Todas las entradas de: el rincón del haiku

Haiku 50

50

Escuchando el koto en un atardecer de primavera

 

瀟湘の鴈のなみだやおぼろ月

Shou- shou no gan no namida ya oborozuki

Las lágrimas de los gansos
en los ríos de Xiaoxiang;
luna brumosa.

Asistimos a un haiku con reminiscencias de la cultura china, quizá vinculado a la visión de un cuadro que evoca este paisaje. No olvidemos que Buson privilegió el estilo chino de su maestro indirecto: Bashô (especialmente entre 1680 y 1683). Los gansos que parten de viaje es un tópico constante en el haiku (de hecho Bashô nos habla de este suceso cuando abandona Kioto rumbo a Edo, en 1672). Buson nos muestra una escena velada, con la clásica luna llena, evocando escenas propias de los poetas de la dinastía Tang, a la que tanto admira. Un haiku con matices clásicas que recurre a la técnica alusiva del pasado (honzetsu).

                 瀟湘 shou-shou se refiere a los lagos y ríos de China de la zona central (Xiaoxiang, en la provincia de Henan, que se convirtió en un tópico de la literatura china como lugar simbólico en que se exiliaban a hombres talentosos, aunque también era un paraje lleno de bestias salvajes). Buson no lo visitó, pero intenta convertirlo en un suceso creíble.

Abril 2023

Con el inicio de abril ya ha llegado la primavera al hemisferio norte, aunque en el periodo Edo (1603-1868), la época de Bashou, todavía se utilizaba el calendario lunar, en el cual, el Cuarto Mes ―que si hacemos una conversión al calendario actual iría desde el 05 al 21 de mayo― marcaba el fin de esta estación. Y para darle la bienvenida en esta ocasión les traigo dos haikus del maestro.

El primero tiene su inspiración en un poema estilo tanka de Nouin que figura con el número 116 en el Shin Kokin Wakashuu, la octava antología imperial, compilada en el año 1205 por Fujiwara no Sadaie.

 

山里の春の夕暮来てみれば入相の鐘に花ぞ散りける

yamazato no haru no yuugure kire mireba iriahi no kane ni hana zo chiri keru

si veo llegar el atardecer veraniego en la montaña, al sonido de la campana del atardecer caen las flores

Bashou toma el concepto de la campana que tañe en el templo al atardecer, pero cambia el enfoque de los pétalos al aroma.

鐘消えて花の香は撞く夕哉

kane kiete hana no ka wa tsuku yuube kana

calla la campana y me atraviesa el aroma de las flores, atardecer

Nouin (988 – 1051), ―nombre que toma Tachibana no Nagayasu al convertirse en monje― al igual que Bashou, no menciona la flor a la que se refiere, y es interesante la utilización que ambos hacen de esta palabra, ya que es, hasta cierto punto, contraria a la evolución del uso del término. En el periodo Heian se comienza a abandonar la fuerte influencia china de periodos anteriores, y a desarrollar una conciencia nacional propia y autentica que se refleja, evidentemente, en todas las expresiones de arte, entre ellas la poesía y el lenguaje. Así “花 hana” = flor, previamente se refería al ciruelo, árbol importado desde China, y que en poesía era utilizado para evocar su perfume, o sus ramas torcidas; mientras que, posteriormente, hará referencia al cerezo, árbol que existía en Japón, y se asocia con los pétalos y con la espera por la floración o la nostalgia por su caída.

El segundo haiku está basado en un setsuwa o cuento tradicional de la colección Shaseki shuu (1283), el cual narra lo siguiente: cuando la Emperatriz Shoushi, quien tuviera entre sus damas de compañía a Murasaki Shikibu, quiso trasplantar un árbol de cerezos yaezakura desde el Templo Koufuku-ji a la capital, los monjes se opusieron. Impresionada por estos hombres con fama de rudos, pero que apreciaban la belleza de las flores, la emperatriz cesó en su intento y mandó construir una cerca en Yono no shou, donde estos árboles estaban plantados, y puso una guardia para su custodia. Desde entonces a este lugar se le llama “Hanagaki no shou” 花垣の庄 o la villa de las flores cercadas. Bashou toma esta historia para componer su haiku.

一里はみな花守の子孫かや

hito sato wa mina hanamori no shison ka ya

en la villa ¿son todos descendientes de los guardias florales?

Espero les gusten los haikus que he seleccionado para esta ocasión, y las historias detrás de lo que inspiró al maestro al componerlos. Me despido desde un Santiago de Chile que no quiere dejar ir el verano ¡Hasta la próxima!

Espacio para el vuelo (y 2)

Viento en los pinos

Escucho “La ascensión de la alondra”, de Vaughan Williams, y me pierdo en un abismo de sensaciones. Ese poema sinfónico, inspirado en el poema homónimo de George Meredith, evoca “el canto hecho de luz” y me lleva al mundo de los trovadores: a Bernart de Ventadorn, viendo cómo la alondra mueve sus alas de alegría contra el rayo de sol, y se desvanece, y se deja caer por la dulzura que le llega al corazón, despertando en el enamorado la llama del deseo… Esa es también la alondra de Bashô, que canta sobre los campos en absoluta libertad, y la de Rikuto, desvaneciéndose en el inmenso cielo azul… En ese espacio ilimitado para el canto y el vuelo, la poesía japonesa nos sorprende con uno de los sonidos más sutiles: el del “viento en los pinos”.

                “Lo profundo es el aire”, dice Jorge Guillén, recogiendo poéticamente el vacío inagotable del Tao o el concepto japonés de Ma: espacio entre cosas cercanas, o pausa entre dos fenómenos o acciones. Si lo pensamos bien, esa “presencia por ausencia” es el alma del haiku: lo que dice más allá del decir; su aire es su silencio. Pero acercándonos a la expresión concreta, se nos despliega un inmenso abanico: el viento, por ejemplo, recibe diferentes nombres, según su procedencia, intensidad, e incluso textura: frío, cálido, seco, húmedo, violento, suave… Hay un viento de río y de mar, y hasta un viento secreto, pero el más delicado es el “viento en los pinos” (matsukaze), brisa ligera que, en las tardes de verano, suele escucharse en los bosques. Se dice que, a los amantes del té, el ruido del agua hirviendo les evoca ese sonido, que Bashô asocia con el del agua al caer las agujas empujadas por el viento. Más mundana, y con un toque de melancolía, Sogetsu-ni sólo escucha, después del baile, el rumor de los pinos y el canto de los insectos. (De la poesía arábigoandaluza nos llegan otras evocaciones. Un poeta pacense del siglo XII le pide al rey “un halcón de límpidas alas, cuyo plumaje se haya combado por el viento Norte”. Y en la Sala de Dos Hermanas de la Alhambra, hay un verso prodigioso, un delicado conjuro de defensa, que dice: “La brisa la protege con su magia”).

                En “El aire y los sueños”, Gaston Bachelard habla de nuestro “sueño de vuelo”, de una imaginación abierta, que es, sobre todo, “un tipo de movilidad espiritual, el tipo de movilidad espiritual más grande, más vivaz, más viva.” Qué fuerza tiene el aire, ese elemento invisible… El haiku lo refleja maravillosamente: en la niebla que flota, luminosa, sobre el embarcadero; en la alondra que mide sus fuerzas con el viento primaveral, el mismo que va tropezando por ahí como un borracho; en el sauce que se peina y se despeina; en los campos quemados y en la mirada de un mendigo; en la mariposa cubierta de arena y en la sombra de una cometa sobre la nieve… El viento de otoño (akikaze) es el viento por antonomasia: intenso, áspero, el que ahonda la soledad y desvela al insomne.  Santôka asume su punzante frescor como conjura ante su propia muerte. Y Masajo Suzuki, enamorada, ve pasar con él a su amor secreto. Pero Kyoshi, que se acuerda de tantos montes y de tantos ríos, nos advierte:

“está el haiku
en el viento de otoño,
pero está en todo…”

***

Haibun 44

Haibun 44

Cafetal

Voy por la rodada derecha del camino al cafetal. Mis primos, en fila india, marchan por la del lado izquierdo. El camino es verde y estrecho, las rodadas de los camiones son dos veredas de arcilla roja. A los lados hay matas de todas clases y árboles frutales.

Al llegar frente a un izote nos detenemos. Del fondo de la finca sale un olor penetrante. Hay mucha vegetación, no se ve el árbol pero el olor nos guía. “Ahí están las maltas”, exclama uno de los primos. El palo de naranja malta está cargado y sus ramas se encuentran al alcance de nuestras manos.

Al clavar las uñas en una malta para partirla, el olor de la delgada cáscara me embriaga. Muerdo un gajo oloroso, jugoso, fresco, mientras uno de mis pies se hunde en un hormiguero. Me pongo a zapatear para sacudirme las hormigas, y me dicen: “¿No que no sabías bailar la bamba?”

Llegamos al lugar del corte de café. Una de las tías, con el cabello cubierto por una pañoleta, y un tenate en la cintura, nos pregunta: “¿Quieren cortar en mi surco?” Todos queremos participar. Nos presta unos tenates amarillentos que parecen sombreros de palma sin ala, y nos los atamos a la cintura.

“Corten únicamente los maduros, y no recojan los que se caigan, esos son para la pepena”.

La hojarasca forma un colchón en el suelo del cafetal. No resisto la tentación de saltar. Uno de los primos me dice: “Ahorita ponte a cortar, y después, si quieres, te acuestas en la hojarasca”.

Uno de los cortadores nos advierte: “Cuidado con los pollitos, ya maté uno”, y nos muestra la hoja en que lo encontró. El pollito es una oruga blanca con púas en el espinazo. “Son venenosos”.

Llenamos varios tenates. Al atardecer se suspende el corte. Un camión de redilas se lleva los frutos del cafeto guardados en costales. Los llevan a despulpar. Nosotros, sudorosos, con hambre, regresamos a la casa de los tíos.

Anochecer –
A punto de cocerse
la polenta

 

                                                                                   Jorge Moreno Bulbarela   “Jor”
Xalapa, Veracruz (México)

Frente a la habitación de enfermo

病室前ノ糸瓜棚 臥シテ見ル所

Utilizando unos diferentes tonos de los pigmentos de las pinturas y mirando al exterior de la “habitación de enfermo”, se dibujan seis calabazas, unas grandes y otras pequeñas, para potenciar la sensación de perspectiva que da la convergencia del enrejado.

El enrejado de calabazas visto desde la posición acostada

Notas.-

Esas calabazas, son de las que se saca el jugo sanador que facilita la expulsión de flemas de sus pulmones, y a las que dedicó sus últimos haikus antes de morir.

 

La etiqueta del pastel de pollo

チキンローフのラベル

Este es el lateral de la caja de cartón que contenía la lata de comida obsequiada por el Sr. Ikeuchi el día anterior (CHICKEN LOAF). Este pastel de pollo ha sido batido y procesado como se hace con la pasta de soja. Actualmente en la caja hay muchos trocitos cuadrados de algodón absorbente de alrededor de 1 sun. Los uso para exprimir el pus de mis encías en descomposición.

 Notas.- 

Sun: una unidad de longitud (unos 3,03 cm).

Es de resaltar que Shiki pintara la caja que contenía la lata de comida. Esto demuestra lo mucho que le gustaba el pastel de pollo. Disfrutar de ricos platos era su mayor placer; pero por otro lado le molestaba la piorrea. Cuenta que ponía algodones en la caja vacía y los usaba para limpiarse el pus alrededor de los dientes. El pastel de pollo era blando y se deshacía en la boca, por lo que no necesitaba masticar y hacerse daño en los dientes.

Nota de Aya Uozumi: Shiki consideraba que el pastel de pollo es portador de felicidad, no un mero regalo. En Japón, el lateral de una caja suele representarse con el carácter 側. Sin embargo, Shiki utiliza el carácter  皮 , que se relaciona con la piel del hombre. Además, el pastel de pollo suele expresarse con el carácter 物, que representa una sustancia. Sin embargo, Shiki utiliza el carácter 者 , que implica al hombre. Estos caracteres chinos 「」y「」se asocian con lo humano. – Aya Uozumi

Gracias a mi buen amigo, hermano del haiku, Félix Arce, momiji, por su permanente ayuda.

Sandalias coreanas y la parte frontal de una postal enviada desde Tianjin

朝鮮の草鞋及び 天津の肋骨より送られた葉書の半分

Las sandalias coreanas, conocidas como «mituri», están cuidadosamente dibujadas con finas líneas de tinta para darles un efecto tridimensional.

He recibido un paquete de Takahama. Es un pequeño tsukudani (comida frita en salsa de soja) de gambas. Ayer le dije a Kyoshi que no conocía el tsukudani de gambas.

Por la tarde, tres amigos nos hemos reunido para comer dulces.

Un tal Nakamura, de Minami Shinagawa, me regaló un par de sandalias coreanas.

Desconozco el material utilizado para hacer estas sandalias.

 11 de septiembre año 34

 

Notas.-

Esta entrada del diario no está recogida en el libro de la profesora Masako Hirai, por lo que la base se ha obtenido directamente de la exposición virtual del GYOUGA-MANROKU.

Para mantenerse activo, Shiki sigue pintando muchos de los regalos que recibe. En este caso unas mituri o sandalias coreanas, habitualmente de paja.

Tianjin es uno de los cuatro municipios bajo dirección central del estado (Pekín, Shanghái, Chongqing y Tianjin). Posee una arquitecturas muy vanguardistas y una biblioteca espectacular.

De los pocos placeres que aún disfruta Shiki, es el del buen comer. Le gusta el tsukudani (pequeñas piezas de carne, pescado, vegetales, marusco, etc. fritas en soja), sabroso y blandito para sus malos dientes. Le comenta a Takahama Kyoshi que no ha probado nunca el de gambas, y su amigo y discípulo le lleva al día siguiente.

Minami Shinagawa es una zona de Tokio muy apreciada por los turistas.

“Año 34” hace referencia al año de la era Meiji, que sería en ese momento 1901.

Esta postal de aquí arriba vino del Sr. Asai, de París.

巴理浅井氏ヨリ上の如キ手紙来ル

Esta postal de aquí arriba vino del Sr. Asai, de París.

 

五月雨ヲアツメテ早シ最上川 (芭蕉)

samidare o atsume te hayashi Mogami-gawa

Recogiendo la lluvia de principios de verano,
fluye rápido
el río Mogami

(Bashō)

Antes de saber lo que era realmente un haiku, éste en concreto me parecía dinámico y grandioso. Por eso creía que era uno de los mejores. Hoy, de repente, este haiku ha vuelto a mi mente y lo he meditado una y otra vez. La palabra «recogiendo» muestra sofisticación gracias a la habilidad del poeta, por lo que carece de una fuerza auténtica.

Comparado con este haiku de Bashō, el siguiente haiku de Buson parece muy superior:

五月雨ャ大河ヲ前ニ家二軒   (蕪村)

samidare ya taiga o mae ni ie niken

Bajo la lluvia de principios de verano,
frente al río crecido
se alzan dos cabañas.

(Buson)

Notas.-

– Chu Asai, el pintor (y haijin) que envió la postal a Shiki desde París, era muy amigo y discípulo se Shiki. Pertenecía al círculo de más de veinte artistas que rodeaban a Shiki y asistían a sus reuniones programadas en su casa. El 16 de enero de 1900 Shiki celebró una fiesta en su casa para despedirlo, ya que precisamente viajaba a Europa para estudiar y asistir a la Exposición Universal de París. Puedes saber de todo esto y de Chu Asai clicando aquí (entrega de sección de mes de marzo) o en este mismo apartado en la entrega que se realizará en unos días, el 1 de abril.

– Hay dos marcas de chinchetas en los lados derecho e izquierdo de la parte superior de la tarjeta postal en la que está el cuadro de Chu Asai, pintor y amigo de Shiki. Antes de pegar la tarjeta en este diario, Shiki probablemente la fijó en un tablero de dibujo y para poder verla fácilmente.

– Shiki recuerda que el haiku que reproduce de Bashō, en su día le gustaba. Tanto es así, que incluso en su mítico texto Bashō Zōdan, en el que criticaba duramente la obra de Bashō (puedes leer Bashō Zōdan traducido al castellano clicando aquí) lo elogiaba. Con el tiempo, Shiki ni siquiera lo salva y no le admite la comparación con Buson. Lo que dice Bashô de este haiku en Bashō Zōdan (pag. 38) es:

<<En el ‘Compendio de explicaciones al ku’ está escrito: “Creo que Bashō aquí se inspira en el maestro Kenkō”:

最上川
はやくぞまさる
雨雲の
のぼれば下る
五月雨の頃

Mogamigawa
hayaku zo masaru
amagumo no
noboreba sagaru
samidare no koro

Río Mogami
sube rápidamente
a las engrandecidas
nubes
y las lleva contigo
con lluvias de verano

Aquí Bashō retomó y reelaboró el tema de la tanka original, pero se le ocurre una expresión perfecta, “recogiendo… fluye más rápido” [atsumete hayashi]. Agregó arte sin caer en la sutileza, solo se ve el fluir caudaloso del río en crecida, lo suficientemente fuerte como para romper rocas y hacer temblar las montañas. Esta vez es la poesía de Kenkō la que no aguanta la comparación. Aquí realmente tenemos que admitir que es el pobre practicante de haikai quien ha dado en el blanco.>>