La mitad / del estanque / estaba congelado
La mitad / del estanque / estaba congelado
uno
Hace algunos años que no visitamos el rancho de los abuelos. Mi madre ha sacado dos pasajes en tren para mañana a las dos y media de la tarde y estamos preparando las maletas. Son varias a diferencia de otros viajes. Aun así, me ha pedido que solo tome aquello que me sea muy necesario. Mi padre no nos acompañará esta vez, pero me ha regalado nuestro libro favorito: Sendas de Oku. Es un diario de viajes escrito por un japonés llamado Matsuo Basho. Nos gusta porque al final de cada día, Basho cierra con un poema de tres versos llamado jaiku.
Creo que también haré un diario, como el de Basho.
Solos en la estación.
Escondí en la maleta
tu libro.
dos
Me he decepcionado un poco del tren. Yo pensaba que, como en otros viajes, tendría un bebedero con vasos de papel para echarlos a volar desde la ventanilla. Y un vagón-comedor para sentarnos y pedir zumo de mango Taoro que me gusta mucho.
Todo es tan triste. Hasta mi madre. En vez de su termo azul, ha traído el café en un frasco viejo de Novatropín. Me ofrece pan con tortilla pero no tengo hambre. Por suerte, me ha dejado la ventanilla.
En el vagón del fondo, alguien ha sacado una guitarra.
Línea del tren.
En ambos lados
el coralillo.
tres
Mi madre dijo algunas cosas muy serias. Primero, que había decidido separarse de mi padre y pasaríamos las vacaciones enteras con los abuelos en el rancho; luego, que yo empezaría en septiembre en la escuela del pueblo. Le pregunté por mis libros y mis amigos. “Te los mandará tu padre poco a poco; y los amigos, ya harás nuevos”.
Ella dice que es emocionante, yo no lo veo así. No me gusta conocer gente nueva y ella lo sabe. Encima ya no dice “pipo” sino “tu padre”, pero lloró cuando me dijo de la separación.
Ahora el viaje es más largo que nunca. Me pongo a pensar en la escuela y el rancho. Creo que me he puesto un poquito más feliz, pero entonces recuerdo a Milián, a Alicia y que ni me despedí de ellos. Por poco lloro también, pero me aguanté.
No me gusta llorar.
Oscurece.
Ya son quince
las polillas en la lámpara.
cuatro
Nos estaba esperando mi tío David. Nos abrazó fuerte. Mi madre de nuevo lloró; pero él le habló brusco, que yo estaba delante, que se comportara. Montamos en un carro que nos dejó en una carretera con cañaverales a los lados. No estaba del todo oscuro gracias a la luna menguante. Ya había olvidado lo que era un cielo pleno de estrellas. Esperé que cayese alguna para pedir un deseo, pero nada.
De todos modos, mientras caminábamos hacia el rancho, pedí bien fuerte a la luna que algo pasara para volver a La Habana. Alicia me dijo que la luna cumplía deseos, pero que luego de pedirlos no se podía hablar. El deseo se me rompió porque mi tío me preguntó unas cuatro veces si tenía novia.
Tuve que contestarle.
Al pasar por el pozo,
el canto de una lechuza
asustó a mi madre.
El caserón de la curva
Premio VII Concurso Literario Francisco “Paco” Mir
(literatura para niños)
Yordan Rey Oliva
(La Habana, 1982)
Poeta y narrador.
Ha publicado el libro para niños y jóvenes Teresa Valdés del Pueblo de Quita y Pon (Editorial Unicornio, 2017).
Ha recibido, entre otros, el XIII Premio Internacional El Arte en Septiembre, de Argentina, (cuento y poesía), el Premio del IV Certamen Internacional de Relatos Premios Lorca, de España, y con este libro el Premio del VII Concurso Literario Francisco Mir, de Cuba, en su categoría de literatura para niños.
Sus textos han sido incluidos en antologías y publicaciones seriadas de México, Argentina, Perú, España, Francia y Cuba.
A María Elena Quintana (Mizu-jo): sensei y amiga.
A mis padres.
Al pueblo de Campechuela.
Edición: Rafael J. Carballosa Batista
Diseño: Ailín G. González
Ilustraciones: Yanet Pérez Rosas
Corrección: Daniel Zayas
© Yordan Rey Oliva, 2017
© Sobre la presente edición:
Ediciones Áncoras, 2017
ISBN: 978-979-248-060-5
EDICIONES ÁNCORAS
c/ 37 s/n (altos) e/ 32 y 34
Nueva Gerona, Isla de la Juventud,
Cuba. CP: 25100
edicionesancoras@gmail.com
En el pueblo de Ashino están los “sauces temblando en el agua clara”. Se les ve entre los senderillos que dividen un arrozal de otro. Tobe, el alcalde de este lugar, nos había prometido muchas veces que un día nos los mostraría. Ahora por fin podía contemplarlos. Pasé un largo rato frente a un sauce.
Quedó plantado
el arrozal cuando le dije
adiós al sauce.
Sendas de Oku
Matsuo Basho
日の光今朝や鰯のかしらより
hi no hikari kesa ya iwashi no kashira yori
Esta mañana
la luz del sol
sobre las cabezas de las sardinas.
—
Fecha: escrito en la Era Meiwa (1764-1772).
Comentario y cuestiones culturales:
Buson nos habla de un día luminoso en que los rayos del sol iluminan las plateadas cabezas de las sardinas, marcando el inicio de la primavera tras el setsubun o ceremonia que señala el fin del invierno. Durante aquella noche, se clavaban las cabezas de las sardinas en maderos o postes frente a las puertas de las casas, para alejar a los espíritus malignos.
Rama tirada,
la sube con el pico
hasta su nido
.
Nombre del niño/a: Juan Pablo Aimi
Edad: 12 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
-.-
Mar encrespado.
Una foca se asoma
entre las olas.
.
Nombre del niño/a: Ornella Senarega
Edad: 12 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
-.-
sol a la tarde
escarba el gran árbol
la gata blanca
·
Nombre del niño/a: Mateo Klos
Edad: 12 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
-.-
A distinto tiempo
se prenden y se apagan…
Las luciérnagas
·
Nombre del niño/a: Mateo Klos
Edad: 12 años
Colegio: Villa Devoto School
Ciudad: Buenos Aires
País: Argentina
-.-
Son muchos los poetas de haiku que acompañaban algunos de sus poemas con una imagen. Éstas podían complementar o simplemente ilustrarlos. A estos dibujos, como ya hemos visto, se les conoce como Haiga (俳画), “pinturas de Haiku” y surgieron durante el período Edo (1600-1868).
Haiga de Yosa Buson
Un lugar destacado lo tiene Yosa Buson por ser uno de los grandes maestros del haiku quien previamente se había destacado como pintor. No hay mucha información detallada de su vida, sin embargo contamos con los datos suficientes como para contextualizarlo. Vivió entre 1716 y 1783.
Comenzó llamándose Taniguchi. En realidad ese era su apellido y Buson era el nombre de pila (en Japón se antepone el apellido al nombre). Como pintor firmaba sus obras como Chootoo, Shain y Shunsei. Como haijin llegó a firmar sus poemas bajo los nombres: Saichoo, Keisoo, Shikoan y Yahantei. Recién a sus 28 años adoptó el nombre que lo trascendió: Yosa Buson.
Como destacado pintor, sus pinceladas con gran destreza y dinamismo sumados a su percepción y manera de estar en el mundo, le permitió generar obras que se distinguen de entre otros. La mirada de Buson, previamente pintor a poeta, se manifiesta en haiku como estos:
遠山に夕日一すじ時雨哉
Tôyama ni yûhi hitosuji shigure kana
En una montaña lejana
un trazo de luz de atardecer
Lluvia repentina de invierno
Buson
Traducción: Keiko Kawabe
En su calidad de haijin y pintor, Buson expresa maravillosamente en el haiku esa luz de la tarde; se perciben cada uno de los colores aunque lo pinte con sumi o escriba con kanjis. Desde lejos, esa pincelada de luz de atardecer nos conmueve porque aún la nieve deja de ser blanca con la puesta del sol. Ese “trazo de luz” tiene la fuerza de cambiarle el color a la nieve, a la montaña incluso le otorga tonalidad al frío.
Línea de gansos en vuelo
al pie de la colina
la luna puesta por sello
Esa comparación interna entre la luna y el sello da cuenta de su faceta de pintor. Las obras orientales incluyen la firma y el sello de su autor. Ese sello tiene un lugar especial, no se coloca en forma arbitraria.
Estos sellos son parte compositiva de la obra, por esa razón el lugar que ocupa no debe descompensar el equilibrio dinámico de la imagen. Cuando Buson coloca la luna por sello, sabe muy bien lo que dice. Esa mirada de pintor está en él.
El sello rojo característico, representa el nombre del autor de la obra. Generalmente es tallado en piedra o madera con kanjis antiguos. Cuando un discípulo adquiere la técnica y su maestro lo considera oportuno, le otorga un nombre artístico con el que firmará y sellará sus obras. Hay otros sellos que también pueden acompañar, como el sello familiar, por ejemplo. Las obras antiguas de gran calidad tienen varios, adquiriendo con ello prestigio. Cada galerista puede aportar el suyo.
Si bien las obras pictóricas cuentan con algunos de ellos, un haiga no suele tener más que uno. Esto es acorde al valor espontáneo y despojado que constituye un haiga.
Según las encuestas sobre los grandes poetas y pintores de la historia de Japón, Buson fue considerado el segundo maestro de haiku, luego de Basho. sin embargo al momento de comparar sus haiga, Busón sin dudas ocupa el primer lugar.
“Con un ojo en el haiku, otro en la pintura y el corazón en ambos”.
El presente artículo es un recorrido por el haiku en Argentina, país donde el haiku es practicado desde hace años y donde cuenta con gran número de seguidores. Gracias a todos aquellos que generosamente han contribuido a la realización de este artículo permitiendo la publicación de una muestra de su trabajo.
Debido a la extensión de este artículo se publicará en dos entregas consecutivas.
UN POCO DE HISTORIA.
A finales del siglo XIX, las clases más pudientes de Argentina comenzaron a realizar viajes por placer a Europa y Asia. El interés por lo exótico comienza a extenderse por el país al igual que sucedía en París. Muchos japoneses eran contratados y llevados a tierras argentinas como empleados de las familias ricas.
Los inmigrantes japoneses no eran muchos, pero lograron instalar sus comercios en las principales calles de Buenos Aires, mostraban su arte en las galerías de referencia, se instalaron en los hogares, crearon un jardín japonés en el barrio de Palermo, e incluso fundaron con el Gobierno de la República un Museo Nacional de Arte Oriental, logrando poco a poco transmitir la cultura japonesa a los argentinos.
Ikebana, origami, sumi-e, haiku, eran términos hasta entonces desconocidos que lentamente empezaron a formar parte del vocabulario de todos aquellos argentinos interesados en la cultura japonesa.
PRIMEROS PASOS DEL HAIKU EN ARGENTINA
En literatura, las primeras referencias al japonismo y a Japón la encontramos en un poema de Leopoldo Lugones, Yoshivara, en 1924. En 1935, Jorge Luis Borges, en Historia Universal de la Infamia incluye el cuento japonés Kotsuke no Suke, de 1703, como primer acercamiento a esta cultura. Borges escribió multitud de obras de temática japonesa y se acercó al haiku en alguno de sus libros:
Oscuramente
libros, láminas, llaves
siguen mi suerte.
*
Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero.
*
En el desierto
acontece la aurora.
Alguien lo sabe.
*
La ociosa espada
sueña con sus batallas.
Otro es mi sueño
*
Algo me han dicho
la tarde y la montaña.
Ya lo he perdido.
*
La vasta noche
no es ahora otra cosa
que una fragancia.
Otro de los autores que incursionaron pronto en el haiku en Argentina fue Álvaro Yunque, seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero (1889 – 1982) Una de sus obras más representativas de este género es 100 Haikais y un soneto. Ediciones Peña Lillo, Buenos Aires, 1966.
HAÏCAI
Viento poeta:
Construyes con imágenes
Nubes que vuelan.
*
BARCA
¡De pie en su proa!:
El libro es una barca
Que no zozobra.
*
HABLA EL ARTISTA
Arte, sol de almas,
Soy tu luna; yo alumbro
La noche humana.
*
PRIVILEGIO DEL IMAGINISTA
¿Alta la estrella?
¡Si yo en un vaso de agua
Puedo cogerla!
*
SABER
La ciencia humana:
¡Qué océano infinito
La gota de agua!
*
Eduardo González Lanuza (1900-1984) De origen español, fundó con Jorge Luis Borges la revista Prisma (1925), impulsora de la vanguardia argentina, y colaboró en Proa y en Martín Fierro. En sus inicios poéticos se aprecia la influencia del ultraísmo (Prismas, 1924). Con posterioridad, se orientó hacia una poesía de formas clásicas (La degollación de los inocentes, 1938; Oda a la alegría y otros poemas, 1949; Aires para canciones, 1977). Es autor también de ensayos (Variaciones sobre la poesía, 1943; Los martinfierristas, 1961).
Oh lámpara apagada
Necesito tu luz
para buscarte
*
¿Y para que dormir?
la luna está
soñándonos a todos
*
No sonrías,
frente al misterio
hasta la sonrisa es una impertinencia
*
No hay silencio mayor:
dormido en el azogue
un gato blanco.
*
La ráfaga mojada
golpea nuestra puerta
para añadir fragancia a las tazas de té.
*
Este acercamiento al haiku tuvo una época de silencio después de la Segunda Guerra Mundial. Hacia el final de la contienda, Argentina se vio forzada a declarar la guerra a Japón, debido a la presión de los países aliados. Por esa razón, todas las instituciones de la colectividad japonesa en Argentina debieron suspender sus actividades.
Años más tarde la cultura japonesa volvió a la vida argentina, y el haiku empezó a interesar a muchos autores.
A principios de la década de los setenta cabe destacar la figura de TOMIJI KUBOTA. Artista plástico y poeta japonés, fue el fundador y profesor del Centro Argentino de Estudios Japoneses. Recibió por sus haikus premios nacionales e internacionales, y distinciones por mérito a su tarea cultural, otorgadas por el emperador Hirohito.
Afirmó durante toda su vida, que el haiku era sólo para los japoneses, postura que mantuvo hasta sus 80 años, momento en el que reconoció su error y creó, junto a otros haijines el grupo Génesis.
De su único libro, Búsqueda de la belleza, Buenos Aires, 1994:
En la cesta de compras
de una prostituta
un puñado de violetas
*
Tomándola con las manos,
mía solamente,
la luna
*
Hojas caídas
sobre el empedrado:
un aire de tango.
*
Esperanza perdida
pequeño amanecer.
Despiadado
*
Al puente del Riachuelo
el perro trajo en su boca
un pedazo de luna
*
Callejeando
con las nubes blancas
al borde del sombrero
*
Entré a la casa
con la luna llena
en el bolsillo
*
El cielo del invierno
es una tabla de plomo
apoyada en un árbol seco
*
APRENDIENDO HAIKU EN ARGENTINA
Diversos grupos de autores se reúnen para estudiar haiku, para compartir instantes e impresiones. También se llevan a cabo talleres, encuentros, y diversas actividades relacionadas con esta forma poética.
Algunos de los centros más importantes donde aprender haiku son:
FUNDACIÓN CULTURAL ARGENTINO-JAPONESA
Para muchos, el Jardín Japonés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es un lugar de ensueño, un lugar mágico donde la paz y la armonía abundan, ofreciendo a sus visitantes una experiencia para atesorar en sus corazones. Su tranquilidad hipnotizante y riqueza natural, contrasta con el caos de la ciudad, haciendo que los visitantes se olviden de lo cotidiano y se detengan a realizar un camino interior.
El Jardín Japonés fue inaugurado el 17 de mayo de 1967, proyectado y construido por la colectividad japonesa, para luego ser donado por intermedio de la Embajada del Japón, a la Municipalidad de Buenos Aires, en agradecimiento al pueblo argentino por ser el país que le abrió sus brazos en tiempos de inmigración.
La idea surgió con el propósito de crear un hermoso lugar perdurable de encuentro entre la colectividad japonesa y los príncipes herederos al trono imperial, Michiko y Akihito, quienes pronto vendrían a la Argentina. Aquella visita, pactada para mayo de 1967, era un acontecimiento único sin precedente alguno, ya que por primera vez, un miembro de la familia imperial visitaba el país. La colectividad japonesa y sus descendientes abrazaron la noticia con orgullo y alegría: «los príncipes nos visitarán». Fue así que con esfuerzo y dedicación lograron, en tan sólo 50 días, juntar fondos suficientes y crear una belleza única e inigualable en la Ciudad de Buenos Aires.
Los años pasaron y el jardín creció en admiración y prestigio, a tal punto de ser considerado un «pequeño Japón en Argentina» y un «pulmón de armonía y tranquilidad en medio de la gran ciudad», siendo uno de los lugares más elegidos por los viajeros de todo el mundo en busca de cultura japonesa y paz interior.
Es así que en el año 2004, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires declaró al Jardín Japonés «sitio de interés turístico» y, en el año 2008, el Poder Ejecutivo Nacional lo declaró «bien de interés histórico y artístico de la Nación».
En el Jardín Japonés, tiene su sede la Fundación Cultural Argentino Japonesa, donde AYAKO KISHIMOTO es miembro del consejo administrativo y promotora de las distintas actividades que la organización lleva a cabo durante el año. Ayako que es filósofa y docente, organiza cada tanto, encuentros y talleres de haiku en el Jardín, el espacio privilegiado para inspirarlos.
En el año 2018 tuvo lugar en el Jardín Japonés de Buenos Aires la reunión entre los integrantes de la Fundación Cultural Argentino Japonesa (FCAJ) y los organizadores del Primer Concurso Internacional de poesía japonesa “Tierra de Haikus” desarrollado en honor y homenaje a los 120 años de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, celebrado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898. Unos 2000 autores de todo el mundo han participado en este concurso cuyo fallo será publicado a finales de abril de 2019.
Fundación Cultural Argentino Japonesa – Av. Independencia 732 Tel: 4300-1182/1149
ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU
Durante la década de 1930 a 1940, las familias japonesas se fueron radicando en el Oeste de Buenos Aires, en la zona de Ciudadela, Ramos Mejía, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingó, Merlo y Moreno, desarrollando como actividades principales la de quinteros, floricultores y tintoreros. Con la llegada de más familias y a medida que aumentaba el número y las edades de los descendientes nisei, surgió la necesidad de inculcar la enseñanza del idioma japonés entre los niños y el deseo de promover la cultura y las costumbres japonesas.
Alrededor de 1938, se creó la primera Escuela de Idioma Japonés, en una casa alquilada en la calle Berutti 345, en Morón Norte. Tras el paréntesis forzado por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, en 1952 se crea oficialmente el Seibu Club, y en 1967, gracias a Yoshio Miyakawa, se trasladan a su actual ubicación, cambiando su denominación por Asociación Japonesa Seibu en el año 2000. Además de multitud de actividades culturales, sociales y deportivas, se imparten cursos para niños y adultos: idioma japonés, haiku, sumi-e, manga, etc…
La encargada de enseñar haiku y sumi-e en los talleres de la asociación es la profesora LIRIA MIYAKAWA. Ex profesora de Sumi-e del Instituto “Ernesto de la Cárcova” de la Universidad Nacional de las Artes y ex profesora de haiku de Nichia Gakuin en Buenos Aires, en 2017 fue condecorada con la Orden del Sol Naciente por su contribución a la promoción del intercambio cultural y del entendimiento mutuo entre Japón y Argentina.
Editó con sus alumnos seis antologías, la tercera y cuarta con faja de honor de la Asociación de Escritores de la Provincia de Buenos Aires. Sus haikus han sido publicados en Japón, Brasil, Italia y Argentina.
Anda sin rumbo
por la orilla del río
junto a los pájaros.
De su obra Haiku, tanka, senryu, Cuarta antología De los Cuatro Vientos Editora, Buenos Aires, 2007:
La luz araña
los huequitos de sombra
del entablado.
ASOCIACIÓN JAPONESA SEIBU: Mendoza 270. Morón Provincia de Buenos Aires Tel: 4489-1610. Mail: info@seibu.com.ar
INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE”
En 1992 un grupo de profesores argentinos se unen para trabajar en torno al idioma japonés, creando el Instituo Tôzai. En principio sólo se impartía el idioma, pero poco a poco fueron añadiendo más actividades: cursos de origami, ikebana, sumi-e, etc… y también haiku.
En 2001 organizan el Primer Encuentro Internacional de Haiku, que desde entonces se celebra cada dos años. En estos encuentros, que tienen una duración de tres días, se desarrollan todo tipo de actividades en torno al haiku. Además los haikus escritos por los participantes se reúnen en un libro que además incluye lo más destacado de cada edición.
Desde 2005 se ha convertido en la Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”, organización sin fines de lucro, cuyos fines son la dedicación a actividades relacionadas con la cultura en todas sus vertientes: enseñanza, investigación, capacitación, etc… Para esta fundación «Lo esencial es: La riqueza de las diferencias y la consideración al otro», que es lo que nos identifica a todos los seres humanos. Por otra parte, son los fundamentos que nos mantendrán unidos por el camino de la paz.”
STELLA MARIS ACUÑA ZOCCHI es su presidenta. Profesora examinadora en los exámenes de japonés (Linguística y Gramática) en la Facultad de Derecho, en la Carrera de Traductorado de la UBA, profesora de Literatura Oriental en el Instituto Superior del Profesorado de Lengua y Literatura, dependiente del Ministerio de Educación, Provincia de Buenos Aires, es gran conocedora del idioma y la cultura japonesa. Investigadora de haiku, es la encargada de impartir los seminarios sobre haiku del Instituto y organiza cada dos años el Encuentro Internacional de Haiku.
Presencia habitual en estos encuentros es la Profesora KAYOKO IJIRI, que participa como jurado y como ponente. Kayoko forma parte del Departamento de Estudios Internacionales, Facultad de Estudios Culturales, en la Universidad de Kyoto Sangyo, Kyoto, Japón. Además es miembro de Tenjitsu, una revista de haiku y miembro de Koto-Renku-Kai, grupo de Renku en Kyoto.
Buena conocedora del haiku argentino, la señora Kayoko ha participado en multitud de conferencias, talleres, encuentros, y editado, entre otras muchas obras, el libro El haiku argentino y sus tópicos.
Su ponencia sobre el kigo argentino fue presentada también en el marco del V Encuentro Internacional de Haiku organizado por el Instituto Tozai en Buenos Aires, Argentina. Dicha ponencia se encuentra publicada en el libro Haiku V – Ediciones Tozai, 2010. En dicha ponencia la profesora expone:
Muchos de los haiku argentinos plasman en un instante de contacto entre la naturaleza y el sentimiento de los humanos en las diecisiete sílabas. Los tópicos empleados allí, sean con sentimiento estacional o no, contienen ricos matices de la naturaleza y de la cultura de Argentina. De modo que con poner una lista de tópicos del haiku argentino significa preparar una enciclopedia de sentimientos y memorias hacia las cosas argentinas. Y si ponemos haiku de ejemplo a cada tópico, ya tendremos un saiji-ki en versión argentina. Así vamos a tener una especie de plaza donde todos puedan pasear libremente entre una gran variedad de haiku y sus tópicos poéticos. Esta plaza estará siempre abierta para renovarse reflejando cambios de cultura y naturaleza según el correr del tiempo. Creo que el haiku argentino y sus poetas han venido acumulando un corpus suficientemente grande para tener un saiji-ki y que su presencia va a servir para que sea compartido ampliamente el valor del haiku argentino entre todo el pueblo.
Otra de las figuras importantes del Instituto Tôzai ha sido, hasta su reciente desaparición, la poetisa y profesora NERI L. MENDIARA.
Profesora en Letras, Licenciada en Música, dedicada exclusivamente al haiku y al tanka, fue ganadora del Primer Concurso de Haiku, realizado en Argentina, por la Asociación Japonesa, en 1976 y fue directora de la Comisión organizadora del I, II y III Encuentro Internacional de Haiku, en Buenos Aires. Sus conocimientos sobre haiku, su buen hacer y su gran energía han cautivado a generaciones de haijines que han tenido el privilegio de aprender haiku con ella. Entre sus obras destacan:
Haiku. Editorial Dunken, 1998, Buenos Aires, Argentina.
Haiku II. Editorial Dunken, 2000, Buenos Aires. Argentina.
Tanka. Editorial Dunken, 2001, Buenos Aires, Argentina.
Se alejó un día.
La acompañaron pájaros
por el camino.
*
“Alegre el mar.
Juegan los ballenatos
tirando agua.”
*
“¡Volvió otra vez!
¿De quién trae el mensaje
el picaflor?”
*
“¡No sé qué día
camino a los chañares
me haré su sombra!”
*
“De humo y ruidos
Buenos Aires se enturbia,
pero hay magnolias.
*
INSTITUTO TÔZAI, FUNDACIÓN INTERNACIONAL TÔZAI “ORIENTE Y OCCIDENTE” Lavalle 774 6°Piso Dto D. Tel: 4328-6484/4165/5286
SELECCIÓN DE AUTORES ARGENTINOS CONTEMPORÁNEOS
(PRIMERA PARTE)
A continuación podrán disfrutar de una selección de haikus de varios autores argentinos.
Una de las características principales del haiku argentino es el respeto a la métrica clásica, la gran mayoría de autores son fieles al patrón japonés.
CARLOS SPINEDI (1928-2015) Especializado en el estudio de autores como F. García Lorca, J.L.Borges, Antonio Machado o Constantin Cavafy. Sus poemas aparecen en varios antologías en Argentina y el mundo. Después de descubrir el haiku y la tanka, produce varias colecciones y artículos sobre el tema. Entre sus obras se encuentran Cuadernos de Tankas, Buenos Aires, El Archibrazo Editor, 1988 y Tal vez tankas tal vez Haikus, Buenos Aires, Editorial Metáfora, 2002
noche lunar
un ajedrez de sombras
en la terraza
*
el vaho del té
empaña los cristales
la casa se estremece
*
Seca una rama
quiébrase entre mis manos
Llega el inverno
*
El mar anega
el hueco que tu pie
dejó en la playa
*
MARÍA SANTAMARINA (Buenos Aires, 1954) comenzó a estudiar haiku en 1992 de la mano de Félix Della Paolera. Sus haikus han sido traducidos al francés. Entre sus obras podemos destacar: Pausa en la hierba, A cada instante y Haiku.
En su ensayo “Brevedad y encanto sutil en el haiku” habla del haiku como “una estructura formal precisa que facilita la liberación de lo esencial, de lo interno”.
Hojas de ginkgo:
por instantes la oruga
es mariposa.
*
Agua de pozo:
el niño baja el balde,
sube una estrella.
*
El viejo roble:
surcos en la corteza
camino al cielo.
*
Arbol de otoño:
¿Las hojas escondidas
en las raíces?
*
Jacarandá:
caen flores azules,
descendió el cielo.
*
Baldosa suelta
barro infame en mis pies
sol de las doce.
*
CARLOS OSCAR ANTOGNAZZI (Santa Fe, 14 de mayo de 1963) es un escritor y fotógrafo argentino. Cuentos suyos fueron traducidos al italiano y al inglés y han sido publicados en antologías en España, Estados Unidos, Italia, México y Argentina. Es coordinador de talleres literarios en Santo Tomé y sus artículos se editan en el portal de «Mundo Cultural Hispano». Entre sus obras destacan “Leve aire”, un trabajo que recoge 537 haikus, publicado en 2011, y Namastê: cruces digresivos sobre arte, creación, filosofía y haiku (1ª edición). Tauro. 2019, con más de 800 páginas dedicadas al haiku.
ANTONIO LIBONATI
Haijin conocido en el mundo del haiku como César Bianchi:
Nací en San Martín, Provincia de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1937. Conocí el haiku en Internet. Participé en la Sección La Pizarra de El Rincón del Haiku, donde algunos de sus haiku fueron comentados entre otros por Pedro Aullón de Haro, Osvaldo Svanascini, Fernando Rodríguez Izquierdo, Luis Corrales Vasco.
Participé del Renku Rosal silvestre junto a Susana Benet (Valencia, España), Jorge Braulio (Cuba), y Rafael García Bidó (República Dominicana). Fue publicado en El Rincón del Haiku. Publiqué “Los haiku del Viejo Libo” Edit.El Aleph, Bs As, 2005
Estudié con la maestra argentina Neri Mendiara y recientemente asistí a dos seminarios de Vicente Haya en Madrid y Haedo, Buenos Aires.
Dos de mis haiku fueron grabados por mí y musicalizados por Enrique Linares y figuran en la Revista Hela. Otros fueron elegidos para la publicación de Conciertos de Medellín.
Obtuve menciones y premios en los Encuentro del Instituto Tozai de Buenos Aires.
Participo desde hace un año en el grupo de haiku “Puente y camino de Buenos Aires” y del Cuaderno de Haiku, Antología 2018, publicado por el mismo, con tapa ilustrada por Sandra Pérez
mi buen amigo
apenas un humito
del crematorio
*
nieve en la calle
el humo de la olla
empaña el vidrio
.*
zaguán abierto
asoman dos mujeres
y una glicina
*
Llega
la vendedora de jazmines
aún no la veo
*
Viento del Sur
Cabalgando un jinete
lo sigue el poncho
*
Inudación
El Río Reconquista
en los colchones
(El Río Reconquista atraviesa las zonas más pobre del conurbano bonaerense, las llamadas Villas Miseria o por un eufemismo Villas de Emergencia. Asentada en terrenos bajos
*
Cartonerita
Encuentra en la basura
una muñeca
(Cartoneros se llaman en Buenos Aires a las personas que viven de la recolección de cartones y otros residuos para lo que se trasladan desde el conurbano a los barrios de la capital con carros de mano)
*
la corriente del arroyo
y la mariposa
en el mismo sentido
*
atardecer
un cuervo sobre el poste
detrás el sol
*
empieza el año
el abuelo sonríe
una vez más
*
ALICIA CÉSPEDES
Médica Especialista en Psiquiatría (jubilada), docente universitaria, coordinadora de Talleres de Creatividad como Prevención y Promoción de la Salud Mental. Egresada de la Carrera de Escritura Creativa de Casa de Letras.
Ex integrante de la Peña de Escritores Pinamarenses. Activa defensora del Medio Ambiente publiqué artículos en diarios y revistas de Pinamar y Cariló.
En el 2010, “descubrí el haiku” leyendo La preparación de la novela, de Barthes. Con el tiempo empecé a escribir “mi haiku”, es decir lo que era para mí, sujeto argentino, mujer, que leía traducciones de autores desconocidos. Un difícil camino en soledad que, sin embargo, dio sus primeros frutos. En el 2017, presenté mi primer trabajo Semillas de Haiku, en la Mesa sobre Poesía y Mujeres de la Biblioteca de Pinamar. César Bianchi me invitó a las reuniones de Puente y Camino Grupo Haiku Buenos Aires y a partir de ese momento, comparto el camino con excelentes haijines. Gracias a ellos estoy dejando de pensar al mundo como una experiencia intelectual. Sentir “el sacudón sensorial” frente a una señal de la Naturaleza me cambió no solo la mirada sino la vida.
El Curso de Haiku dictado en el 2018 por el Prof. Vicente Haya significó para mí el encuentro con quien considero mi Maestro y el comienzo de una transformación espiritual que continuó con el Curso On-line de la Escuela Makoto, del que tengo el honor de ser egresada 2018.
Otra noche agobiante.
En el patio,
un pichón muerto.
*
Ceibal en flor.
Monte adentro
canto de tacuaritas.
*
Laguna encrespada.
En contra del viento
las cotorras.
*
Arado de trigo.
Sobrevuelan el polvo
gaviotas blancas.
*
Sola en el baldío,
una niña clava la mirada
en la pasionaria azul.
*
Noche de tormenta.
En la olla humeante
caen tres arañas.
*
Entre cardos,
un rebaño blanco
rumbo al horizonte.
*
Montaña adentro,
de espaldas al sol,
sigue a su sombra.
*
¡Kikú! ¡Kikú!
Sin una pata,
cruza veloz el camino
la gallareta.
*
KARIN ROSENKRANZ
Nací en Buenos Aires, en 1971. Cursé mis estudios de Ciencias de la Comunicación en la UBA, Universidad de Buenos Aires. Resido con mi familia en Palma de Mallorca desde 1993. Trabajé como reportera en revistas y periódicos.
Durante un viaje familiar a mi ciudad natal, en el año 2011, escribí mi primer haiku, por casualidad.
Viaje de regreso
las vacas, compañeras de ruta.
La mirada de ella a través de la reja.
Desde entonces, tengo mi blog PENSANDO EN HAIKU.
«Escribir haikus me ha llenado de hermosas experiencias y me ha abierto una puerta a un mundo maravilloso»
Campo de golf
a paso veloz
camina el hornero
*
Sol de Agosto
los jardineros cuidan
El Rosedal sin rosas.
*
Noche de tormenta,
abraza sus bolsas
El vagabundo
*
Lluvia torrencial
la basura de las calles
¿dónde irá a parar?
*
Trinar de gorriones
mientras tejo al crochet
ha amanecido.
*
Viento invernal
las esquinas huelen
a garrapiñadas.
*
Bar de la esquina
en la ventana recuerdo,
los días de facultad
*
Tormenta al alba
me sorprenden los truenos
y mi catarro
*
Amanecer porteño
en las rejas del balcón
el gorrión se acicala
*
CRISTINA NOEMI GHIRINGHELLI
Nacida en Ramos Mejía. (1954) Provincia de Buenos Aires,
Argentina. Profesora en Ciencias Naturales y Psicopedagoga.
Escritora, curiosa por naturaleza e inquieta en el arte de enseñar – aprender. Miembro de entidades literarias.
Participé y participo en talleres literarios desde el 2009 a la fecha. Cursé el Seminario de Haiku – Fundación Internacional Tōzai “Oriente y Occidente”- CABA- 2016. Participé en Antologías de Poesía, Cuento y Microficción
Autora de los libros:
Palabras hojas sobre papel, un árbol – Editorial Argenta Sarlep S. A. – 2002. Poesía, Ojo de Buey. Un camino al interior – Ediciones Letras Urbanas – 2011. Narrativa, Letras Tejidas. Trama invisible – Ediciones La Guillotina – Colección La mano de Cristal (16)- 2014. Micropoesía.
Expuse sobre: Julio Verne: el precursor. Literato-Científico. En el marco de difusión de la AALIJ – Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil – SADE- 28 de julio 2016.
ACTIVIDADES RELACIONDAS CON EL HAIKU:
Participé del IX ENCUENTRO INTERNACIONAL DE HAIKU- Octubre 2016.
Expuse sobre: “El aspecto social en los haiku de los Encuentros”.
Cursé el CURSO DE MAKOTO 2017.
Participo del grupo Puente y camino desde 2017.
Cuaderno de peces Ana Sotos Julio 2018.
Seleccionada en el “Cuarto movimiento del Concierto de haiku: Los Cuatro Elementos; SER FUEGO-LUZ” – 30 de julio de 2018- Medellín Colombia.
Participé en “Cuaderno de haiku” Septiembre 2018 – Argentina.
Participé en la plaqueta de fin de año 2018 – 2019 Puente y Camino.
eMail: noghiem@yahoo.com.ar //cristina.ghiringhelli@gmail.com
En las manos
de la anciana un rosario.
Tarde otoñal.
*
Luz de farol,
la mano extendida
de un mendigo.
*
En la boca del perro
la cola de un ratón.
Rosal con flores.
*
En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.
*
Sol de Humahuaca*…
La carne de cabrito
se deshace en la boca
*Ciudad ubicada en la Provincia de Jujuy- Argentina
*
En el viejo
sombrero de paja.
Tres pichones.
*
En los juncos
huevos de caracol.
Brisa en los sauces.
*
Una libélula
en la pileta del baño.
Noche de tormenta.
*
Tres palomas
se pierden entre las nubes.
Atardecer.
*
Bajamar.
La luz cambia en las huellas
de los cangrejos
*
JULIA GUZMÁN
Vivo en Córdoba capital, Argentina. Empecé a escribir haiku en el 2007 y desde entonces lo leo, lo estudio, lo traduzco y lo investigo ya que me interesa saber cómo se escribe en otras partes del mundo. Para mí el haiku es un modo de vida.
He publicado en coautoría con Jorge A. Giallorenzi el libro “ Aniko y Akiro. HAIKUS”2008 y plaquetas de haiku Serie “Estaciones”, “Lleva a cuestas un niño” 2014, “Haikus de Navidad y Año Nuevo”.2017/2018.
Colaboro con la revista Hojas en la Acera, en Paseos.Net.y El Rincón del Haiku. Formo parte desde el 2018 del equipo de maestros de la Escuela Virtual de Haiku “Makoto”
He sido seleccionada para formar parte del Concierto” Los Cuatro Elementos” organizado por Montaña de Silencio, Medellín, Colombia.
Gané el primer premio a la mejor colección de haiku en el Segundo Concurso Internacional de Haiku, Medellín. Colombia.2014.
Me han publicado en el diario japonés The Asahi Shimbun, en The Mamba Journal ( Africa ), The Haiku Foundation ( U.S.A).
He traducido al español el libro de haiku “ Afriku” del prof. Adjei Agyei-Baah de Ghana.
Co-fundadora del Grupo Córdoba Haiku
Marea baja
Una colonia de gaviotas
en el verdín
*
Otoño en el maple
El graznido de un cuervo
que no veo
*
Respirar el aire de Kumano
ser uno con los budas…
*
Lejos el río
Un rayo de sol
cruzado por los cuervos
*
Tac…tac…
Una semilla cae
de la vaina de una pezuña de vaca
*
Tarde de rio
El perro cojo
persigue una mariposa
*
Plaza de Chivilcoy
En el bebedero seco
un gorrión
*
Se posa una luciérnaga
en un tamarisco…
y vuela
*
Mar con tormenta
Las olas borran
lo escrito en la arena
*
Año del chancho
El refugiado besa la tierra
que acaba de pisar
JORGE ALBERTO GIALLORENZI
Reside en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, Argentina desde fines de 2016.
Fotógrafo, arquitecto, poeta y haijin. Coleccionista de sobres de té, también estudia el idioma y la cultura del Japón. Investigador del Haijin Taneda Santöka. Es autor –junto a Julia Guzmán- de plaquetas de haiku en idiomas español e inglés (2009, 2010, 2011 y 2012)
Libro publicados: “Aniko y Akiro Haiku” (junto a Julia Guzmán) (2008) y “Helechos en la Cornisa Haikus Chivilcoyanos” (2016).
Haikus publicados en la versión digital de los diarios “The Asahi Simbun” (Japón, 2017, 2018 y 2019) y “The Mainichi” (Japón, 2018).
Haikus publicados en Africa haiku Network (2018) y The Haiku Foundation (2018)
Traducción puntual –sin publicación- del libro “Cento Haiku” (2013)
Autor antológico en libros y revistas de España y EE UU.
Colaborador de foros y revistas españolas de Haiku.
Co-fundador Grupo Córdoba Haiku
Coordinador de talleres y seminarios de haiku en ciudades de provincias argentinas y expositor de haiga.
Contacto: jorgeakiro@gmail.com
Leves crujidos…
Con el aroma a té
una nueva grulla
*
Festival de verano.
Desde el puente
resaltan los cerezos
*
Seminublado …
El canto de los horneros
en la ventana
*
Almacén de campo.
En el piso de ladrillos
canta una pigmea
*
Calor intenso.
El brillo de la gota
antes de caer
*
Alambrado de púas.
Pintada en un poste
la cara de un niño
*
Atardece…
Las sombras de las loras
también aletean
*
Llovizna fuerte.
En la plantación de arroz
sigue la garza
*
Caen hojitas.
Un cuervo en el cartel
de un restaurant
*
Meditación.
Camino al templo
se le cae el kaza
*
SANDRA PÉREZ
Comencé a practicar pintura japonesa y haiku casi simultáneamente. Ambas actividades son más que mis pasatiempos, son una forma de transitar mis días. Lo practico todo el tiempo que puedo entre el trabajo de la casa y la familia.
Comencé a dar los primeros pasos en el camino del haiku hace ya algunos años. Durante todo este tiempo leí y escribí. Escribí y me equivoqué, mucho ciertamente. Y volví sobre los errores y me volví a equivocar. Con cada acierto avanzaba un pasito en el camino, pero con los errores, mucho más. He comprobado que en este camino no hay meta. El sendero se extiende e invita a ser transitado. El andar es la meta, no la llegada.
He trabajado como maestra desde que salí de la escuela hasta hace unos meses en que me he jubilado.
Esta forma de andar me incentivó en mi tarea como docente de escuela primaria a proponerles a los niños transitar el camino del haiku. Desde hace ya varios años disfruto plenamente de esa actividad. Los niños pueden escribir haiku como estos:
La mariquita,
pasa el viento y ella
sigue en la hoja.
*
Tarde en el mar
picotean la espuma
unas gaviotas.
*
Formo parte de Puente y camino – grupo de haiku de Buenos Aires, grupo con el cual estudiamos, producimos y difundimos el haiku dando talleres y charlas. Participo en los foros de Paseos y de El Rincón del haiku. Comparto la tarea con el equipo de HELA, Hojas en la acera, gaceta trimestral de haiku y con la Escuela virtual de Haiku Makoto.
Comparto algunos de los instantes que tuve el privilegio de vivenciar y se volvieron haiku:
Camalote en flor.
El golpeteo del oleaje
contra los botes.
*
Croan las ranas,
ni por un instante
se posan las libélulas
*
Se nubla la tarde,
un perro de nadie
camina a mi lado.
*
Moscas que van y vienen
el lecho del río
se desdibuja
*
Cruje la tranquera.
Toda la empalizada
cubierta de musgo.
*
JUAN CARLOS DURILÉN
Nace en el sur de la provincia de Córdoba, en Camilo Aldao (Argentina). Su inquietud literaria y sus poemas ven la luz en Chañar Ladeado (Santa Fe) donde completa sus estudios de secundaria.
En 1963 se radica definitivamente en Córdoba, ingresando a la Escuela de Letras de la U.N.C. y en 1966 es seleccionado con dos poemas en la Antología de Poetas de Córdoba publicada por Ediciones Grossi. En 1967 aparece su primer volumen de poemas De mis Vigilias, bajo el sello del Fondo Editorial de Córdoba, de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.). Colabora en plaquetas y poemas sueltos en diferentes publicaciones y participa en algunos certámenes literarios, obteniendo el 3º Premio Nacional de Poesía en San Rafael (Mendoza) con su poema Bramó su Entraña, con motivo del terremoto de Caucete (San Juan) de 1077.
Se dedica al haiku desde 2001. En el año 2002 publica su obra Fugacidades. Es autor del blog Hojas de haiku, que se publica desde el año 2009 y fundador del Grupo Córdoba Haiku, nacido el 1º de agosto de ese mismo año con el propósito de profundizar y difundir el Haiku, por su belleza, brevedad, sencillez y espíritu universal. En 2012 algunos de sus trabajos se incluyen en la primera edición del libro Abrazos del Sur en Puerto Rico, y en 2014 varios de sus haikus aparecen en la antología Un viejo estanque editada en España.
En 2015 publica “Gotas de Luna”, donde reúne sus mejores haikus.
En estos años, varios de sus haikus, artículos y ensayos breves, han aparecido en la gaceta trimestral de haiku Hojas en la Acera, en su versión digital e impresa, donde también participa del Kukai. Precisamente, invitado por el director de esta gaceta, ofició de Sabaki (Coordinador) en el Renku Internacional Viento de Otoño, publicado en el número especial 32 de diciembre 2016. La experiencia, que duró unos dos meses, tuvo como protagonistas a seis haijines de cinco países y tres continentes: Kayoko Ijiri (Japón), Enrique Linares Martí (España), Isabel Asúnsolo (Francia), Klaus-Dieter Wirth (Alemania), Toñi Sánchez Verdejo (España) y Juan Carlos Durilén (Argentina).
En el Nº 58 (Enero-Marzo 2018) de la revista francesa GONG (editada por l’Association Francophone de Haïku) se publica una entrevista que mantuviera con una de sus redactoras: la amiga Isabel Asúnsolo; allí mismo aparecen en versión española-francesa una veintena de sus haikus.
Más recientemente, ha sido seleccionado y galardonado por la revista digital Autumn Moon Haiku Journal, de EE UU, dirigida por Bruce Ross, donde han sido publicados sus haikus en versión inglesa-española.
Tiene en preparación su primer de libro de cuentos cortos que aparecerá este año 2019. Algunos de esos cuentos hacen referencia al haiku.
La versión completa de Gotas de luna se puede leer en la plataforma Calamēo: https://es.calameo.com/read/005023540cd103f7a50ee
mientras que el blog Hojas de Haiku se puede visitar en este enlace: https://hojas-de-haiku.blogspot.com/
Ya nadie habita
la casa abandonada.
Solo el otoño…
*
Hora de siesta.
Un canto de torcaza
en soledad.
*
Olor a lluvia…
El sonido del cántaro
mientras se llena.
*
Sol de la tarde.
Sin su follaje el tilo
lleno de pájaros.
*
Cae una hoja:
tiembla el cielo del lago
por un momento.
*
El sol y el viento
—en las sábanas limpias—
duermen conmigo.
*
Espantapájaros.
También él envejece
bajo este cielo.
*
Brisa de otoño.
Las hojas al caer
tocan sus sombras.
*
Luna empañada.
La silueta borrosa
de los pinares.
*
Aires de marzo.
Los verdes del verano
empalidecen.
*
MARÍA ROSALIA GILA
Argentina. Profesora de Letras y Licenciada en lengua y Comunicación, ejerció la docencia Media y Universitaria. Coordina talleres de lectura y escritura creativa.
En 1983 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía Alicia Moreau de Justo. Publicó las Antologías Hecho en taller, A tientas, el amor y Antología Universal de la poesía Amorosa y Cuaderno de haiku, publicación del grupo Puente y Camino
De su obra poética individual, fueron publicadas A La intemperie, Penúltima Esperanza y Sunyata, las huellas del vacío.
A partir de 1992, se inició en el camino del haiku a través de su experiencia de Zazen, participó de los Encuentros Internacionales de Haiku del Instituto Tozai e inició investigaciones sobre el tema.
Pertenece al Grupo de Haiku Puente y Camino y su mirada sobre el haiku cambió radicalmente a partir de la asistencia a los Seminarios del Prof. Vicente Haya y del curso en la Escuela Makoto, desde ese momento, adhiere a la línea de Haiku Do.
En la niebla del río
sólo
el canto de las alondras
*
Vuelan vencejos
sobre los manantiales,
todavía no hay tábanos
*
Recién caídos,
pétalos del ciruelo
sobre el estiércol
*
Invierno.
Ya ni los zorzales
visitan la casa
*
Florecen las orquídeas
en la tumba de padre.
Día de muertos
*
Primer sol del año,
sobre el jazmín en flor
la mesa y las ausencias
*
Salpicaduras:
en el cuenco del perro
se baña el zorzal
*
Entre los témpanos
la danza de cortejo
de las ballenas
*
El gato ha muerto.
Golpea las ventanas
un colibrí
*
Relampaguea:
de pronto se iluminan
los limoneros
Esta selección continuará en la próxima entrega de este artículo.
Leticia Sicilia, 2019 ©
Muchas veces, hay cosas que nos llaman la atención sin saber por qué. Esas cosas, muchas veces no tienen importancia, son viejas, son usadas o en otra situación cualquiera no te habrías fijado en ellas.
Eso me pasó una vez y, posiblemente, a todos nos ha pasado.
Estaba atardeciendo y salí con la bicicleta por un sendero de tierra. Iba solo. No había ningún ciclista más ni ningún caminante. El campo estaba segado porque era verano y el sol le daba el color especial que tienen los atardeceres en los pueblos.
De repente, sin saber por qué me fijé en unas botas. Unas botas viejas. Paré la bicicleta y me quedé observándolas como si fueran una gran escultura, un gran cuadro o la misma luna llena.
Eran solo unas botas. Viejas, además. ¿De quién serían? ¿Las habría usado mucho? ¿Por qué las dejó ahí? ¿Por qué no esperó a tirarlas en su casa? Son tantas preguntas…Ninguna de ellas las he respondido, pero vuelven a surgir cada vez que releo este haiku:
atardecer –
unas botas viejas
al borde del camino
Diecisiete “sonidos” es la medida clásica del haiku que en Japón se escribe en una sola línea vertical. Diecisiete sílabas, para los occidentales, que generalmente dividimos en tres versos.
yado kasanu
hokage ya yuki
no tsuzuki
No me alojaron.
Vi luces y en la nieve
casas en fila.
Buson (trad. Antonio Cabezas)
Si bien esta cantidad de sílabas no nos garantiza que estemos escribiendo un haiku, es ésta una de las reglas que nos acercará al mismo. Quizás la primera que cualquier persona que se interese por este peculiar tipo de poesía conoce, aunque pronto tome conciencia de que el haiku es mucho más que un breve poema de apenas diecisiete sílabas.
Sin duda, las 17 sílabas son un angosto sendero por el que debemos transitar. A veces podremos salirnos de sus márgenes sin perder el rumbo, pero si nos alejamos demasiado corremos el riesgo de entrar en un camino desconocido que nos separe del haiku. Por ello, las diecisiete sílabas son un principio básico que debemos conocer y ejercitar.
Con el tiempo nos surgirán preguntas como: ¿el ritmo 5-7-5 es realmente imprescindible?, ¿al escribir haiku en castellano, debemos mantener ese mismo ritmo?, o ¿qué tanto podemos alejarnos de ese clásico 5-7-5? Una posible respuesta podría ser que esta regla es al haiku como la luz del faro al navegante que cruza una costa rocosa. Una luz que siempre debería acompañarnos, aunque sin sacrificar nuestro idioma.
Sobre los hombres
y sobre las montañas
cae la lluvia.
Rafael García Bidó
Si recurrimos a lo que dicen al respecto los teóricos del haiku en castellano, encontramos opiniones que confluyen: “La medida silábica de 5-7-5, dice el profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo en “El haiku japonés”, tomada con ciertas licencias que la hacen aproximativa, es básica y necesaria para que exista cierta unidad en el mundo del haiku. De lo contrario sólo se producirán pequeños trozos de prosa.” “Y si la forma 5-7-5 no es condición suficiente del haiku, tampoco es condición eliminatoria per se el no tenerla” comenta Vicente Haya en su libro “El corazón del haiku”.
Algunos ejemplos de haikus japoneses que no responden al patrón clásico del 5-7-5
Seki wo shite mo hitori
Hasta tosiendo me siento solo…
Hosai (trad. José María Bermejo)
Hitori no hi o tsucuru
Hacer un fuego
para uno solo.
Santoka, (trad. Vicente Haya)
konogoro tsuma naki yao-va na wo tsumu negi wo tsumu araji musume
Muerta recientemente su esposa,
el verdulero y su hija cargan las verduras
cargan las cebollas
Hekigodo (trad. Rodríguez-Izquierdo)
Por su lado Alberto Silva en “El libro del haiku” acota: “Aunque brevísimo, el haiku recorre un camino sinuoso y exhibe una arquitectura compleja, llena de posibilidades estéticas y expresivas. ¿Qué hacemos con la métrica? El haiku es un poema breve de 5-7-5 sílabas (…) Esta estructura para nada resulta intocable. Bashô, patrón espiritual del género, se apartó en numerosas ocasiones del consagrado patrón métrico (…) La métrica traza útilmente un horizonte, relacionado con el afán de brevedad y concisión al que aspiran los haijin (…) Una total falta de respeto por las reglas métricas del haiku sería en todo punto desaconsejable. Llevaría a transformarlo muchas veces en un proverbio, en un slogan o, cuando el astro nos abandona, en banal telegrama. En cambio, al verter haikus al castellano, un respeto exagerado a la regla métrica puede conducir a otros extremos imprevistos, bordeando a veces el ridículo.”
Nagamu to te
hana ni mo itashi
kubi no hone
De tanto verlas,
por las flores me duele
el colodrillo.
Soin
(trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)
En Japón el haiku de métrica más o menos libre es aceptado mientras tenga kigo, conserve un adecuado ritmo interior y/ o tenga “sabor a haiku” (haimi). Shiki descubrió en el haiku clásico ejemplos de oscilación silábica, comenta el profesor Rodríguez-Izquierdo, desde 16 hasta 25 sílabas, y el mismo Bashô había asegurado que la consecución del ritmo no dependía sólo del número de sílabas: “Examina, por favor, un verso (léase poema) con tres, cuatro, cinco, o aun siete sílabas de más, para ver si suena bien o no. Examina también un verso con una sola sílaba de más; esa sílaba puede romper el ritmo.”
La Declaración de Matsuyama, del 12 de septiembre de 1999, dice al respecto de las diecisiete sílabas: “En primer lugar, el ritmo 5-7-5 es exclusivo de la lengua japonesa, incluso si otros idiomas fueran a utilizar este ritmo, es evidente que no garantizaría el mismo efecto. No se trata de contar o acentuar sílabas, sino de la forma en que la expresión poética pueda ser realzada a través de la tensión cuando lo quiera el escritor. En el caso de la poesía japonesa, el mejor método para aumentar la tensión poética ha sido la forma silábica de 5-7-5.
Akikaze ya
ishi tsunda uma no
ugokazaru
Viento otoñal.
No se mueve el caballo
que carga piedras.
Midori-Yo
(trad. de Antonio Cabezas en “Jaikus inmortales”)
¿Cómo entender la importancia que tiene para un pueblo un ritmo poético que se mantiene inalterado a través de los siglos? ¿Cuánto los unifica ese sentir con la misma “musicalidad”? Imposible saberlo. Para los que escribimos haiku en español, aunque escribamos con esa alternancia del 5-7-5 nunca será lo mismo. Creemos, sin embargo, que para todo el que se inicia en este tipo de poesía el hecho de escribir respetando la regla de las 17 sílabas es un ejercicio necesario; luego, una vez que se domina este ritmo, nos podremos liberar de tal esquema. Liberarnos tanto como dice Vicente Haya en «Tres Monjes Budistas»: «Se ha definido al haiku como una poesía de brevedad límite; sólo diecisiete sílabas japonesas (ji-on). Aunque no tiene por qué dividirse en tres versos de 5-7-5 (admitiéndose igual 7-5-5, 6-6-5, o cualquier otra fórmula… el tópico y la tradición nos van a fijar el metro en ese 5-7-5 (…) Actualmente, hay poetas de haiku que prescinden completamente del metro de diecisiete sílabas y escriben poemas sin metro alguno que pueden sin embargo ser considerados haiku.»