje del puente colgante), el verano anterior y Kuga accedió a publicarlo en su periódico, el Nippon Shimbun. Fue la primera publicación importante de Shiki y apareció en seis entregas entre el 27 de mayo y el 4 de junio de 1892. Ese fue el comienzo, a tiempo parcial, de la asociación de Shiki con el Nippon. Shiki permaneció fiel a Kuga desde entonces. A continuación, publicó Charlas sobre Haiku desde la boca del lobo, de junio a octubre, en treinta y seis entregas. Se convirtió en el primer libro de Shiki.

Shiki volvió a visitar Matsuyama en verano. Después dejó la universidad en octubre de 1892, renunciando a los fondos de su beca. Entonces invitó a su madre y a su hermana a venir a vivir con él a Tokio y llegaron en noviembre. El 1 de diciembre comenzó a trabajar a tiempo completo para Nippon como editor de haiku. A lo largo de los años publicó varias críticas, dos diarios y numerosos haiku y tanka. En 1893, antes de su plena madurez como poeta de haiku, escribió más de cuatro mil haiku, la mayor cantidad de su vida, en un solo año. Esto se debió en parte a su viaje a la región de Tohoku, donde siguió los pasos de Basho.

La guerra chino-japonesa estalló el 25 de julio de 1894 y Shiki se dejó llevar por los sentimientos nacionalistas que invadían el país. Quiso ir como corresponsal de guerra a las líneas de China a pesar de su mala salud. Finalmente fue aceptado en marzo de 1895, pero poco después se firmó un armisticio, el 17 de abril, el Tratado de Shimonoseki. Partió el 10 de abril, llegó el 12 y desembarcó en Dairen, China, el 15 de abril. Comprobó que los militares trataban mal a los periodistas. Recorrió la zona y conoció a Mori Ogai (1862-1922), el famoso novelista, entre otros. De regreso a casa, en un barco de tercera clase con destino a Kobe, Shiki cayó enfermo. Fue trasladado al hospital y se esperaba que muriera, pero sobrevivió. Se recuperó en un sanatorio de la cercana Suma. En agosto regresó a Matsuyama y se alojó en casa de Natsume Soseki.

En Matsuyama, un grupo local de poetas de haiku, la Sociedad del Viento en los Pinos, se congregó en torno a Shiki y lo tomó como mentor. Les enseñó su nuevo estilo de haiku, que se centraba en la propia observación de la naturaleza. Uno de los miembros del grupo, Yanagihara Kyokudo (1867-1957), se convirtió en uno de sus principales discípulos. Ese mismo año, basándose en sus experiencias con el grupo, publicó Los elementos del haiku, dirigido a principiantes, de octubre a diciembre en Nippon. Regresó a Tokio en octubre, haciendo excursiones a Osaka, Nara y otros lugares por el camino. En este viaje, sintió dolores en la parte baja de la espalda (debido a una tuberculosis espinal) que acabarían incapacitándole físicamente. Fue entonces cuando empezó a explorar seriamente la tanka. Sin embargo, debido a su estado de salud, esta época supuso el punto álgido de su obra crítica (aunque continuó) y se concentró más en su poesía y sus diarios.

Debido a su salud, a Shiki le preocupaba tener un sucesor. Pidió a uno de su grupo, Takahama Kyoshi (1874- 1959), que asumiera este papel, pero Kyoshi no estaba dispuesto a hacerlo. Hubo tensiones en la relación, pero al final Kyoshi siguió siendo su discípulo y acabó transmitiendo las ideas de Shiki sobre el haiku. Aunque aún no era la corriente dominante, los miembros del grupo de Shiki, apodado Escuela Nippon, publicaron sus haiku en varios periódicos y revistas. Al año siguiente, la escuela alcanzó el reconocimiento literario. Mientras tanto, el libro de Shiki El mundo del haiku, de 1896, una presentación y análisis de los haiku escritos por Kyoshi y Kawahigashi Hekigoto (1873-1937), se publicó en Nippon, de enero a marzo de 1897, lo que contribuyó a dar a conocer a ambos.

En 1896, Shiki comenzó a estudiar seriamente a Yosa Buson (1716-1783) y su obra de haiku y haibun (prosa haiku), Nueva recolección de flores. Se sintió atraído por Buson y amplió sus estudios. El resultado fue Haijin Buson, que apareció entre abril y noviembre de 1897. Admiraba los «esbozos de la naturaleza» de Buson y su uso de la imaginación (más tarde restaría importancia a esto último). Consideraba a Buson como el igual complementario de Basho y un modelo apropiado para su escuela. Como resultado, Buson llegó a ser reconocido como uno de los principales poetas de haiku. Cabe mencionar aquí que Shiki también resucitó la reputación, aunque en menor grado, de Tan Taigi (1709-1771), cercano a Buson.

El 15 de enero de 1897, comenzó Hototogisu , la revista de la Escuela Nipón, editada por Yanagihara Kyokudo (1867-1942), en Matsuyama. Hototogisu se convirtió en el vehículo del nuevo haiku y supuso el reconocimiento de Shiki y su escuela. En agosto de 1898, la revista se trasladó a Tokio para estar más cerca de Shiki y del centro de las cosas, y también se amplió para incluir la literatura en general. Takahama Kyoshi se convirtió en el nuevo editor. La renovada revista tuvo un éxito inmediato.

Años finales (1897-1902)

La salud de Shiki siguió deteriorándose. En marzo de 1896 se hizo evidente que la enfermedad era grave y estaba en su fase final. Fue operado el 27 de marzo de 1897, pero no tuvo éxito. En 1897, Shiki quedó postrado en cama a causa de una tuberculosis en la columna vertebral. Sufría grandes dolores y las partes afectadas tenían que ser limpiadas y vendadas a diario. La morfina era lo único que podía aliviar su dolor. Sin embargo, Shiki se mantuvo fuerte y, mientras continuaba con su trabajo en el haiku, se dedicó a iniciar cambios en la tanka y la prosa.

En 1898, Shiki publicó sus Cartas a un poeta de tanka en Nippon, del 12 de febrero al 3 de marzo. Durante este periodo estuvo totalmente centrado en la tanka, en su escritura y en las discusiones con sus compañeros. Una vez terminado, Shiki decidió hacer un viaje al campo a finales de marzo para ver los ciruelos en flor por primera vez en cuatro años. Viajó en “rickshaw”, pero sus dolores lumbares le impidieron disfrutar de la floración. Como ya se ha mencionado, Hototogisu abordó la literatura en general, y trató también haibun (prosa haiku), la tanka, versos de nuevo estilo y crítica literaria y de arte, además del haiku. Shiki empleó su estilo de «esbozo del natural» (sashei) en piezas cortas en prosa.

El 24 de enero de 1901, Shiki comenzó un diario titulado Una gota de tinta y lo publicó en Nippon de forma ad hoc, cada vez que completaba una sección. Casi todo estaba escrito en prosa, pero había algunos haiku. Una entrada de mayo incluía diez tanka. El diario terminó el 21 de mayo. A menudo Shiki comentaba su estado físico y sus sufrimientos, así como su lucha con la muerte. En verano, su estado empeoró y requirió la atención constante de su madre y su hermana, que contaron con la ayuda de los discípulos más cercanos de Shiki. En otoño comenzó un nuevo diario, Notas perdidas mientras estoy tumbado de espaldas, que no estaba destinado a ser publicado y se centraba en su tormento físico, que era casi insoportable.

En enero de 1902, Hekigoto se trasladó a las cercanías para aliviar a la madre y la hermana de Shiki. Shiki interrumpió su diario privado en marzo, ya que su sufrimiento era demasiado grande. Lo reanudó en junio de 1902 como Diario de Morfina, completándolo en julio. Paralelamente, en mayo comenzó su siguiente y último diario público, Una cama de enfermo de seis pies de largo, que mantuvo hasta su muerte. El 11 de septiembre se le hincharon repentinamente los pies. Para el día 18 estaba claro que el final se acercaba. Rodeado de familiares y amigos, murió a la una de la madrugada del 19 de septiembre de 1902, a la edad de 34 años. Fue enterrado en el templo Tairyu-ji y, lejos de llevar su nombre budista póstumo, conservó el de «Shiki».

Tras su muerte, su hermana Ritsu, que llegó a ser profesora de corte y confección, adoptó a Chuzabura, el tercer hijo de su tío (y de Shiki) materno Kato Tsumetada. Tras jubilarse en 1921, convirtió su casa en un monumento en memoria de Shiki, llamado Shiki-an (la ermita de Shiki), para que los visitantes pudieran rendir tributo y ver dónde había pasado sus últimos años. Se quemó en los bombardeos aéreos de 1945 pero fue reconstruido en 1950 y aún hoy sigue abierto y es una atracción popular.

En 1981 se inauguró el Museo Memorial Shiki en su ciudad natal, Matsuyama. Cuenta con diversas exposiciones, una biblioteca y alberga un sitio web que no solo brinda acceso a sus haiku, sino que también incluye información diversa sobre Shiki. Tanto Shiki-an como el Museo Memorial Shiki son fundamentales para garantizar el legado de Masaoka Shiki.

Las opiniones de Shiki sobre el haiku se analizarán en una sección posterior, pero los comentarios de Keene[1]  rinden un homenaje apropiado a su impacto:

La importancia de Shiki se puede medir en términos de la extraordinaria popularidad de la que ha gozado el haiku desde que comenzó su obra. Hoy en día, más de un millón de japoneses componen haikus regularmente en grupos guiados por un poeta profesional. Miles de personas fuera de Japón componen haikus en su propio idioma, observando las reglas en la medida en que su idioma permite .. ..

Shiki como joven alumno
(NT: 1887, marzo. Shiki con uniforme estudiante de Dai-Ichi Kôtô Gakkô en Tokio donde volvió a ser compañero de Sôseki.)

 

Shiki, al frente, a la derecha, Shimbashi, Tokio – Retrato conmemorativo de noviembre de 1883. Kohaku Fujino, primo de Shiki, que se suicidó en 1895, aparece al frente a la izquierda. (NT: 1883, noviembre en Shimbashi. Desde la izquierda en la primera fila, sentados, Kiyoshi Fujino -Kohaku-, Tomoyuki Yasunaga y Shiki Masaoka. Desde la izquierda en la última fila, de pie, Ryo Minami -Hajime- y Masami Ota. Ryo Minami es sobrino de Kanzan Ohara, el abuelo de Shiki, y era dos años mayor que Shiki).

 

Shiki como samurái (NT: 30 de marzo de 1895, en Hiroshima, a punto de incorporarse al ejército en china como corresponsal de guerra del periódico Nippon)

 

Shiki vestido como jugador de béisbol en 1889

(NT: 1890, marzo. Conocidísimo retrato de Shiki vestido de jugador de béisbol.)

 Historia del Haiku

Antes de comenzar la exposición, se debe tener en cuenta que el uso de «sílaba» aquí es un poco diferente del uso en inglés (NT: o español). Podría traducirse como «unidad de sonido». La diferencia es que, en japonés, las vocales largas y las consonantes dobles cuentan como 2 sílabas y la «n» después de una vocal, una. Así, en romaji «nan» tiene dos sílabas, al igual que «shii», mientras que «kakko» tiene tres. Tenga en cuenta que la «e» y la «o» largas suelen traducirse como «ei» y «ou» (hay excepciones). Las sílabas largas también pueden escribirse con macrón, por ejemplo «shf». Asimismo, las «líneas» no son versos como en el verso inglés, sino que representan la unidad silábica de cinco o siete (u otra). Tradicionalmente, el verso japonés se escribía verticalmente, sin pausas.

Las raíces del haiku se remontan a los inicios de la poesía japonesa. Todas las formas antiguas constan de cinco o siete sílabas. Había cuatro tipos principales. En primer lugar está el kauta, en forma de pregunta y respuesta que consta de tres líneas con el patrón silábico, 5-7-7. Relacionado está el sedouka, básicamente un kauta doble. La chouka está formada por líneas alternas de cinco y siete sílabas, de longitud indeterminada, que concluyen con una línea de siete sílabas. Dentro de la chouka, puede haber una ruptura en el patrón con versos consecutivos de cinco o siete sílabas. Con el tiempo, estas formas dejaron de utilizarse, aunque la chouka era una forma prominente en el Manyoshu (compilado después de 759).

De mayor importancia son las waka (o tanka). Consta de cinco versos con un patrón silábico de 5-7-5-7-7. Al principio solía constar de dos pareados y un estribillo en el último verso. Más tarde surgieron nuevos desgloses en una división 5-7-5 7-7 en la que las tres primeras líneas modificaban a las dos últimas o en la que las dos partes estaban relacionadas pero eran independientes gramaticalmente. Con el tiempo, también se fue extendiendo el uso de la pausa tras el primer verso. Esto da a las tres primeras líneas un sabor a haiku.

En la época del Kokinshu, compilado en 905, la waka era la forma predominante. Por último, cabe destacar que las antologías imperiales de waka, a lo largo de cientos de años, dividían los poemas en secciones y daban prioridad a las cuatro estaciones.

A partir de principios de Heian, aparecieron algunas waka en las que una persona componía las tres primeras líneas y otra, las dos últimas. Son los llamados renga, o versos enlazados. Se trataba principalmente de un ejercicio de ingenio. Sin embargo, la práctica continuó y se desarrolló lentamente. Los versos empezaron a enlazarse: un escritor componía una apertura 5-7-5 y otro añadía 7-7, luego 5-7-5 y así sucesivamente. Con el tiempo, el centenar de enlaces se convirtió en la norma.

Los cinco primeros versos tenían un significado determinado, pero los versos cuarto a octavo cambiaban la idea central y los versos sexto a décimo hacían lo mismo. Hacia 1200, el renga era un género distinto. Un grupo de poetas se reunía y componía espontáneamente unos versos enlazados sobre los anteriores. El renga desarrolló reglas muy complejas para enlazar y también desarrolló palabras estacionales, o kigo, que debían seguirse. Los tres primeros versos se consideraban muy importantes y se llamaban hokku. Los hokku se publicaban a veces por separado, lo que les daba identidad propia.

A partir del renga, se desarrolló una forma humorística, el haikai no renga, al que de ahora en adelante nos referiremos simplemente como haikai. El verso inicial, como en el renga, se llama hokku. Además del humor y el ingenio, también empleaba un lenguaje más coloquial. El renga había seguido la dicción de los poetas waka tradicionales. El cambio aquí también se puede atribuir a un cambio en el que la clase empresarial se involucró más en la poesía. En la época Heian estaba limitada a los aristócratas. La primera escuela de haikai fue la Escuela Teimon fundada por Teitoku (1570-1653). Básicamente, sus principios eran idénticos a los del renga, con la mayoría de sus complejas reglas intactas, con la excepción del uso del lenguaje coloquial.

Se produjo una reacción contra las complejidades de la Escuela de Teimon, y Soin (1604-1682) fundó la Escuela Danrin. Esta escuela buscaba la libertad y utilizaba casi cualquier dicción y tema, incluido el lenguaje vulgar y las obscenidades. Hubo una acalorada competencia entre las dos escuelas. A lo largo de todo este desarrollo se fue haciendo cada vez más hincapié en el hokku independiente. Aunque se trata de una denominación posterior (véase más adelante), en lo sucesivo nos referiremos al hokku independiente como haiku, dado su uso ubicuo.

El curso del haiku cambió para siempre con la aparición de Matsuo Basho (1644-1694). Promovió el uso del lenguaje común como medio de expresión sincero. También se amplió la temática desde la Escuela Teimon, junto con el humor, pero sin llegar a los excesos de la Escuela Danrin. Basho promovió una serie de enfoques diversos del haiku; de hecho, no quedarse en una sola teoría formaba parte de su estética. Hablaba de sinceridad (makoto) y más tarde de ligereza (karumi), y sus poemas exhibían a menudo sabi y wabi, sentimientos de fugacidad, imperfección, pobreza y sencillez. Basho tuvo muchos discípulos, el principal de los cuales fue Takarai Kikaku, que escribió un conmovedor relato de los últimos días de Basho y ejerció una gran influencia a partir de entonces.

Basho tenía su sede en Edo. En la región de Kansai (Kioto, Osaka), Uejima Onitsura (1661-1738) escribió una poética del haiku basada en la sinceridad (makoto). Es probable que sus ideas y las de Basho estén conectadas de alguna manera, aunque solo sea a través de los contactos de Onitsura con los discípulos de Basho.

Los dos principales poetas de haiku después de Basho fueron Yosa Buson (1716–1784) y Kobayashi Issa (1763-1828). Buson era un poeta conocido por su sensibilidad y lirismo. Buscaba la naturalidad, sin demasiadas reglas. En vida fue más conocido por sus pinturas y se le considera un maestro del haiga, una forma de pintura que incorpora la estética del haiku y tiende a un estilo sencillo (aunque no simplista). Issa, que no fue muy conocido en vida, es el principal poeta del humanismo impregnado de una atmósfera de patetismo. También hay mucho humor realista en muchos de sus haiku. Tan Taigi (1709-1771), contemporáneo y amigo de Buson, fue también una figura importante. La mejor poetisa de haiku se considera que es Chiyo-ni (Kaga no Chiyo) (1703-1775).

El puente hacia la era moderna llegó con Masaoka Shiki (1867- 1902). Considerado uno de los cuatro grandes poetas del haiku, junto con Basho, Buson e Issa, Shiki fue quien designó como haiku lo que hasta entonces se conocía como hokku. Se inclinó por el haiku basado en una observación realista de la naturaleza. Shiki revitalizó la forma haiku. Desde su muerte, no sólo se ha popularizado enormemente en Japón, sino que goza de popularidad en todo el mundo. Shiki será tratado con más detalle en la siguiente sección.

Shiki como alumno 1890 (NT: 1890. Shiki con uniforme de estudiante universitario)

Shiki ajustándose las warajis
(NT: 14 de octubre de 1892, con atuendo tradicional de viaje durante una salida de senderismo a Hakone

Shiki y el Haiku

El principio fundamental del haiku de Shiki era escribir sobre lo que se tenía delante. Hacía hincapié en las imágenes naturales. Cuando comenzó su estudio masivo que desembocó en la Colección Clasificada de Haiku, descubrió que el haiku había degenerado hasta convertirse en mero ingenio y juego de palabras, además de ser derivativo. Con el tiempo desarrolló su idea del shasei o «esbozo del natural». Fruto de sus estudios de la novela japonesa moderna, principalmente los escritos de Tsubouchi Shoyo (1859-1935), y de las conversaciones con su amigo, el pintor Nakamura Fusetsu (1866-1943), el shasei se convirtió en la piedra angular de su enseñanza. También consideraba que el haiku y la tanka eran componentes importantes de la literatura en general, y no actividades marginales. También hay que mencionar una vez más que fue Shiki quien rebautizó el hokku (el primer verso independiente del renga o verso enlazado) con el nombre de haiku.

Shiki consideraba que Basho era un gran poeta que había abrazado el realismo. Aunque tenía reservas sobre Basho, estas a menudo reflejaban su preocupación por la idolatría a Basho por parte de poetas posteriores. También encontró sublime el haiku de Basho. Cuando estudió a Buson, afirmó que este era igual a Basho, siendo Basho el poeta de la belleza negativa que encarnaba el yugen (profundidad) y el sabi (sencillez y pobreza), mientras que Buson era el poeta de la belleza positiva: yukori (virilidad) y kappatsusa (vitalidad). Al principio, Shiki se sintió atraído por el papel de la imaginación en Buson, pero más tarde lo dejó de lado. Como resultado de los escritos de Shiki, Buson fue elevado a la categoría de poeta importante del haiku y se le considera uno de los cuatro grandes junto con Basho, Issa y el propio Shiki.

El estilo haiku de Shiki se desarrolló con el tiempo. Gran parte de sus primeros haikus reflejaban las tendencias que más tarde criticaría. A principios de la década de 1890 comenzó a escribir «bocetos del natural». A partir del verano de 1891, su estilo se desarrolló, madurando en 1893, pero continuando cambiando en función de sus circunstancias personales, es decir, su enfermedad. Como se destaca en algunas de las notas a pie de página, Shiki solía prestar especial atención al sonido. Llegó a pensar que el diario de viaje, con su mezcla de prosa y haiku (haibun), era la cumbre de la literatura haiku. Cabe añadir que, debido a su debilitante enfermedad, sus últimos haiku a menudo reflejaban con mayor intensidad su estado mental. Se pueden encontrar evaluaciones en profundidad de la obra de Shiki en Beichman (1982) y Keene (2013), e incluso la breve visión general de Watson (1997) es valiosa.

Como ya se ha mencionado, Shiki resucitó la forma del haiku. Takahama Kyoshi continuó fielmente sus enseñanzas. Hekigoto Kawahigashi, por su parte, abogó por un tipo de haiku más moderno, que trascendiera el patrón métrico 5-7-5 y el uso convencional de palabras estacionales. El haiku siguió transformándose después de Shiki, pero sobrevive gracias a él.

Características del Haiku

El haiku puede resumirse sucintamente como una forma poética japonesa que consta de diecisiete sílabas en un formato 5-7-5, que incluirá una palabra de estación (kigo) y una «palabra de corte» (kireji). Como ya se ha mencionado, la sílaba es una «unidad de sonido» y el formato 5-7-5, que en inglés se traduce en líneas, no se hace así en japonés. El tema del haiku versará sobre un acontecimiento estacional, ya sea relacionado con la naturaleza o con una ocasión social. El haiku suele constar de dos partes, ya sea la primera línea frente a las dos últimas, o las dos primeras líneas frente a la última. La palabra de corte suele servir para construir esta estructura (final de la línea uno, dos o tres) y también suele resaltar la frase precedente (como un signo de exclamación). Desde la época de Shiki, el cumplimiento de lo anterior ha perdido importancia.

Desde Basho y Onitsura, se considera que el haiku representa los verdaderos sentimientos y/o experiencias del poeta. Sin embargo, no debe considerarse que se trata únicamente de una percepción espontánea de la vida o la naturaleza, plasmada inmediatamente en forma de haiku (el momento zen). Los haiku, incluso los de maestros como Basho, son a menudo revisados en su composición y ciertos acontecimientos son, de hecho, imaginarios (v.g. ciertos episodios en El estrecho camino del norte profundo, de Basho). Sin embargo, el mejor haiku será sin duda sincero (makoto) y perspicaz. Yo veo el haiku como la expresión de un «acontecimiento» que resuena, a veces profundamente, con la estación que nos ocupa. Sin embargo, hay varios puntos de vista sobre el haiku y uno debería leer a los maestros del haiku y sus comentarios sobre el asunto para hacerse con una opinión bien formada.

La Traducción

La traducción del haiku es bastante literal. Por lo general, las imágenes originales se suceden secuencialmente, pero cuando suena mejor en inglés, se ha cambiado el orden. Se ha utilizado una estructura de tres líneas, pero no se ha intentado mantener un número coherente de sílabas o acentos por línea. El texto japonés procede de diversas fuentes, pero cada selección se ha cotejado con el material del sitio web del Museo Shiki (shikihaku-digital-archive.jp) y con una edición de las obras de Shiki. Se han traducido más de 1.200 haikus. Los haiku están ordenados por año y, dentro de cada año, por estación, categoría estacional (estación, cielo y elementos, Tierra, asuntos humanos, animales y plantas) y palabra estacional (kigo). Existe cierto orden cronológico dentro de la propia categoría de estaciones, con referencias tempranas y tardías. La categoría «asuntos humanos» a veces se divide en dos, y la segunda se refiere a lo sagrado, pero en este caso hemos seguido nuestras fuentes. La palabra «estación» puede estar implícita en el texto. Sólo se incluye un haiku en la categoría «varios» sin referencia a la estación. A menudo hay ambigüedad en las piezas y en algunos casos son posibles interpretaciones alternativas.

Shiki suele referirse a su casa como «choza de paja» en los prefacios y «retiro» o «ermita» en los propios haikus. La mención de un pájaro a menudo implica que está cantando y esto último se añade a la traducción. También «blossoms» por sí solo significa invariablemente «cerezos en flor». La luna de la cosecha es la luna llena del decimoquinto día del octavo mes lunar. Se utiliza «Tanka» en lugar de «waka».

Para el romaji, he sustituido el sonido de las formas antiguas, は (ha), へ (he), ひ (hi), y ふ (fu), en su caso, tal como son ahora, en muchos casos, わ (wa), え (e), い (i) y う (u). El arcaico ゐ (wi)  es i en japonés moderno. Tenga en cuenta que ふ (fu) se utilizaba a menudo como terminación verbal donde ahora se emplea う (u). También existen las siguientes formas independientes más antiguas que se mantienen en el japonés moderno, pero tienen un sonido diferente: は (ha), へ (he) y を (wo) como wa (marcador de tema), e (to) y o (marcador de objeto) respectivamente. Además, la traducción premoderna de «hoy» como けふ (kefu) ha sido sustituida por kyou en romaji. Algún que otro elemento se ha modernizado. Sin embargo, en Shiki hubo menos necesidad de tales cambios que en mis traducciones de Onitsura y Taigi. La terminación verbal, るる, es invariablemente れる (la pasiva) en japonés moderno, pero se ha dejado tal cual. Por lo general, se han utilizado kanji modernizados. Sin embargo, hay variaciones en el uso de kanji, hiragana y katakana antiguos y nuevos (todos con el mismo significado) en los distintos textos originales. Los meses se traducen como primer mes, segundo mes, etc., en lugar de enero, febrero, etc., ya que las palabras estacionales, sobre todo, están relacionadas con el calendario lunar. No obstante, hay que tener en cuenta que el calendario solar entró en vigor en 1873.

Las notas a pie de página son bastante extensas. Los elementos identificados como «Prefacio» pueden ser un prefacio, encabezamiento, nota de cabecera, nota final o material introductorio de Shiki. Suelen proporcionar cierto contexto a la obra. Las notas editoriales abarcan personas y lugares, flora y fauna, alusiones literarias y contexto, este último a menudo basado en los escritos de Shiki. En algunos haiku se menciona la existencia de un monumento al haiku (kuhi). Las notas editoriales figuran entre corchetes. Una nota final: los haiku continúan uno tras otro, por lo que aunque el índice indica en qué página comienza un año, no se encuentra necesariamente en la parte superior de la página.

 

Shiki 24 de diciembre, 1897 (NT: 4 de diciembre de 1897,  (también en la entrada del mes de febrero) la primera reunión de haiku de «Busonki», o reunión por aniversario de la muerte de Yosa Buson. —El mismo día, con 31 años, en solitario delante su casa frente jardín, en esa primera celebración sobre el poeta Buson).

 

Shiki en 1898
(NT: 1899 Shiki, en su cama de enfermo con materiales de trabajo)

Otras Lecturas

Shiki está bastante bien representado en inglés. Los volúmenes más importantes son los de Beichman (1983) y Keene (2013). La selección de tanka de Goldstein y Shinoda (1998) también cuenta con una larga introducción. Hay tres capítulos en A History of Haiku, Vol. 2, de Blyth (pp. 21-100) que tratan específicamente de Shiki. Los seis volúmenes de Blyth contienen muchos haikus de Shiki dispersos por sus páginas. También hay una breve, pero excelente, selección de Watson. Las traducciones de Isaacson son bastante idiosincrásicas y carecen de romaji, pero hay algunas notas útiles. En general, sólo una pequeña parte de los 25.000 haiku de Shiki (hay una colección que contiene 25.091 haiku) ha sido traducida al inglés, y de ahí el presente volumen.

Las entradas generales para lecturas complementarias se refieren al haiku como género y a los poetas más destacados. Por supuesto, esta lista es sólo una parte de las obras disponibles.

Shiki

Beichman, Janine. Masaoka Shiki. Boston: Twayne Publishers, 1983. (revised edition by Boston: Cheng & Tsut, 2002)

Beichman-Yamamoto, Janine. “Masaoka Shiki ‘s A Drop of Ink.” Monumenta Nipponica 30, no. 3 (1975): 291-315.

Blyth, R. H. Haiku. 4 Vals. Tokyo: The Hokuseido Press, 1949- 1952.

____________. A History of Haiku. 2 Vals. Tokyo: The Hokuseido Press, 1963-1964.

Brower, Robert. “Masaoka Shiki and Tanka Reform.” In Tradition and Modernization in Japanese Culture, edited by Donald Shively. Princeton: Princeton University Press, 1961.

Masaoka Shiki. Peonies Kana Haiku by Upusaka Shiki. Translated and edited by Harold J. Isaacson. New York: Theatre Art Books, 1972.

Masaoka Shiki. Selected Poems. Translated by Burton Watson. New York: Columbia University Press, 1997.

Masaoka Shiki. Songs From a Bamboo Village: Selected Tanka from Takenosata Uta. Translated by Sanford Goldstein and Seishi Shinoda. Rutland, Vermont & Tokyo, Japan, 1998.

Miner, Earl. “The Verse Record of My Peonies.” In Japanese Poetic Diaries. Berkeley and Los Angeles: University of California Press, 1969.

Morris, Mark. “Buson and Shiki: Part Two.” Harvard Journal of Asiatic Studies 45, no. 1 (Jun. 1985): 255-321.

Shiki zenshu. Masaoka Shiki Complete Works Publication Committee, 2nd ed., 2015

Yokota-Murakami, Takayuki. “Masaoka Shiki: Making of the Myth of Haiku.” Kyoto Conference on Japanese Studies II (1994): 247- 252.

General

Henderson, Harold G. An lntroduction to Haiku. Carden City, New York: Doubleday Anchor Books, 1958.

Higginson, William J. The Haiku Handbook. New York: McGraw­ Hill Book Company, 1985.

Lanoue, David. Haiku of Kobayashi Issa. http://haikuguy.com/issa/

Matsuo Basho. Basho’s Haiku. 2 Vols. Translated by Toshiharu Oseko. Saitama: Toshiharu Oseko, 1990-1996.

____________. The Complete Haiku. Translated by Jane Reichhold. Tokyo: Kodansha International Ltd., 2008.

McElligot, Patrick. (1970). The Life and Work of Kobayashi Issa. Doctoral Dissertation at the School of Oriental and African Studies, London. ProQuest Dissertations Publishing.

Sawa, Yuki, & Shiffert, Edith. Haiku Master Buson. San Francisco: Heian lnternational Publishing Company, 1978.

Ueda, Makoto. Dew on the Grass: The Life and Poetry of Kobayashi Issa. Leiden.Bastan: Brill, 2004 (Brill’s Japanese Studies Library).

Yasuda, Kenneth. The Japanese Haiku. Boston: Tutele Publishing, 1957.

NT: Shiki en español

Lorente, J. y Rovira, E. El shasei de Shiki. Artículos. Toledo: sabi-shiori. 2023.

Rovira E. (Autor), Lorente J. (Redactor). Shiki: a propósito de sus imágenes. Toledo: sabi-shiori. 2023.

Shiki, M. Una cama de enfermo de seis pies de largo. Traducción al español de Elías Rovira. Toledo: sabi-shiori. 2023. Disponible online en HELA y en El Rincón del Haiku.

Shiki, M. Gyouga manroku. Traducción al español de Elías Rovira. Toledo: sabi-shiori. 2023. Disponible online en El Rincón del Haiku.

Shiki, M. Basho zōdan. Traducción a partir de la edición italiana de Elías Rovira y Jaime Lorente. Toledo: sabi-shiori. 2023.

 

Referencias

Hay traducción en español desde el italiano, realizada por Jaime Lorente y Elías Rovira. Está disponible online en la web de El Rincón del Haiku y en papel (no comercial) en el sello Sabi-shiori, Toledo, 2023.

Masaoka, Shiki (2023). Una cama de enfermo de seis pies de largo. Traducción y notas de Elías Rovira. Disponible online en El Rincón del Haiku. Toledo: Sabi-shiori (edición no comercial).

Arabia, Juan (4 de noviembre de 2023). «El último haiku de Masaoka Shiki | Donald Keene». Buenos Aires Poetry. Consultado el 22 de enero de 2024.

Nuevo Año Reunión en De Shiki Casa 1898 o 1899 (NT: Esbozo sobre una de las reuniones que Shiki promovía en su casa. Esta concretamente la hizo en Año Nuevo, alrededor de 1897 o 1898, dibujada por Izan Shimomura y escrito por Hekigoto Kawahigashi. Hemos añadido, identificados, los nombres de los asistentes).

Shiki – autorretrato en lecho de enfermo

-.-

 

[1] Ver Keene (2013)

En una vaina caída quedó lluvia

 “Desde la perspectiva de la gratitud, todo es un milagro”
Mary Davis

 A lo largo de todas estas entradas hemos tenido la suerte de deleitarnos con estampas verdaderamente bellas. Con un elemento común en ellos que actúa de hilo conductor y aglutinante, hemos transitado por multitud de escenarios que nos han impactado sobremanera. En esta última entrada del año, romperemos los esquemas y comentaremos haikus que, salvando la profunda conmoción que dejan, su excelsa finura y su meritoria calidad, no tienen nada en común. Por ello, no dejo de agradecer a todos los participantes del foro “El Rincón del Haiku” su inestimable labor, que perpetúa un gran trabajo sobre el haiku en español. Esta entrada va dedicada a todos ellos.

 Nube a pie de monte –
La luminosidad
de la nieve

Inevitablemente, al leer “la luminosidad de la nieve”, Santôka aparece en la recámara del pensamiento, pues comparte versos con uno de sus haikus más famosos sobre luz: “La luminosidad de la nieve / llena la casa / en calma” (vid. serie “Ir sin fin”, §7. Hospedarse, Julia Jorge, El Rincón del Haiku, sección Nueva Revista). Algo debe haber en la luminosidad que conmueve al corazón, en esos destellos comunes a toda la vida y distinta en cada una de sus formas: la luminosidad del agua no es la misma que la del arroz hervido en agua, ni la de la nieve que fundirá en agua. Quizá la respuesta la haya formulado ya J. Jorge en su comentario sobre las zonas sensibles: pareciera que la luminosidad confiere a la nieve más corporeidad, como si esa nieve asumiese más entidad y fuese “más nieve” por el hecho de brillar, y esa sensación de “ser más” encuentra un paralelismo natural con la vida: “estar más” es, en su sentido literal, y como señalan los japoneses en su sentido etimológico, sobrevivir, “quedar todavía vida” ([1]). La escena que describe el haijin es mucho más que una estampa: supera el cromatismo distinguiendo el blanco de la nube y el de la nieve, vence al estatismo con el brillo de la nieve, y trasciende el tiempo invitando a disfrutar la mañana entera admirando ese paisaje.

aixecar-se a orinar y
rossinyols, rossinyols

 levantarse a orinar y
ruiseñores, ruiseñores

 Pocos haikus de dos versos hemos encontrado entre todos los examinados. Es difícil hacer buenos haikus de dos versos; significa condensar el mundo en un verso menos, con todo lo que ello acarrea. El ritmo interno cambia totalmente, y no todos los haikus admiten la expresión de su aware en dos versos. Este es un ejemplo magistral. El haijin demuestra una sensibilidad tal y está tan en consonancia con el mundo que se emociona al escuchar dos ruiseñores mientras orina. El impacto con que la vivencia sacudió al haijin se transmite perfectamente y conmueve al lector con esa misma intensidad. No se echa ningún elemento en falta que justificase un tercer verso: para el haijin, su mundo cabe perfectamente en dos. Un haiku de manufactura extraordinaria.

pescadería
uno de los cangrejos
burbujea

Este haiku de asuntos humanos destaca por su sencillez: el mundo nos entra por todos los rincones, y, por tanto, un aware puede potencialmente ser vivido en cualquier punto. En este caso, uno de los cangrejos de la pescadería está todavía vivo y burbujea en el mostrador. Además de recordar a ese famoso haiku de las encías del besugo, paradigmático por ilustrar el valor estético del hosomi ―sobre el cual hablamos en una entrada anterior de esta serie, §2. El agua de remojar garbanzos―, tiene un haimi marinero muy particular porque sus elementos son sencillos: cangrejos, burbujas y el puesto de pescado. Además, hay muchos más elementos que están sin nombrar (el bullicio de la gente en el comercio, el frescor del hielo…) que apuntalan unas bases firmes para un haiku de asuntos humanos muy costumbrista. Para hacer un jinji como este, no se necesitan tratados de métrica ni conocimientos insondables de retórica: sólo se necesita vivir formando parte del mundo, vivir en él y participar de él.

amb el primer sol
fumeja el mas
colza gebrada

con el primer sol
humea la masía
colza escarchada

Comienza un nuevo día. El primer sol empieza a despuntar: las tinieblas se disipan y empieza a calentar tibiamente. Aunque caliente poco, es suficiente para ir derritiendo la colza helada durante la noche. La asociación inconsciente brillo del sol/vida es evidente a través del nexo “calor”, que desplaza la frialdad de la escarcha evaporada y, de manera explícita en los versos, el haijin nos regala la palabra “humear”, que expresa de una manera preciosa y a la perfección la imagen para quienes hemos vivido algo similar. Combina muchos sentidos este haiku: el tacto se percibe en el relente del ambiente que el sol va desterrando, esa estampa visual de la escarcha sublimando, el vapor de agua que acentúa el olor de la colza… También, a nuestro juicio, tiene connotaciones de silencio de entradas anteriores. En definitiva, un haiku de antología que, además de mostrar la finura del haijin, pertenecen al selecto grupo de aquellos haikus difíciles de olvidar.

banano en flor.
en una vaina caída
quedó lluvia

“En una vaina caída quedó lluvia”… Esta es la sensibilidad que un haijin consumado debe tener y transmitir en sus versos: esa es la conmoción por la cual y para la cual el haijin vive y honra cantándola al resto del mundo; esa admiración por todo cuanto existe; ese “formar parte del mundo” y esa superación de la barrera de la dualidad para devenir uno con él. Este haiku en concreto es puro karumi: flores de banano, lluvia que ya ha caído y una vaina vacía en la que se acumula esa agua (vid. §11. Con el viento solano el olor de la higuera). Todos estos elementos tiñen el haiku de olor: aspiramos entremezclados los olores de la tierra mojada y de las flores de banano. Cuando el corazón de un haijin enamorado del mundo se asombra, plasma ese latido en cada uno de los versos.

[1] Haya Segovia, V. (2007). 51, en Haya Segovia, V., Haiku-dô: El haiku como camino espiritual (pp. 155-157), Kairós.

(Los haikus seleccionados pertenecen, en orden de aparición, a Gorka Arellano, mencs6, J.L. Vicent, mencs6 y ariel.b).

Ebriedad

Noviembre 2024
Primavera
Córdoba, Argentina

Ebriedad

El que actúa fracasa;
el que aferra algo lo pierde.
Por eso el sabio no actúa
y de ese modo no fracasa;
nada aferra y de ese modo nada pierde.

Tao Te Ching, LXIV (2012, p. 157)

La ebriedad es como el Tao. El principio más importante del Taoísmo es el wu-wei (no-creación). Esto es, un principio originante de lo existente. El Tao comienza por reconocer que no hay entidades fijas ni un conocimiento convencional. Frente a ello, propone un principio de espontaneidad que implica un desasimiento mental. La mente humana no es una vacuidad pueril, sino que debe basarse en su inteligencia espontánea sin forzarla. En este sentido, se postula un modo de conocimiento parcial del mundo. Se trata de una espontaneidad original que recibe el nombre de tzu-jan y podría traducirse como “cualidad de ser uno mismo así” (Watts, 2010: 23). Dejando de lado la visión central de la percepción del mundo, el Tao apuesta al uso de la visión periférica o, como refiere Alan Watts, andar ebrio por el camino. Ese andar borracho es afín al Tao: término que significa vía, camino o hablar, es decir, que implica un modo de transitar y habitar el mundo.

Los ebrios caminan zigzagueantes; pueden estar ebrio de felicidad, de tristeza, exaltados o desanimados, aturdidos en los oídos o iluminados en un remolino infinito que trae la aceptación de las cosas tal como son. Los borrachos se enojan y dicen verdades. Todos conocemos algún tipo de borracho. Pero ¿quién podría emborracharse hasta el poema? Emborracharse de un shot de sake, de un shot de haiku.

ほろほろ酔うて木の葉ふる

horohoro youte konoha furu

 Como las hojas al caer, me emborracho lentamente

*

酔へなくなったみじめさはこほろぎがなく

yoi e nakunatta mijimesa wa kohorogi ga naku

 sin haberme emborrachado aún, los grillos suenan infelices.

*

食べる物はあって酔ふ物もあつて雑草の雨

taberu mono wa atte yoi fu mono mo a tsute zassō no ame

Hay comida, hay alcohol
Lluvia sobre la maleza

*

酔ざめの風のかなしく吹きぬける

yoi zamenofū no kanashiku fuki nukeru

 El viento sopla tristemente mi embriaguez.

Bibliografía

Lao-Tse. (2012). Tao Te Ching. (ed.; trad. I. Preciado Idoeta) Trotta: Madrid.

Watts, Alan. (2014). Budismo. Kairós: Barcelona.

Santōka, Taneda (16 de septiembre de 2014) 草木塔 [Pagoda vegetal (selección de haikus)]. Aozora Bunko. Recuperado de: https://www.aozora.gr.jp/cards/000146/files/749_34457.html La traducción es nuestra.

Noviembre 2024

En Santiago estamos teniendo una primavera bastante inestable, algo usual para una estación intermedia, aunque en los últimos años nos habíamos acostumbrado a una suerte de mini verano. Pero más allá de la variación en temperatura y luz del sol, es hermoso ver las flores en su máximo esplendor e, incluso, algunas mariposas volando de aquí para allá en esta ajetreada capital.

Este mes veremos la última de las estaciones climatológicas: invierno o 冬 fuyu. Abarca, según el calendario actual en uso en Japón, desde 立冬 rittou o inicio del invierno (07 de noviembre) hasta el día anterior a 立春 risshun o inicio de la primavera (04 de febrero). Según el calendario tradicional o 旧暦 kyuureki, corresponde a los meses de 神無月 Kannadzuki o Décimo Mes, 霜月 Shimodzuki o Décimo Primer Mes y 師走 Shiwasu o Décimo Segundo Mes. Hace más de un milenio Minamoto no Muneyuki describió el alma de la estación en su famoso poema, compilado en el Kokin Wakashuu y en el Hyakunin Isshu:

 

山里は冬ぞさびしさまさりける人目も草もかれぬと思えば

yamazato wa fuyu zo sabishisa masarikeru hitome mo kusa mo karenu to omoeba

en la aldea de montaña invierno es cuando la soledad se acrecienta, el ruido de la gente y hasta la hierba han menguado, siento

 

Así, desde la antigüedad, el verdadero significado del invierno es la marchita soledad y el fin de todas las cosas. Japón tiene una de las mayores cantidades de nieve caída durante la estación invernal del planeta, por lo tanto, es fácil de comprender esta aseveración, sobre todo en tiempos antiguos, cuando las aldeas quedaban completamente aisladas durante los meses invernales.

En el mundo del kigo, el invierno se divide en cuatro períodos: 三冬 santou; tres inviernos, cuyas palabras se pueden utilizar en la composición de haikus durante toda la estación. Luego está 初冬 shotou o inicio del invierno, que corresponde a noviembre en el calendario solar, y a 神無月 Kannadzuki o Décimo Mes, en el lunar. Continuamos con 仲冬 chuutou o mitad del invierno; diciembre o 霜月 Shimodzuki; Décimo Primer Mes. Finalmente tenemos 晩冬 bantou o fin del invierno, que abarca enero o 師走 Shiwasu; Décimo Segundo Mes.

Los haikus que traduje para ustedes este mes corresponden a 三冬 santou; tres inviernos y 初冬 shotou o inicio del invierno.

 

Kigo: 冬ざれ fuyuzare; llega el invierno. Describe el sentimiento cuando llegando el invierno, las plantas y los árboles se marchitan, y el paisaje hasta donde alcanza la vista, incluidos el océano y las montañas, se vuelve desolado.

Período: 三冬 santou; tres inviernos

Categoría: 時候 jikou; estacional

Haijin: Yamazaki Hisao (1927)

冬ざれの景に旧軍港ありぬ

fuyuzare no kei ni kyuu gunkou arinu

en el paisaje invernal había un viejo puerto naval

Kigo: 短日 tanjitsu; días cortos. Se refiere a los días cortos del invierno. Después del equinoccio de otoño, el sol se pone más temprano en noviembre y diciembre, y las horas de luz son más cortas en el solsticio de invierno.

Período: 三冬 santou; tres inviernos

Categoría: 時候 jikou; estacional

Haijin: Takase Tetsuo (1958)

カステラのざらめ嚙みあて日短し

kasutera no zarame kamiate hi mijikashi

mordiendo la azúcar morena del queque, los días se van acortando

Kigo: 息白し ikishiroshi; blanco aliento. En las mañanas de invierno, cuando la temperatura es baja, el vapor de agua del aliento se enfría, haciéndolo parecer blanco.

Período: 三冬 santou; tres inviernos

Categoría: 生活 seikatsu; vida diaria

Haijin: Kadokawa Teruko (1928-2004)

白息をかけて遺愛の眼鏡拭く

shiroiki wo kakete iai no megane fuku

limpia con el blanco aliento sus amados lentes

Kigo: 熊穴に入る kuma ana ni iru; entra el oso en el agujero. Los osos hibernan en agujeros de árboles o cuevas desde que se acumula la nieve hasta que se derrite en la primavera. Sin embargo, no hibernan por completo, sino que pasan el tiempo durmiendo mientras utilizan la grasa acumulada y otros nutrientes. Las hembras dan a luz y crían a sus crías durante este período.

Período: 初冬 shotou; inicio del invierno

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Nakatani Makaze (¿?)

熊穴に入るや孤独の風の音

kuma ana ni iru ya kodoku no kaze no oto

entra el oso en el agujero, el sonido del viento solitario

Espero disfruten de los haikus seleccionados en este artículo; incluso puede que les ayuden a refrescarse si están sufriendo del inicio del calor acá en el hemisferio sur. Nos vemos el próximo mes, ya terminando el primer año de ‘El mundo del kigo’.

Con el viento solano el olor de la higuera

A lo largo de estas entradas hemos hablado, entre otros temas, del fuego, del aire y de la tierra. Faltaría el aire para completar la tétrada aristotélica, y es por ello por lo que dedicamos la entrada del mes de noviembre a este elemento. El viento, fuerza motriz generadora y etérea, es tan antiguo como el mundo, y supone prueba de ello que tenga tantos nombres distintos según su intensidad, su dirección y su humedad. De entre todos los elementos de la tétrada, quizá el aire sea el que más conectado está por su propia levedad al valor estético del karumi. Por esta razón, haremos una selección mixta: mostraremos algunos haikus donde se entrevé este valor; y, finalmente, expondremos otros cuyo aware pleno se focaliza en este elemento.

la brisa –
gorriones volando
entre naranjos en flor

Este haiku destila ligereza por sus poros: la brisa leve, el vuelo grácil de los gorriones livianos y el olor tenue del azahar. En estos versos, todo pesa poco, y esa levedad se percibe en la propia composición interna del haiku. Su lectura no es pesada y tiene los elementos necesarios para completar la escena. Por ello, podríamos considerar este haiku como arquetipo representativo del valor estético karumi. Entendemos como karumi esa sensación de ligereza que proporcionan los elementos del haiku: delicados, fluidos, poco masivos y apenas densos; como si fuesen “poca cosa”, de manera que las relaciones entre ellos heredan dicha levedad. Podríamos equiparar este valor estético con aquello que se percibe como “etéreo”, adjetivo derivado de éter, que, en griego antiguo, αθήρ, significa ‘aire fresco’. Este haiku tiene karumi porque tiene esa chispa vaporosa: el olor del azahar es fresco, el aire de cuyo olor se contagia también lo es. Por si fuera poco, en el aire perfumado de azahar también encontramos hosomi (vid. §2. El agua de remojar garbanzos). Karumi y hosomi están relacionados: los elementos fluidos que dotan a un haiku de karumi suelen ser el canal por el que las cualidades de los entes se contagian de unos a otros (hosomi).

De hecho, hay veces en las que ambos valores aparecen íntimamente entretejidos:

Olivar.
Con el viento solano
el olor de la higuera

 

En este haiku excelente, el olor de la higuera que llega a través del viento es el detonante de la escena. El aware es consecuencia natural del contraste olfativo entre los olivos y la higuera, cuyo olor se percibe claramente aun siendo una frente a muchos. También tiene karumi este haiku de olor, pero ¿tienen karumi todos los haikus que hablan de olor? La respuesta es negativa. Creemos que la clave del karumi, además de la cualidad de ligereza, es la cualidad de pasajero, que hace referencia a la “frescura” que comentábamos antes. Un haiku que hablara de un olor penetrante (porque se adhiriese a la materia, no porque no fuese agradable al olfato), no tendría karumi, pues ese olor no se podría despegar con facilidad de la entidad a la que contagia. En cierto modo, los rasgos adquiridos por hosomi devienen rasgos propios, futoki mono, si el tiempo de exposición o su intensidad son suficientemente elevados. Karumi tendría en cuenta cuán contagiado ha sido un ente de rasgos adquiridos por hosomi que no son suyos, cuán “frescos” están esos rasgos, que llevan demasiado poco tiempo en él para poder considerarlos ya como parte propia de ese ser que asume dichos rasgos. El olor ligero de la higuera se desprenderá del viento un poco más lejos del sitio donde la haijin vive la escena, y esa cualidad de “olor pasajero”, ese “poco olor a higuera”, dota al haiku de karumi.

Cada vez
que pasa el viento
se alza la espiga

En este haiku, el karumi queda patente en el propio aware, y es distinto a los anteriores porque habla de una acción que es propiamente karumi, en lugar de referenciar a una entidad cuyas cualidades posean dicho rasgo. El haijin se emociona cuando el aire levanta una espiga hacia arriba. La espiga es ligera, delicada y quebradiza, porque pesa poco y es frágil; el viento que la alza también es leve, porque tiene poca entidad; pero lo que dota al haiku de verdadero karumi es el hecho de que la espiga se alce de manera pasajera cuando hay algo de viento. La cualidad “estar alzado” es tan leve como el viento agente y la espiga, sujeto paciente de la acción.

Con todo, no debemos olvidar que lo que distingue a un haiku bueno de otro es tener aware. El karumi es un valor estético que, por sí solo, no hace a un haiku ni mejor ni peor. Veamos otros dos más cuyo elemento común también es el aire:

el viento racheado
aleja el nubarrón –
canta una perdiz

El aware de este haiku está en el adjetivo “racheado”, que imprime fuerza al viento y, además, describe a la perfección cómo se aleja el nubarrón: cada racha de aire es un golpe que separa más la nube del haijin. El corazón del haiku radica en decir que este viento es “racheado”; si no fuera dicho, la percepción de este cambiaría por completo, o quizá no habría habido aware. La perdiz, ajena a la batalla que presencia el haijin, continúa con su canto.

Juegan los primos –
La brisa de la tarde
bajo la palmera

 

Concluimos esta entrada con un haiku que rebosa paz. El haijin, que está vigilando a dos niños que son primos entre sí y cuya relación de parentesco con el que escribe es indiferente, disfruta sentado de la ligera brisa que corre, a la sombra de una palmera. Los niños se divierten jugando, incluso se escuchan sus gritos y sus risas, y también se entrevé la sonrisa que esboza el autor al verlos jugar. Ver felices a otras personas también lo hace a uno feliz: es otra de tantas razones por las que sentirse agradecido y dar gracias al mundo. En definitiva, un haiku fresco y delicioso para los sentidos.

 

(Los haikus seleccionados pertenecen, en orden de aparición, a J.L. Vicent, Encarna, Idalberto Tamayo, J.L. Vicent y Gorka Arellano).

La tierra del huerto bajo las uñas

¿Hay algo más sagrado que la cuna donde nace la propia vida?

Sol de invierno.
Comienza a brotar
la cebada

 La fuerza que reside en este haiku es la misma que la que tiene el grano para germinar. El sol es tibio y no calienta demasiado, pero aun así, la cebada comienza a brotar y la vida se abre camino entre la tierra a codazos, sin cuestionar si merece la pena o no, si llegará a buen puerto o no: todo eso son disquisiciones de la racionalidad. El haiku tiene un aware hondo y arraigado que evidencia la fina mirada de la haijin: es, por suerte, tan presente el milagro de la vida que apenas reparamos en él, y ese milagro necesita de la tierra ―¡bendita tierra! ― para tener lugar. La tierra, en tanto elemento de interés por sí mismo, encierra desde el primer momento una gran lección de humildad: este elemento tan modesto, amén de ser cuna y mortaja, estremece al lector con unos awares de potencia inusitada, sea cual fuere la forma que dicha tierra tomare: polvo, arena o barro. Prueba de ello ha sido el haiku anterior y la dificultad que ha costado seleccionar esta muestra de haikus publicados en el foro por su calidad excepcional, algo que atestigua, sin duda alguna, la buena salud de la que goza el haiku en español.

Un mirlo escarba
la tierra removida.
Siembra de abril

 La imagen que evoca este haiku es pura ternura. Acabada la tierra de ser arada para sembrar el grano, el mirlo aprovecha y escarba con el pico para comerse las semillas. En la imagen evocada se ve cómo destella el pico amarillo del mirlo, cuya cola se levanta al inclinarse para picar. Nos parece interesante destacar que este haiku sería un estupendo contraejemplo para mandar al traste la clasificación occidental de los distintos tipos de haiku que hay, pues habríamos de encuadrarlo en ese cajón de sastre al que convenimos en llamar “de difícil clasificación”. La escena es propia de un jinji (haikus de asuntos humanos), pues la siembra y el cultivo de la tierra son obra del hombre, pero el haiku no gira en torno a él; tampoco es un haiku cruel, ni evoca compasión; no lo podríamos considerar tampoco de manera ortodoxa como un haiku de lo sagrado. Sin embargo, es un haiku porque tiene ese pellizco de aware; el mundo es haiku, y el haiku es mundo: está por encima de las fronteras imaginarias que trazamos.

El sol al este
en la tierra húmeda
el maíz

Tenemos un haiku con un aware excepcional y atávico. Concluye la noche y la humedad del relente condensa sobre la tierra sembrada de maíz. Esta fina capa de agua, que humedece ligeramente el campo, se evapora de nuevo en cuanto la tierra se calienta con los primeros rayos de sol: los del amanecer, que salen por el este. A pesar de que el agua es el elemento “activo” del haiku, en tanto que es condición necesaria para la generación del asombro, el verdadero aware recae sobre el maíz, que, en el centro de la escena, es sujeto paciente de todo lo que acontece en el haiku: recibe los rayos de sol y se nutre de la tierra húmeda. Nos encontramos ante un gran haiku de lo sagrado con una capacidad brutal de sugerencia que se admira del mundo tal y como es.

Con el rebenque1
el patrón del olivar
golpea sus botas

 1 rebenque: Am. Látigo recio de jinete.

 Tiene un haimi particular este haiku. El dueño del olivar está quitándole a sus botas la tierra con un latiguillo para azuzar a las bestias. Una imagen tan sencilla puede impactar en la haijin, que describe con mucha naturalidad este momento tan habitual en un paseo por el campo. La imagen es dinámica al completo: se escucha el restallido del rebenque, e incluso golpear una bota con otra para terminar de sacudir los restos de tierra adheridos. El hecho de no mencionar si la textura de dicha tierra es polvorienta o, en cambio, más embarrada, también abre el haiku en múltiples posibilidades con sabores muy auténticos.

Huerto embarrado.
A través del guante
el picor de la ortiga

 Estamos, sin duda, ante un haiku excepcional. El primer verso, “huerto embarrado”, es muy potente y, además de formar una imagen muy clara que encuadra el resto del haiku, añade el olor sugerente de la tierra mojada. Los dos últimos versos tienen incluso más fuerza: la urticaria que provoca la ortiga es tan fuerte que se nota hasta con guantes. El sentido del tacto está muy acentuado en este haiku mediante dos ideas: por una parte, ese escozor desagradable; por otra, los pies del haijin se hunden en la tierra mojada y reconectan de nuevo con el primer verso. La combinación de sentidos involucrados es excepcional, y el aware de este haiku es tan original y directo que impacta en cuanto se lee. Un haiku de antología.

Concluyamos esta sección con otro haiku de matrícula de honor que incide en esa relación táctil derivada de la proximidad, que no es necesario explicar por su absoluta claridad:

Sol de primavera
La tierra del huerto
bajo las uñas

(Los haikus seleccionados pertenecen, en orden de aparición, a Encarna, Hikari, Idalberto Tamayo, Felisa Zicari, Hikari e Idalberto Tamayo).

Octubre 2024

Mientras en el hemisferio sur acabamos de entrar a la primavera, y por contraste en el norte, al otoño, en el mundo del haiku octubre es el último mes de la estación otoñal. El otro día vi un artículo que hablaba, precisamente, de cómo el calentamiento global y el desplazamiento de las estaciones amenazaban al haiku. Pero si lo pensamos, cuando el haiku fue concebido se utilizaba otra forma de medir el tiempo y, como hemos visto en esta columna mes a mes, el calendario lunar presenta un desfase con el solar que utilizamos en la actualidad, sin embargo, con un poco de investigación, esto no impide que comprendamos y disfrutemos de los haikus tradicionales. Creo que depende de quienes amamos esta forma de expresión poética el mantenerla viva.

De las siete categorías en que se dividen los kigo, ya hemos visto cinco: 時候 jikou o estacional; 天文 tenmon o astronomía; 地理 chiri o geografía; 生活 seikatsu o vida diaria; 行事 gyouji o eventos. Nos quedan solamente dos, por lo que este mes le toca el turno a 動物 doubutsu o animales.

El uso de esta palabra es similar al de “fauna” en español: conjunto de animales (insectos, aves, invertebrados, etc.) que habitan una región concreta en un período temporal concreto. Ahora bien, al combinarlo con la división estacional pueden surgir ciertas confusiones o cuestionamientos. Es de conocimiento general que existen las aves migratorias, y los insectos también suelen ser estacionales, pero recuerdo que una vez, en clases, un alumno me dijo: “¿el ciervo es de otoño? ¡pero si hay ciervos todo el año!” Lo que me pareció una observación absolutamente válida. Pero en otoño el ciervo brama en busca de una pareja para aparearse, y la melancolía de ese sonido es lo que lo convirtió en un kigo que representa esta estación y puede ser utilizado durante todo el período. Si bien esta asociación se realizaba en poesía desde los tiempos del Manyoushuu (759), 鹿 shika; ciervo se establece como kigo propiamente tal en el Hanahigusa del año 1636, el primer tratado sobre haiku, redactado por Chikashige.

Otro ejemplo de algo que puede parecer cotidiano a primera vista, pero que en el mundo del haiku se considera específicamente de fines de otoño, es 雪迎へ o yuki mukae. Hace referencia a una pequeña araña colgando de su hilo y que es arrastrada hacia el cielo por el viento otoñal. Una teoría es que este fenómeno sucede para que la araña pueda expandir su territorio de reproducción.

Un caso en que la relación temporal con la estación es más obvia puede ser 菜虫 namushi o insectos de los vegetales, término general para las plagas que se alimentan de rábanos, nabos, etc. La oruga de la mariposa de la col es un ejemplo típico.

Ya que tenemos algo más clara la definición de la categoría 動物 doubutsu; animales, veamos sus kigos en acción. Como octubre en el calendario actual, que equivaldría a 長月 Nagadzuki o Noveno Mes en el lunar, corresponde a 晩秋 banshuu o fin del otoño, los haikus pertenecen a ese período.

Kigo: 雁 kari; gansos salvajes. Vienen a Japón desde Siberia a finales del otoño y regresan en primavera. En la antigüedad a los gansos se les llamaba 雁が音 karigane porque mucha gente admiraba sus voces (雁が音 literalmente el sonido de los gansos).

Período: 晩秋 banshuu; finales de otoño

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Imase Gouichi (1936 –)

 

雁よりも高きところを空といふ

kari yori mo takaki tokoro wo sora to iu

el lugar más alto que los gansos salvajes se llama cielo

Kigo: 秋刀魚 sanma; lucio caballa. Como sugiere su nombre (秋=otoño, 刀=espada, 魚=pez), se asemeja a una espada, largo y delgado, alcanzando una longitud de unos 30 centímetros. Tiene un dorso azul oscuro y un vientre blanco plateado. Migran desde el norte hacia el sur para alimentarse y desovar, llegando hasta la costa de Boso en octubre. Tiene un alto contenido en grasas y se come asado con sal. No se consideraba una palabra estacional durante el período Edo y solo se introdujo en tiempos modernos.

Período: 晩秋 banshuu; finales de otoño

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Ootsuki Chisa (1926 -)

 

秋刀魚焼くうたがひもなき妻の日々

sanma yaku utagai mo naki tsuma no hibi

grillando la caballa, sin duda los días de una esposa

Kigo: 猪 inoshishi; jabalí salvaje. Tienen el cuerpo cubierto de pelaje marrón, con un cuello grueso y corto. A veces destruyen los cultivos en los campos, causando daños a las aldeas rurales. Su carne es deliciosa y se le llama ‘yama kujira o ballena de montaña’. Se consume en sashimi o estofado. Se considera kigo otoñal ya que durante esta época los jabalíes deambulan activamente por las montañas en busca de bellotas y otros frutos secos.

Período: 晩秋 banshuu; finales de otoño

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Takarai Kikaku (1661 – 1707)

 

山畑の芋ほるあとに伏す猪かな

yamabata no imo horu ato ni fusu inoshishi kana

postrado luego de excavar por camotes en el campo, el jabalí

Kigo: 残る虫 nokoru mushi; insectos que quedan. Se refiere a los insectos que emiten sonidos a medida que se acerca el invierno. Su voz es débil ya que son pocos.

Período: 晩秋 banshuu; finales de otoño

Categoría: 動物 doubutsu; animales

Haijin: Tamaki Kazuko (¿?)

 

目をとぢてどこかで残る虫の声

me wo tojite dokokade nokoru mushi no koe

cierro los ojos y en algún lugar la voz de los insectos que quedan

Espero que disfruten del inicio de una nueva estación, y si acompañan este comienzo con poesía, de seguro el disfrute será aun mayor. Me despido hasta el próximo artículo de ‘El mundo del kigo’.

Mediodía

    En su viaje hacia el Norte profundo, Bashô describe su emoción al visitar el templo de la montaña, en Yamagata, famoso por su silencio: “La montaña es un hacinamiento de rocas y peñas, entre las que crecen pinos y robles envejecidos; la tierra y las piedras estaban cubiertas por un musgo suave y todo parecía antiquísimo… Di la vuelta por un risco, trepé por los peñascos y llegué al santuario. Frente a la hermosura tranquila del paisaje, mi corazón se aquietó…” Era verano. En el ardor del mediodía, el canto de las cigarras taladrando las rocas hacía más hondo aún el silencio. El lugar, conocido popularmente como Yamadera, fue fundado hace más de mil años. Bashô lo visitó en 1689. Una estatua del poeta, el famoso poema de las cigarras grabado en piedra y un museo conmemorativo mantienen vivo su recuerdo.

    El sol alcanza su cenit y en ese instante desparece la sombra vertical. Es la hora que Jorge Guillén identifica con la perfección: “Es el redondeamiento / del esplendor: mediodía”-. En el centro de cielo, el sol se afirma como fuente luz, de calor y de vida, evocando -en la simbología védica- el sol espiritual, inmóvil en el centro del ser, también llamado “ojo” o “corazón” del mundo. En Japón, el país donde nace, se celebra el primer amanecer del año (hatsuhinode) y se recuerda a la diosa del sol, Amaterasu, saliendo de la cueva para iluminar la creación. La ronda estacional y los diferentes paisajes van modulando los matices asociados al sol: Onitsura celebra su caricia un día de invierno, pero siente la intensa punzada del frío; y en un jardín soleado observa a los gorriones bañándose en la arena. Taigi, Buson, Issa y Shiki nos regalan gestos y sensaciones relacionados con la siesta: cae la mano que movía el abanico; blanquea el codo de un monje en la penumbra; el cervatillo echa a la mariposa y se adormece; duermen en fila mariposa, gato y monje; hasta el Gran Buda dormita al calorcillo primaveral… Sôseki siente la intensidad del calor al ver cómo se desploma en el mar el sol ardiente. Y Shiki nos acerca a la tormenta, cuando, acalorado y encogido de miedo, escucha el trueno.

    Regreso a la memoria y emerge, con todo su poder, la tormenta que se va fraguando en el bochorno del mediodía: “El sol empieza a picar y las moscas se ponen pesadas. Las culebras salen a los caminos y los animales domésticos se inquietan en las cuadras. Llega una ráfaga repentina y se empieza a nublar. Se oye un trueno lejano, caen las primeras gotas abrasadas, se acerca la tormenta. Toda la creación queda como sobrecogida, conteniendo el aliento. De pronto, el cielo adquiere un color lívido, sombrío, y el relámpago suelta su latigazo en la penumbra, anunciando ya un trueno seco, poderoso, como un gran animal herido y empieza a arreciar la lluvia. Portazos, voces, llantos de criaturas; caballos al galope, con las crines mojadas… En las puertas se empieza a quemar la mirra bendita que se recogió el Día del Señor… La tormenta se crece, provocando el apagón, y un fulgor agónico se cierne sobre el pueblo en tinieblas, donde ya empiezan a encenderse los velones dorados, las mariposas que arden ante las imágenes, proyectando una luz espectral sobre los espejos empañados, las velas que proyectan sombras siniestras sobre las escaleras. Un trueno largo, sostenido en su tremenda crecida, agarrota las gargantas de los niños que, para consolarse, se imaginan a los ángeles arrastrando muebles por el cielo, y arrecian las oraciones a Santa Bárbara…”

    Shiki nos devuelve a un ámbito más sosegado: al frescor impagable de una terraza del viejo templo, por sólo dos monedas; o a los budas que contemplan, desde la penumbra, el mar de junio. Más íntima, Yorie, nos lleva al sol de invierno para ver la luz del mar en los ojos del gato. Esa misma luz, movida por el viento invernal, es la que sorprende Akutagawa Ryûnosuke en las sardinas secas.

***

La lluvia empapándome la ropa

La lluvia empapándome la ropa

En esta entrada quisiera hacer una recopilación de haikus que tengan hosomi. Entendemos esta cualidad de hosomi como los rasgos que, sin ser inherentes a una realidad, esta pasa a incorporarlos como suyos (se contagian de esos rasgos) y pasan a formar parte de ella (vid. serie “Bashô”, §2.º Apariencia, Mavi Porras, El Rincón del Haiku, sección Debates). Me gustaría revisar algunos haikus para disfrutar del hosomi que en ellos se percibe.

En primer lugar, el propio concepto de hosomi, entendido como transferencia de rasgos, necesita de dos o más realidades distintas para que tenga lugar. Las cualidades transferidas tienen generalmente un carácter fluido que discurre en el espacio, de modo que la contigüidad entre elementos confiere al uno los rasgos del otro. Quizá esa sea la razón por la que los haikus cuyo hosomi se percibe antes sean aquellos que apelan al sentido del tacto, pues la piel es la primera barrera sensorial que separa una realidad de otra:

Atardecer –

Sumerge la cabeza

un flamenco1

 1 flamenco: Ave perteneciente al género Phoenicopterus

En este haiku, el aware principal pasa por que el flamenco se refresca metiendo la cabeza en agua, de cuyo frescor disfruta. Por tanto, este frescor intrínseco del agua deviene un rasgo del flamenco; una cualidad prestada, pero ya suya, al mismo tiempo. El hosomi no tiene que ser explícito para poder disfrutar del aware. Otra experiencia similar, más clara aún, es la siguiente:

A la intemperie

La lluvia empapándome

la ropa

En este haiku vemos, por así decirlo, un hosomi doble: la lluvia calando en la ropa del haijin, a la cual confiere humedad y empapamiento; por otro, esa misma ropa, en contacto con el cuerpo, está calando al haijin. Hay, por tanto, una cadena de elementos (lluvia-ropa-cuerpo) por las que las cualidades intrínsecas de la lluvia van discurriendo. Si la ropa se hubiera presentado ya con la cualidad de empapamiento, como rasgo propiamente suyo (futoki mono), sin efecto mediador de la lluvia, habría un solo hosomi: el calado de la humedad en el cuerpo. No censuramos, en este caso, el uso pertinente del dativo simpatético me (superfluo como complemento indirecto según la norma actual), pues añade el eslabón cuerpo a la cadena de hosomi sin sobrerrepresentar excesivamente el yo.

También encontramos haikus donde el haijin se contagia del helor del aire, en la línea de los anteriores:

Un aire frío

entra en los pulmones –

Los petirrojos…

No es descabellado, por tanto, suponer que la mayor parte de los haikus con hosomi vengan motivados por una percepción táctil que incide directamente en las realidades de los polos. Sin embargo, hay también una minoría de haikus que notan relaciones de transferencia apelando al resto de sentidos, como por ejemplo:

El agua

de remojar los garbanzos.

Cantan las chicharras

Este haiku es excepcional porque, tras varias relecturas, vemos vibrar el agua del cuenco con el canto de las chicharras. La vibración de estos insectos, necesaria para el canto, se transfiere al agua y a los garbanzos. Los garbanzos también se moverán, pero a la autora, en este caso, le ha conmovido la fluidez del agua moviéndose al compás de las chicharras y la relación potentísima que el mundo establece entre ambos elementos. El mundo de este haiku se entreteje en una urdimbre de hosomi mecánico: el agente que se transfiere entre realidades es el movimiento.

 La bolsa del mandado

en el pasillo –

Los nanches2 de ayer

 2 nanche: Méx. Fruto de la especie Byrsonima crassifolia

 Concluyendo la entrada con este haiku, vemos que el hilo conductor de este haiku magistral es un hosomi olfativo: la bolsa se impregna del olor de los nanches. Es más, la relación entre ellos excede la dimensión del momento: el asombro motivado por el hosomi nanches-bolsa es fruto de un contacto que se sigue percibiendo el día de después. Poco más puedo aportar con este comentario a la genialidad del autor, dueño de una sensibilidad extraordinaria, salvo quizá el hecho de darle las gracias por permitirnos vivir estos momentos tan sumamente impactantes. Los recién neófitos podrán encontrarlo insignificante; para los restantes ―todos los haijines seremos siempre neófitos― no deja de ser un regalo para los sentidos.

(Los haikus seleccionados, en orden de aparición, pertenecen a Gorka Arellano, Idalberto Tamayo, Gorka Arellano, Mavi y Jorge Moreno).

ZEN, EL ESTADO MENTAL DEL HAIKU 8. LIBERTAD.

8

 Libertad

La libertad del Zen se manifiesta de formas muy diversas. ¿Qué es la verdadera libertad?

Pero, ¿qué debo hacer? dijo Alice. “Lo que quieras”, dijo el lacayo,
y empezó a silbar.

La libertad no es hacer lo que te gusta, sino que te guste lo que haces. Cuando sentimos dolor, pena y soledad, estamos a salvo. Nosotros podemos pensar como Satanás en el Infierno,

Aquí al menos

seremos libres; el Todopoderoso no ha construido

aquí por su envidia, no nos echará de aquí.

Esta es la libertad que Buson sintió un día, sentado solo en la oscuridad, recordando el rostro de su padre, la voz de su madre:

父母のことのみ思ふ秋の暮        蕪村

Chichi-haha no   koto nomi omō   aki no kure

Es de noche, otoño;
sólo pienso
en mis padres.

(Buson)

Es libertad para gustos y aversiones, no en el sentido de que nos volvemos indiferentes o insensibles, sino de que las cosas agradables no se sentimentalizan ni se falsifican:

遣羽子にまけし美人の総かな

Yaribane ni  makeshi bijin no  ikari kana

Vencida en el juego de pala y volante,
la bella doncella
¡muy enojada! 

(Shiki)

Del mismo modo, las cosas desagradables, feas o repugnantes resultan interesantes y significativas. El haiku se esfuerza por quitar lo que Coleridge llamaba

La película de la familiaridad y la solicitud egoísta.

Más difíciles de superar y de liberarse son las costumbres del lenguaje y las asociaciones de palabras. La palabra “roncar”, con su connotación humorística, abruma la poesía de los dos haiku siguientes, el primero con su extraña mezcla de lo inmaterial, lo humano y el mundo de los insectos; el segundo con su patetismo:

秋の夜や夢と新ときりぎりす

Akino yo ya    yume to ibikı to    kirigirisu

Una noche de otoño;
sueños, ronquidos,
el canto de los grillos.

 

(Suiō)

其人の鼾さへなし秋の輝

Sono hito no    ibiki sae nashi   aki no semi

Incluso sus ronquidos
ya no se oyen:
las cigarras de otoño.

(Kikaku)

Escrito tras la muerte de Kōsai, 工斎, discípulo de Bashō, el segundo verso significa que, aunque las cigarras siguen cantando en otoño, el menos inteligente e inteligible de los sonidos humanos, sus ronquidos, ahora son inaudibles en la muerte.

Es la libertad de lo que los hombres consideran ordinariamente posible e imposible.

間至人不知利子。 王促日。 至人陣 。大

深焚。而不能熱。河漢選面不能塞。疾雷破山。

 原振形,而不能驚。 若然者乗雲気。騎日月。而

遊学四海之外。死生無髪於己, 而況利害之端

(荘子内篇二。)

“¿Sabe un hombre de verdad lo que son pérdidas y ganancias?” dijo Ogei. “El Hombre Real es un ser espiritual- una entidad absoluta, por encima de la relatividad. Si el Gran Océano se secara por el calor, él no sentiría calor; si la Vía Láctea se congelara, él no sentiría frío. Aunque los truenos desgarraran las montañas y las tempestades sacudieran los mares, él permanecería impasible. Un hombre así puede subir a las nubes, cabalgar sobre el sol y la luna, navegar más allá de los cuatro océanos. La vida y la muerte no pueden cambiarle. ¿Cómo podrían entonces afectarle las ganancias y las pérdidas?”.

Un hombre así es como Dios, con quien todo es posible. En tal estado de ánimo iluminado, Cristo gritó,

             Os digo que, aun de estas piedras, Dios es capaz de darle hijos a Abraham.

Confucio, con toda su sobriedad, tiene un pasaje en armonía con el espíritu de las palabras de Cristo:

唯天下至誠、 鶴能漆其性、 能書其性、 則能恋

人之性、能霊人之性、 則能霊物之性、 能憲

物之性、則可以賞天地之化育、可以費天地

之化育、 則可以奥天地参笑。 (中席甘ニ)

Sólo quien ha alcanzado la (perfecta) sinceridad bajo el Cielo puede agotar (las infinitas posibilidades de) su naturaleza. Quien lo hace, puede agotar la naturaleza del hombre, y con ello la naturaleza de (todas las demás) cosas, alcanzando así (el poder de) tomar parte en la (actividad) transformadora y vivificadora del Cielo y de la Tierra, y como Hombre, hacer un Tercero con ellos.

Hay libertad frente al miedo a los resultados de las propias acciones:

生不受天党、死不伯地獄。 (障林句集)

Vivo, no me recibirán en los Salones Celestiales;

muerto, no temo al Infierno.

Hay libertad de los límites de tiempo y lugar

Alles was noch künftig ist in tausend und aber tausend Jahrenwenn denn die Welt so lange steht, das hat Gott jetzt gemacht, und alles was manch tausend Jahr veryanges ist, das soll er heute noch machen.[1]

(NT.- Traducción: “Todo lo que todavía estará en el futuro dentro de miles y miles años, cuando el mundo dure tanto tiempo, Dios lo ha hecho ahora, y todo lo que es muy antiguo, de hace muchos miles de años, debería seguir haciéndolo hoy”).

¿Cómo vamos a conseguirlo?

Dios no está atado al Tiempo ni al Lugar, está en todas partes al mismo tiempo; y esto lo sabremos en la medida en que seamos capaces, si dondequiera que estemos, nuestros deseos son estar con Él.[2]

“Estar con Él” no significa estar en ningún tipo de Cielo en el espacio o en el tiempo. Significa sentir el dolor y el placer igual que Dios, pero sin temor a que el dolor llegue o el placer huya, ya que son la trama y el tejido de nuestra existencia temporal y espacial. Significa estar libre de la vida y de la muerte, en el sentido de que sabemos que

empezamos a morir cuando vivimos, y la larga vida no es más que una prolongación de la muerte…. Lo que no tiene principio puede estar seguro de no tener final.[3]

Esta es la libertad deseada fervientemente por los estoicos, expresada por Virgilio en las palabras,

“Felix qui potuit rerum cognoscere causas,

atque metus omnes, et inexorabile fatum

subjectis pedibus, strepitumque acherontis avari” [Geórgicas, 2, 490].

(NT.- Traducción: Feliz el que ha sabido conocer las causas de las cosas,

y ha puesto fin a todo miedo, al destino implacable,

y al ruido del codicioso Aqueronte, bajo sus pies).

Pero en lugar de en tonos tan solemne, esto lo dice mejor Stevenson en Aes Triplex, expresado con la misma vivacidad y vitalidad, el dinamismo y la diversión que implica esta libertad:

Si nos aferráramos con tanta devoción como algunos filósofos pretenden que lo hacemos a la idea abstracta de la vida, o si tuviéramos la mitad de miedo que ellos pretenden que tenemos al accidente subversivo que acaba con todo, las trompetas podrían sonar a cada hora y nadie las seguiría a la batalla; el “blue-peter” podría volar hasta en un camión, pero ¿quién subiría? ¿un barco en alta mar? Piensa (si esos filósofos tuvieran razón) con qué espíritu debemos afrontar el peligro cotidiano de la mesa del comedor; ¡un lugar más mortífero que cualquier campo de batalla de la historia, donde la mayor parte de nuestros antepasados han dejado miserablemente sus huesos!

笠もなき我を時雨るる何となんと

Kasa mo naki    ware wo shigururu    nanto nanto

Que llueva, en invierno,
y ni siquiera un sombrero-paraguas,
¡Vaya, vaya!

(Bashō)

La libertad de credos, declaraciones generales, -ismos y -ologías, puede parecer que empobrece la vida intelectual. Puede parecer que ataca la raíz del cristianismo. Pero no es así:

“Su templo, fundado hace unos dieciocho siglos, yace ahora en ruinas, cubierto de selva, morada de lúgubres criaturas: no obstante, aventúrate; en una cripta baja, arqueada con fragmentos caídos, ¡encuentras el altar todavía allí, y su Lámpara sagrada perennemente encendida!”.[4]

只たのめ花もはらはらあの通り

Tada tanome    hana mo hara hara    ano tôri

Simplemente confía:
¿No revolotean los pétalos hacia abajo
así, sin más?

(Issa)

Libertad de la moral, de las nociones de progreso, de todos los ideales abstractos, de los valores preconcebidos que la mente está supuesta a otorgar a las cosas; y ¿qué queda? Spengler dice:

“Para el hombre que en estas cosas ha conquistado su libertad incondicional de perspectiva más allá de todo interés personal, no hay dependencia, ni prioridad, ni relación de causa-efecto, ni diferenciación de valor o importancia. Lo que asigna rangos relativos entre los detalles-hechos individuales es simplemente la mayor o menor pureza y fuerza de su forma-lenguaje, su simbolismo, más allá de toda cuestión de bien y mal, alto y bajo, útil e ideal”.[5]

Debemos liberarnos de la idea, y liberarnos del hecho de buscar la felicidad, de buscar la belleza o la importancia. Así que Buson dice:

さびしさのちれしくもあちの夢

Sabishisa no   ureshiku mo ari   aki no kure

Una víspera de otoño,
hay alegría también
en la soledad.

(Buson)

Escapar del sentimiento de que la felicidad es un fin en sí misma, es una tarea de toda la vida. Pero al menos podemos librarnos de la noción, implantada en nosotros indirectamente desde niños, que tenemos derecho a ciertas cosas, entre ellas y quizás la principal, la felicidad. En Sartor Resarlus, Carlyle dice:

“Pero el capricho que tenemos de la Felicidad es algo así. Mediante ciertas valoraciones y promedios de nuestros propios golpes, llegamos a una especie de suerte terrestre media: creemos que nos pertenece por naturaleza y por derecho imprescriptible. Es el simple pago de nuestros salarios, de nuestros merecimientos; no requiere ni agradecimiento ni queja; en el excedente que pueda haber contamos la Felicidad; cualquier déficit es de nuevo Miseria”.[6]

Thomas Jefferson lo expresó con palabras que nunca dejan de conmovernos y que, sin embargo, son casi universalmente malinterpretadas:

“Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

Pero Carlyle tiene una palabra que rompe todos los sofismas:

No ames el placer: ama a Dios.

Ama todo lo que fue, es y debe ser. Ama las cosas.

Este es el Sí Eterno, donde toda contradicción se resuelve: donde quien camina, está bien dentro de él.

 

Matthew Arnold lo expresa de forma más sombría y no menos enfática que Carlyle:

“Podrías, Pausanius, aprender cuán profunda es esta falta:

podrías discernir, tan sólo una vez, que no tienes derecho a la dicha…”[7]

Cuando aprendamos esto sin amargura ni arrepentimiento, cuando consintamos, estemos de acuerdo o incluso deseemos que así sea, comprenderemos por primera vez el significado de la libertad.

……………………

[1] San Agustín, citado por Eckhart.

[2] William Penn.

[3] Hydriotaphia.

[4]  Sartor Resartus.

[5] Introducción, 11.

[6] Capítulo IX.

[7] Empédocles.