Dibujos de gatos de Ana Sotos, acompañados de una amplia selección de haikus de El Foro y La Pizarra de El Rincón del Haiku, así como numerosos haikus clásicos que tratan de gatos.
Dibujos de gatos de Ana Sotos, acompañados de una amplia selección de haikus de El Foro y La Pizarra de El Rincón del Haiku, así como numerosos haikus clásicos que tratan de gatos.
東海道五十三次
Este libro ilustrado se centra especialmente en las personas. Como está dedicado principalmente a reproducir numerosas personas, hay muchos personajes intrascendentes.
Muchos de los grabados son ukiyo-e sobre gente corriente.
Notas.-
Las Cincuenta y tres estaciones (etapas) de la ruta de Tōkaidō, son una serie de grabados ukiyo-e creados por Utagawa Hiroshige después de su primer viaje a lo largo de la ruta de Tōkaidō en 1832. Esta carretera, que conectaba la capital del Shōgun con la capital imperial, constituía una de las principales arterias del antiguo Japón.
Shiki no sólo era versado en literatura, sino también en arte, poseía un gran número de libros ilustrados y manuales de pintura, además de dibujar sus propios cuadernos y libros de arte. El Tōkaidō Gojūsan-tsugi es uno de los seis grandes libros de Hiroshige. Especialmente cuando estaba escribiendo el “Gyōyaku Manroku” (Anotaciones tumbado sobre la espalda), cuando su salud era débil, mirar los cuadros mañana y tarde era el mejor consuelo que podía tener, de hecho comenta esta circunstancia varias veces en otro diario como Una cama de enfermo de seis pies de largo. Recomendamos consultar la entrega 19 de 31 de mayo clicar aquí.
Reproducción de Las Cincuenta y Tres Estaciones (etapas) de la ruta de Tōkaidō (東海道五十三次 Tōkaidō Gojūsan-tsugi)
Esta entrada en el diario de Shiki, no consta en el libro de la profesora Masako Hirai.
タ顔一、干瓢二落ツ
El dolor de los huesos de la pelvis, que se mantiene desde ayer, es tan intenso que resulta insoportable, y hoy he llorado varias veces cuando han tenido que tocar el vendaje. La piel de la parte del cuerpo descompuesta se cubre con gasas y se pegan a la piel.
La úlcera bajo la espalda es muy dolorosa, y me duele especialmente cuando giro mi cuerpo hacia un lado.
Hoy, el viento y la lluvia han hecho caer una gloria de la noche y dos calabazas de secar.
Notas.-
Las calabazas que Shiki pintó son una yūgao 夕顔 (calabaza de botella, de hermosa flor)
y dos kanpyō 干瓢 (un tipo de calabaza cuyas virutas, secas, se usan para la cocina tradicional japonesa).
Moonflower, Rostro de la noche, Gloria nocturna, Ipomoea Alba, La flor de la Luna, Noche de Gloria, Buenas noches, flor de calabaza … es una especie de correhuela noche-floreciente, al contrario de la Ipomoea Violacea o Gloria de la mañana, que es día-floreciente y de la que ya se escribió hace 7 entradas y puede verse clicando aquí.
Los huesos de Shiki, estaban afectados por una caries espinal, con las vértebras deshechas por el bacilo de la tuberculosis. Su piel, estaba llena de escaras por tanto tiempo tumbado y de ellas manaba pus, lo que le hacía gritar y llorar todos los días cuando había que cambiarle los vendajes. En medio de todo esto, como si mirara a través de su propia vida, pintó una gloria de la tarde y dos calabazas secas que habían caído con el viento y la lluvia.
Nota de Youko Akinaga:
Shiki se vio a sí mismo en el yūgao y el kanpyō que caían bajo la lluvia y la tormenta. – Youko Akinaga
Nota de Chiyo Fujiwara (traductora al inglés):
1) A medida que la condición de la enfermedad de Shiki empeoró, luchó contra el dolor insoportable. Me estrujé el cerebro para elegir las palabras adecuadas para describir la furia de su dolor.
2) Esta parte es una descripción tan vívida que los lectores perciben como si realmente sintieran el dolor que tenía Shiki. Consideré cuidadosamente la traducción, buscando palabras que sean concisas y transmitan la imagen precisa de esta situación.
3) “Una flor de luna y dos calabazas se han caído de sus tallos”. Dado que esta oración era fácil de entender, la traducción fue una tarea sencilla. Sin embargo, la sentencia aporta cierta tranquilidad a toda la dolorosa situación. La observación del jardín y su sentimiento por la naturaleza parecían reconfortar a Shiki durante esos dolorosos días. – Chiyo Fujiwara
Estaba seguro de que las aves conocidas como «ojos blancos» (mejiro 目白) eran un motivo estacional de primavera debido a la experiencia propia y a la gran cantidad de imágenes suyas en Instagram, donde aparecen entre los ciruelos y cerezos en flor. Sin embargo, de acuerdo con los almanaques estacionales (saikiji 歳時記) y los diccionarios, el nombre de estas aves debería evocar el verano o, incluso, el otoño. Con todo, los poemas aquí reunidos son todos de primavera, indicada en general por las imágenes florales. Esto nos enseña que las palabras estacionales (kigo 季語) son elementos aún en transformación y que, en el haiku, la experiencia poética prima también sobre las convenciones. En todo caso, dado que «ojo blanco» (mejiro 目白) debería situarnos teóricamente en otra estación, son los nombres de los ciruelos (ume 梅), cerezos (sakura 桜) y camelias (tsubaki 椿) las que nos ubican en diferentes periodos vernales, lo mismo que la palabra «flor» (hana 花) sin modificadores.
[Ojo blanco] Tsukuba, 20/02/2020
La especie Zosterops japonicus tiene un plumaje verdoso en la mayor parte del cuerpo y amarillo en el pecho, pero se caracteriza por el blanco que circunda sus ojos oscuros. Su presencia constante entre los árboles en flor se debe a que beben el néctar y cazan los insectos que los merodean, hábitos que deberían fortalecer su asociación primaveral.
1.
Kawai Emiko 河合笑子 en la revista Ao あを de mayo de 2001
うぐいすか枝先のゆれ目白かな
Uguisu ka eda saki no yure mejiro kana
¿Un ruiseñor?
El vibrar de la rama:
¡un ojo blanco!
El uguisu うぐいす es el ave asociada a la primavera desde la época clásica, ya que su singular canto puede oírse desde el inicio de esa estación, en la que se aparea. Es una especie exclusiva del este de Asia y sin parentesco cercano con otras aves de la esfera hispanohablante, por lo que no hay una traducción exacta para su nombre. Debido a la belleza de sus vocalizaciones y a su forma, se lo ha asociado con el ruiseñor y, ocasionalmente, con la alondra, pero sus patrones de sonido no se parecen en nada. Al pensar primero en esta ave, la autora evoca toda la tradición que le está asociada y que nos sitúa en la primavera, pero resulta que es un ojo blanco. Hay que recordar, además, que es difícil ver a los uguisu, que suelen trinar ocultos entre la vegetación, mientras que los ojos blancos son menos tímidos.
2.
Koishi Hideko 小石秀子 en la revista Ao あを de mayo de 2001
花鳥の目白きびきび枝から枝へ
Hanadori no mejiro kibikibi shi kara shi e
Aves y flores:
el ojo blanco vivaz
de rama en rama.
[Ojo blanco] Tsukuba, 20/02/2020
3.
Mori Norikazu 森理和 en la revista Ao あを de mayo de 2001
ひらひらと目白と夫と花の中
Hirahira to mejiro to tsuma to hana no naka
Revoloteo:
un ojo blanco y su amor
entre las flores.
4.
Kobayashi Mirai 小林巳禮 en la revista Hōzuki 酸漿 de mayo de 2002
紅梅の隣家に咲きて目白来る
Kōbai no rinka ni sakite mejiro kuru
Florece en la casa
de los ciruelos rojos.
Llegan ojos blancos.
El florecimiento de los ciruelos marca el inicio de la primavera lunar, pues comienzan a florecer desde el final de enero, pero llegan al apogeo entre febrero e inicios de marzo.
[Ojo blanco] Tsukuba, 20/02/2020
5.
Matsuda Kingo 松田欽吾 en la revista Ugetsu 雨月 de mayo de 2002
梅莟みはや訪ね来る目白かな
Ume tsubomi haya tazune kuru mejiro kana
Botón de ciruelo
¡Ah, ya viene de visita
un ojo blanco!
6.
Naitō Junko 内藤順子 en la revista Hōzuki 酸漿 de mayo de 2003
目白きて梅咲き満ちし勅願寺
Mejiro kite ume saki michi shi chokuganji
Vienen ojos blancos,
flores llenan los ciruelos:
un templo imperial.
La palabra chokuganji 勅願寺 nombra los templos construidos por orden de algún emperador, como lo fueron varios de los más famosos del área de Kansai. Por esta razón, la palabra puede evocar no sólo un templo antiguo, anterior a la separación forzada del budismo y del culto a los dioses, sino además uno imponente, como convendría a uno financiado por el estado.
7.
Nakajima Chieko 中島知恵子 en la revista Ugetsu 雨月 de junio de 2004.
梅の香の中飛び交へる目白かな
Ume no ka no naka tobikaeru mejiro kana
¡Ay, el ojo blanco
que puede planear en el aroma
de los ciruelos!
[Ojo blanco] Tsukuba, 20/02/2020
8.
Tanaka Kiyoko 田中きよ子 en la revista Hōzuki 酸漿 de junio de 2004
目白らの好む白梅ありにけり
Mejiro-ra no konomu hakubai arinikeri
Los ciruelos albos
parecen los preferidos
por los ojos blancos.
9.
Aoki Tamiko 青木民子 en la revista Hōzuki 酸漿 de junio de 2004
初桜目白十羽を飛ばしけり
Hatsu sakura mejiro jūwa o tobashikeri
Primeros cerezos.
Hicimos que volaran
diez ojos blancos
10.
Aizawa Yuriko 相沢有理子 en la revista Fudo 風土 de junio de 2007
花椿季節外れの目白群れ
Hanatsubaki kisetsuhazure no mejiro mure
Camelia en flor
Bandada de ojos blancos
fuera de estación.
Las camelias, a diferencia de otros árboles admirados por sus flores, tienen un periodo de florecimiento prolongado que va de enero a abril. De esta manera, cubren toda la primavera lunar y su nombre japonés, tsubaki 椿, puede evocar cualquier momento de esa estación. Al señalarnos que la bandada de ojos blancos está fuera de estación, la autora nos hace ver la falta de correspondencia entre su experiencia y los almanaques estacionales.
11.
Ozawa Akiyuki 小澤昭之 en la revista Sasa 笹 de mayo de 2010
目白ゐて白き椿の枝揺るる
Mejiro ite shiroki tsubaki no eda yururu
Un ojo blanco.
De la camelia blanca,
vibra la rama.
12.
Hayasaki Yasue 早崎泰江 en la revista Ao あを de abril de 2011
だしぬけに目白くるなり春動く
Tashinuke ni mejiro kuru nari haru ugoku
Y, de repente,
un ojo blanco vino.
Primavera en curso.
[Ojo blanco] Tsukuba, 20/02/2020
En este haiku, el autor asocia claramente la llegada del ojo blanco con el avance de la primavera, con lo que rechaza sus asociaciones primarias con el verano o el otoño. El nombre de la estación es la palabra necesaria para situar temporalmente el poema.
13.
Sakai Akiko 堺昌子 en la revista Sugurono 末黒野 de junio de 2013
梅林や目白の影の池に揺れ
Bairin ya mejiro no kage no ike ni yure
Un ciruelar.
Ondas en el estanque
en que se refleja un ojo blanco.
CONSTRUIR
¡Ay, cómo juega
entre las hojas de los lirios
la primavera!
DECONSTRUIR
Hace unos días, me impresionó los juegos de luces, con tantos matices de verdes, y los juegos de brillos y sombras del arriate de lirios, aun sin florecer como se aprecia en la foto adjuntada, que enmarca el espacio desde donde practico el arco. Hubiera deseado escribir:
¡Ay, cómo juega
entre hojas de lirios
la primavera!
De ese modo, hubiera contado siete sílabas el segundo verso (con hiato entre la “e” y la”o”) y, tal vez, le hubiera dado mejor ritmo a todo el haiku. La verdad es que, sin embargo, deseaba personalizar a las hojas de estos lirios en concreto, usando sendos artículos determinados.
El haiku japonés carece de determinación en los sustantivos, por la sencilla razón de que no existen artículos en la lengua japonesa. Es una de las indefiniciones, con ribetes de ambigüedad en no pocos casos, que da carácter a esta lengua. En español, por el contrario, como en la mayoría de las lenguas de nuestro entorno, personalizamos el discurso. Es como si tuviéramos necesidad de marcar nuestro conocimiento o desconocimiento, nuestra relación o no relación con las cosas, nuestra implicación emocional o no implicación con ellas. Dar un carácter o bien particular, concreto, o bien genérico a las cosas que nos rodean forma parte, por consiguiente, de nuestra percepción de la realidad.
Por el contrario, en la mente de los maestros japoneses cuando componían haikus no existía tal dualidad. Y, en mi opinión, el haiku japonés tiene como cualidad central la descripción integral y holística de una realidad, que no es el resultado más que de una visión unitaria del mundo fenoménico.
Pongamos como ejemplo comparativo el famoso haiku, de la rana que salta al viejo estanque del maestro Bashō. Lo recordamos:
Furu ike ya El viejo estanque.
Kawazu tobikomu Se zambulle una rana.
Mizu no oto Ruido del agua.
Y ¿por qué no “estanque” no puede indeterminarse con “un” y “rana” determinarse con “la”? Y traducir, entonces:
Un viejo estanque.
Se zambulle la rana.
Ruido del agua.
Sería, pues, un estanque desconocido por el poeta y una rana determinada por ser conocida previamente por este. ¡Claro que es posible! Seguro que el bueno de Bashō sonreiría con indulgente desaprobación –como a menudo desaprueban los japoneses– ante la frívola improcedencia de tal debate… O se encogería de hombros porque en su lengua tal debate es imposible y la visión de las cosas es unitaria y no fragmentada en este aspecto gramatical.
La conclusión de estas reflexiones es el reconocimiento de hasta qué punto nuestra visión del mundo se halla encadenada por el lenguaje con que nos expresamos y que modela nuestra mente. En mi haiku, los lirios los conozco bien: lo veo casi a diario cuando paso a su lado. Por eso, me salió natural escribir “los lirios” y no “unos lirios”, ni simplemente “lirios”, sin ningún artículo. Y si son “los lirios”, por fuerza han de tener “las hojas” y no “unas hojas”. Además, si hubiera escrito “unas hojas”, estaría reconociendo que había otras hojas de los lirios que no ofrecían tan sorprendente danza de brillos y sombras.
Hay otro poema de lirios que recuerdo. Es del haijin Hekigodō (1873-1937), discípulo de Shiki.
Los lirios del monte Yamayuri ni
empapados de la lluvia Sosugu taiu ya
mientras canta el cuco. Hototogisu.
山百合に
そすぐ大雨や
ほととぎす
Imagen 1.- Fiesta de despedida de Mokugo (Chu) Asai que se iba a París a estudiar. Dibujado por el propio Chu Asai el 16 de enero, apareció publicado en la edición de enero de «Hototogisu» (1900).
Seguimos profundizando en el conocimiento de Shiki y su entorno a través de imágenes generalmente poco conocidas.
El dibujo representa una fiesta de despedida de Mokugo (Chu) Asai que se iba a París a estudiar. Dibujado por el propio Chu Asai, apareció publicado en la edición de enero de «Hototogisu» (1900).
La fiesta de despedida de Chu Asai, que fue a París a visitar la exposición internacional y a cursar estudios en el extranjero, se llevó a cabo el 16 de enero de 1900 en Shikian. Los participantes de la fiesta fueron Shiki, Chu Asai, Meisetsu Naito (haijin), Katsunan Kuga, Izan Shimomura (pintor y haijin), Fusetsu Nakamura (pintor), Hyotei Ioki (reportero de prensa y haijin), Seisei Matsuse (haijin) y Kyoshi Takahama (haijin). Escribieron textos sobre un cuadro creado conjuntamente por los tres pintores (Izan Shimomura -de quien hablaremos en la próxima entrada-, Chu Asai -a quien presentamos en la entrada anterior- y Fusetsu Nakamura -de quien hablaremos en esta entrada-) y comieron comida occidental y disfrutaron de la fiesta, una fiesta con sake, poesía y pintura.
Shiki expresó la atmósfera en un improvisado poema tanka:
ふらんすのぱりに行く絵師送らんと画をかきにけり牛ひくにけり
En la fiesta
de despedida de un pintor
que parte a París, Francia,
creamos pinturas
y comemos carne de res
Shiki
La ciudad de Taito (Taitō es una zona especial de la Metrópolis de Tokio, en Japón y es común que se autodenomine en otros idiomas como «Ciudad de Taitō») creó un folleto titulado «Taito Burari Sanpo», o paseo por la ciudad de Taitō. El apartado 6 del folleto, que está subtitulada «Masaoka Shiki Yukari no Chi (Kuhi) wo Otozureru», se nombran lugares de visita relacionados con Shiki Masaoka, artículos sobre Shiki y monumentos de piedra grabados con poemas haiku de Shiki en la ciudad de Taitō.
Imagen 2.- Unas imágenes cómicas creadas conjuntamente por tres pintores (Izan Shimomura, Chu Asai y Fusetsu Nakamura) en la fiesta de despedida de Chu Asai.
Por otro lado Chu Asai le regaló una pintura de acuarela de flores de otoño a Shiki, y pidió prestada una gran jaula de pájaros para Shikian antes de emprender el viaje, tal y como se narraba en la entrega anterior.
Nakamura Fusetsu (1866-1943) era pintor japonés de estilo yōga. También fue conocido como calígrafo. En 1894 conoció a Shiki, quien también trabajó como periodista, y obtuvo un puesto haciendo ilustraciones para Small Japanism , un periódico anticolonialista. Fue en este momento que comenzó a usar el nombre «Fusetsu» (infalible). En 1895 viajó a China en compañía de Masaoka, que entonces trabajaba como corresponsal de guerra. Allí, pintó escenas de la Primera Guerra Sino-Japonesa y despertó interés por la caligrafía. Más tarde, trabajó tanto para el Nippon Shimbun como para el Asahi Shimbun.
En 1900, envió pinturas a la Exposición Universal de París y recibió un pequeño premio. Poco después, se fue a Francia a estudiar con Raphaël Collin; luego con Jean-Paul Laurens
Imágenes 4 y 5.- Pinturas de Fusetsu
Su influencia en Shiki, y por tanto en el haiku en general es TRASCENDENTAL, dado que el sashei que tanto proclamó el maestro tiene mucho de Fusetsu. Charles Trumbull, en su artículo “MASAOKA SHIKI Y LOS ORÍGENES DEL SHASEI” afirma lo siguiente: (puedes leer dicho artículo traducido al español clicando aquí)
<<Las principales influencias en el desarrollo estético de Shiki llegaron a través del pintor de estilo occidental Nakamura Fusetsu. Shiki lo conoció en 1894 mientras trabajaba como editor del periódico Shōnippon, “y, bajo la influencia de Fusetsu, comenzó a aclarar aún más sus ideas sobre el haiku, tomando prestados ciertos conceptos de realismo del arte y combinándolos con los ya recibidos del novelista Tsubouchi Shōyō.
Fusetsu heredó el mensaje de su maestro, Asai Chū, quien a su vez había sido uno de los alumnos de Antonio Fontanesi (1818-1882). Este pintor fue un destacado paisajista italiano del siglo XIX que había sido invitado a Japón por el gobierno para enseñar en la Escuela Técnica de Arte y, aunque sólo estuvo allí dos años, influyó en toda una generación de artistas japoneses. De acuerdo con las notas de clase tomadas por sus alumnos, Fontanesi resumió así su teoría de la pintura: “El método básico de la pintura occidental es: primero, la forma correcta; segundo, el equilibrio de color y tercero, imaginar siempre mientras pintas que están mirando una hermosa escena a través de una ventana”. Al mismo tiempo, apreciaba mucho la observación y el esbozo de lo natural>>.
Imagen 6.- Nakamura Fusetsu pinta a Shiki junto a un poema de Tsuchiya Bunmei
Nota: Mi agradecimiento a Danny Ya Mono por detectar una pérdida de sílabas en la tanka original de Shiki que ya ha sido corregida debidamente. GRACIAS.
Bashô, a quien Justino Rodríguez llama el divino Bashô, ciertamente, fue elevado a los altares. En nuestro ámbito cristiano occidental, el poeta místico Juan de la Cruz gozó del mismo privilegio, pero con una diferencia de grado; el monje carmelita fue canonizado, es decir, reconocido como persona que se encuentra en la corte celestial del Dios cristiano. En cambio, Matsuo Bashô, en un país como Japón, donde, según Enrique Gómez Carrillo: Sus dioses nacionales, los de la antigua religión Sinto, son los héroes, los sabios, los poetas, fue incluido en el círculo de los kamis.
Y Masaoka Shiki, ante un mito fundacional y un kami del haikai no hokku, inicia la desacralización.
Shiki hace una lectura crítica de la obra de Bashô, la cual, según dice, era vista como un conjunto de escrituras sagradas por sus seguidores. De momento, veo esa crítica como una batalla naval en la que la nave de Shiki embiste a la nao del Maestro. La nao se hunde y, ahora, busco en el fondo entre los restos cubiertos de algas marinas. Lo primero que hallo es el ku del hibisco:
michinobe no
mukuge wa uma ni
kuwarekeri
He aquí la versión de Caqui, Revista Brasileira de Haicai:
A flor
Da beira da estrada
Foi comida pelo cavalo
La flor
De la orilla del camino
Fue devorada por el caballo
Me apena decir que al estar limpiando de algas el original japonés, se salpicó la traducción que hicieron Elías Rovira y Jaime Lorente de la traducción italiana de Lorenzo Marinucci. Me disculpo con ellos por mi defectuosa reconstrucción:
En el camino
un hibisco devorado
por el caballo
Recuerdo las palabras que la Maga les dice a Horacio y sus compañeros, en Rayuela: “ustedes ven la vida como cuadros de una exposición, pero no están en ella”. Y el Maestro no andaba de mirón asomándose al camino, estaba en el camino. Trato de acompañarlo como acompañé, hace tiempo, a Mutanabbi cuando salió huyendo de Egipto:
Nos llevaban rápidas las monturas, con los belfos blancos
y las pezuñas verdes de rugl y de yanam.
El arabista Emilio García Gómez aclara que, para aumentar la rapidez de la marcha no habían dejado pacer a las camellas, por eso llevaban los belfos blancos y las pezuñas verdes por el rugl y el yanam, hierbas del desierto, que habían pisado.
Sigo hurgando entre los restos. Una parte de la nao quedó enterrada en el limo del fondo, de ahí extraigo esto:
hito tose ni
ichido tsumaruru
nazuna kana
Durante el año
se recoge una vez,
la hierba nazuna
Lo cual me remite a:
yoku mireba
nazuna hana saku
kakine kana
Si miro con cuidado
la nazuna florece
junto al seto
Me atrevo a intentar un honka dori, espero que no sea juzgado como un mero versioneo; tomémoslo como un ku sin pretensiones o simple vehículo de mi opinión:
Si miro con cuidado
entre el fango y las algas
una joya
¿Por qué la actitud crítica de Shiki? El haiku estaba en decadencia, necesitaba ser renovado. Shiki es el renovador. Veamos lo esencial de la crítica que hace a la obra de Bashô, la cual se tenía como el modelo a seguir:
Afirma que los kus del Maestro fueron recogidos sin hacer distinción entre los buenos y los fallidos. Que los buenos serán unos doscientos de los más de mil que escribió. Que el ku del viejo estanque es una especie de reliquia sin valor literario. Esos hechos que señala, a fuer de hechos, son irrefutables, y uno de ellos posee una importancia capital para la comprensión de la perspectiva estética del Maestro. Aceptemos los hechos y agradezcamos a Shiki el haberlos señalado; sin embargo, su opinión acerca del sentido del ku del viejo estanque parece cuestionable.
Vicente Haya en el prólogo de Aware dice que los japoneses incluyen en sus antologías haikus malos sin juzgarlos. De ahí que no deba extrañarnos la actitud de quienes recopilaron los kus de Bashô.
Que los haikus aceptables no pasen de doscientos también es comprensible porque el Maestro desarrolló su estilo en los últimos años de su vida.
Lo cuestionable del ku del viejo estanque es su asimilación al Zen. Shiki, aunque tiene sus dudas, termina por aceptar que “la verdad del practicante Zen es la médula del estilo de Bashô”, y que ese ku “expresa poéticamente este tal como son las cosas.”
Si el estilo de Bashô es Zen ¿por qué en Oi no Kobumi (Notitas de morral) afirma que su arte no le ha traído paz?
¿Y la influencia Zen en el haiku? Podría decirse que sólo proporcionó un método a las tendencias contemplativas del alma japonesa, ya mencionadas por Nuria Parés. Y que afinó la agudeza de Saigyô, Bashô y Santôka.
Por lo que respecta a los poemas Zen, están en el Shodó, el Zenrin…
¿Y el hecho de importancia capital señalado por Shiki? Al insistir en el nulo valor literario de los kus más famosos de Bashô nos hace sospechar que el haikai no hokku es un género no literario. ¿Será posible tamaña paradoja? ¿Una literatura que no sea literaria? O, ¿de qué otra manera podría decirse esto?
Bashô da la espalda a la naturaleza estilizada de la poesía establecida, no al fluir de la naturaleza, y presta atención a lo inmediato, lo ordinario, lo que no se toma en cuenta ni es digno de poetizar, y lo nombra con un lenguaje adecuado, sencillo, sin retórica. En fin, una literatura no convencional.
50
Escuchando el koto en un atardecer de primavera
瀟湘の鴈のなみだやおぼろ月
Shou- shou no gan no namida ya oborozuki
Las lágrimas de los gansos
en los ríos de Xiaoxiang;
luna brumosa.
Asistimos a un haiku con reminiscencias de la cultura china, quizá vinculado a la visión de un cuadro que evoca este paisaje. No olvidemos que Buson privilegió el estilo chino de su maestro indirecto: Bashô (especialmente entre 1680 y 1683). Los gansos que parten de viaje es un tópico constante en el haiku (de hecho Bashô nos habla de este suceso cuando abandona Kioto rumbo a Edo, en 1672). Buson nos muestra una escena velada, con la clásica luna llena, evocando escenas propias de los poetas de la dinastía Tang, a la que tanto admira. Un haiku con matices clásicas que recurre a la técnica alusiva del pasado (honzetsu).
瀟湘 shou-shou se refiere a los lagos y ríos de China de la zona central (Xiaoxiang, en la provincia de Henan, que se convirtió en un tópico de la literatura china como lugar simbólico en que se exiliaban a hombres talentosos, aunque también era un paraje lleno de bestias salvajes). Buson no lo visitó, pero intenta convertirlo en un suceso creíble.