¡Akemashite omedetou gozaimasu! ¡Muy Feliz Año Nuevo! Estoy dichosa de estar con ustedes un año más gracias al maravilloso equipo de El Rincón del Haiku; hermosa comunidad que ha reunido a tantos y tantos a través de los años, y en diversos países, en torno al amor por esta magnífica contribución poética nipona que es el haiku. Este 2023 continuaré presentándoles mes a mes, siguiendo el paso de las estaciones, haikus de Matsuo Bashou, y las inspiraciones en diversas obras clásicas que tomó al componerlos.
Comenzaré con un bellísimo poema de Año Nuevo que nos permitirá reflexionar, como de seguro lo hizo el maestro hace siglos.
La primera referencia la encontramos en la sección 19 del Tsuredzure gusa de Kenkou Houshi, zuihitsu ―crónica autobiográfica ensayística― del año 1331. En ella, el autor habla sobre el paso de las estaciones y las características que reflejan la belleza de cada una, tanto las naturales como las humanas. Al final de esta sección llega al periodo que abarca el fin del año viejo y comienzo del nuevo:
“Y así, viendo el nuevo año amanecer en el cielo, te conmueve una sensación de absoluta novedad, a pesar de que el cielo no se ve diferente al de ayer. Es también conmovedora la visión de los pinos de año nuevo bellamente decorando las casas por toda la avenida principal.”
Este “pino de año nuevo” al que se refiere Kenkou, es el “kadomatsu” 門松, literalmente, el “pino de la puerta”, que hasta el día de hoy se utiliza como decoración de Año Nuevo, colocándose en las entradas de los hogares y también de las empresas, tiendas e instituciones públicas o privadas. Se consideran “shintai” 神体, o sea, hogares temporales para las deidades, ya que las celebraciones de Año Nuevo tienen como función principal recibir al “toshigami” 年神 o “dios del año” que traerá abundancia y bendiciones. Y es este objeto, hecho en la antigüedad, de ramas de pino y actualmente también de bambú, el que Bashou toma como una de las inspiraciones para su haiku.
門松やおもへば一夜三十年
kadomatsu ya omoheba ichiya sanjuu nen
el pino de la puerta, si lo pienso esta noche son treinta años
Por otra parte, “ichiya” 一夜 o “una noche”, hace referencia a una leyenda que figura en el Taiheiki, gunki o crónica guerrera del año 1364, sobre Sugawara no Michizane, poeta y estatista que tuvo gran influencia en el trabajo de Bashou. Allí se menciona cómo tras la muerte de Michizane, en una noche crecieron mil pinos en Ukon no Baba, Kitano, Kyoto. Uno de los tantos sucesos sobrenaturales que dice la leyenda, ocurrieron tras su muerte, la cual sucedió lejos de la capital, en Dazaifu, por hechos injustos, según refleja la historia, y que llevaron a deificar a Sugawara no Michizane como Tenjin, el dios de la sabiduría.
Bashou compuso este haiku en 1677, año en que, se dice, decidió convertirse en haijin profesional, a la edad de 34 años. Si consideramos el kadomatsu, que representa la festividad del cambio de año y la noche de la leyenda de Sugawara, se comprende que Bashou haya querido conmemorar su cambio de rumbo y la edad en la que lo estaba haciendo, con este haiku.
Y así como Bashou reflexiona sobre su vida pasada y futura, estoy segura de que todos lo hemos hecho en estos días. Quiero aprovechar de desearles a todos y cada uno de ustedes que este 2023 sea un año pleno, lleno de bendiciones, y agradecerles desde ya su compañía en este camino de aventuras de la mano de un gran viajero, Matsuo Bashou.