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Montañas y ríos

Una conocida expresión de la tradición zen dice: “Antes de conocer el zen, las montañas eran las montañas y los ríos eran los ríos. Cuando comencé a estudiar el zen, las montañas ya no eran las montañas ni los ríos eran los ríos. Cuando al fin comprendí la esencia del zen, las montañas son las montañas y los ríos son los ríos.”

Parece que lo esencial de la vida responde a la misma apreciación. Los seres humanos solemos perdernos, dar vueltas y desvíos hasta llegar a estar totalmente confundidos.

El haiku, como el zen, es un retorno a lo esencial. Nada nos hace falta, nada nos sobra. Buscamos inútilmente un tesoro donde nunca podremos encontrarlo. La joya preciosa no está en un lugar lejano o desconocido. Nunca cesa de brillar en nuestro propio corazón.

Recuperar la capacidad de percibir directamente, sin obstrucciones ni distorsiones, sin engaños ni manipulaciones, desnudos, desprevenidos, con sencillez y humildad, como el niño que nunca dejamos de ser, ese es el camino del haiku:

¡Las montañas son las montañas, los ríos son los ríos!

algazara

dos guacamayas

en el techo de la casa

·

sin ruido…

una tras otra cae

gota de rocío

Foto: Cañón del Río Cauca (Antioquia, Colombia), Luis Bernardo Cano

 

Shiki: Las reuniones con los amigotes… y la colectividad en el haiku.

Imagen 1.- La primera reunión de haiku de «Busonki», o reunión por aniversario de la muerte de Yosa Buson. Fotografía conmemorativa tomada en el porche de una habitación de invitados de Shikian (1897, Fuente Museo Shiki). 

Imagen 2.-  Conocida fotografía de Shiki, también en 1897, con 31 años, delante su casa frente jardín el 24 diciembre, con motivo de la primera celebración sobre el Poeta Buson.

Imagen 3.- Busonki de diciembre de 1899 (Fuente: Shikian). Esta foto fue tomada frente a la cerca de pizarra en el lado oeste. Shiki se apoyó en un reposabrazos en el centro de la primera fila.

Seguramente porque Shiki no podía salir de casa en sus últimos años, con cierta frecuencia y con motivos muy dispares (homenajear a un clásico, despedir a un amigo que parte, celebrar la entrada de año, etc.) organizaba grandes reuniones de haijines. Murió el día 19 de septiembre de 1902: pues bien, la última de estas grandes reuniones fue ¡el 10 de septiembre!, cuando apenas tenía fuerzas ya para respirar.

Posiblemente, las más famosas y fructíferas de todas las reuniones fueron los “Busonki”, o reuniones en homenaje a Buson, que se celebraban casi siempre el día 24 de diciembre, fecha de la muerte del gran maestro del haiku y la pintura (fecha de calendario lunar, 17 de enero en el nuevo calendario solar). De la primera, en 1987, tenemos esa fotografía en la Imagen 1, con 20 asistentes y la imagen 2 individual del maestro. En la tercera, en la Imagen 3, ya apreciamos más de 45 asistentes. Aún tenemos una fotografía más de estos encuentros, pero tiene su propia historia y la veremos y comentaremos en la próxima entrega.

Shiki sentía gran admiración por Buson, llegándole a dedicar el libro “Haijin Buson” en 1899, que se venía publicando de forma seriada en el diario Nihon desde 1897. Continúa, a partir de 1898, mediante estas sesiones de lectura colectiva organizadas en el propio domicilio del poeta y hasta pocos días antes de su muerte. Estas sesiones culminaron con la publicación de escritos de un Curso sobre las colecciones de Buson (Buson kushū kōgi). En mayo de 1900, fueron los Versos de invierno, en septiembre de 1900 los Versos de primavera, en enero de 1902 los Versos de verano y, Meisetsu, publicará un último volumen en junio de 1903: Versos de otoño.

Si bien Donal Keene y Janine Beichman dejan buena constancia de la impresión de Buson en Shiki, a quien desee profundizar, recomiendo muy encarecidamente los artículos “Buson and Shiki: Part One & Part Two”, de Mark Morris (University of Adelaide) en Harvard Journal of Asiatic Studies, Vol. 44, No. 2 (Dec., 1984), pp. 381-425 y Vol. 45, No. 1 (Jun., 1985), pp. 255-321.

Me permito recordar aquí también que el haiku tiene un componente imprescindible de colectivo, se originó de la poesía colectiva y de desarrolló como poesía en colectivo: de ahí la importancia de los foros, escuelas, asociaciones, etc.

Ya publicado con anterioridad, también recuerdo aquí cuatro términos que se usan en la colectividad del haiku:

Unza: (za: reunión, uno: destino): Empezaron siendo reuniones de numerosos haijines para la práctica del haiku, meros ejercicios. Finalmente, se convirtieron en sesiones de selección donde se decide colectivamente el destino de los diferentes haikus compuestos por los miembros: ¿serán seleccionados? ¿serán rechazados? Usado para publicaciones en libros, revistas, foros, etc.

Tensaku: Sesiones de numerosos haijines con fines, no de selección, sino de mejora de los haikus. Puesta en común, comentarios y correcciones colectivas.

Kukai: Tiene características de competitividad, de concurso. En esa reunión los haiku se escriben en hojas de papel anónimas, por lo que no se sabe de quién es cada haiku inicialmente y cada cual selecciona tres o cinco de sus favoritos. Cada miembro lee en voz alta su selección de haiku y hace un pequeño comentario al respecto. Gana el que mayor número de selecciones tenga.

Ginkō: Un grupo de haijines pasea con atención por un área determinada de naturaleza, escriben haikus que puedan surgir al respecto y luego los intercambian frecuentemente en formato de kukai.

FUENTES:

Imágenes:

Museo de Shiki

Shikian

Enero 2023

CONSTRUIR

Abandonada,
una silla de plástico.
Uno de enero.

DECONSTRUIR

Los comentarios del “Deconstruir” de este mes bien podrían llevar, conjuntamente, el título de “El haiku y la belleza”, un buen tema para una sabrosa charla.

Estamos habituados, en el canon literario occidental, a asociar poesía y belleza, no obstante reconocidas voces heterodoxas de ciertos poetas (Arthur Rimbaud, Gottfried Benn y otros). En el haiku japonés no se asocian ambas realidades. En este sentido, como en varios otros, el haiku es, ni más ni menos, “antipoesía” o, en términos más concretos, es la poesía de la vulgaridad, de la fealdad, de la frivolidad, de la obscenidad, hasta de la suciedad (y que los kami me perdonen). O, mejor dicho, el haiku puede representar todo eso, y, sin embargo, seguir siendo haiku.  Al haiku del humor, por otro lado, lo encasillamos en el subgénero del senryū.

Pongamos el ejemplo de “Construir” de este mes de enero. El día 1, el día más auspicioso del año si los hay, al pasar al lado del patio de una casa abandonada, reparé en una silla de plástico tirada en el suelo. Todo en el patio sugería descuido, fealdad, suciedad. Y el plástico, material cada vez más denostado por cuantos tenemos responsabilidad ecológica, hasta había perdido su color blanco por haber estado largo tiempo a la intemperie. Saqué una foto de la escena porque “reparé” en esta fea silla.

Y me hice vidente, y compuse estos versos. ¡«Nada menos adecuado para empezar el año, un uno de enero, que un haiku semejante», puede pensarse! Y, con razón, tal vez, pero el haijin no conoce adecuaciones a la artificiosidad de tiempos, calendarios y festividades. El haijin es espontáneo e inocente.

Un ejemplo opuesto. He esperado varios días para disponer de él en versión gráfica. Es la escena de una hermosa puesta de sol en una playa de la costa gaditana donde estoy pasando estas fechas de Reyes. 

¡Qué bonita puesta de sol! ¿verdad? ¿A qué merece un haiku? No estoy de acuerdo. ¿Por qué va a merecerlo? ¿Porque evoca belleza? ¡¡¡ No es razón digna para un haiku, señor mío!!!  Es mi opinión, claro está.

El haiku de esta bonita escena de la playa y las nubes podría ser algo como este:

Al infinito
el sol que declina.
Tarde de enero.

 Lo siento por si a algún amable lector de El Rincón hallara agrado en este haiku, pero yo prefiero mil veces el haiku de la silla, el  haiku que evoca fealdad.  La fealdad transfigurada, claro está, con la varita mágica de la inspiración, iluminada por el destello de un no sé qué. Y, expresado con inocencia. Esto es el haiku.

Si no, ahí están los maestros. ¿Es que Bashō vio algo bello en una vulgar rana que saltaba en un viejo estanque o en las encías frías de un pez muerto? Sin embargo, ¡qué sublimes haikus compuso sobre uno y otro motivo.

Adjunto fotos de una y otra escena: de la bonita (la puesta de sol sublime) y de la fea (la sucia silla de plástico tirada en el suelo). Feliz año a los lectores de El Rincón del Haiku.

¿QUIÉN INDUJO A SHIKI AL SUICIDIO?

Puedes leer solo el resumen (la versión breve) o todo (versión extensa) si deseas conocer más del tema y la vida y familia de Shiki.

Versión breve: Shiki (imagen 1) reconoció el 13 de octubre de 1901 en su diario íntimo, que ante el dolor insoportable que tenía (por una tuberculosis que afectó a su columna y médula espinal) un día quiso suicidarse, y cuando estaba camino de hacerlo, la abrupta llegada de su madre lo impidió.

Imagen 1

Aunque nunca fue de creer en espíritus, cuenta (según se dice, por culpa del dolor y los medicamentos) que quien le animó a hacerlo fue el fantasma de un familiar: su primo Kohaku Fujino  (imagen 2), cuatro años menor que él y con quien convivió una temporada.

Imagen 2

El primo, en forma de aparición, salió de su tumba (Imagen 3: Kohaku saliendo de su tumba y regresando del inframundo) para animarle a acabar con su vida.

Imagen 3

El primo siempre manifestó un carácter infeliz, algo envidioso y fue ingresado en un hospital de salud mental. Murió por suicidio.

Imagen 4

La Imagen 4 fue tomada en Shimbashi, en noviembre de 1883. Desde la izquierda en la primera fila, sentados, Kiyoshi Fujino -Kohaku-, Tomoyuki Yasunaga y Shiki Masaoka. Desde la izquierda en la última fila, de pie, Ryo Minami -Hajime- y Masami Ota.
*Ryo Minami es sobrino de Kanzan Ohara, el abuelo de Shiki, y era dos años mayor que Shiki.

Versión extensa:

Kohaku Fujino era primo de Shiki, cuatro años menor, y su verdadero nombre es Kiyoshi Fujino. Nació con síntomas de neurosis. La tía de Shiki, la hermana menor de Yae, Toe, murió cuando Kohaku tenía siete años. La familia de Kohaku, siendo un samurái de alto rango, pensó: “Sería muy bueno tener un jardín grande y hermoso para que juegue el niño, y convertirse en rey en ese jardín y poder hacer travesuras sin restricciones”. Claro, aquello era envidiable para Shiki, que escribió en “Fujino Kiyoshi no Den (Kohaku Imanu)” que tenía sana envidia de las posibilidades de su primo. Sin embargo, Kohaku creció lleno de egoísmo. El hecho de que su padre “reemplazara” a su fallecida madre, Toe, distorsionó aún más su personalidad nerviosa.

Cuando Shiki fue a Tokio en 1883, la familia Fujino ya se había mudado a Tokio y los primos vivirían juntos al menos un año. Sin embargo, Kohaku manifestaba una gran agresividad y Shiki, que hacía el papel de su supervisor, lo pasaba mal porque se peleaba constantemente con otros estudiantes.

En septiembre de 1887, Kohaku mostró signos de enfermedad mental y fue ingresado en el Hospital Sugamo. Más tarde regresó a su ciudad natal para cuidar su enfermedad, se mudó a Tokio en abril de 1891, comenzó a estudiar literatura e ingresó en la Tokio Senmon Gakko (ahora Universidad de Waseda) al año siguiente. Su maestro fue Shoyo Tsubouchi, y sus compañeros de clase fueron Hogetsu Shimamura y Chugai Goto. Sin embargo, su talento para el haiku era tremendo, se decía que incluso superior al de Shiki. En el otoño de 1924 escribió: “Si la miro esta mañana, me siento solo, pero me pregunto si tan solo es una simple hoja durante la noche”. Escribió poemas excelentes como “No hay flores de rocío”, y Shiki dijo: “Estos poemas son sin duda dignos ejemplos de la iluminación del mundo del haiku de la era Meiji”.

Sin embargo, Kohaku se alejó gradualmente del haiku y comenzó a dedicarse a las novelas y obras de teatro. La obra “Jinbashira Tsukishima” que escribió cuando se graduó de la Tokyo Senmon Gakko se basó en la construcción de Taira no Kiyomori, de la isla Tsukishima, en el puerto de Hyogo. Kohaku se volcó de lleno en ese trabajo, lo revisó muchas veces, y soñaba con pertenecer al “mundo literario” gracias a él. Sin embargo, aunque este trabajo fue publicado en Waseda Bungaku en 1895, fue ignorado por el público. Kohaku estaba decepcionado y dejó una gran cicatriz en su corazón.

El 2 de marzo de 1893, Kohaku ayuda a Shiki a empacar sus pertenencias para ir a la Guerra Sino-Japonesa. Al día siguiente, Shiki y Kohaku se separaron en la estación de Shimbashi. Un mes después, Kyoshi tomaba sake con un plato de shiruko cuando se produjo un gran terremoto y Kohaku salió corriendo de la taberna descalzo y luego escribió: “es extraño que un terremoto dé miedo cuando estás pensando en morir”.

En abril, Shiki se quedó en el puerto de Ujina en Hiroshima para cubrir la guerra chino-japonesa. El 9 de abril, un día antes de zarpar, recibió la noticia de que Kohaku se había suicidado con una pistola. En la nota de suicidio Kohaku, escribió: “Mirando hacia atrás, soy incapaz de dedicarme perpetuamente a todas y cada una de las cosas debido a mi estado mental inestable. En cambio, soy arrogante y no tengo lugar para estar satisfecho con el logro de lo que quiero. Lo tuve, pero he perdido mi interés por sobrevivir en este mundo.” Estaba escrito. Shiki, que está a punto de irse al día siguiente no puede hacer nada por Kohaku. El padre de Kohaku, Fujino Susumu, dijo: “Si pasa algo, lo siento. Ni siquiera puedo llorar por esto. Finalmente apenas he podido escribir un texto manifestando mi dolor”.

El día 24 de su llegada a Kinshu, Shiki recibió una carta de Kawahigashi Hekigotô que contenía detalles sobre la muerte de Kohaku. Shiki escribió: “Hay un hombre que habla de primavera y viejos tiempos”.

Kyoshi Takahama escribió sobre el tiempo antes y después de la muerte de Kohaku en “Shiki Koji y yo”: << Alrededor del Festival de las Muñecas en el calendario lunar, Koji partió hacia el Cuartel General Imperial en Hiroshima. Por alguna razón, no recuerdo la escena cuando dejé Shinbashi. Sin embargo, Koji sí recuerda una habitación en Negishi-an el día de su partida.

Koji llevaba ropa nueva. Kohaku-kun estaba en la escuela vocacional de Waseda junto con Hogetsu y Sougai-kun, y a menudo hablaba de cosas como “destino” y “vida”. Incluso Koshiro-kun no podía evitar reírse… esta escena permanece como una vieja imagen ya. Ese fue el momento, además, de la separación para siempre entre Koji y Kohaku-kun, quienes odiaban separarse de algo”. Por lo tanto, era extremadamente raro que Koji enviara una carta informándonos de su partida, pero mientras Koji estaba fuera, a Hekigotô-kun y a mí se nos confió la sección de haiku del “Nippon Shimbun”. A veces se comentaban cosas sobre él. Por esa época, yo vivía con Hekigotô en una pensión en Tatsuoka-cho, Kamihongo. Estaba bastante entusiasmado con la composición de haiku. Un día en que los cerezos estaban en flor, estaba caminando por la universidad con Morimori Aoki, cuando Meisetsu se paró en la entrada del departamento de cirugía de la escuela de medicina y nos detuvo. Me acerqué a él con recelo, ya que siempre tenía mal genio, y me dijo: “Kohaku se suicidó. Lo acaban de traer al hospital”. Así que inmediatamente fuimos a la habitación del hospital y lo cuidamos. El cañón de la pistola había hundido su frente, pero aún no había fallecido. Simplemente estaba asombrado de Kohaku-kun, que estaba moviendo la mitad de su cuerpo mientras perdía el sentido. Una nota de suicidio muy fría y filosófica escrita en letra pequeña solemne fue descubierta en la biblioteca, a su derecha. En pocos días, este misterioso poeta finalmente se convirtió en un cadáver frío. Recuerdo que en el funeral la carta de condolencias de Tsubouchi fue leída por Hogetsu y Sougai. Shiki Koji estaba en Hiroshima y escuchó esta trágica noticia. Sin embargo, fue solo después de que regresó a Tokio en el otoño y leyó cuidadosamente su nota de suicidio que pensó profundamente en la muerte de Kohaku>>. (Kyoshi Takahama, en Koji Shiki y yo)

En el primer aniversario de la muerte de Kohaku, Shiki escribió en La alta hiedra en los pinos (Shôra gyokueki): “Este es el primer aniversario de la muerte de Kohaku. Con un rifle de caza al hombro, lleva una rama con flores de ciruelo y un pájaro marrón en su mano izquierda, y caza por los caminos de las montañas de los muertos. En la encrucijada de Rokudo, evitando ser visto, intenta debatir con el buda Jizo Bosatsu. Abre los cielo y ve pasar las nubes allá arriba, trabajando diligentemente día y noche, escribiendo borradores a lo largo de los años, ni poemas haiku ni waka, solo novelas y dramas y algunos los hace pedazos. Todos los cortes y piezas rotas fueron arrastradas al río Sanzu, con gente aplaudiendo y riendo estupefacta. Si no asisto al memorial, estaré cerca en la ofrenda de un plato de fideos (23 de abril de 1894).”

Shiki sintió una profunda vergüenza al pensar que debería haber sido más empático con la muerte de Kohaku, y el pensamiento de que Kohaku le guardaba rencor siempre se había quedado grabado en su corazón. En “Gyoga Manroku” fechado el 13 de octubre de 1901, se registra que apareció Kohaku para invitar a Shiki al inframundo: “Kohaku me llama: ven”. Al quedarse solo, Shiki consideró suicidarse con un cuchillo y el punzón de la caja de la piedra de tinta (Imágenes 5 y 6: Hoja del Manroku, diario de Shiki donde lo reproduce todo). Mientras, pensaba: “La muerte no da miedo, es el sufrimiento lo que da miedo”, y en esas su madre Yae volvió. ¿Qué le contó Kohaku a Shiki sobre la dulzura de la muerte?

 

 

 

 

 

Imágenes 5 y 6

Shiki Masaoka era un debilucho cuando era joven. Quizás debido a esto, no era bueno con las historias de miedo, y en “Yōkaidan”, escrito cuando tenía 18 años, afirmaba que a los niños no se les deben contar historias de miedo. Además, en “Hakkenden”, que escribió cuando tenía 21 años, plantea interrogantes sobre historias absurdas, y escribe a los 22 años que hay un límite en la imaginación humana más allá de lo que se ve y se escucha.

Como realista, es posible que Shiki no creyera mucho en los fantasmas y los Yōkai. Sin embargo, hay algunos haiku en los que los cita.

Shiki afirmó también: Quienes cuidan a un niño deben evitar hablarle al niño de manera absurda, como las apariciones demoníacas. Después de escuchar estas historias, el niño crece y, aunque sepa la verdad de la no existencia de los yōkai, queda aterrorizado cuando está solo en la noche oscura. Los humanos no deberían ser capaces de imaginar cosas que no sean las que han visto y oído. Incluso si los seres humanos pudieran imaginar a esos seres, no crearían nuevos materiales para esas cosas, sino que simplemente recopilarían los materiales que vemos y escuchamos y crearían una especie de nueva combinación. Por ejemplo, al intentar imaginar una especie de demonio, tomarían partes de un oso, un conejo, un pájaro, un pez, un ser humano, … es imposible organizarlo sin materiales reales.

Sin embargo, Shiki siente el espíritu de los muertos en su lecho de enfermo.

“Gyoga Manroku” es uno de los tres ensayos principales de Shiki. Estrictamente hablando, este es el único diario íntimo de Shiki, y no fue escrito asumiendo que se haría público. Escrito del 2 de septiembre al 19 de octubre de 1901, interrumpido, del 10 al 12 de marzo de 1902 (1902), del 20 de junio al 29 de julio. Incluye un diario de toma de anestésicos al día.

En este, el 13 de octubre, se escribe una sentencia espantosa. Shiki, que estaba solo, consideró suicidarse con un pequeño cuchillo y un punzón de la caja de la piedra de tinta (ver imagen 5). Sabía que había una navaja ideal para el suicidio por la casa, pero no podía buscar y llegar tan lejos. Cuando estaba pensando, «La muerte no da miedo, pero el sufrimiento sí», Yae volvió. ¿Fue Kohaku, que vino del inframundo, lo que llevó a Shiki a tales pensamientos?

<<…Mi mente cambió de repente. Bueno, no puedo soportarlo ¿Qué debo hacer? Puedo ver a mano un cuchillo desafilado de unas dos pulgadas de largo y un punzón de unas dos pulgadas de largo. Aparece una fiebre suicida de forma irregular …Pero no puedes morir con esta espada desafilada o un punzón. Sé que hay una navaja en la habitación de al lado. Si tuviera esa navaja, sería capaz de cortar mi garganta, pero lamentablemente, ahora ni siquiera puedo gatear. No hay forma de que pueda cortar la nuez de la garganta con este cuchillo. Pero si me atravieso el corazón con un punzón, estoy seguro de que moriré. Pero no puedo. La muerte no da miedo, pero el sufrimiento sí. Es aterrador pensar que incluso el dolor de la enfermedad es insoportable y que la muerte está por encima de eso. Eso no es todo. Después de todo, cuando miro un cuchillo, siento una sensación de pavor brotando del fondo de mi corazón. Cuando volví a ver este cuchillo hoy, me sentí mareado y asustado. Traté de levantarlo con mis manos, pero me contuve, pensando que ese era el lugar. En mi corazón, dos cosas están peleando: si quiero tomarlo o no. Mientras pensaba en ello, sollocé… comencé a llorar. Para entonces mi madre había regresado. Debía de ser tan temprano que había salido al porche.

“Cuando la sangre se me sube a la cabeza, no puedo abrir los ojos. Como no puedo abrir los ojos, no puedo leer los periódicos. Como no puedo leer periódicos, sigo pensando. Como sigo pensando, sé que la muerte se acerca. Como sé que la muerte se acerca, quiero divertirme antes de eso. Como quiero divertirme, me apetece probar algún festín excepcional. Como tengo ganas de probar un festín excepcional, necesito algo en lo que ocuparme. Como necesito algo en qué ocuparme, llego a pensar en vender mis libros. No, no, no quiero vender mis libros. Pues bien, estoy en problemas. Como estoy en problemas, la sangre se me sube a la cabeza aún más.>>

 IMÁGENES

Imagen 1: Foto de época de Masaoka Shiki en 1892

Imagen 2: Foto de época de Kiyoshi Fujino -Kohaku-, primo de Shiki, cuatro años menor que él y con quien convivió una temporada

Imagen 3: Kohaku saliendo de su tumba y regresando del inframundo para animar a Shiki a acabar con su vida

Imagen 4: En Shimbashi, noviembre de 1883. Desde la izquierda en la primera fila, sentados, Kiyoshi Fujino -Kohaku-, Tomoyuki Yasunaga y Shiki Masaoka. Desde la izquierda en la última fila, de pie, Ryo Minami* -Hajime- y Masami Ota. *Ryo Minami es sobrino de Kanzan Ohara, el abuelo de Shiki, y era dos años mayor que Shiki

Imagen 5: Hoja del «Gyoga Manroku” con  cuchillo y el punzón de la caja de la piedra de tinta

FUENTES:

Imágenes:

Museo de Shiki

Memorial Museum Kyoshi

Textos:

– Notas y diario de Akira Doinaka

– Kyoshi Takahama: “Shiki Koji y yo”

– Masaoka Shiki: Gyoga Manroku (diario íntimo)

– Masaoka Shiki: Fujino Kiyoshi no Den (Kohaku Imanu)

– Masaoka Shiki: La alta hiedra en los pinos (Shôra gyokueki)

– Masaoka Shiki: Yōkaidan y Hakkenden

Introducción

SHIKI: A PROPÓSITO DE SUS IMÁGENES

Desarrollaremos aquí a lo largo de 2023 una serie en la que cada mes tendremos algunas imágenes, en general muy poco conocidas en nuestro entorno, de o sobre Shiki, acompañadas de algún comentario o texto al respecto. Conoceremos así de forma ligera más cosas sobre la vida y obra de este genio del haiku.

En breve, primera entrada

Haiku-Dō Medellín, breve historia

La semilla de Haiku-Dō Medellín se sembró a mediados del año 2009, cuando los practicantes de Montaña de Silencio, un grupo de meditación zen en Medellín organizó el primer Hana Matsuri, un festival de cultura japonesa que contó con la presencia del escritor y haijin japonés Ban’ya Natsuishi. Con él se tomó la decisión de realizar en el 2013 la VII Conferencia Internacional de Haiku de la Organización Mundial de Haiku en la ciudad de Medellín. Este evento contó con la participación de varios haijines internacionales y un nutrido grupo de escritores y aficionados colombianos al haiku.

En el 2015 tuvimos la fortuna de recibir por primera vez a Vicente Haya en nuestra ciudad. Después de este encuentro extraordinario, un grupo de entusiastas de Medellín comenzó a reunirse de manera regular en las instalaciones del Parque Explora, que abrió sus puertas y los acogió desde entonces. Poco a poco, y gracias a la conectividad virtual, ahora nos acompañan en nuestras reuniones quincenales personas que habitan en otras ciudades de Colombia y en otros países.

Durante la 3° visita de Vicente Haya a Medellín, en el año 2019, se realizó el lanzamiento del libro Los cuatro elementos, una selección de haikus escritos por más de 70 haijines de 13 países hispanoamericanos. Un trabajo colaborativo que puso en contacto a escritores y grupos de España, Argentina, Cuba, entre otros.

Después de los dos años de distanciamiento y quietud que nos impuso la pandemia del Covid19, paso a paso, hemos recuperado la dinámica de nuestros encuentros periódicos y el entusiasmo con el proceso de reducación de nuestra percepción a la que nos invita nuestro maestro Vicente Haya.

El haiku no es solo una forma de escritura literaria, no es exactamente un estilo de poesía… Lo es, pero al mismo tiempo, lo natural es leer y escribir haiku como gotea la lluvia en esta tarde de octubre sobre el trajín de Medellín.

 

 

lluvias de octubre…

el canto de la soledad*

en mi ventana

 *Momutus momota aequatorialis

 

 

 

 

 

mediodía…

pinta de oro la avenida

un guayacán

(Diente de León)

 

 

 

Foto, Flores de guayacán,  Juan F. Jaramillo

 

Diciembre 2022

Avui el dia es presenta ennuvolat. Surto a caminar per la vora del torrent, una ruta planera i relaxada, entre pollancres i faigs que van perdent la fulla. Encara que aquests núvols no sembla que hagin de descarregar, hi ha humitat a l’ambient.

A la riba de ponent, van creixent els nous pollancres, després de la tala de l’hivern passat. Els ocells estan esvalotats. Van d’aquí cap allà, entre piuladisses. Tal vegada intueixen pluja. Tant de bo! En saben més ells que no pas jo, això és segur.

1

matí embromat

les fulles dels pollancres

al torrent sec

M’enfilo cap als cingles. L’olor del romaní i la farigola m’acompanyen. Aquí i allà, els pins i roures morts acoloreixen el bosc. El corriol és ben cobert de fulles, i els fruits de l’arboç ressalten, vermells, escampats arreu.

El cel cobert no ha deixat que s’esvaneixi del tot la boira, però ja despunta el sol. Al meu davant, els turons i turonets sembla que llisquin entre la boira, empesa per la brisa.

2

sol de tardor

entre els colors del bosc

els arbres morts

Arribant a l’ermita de Sant Feliuet, faig parada per esmorzar, i, en uns minuts, ja em ronda un pit-roig. Li llenço unes engrunes i mengem plegats.

https://www.rutasconhistoria.es/loc/ermita-de-sant-feliuet-de-savassona

-.-

Hoy el día se presenta nublado. Salgo a caminar por la orilla del torrente, una ruta llana y relajada, entre chopos y hayas que van perdiendo la hoja. Aunque estas nubes no parece que vayan a descargar, hay humedad en el ambiente.

En la orilla de poniente, van creciendo los nuevos chopos, después de la tala del pasado invierno. Los pájaros están alborotados. Van de aquí para allá, entre trinos. Tal vez intuyen lluvia. ¡Ojalá! Saben más ellos que yo, eso es seguro.

1

mañana nublada

las hojas de los chopos

en el torrente seco

Subo hacia los riscos. El olor del romero y el tomillo me acompañan. Aquí y allá, los pinos y robles muertos colorean el bosque. El sendero está bien cubierto de hojas, y los frutos del madroño resaltan, rojos, esparcidos por todas partes.

El cielo cubierto no ha dejado que se desvanezca por completo la niebla, pero ya despunta el sol. Delante de mí, colinas y lomas parecen deslizarse entre la niebla, empujada por la brisa.

2

sol de otoño

entre los colores del bosque

los árboles muertos

Llegando a la ermita de Sant Feliuet, hago parada para el desayuno y, en unos minutos, ya me ronda un petirrojo. Le tiro unas migajas y comemos juntos.

https://www.rutasconhistoria.es/loc/ermita-de-sant-feliuet-de-savassona

El bramido del ciervo

Los ciervos que habitan el archipiélago pertenecen a la especie Cervus nippon, que alguna vez fue abundante en todo el este de Asia. En japonés, son llamados shika o ka, ambos nombres escribibles con el carácter 鹿 y asociados al otoño. Esta conexión estacional se debe a que su periodo de celo, en que los machos exhiben llamativas cornamentas y balan constantemente para atraer a las hembras, sucede entre septiembre e inicios de diciembre. Es justamente el bramido el que llamaba la atención de los poetas clásicos, pues su tono lastimero y la motivación erótica, los volvían excelentes metáforas del sufrimiento amoroso. Los invito a leer mi publicación “El emblema del otoño” en la revista Taller Igitur, dedicada al arbusto floral llamado hagi 萩, para que vean algunos poemas en los que aparecen ciervos enamorados y en estrecha asociación con esa planta. Con el tiempo, su voz terminó por vincularse simplemente con la melancolía.

Miyajima, 2018/12

Ahora bien, los ciervos también han tenido una importancia religiosa que puede verse en los poemas. De acuerdo con la leyenda de la fundación del Gran Santuario de Kasuga (Kasuga Taisha 春日大社), el dios guerrero Takemikazuchi 武甕槌, quien reclamó el archipiélago japonés para las divinidades celestiales y ayudó en la fundación del reino de Yamato, se trasladó en el año 768 desde su santuario en Kashima 鹿島 (literalmente, “Isla de los ciervos”) al Monte Mikasa 三笠 montado en un venado blanco con el objetivo de proteger la capital de entonces, Nara.

Cuando ésta fue movida, primero a Nagaoka y luego a Kioto, el dios se desplazó al Santuario de Ôharano 大原野 en la misma montura. Por este motivo, los ciervos fueron consagrados a dichos santuarios como mensajeros de las cinco deidades residentes: Takemikazuchi, Futsunushi 経津主, Amenokoyane 天児屋根, Himegami 比売神 y Amenooshikumone 天忍雲根, los tutelares del clan Fujiwara 藤原. A partir del periodo Heian (794-1185), las cinco fueron amalgamadas en una sola, el Dios Iluminado de Kasuga (Kasuga Myôjin 春日明神), cuya forma esotérica era un ciervo que portaba una rama de sakaki sobre una silla de montar y rodeada por el disco solar.

Debido a su carácter sagrado, se impuso la prohibición de dañarlos bajo pena de muerte, lo que permitió su proliferación en torno al santuario principal de Nara. Sin embargo, para evitar conflictos con la población durante el periodo de celo, en 1671, se estableció la costumbre de cortar las cornamentas de los machos en el noveno mes del calendario lunar, es decir, por octubre. El poema de Onitsura 鬼貫 muestra la sorpresa ante esa práctica reciente que dejaba a todos los ciervos del lugar sólo con los muñones. Para entonces, la ciudad de Nara se había convertido en el lugar por excelencia para observar ciervos de cerca, aunque han existido comunidades en torno a otros santuarios, como el de Kashima, en la ciudad epónima de la prefectura de Ibaraki, o Itsukushima 厳島, en la bahía de Hiroshima.

Finalmente, hay que recordar que el lugar en el que el Buda histórico impartió su primer sermón era conocido como el Parque de los Venados (Rokuyaon 鹿野苑), por lo que la zona de Kasuga, en que están el Templo que Genera Fortuna (Kôfukuji 興福寺), base central de la Escuela de la Apariencia de los Fenómenos (Hossôshū 法相宗), y el Gran Templo del Oriente (Tôdaiji 東大寺), con su escultura monumental del Buda Universal y base central de la Escuela de la Guirnalda de Flores (Kegonshū 華厳宗), se revistió de ese simbolismo. En los haikus de las entradas 15 y 16, puede percibirse la confusión entre ambos lugares sagrados, así como entre el presente y aquel pasado legendario.

1.

Kakinomoto no Hitomaro 柿本人呂 (c. 653 – c. 710), convertido en deidad de la poesía. Éste es el poema 502 de la Antología de la miríada de hojas (Man’yôshū 万葉集; c. 759).

夏野去小壮鹿之角乃束間毛妹之心乎忘而念哉
Natsuno yuku ojika no tsuno no tsukanoma mo imo ga kokoro o wasurete omoeya

Ni lo que tardan
los cuernos del ciervo
del campo estival
olvido de mi esposa
el amor y lo pienso.

Éste es el poema 2094 de la misma antología y fue compuesta para el tema de las flores.

竿志鹿之心相念秋芽子之鍾礼零丹落僧惜毛
Saoshika no kokoro ai omou akihagi no shigure no furu ni chiraku shi oshimo

¡Es lamentable
que se despetale el hagi
con la llovizna
pues el ciervo deseaba
en su corazón verlo!

2.

Anónimo con el número 215 de la Antología de la poesía japonesa antigua y moderna (Kokinwakashū 古今和歌集; 905), compuesto en un concurso de poesía en la residencia del Príncipe Koresada 是貞. Fujiwara no Sadaie 藤原定家, al incluir este poema en Cien poetas, un poema (Hyakunin isshu 百人一首), se lo atribuyó a un tal Sarumaru Dayū 猿丸太夫 del que no se tiene ninguna información.

奥山に紅葉踏みわけ鳴く鹿の声きく時ぞ秋はかなしき

Okuyama ni / momiji fumiwake / naku shika no / koe kiku toki zo / aki wa kanashiki

Entre los montes,
cruzo el rojo follaje.
Al escuchar
el bramido del ciervo,
se entristece el otoño.

3.

Murasaki Shikibu 紫式部 (c. 978- c. 1014) en El relato de un Genji (Genji monogatari 源氏物語), capítulo XLVI «Al pie de la haya» (Shii ga moto 椎本). Casi un año después de la muerte del Príncipe Octavo (Hachi no Miya 八宮), que había vivido dedicado a la devoción religiosa en las montañas de Uji, el Príncipe Perfumado (Niou Miya 匂宮) les escribe a sus hijas, quienes lo habían ignorado hasta entonces, con la esperanza de poder conocerlas finalmente.

牡鹿なく秋の山ざといかならむ小萩が露のかかる夕ぐれ
Ojika naku aki no yamazato ikanaramu kohagi ga tsuyu no kakaru yūgure

¿Cómo irá todo
en la villa de monte
en que el ciervo brama?
Ocaso en que el rocío
dura sobre los hagis.

El ocaso es una alusión al fallecimiento del padre, mientras que el rocío es una metáfora del llanto. El que su presencia se prolongue sobre la vegetación expresa la aflicción interminable en que el príncipe imagina a las muchachas. En japonés, dice literalmente «pequeños hagis», por lo que es claro que se refiere a ellas, bellas y cubiertas de lágrimas.

Por compasión hacia el mensajero que regresaría inmediatamente a la capital, la hermana mayor (Ôigimi 大君) decide responder:

なみだのみ霧りふたがれる山里はまがきに鹿ぞもろ声になく
Namida nomi kiri futagareru yamazato wa magaki ni shika zo morogoe ni naku

Tan sólo lágrimas
y aún así el ciervo brama
con todas sus fuerzas
ante la villa de monte
cercada por la niebla.

Confirma que viven sumidas en la tristeza, pero retoma la imagen de su interlocutor para equipararlo con un macho en celo que las importuna en su lugar de retiro. Tras pasar la noche analizando el poema, el Príncipe Perfumado escribió su propia respuesta a la mañana siguiente:

朝霧に友まどはせる鹿の音をおほかたにやはあはれとも聞く
Asagiri ni tomo madowaseru shika no ne o ôkata ni ya wa aware to mo kiku

¿Podría haber
quien no se conmoviera
al oír la voz
del ciervo que ha perdido
a su amigo en la niebla?

4.

Jien 慈円 (1155 – 1225), monje director de la Escuela de Tiāntái (Tendaishū 天台宗), exorcista de la corte, historiador y poeta. Éste es el poema número 319 de la Antología de poesía japonesa del milenio (Senzaiwakashū 千載和歌集; 1188).

山ざとのあか月がたの鹿のねは夜半のあはれのかぎりなりけり
Yamazato no akatsukigata no shika no ne wa yowa no aware no kagiri narikeri

La voz del ciervo
en la villa de monte
antes del alba
fue el colmo de lo triste
de la noche profunda.

5.

Matsuo Bashô 松尾芭蕉 (1644-1694). El siguiente hokku 発句 fue compilado en el Edo Tôrichô 江戸通り町 de 1678 y muestra el estilo ingenioso de la escuela de haikai Danrin 談林.

秋来ぬと妻恋ふ星や鹿の革
Aki kinu to tsuma kou hoshi ya shika no kawa

¡La estrella que ama a su esposa
al llegar otoño!
Piel de ciervo.

Hace referencia a la festividad del Tanabata (ch: Qīxì 七夕), que tenía lugar el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar, es decir, a mediados de agosto, poco después del inicio del otoño. De acuerdo con el mito, la estrella conocida en el este de Asia como La Tejedora (j: Orihime 織姫; ch: Zhīnǚ 織女) (Vega) era la esposa del Vaquero (j: Kaiboshi 飼星 o Kengyū 牽牛; ch: Niúláng 牛郎), más famoso en Japón como el Muchacho Estrella (Hikoboshi 彦星) (Altair). Sin embargo, el padre de ella, opuesto al matrimonio que los distraía de sus deberes, sólo les permitía verse esa noche en lados opuestos del Río Celestial (Amanogawa 天の川) (Vía Láctea). En este sentido, «piel de ciervo» hace referencia al cielo maculado de esa noche.

Este hokku fue recopilado en el Diario de un peregrino (Oi nikki 笈日記; 1695) por su discípulo Kagami Shikô 各務支考.

びいと啼く尻声悲し夜の鹿
Bī to naku shirigoe kanashi yoru no shika

Triste la voz
prolongada que brama:
ciervo nocturno.

Nara, 2018/12

6.

Uejima Onitsura 上島鬼貫 (1661-1738), poeta de haikai perteneciente a la escuela Danrin 談林 y amigo de Bashô.

角ぎりや礎のこす鹿の京
Tsunogiri ya ishizue nokosu shika no kyô

¡Corte de cuernos!
La capital de los ciervos
con sólo muñones.

7.

Chiyo 千代 (1703-1775), poetisa de haikai discípula de Kagami Shikô 各務支考, artesana montadora de rollos y monja de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗).

まだ鹿の迷ふ道なり初しぐれ
Mada shika no mayou michi nari hatsu shigure

Es un camino
en que aún se pierden los ciervos.
Primera llovizna.

独り聞く我にはほしき鹿の声
Hitori kiku ware ni wa hoshiki shika no koe

Escucho sola
la voz de un ciervo
que me desea a mí.

8.

Matsuoka Seira 松岡青蘿 (1740-1791), maestro de haikai asociado con poetas de la escuela de Mino 美濃 y de la de Ise 伊勢.

角の上に暁の月や鹿の声
Tsuno no ue ni akatsuki no tsuki ya shika no koe

Sobre los cuernos,
luna del amanecer.
Bramido de ciervos.

9.

Kobayashi Issa 小林一茶 (1763-1828), monje de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗) y poeta de haikai.

足枕手枕鹿のむつまじや
Ashimakura temakura shika no mutsumaji ya

¡Se ven felices
los ciervos que usan de almohada
sus propias patas!

なら山の神の御留守に鹿の恋
Narayama no kami no go-rusu ni shika no koi

Ante la ausencia
de los dioses de Nara,
amor de ciervos.

El décimo mes del calendario lunar, que correspondería aproximadamente a noviembre, era llamado el «Mes Sin Dioses» (Kannazuki 神無月), debido a que éstos se congregaban en el Gran Santuario de Izumo (Izumo Taisha 出雲大社), dejando temporalmente sus propios recintos.

10.

Masaoka Shiki 政岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, haikuísta y editor.

をりをりに鹿のかほ出す紅葉かな
Oriori ni shika no kao dasu momiji kana

De vez en cuando,
se asoma el rostro de un ciervo.
¡Follaje otoñal!

烏帽子きた禰宜のよびけり神の鹿
Eboshi kita negi no yobikeri kami no shika

Un sacerdote
que usa eboshi los llama.
Ciervos divinos.

11.

Natsume Sôseki 夏目漱石 (1867-1916), especialista en literatura inglesa, novelista, poeta, profesor de inglés, haikuísta y crítico literario.

角落ちて首傾けて奈良の鹿
Tsuno ochite kubi katamukete Nara no shika

Inclina el cuello
tras caer su cornamenta:
ciervo de Nara.

宵の鹿夜明の鹿や夢みじか
Yoi no shika yoake no shika ya yumemiji ka

Ciervos al alba,
ciervos al despuntar…
¿Lo habré soñado?

12.

Kawahigashi Hekigotô 河東碧梧桐 (1873-1937), haikuísta discípulo y colaborador de Masaoka Shiki 政岡子規, elector de la sección de haiku del periódico Nihon 日本, promotor del haiku de la «Nueva Tendencia» (Shinkeikô 新傾向), ensayista y editor.

鹿の糞累々として花芒
Shika no kuso ruirui to shite hana suzuki

Aparte de pilas
de excremento de ciervo,
penachos de pasto.

13.

Takahama Kyoshi 高浜虚子 (1874-1959), haikuísta discípulo de Masaoka Shiki 正岡子規, editor a cargo de la revista Hototogisu, novelista y dramaturgo.

鹿の声遠まさりして哀れなり
Shika no koe tô masarishite aware nari

La voz de los ciervos
aumenta en la distancia
¡Qué conmoción!

Nara, 2018/12

 

鹿を聞く三千院の後架かな
Shika o kiku Sanzen’in no kôka kana

Oigo a los ciervos.
¡Ah, el baño del Claustro
de Tres Mil Mundos!

Sanzen’in 三千院, cuyo nombre se refiere al universo en la cosmología budista, es un templo que se encuentra en el valle de Ôhara 大原, al noreste de Kioto. Es una zona rural rodeada de bosque que ya en El relato de un Genji (Genji monogatari 源氏物語) aparecía frecuentada por ciervos.

14.
Terada Torahiko 寺田寅彦 (1878-1935), físico, profesor de la Universidad Imperial de Tokio, miembro del Instituto de Investigaciones Físicas y Químicas (Rikagaku Kenkyūsho 理化学研究所), miembro de la Academia Imperial (Teikoku Gakushiin 帝国学士院) y haikuísta discípulo de Natsume Sôseki 夏目漱石.

行暮れて鹿なく里に一夜哉
Yukikurete shika naku sato ni hitoya kana

¡Ah, una noche
en la aldea en que ciervos braman
al caer la noche!

鹿に乗る神もまします旅路かな
Shika ni noru kami mo mashimasu tabiji kana

Incluso hay dioses
que montan ciervos.
¡Ah, la ruta de viaje!

Nara, 2018/12

15.

Hasegawa Kanajo 長谷川かな女 (1887-1969), haikuísta, coordinadora del grupo Colección de Diez Haikus de Mujeres (Fujin jūkushū 婦人十句集) y editora.

鹿苑に御仏の顔せる鹿の
Rokuen ni mi-hotoke no kao seru shika no

Parque de los Venados:
los de los ciervos
compiten con el rostro del Buda.

16.

Itami Mikihiko 伊丹三樹彦 (1929-2019), haikuísta y fotógrafo.

花明り仏も鹿も薄眼して
Hanaakari hotoke mo shika mo usu me site

Resplandor floral.
Tanto el buda, como los ciervos,
tienen ojos claros…

Hanaakari 花明り, que significa resplandor floral, se refiere al aspecto brillante que tienen los cerezos en plena flor en medio de la noche, por lo que es una palabra estacional de primavera.

17.

Hirose Kunihiro 広瀬邦弘 (n. 1939)

宮島の鹿従えて七五三
Miyajima no shika shitagaete shichigosan

Acompañado
por ciervos de Miyajima,
rito de tres, cinco y siete.

Shichigosan 七五三 es el nombre de un ritual para celebrar la salud y el desarrollo de los niños a los 3, 5 y 7 años, números primos considerados de buena suerte. La tradición moderna incluye el presentarlos con kimono en los santuarios para que reciban la bendición de los dioses. Se realiza en la segunda mitad de noviembre.

Tallado del Santuario del Gran Avatar que Resplandece en el Oriente de Ueno
(Ueno Tôshôgū 上野東照宮), 2019/10

Noviembre 2022

CONSTRUIR

Las castañas
sin que haya Dios ni dioses,
tan sorprendidas.

DECONSTRUIR

Como el haiku del pasado mes, este nació en el curso del paseo que di por los alrededores de El Real de San Vicente, en la ruta que llaman aquí La Tejea, especialmente pintoresca por los viejos castaños. Fue uno de estos días otoñales en que los frutos de estos árboles, de hermoso porte, abren sus erizos y, por las aberturas de estos, por primera vez se asoman al mundo. Como en la foto que adjunto.

    Se asoman al mundo sin acabar de creérselo. Debido a la acción desalmada de la naturaleza, son expulsados de la seguridad y confort del erizo donde han crecido, viéndose empujados, sin ningún miramiento, al aire fresco del exterior. Una vez en contacto con el aire, por una extraña ley llamada de la gravedad que rige en el naturaleza, los frutos caen al suelo.

   Y, ya en tierra, quedarán a merced de los humanos, de no muy diferente modo a como un recién nacido queda a merced de quienes lo rodean cuando sale del útero materno.

   La castaña se asoma al mundo desde la seguridad efímera del erizo. Tan sorprendida al contacto con el aire, al ver el mundo que la espera.

    Esta sorpresa de la castaña es la impresión que me ha movido a escribir estos tres versos. Pero entre la sorpresa de la castaña y conciencia de la misma, se ha colado, sin casi yo quererlo, una reflexión: No hace falta Dios (realidad trascendente), ni tampoco dioses (realidades intrascendentes, pero conceptualmente avasalladoras: agnosticismo, ateísmo, materialismo,   panteísmo, animismo, religiones politeístas, etc.) para que la castaña experimente la sorpresa, ni para que nazca, ni para que perezca, ni para que se transforme.

   La castaña y su sorpresa al salir del erizo de la rama es una religión sin Dios ni dioses, con el mismo derecho con que la naturaleza es una realidad sin Dios ni dioses, una realidad impersonal y fría. Una religión espontánea e inocente, no constituida ni, mucho menos, manipulada con dogmas o creencias. Una religión pura como la visión de un niño.

   El haiku, como la castaña, es una religión sin Dios ni dioses. Es la religión de la naturaleza. En este sentido, sí, se puede afirmar que hay ateísmo en el haiku.

    Masaoka Shiki, el creador del haiku moderno, tiene unos versos famosos que son a la vez  profundamente religiosos y rabiosamente anti religión constituida. Son estos:

Para los oídos
ensuciados por sermones,
¡el canto del cuco!

Sekkyō ni                            説教に

kegareta mimi o              汚れた耳をや

hototogisu                        ほととぎす

La castaña de mi torpe haiku aspira a ejercer la misma función que el cuco de Shiki.  O bien, ¿se sorprende la castaña, al asomarse al mundo, de la inexistencia de Dios o de dioses?  ¿Una castaña a contracorriente de la famosa frase evangélica de que no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad divina?  ¡Qué bien, la ambigüedad del haiku!

    Shiki tiene otro haiku, más famoso aún, en el que se ha visto la profesión de la fe religiosa, pero sin dioses (sintoísmo) ni Buda, del poeta, es decir –y expresado en la paradoja de un término religioso– el ateísmo del haijin. Su religión, la del haijin, era la religión de la poesía, «el viento de otoño»:

Viento de otoño.
Para mí no hay dioses,
tampoco Buda.

Akikaze ya                                秋風や

ware ni kami nashi                我に神なし

hotoke nashi                            仏なし

El rechazo del haiku a todo teísmo que no sea el de la naturaleza, y este con mucha reserva, me recuerda la famosa frase del Maestro Eckhart: «Rogamos a Dios que nos libre (nos vacíe) de Dios» o la de Dōgen, el maestro zen del siglo XIII, «si encuentras a Buda, mátalo». Con estas expresiones, estos dos místicos describen el estado normal de la experiencia religiosa del ser humano. La experiencia religiosa del haijin consiste en vivir una vida de religión, pero prescindiendo de los conceptos y abstracciones vinculados a la religión. Es la vía del místico. Es la poesía de la sensación. Es el ateísmo del haiku. La castaña que se asoma al mundo es mi dios. Y el erizo del que está saliendo. Y el árbol, y la tierra en el que crece.  ¿Qué dios?

Noviembre 2022

Halcón…

 Salida durante un atardecer, temperatura agradable, no puedo decir caluroso.

 Antes de llegar a la zona de lomadas, encuentro un álamo y a su lado un zanjón que no se distingue bien, pues las últimas lluvias permitieron el crecimiento abundante de mostacillas silvestres que muestra una flor de amarillo intenso, pequeña, simple y muy bella.

 La vida se exhibe con creces, los lagartos que van de mata en mata, matuastos, más difíciles de encontrar, abejas, arañas…

 

Entre el alfilerillo
estridula
un cascarudo

 

 La  martineta, se deleita en baños de arena, aprovechando la tibieza del sol.

 Es la hora que salen en busca de alimento y agua. No se aleja  aunque mira que me acerco; decido no molestarla y continuar por otro sendero.

 Me detengo cerca de un alambrado ante el movimiento de un pájaro: ¡¡¡es una calandria!!!  Picoteando no sé qué en la aridez del suelo, pero sigue, ágil y atenta.

 Hacia mi espalda, un ruido entre las matas me invita a darme vuelta, una liebre asciende por la colina sin detenerse hasta llegar a lo alto y se pierde rumbo al oeste.

 Ahora: chillidos, vista al cielo; un halcón peregrino en este escenario de pocas nubes. Sigo sus movimientos en la que hace una demostración elegante de vuelos: en espiral, en picado, para ascender nuevamente, luego, sereno planeo en círculos, va…viene, se eleva otra vez, entre giros cortos y nuevos planeos.

 De repente hacia el sur, hacia el este, en esos momentos baja la cabeza, mira hacia un lado y otro  como si buscara algo. Otros giros, gritos…

Un viento repentino se dirige hacia el mar, se une a la cresta espumosa de las olas.

En la orilla, un grupo de gaviotas capucha negra y gaviotas blancas, atraen por un momento mi atención, es época de migraciones

Atrapante: el halcón peregrino, qué belleza y misterio, en lo alto apenas un pajarillo y cercano su esplendor de ave rapaz; cazadora en el aire.

Y entonces se decide: desciende  en  el faldeo este de la  loma para  desaparecer en uno de los huecos  de entre una serie de ellos.

Es el lugar donde anidan…

 Ese faldeo arcilloso, sin rastros de vegetación es el lugar elegido.

 Subiendo por otro cerro veo el encanto del espacio, con rastros de lluvias que dibujaron profundos surcos que descienden fusionándose con el color arcilloso, unidos a afloramientos de matices blancos; estructuras que sobresalen como estantes apilados  a distinta altura, espacio de deliciosos  fósiles de Ostrea máxima .

 En algunos espacios tímidamente aparecen algunas matas achaparradas, espinosas: los quilimbay.

http://buscador.floraargentina.edu.ar/species/details/16393/33471

 El ocaso comienza a revelar la magnitud de colores rojos, amarillos, blancos, azules que se reflejan tiñendo las alturas de las mesetas, el mar, el pecho de las gaviotas que en bandadas se desplazan entre una variante de graznidos y silencios.